I
|
|
Andando un día fuera de Milán |
8800 |
|
Sin bastón, con un cierto compañero, |
|
Yo iba siempre tras él pian pian, |
|
Tropezando, y él siempre iba el primero. |
|
Porque llevava un palo de Jayán |
|
Tan largo, como un olmo verdadero. |
|
Dividióle él en dos, diome a mí el uno, |
|
Y assí fue más holgado cada uno. |
|
|
II
|
|
Un Frayle, que debía por fortuna, |
|
O por desgracia hacer en una villa |
|
Dos pláticas, teniendo sólo una, |
8810 |
|
Qué hizo? no hizo más que dividilla, |
|
Como parten las passas en Osuna, |
|
Y dejó más contenta a la Gavilla, |
|
La qual la oyó con gusto, y nada oyera |
|
Con él, si la embocara toda entera. |
|
|
III
|
|
Me agradó esta invención, y diome gana |
|
De hacer lo mismo yo. Dispuse un Canto |
|
Que no tenía fin (miseria humana!) |
|
Dividíle en dos partes; y por quanto |
|
Ya recité la una. Aora su hermana |
8820 |
|
Quiero al baile sacar, porque entre tanto |
|
En esto, si no yerro, formo juicio |
|
Que a vosotros y a mí hago un servicio. |
|
|
IV
|
|
A vosotros; por quanto el otro día |
|
Os retirasteis menos fatigados, |
|
Pues antes de sonar la Ave María |
|
A casa os embié ya despachados; |
|
A mí; porque si de esta historia mía |
|
Todos los versos fueren recitados |
|
Faltava la ocasión de empavonarme |
8830 |
|
De que esta vez venís también a honrarme. |
|
|
V
|
|
Mas no penséis, que sea este artifizio |
|
Mío, por interés o conveniencia |
|
Vendiendo esta leyenda: tan mal juizio |
|
No le sufre mi honor, ni mi conciencia. |
|
No gastará un quatrín quien tuvo el vizio |
|
De comprar mi primera impertinencia. |
|
Gratis tendrá esta otra, y sin usura, |
|
Pues se da como por añadidura. |
|
|
VI
|
|
Siempre que son corteses las personas, |
8840 |
|
Ciego a su discreción yo me abandono |
|
Sin distinguir Cerquillos, ni Coronas. |
|
Mis cosas no las vendo, se las dono, |
|
Y aspiro sólo a que hombres, y Matronas |
|
Me presten su atención mientras razono. |
|
Qualquiera otro interés huyo y desprecio |
|
Ni mis versos merecen otro precio. |
|
|
VII
|
|
Busquen otros cantando hacer dinero, |
|
Y de sus versos hagan mercancía |
|
El Avaro, el Bufón, y el Lisongero. |
8850 |
|
A precio de oro venda cada día |
|
Cien mentiras en rima el Embustero: |
|
No es tan baja, y tan vil la Musa mía |
|
Quando canto en Milán, ni su Trompeta |
|
Trompa es de Mercader, es de Poeta. |
|
|
VIII
|
|
Ni tampoco es mi intento por aora |
|
Cantar de tantos Héroes las proezas |
|
Como honran nuestra edad. Mi Musa adora |
|
Sus méritos, su sangre, sus grandezas; |
|
Y aunque no teme ser aduladora, |
8860 |
|
Teme, si, ciertas lenguas, y cabezas, |
|
Que sospechar podrían al oíllo; |
|
Que mi Canto mirara a su bolsillo. |
|
|
IX
|
|
Porque a decir verdad los pobrecicos |
|
No suelen ser Mezanos de Canciones; |
|
Mas sí los poderosos, y los ricos. |
|
Y la elección en todas ocasiones, |
|
Salvo en mui pocos (pues no quiero ozicos) |
|
Al mérito prefiere los doblones; |
|
Pero yo, que no soy interesado, |
8870 |
|
Canto porque me oigáis, y estoi pagado. |
|
|
X
|
|
Por esso canto sólo a un hombre muerto, |
|
Y no creo haiga aquí siquiera uno, |
|
Que me tache de injusto, siendo cierto, |
|
Que su notorio mérito a ninguno |
|
Fue inferior. Y ya que aora advierto, |
|
Que passa el tiempo; paréceme oportuno, |
|
De Elvira las hazañas acavar, |
|
Que ayer no tuve tiempo de contar. |
|
|
XI
|
|
Decía, pues, que una muger preñada, |
8880 |
|
Si no ha perdido enteramente el juicio, |
|
Cosa alguna real, ni imaginada |
|
Deve mirar que al feto haga perjuicio. |
|
Qualquiera fealdad sólo pintada |
|
Altera el feto, y pégale su vicio, |
|
Haciendo nacer negro al que era blanco, |
|
Y que el que era perfeto salga manco. |
|
|
XII
|
|
Provélo de Clorinda con el caso; |
|
Por señas que el tal caso de el camino |
|
Real me desvió, y en esto acaso, |
8890 |
|
O sin acaso un grande desatino |
|
Cometí, y me arrepiento de aquel passo; |
|
Mas por no perder oy también el tino, |
|
Vuelvo a decir, que Elvira tal vez rara |
|
A los hombres mirava cara a cara. |
|
|
XIII
|
|
Verdad es que por no causar enredos |
|
A su pudor los ojos con las manos |
|
Cubría, y los mirava entre los dedos, |
|
Que entreabiertos dejava en el Verano, |
|
Suplía el abanico aquellos miedos |
8900 |
|
Con las barillas, medio soverano |
|
Para ver a todo hombre ayroso, y bello |
|
Desde pies a cabeza, cara, y cuello. |
|
|
XIV
|
|
Otra pequeña usava (Elvia) malicia, |
|
Y la tal malizuela era ésta: |
|
En señal de su grande pudicizia |
|
Cubría con un velo rostro y testa. |
|
El velo embarazava a la codicia |
|
De los otros a ver su faz honesta. |
|
Mas la dejava ver como a nosotros |
8910 |
|
Las hermosas facciones de los otros. |
|
|
XV
|
|
Avía esta cautela Elvia aprendido |
|
En Bolonia, quando era pequeñita; |
|
Porque toda muger, según he oído, |
|
Es allí vergonzosa, y la bonita |
|
No quiere su belleza a un atrevido |
|
Exponer, ocultando lo que irrita: |
|
Por lo demás decía un Boloñés, |
|
Todo el mundo es París, todo Francés. |
|
|
XVI
|
|
Si tal vez algún hombre fijo, fijo |
8920 |
|
Mirava Elvia por inadvertencia, |
|
Ningún peligro avía (Assí lo dijo |
|
Ella misma) de alguna complacencia. |
|
Todo lo hacía por el bien de el hijo, |
|
Y no por acto de concupiscencia; |
|
Porque su temperamento era mui frío, |
|
Bien que yo en esto de ella no me fío. |
|
|
XVII
|
|
Toda muger compárase a un Pintor, |
|
Que forme a pinzeladas los retratos, |
|
Pálidos, negros, blancos, a tenor |
8930 |
|
De los que allá en su idea algunos ratos |
|
Formando va. Assí, dice un Autor, |
|
Los hijos son ya feos, o ya gratos, |
|
Según lo que la Madre tiene in mente, |
|
Lo qual se entiende hablando comúnmente. |
|
|
XVIII
|
|
Y si vemos tal vez de un Padre feo, |
|
Que tiene una Muger blanca, y hermosa, |
|
Nacer hijos, que en nada a su hymeneo |
|
Se parecen, es cosa peligrosa |
|
Pensar mal de la Madre. Ni yo creo, |
8940 |
|
Que nadie pensará de ella tal cosa, |
|
Porque, si bien podrá ser verdadera, |
|
Un juicio temerario es cosa fiera. |
|
|
XIX
|
|
Esto nace; o nacer puede a lo menos, |
|
De que en toda Muger la fantasía |
|
Es mui viva, y si mirando obgetos llanos |
|
De diversas facciones cada día, |
|
Estos mismos se estampan en los senos |
|
Tiernos de el feto, que a luz embía, |
|
Y assí de un Padre feo nace adrede |
8950 |
|
Un hijo mui hermoso, o nacer puede. |
|
|
XX
|
|
Por esso, si ocurría la ocasión, |
|
Nuestra Elvira alegrávase mirar |
|
Ya un Mozo lindo, ya un gentil Garzón. |
|
Y al contrario sus ojos tolerar |
|
No podían un torpe mascarón. |
|
Y a otra parte volvíanse a girar, |
|
Como en Roma, Pekín, París, y Amberes, |
|
Y en todo el mundo lo hacen las mugeres. |
|
|
XXI
|
|
Por lo demás de Elvira las ogeadas |
8960 |
|
Casi estoi por decir, que eran mui puras, |
|
Y no ya penetrantes más que espadas, |
|
Como son las de tantas Criaturas |
|
Que hacen arder a ciertos camaradas |
|
En llamas vivas, quando ellas mui seguras |
|
Se mantienen tan frías, como un hyelo, |
|
Sin sudar por su amor siquiera un pelo. |
|
|
XXII
|
|
Mas y qué emportará, que ellas no sientan |
|
El fuego, si se fingen encendidas, |
|
Y sus ojos saetas acrecientan |
8970 |
|
Afectándose en brasas convertidas? |
|
Qué importa, que a sus ruegos no consientan |
|
De los otros, haciendo de ofendidas, |
|
Si con aquel mirar enternecido, |
|
Dispiertan al que estava más dormido? |
|
|
XXIII
|
|
Fomentan en los hombres la esperanza |
|
Las Mugeres con sus dulzes miradas, |
|
Y alientan más y más su confianza, |
|
Haciéndolos creer que están prendadas |
|
De ellos, que creyendo con baladanza |
8980 |
|
Las Islas ya tocar afortunadas |
|
Se hallan en alta mar, y en un instante |
|
Quien se soñó montado, hallóse Infante. |
|
|
XXIV
|
|
Porque aquella, que ayer se le mostrava |
|
Tan inclinada a él, retira el freno, |
|
Y le hace conocer, que sólo dava |
|
Hojas en vez de fruto. Lo más bueno |
|
De todo es, que ella después se alava |
|
A sí misma con ánimo severo, |
|
Teniéndose por casta e inocente |
8990 |
|
La que hizo tanto mal adredemente. |
|
|
XXV
|
|
El burlado infeliz se desespera |
|
Se consuma, se seca hasta los huesos, |
|
Blasfema contra el Cielo, y la Embustera |
|
Muger fue ocasión de estos excesos |
|
Con aquella su ogeada lisongera, |
|
Que al pobre Mozo revolvió los sessos. |
|
Ojo, Señoras, ojo a esas ojeadas |
|
Y aprended de Elvia a ser más remiradas. |
|
|
XXVI
|
|
Era el suyo un mirar magestuoso, |
9000 |
|
Que ganava atenciones y respeto: |
|
A nadie alteró el sueño ni el reposo, |
|
Y a todo corazón le dejó quieto. |
|
Antes bien observó cierto curioso, |
|
Que infundía pureza con efeto. |
|
Tan casta y tan púdica Elvira era, |
|
Que quiera Juvenal, o que no quiera. |
|
|
XXVII
|
|
Todos sabemos ya que Juvenal |
|
Era un hombre podrido hasta los ojos. |
|
Y siendo él tan perverso hablava mal |
9010 |
|
De todos, buenos, malos, sanos, cojos. |
|
No sólo ya a la especie racional, |
|
Mas aun a los mismos Dioses dava enojos. |
|
Reduzgo a una palabra el panegírico: |
|
Era el tal Juvenal un gran Satírico. |
|
|
XXVIII
|
|
Los Satíricos son tal vil canalla, |
|
Que dirán mal de el mismo Padre Santo. |
|
Ninguna circunstancia los acalla, |
|
Ladran, y muerden aunque sea un canto. |
|
A su mayor Amigo dan batalla, |
9020 |
|
Hacen con sus Parientes otro tanto, |
|
Y aun tal vez (éste no es paralogismo) |
|
No se perdona un Sátiro a sí mismo. |
|
|
XXIX
|
|
Si debemos dar crédito a estos tales, |
|
El mundo está atestado de Jumentos. |
|
En él sólo se estiman los costales, |
|
O los talegos de oro, en que hai cien cuentos. |
|
La Injusticia manda hoi los tribunales, |
|
La Fe murió en el mil y setecientos. |
|
La virtud y la Ciencia desterradas, |
9030 |
|
La Ignorancia, y maldad intronizadas. |
|
|
XXX
|
|
Al oír los Satýricos modernos, |
|
Parece que se acerca el fin del mundo, |
|
Y según sus lamentos sempiternos, |
|
Las ciencias se calaron al profundo. |
|
Los Literatos no oyen más que eternos |
|
Desprecios. Yo respondo, y los confundo, |
|
Que el mundo es como fue, y en adelante |
|
Será lo mismo de hoi: esto es constante. |
|
|
XXXI
|
|
Si miserables son, y pobretones |
9040 |
|
El día de hoi no pocos Literatos; |
|
Quántos en todos siglos, y ocasiones |
|
Se han visto sin camisa, y sin Zapatos? |
|
Siempre ha avido en el mundo mil hombrones |
|
Despreciados de muchos mentecatos: |
|
Siempre huvo en él docientos Protectores |
|
De Músicos, de Enanos y Cantores. |
|
|
XXXII
|
|
Pero un Sátyro siempre avinagrado |
|
Todo lo mezcla; quando todo acusa. |
|
Dice, que el proteger a un gran Letrado |
9050 |
|
En los Señores Grandes ya no se usa; |
|
Y que hoi día está todo en tal estado, |
|
Que puede ir a enterrarse toda Musa, |
|
Porque por la mejor no avrá Mezenas, |
|
Que el día de hoi dé quatro verengenas. |
|
|
XXXIII
|
|
No avrá un Diablo que ahorque entre dos palos |
|
A estos Sátyros, classe de Borricos; |
|
Que a todos, sean buenos, sean malos |
|
Sean Nobles, plebeyos, pobres, ricos, |
|
Tártaros, Turcos, Moros o bien Galos |
9060 |
|
Estampan sus dos pies en los ozicos, |
|
Y aun se atreven tal vez tales personas |
|
A perder el respeto a las Coronas? |
|
|
XXXIV
|
|
Desacreditan digo (esto se entiende |
|
Quanto está de su parte) aun al más Santo; |
|
Mas su livor no siempre los ofende, |
|
Pues todo hombre de bien desprecia tanto |
|
Sus dichos, que ni en burlas los atiende, |
|
Haciendo el mismo caso de su canto, |
|
Que se hace en París, Madrid, Osuna |
9070 |
|
De los perros, que ladran a la Luna. |
|
|
XXXV
|
|
Antes tal vez las lenguas maldicientes, |
|
En lugar de quitar añaden fama. |
|
Como aquel cierto humor que entre las Gentes |
|
Chímicas Oleoso humor se llama, |
|
El qual vertido en fuego, a las ya ardientes |
|
Brasas, no las apaga, las inflama, |
|
Y la encendida hoguera siempre crece |
|
Al passo que el humor más la humedece. |
|
|
XXXVI
|
|
Como palma de el viento que oprimida, |
9080 |
|
Se alza al Cielo más recia, y más robusta; |
|
La Fama assí, quando hállase investida |
|
De lengua vil, malédica, e injusta, |
|
Se dobla, sí, mas no resta abatida, |
|
Antes brilla más clara, y más venusta, |
|
Porque el que injustamente al bueno assalta, |
|
En lugar de oprimirle, más le exalta. |
|
|
XXXVII
|
|
Y volviendo a mi assunto; aunque de Elvira |
|
Habló mal Juvenal, y sin respeto, |
|
Diciendo con grandíssima mentira, |
9090 |
|
Que no era su mirar mui circunspeto. |
|
Nada pierde su mérito en la ira |
|
De aquel Autor malévolo, e indiscreto, |
|
Antes bien yo la estimo por instantes |
|
Cien vezes más, que la estimava antes. |
|
|
XXXVIII
|
|
Paréceme que un poco me he encendido |
|
Con Juvenal, y tantos Juvenales, |
|
De que está nuestro siglo abastecido. |
|
Si el gremio numeroso de parciales, |
|
Que tiene, se me dé por ofendido, |
9100 |
|
Pobres costillas mías! estos tales, |
|
Si se suelta el furor que reconcentran, |
|
Son Torrentes que arrastran quanto encuentran. |
|
|
XXXIX
|
|
Antes, que se los mueve el quieto chilo |
|
O el atra bilis, quiero, y soi contento |
|
En Penitencia, de mudar estilo, |
|
Esto es de volver a mi argumento. |
|
Decía pues (atando el noto hilo) |
|
Que por sacar en Tulio un gran portento, |
|
Hizo Elvira quanto era de su parte |
9110 |
|
Ya por naturaleza, ya por arte. |
|
|
XL
|
|
Fuera de esso primero que naciesse, |
|
Procuró fecundar su fantasía |
|
De ideal, con el fin que docto fuesse, |
|
Y por tal celebrado en algún día; |
|
Porque quiso la dicha, que leyesse |
|
Elvia buenos Autores, y sabía, |
|
Que Ciencias, o bien ya Literatura, |
|
Según Platón, obra es de la Natura. |
|
|
XLI
|
|
Quiere este Autor, que, estando aún recluso |
9120 |
|
El Infante en el útero materno, |
|
Tenga un saber, que él mismo llama infuso; |
|
Porque pretende, que por ser tan tierno |
|
Se estampa en él un Rayo algo confuso, |
|
Cuya luz destello es del Sol eterno, |
|
Y de ellas nacen, como plantas gratas, |
|
Las que llama él ideas como innatas. |
|
|
XLII
|
|
Para comunicar estas ideas, |
|
A su hijo, no obstante ser tan varias, |
|
Abandonava Elvira sus tareas, |
9130 |
|
Y aun las cosas tal vez más necesarias. |
|
Nunca hablava de hermosas, ni de feas, |
|
Mas siempre de materias Literarias, |
|
Estando a tú por tú con su Marido, |
|
O con otro hombre docto, y entendido. |
|
|
XLIII
|
|
Si ocurría tratarse una questión, |
|
Cosa, que entre ellos mui frequente era, |
|
Quería Elvia tener siempre razón, |
|
Bien que lo hacía con gentil manera; |
|
Pero siempre en qualquier conversación |
9140 |
|
Avía de hablar ella la postrera, |
|
Porque éste en variedad de pareceres, |
|
El gran privilegio es de las mugeres. |
|
|
XLIV
|
|
Quizá avrá visto alguno, que espiado |
|
Aya las cosas diligentemente; |
|
Como Tulio, que al fin era dotado |
|
De una clara, sutil, y aguda mente; |
|
Aplicava su oído delicado, |
|
Y aprendía quizá naturalmente, |
|
(Aunque yo no lo entiendo) quanto oía |
9150 |
|
Bien que estava en el vientre todavía. |
|
|
XLV
|
|
Y de aquí nació en él, a lo que pienso, |
|
Aquel genio que siempre fue creciendo, |
|
Aquel desseo, y apetito inmenso |
|
De saber, que cada hora iba subiendo, |
|
Siendo cada momento más intenso |
|
El hipo de ser sabio; y yo pretendo, |
|
Que todo debe ser atribuido |
|
Al gusto que mostró aun sin ser nacido. |
|
|
XLVI
|
|
Acostúmbrase (es cosa natural) |
9160 |
|
Un Niño, quando se halla todavía |
|
En el vientre Materno al bien o al mal, |
|
Como lo enseña la filosofía. |
|
Hace lo que su Madre en caso igual, |
|
Porque la está observando noche y día. |
|
O a lo menos después naturalmente |
|
Movido a hacer lo mismo que se siente. |
|
|
XLVII
|
|
Por eso vemos oy en los Señores, |
|
Tantos hijos nacer afeminados, |
|
Cortejantes, oziosos, Jugadores, |
9170 |
|
Dormilones, y en todo descuidados. |
|
Amigos de canalla, bebedores, |
|
Y poquíssimos de ellos cultivados, |
|
Discurriendo de modas, cofias, telas |
|
Y de otras mugeriles bagatelas. |
|
|
XLVIII
|
|
Dime Tú con quién andas, y quién eres |
|
Yo te diré, dice el refrán, provado |
|
Con la experiencia entre hombres y mugeres. |
|
Lo que quiere decir, bien explicado, |
|
Sin que haiga Variedad de pareceres, |
9180 |
|
Que todos, todos de qualquier estado, |
|
Nos parecemos ordinariamente |
|
A quien tratarnos cotidianamente. |
|
|
XLIX
|
|
Elvia por lo común sólo tratava |
|
Con gente docta y sabia. Si venía |
|
Un Necio a visitarla, la asserrava. |
|
Sufrir a un Petimetre no podía. |
|
A ningún Novelista oídos dava, |
|
Y a todo cortejante despedía. |
|
Los Literatos eran su consuelo, |
9190 |
|
Los demás para ella un puro hyelo. |
|
|
L
|
|
Cosa en aquella edad Rara; no en ésta, |
|
En que las Damas muestran mayor juicio, |
|
Quando a los virtuosos tanta fiesta |
|
Hacen, abandonando aquel prejuicio, |
|
Que encajado tenían en la testa |
|
Las Mugeres en tiempo de Fabricio, |
|
Las quales sólo amavan sus maridos, |
|
Costumbre hoi abolida en nuestros nidos. |
|
|
LI
|
|
Y no me diga alguno ser incierto, |
9200 |
|
Que de los Virtuosos son amantes. |
|
Todos saben que el hecho es hecho cierto |
|
Todos, digo, los mimos ignorantes. |
|
Negarlo será hacer el mayor tuerto |
|
Entre las damas a las más brillantes, |
|
Las que lejos de ser mui enemigas |
|
De la virtud, son hoi las más amigas. |
|
|
LII
|
|
Oy día el bello sexo está aplicado |
|
A honrar a todo aquel que en semi-tonos, |
|
Y en cromáticos es más celebrado, |
9210 |
|
Y el que más diestro es en todos Tonos: |
|
Por mayor Virtuoso es aclamado |
|
En Italia, de Monas, y de Monos. |
|
O adorable virtud! O virtud clara! |
|
Quién te ha de conocer por essa cara? |
|
|
LIII
|
|
Mas, si son virtuosos los Cantores, |
|
Y virtuosas son las Cantatrizes, |
|
Virtuosos serán los Ruiseñores, |
|
Los Cuervos, las Calandrias, las Perdizes, |
|
Virtuosos los Gallos, los Olores, |
9120 |
|
Virtuosas también las Codornizes, |
|
Y aquellos tiernos pájaros, que en Mayo |
|
Cantando, de su amor hacen ensayo. |
|
|
LIV
|
|
Más de una vez a alguno he preguntado, |
|
Por qué se le da un nombre tan opuesto |
|
A su carácter? y nadie me ha llenado, |
|
Porque uno dice cesta, y otro cesto. |
|
Sólo nuestro Bartolo me ha aquietado, |
|
Diciendo, aunque en tono mui modesto, |
|
Que en su juicio se llaman assí oy día, |
9230 |
|
Por antífrasis, o bien por ironía. |
|
|
LV
|
|
Las mugeres no saben de figuras, |
|
Ni Retórica que nunca han estudiado |
|
Y como oyen en muchas coyunturas |
|
Por Virtuoso a un Músico aclamado, |
|
Creen (y en esto van seguras) |
|
Que de toda virtud está adornado |
|
Y por mostrar quánto veneran ésta, |
|
Hacen a todo Músico gran fiesta. |
|
|
LVI
|
|
Viendo algunas que hoi se estiman tanto |
9240 |
|
Los Músicos, y que va ufano y pomposo |
|
Alguno, sin más mérito que el Canto, |
|
Quisieran que al tal músico orgulloso |
|
Sacudiera yo el válago algún tanto. |
|
Mas qué me importa a mí? quiero en reposo |
|
Dejarlos; pues soi hombre que en efeto |
|
En lo que no me importa, no me meto. |
|
|
LVII
|
|
Assí lo hacía el bello natural |
|
De nuestra Elvira; dejava andar al mundo, |
|
Como andar lo veía, bien o mal, |
9250 |
|
Sin que nada alterasse su profundo |
|
Dulce sueño, ni su semblante igual; |
|
Y gozava un sosiego sin segundo. |
|
Sola una cosa allá dentro del pecho |
|
La inquietava, y no hacíala provecho. |
|
|
LVIII
|
|
Aquí, oyentes conviene suponer, |
|
Que aún no avía nacido Cicerón, |
|
Y que usa Bartolo en componer |
|
El estilo que llaman de Saltón. |
|
Quiero decir, que déjale correr |
9260 |
|
Saltando aquí y allí, que en conclusión |
|
Es como un trabajar de Cordeleros, |
|
Quanto más laboriosos, más zagueros. |
|
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LIX
|
|
De otro modo: Bartolo escrive al uso, |
|
Que los Cangrejos andan (azia atrás) |
|
Cosa que le hace un si es no es confuso, |
|
Por no decir alguna cosa más. |
|
Juzga el Letor que al fin está, y deluso |
|
Se halla al principio, y dase a Barrabás: |
|
Digan Ustedes si esto es malo, o bueno; |
9270 |
|
Porque yo no lo apruevo, ni condeno. |
|
|
LX
|
|
Si alguno es de sentir, o si porfía |
|
En que no sabe andar azia adelante, |
|
Y que no entiende de Cronología, |
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O que escrive en Romance de Pedante, |
|
No le condene no por vida mía |
|
Ni le trate de Autor envergonzante, |
|
Antes bien (dice un gran Peripatético) |
|
Essa es prueva de Ingenio assaz Poético. |
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LXI
|
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Virgilio comenzó de el cuerdo Eneas |
9280 |
|
La historia, por su arrivo allá en Cartago: |
|
Saltó después a las marañas feas |
|
De Sinón, embustero más que Mago. |
|
Imitó Juan Bartolo en sus tareas |
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Al gran Marón; yo justicia le hago; |
|
Porque seguir el orden natural, |
|
Esso lo hace el Autor más dozenal. |
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LXII
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|
Y aquello, que a la menos docta gente |
|
Parece yerro, o falta de memoria, |
|
Astucia es del Autor que adredemente |
9290 |
|
Embrolla de propósito la historia, |
|
Porque nadie presuma vanamente |
|
Inferir lo que falta, ni haga gloria; |
|
Pues una vez sentado este supuesto; |
|
No es fácil prevenir qué dirá el resto. |
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|
LXIII
|
|
Y assí saber vosotros la razón |
|
Por la qual gime Elvira, y triste llora |
|
Escondida allá dentro de un rincón |
|
No la sabréis, o no os la digo aora. |
|
Movido su marido a compassión, |
9300 |
|
Viendo tan afligida a la Señora, |
|
Come Hija (la decía) algún bocado, |
|
Que este apetito está mui estragado. |
|
|
LXIV
|
|
Era entonces de pocos estimada |
|
La muger, que no hacía muchos hijos, |
|
Y mucho más si era muger casada. |
|
Contaba Elvira quarenta años fijos, |
|
Sin tener uno sólo: esto la daba |
|
Gran pena, y la causava retortijos, |
|
Pareciéndole el caso un poco estraño, |
9310 |
|
Porque hacía mil votos cada año. |
|
|
LXV
|
|
Con todo, quanto el Cielo oyó piadoso |
|
Sus justos ruegos, que no fueron vanos, |
|
Dándola un hijo bello, y tan gracioso: |
|
Aunque en Arpino aún no avía Cristianos, |
|
Como los huvo en tiempo más dichoso, |
|
Al Cielo levantando ojos y manos |
|
La buena Elvira fervorosamente |
|
Dirigió a Jove la oración siguiente. |
|
|
LXVI
|
|
Padre Jove, a mis ruegos, y a mi llanto |
9320 |
|
Un hijo has concedido, que por cierto |
|
Vale; mi voz no alcanza a tanto |
|
Que pueda declarar el gran contento, |
|
Que en su concepción tuve: más por tanto |
|
Si ha de ser el tal hijo mi tormento, |
|
Quiero decir un pícaro vagante, |
|
O gran Padre, quitádmelo delante. |
|
|
LXVII
|
|
Haz, que yo cumpla las obligaciones |
|
De buena Madre con este hijo mío; |
|
Infundid en su pecho inclinaciones |
9330 |
|
Nobles, de pundonor, virtud, y brío |
|
Y que el Niño quando ande ya en calzones, |
|
Vaya a la escuela, haga calor o frío, |
|
No haciéndose de pencas, ni roncero, |
|
Y que no salga un pobre majadero. |
|
|
LXVIII
|
|
Dixo, y el caro Niño estrechó al seno. |
|
Mas la oración apenas terminada, |
|
Se vio a su mano diestra el quarto lleno |
|
(Cosa en aquel tiempo acostumbrada) |
|
Una gran llama, sin fragor ni trueno, |
9340 |
|
Con la qual quedó Elvira consolada, |
|
Y firmemente bien persuadida |
|
A que del Cielo avía sido oída |
|
|
LXIX
|
|
Esta Oración, y otras semejantes |
|
Las Madres de oy a Dios todos los días |
|
Deberían hacer por sus Infantes; |
|
Mas ellas piden otras gullerías, |
|
De la Oración de Elvira mui distantes, |
|
Diciendo que éstas son bigoterías, |
|
Por lo qual, si tal vez a orar se atreven, |
9350 |
|
Claman por todo aquello, que no deben. |
|
|
LXX
|
|
El Cielo da a una Madre una hija hermosa |
|
Y pide a Dios con toda devoción |
|
Que se digne de hacerla tan dichosa |
|
Que a un rico enamorar sepa Garzón, |
|
Y que éste la pretenda por esposa |
|
Sino dote, y que después (como es razón) |
|
La dé todos los gustos que pidiere, |
|
Dejándola a ella hacer lo que quisiere. |
|
|
LXXI
|
|
Tiene otra un hijo, y pide luego al Cielo, |
9360 |
|
Que le destine a un cargo tan brillante |
|
Como fue el de su Padre o de su Avuelo, |
|
Aunque el tal Nieto sea un ignorante. |
|
Mas sobre todo que la dé el consuelo |
|
De lograr tina Nuera Rozagante, |
|
Que traiga rica dote con efeto |
|
Y que a ella la tenga gran respeto. |
|
|
LXXII
|
|
Suelen, o Madres, ser de este tenor |
|
Las súplicas, que al Cielo dirigís |
|
Y aun tal vez suelen ser cosa peor |
9370 |
|
Lo que queréis, o aquello en que insistís: |
|
Y assí debéis temer diga el Señor; |
|
Que no sabéis las cosas que pedís. |
|
Como, según afirma S. Matteo, |
|
Respondió a la Madre del Zebedeo. |
|
|
LXXIII
|
|
Aprended, pues primero, a bien orar, |
|
Si queréis ser de Dios bien despachadas; |
|
Pero como es preciso cooperar, |
|
No debéis vos estar tan descuidadas: |
|
Día y noche debéis siempre velar |
9380 |
|
En educar los hijos, empeñadas |
|
Sobre todo en hacerlos mui Cristianos, |
|
Después doctos, mui cuerdos, y mui sanos. |
|
|
LXXIV
|
|
Prudente Elvira, acudió a los Dioses todos, |
|
Pidiéndolos, que a Tulio hiciessen bueno, |
|
Mas ella por su parte de mil modos |
|
Cooperó al mismo fin con todo el lleno |
|
De su deber que el no arrimar los codos, |
|
Y estarse con las manos en el seno, |
|
Pidiendo a Dios milagros, es tentarle, |
9390 |
|
O como dice un Santo, provocarle. |
|
|
LXXV
|
|
Y si Elvira hizo tanto a benefizio |
|
Del hijo, aun quando no avía nacido, |
|
Podrá inferir qualquiera hombre de juicio, |
|
Lo que hacía después de ya parido; |
|
Porque yo, por no incurrir el vizio, |
|
De prolijo, pesado, y detenido, |
|
Omitiendo las cosas principales, |
|
Sólo quiero contar las más speciales. |
|
|
LXXVI
|
|
Lavava Elvira todas las mañanas |
9400 |
|
A su hijo con agua clara y fría, |
|
Que el agua especialmente en tierras llanas, |
|
Hace crecer las plantas cada día, |
|
Y un gran Dotor escrivía más de cien planas, |
|
Para provar, que es húmida, y que enfría |
|
Los nervios, los refuerza y humedece, |
|
Y hasta los mismos huessos endurece. |
|
|
LXXVII
|
|
No calló esta verdad el gran Omero |
|
Quando con toda seriedad nos cuenta, |
|
Que Tetis, Madre del Marcial, y fiero |
9410 |
|
Aquiles, por tres vezes en su cuenta, |
|
Le zabulló en el río, y a este agüero |
|
Atribuye el Autor, si él no lo inventa |
|
La virtud, o patraña imperdonable, |
|
De que el agua hace al hombre invulnerable. |
|
|
LXXVIII
|
|
O qué gusto sería en los guerreros |
|
De aquel tiempo el andar en las hileras |
|
De el enemigo, aun quando fuesse en cueros |
|
Tan seguros (y dígolo de veras) |
|
Como están los poltrones verdaderos |
9420 |
|
Tendidos en sus camas sobre esteras! |
|
Si se lograra esta fortuna hoi día, |
|
Nuestro Siglo qué de Héroes contaría! |
|
|
LXXIX
|
|
Bien sé, que el Padre Omero adredemente |
|
Con otros sus amigos camaradas |
|
No eran escrupulosos ciertamente |
|
En contarnos verdades apuradas. |
|
Hablaban siempre mysteriosamente, |
|
Y es cosa natural, que las soñadas |
|
Virtudes, con que al agua enriquecieron, |
9430 |
|
Por las truchas, y anguilas lo digeron. |
|
|
LXXX
|
|
Y si hoi día se encuentra algún tal qual |
|
Inglés, que aya leído esta mentira, |
|
Y atendiendo al sonido material |
|
En agua helada, con aquella mira |
|
A sus hijos zabulle, moda tal |
|
Tiritar me hace a mí de frío, y de ira; |
|
Pues no hago poco si con agua clara |
|
Lavo tal vez las manos, y la cara. |
|
|
LXXXI
|
|
Y no quisiera yo, si hijos tuviera, |
9440 |
|
Avezarlos a tan estraño juego; |
|
En vez de esso a beber los indugera |
|
Mucha agua, porque ésta templa el fuego, |
|
Y lo mismo también persuadiera |
|
A todo hombre colérico, a quien ruego |
|
Crea, que el agua clara y cristalina |
|
Es para todos grande medicina. |
|
|
LXXXII
|
|
Mas de nuestra salud los Taberneros |
|
Tienen hoi día un zelo singular, |
|
Beben el vino puro, como Cueros, |
9450 |
|
Y el agua procúranle guardar |
|
Para otros. Yo les digo: Cavalleros |
|
En mi salud tócame a mi pensar, |
|
Y no es razón que alguno los imbuya |
|
En cuidar más la agena, que la suya. |
|
|
LXXXIII
|
|
Yo hidrófilo no soi, y discurrir |
|
Dejo a ciertos Modernos Medicastros |
|
Que hacer tragar nos quieren o imbuir |
|
Que el agua sin [reripe] ni emplastos |
|
Todo lo cura, atrévome a decir |
9460 |
|
Que de la Medicina son Padrastros |
|
Los que aclaman al agua en todo mal |
|
Por divino remedio universal. |
|
|
LXXXIV
|
|
Por lo que toca a mí constantemente |
|
Diré, que el vino nos conserva sanos, |
|
Como se beba moderadamente. |
|
Los demás todos son discursos vanos, |
|
Y me confirmo viendo comúnmente, |
|
Que los que dan elogios Soveranos |
|
Al agua, sin medida, y aun sin tino; |
9470 |
|
Ellos no obstante aplícanse al buen vino. |
|
|
LXXXV
|
|
Por lo menos Elvira assí lo hacía |
|
Mientras al Niño Tulio el pecho daba, |
|
Mucho al agua alavava, mas bebía |
|
El vino más añejo que encontrava |
|
Porque estava enformada, y bien sabía, |
|
Que alegra el corazón, y aunque alavava |
|
El agua cada día más y más, |
|
En todo un año no la probó jamás. |
|
|
LXXXVI
|
|
O ya fuesse por arte o por natura |
9480 |
|
Logró Elvira el gran don de la templanza: |
|
Sin embargo en aquella coyuntura |
|
Bebía assaz contra la antigua usanza, |
|
Y assaz comía, pero bien segura |
|
De que fuesse mui sana la pitanza; |
|
Que el comer y beber hace provecho, |
|
Para que acuda mucha leche al pecho. |
|
|
LXXXVII
|
|
La leche es la que da fuerza y vigor |
|
A las Obejas bien apacentadas. |
|
Que por esso procura el buen Pastor |
9490 |
|
Conducirlas, después de descargadas |
|
A donde sabe está el pasto mejor |
|
Que las llena de Yerba, y engordadas |
|
Ellas mismas con yervas y tomillos, |
|
Crían tiernos, y gordos Corderillos. |
|
|
LXXXVIII
|
|
Si Elvira, pues, comía un buen bocado, |
|
Si bebía buen vino, era mui justo, |
|
Ni piense por aí algún desalmado |
|
Que el beber y comer era por gusto: |
|
Hacíalo con fin mui acertado, |
9500 |
|
Esto es por criar sano y robusto |
|
Al hijo, y quien juzga lo contrario |
|
Hace un juicio maligno, y temerario. |
|
|
LXXXIX
|
|
Gracias al Cielo, que lo que es en esto |
|
Las hijas y las Madres de Familia, |
|
Aunque de Elvia no tengan el pretesto, |
|
La imitan que es por cierto maravilla. |
|
Y si assí la imitaran en el resto |
|
Serían aplaudidas en Castilla |
|
Por lo demás de Elvira la fortuna |
9510 |
|
De comer y beber no embidia alguna. |
|
|
XC
|
|
Y si es que alguna carne, o bebe poco, |
|
Contra el común y mugeril estilo, |
|
Es por el miedo (sea cuerdo o loco) |
|
De no afear la cara, o porque el hilo |
|
De el sutil talle engorde poco a poco |
|
Con la sustancia del robusto chilo, |
|
O por otro mecánico respeto, |
|
Que no es por lo común el más perfeto. |
|
|
XCI
|
|
Antes bien nuestras Damas de ordinario |
9520 |
|
Suelen hacer mui poca diferencia, |
|
Entre el tiempo que nota el Kalendario |
|
De Carnaval, de ayuno, y penitencia. |
|
Siempre tienen un mal imaginario |
|
Para desobligarse a la abstinencia, |
|
Y sin hacer escrúpulo ninguno |
|
La Quaresma atropellan, y el ayuno. |
|
|
XCII
|
|
Un Médico no falta indulgente, |
|
Que por no disgustarlas, las concede |
|
Que coman carne cotidianamente, |
9530 |
|
Y del ayuno, que fácilmente puede |
|
Hacer cada una, no se habla adredemente, |
|
Pues juzgando, que de él essenta quede, |
|
Con corazón tranquilo, y mui sereno |
|
Ni aun consultar se digna al plácido Galeno. |
|
|
XCIII
|
|
Créense, por ser Damas, con poder |
|
Para hacer quanto quieren en conciencia, |
|
Y buenamente juzgan no tener |
|
Necesidad de hacer más penitencia. |
|
Piensan que darse puedan al placer |
9540 |
|
Todo el año con cándida inocencia, |
|
Y, que haciendo assí, daran un vuelo, |
|
Que las meta de patas en el Cielo. |
|
|
XCIV
|
|
Pero verán, verán las pobrecitas, |
|
Quando la cuenta den de la semana, |
|
Que ellas también, a no ser tan benditas, |
|
Vivir vida debían más Cristiana |
|
Y que al Cielo no guían esquisitas |
|
Sendas de Tierra tan florida y llana, |
|
Como ellas mismas se abren, y procuran, |
9550 |
|
O, por mejor decir, se las figuran. |
|
|
XCV
|
|
Verán, verán que no se llega al Cielo |
|
Sin mucho padecer acá en la Tierra, |
|
De hambre, de sed, de ardor, y hyelo; |
|
Qu[e] la vida del hombre es una guerra, |
|
Y continua barulla acá en el suelo; |
|
Y en fin verán quánto desbarra, y yerra |
|
Aquel que piensa, sea mozo o moza; |
|
Irse derecho al Cielo en su carroza. |
|
|
XCVI
|
|
O a quántos este error ha seducido! |
9560 |
|
Y a quántos los seduce todavía! |
|
Un modo de vivir se ha introducido |
|
Tan delicado (y lo es más cada día) |
|
Tan sensual, tan flojo, tan podrido, |
|
Que temo por mi fe, y por vida mía, |
|
Que el tal modo no sea mui Cristiano: |
|
Ojalá que mi miedo fuesse vano. |
|
|
XCVII
|
|
Si la vida del hombre fue llamada |
|
Una guerra continua en esta tierra, |
|
Ya no sé, por mi ánima jurada, |
9570 |
|
En qué consista en muchos la tal guerra; |
|
Porque, la cosa bien considerada, |
|
Me parece, si el juicio no lo yerra; |
|
Que en los más una paz es incesante, |
|
Algazaras, tripudio, y adelante. |
|
|
XCVIII
|
|
Pero al fin será un día coronado |
|
Sólo aquel, que bien aya combatido, |
|
Y el que no huviera sido buen Soldado, |
|
No será por Cristiano conocido. |
|
Mas ya sobradamente he predicado |
9580 |
|
Sobre este assunto; y temo que al oído |
|
Me diga alguna a boca hinchada y llena, |
|
Que no meta mi hoz en mies agena. |
|
|
XCIX
|
|
Por esso aquí lo dejo, y me descargo |
|
En quien mover a emienda y a penitencia |
|
Tenga el ofizio, o sea de su cargo |
|
A tantos, que no observan la abstinencia, |
|
Lo que me causa a mí un dolor amargo; |
|
Mas como yo no tengo esta incumbencia, |
|
Dejarlo quiero a aquellos a quien toca, |
9590 |
|
Y assí en esta materia punto en boca. |
|
|
C
|
|
Es verdad que esta tecla raras vezes |
|
La tocan nuestros Padres Oradores; |
|
Y aun aquellos que no son casa-nuezes |
|
Si la tocan, la tocan con mil flores, |
|
(Por no sufrir los zeños y esquivezes |
|
De ciertas Auditrizes, y Auditores) |
|
Quiero decir tan delicadamente, |
|
Que se queda en ayunas mucha gente. |
|
|
CI
|
|
Yo los ruego de hablar algo más claro |
9600 |
|
Por bien universal de sus Oyentes; |
|
Un estilo sutil, sublime, y raro |
|
Se les passa por alto a muchas gentes. |
|
No es razón que vender quieran tan caro |
|
De la Ley las puríssimas corrientes, |
|
Que a beber para su mayor provecho, |
|
Todos tienen justíssimo derecho. |
|
|
CII
|
|
Pastores sois del gran redil Cristiano, |
|
Y es de vuestro deber el fundamento |
|
Las reses conducir a un pasto sano, |
9610 |
|
Pero no apacentarlas de ayre y viento. |
|
Ni os escusará el pretesto vano |
|
De que ellas tienen poco entendimiento; |
|
Por lo mismo es mayor vuestro delito, |
|
Como lo dice Dante mui clarito. |
|
|
CIII
|
|
Mas me diréis que estoi ya mui pesado: |
|
Tenéis razón, y assí, mudando assunto |
|
Vuelvo a mi Elvira. Juzgo la he dejado |
|
De Madre, y de Nutriz haciendo junto |
|
El ofizio, y guardando con cuidado |
9620 |
|
Lo que Ypócrates dice en este punto, |
|
Que durante el dar leche al recién nato, |
|
La Madre observe estrecho celibato. |
|
|
CIV
|
|
Por tanto, amigo Marco, si quisieres |
|
(Puesto que en casa estás aora ozioso) |
|
Emprende algún viage, y donde fueres |
|
No vivas agitado, o cuidadoso |
|
Que cuidarán del Niño las mugeres, |
|
Y Elvira, como fuerte, de su Esposo |
|
Llevará en paz la necesaria ausencia, |
9630 |
|
Y, por lo que es en mí, te doi licencia. |
|
|
CV
|
|
Aquí no has de hacer cosa de provecho, |
|
Y assí vete a Bolonia; mientras tanto |
|
Te doi palabra que en dejando el pecho |
|
Tulio, y su Madre se refuerze alquanto, |
|
De llamarte; y he aquí, que dicho y hecho |
|
Parte Marco, y con secreto llanto, |
|
Estas pocas palabras a Elvia dijo: |
|
Cara Esposa, el honor, la casa, el hijo. |
|
|
CVI
|
|
Elvira quedó un poco contristada, |
9640 |
|
Y una y otra megilla humedecida |
|
Se vio quando partió su prenda amada; |
|
Mas no dejó por esso la comida, |
|
Porque como prudente y avisada |
|
Temía, que una aflicción, si es desmedida, |
|
Podía al Niño ocasionar perjuicio, |
|
Y a la verdad en esto tuvo juicio. |
|
|
CVII
|
|
Mas quánto ha que del pobre Cicerón |
|
Nada hablo? y no hago bien seguramente. |
|
Cierto, que me venía tentación, |
9650 |
|
De dispertarle, pues tan altamente |
|
Dormido está, y malogra la ocasión |
|
De aspirar a la gloria ossadamente. |
|
Despierte, pues, y apréstese a hacer cosas |
|
Insignes, admirables, portentosas. |
|
|
CVIII
|
|
Mas ya la noche llega, y se avecina, |
|
Y a todos nos convida al dulce sueño; |
|
Veo que alguno la cabeza inclina |
|
A las rodillas, y es mi Amigo y Dueño. |
|
Itibus, pues, diré en lengua Latina, |
9660 |
|
Que aprendí quando era yo pequeño. |
|
Itibus, digo, y adredemente lo hago, |
|
Porque la luz en este punto apago. |
Fin del Canto XII
|