I
|
|
Sobre el sueño se han dicho muchas cosas, |
|
Ya en prosa, ya también en poesía, |
|
Que verdaderamente son curiosas, |
|
Y otras se están diciendo cada día |
|
Quien dice bien de él, quien horrorosas |
|
Cosazas contra su Genealogía; |
|
Otros prescinden, no hablando bien ni mal, |
9670 |
|
Como le dice el genio a cada qual. |
|
|
II
|
|
Ordinariamente dice bien de él |
|
Todo aquel, que a dormir es inclinado, |
|
Mas de quien duerme poco, y no es infiel |
|
En lo que habla, es más tal vez vituperado, |
|
Como celebra el bello sexo aquél, |
|
Que está de alguna Bella enamorado, |
|
Mas el que no lo esté, si no es bestial, |
|
No habla de las Mugeres bien, ni mal. |
|
|
III
|
|
Unos llaman al sueño el más perfeto |
9680 |
|
Restaurador de la cansada vida; |
|
Otros del Cielo don, dado en efeto |
|
Para olvidar los males, por cumplida |
|
De el oprimido pecho, y un discreto |
|
De la virtud le llama el homicida, |
|
Hermano de la muerte, y hai quien dice |
|
Que su Padre es el Érebo infelize. |
|
|
IV
|
|
Este afirma, que al hombre tiene sano, |
|
Y que al enfermo es gran medicamento; |
|
Aquél, que de la sangre es el Tyrano, |
9690 |
|
Estorvando su libre movimiento. |
|
Y por mí estoi tocando con la mano, |
|
Que quando duermo bien me hallo contento, |
|
Sin pesadumbre alguna, y no quisiera, |
|
Que a dispertarme un simple se viniera. |
|
|
V
|
|
El sueño a todo mal todo cuidado |
|
Si paz no da, da tregua ciertamente, |
|
Y el pecho, mientras dura, exonerado |
|
De el humor hipocóndrico se siente |
|
Y, según escrivió cierto Letrado, |
9700 |
|
Mientras duerme es igual toda la gente. |
|
Pues mientras duermo dentro de mi capa |
|
Igual al Duque soi, al Rey, y al Papa. |
|
|
VI
|
|
Antes bien más dichoso me abandono |
|
Al sueño, sin el miedo justo, o vano, |
|
De que a usurparme la Corona y Trono |
|
Se me venga algún bárbaro Tyrano. |
|
Ni de que de algún clarín el ronco tono, |
|
El sueño me interrumpa dulce y sano. |
|
Y sólo temeré por las mañanas |
9710 |
|
El devoto rumor de las Campanas. |
|
|
VII
|
|
Si una imagen tal vez triste y funesta |
|
El sueño me perturva, otras contento |
|
Soñando estoi hallarme en un fiesta, |
|
O lleno de oro, y plata, o bien me siento |
|
Con una Mytra encima de la testa; |
|
Que de estas fantasías tienen ciento. |
|
Y aunque despierto vea ha sido engaño, |
|
El rato que me holgué, no me hizo daño. |
|
|
VIII
|
|
Por esso nunca quise ser casado, |
9720 |
|
Para poder dormir tranquilamente, |
|
Ni Médico ser quise, ni Avogado, |
|
Ni Ladrón; porque duermo largamente; |
|
Sobre todo después de aver cenado |
|
El sueño se me adapta grandemente |
|
A mi cuerpo, en echándome en la cama, |
|
Y nada se me da por quien no me ama. |
|
|
IX
|
|
Mas aora conozco he recitado |
|
Sobre el sueño una larga filastroca, |
|
La qual si huviera un poco más durado |
9730 |
|
(Bien que esto decirlo no me toca), |
|
O Dios! Y quánto huviera ya roncado |
|
Más de uno, o bostezado con la boca! |
|
Pues vi a muchos durmiendo en essas sillas, |
|
Y haciendo reverencia a las rodillas. |
|
|
X
|
|
Paréceme acordar algún Doctor |
|
El refrán de: el dormido, nada pesca; |
|
Mas, como nunca he sido Pescador, |
|
No me hace fuerza una razón tan fresca. |
|
Especialmente leyendo en cierto Autor, |
9740 |
|
Que hai entre los refranes mucha tresca |
|
Y entre ellos el más apto a convencerme |
|
Es el otro: Nunca peca aquel que duerme. |
|
|
XI
|
|
Pues si siempre estuviéramos dormidos |
|
Tantas culpas no avría, y tantas penas; |
|
Ni tampoco estaríamos surtidos |
|
De tantas almas puras, Santas buenas, |
|
De tantos hombres sabios, y entendidos, |
|
Que los siglos nos dan a manos llenas. |
|
Si assí me replicare algún morondo, |
9750 |
|
Yo al Señor replicante assí respondo. |
|
|
XII
|
|
Señor mío, es verdad; pero esa gente |
|
En nuestros tristes días es mui rara; |
|
Aquella, que se ve frequentemente |
|
Es la perversa, la que es cosa clara |
|
Que lo ignorante aforra en lo insolente. |
|
Y assí, si ésta durmiera todo el año, |
|
El provecho sería más que el daño. |
|
|
XIII
|
|
Sólo exceptúo aquellos (son mui pocos) |
|
Que todo el día están bien ocupados, |
9760 |
|
Y no lo emplean en amores locos, |
|
Ni en el juego, por no verse arruinados, |
|
Derramando zequines, y bayocos: |
|
Estos sí, que ser deben moderados |
|
En dormir, y si yo fuere de aquellos, |
|
Yo haría lo que hacer debían ellos. |
|
|
XIV
|
|
Bien creo que ninguno dudará, |
|
Que uno de tales Héroes luminosos |
|
Fue Tulio, y fácilmente creerá, |
|
Que hasta estos nuestros días tenebrosos |
9770 |
|
No ha avido hombre más sabio, ni le avrá, |
|
Dispertémosle pues, siendo piadosos, |
|
Porque es razón se aveze desde Infante, |
|
A no ser dormilón, mas vigilante. |
|
|
XV
|
|
Por lo qual me confiesso arrepentido |
|
De averlo yo dejado dormir tanto. |
|
Alto, pues, Cicerón, que harto has dormido, |
|
Despierta, Tulio mío: mientras tanto |
|
Paréceme que siento algún gemido, |
|
Como medio sollozo, o medio llanto |
9780 |
|
Y que la Madre acude apresurada, |
|
Como la Obeja a la cordera amada. |
|
|
XVI
|
|
La ventana abre en fin la buena Elvira, |
|
Y al Niño ve algún tanto avergonzado |
|
De hallarse en cueros, quando alguien le mira; |
|
Si ya, de la virtud enamorado, |
|
No fue contra sí mismo enojo, o ira |
|
Por aver tanto tiempo al sueño dado; |
|
Acaríciale Elvira, y le enamora, |
|
Y sin embargo Tulio gime y llora. |
9790 |
|
|
XVII
|
|
Acaso gime y llora, porque piensa |
|
En lo caduca que es aquesta vida, |
|
Que poca miel, y mucha hyel dispensa, |
|
Empezando a morir desde nacida, |
|
O llora de hambre, y Elvia la despensa |
|
De el pecho en abrir tarda endurecida, |
|
O llora ya (y esto es sin duda alguna) |
|
Porque el pobrete se meó en la cuna. |
|
|
XVIII
|
|
Y veis aquí con qué desembarazo |
|
Me he vuelto de patica a mi assunto, |
9800 |
|
De el que quizá más de un picaronazo |
|
Me juzgava distante en este punto; |
|
Pero yo nada tengo de pelmazo, |
|
Y assí un amigo mío ya difunto, |
|
Decir solía en tono admirativo: |
|
Paseroni es un hombre expeditivo. |
|
|
XIX
|
|
Ya se cuentan con este trece Cantos, |
|
Y de Tulio parece que aora empieza |
|
A hablar. Señores, por mil Santos |
|
No vengáis a romperme la cabeza, |
9810 |
|
Que es cien vezes más dura que los Cantos, |
|
Y, si la pican, crece la dureza. |
|
Mas ya que está dispierto Tulio, y llora |
|
Sigámosle un poquito por aora. |
|
|
XX
|
|
Alágale la Madre, y le consuela |
|
Con dulzes besos, dulzes palabritas; |
|
Y el Niño a responder en vano anhela, |
|
Alargando acia el pecho las manitas, |
|
Y abriendo alegremente la bocuela, |
|
Como suelen hacer las avecitas. |
9820 |
|
Y su Madre, que aquel lenguage entiende, |
|
Le toma en brazos, y a su gusto atiende. |
|
|
XXI
|
|
Si está fajado, al punto le desfaja. |
|
Muéstrese Tulio alegre allá a su modo, |
|
Libre de la opinión, y de la faja. |
|
Elvia le limpia, y registrado todo |
|
Se desabrocha, y el pezón le encaja |
|
En la boquita, y apoyando el codo, |
|
Como Muger modesta y recatada, |
|
Mandó salir del quarto a la Criada. |
9830 |
|
|
XXII
|
|
Entonces Cicerón gallardamente |
|
Avalanzóse al pecho no vedado, |
|
Y a la materna nutritiva fuente |
|
Aplica el labio un poco apresurado; |
|
Si Elvira mientras tanto dulcemente |
|
Le besa, o ya le rasca, él mesurado, |
|
Como quien su derecho la confiessa, |
|
Calla, y prosigue en su gallarda empresa. |
|
|
XXIII
|
|
Pero, si otra muger le besa, o toca |
|
(Porque el ver las Mugeres no las basta, |
9840 |
|
Y quieren con las manos y la boca |
|
Palpar si es que los Niños son de pasta) |
|
Cicerón, agarrándola la toca |
|
Con quanta fuerza tiene la contrasta. |
|
Y con pies y manitas se defiende |
|
De un manoseo, que el pudor ofende. |
|
|
XXIV
|
|
Es fama que dio a Berta una puñada |
|
Porque una vez, aviendo resistido, |
|
En brazos le tomó, y casi faltó nada |
|
Para hacer tuerta a Gila de Bellido |
9850 |
|
Por lo mismo; y assí ninguna ossada |
|
Era a tocarle, si no estava dormido. |
|
Como otro Alcide, que aún no tenía dientes, |
|
Y supo sofocar a dos serpientes. |
|
|
XXV
|
|
Bien que de el tal Alcides no es segura |
|
La Historia, que antes bien es mui incierta, |
|
Y el inventor, quizá por la figura, |
|
Juzgó que era serpiente una Lacerta, |
|
Y encajónos por tal dicha aventura. |
|
Esta opinión parece la más cierta, |
9860 |
|
Y seguirla es mejor, o menos mal, |
|
Porque la cosa assí es más natural. |
|
|
XXVI
|
|
Mas demos que el tal hecho fuesse cierto, |
|
Y que de dos serpientes en la curia |
|
Se burlasse, en lugar de quedar muerto; |
|
Mayor azaña fue sin duda alguna |
|
La de Tulio, librándose despierto |
|
De dos Mugeres, y aun de sólo una |
|
Pues sola una muger sabe qualquiera, |
|
Que es mucho más feroz que qualquier fiera. |
9870 |
|
|
XXVII
|
|
Sábelo Alcides mismo, aquél que a Anteo |
|
Derribó en tierra con robusto brazo; |
|
Aquél que desolló al León Nemeo, |
|
Después de averle roto el espinazo; |
|
Aquél que a Nesso y Caco echó al Leteo, |
|
Y al Dragón le mató con un porrazo; |
|
Este mismo; después de tanta gloria, |
|
De una vil mugercilla fue victoria. |
|
|
XXVIII
|
|
Con razón las Mugeres comparadas |
|
A las vívoras son en muchas cosas: |
9880 |
|
Unas y otras traidoras y taymadas, |
|
Unas y otras a qual más maliciosas; |
|
Especialmente quando son tocadas, |
|
Unas y otras irrítanse furiosas, |
|
Y unas y otras (según dice Galeno) |
|
Tienen también el más mortal veneno. |
|
|
XXIX
|
|
Antes bien podrá más fácilmente |
|
El de qualquier Muger emponzonarte, |
|
Pues parece sencilla, e inocente, |
|
Y sabe la manera de engañarte. |
9890 |
|
Quando huye de la Vívora la gente: |
|
En una está el veneno en una parte. |
|
En otra no se encierra en una pieza, |
|
Pues de los pies se estiende a la cabeza. |
|
|
XXX
|
|
En ellas, digo yo, todo es veneno: |
|
Cabeza, cuello, cara, ojos, garganta |
|
Y las pellas que ostentan oro el seno, |
|
Movimientos, meneos, garbo, planta; |
|
Y hasta el mismo desdén parece lleno |
|
De una dulce ponzoña que te encanta; |
9900 |
|
Y cantando en tu muerte, pues lo quieres, |
|
Eres Cisne en verdad, pero al fin mueres. |
|
|
XXXI
|
|
La risa mugeril es para el hombre |
|
Veneno, y más veneno el tierno llanto, |
|
Al qual no hai resistencia, y no te asombre |
|
Porque todo es en ellas un encanto; |
|
O dale si gustares otro nombre |
|
El hecho es, que aquel húmedo quebranto |
|
Penetra el corazón más valeroso |
|
Y más si es noble, atento, y generoso. |
9910 |
|
|
XXXII
|
|
O tú, que tienes todavía sana |
|
El alma del amor a las Mugeres, |
|
Haz aquello, que al son de la campana |
|
A los tordos tal vez hacerlos vieres. |
|
Suena el metal, mas no los da la gana |
|
De moverse: Tú, pues, si cuerdo fueres, |
|
Déjalas inventar mil trazas nuevas |
|
Para moverte; pero no te muevas. |
|
|
XXXIII
|
|
Huye de la muger, como el lentisco |
|
Huye sagaz el pájaro ya experto; |
9920 |
|
Si mata con la vista el Basilisco, |
|
Con la vista mata ella, y esto es cierto, |
|
Porque assí lo cantó un Frayle Francisco, |
|
Que se llamava el Padre Fray Roberto. |
|
Pues, para que mirando no te mate, |
|
Huye que lo demás es disparate. |
|
|
XXXIV
|
|
Con la presencia, con la vista sola |
|
Veneno brindan; qué harán con el tacto? |
|
Toda burla con ellas tiene cola, |
|
Toda palabra dulce, todo acto |
9930 |
|
Cariñoso nos hace la mamola; |
|
Porque al fin nos advierte Teofilacto, |
|
Que son todas las hembras venenosas, |
|
Pero más que las feas las hermosas. |
|
|
XXXV
|
|
Mas vuélvome a mi Tulio, el qual aferra |
|
El pecho fuertemente mientras mama, |
|
Y los ogitos vuelve, como perra, |
|
Quando a sus cachorrillos lame, o llama, |
|
O quando con sus dientes roe, o cierra |
|
Con un huesso de un Toro de Jarama, |
9940 |
|
Como quien dice: ésta es hacienda mía |
|
Lejos de aquí gente profana e impía. |
|
|
XXXVI
|
|
Elvia le deja estar junto al sobaco, |
|
Ni tampoco de el pecho le destaca, |
|
Hasta que quiera el Niño, pues su saco |
|
De leche lleno está como una baca. |
|
Y Tulio, que ya muestra ser bellaco, |
|
Sólo piensa llenar bien su barraca, |
|
Estrujando, esprimiendo los pezones; |
|
Y hace venir la leche a rempujones. |
9950 |
|
|
XXXVII
|
|
Después, que huvo agotado la basija |
|
No está contento, y descubriendo el seno, |
|
Con garbo, aplica el labio a otra botija, |
|
Que está hinchada, como utre de ayre lleno; |
|
En el cielo después los ojos fija, |
|
Y ya que hablar no puede, da sereno |
|
Mil gracias a las Diosas, y a los Dioses |
|
Con dos estornudicos, o dos toses. |
|
|
XXXVIII
|
|
Después de aver mamado media hora, |
|
Y retener lo que mamó procura, |
9960 |
|
Alza cabeza, y ojos, y enamora |
|
A la Madre con su gentil postura. |
|
Entonzes la castísima Señora, |
|
Por estar de peligros más segura, |
|
De el lácteo manantial cierra la puerta, |
|
Porque no entre el Ladrón, si la ve abierta, |
|
|
XXXIX
|
|
Mas no niega a su hijo el alimento, |
|
Antes de abrir la tienda está dispuesta, |
|
Siempre que pida el Niño su alimento |
|
Aunque sea el mayor día de fiesta, |
9970 |
|
Y muestra Tulio su agradecimiento, |
|
Haciendo mil monadas con la testa, |
|
Con la qual mudamente a decir viene, |
|
Que conoce el amor, que ella le tiene. |
|
|
XL
|
|
Y en verdad tanto Elvira le quería, |
|
Que dejava por él comida y cena: |
|
Al más mínimo llanto que le oía |
|
Lo levantava, y de ternura llena |
|
En sus brazos gozosa le tenía |
|
Hasta verle con faz clara y serena; |
9980 |
|
Ni a fatiga, o trabajo perdonava |
|
Mientras no se dormía, o se aquietava. |
|
|
XLI
|
|
Ella sola le arrulla, limpia, y faja, |
|
Ella ríe con él, llora si llora, |
|
Y porque calle, enséñale la caja; |
|
Ella le hace cariños, le enamora, |
|
Sin decir que la muele, ni la maja: |
|
Ella le da mil besos cada hora, |
|
Le alaga, le menea, le traquiña, |
|
Y ella en fin con el Niño, se hace Niña. |
9990 |
|
|
XLII
|
|
Reír me hacen las Madres a la moda, |
|
Que luego que a sus hijos ven nacidos |
|
Los entregan a otras, y con toda |
|
Serenidad esperan, que crecidos |
|
Amarán a sus Madres. No acomoda |
|
A los hombres de juicio, y entendidos |
|
Una costumbre tal, pues muestra el hecho, |
|
Que el amor maternal le cría el hecho. |
|
|
XLIII
|
|
Los que este amor no tienen, hacen mal, |
|
Y no pretendo yo escusar su error; |
10000 |
|
Porque es justo, es debido, es esencial |
|
El respeto a los Padres, y el amor. |
|
Pero por otra parte es natural, |
|
Que uno y otro mayor sea o menor, |
|
Según menos o más fueron prolijos |
|
Los Padres en criar ellos sus hijos. |
|
|
XLIV
|
|
Es mui sabido lo de aquel Romano, |
|
Que, retornando a Roma Victorioso, |
|
Salió el Pueblo a encontrarle alegre ufano, |
|
Como a un Padre un buen hijo respetuoso |
10010 |
|
Sale a besar la venerada mano. |
|
Descubrió entre el concurso numeroso |
|
A su Madre y a la Ama, que le aclama; |
|
Qué hizo? dejó aquélla, y fuesse al ama. |
|
|
XLV
|
|
La Madre se quejó, y él a su queja |
|
Esta respuesta dio: me concebiste |
|
Por tu deleyte, quando no eras vieja. |
|
Después de concebido, me pariste, |
|
Porque más no podías, y assí deja |
|
Que a esta Muger, que tú misma me diste |
10020 |
|
Por Madre, y como tal me dio su pecho, |
|
Como a tal la conzerve su derecho. |
|
|
XLVI
|
|
Ella con gran paciencia me arrullava, |
|
Y quando estava frío me encubría; |
|
Enjugávame el llanto, si llorava: |
|
Y mil impertinencias me sufría. |
|
Quando era menester me castigava, |
|
Y sobre mí velava noche y día. |
|
Juzga aora Tú, si es justa tu querella, |
|
Viendo lo que Tú hiciste, y lo que hizo ella. |
10030 |
|
|
XLVII
|
|
Quántos hijos podrían otro tanto |
|
Decir, como el Romano entonzes dijo; |
|
A tantas Madres de mantilla y manto |
|
Que cuidan más de un perro, que de un hijo? |
|
Ellas quieren holgarse todo quanto |
|
Se pueden divertir: de que colijo |
|
Que se casaron sólo por holgarse |
|
Sin pretender en más embarazarse. |
|
|
XLVIII
|
|
Si Tulio fue de buen temperamento; |
|
Si no le incomodó el calor, ni el frío; |
10040 |
|
Si fue sano el materno nutrimento; |
|
Si al vizio resistió con tanto brío; |
|
Si fue en el mundo un gran predicamento; |
|
Si fue un mar de eloquencia, y no ya un río, |
|
Todo a su Madre Elvira lo debía, |
|
Pues sin ella en verdad ni aun nacería. |
|
|
XLIX
|
|
O el mundo poco huviérale logrado, |
|
Porque suele venir presto la muerte, |
|
Especialmente a un hombre gran Letrado, |
|
Y Letrado de aquella classe, o suerte. |
10050 |
|
Sin Elvia Tulio nunca huviera dado |
|
Señales de varón constante y fuerte, |
|
Y si siempre vivió robusto y sano |
|
Gracias dé a su buen juicio, y buena mano. |
|
|
L
|
|
Fajava Elvira mui discretamente |
|
Al Niño Tulio el tierno cuerpecito, |
|
Y no como lo hacen comúnmente |
|
Las Mugeres, que tienen mui poquito |
|
De sesso, que éstas oy tan fuertemente |
|
Fajan al inocente parvulito, |
10060 |
|
Que por milagro más de alguno cuenta, |
|
Si aquella Criatura no rebienta. |
|
|
LI
|
|
Por eso el día de oy estamos viendo |
|
Tantos cojos, tullidos, y estropeados, |
|
Por cansa de las fajas, no advertiendo |
|
Que son sus miembrecitos delicados, |
|
Y que aun los huessos pueden (no queriendo) |
|
Quedar de su lugar desencajados: |
|
De manera, que en muchos son las fajas |
|
Precursoras tal vez de las mortajas. |
10070 |
|
|
LII
|
|
Bendito, pues (decía Juan Meneses) |
|
Aquel País sencillo y natural, |
|
Que nunca conoció tales arnesses, |
|
O por mejor decir, tan grande mal, |
|
Y bendito también todas las resses, |
|
Porque no necesitan moda tal, |
|
Pues las fajas jamás dieran molestia |
|
A ninguna Ave, Bruto, insecto, o bestia. |
|
|
LIII
|
|
Elvira cuidadosa procurava |
|
Conservar a su hijo en alegría, |
10080 |
|
Y desde su nacimiento desterrava |
|
De el Niño toda triste fantasía; |
|
Bien instruida de que ocasionava |
|
Gran daño en la salud la hypocondría. |
|
Que como hyerva mala presto prende, |
|
En qualquier campo, y por él largo se estiende. |
|
|
LIV
|
|
Ella todo placer, y toda fiesta |
|
Echa a perder, si es verdadera y fina; |
|
La cama es duro potro que molesta, |
|
A todo aquel, que a la tristeza inclina, |
10090 |
|
Y el día se hace noche, quando ésta |
|
Por su desgracia al hombre le domina. |
|
No se sufre a sí mismo, es enfadoso, |
|
Sin saber qué es quietud, ni qué es reposo. |
|
|
LV
|
|
Mas si alguno juzgare que yo miento, |
|
Porque este mal maldito no ha provado, |
|
Ponga los ojos, o bien el pensamiento |
|
En algún Mozalvete enamorado. |
|
Verále pensativo, tardo, y lento, |
|
Verále macilento y descarnado: |
10100 |
|
Si parla, parla siempre de su bella, |
|
Si le hablan, sólo atiende, si hablan de ella. |
|
|
LVI
|
|
Quiere dormir, y al punto presurosos |
|
Acuden los suspiros mordicantes, |
|
Excitándole sueños pavorosos, |
|
Que Amor quiere a los suyos vigilantes. |
|
Siempre están malcontentos, y zelosos, |
|
Siempre son intratables los amantes; |
|
Siempre tímidos son, y en compañía |
|
De el Amor, siempre va la hypocondría. |
10110 |
|
|
LVII
|
|
Esta es una carcoma, es un gusano, |
|
Un cáncer, un humor que va royendo |
|
Poco a poco el corazón humano. |
|
Yo lo he experimentado, y yo lo entiendo. |
|
Assí, pues no penséis que parlo en vano; |
|
Prové a curar mil modos emprendiendo. |
|
Pero prové de todos el desayre, |
|
Pues todos hasta oy fueron al ayre. |
|
|
LVIII
|
|
Pero ninguno piense, ni aun por sueño, |
|
Que esto nazca de amor, que amor no tiene |
10120 |
|
Dominio en mí, pues yo de mí soy Dueño. |
|
Toda mi hypocondría, toda viene |
|
De la Vida de Tulio, y de el empeño |
|
De escrivirla en Octavas, qual conviene. |
|
Esto me tiene consumido y flaco, |
|
Sin comer, sin dormir, y aun sin tabaco. |
|
|
LIX
|
|
O Juan Bartolo, a tu fatal quaderno |
|
Debo el ser esqueleto descarnado, |
|
Tiritar en Verano, y en imbierno |
|
Sudar de pura cólera, y enfado. |
10130 |
|
Hace en mí la tristeza un desgovierno |
|
Tan general, y tan desvaratado, |
|
Que quisiera estar ya en el Paraýso, |
|
A los pies de S. Roque, o S. Narciso. |
|
|
LX
|
|
Consuélame algún tanto aquel Platónico |
|
Que escribió nunca hacerse u[n] buen Poeta |
|
Sin algo de sindéresis harmónico; |
|
Porque jamás arriva a la alta meta |
|
El que no pica un poco en melancólico: |
|
Esto a decir verdad mucho me inquieta, |
10140 |
|
Porque a las vezes se distinguen poco |
|
Un hombre melancólico, y un loco. |
|
|
LXI
|
|
A la locura vive tan vezina |
|
La hypocondría, que apenas dista un passo; |
|
Y quando ésta en el hombre predomina, |
|
Luego comienza aquélla a hacer fracaso. |
|
Supo por experiencia esta doctrina |
|
Nuestro insigne Poeta Garzilaso; |
|
Sábenla mucho más que en otras artes |
|
De los buenos Poetas las tres partes. |
10150 |
|
|
LXII
|
|
No ignorava estas cosas Doña Elvira, |
|
Y por esso a su hijo procurava, |
|
Tenerle siempre mui de tararira |
|
Para lo qual algunos le contava |
|
Cuentos, fuessen verdad fuessen mentira, |
|
Porque contra la murria no encontrava, |
|
Remedio más activo, y más valiente, |
|
Ni que más embelese a cierta gente. |
|
|
LXIII
|
|
Por esso cada día más de ciento |
|
Invenciones forjava, o discurría |
10160 |
|
Para el Niño tener siempre contento; |
|
Unas vezes haríale cosquillas, |
|
Otras baylar moviéndole en el viento; |
|
Algunas un sylvato le ofrecía, |
|
Enseñávale tal vez un real de a ocho, |
|
Pero las más mostrávale un Vizcocho. |
|
|
LXIV
|
|
Hacíale reír con sus enredos, |
|
Y ella misma de risa rebentava, |
|
El Chicuelo mordíase los dedos |
|
De risa, sin saber que la causava, |
10170 |
|
Como en el juego llamado Zepos quedos, |
|
Que algún día en España se estilava. |
|
Avréis visto reír también vosotros |
|
A muchos, porque ven reír a otros |
|
|
LXV
|
|
Quántos mientras aora estoi leyendo |
|
Estas Octavas, ríen sanamente, |
|
Porque reír a otros están viendo? |
|
Hacen bien, que el reír alegremente |
|
Es propio de hombres, a lo que yo entiendo, |
|
Y el hacer de mui grave eternamente |
10180 |
|
Sin saber reír nunca no es modestia, |
|
Sino arrastrar bayetas para bestia. |
|
|
LXVI
|
|
La risa, y la alegría, si es discreta, |
|
No es, como algunos creen estultizia; |
|
Pues nos prohíbe Dios por un Profeta |
|
Darnos de la tristeza a la malicia. |
|
Y aun el mismo Profético Poeta |
|
Dice: Servite Domino in letitia, |
|
Y el Letamini in Domino, cantando |
|
En sus Psalmos nos va de quando en quando. |
10190 |
|
|
LXVII
|
|
El que condena una alegría honesta, |
|
Acompañada del temor de Dios, |
|
No sabe él mismo dónde está su testa, |
|
Ni yo lo sé, ni aun quizá lo sabéis vos. |
|
La alegría no fue jamás opuesta |
|
A la piedad, decía un tal Quirón, |
|
Y hasta el mismo Catón la pretendía, |
|
Pues la iba a buscar a la Ostería. |
|
|
LXVIII
|
|
Quando un frasco, o bien dos, o a vezes tres |
|
De Falerno se había al cuerpo echado, |
10200 |
|
Tanto gusto era oírle, que a sus pies |
|
Era cosa de estarse uno embobado |
|
Y con la boca abierta todo un mes, |
|
Pero el día infeliz y desgraciado, |
|
Que no avía bebido, estava fiero, |
|
Taciturno, espetado, y mui severo |
|
|
LXIX
|
|
Aquel día, que fue de sí homicida, |
|
Según nos cuenta un cierto Flaco Quinto |
|
No avía provado en la comida |
|
Ni en el almuerzo vino blanco, o tinto. |
10210 |
|
Y assí huviera logrado aquella vida |
|
Otro más noble fin, y más distinto, |
|
Como huviesse bebido el gran Romano |
|
Un frasco, o dos de buen Montepulciano. |
|
|
LXX
|
|
En esta infeliz vida nos conviene |
|
Mezclar con los trabajos la alegría, |
|
Y si alguno por grande loco tiene |
|
Aquel sabio, que siempre se reía |
|
Más loco aún quizá, si a mano viene, |
|
Era el otro perpetuo Jeremía, |
10220 |
|
O a lo menos (queriendo decir poco) |
|
Problema es para mí quál es más loco. |
|
|
LXXI
|
|
Aquél que nunca ríe, y siempre austero, |
|
Jamás sereno el lóbrego semblante, |
|
Aquél que nunca ve al Sol placentero, |
|
Sino siempre anublado por delante, |
|
Camina presuroso al matadero |
|
Porque vive mui poco, esto es constante; |
|
Pero el de alegre humor, sea quien fuere, |
|
Mientras alegre vive, tarde muere, |
10230 |
|
|
LXXII
|
|
Yo que alegres quisiera ver a todos |
|
Después de sesenta años, y aun de ciento, |
|
Y con estas Octavas de mil modos |
|
Pretendo que lo estéis, y este es mi intento, |
|
No me irrito, ni muérdome los codos, |
|
Quando reís, antes me dais aliento; |
|
Porque, entre otros, mi fin particular |
|
Es haceros reír, o rebentar. |
|
|
LXXIII
|
|
Pero diráme alguno, que la risa, |
|
No es de alegría prueva mui segura, |
10240 |
|
Porque tal vez entre ella se divisa, |
|
Un corazón, que nada en amargura. |
|
Assí es, y esso mismo me precisa |
|
A creer lo que oí decir a un Cura, |
|
Que la risa es hypócrita y violenta |
|
Quando el alma no está quieta y contenta. |
|
|
LXXIV
|
|
De estas premisas es la consequencia, |
|
Que Elvira era muger de gran juicio, |
|
Testa quadra, y grandíssima prudencia, |
|
Pues no sólo cuidó que su Novicio |
10250 |
|
Hijo riesse siempre en la ocurrencia, |
|
Sino también, sobre el común prejuicio, |
|
Le enseñó que el contento mere externo |
|
Es mero fantasmón sin el interno. |
|
|
LXXV
|
|
Aquel contento, digo, que se encuentra |
|
Más fácilmente en Chozas, y en Cabañas, |
|
Donde el ayre, y la nieve a su gusto entra, |
|
Sin otro estorvo que el de paja, y cañas, |
|
Aquel contento, que se reconcentra, |
|
De un Pastor inocente en las entrañas, |
10260 |
|
Pues del contento interno los Pastores |
|
Saben más en verdad, que los Señores. |
|
|
LXXVI
|
|
O! y cómo viven más alegremente |
|
Los rústicos Villanos en su inopia, |
|
De lo que vive tanta y tanta gente |
|
Que de riqueza tiene imensa copia. |
|
Hállase en la Campaña fácilmente |
|
La alegría sincera al hombre propia, |
|
La que por oro y plata no se halla, |
|
Y en la ciudad es necedad buscalla. |
10270 |
|
|
LXXVII
|
|
No creo que en el mundo hai otra cosa, |
|
Que el ánimo mantenga más tranquilo, |
|
Que ver una Campaña deliciosa, |
|
Como aquella, que dicen baña el Nilo. |
|
Rara vez entra aquí la fastidiosa |
|
Tristeza a perturbar quietud, ni chilo, |
|
Y rara vez se atreven las molestias |
|
A inquietar plantas, frutos, hombres, bestias. |
|
|
LXXVIII
|
|
Aquí se come al doble de ordinario |
|
De aquello, que se come en las Ciudades; |
10280 |
|
Porque de la Cozina el Kalendario |
|
Señala doble sus Festividades: |
|
Aquí se duerme doble, aquí el Lunario |
|
En cada quarto da sus libertades: |
|
De aquí está desterrado el ayre impuro, |
|
Y aquí siempre se bebe el vino puro. |
|
|
LXXIX
|
|
Aquí se goza un Cielo claro, abierto, |
|
Y el Paraíso aquí se ve terrestre; |
|
Tanto, que lo que es yo tengo por cierto, |
|
Que casi embidio a un animal campestre, |
10290 |
|
Y aun por esto cada año hize concierto, |
|
De andar a una Campaña algo sylvestre, |
|
Bien que en un sitio hermoso, ameno, vago, |
|
Cómodo, alegre, que se llama Omago. |
|
|
LXXX
|
|
Un Palacio magnífico se ostenta |
|
En este sitio, donde más de ciento |
|
Se pueden alojar, según mi cuenta. |
|
Gózase aquí placer, divertimiento; |
|
La tristeza huye, se ausenta, |
|
Sólo entrada se da al gozo, al contento, |
10300 |
|
A la alegría, al garbo, a la abundancia, |
|
Al esplendor Real, y a la elegancia. |
|
|
LXXXI
|
|
De los altos Palacios mui distante |
|
Gusta estar, y por eso el Campo abraza. |
|
Tras de ella Elvira fue, como es constante, |
|
A un sitio ameno, donde no embaraza |
|
Nada al ayre correr puro, y fragante, |
|
Donde Marco solía andar a caza, |
|
Por ayer heredado de un Sobrino |
|
No sé qué possessión cerca de Arpino. |
10310 |
|
|
LXXXII
|
|
Aquí concurren Damas, Cavalleros, |
|
Por explicarme assí, de todas partes, |
|
A divertirse alegres, placenteros |
|
Con juegos, invenciones, y mil artes, |
|
Y quantos más arrivan forasteros |
|
Los Lunes, los Domingos, y los Martes, |
|
Y en lo restante en fin de la Semana, |
|
Son recividos todos con más gana, |
|
|
LXXXIII
|
|
O Gran Marqués, honor de los Licinos, |
|
Cavallero sin par, Genio sublime, |
10320 |
|
Gran gloria de Milán, y sus vecinos; |
|
Consuelo de el que llora, y el que gime, |
|
Perdona, si a tus raros, peregrinos |
|
Talentos Musa humilde los oprime, |
|
Sin temor de que alguno la condene, |
|
Si de lo que ellos son noticia tiene. |
|
|
LXXXIV
|
|
Tú digno hijo de la Patria eres, |
|
Heredero feliz de tus Mayores. |
|
El amor de el Común tus pareceres |
|
Siempre respiran, siempre tus sudores |
10330 |
|
Al bien universal consagrar quieres; |
|
Y, añadiendo los frutos a las flores; |
|
Como enseña el Político Propercio, |
|
Resucitar pretendes el Comercio. |
|
|
LXXXV
|
|
Por esso, aquella Augusta, Gran Princesa, |
|
Que en la más fiel justíssima balanza |
|
El mérito, y valor de todos pesa, |
|
Y sabe bien adónde el tuyo alcanza, |
|
Justamente le premió con essa |
|
Noble prenda de amor y confianza; |
10340 |
|
Excitando con ella tu ardimiento |
|
Siempre a servirla con mayor aliento. |
|
|
LXXXVI
|
|
Atento, más que al propio, al bien ageno, |
|
Te encuentra el Forastero, y el Paysano, |
|
Siempre afable con todos, siempre lleno |
|
De amor, de urbanidad, y siempre humano; |
|
Tan generoso, que émulo es tu seno |
|
De el grande Augusto, Emperador Romano, |
|
Y mi Musa tal qua, o grave, o leve, |
|
Todo quanto ella es a ti lo debe. |
10350 |
|
|
LXXXVII
|
|
En tu Palacio concebí el deseo |
|
De parir a su tiempo a Marco Tulio: |
|
No me acuerdo en qué mes, mas juzgo y creo, |
|
Que pudo ser allá entre Mayo y Julio. |
|
Trece Cantos van ya en el arduo empleo, |
|
En que he estado un tantico majatulio. |
|
No huviera sido assí, a lo que imagino, |
|
Si Elicona, en vez de agua, diera vino. |
|
|
LXXXVIII
|
|
Tú me mantienes, sin costarme nada, |
|
Y yo, copleando, sin cuidado escrivo; |
10360 |
|
Tú me miras benigno (esto me agrada) |
|
Y yo a tú sombra mui contento vivo. |
|
Mas Marqués tu modestia es estremada, |
|
Y no quiero tocarla hoi en lo vivo, |
|
Pues no me tiene cuenta el enojarte, |
|
(Esto que es dicho a ti, dígolo a parte). |
|
|
LXXXIX
|
|
Y tú, de mi Marqués digna Consorte, |
|
O gloriosa magnánima Teresa, |
|
En cuya frente, movimiento, y porte |
|
Tu excelsa estirpe se presenta impresa, |
10370 |
|
Tú que mil vezes te dignaste Norte |
|
Ser, que el rumbo guiasse de mi empresa; |
|
Tú, que enoblezes todo quanto miras |
|
Tú, que a mi Numen estro nuevo inspiras. |
|
|
XC
|
|
Tú de Milán, y aun de la Insubria bella |
|
Ornamento feliz, alto decoro, |
|
Que resplandeces luminosa estrella, |
|
Por tu virtud tan pura como el oro. |
|
Tú de quien todos dicen: ves aquella? |
|
Pues aquella que ves es un Tesoro, |
10380 |
|
Que sólo saber puede quanto vale, |
|
Aquella, que en el mérito la iguale. |
|
|
XCI
|
|
Pero volver, por no enojarte, quiero |
|
A mi Elvira, que está en la Campaña |
|
Con su hijo: viage lisongero, |
|
Que dos vezes se usa en Alemaña, |
|
Era en tiempo de flores el primero, |
|
Y el segundo en Otoño, quando apaña |
|
El Labrador los frutos, coge el vino. |
|
Y hecho esto retirávase a su Arpino. |
10390 |
|
|
XCII
|
|
Porque es estraño verdaderamente |
|
El gusto de Campaña en el rigor |
|
De el imbierno, en que estado el ambiente, |
|
Y no se ve una hoja, ni una flor: |
|
Lleno el suelo de lodo comúnmente, |
|
Y que quando se mira causa horror; |
|
Quando el agua, la nieve, y la neblina |
|
Te precisan a estar en la cozina. |
|
|
XCIII
|
|
Dirás, que en la Campaña hai libertad: |
|
Se juega todo el día sans façon, |
10400 |
|
Y se duerme la noche con gran paz; |
|
Pero, si no me das otra razón, |
|
Todo esso también se hace en la Ciudad |
|
Yo en la Campaña busco diversión, |
|
De selvas, prados, bosques, y florestas, |
|
Pero di, en la Ciudad dónde están éstas? |
|
|
XCIV
|
|
Quando vuelve a nacer la Primavera, |
|
Quando Valles, y Montes reflorecen, |
|
Quando a encontrar nos vuelve la hechizera |
|
Voz de pájaro pardo; quando crecen |
10410 |
|
Los racimos con granos, y se espera |
|
De aquel licor, que tantos apetecen |
|
Gran cosecha: entonzes, sí, que es justo |
|
Estar en la Campaña, y es grande gusto. |
|
|
XCV
|
|
Entonzes passo allá quatro semanas, |
|
Sin pensar otra cosa todo el día, |
|
Que en comer, y beber si tengo gana; |
|
Y quando estoi en buena compañía, |
|
Passo las noches, tardes, y mañanas |
|
Sin saber qué cosa es melancolía, |
10420 |
|
Conservándome siempre en buen humor, |
|
Y en la mesa sé hacerme grande honor. |
|
|
XCVI
|
|
De esto el Conde Imbonati es buen testigo, |
|
Pues passamos un mes alegremente |
|
Otros diez, él, y yo (doze conmigo) |
|
Académicos todos, toda gente |
|
De quien quejarse no pudo el amigo, |
|
Que no supiesse hacer baylar al diente |
|
Y toda esta Académica Langosta, |
|
Todo aquel mes mantúvola a su costa. |
10430 |
|
|
XCVII
|
|
A costa, sí, de su bolsillo, y lomo |
|
De Visitar nos vino a todos gana |
|
Montes, y Lagos de la antigua Como. |
|
Que un ayre puro la mantiene sana. |
|
Se podría formar un gruesso tomo, |
|
Si la historia de nuestra caravana |
|
Contar quisiera, y sus sucesos varios, |
|
Parte mui serios, parte estrafalarios. |
|
|
XCVIII
|
|
De Cavallasca la Campaña amena |
|
Fuera a la pluma assunto, mui bastante: |
10440 |
|
Ella es Montaña de delicias llena; |
|
En ella no hai vejez, todo es brillante: |
|
En ella crece de coplear la vena, |
|
Soresi, y Balestier fueron su Dante. |
|
Yo me detuve en ella mui poquito, |
|
Y de Poeta vínome el prurito. |
|
|
XCIX
|
|
De aquel ameno sitio, y dulze clima |
|
Quedé perdidamente enamorado: |
|
Parecióme era el Pindo aquella cima, |
|
Y de verdad estoi determinado |
10450 |
|
A volver a ponerme presto encima |
|
De Cavallasca, ya que convidado |
|
Estoi de su Señor, queriendo Dios, |
|
Y passaré con él un mes, o dos. |
|
|
C
|
|
Tres servicios en solos dos caminos |
|
Haré, pues iré a otros dos Señores: |
|
El primero, el gentil Conde Rubinos, |
|
Que esperándome está con mil amores, |
|
Con esso los lugares más vezinos |
|
Veré también, gozando sus primores, |
10460 |
|
Y, por cumplir palabra, dicho y hecho |
|
A mi gran Conde Sola voi derecho. |
|
|
CI
|
|
El Conde Sola con su faz serena |
|
Es el Rey de los hombres generosos; |
|
No hai que creer su gravedad austera, |
|
Porque no cede no a los más garbosos. |
|
Convidóme para esta Primavera |
|
Y yo no soi de aquellos melindrosos, |
|
Que, si no los convidan treinta vezes, |
|
Se niegan con esquinzes, y esquivezes. |
10470 |
|
|
CIII
|
|
Acuérdome también, que soi deudor, |
|
No sé quánto ha, de una visita mía |
|
Al Príncipe Trivulcio, y que a este honor |
|
Añadió el de dejar de el tiempo y día |
|
La elección a su humilde Servidor, |
|
Pues con gran gentileza y cortesía |
|
Me convidó después del chocolate |
|
A que el agua a provar fuesse de Omate. |
|
|
CIII
|
|
De mejor gana provaré yo el vino, |
|
Que será bueno; porque en toda cosa |
10480 |
|
Es un Señor de un gusto plus quam fino. |
|
Beberélo sin mano melindrosa |
|
Y diré que el gran chorro Cristalino |
|
Al agua de su fuente tan preciosa |
|
No llega; pues ya se usa en Nicaragua |
|
Beber el vino y celebrar el agua. |
|
|
CIV
|
|
A propósito de agua a Castelazio |
|
Andaré, donde está del Arconati |
|
El famoso magnífico Palazio, |
|
Y un jardín, que hace excesos a Frascati. |
10490 |
|
Desde allí al ameníssimo Cromazio |
|
Caminaré al buen Conde Pertusati, |
|
Donde hai mil juegos de agua, y en ninguna |
|
Parte se ve lo que allí se aduna. |
|
|
CV
|
|
Iré después al sitio de Mombello |
|
Ameno, delicioso, alegre, sano. |
|
Sitio famoso y en estremo bello, |
|
En el gusto mejor, y más Romano; |
|
Sitio, y fábrica tal, que por aquello, |
|
Que se ve, digno es de un Soverano; |
10500 |
|
Mas de sus ornamentos el mayor |
|
Es la bondad de su Dueño, y Señor. |
|
|
CVI
|
|
Y ya que en fin a caminar me meto, |
|
A Moncuco andaré, y a un Patrón mío |
|
El Conde Belgioyoso, que en efeto |
|
Ama a mi Cicerón, porque es tan pío, |
|
Que hace ya de este Niño gran conceto. |
|
Y es buena prueva de esto, que os fío, |
|
Que, si el Conde me ve en alguna junta, |
|
Por él, con gran cariño, me pregunta. |
10510 |
|
|
CVII
|
|
Treparé con el Conde Corio el monte |
|
Llamado Orobio, y entre hyerva y flores |
|
Beberemos los dos en su Orizonte |
|
Aquel vino, que aviva los colores. |
|
Y si al mundo volviera Anacreonte, |
|
Otro no bebería, no Señores. |
|
Después a Oramo iré, que en su nobleza |
|
Alberga la piedad y gentileza. |
|
|
CVIII
|
|
De el Conde Lambertengui no por cierto, |
|
No penséis que me olvido, firmemente |
10520 |
|
Propongo visitarle en su desierto; |
|
Donde su diversión continuamente |
|
Es tratar con aquel, y aqueste muerto. |
|
A caza tal qual vez seguramente |
|
Andaremos los dos de codornizes, |
|
De liebres, de conejos, y perdizes. |
|
|
CIX
|
|
Pero esta grande caza, si no es varia |
|
Mi esperanza, será no más que un zero |
|
(Como mi pierna se mantenga sana) |
|
Respeto a lo que hacer después espero |
10530 |
|
En un sitio de Casa Garombana, |
|
Donde pienso passar un mes entero, |
|
Con su Dueño y Señor, y otro qualquiera, |
|
Ello se entiende como el Dueño quiera. |
|
|
CX
|
|
Luego que haya ajustado, o bien compuesto |
|
Un negocio, que traigo entre las manos |
|
Monto a cavallo, y parto luego a Sesto |
|
A ver los Condes de Adda, dos hermanos, |
|
Que en lo sabio compiten, y modesto; |
|
Y los tres leeremos en sus llanos |
10540 |
|
Tal qual trozo de el Niño Cicerón, |
|
De quien tienen los dos buena opinión. |
|
|
CXI
|
|
A Don Remigio Amigo verdadero, |
|
Andaré, porque está de allí vezino, |
|
Sin tener que pagar al Calesero, |
|
Pues seguiré por agua mi camino; |
|
Y si es preciso el tiempo, como espero, |
|
Derechamente a Vaprio me encamino, |
|
A ser huésped de cierto Señor Cripa, |
|
Hombre a manera de Menenio Agripa. |
10550 |
|
|
CXII
|
|
Después parto a las Islas Borromeas, |
|
Donde se usa comer con apetito |
|
Faisanes, Esturiones, y Lampreas, |
|
Y beber un licor archiesquisito; |
|
Pero que yo allá parta no lo creas, |
|
Sin que bien de palabra o por escrito |
|
Benignamente me aya convidado |
|
Quien me puede mandar como a Criado. |
|
|
CXIII
|
|
Y espero que en aquellas cercanías |
|
Veré a un Amigo mío, con quien pienso |
10560 |
|
Detenerme unos diez o veinte días, |
|
(Si ya no fuere un mes), con su consenso, |
|
Sin que sea pedirle gullorías; |
|
Pues me quiero cobrar con este censo, |
|
De las pesetas, que jugando al Ombre, |
|
Y a la Malilla me ganó aquel hombre. |
|
|
CXIV
|
|
Mas, si perdiere, perderé con gusto, |
|
Porque a lo menos juego, y me divierto |
|
En Casa Balestier, donde el disgusto, |
|
El tedio, y la tristeza, allá al desierto |
10570 |
|
Desterrados están; y como es justo |
|
El chiste, la alegría, y el concierto, |
|
Sin que jueguen jamás con carta falsa, |
|
De el mismo juego son la mejor salsa. |
|
|
CXV
|
|
Y ya que a viajar el gusto hago, |
|
A disponer voi luego la maleta, |
|
Para estar unos días en Parbiago |
|
En la Casa Morigia, si me azeta, |
|
Antes que ande el camino de Santiago, |
|
Porque la debo mucho, y si me aprieta |
10580 |
|
El prurito de hacer otros viajes, |
|
A otros mil, como viva iré parajes. |
|
|
CXVI
|
|
Andaré; mas si todavía quiero |
|
Andar más, me echaréis mui justamente |
|
Donde no es bien decir. Ya considero |
|
Que cansado estará aun el más paciente |
|
De averme oído; pues que yo el primero |
|
Lo estoi de aver garlado largamente. |
|
Punto, pues, de viages a la lista, |
|
Buenas noches, y a Dios hasta la vista. |
10590 |
Fin del Canto XIII
|