I
|
|
Digan lo que quisieren, es un gusto |
|
Esto del estudiar. No hai en el mundo |
|
Más noble oficio, como un ingenio justo |
11490 |
|
De un juicio acompañado esté, y profundo. |
|
Vivir quisiera yo sano y robusto |
|
Primero un siglo, después otro segundo |
|
No más que por saber; pues toda Luna |
|
(Dice una vieja) nos enseña una. |
|
|
II
|
|
O afortunada aquella sabia gente, |
|
Que diez siglos vivía, y aun casi ocho: |
|
Entonzes sí que verdaderamente |
|
Se hacía un hombre docto antes de chocho; |
|
Mas, por nuestra desgracia, ya al presente |
11500 |
|
Aquello se acabó: oy hace ocho |
|
Contra tres, el que llega a los cien años, |
|
Come Pan, bebe vino, y toma baños. |
|
|
III
|
|
Ya se fue el tiempo en que la rueca Berta |
|
Dejó, por falta de hilo, o porque manca |
|
Quedó, de puro hilar: ya nadie acierta, |
|
Cansado de vivir con muerte franca. |
|
Todo escolar tenía entonzes cierta |
|
La borla de Doctor de Salamanca; |
|
Y a los seis siglos (a quien esto no alegra?) |
11510 |
|
La barba de todo hombre era aún negra. |
|
|
IV
|
|
Oy no es assí: quando a estudiar se aprende |
|
Ya está cana la barba más hombruna; |
|
Y apenas del Estudio algo se entiende, |
|
Ya es forzoso hacer luego la importuna |
|
Maleta, sin la qual ninguno emprende |
|
El viage de aquella infiel laguna, |
|
Por la qual passa siempre al otro lado |
|
Entre mil ignorantes un Letrado. |
|
|
V
|
|
Y pues la vida es breve, triste y corta |
11520 |
|
Y el arte grande, y grande la ignorancia, |
|
La razón natural dicta, y exorta |
|
A que aprendamos cosas de substancia, |
|
Y a que se emplee sólo en lo que importa |
|
El tiempo, que se da a la estravagancia, |
|
O a ciertas vagatelas, que, pesadas, |
|
Valen tanto sabidas que ignoradas. |
|
|
VI
|
|
Hai algunos, que hilvánanse los sessos |
|
Por saber lo que no importa un comino: |
|
Uno busca entre Archivos y procesos |
11530 |
|
El color de las bragas de Tarquino; |
|
Otro examina dónde están los huessos |
|
De el perro favorito de Pipino; |
|
Éste indaga, si es cierto que en Venecia |
|
Se guardan los zapatos de Lucrecia. |
|
|
VII
|
|
Aquél de una inscripción cargada de años |
|
Arábiga, Siríaca, o Latina, |
|
De la edad quiere corregir los daños, |
|
Y Dios sabe, si acierta, o desatina: |
|
Tal qual pretende remendar los paños |
11540 |
|
De un viejo Autor, o cree, que una mina |
|
Halló en un medallón, de que no hai pocos, |
|
Que en conclusión no vale dos bayocos. |
|
|
VIII
|
|
Sobre más de una lápida, o cubierta |
|
De un libro, libros mil (os lo asseguro) |
|
Se escriven, y la cosa aún se está incierta, |
|
Es decir, que aún estamos al oscuro. |
|
Y el tal descubrimiento es cosa cierta |
|
(Aun quando fuese justo) estoi seguro |
|
De que el papel no vale, ni la tinta |
11550 |
|
Que gasta aquél, que, como tal le pinta. |
|
|
IX
|
|
O necios! de qué sirve esta fatiga |
|
Sobre una cosa vieja, inútil, vana? |
|
Queréis que yo clarito os lo diga? |
|
De vendernos papel por filigrana: |
|
Si tal vez acertáis (Dios os bendiga) |
|
Vale más el trabajo, que la lana; |
|
Pues se puede vivir sin essa ciencia, |
|
Y aun morir con saníssima conciencia. |
|
|
X
|
|
Mas olá! o Grevios, llenos de dotrina, |
11560 |
|
No hablo yo con vosotros, ni otros varios. |
|
No intenta adozenaros mi mohína |
|
Con los que el vulgo de hoi llama Antiquarios. |
|
Sois de la Historia Griega, y la Latina |
|
(Assí lo siento) oráculos primarios. |
|
Lo bello, y bueno en tantos derramado |
|
En vuestros libros todo está encerrado. |
|
|
XI
|
|
Trasladáis al papel sinceramente |
|
Lo cierto, y verdadero con nobleza: |
|
No como otros, que escriven comúnmente |
11570 |
|
Lo que sueñan, o finge su cabeza. |
|
Quanto escrivís, copiáislo exactamente |
|
Con suma lealtad, gusto, y limpieza. |
|
Si ocurre specie incierta, o bien dudosa, |
|
Lo omitís, y passáis luego a otra cosa. |
|
|
XII
|
|
Assí lo hizo el Autor, que tuvo gana |
|
De escrivir esta no vulgar historia. |
|
De la cuna de Tulio es cosa llana, |
|
Que no tuvo por bien hacer memoria, |
|
Ni aun de las fajas, ya de seda o lana, |
11580 |
|
Que la dicha tuvieron, y la gloria |
|
De fajar por Decreto Soverano |
|
(O qué fortuna!) al Orador Romano. |
|
|
XIII
|
|
De aquel silencio muchos infirieron, |
|
Que reliquias tan raras, y precisas |
|
A nuestro Autor desconocidas fueron, |
|
Como aora lo son otras mil cosas |
|
O qué sabemos, si las escondieron |
|
Personas eruditas, y curiosas, |
|
O (lo que no será gran maravilla) |
11590 |
|
Si el fuego las tragó, o bien la polilla. |
|
|
XIV
|
|
Porque, en caso de averlas encontrado |
|
Nuestro Autor, una docta compondría |
|
Disertación, que avría regalado |
|
A alguna biblioteca, o Galería, |
|
Donde hoi sin duda huviérase mostrado, |
|
Bien por dinero, o bien por cortesía, |
|
Cómo a Españoles, Turcos y Franceses |
|
Su Secchia muestran nuestros Modeneses. |
|
|
XV
|
|
Y puesto que el Autor el gusto tiene |
11600 |
|
De en pluma no tomar fajas, ni cuna, |
|
Lo mismo al Traductor hacer conviene, |
|
Dejando otras razones, por sólo una. |
|
Y es, que si al texto (al qual tanto se atiene) |
|
Pretendiera añadir tal qual laguna, |
|
Los Críticos Censores le sylvaran, |
|
Y Traductor infiel le publicaran. |
|
|
XVI
|
|
Me dirían, que soi un embustero, |
|
Que con lo ageno mezclo lo que es mío; |
|
Que yo estorpio un Autor franco y sincero, |
11610 |
|
Con lo que añado sin sazón, ni brío; |
|
Que debo venerar, y no venero, |
|
A todo Autor antiguo, grave, y pío: |
|
Y me dirán en fin cosas tan bellas, |
|
Que no tendré gran gusto en entendellas. |
|
|
XVII
|
|
Mas si Bartolo no nos dixo nada |
|
De fajas, ni de cuna; hizo mención |
|
De otros muebles, que estava amobillada |
|
La Sala, y es mui fiel su descripción. |
|
Era la cama (ya se ve) colgada, |
11620 |
|
Y capaz para dos a proporción, |
|
Recamadas de historias las Cortinas, |
|
Con alusiones harto peregrinas. |
|
|
XVIII
|
|
Estava el Trono conjugal pintado, |
|
Y en él la Honestidad, y Pudicicia, |
|
Cubiertas con un velo delicado. |
|
La fiel sinceridad, y sin malicia |
|
Se dejava observar al otro lado |
|
Del Matrimonio toda la milizia. |
|
Uno tenía al cuello como obillo |
11630 |
|
Como aquello que ponen a un Novillo. |
|
|
XIX
|
|
Yugo se llama el que oprimía el cuello, |
|
(Lo único que hoi resta a los Maridos) |
|
El Silencio tenía un grande sello, |
|
Con el qual estampava los vestidos. |
|
Todo era enigma, y yo no sé entendello. |
|
Mas si queréis estar bien instruidos, |
|
Balestieri está aí, Caros Hermanos, |
|
Insigne expositor de estos arcanos. |
|
|
XX
|
|
El qual a punto está para casarse |
11640 |
|
Con una Dama joven, rica, bella, |
|
Tanto, que no es mui fácil encontrarse |
|
Otra que sea más hermosa que ella. |
|
En suma supo en ella amontonarse |
|
Quanto hacer puede amable una Donzella. |
|
Lo que yo en Balestieri más admiro |
|
Es, que en ninguna cosa yerra el tiro. |
|
|
XXI
|
|
Amor dulzes Esposos os bendiga, |
|
Y destierre de vos toda aflicción: |
|
Suave os sea el reposo, y la fatiga, |
11650 |
|
Reyne siempre en los dos la paz, y unión. |
|
Venus sea en el Cielo vuestra amiga, |
|
Y haga nacer de vos un Cicerón |
|
Cuya vida eternize con su pluma |
|
Otro Bartolo, u otro Motezuma. |
|
|
XXII
|
|
Vuélvome aora al lecho conjugal, |
|
Que atajó Balestier por esta vez. |
|
Sobre un carro veíase triunfal |
|
Las Matronas antiguas, que de pez |
|
No mancharon el lecho marital, |
11660 |
|
Que entre todas serían nueve, o diez. |
|
Como un Autor Syncrónomo lo cuenta, |
|
Salvo siempre algún error de cuenta. |
|
|
XXIII
|
|
En el Cielo del lecho retratada |
|
Lucrecia estava, rabioso el sobrecejo, |
|
Porque después de aquella su empanada |
|
Se mató, sin pedir, ni oír consejo; |
|
O si le oyó, fue mal aconsejada; |
|
Pues privó de la vida, y de el pellejo |
|
A un niño, que, por ser hijo de pu... |
11670 |
|
Sería afortunado sin disputa. |
|
|
XXIV
|
|
Pecar hoi, y matarse, esto no basta, |
|
Mejor era vivir, y penitencia |
|
Hacer después; Lucrecia si es que casta |
|
No fue, debió a lo menos la apariencia |
|
Guardar y Colatino, hombre de pasta, |
|
Callaría por propia conveniencia, |
|
Ni huviera publicado el buen Romano |
|
Su desonor, como hizo allá Vulcano. |
|
|
XXV
|
|
No lo sabría de este modo alguno, |
11680 |
|
Y desmentir podría a un Novelero, |
|
Quando aora lo sabe cada uno; |
|
El Cónsul, el Faquín, e el Zapatero |
|
Suben, que Colatino fue el pobre uno |
|
De tantos, como bajo del sombrero |
|
Llevan lo que los Turcos de Levante |
|
Suelen llevar encima del Turbante. |
|
|
XXVI
|
|
La vida es lo primero, que guardar |
|
Se debe: después de ella la Muger |
|
Debe guardar la honra. Assí en vulgar |
11690 |
|
El Petrarca lo dijo, y puede ser |
|
Que más de una este error quiera tragar, |
|
Sin que llegue jamás a conocer, |
|
Que ella levanta un testimonio al texto, |
|
Por estar arrancado de el contesto. |
|
|
XXVII
|
|
En él se explica, pues se maravilla |
|
De que sólo el dolor no la matasse |
|
A Lucrecia; quando él bastó en Sevilla, |
|
Para que una Donzella de alta classe |
|
De repente espirasse en una silla, |
11700 |
|
Aunque el ultrage a tanto no llegasse. |
|
Que una muger al verse deshonrada |
|
Se reputa por muerta y enterrada. |
|
|
XXVIII
|
|
Qué cosa puede amar en esta vida |
|
La Muger, que llegó a perder su honor? |
|
Preciso es, que estando embebecida |
|
En su desgracia, en su ultrajado honor, |
|
En la hora y lugar de aquella herida, |
|
Continuamente sufra un gran dolor, |
|
Y que oprimida de un disgusto eterno |
11710 |
|
Sea el vivir para ella un nuevo infierno. |
|
|
XXIX
|
|
Con todo esso, si por desgracia hoi día |
|
Se hallara alguna, entre éstas, pecadora; |
|
Que tripudie y esté con alegría, |
|
Decidirlo no quiero por aora. |
|
Sólo diré, que si es que todavía |
|
Alguna hai tal, ya plebeya, o ya Señora |
|
(Sin que esto suene a pulla, o desvergüenza) |
|
No la embidio, el pudor, ni la vergüenza. |
|
|
XXX
|
|
Entre la mugeril caterva honrada, |
11720 |
|
Que no manchó la fe matrimonial, |
|
De Peto la Muger es celebrada. |
|
Ésta, después que se clavó el puñal, |
|
A Peto le alargó, diciendo ossada: |
|
No temas, Peto, no, que no hace mal, |
|
Y si algún dolor siente el pecho pío |
|
Sólo es el tuyo, pero no ya el mío. |
|
|
XXXI
|
|
Después era Zenobia la constante, |
|
Y la fuerte Penélope valiente, |
|
Cuyos retratos, émulo el semblante, |
11730 |
|
Mirava Elvira mui frequentemente |
|
Fiel al Marido hasta el postrer instante, |
|
Teniendo siempre el propio honor presente; |
|
Dándonos a entender, quanto en nosotros |
|
Puede el egemplo bueno de los otros, |
|
|
XXXII
|
|
A un casto lecho dan mayor decoro |
|
Estos esmeros de el pincel y el Arte, |
|
Que la historia de Angélica y Medoro, |
|
O las redes de Venus y de Marte, |
|
Ni la caza del Ciervo, o la del Toro. |
11740 |
|
Que pueden explicarse en mala parte |
|
Porque no es un obgeto dulce, y tierno |
|
El mirar junto a un lecho tanto cuerno. |
|
|
XXXIII
|
|
Era el lecho de Elvira quatro bancas, |
|
Un Sacón, una almoada, una Esclavina, |
|
Un colchón con dos sábanas mui blancas |
|
De tela ni mui vasta, ni mui fina. |
|
Con sus manos, que cierto no eran mancas, |
|
Se vestía cerrada la cortina, |
|
Por no ser vista en trage no decente, |
11750 |
|
Si alguno abría el quarto de repente, |
|
|
XXXIV
|
|
Bien que no era possible, que en la cama |
|
Pudiesse ser de nadie sorprendida, |
|
Porque se alzava siempre, aunque era Dama, |
|
Con luz artificial ya prevenida |
|
Por su fiel Camarera; y aun es fama, |
|
Que quando estava ya medio vestida |
|
Saltava de la cama, presto, presto, |
|
Y en medio del imbierno hacía esto. |
|
|
XXXV
|
|
La cama (acostumbrava ella a decir) |
11760 |
|
Fue de nuestros mayores inventada, |
|
En los sanos, a efecto de dormir; |
|
En los enfermos por más acomodada |
|
Para menos penar, menos sufrir. |
|
Pero a la gente en ella apoltronada, |
|
Poco a poco la va haciendo podrir. |
|
Y el consumirse el hombre más robusto |
|
Es el fruto común de tan mal gusto. |
|
|
XXXVI
|
|
Su sueño a nueve horas no llegava |
|
Por conservar el cuerpo ágil y sano: |
11770 |
|
Dormir en cama dura acostumbrava, |
|
Como debiera hacer todo Cristiano, |
|
Que la mui blanda convencida estava, |
|
De lo mucho que daña al cuerpo humano. |
|
Bien que de esto avrá pocos pareceres |
|
En nuestras poltroníssimas Mugeres. |
|
|
XXXVII
|
|
Dormir no saben sino en cama blanda, |
|
Ni sentarse sino en silla de pluma, |
|
Cubierto el canapé de fina holanda, |
|
Y el assiento imitando blanca espuma |
11780 |
|
Formada de algodón sutil de Irlanda. |
|
Me parecen a mí (díxelo en suma) |
|
Otros tantos rubíes o topazios, |
|
Que entre algodón ocupan sus Palazios. |
|
|
XXXVIII
|
|
A la hora de Nona se levantan, |
|
Y de no haver dormido se lamentan, |
|
Culpando de que el sueño las quebrantan |
|
Al gallo, a la gallina, y aun nos cuentan |
|
Que las da mal de madre, quando cantan: |
|
Todas escusas son que ellas inventan. |
11790 |
|
Mas la poltronería de las tales |
|
Las llena de miserias, y de males. |
|
|
XXXIX
|
|
Diz que en toda la noche no han podido |
|
Dormir: dicen verdad, y yo lo creo, |
|
Porque se acuestan quando ya ha nacido |
|
El Sol; y después al Dios Morfeo |
|
Sacrifican en sueño bien cumplido |
|
Lo que hai desde el cenith al apogeo, |
|
Siendo para ellos la primera Aurora |
|
De el medio día la constante hora. |
11800 |
|
|
XL
|
|
Aunque yo no me acuesto mui temprano, |
|
Por ser algo poltrón, esto no obstante, |
|
Tal vez me alzo en imbierno y en verano |
|
Quando se acuestan muchos; y es constante |
|
Que haciéndolo assí hoi, no es juicio vano |
|
Creer que harán lo mismo en adelante, |
|
Y de esta moda, que en el mundo hoi passa |
|
El desgovierno nace de la casa. |
|
|
XLI
|
|
Qué digo de la casa? al pueblo entero |
|
Se estiende el daño; pues también aquellos, |
11810 |
|
Que las cortejan con tan nimio esmero |
|
Es preciso, que duerman también ellos, |
|
Y en la Ciudad es cada uno un cero |
|
Que de nada la sirve, quando entre ellos |
|
Hai tal qual, que si fuera más machucho, |
|
Podría honrarla, y aun servirla mucho. |
|
|
XLII
|
|
Pudiera ser soldado mui valiente, |
|
En la guerra, y en paz un gran Ministro: |
|
Pudiera ser un gran Jurisprudente, |
|
Un Filósofo, un Otro Trismegistro, |
11820 |
|
Y es por su culpa aora un puro niente, |
|
Aun para Guarda inútil del Registro. |
|
Mas ya cansan asuntos tan endebles: |
|
Basta de esto; y volvamos a los muebles. |
|
|
XLIII
|
|
De aquellos muebles, digo, que tenía |
|
Elvia en su alcova, quarto, u aposento, |
|
Escritos en Caldeo: algaravía |
|
Necesitada de sutil comento. |
|
Mas a mí me parece que es manía, |
|
O ignorancia de corto entendimiento, |
11830 |
|
Pretender concordar en los quadernos |
|
Con los nombres antiguos los modernos. |
|
|
XLIV
|
|
En los tiempos de Elvira no se usava |
|
Las salas adornar con muebles ricos, |
|
Ni tampoco traerlos se estilava |
|
De estrangero País: grandes, y chicos |
|
Tratavan al que en tal manía daba |
|
De loco, o de insensato en sus ozicos. |
|
Estava entonzes por benigno influxo, |
|
Mui distante de Italia el voraz luxo. |
11840 |
|
|
XLV
|
|
El luxo que hoi traspassa toda meta, |
|
Y aun las columnas de Hércules traspassa: |
|
El luxo digo, aquel fatal cometa, |
|
Que su esterminio anuncia a toda Casa |
|
Singularmente el femenil, que arieta |
|
El más fuerte Palazio de argamassa, |
|
Pues el adorno de una sala sola |
|
Casi medio Perú trae a la cola. |
|
|
XLVI
|
|
Sólo la sala del recivimiento |
|
De la muger se engulle (a lo que he oído) |
11850 |
|
No digo ya a tal qual, a más de ciento) |
|
La mitad de la renta del marido. |
|
En la Toeleta míranse sin cuenta |
|
Cachivaches sin fin, que han consumido |
|
No ya un caudal, sino un tesoro eterno. |
|
A tanto llega ya el luxo moderno. |
|
|
XLVII
|
|
El luxo, que Provincias ha arruinado, |
|
Por el qual tanta gente hambrienta anda, |
|
Mui bien Italia lo ha experimentado, |
|
Donde el luxo a baqueta a todos manda. |
11860 |
|
Véndense a precio aquí desmesurarlo |
|
Los géneros de Francia, y los de Olanda: |
|
Y esta Italia se lamenta, y dice, |
|
Que el hado no la quiere hacer felize. |
|
|
XLVIII
|
|
Se duele de que ya la avara tierra |
|
No corresponde al Labrador avaro; |
|
Que ya las tempestades y la guerra |
|
Convierten la Campaña en desamparo; |
|
Que a las lluvias el Cielo el passo cierra, |
|
Que el Campo está abrassado sin reparo, |
11870 |
|
Que hombres y brutos muérense de hambrientos |
|
Teniendo contra sí los elementos. |
|
|
XLIX
|
|
En suspiros prorrumpen, y en gemidos, |
|
Porque ya de la Iberia, ya del Norte |
|
Viene gente, que turba a sus sentidos |
|
La bella paz. No advierte que a Mavorte |
|
Llama ella con eccos repetidos |
|
De su luxo, notorio en toda Corte, |
|
Y que una gente vil, vaga y ociosa |
|
No hace frente a la fuerte y belicosa. |
11880 |
|
|
L
|
|
Conócete a ti misma Italia amada, |
|
Ponte al pecho la mano por un poco, |
|
Y después de estar bien examinada, |
|
Reconoce el origen vano, y loco |
|
Que te tiene años ha desfigurada, |
|
Y aplícate al remedio poco a poco. |
|
Mira al tiempo presente, y al passado, |
|
Y hallarás que tú misma lo has comprado. |
|
|
LI
|
|
Piensa quanto a las Artes fuiste atenta, |
|
Nacidas y educadas en tu seno: |
11890 |
|
Piensa, que un día estavas mui contenta, |
|
Con lo que producía tu terreno, |
|
Y que hoi de ti tu antigua gloria auyenta |
|
De el luxo, y de la crápula el veneno, |
|
La antigua parsimonia desterrando |
|
Y que vas cada día empeorando. |
|
|
LII
|
|
Entonzes aspiravas al honor |
|
Por armas, Artes, letras y doctrina |
|
Hoi entre el ozio, el juego, y el amor |
|
A desterrar la Magestad Latina. |
11900 |
|
Por su govierno, y su Marcial valor |
|
Fuiste Reyna del mundo. Si tu ruina |
|
Decretaron los Dioses con sus sellos, |
|
Cúlpate Tú a ti misma, mas no a ellos. |
|
|
LIII
|
|
Vuelve a llamar las Artes a tu suelo, |
|
Despierta ya este ingenio amodorrado, |
|
Que en otro tiempo te elevó hasta el Cielo. |
|
Destierra la ambición, y al moderado |
|
Uso de las costumbres, todo el zelo |
|
Que hizo tan respetable a tu Senado |
11910 |
|
Aplica con constancia, y con decoro |
|
Y verás revivir el Siglo de oro. |
|
|
LIV
|
|
Echa de ti los usos perniciosos, |
|
Y las fatales modas estrangeras, |
|
Con las quales te chupan los golosos |
|
Tu substancia, tu honor, y tus dineros. |
|
Vayan fuera los muebles suntuosos |
|
De espejos, cornucopias, candeleros, |
|
Y de tantos inútiles arneses |
|
Ingleses, Olandeses, y Franceses. |
11920 |
|
|
LV
|
|
O vieja oziosa, Vieja soñolenta |
|
Dispierta ya de esse fatal letargo, |
|
Y la ira de Dios teme sangrienta |
|
Yo te lo digo Italia en ancho y largo, |
|
Mas si (lo que el Cielo no consienta) |
|
Os burlaréis de mí, yo me descargo, |
|
Y no me quitará nadie el consuelo |
|
De que cumplí a lo menos con mi zelo. |
|
|
LVI
|
|
Aora, pues, que hize ya, como hais oído |
|
Contra la pobre Italia una invectiva, |
11930 |
|
Creo averme librado (no sin ruido) |
|
De un peso, que me hacía alguna giba, |
|
Ni creo ser por esto reprendido, |
|
Pues gozan años ha la privativa |
|
Nuestros Poetas de la Italia bella |
|
De hablar, por lo común, mui mal de ella. |
|
|
LVII
|
|
Todo aquel, que el Parnaso subir quiere, |
|
Y mostrarse de Italia digno hijo |
|
El respeto la pierde, y aun la hyere |
|
En tono de consejo: esto es mui fijo. |
11940 |
|
Yo ya hize mi deber, sea el que fuere, |
|
Y aun pequé un si es no es en lo prolijo. |
|
Vuelvo pues a la historia comenzada, |
|
Y a Elvira que me espera amostazada. |
|
|
LVIII
|
|
En su cámara avía tres Armarios, |
|
Con plumas, con papel, tintero, y tinta, |
|
Argadillo, usos, rueca y tal qual cinta. |
|
Dos mesas, un sitial, y libros varios, |
|
Y una estatua no grande, ni sucinta |
|
De la Diosa que Cinthia el gentil llama, |
11950 |
|
Y una cuna mui cerca de la cama. |
|
|
LIX
|
|
En ella sin dolor y sin cuidados |
|
Passava muchas horas, noche y día, |
|
Nuestro Tulio, ya abiertos, ya cerrados, |
|
Sus ogitos según le parecía, |
|
Mientras Elvia atendía a sus usados |
|
Labores, ya hilbanava, ya cosía; |
|
Y el Niño se quedava dormidito, |
|
Con un sueño apacible, y dulcecito. |
|
|
LX
|
|
No turbavan el sueño a Cicerón |
11960 |
|
Aquellos fantasmones y figuras |
|
Que suelen espantar el corazón |
|
De ciertas pavorosas criaturas, |
|
Y tal vez natural efecto son |
|
De el excesso en usar bebidas puras, |
|
Si ya no nace de franquear abiertas |
|
A la imaginación sus locas puertas. |
|
|
LXI
|
|
Quando el sueño sus artes desplegando |
|
Va poco a poco, y entra lentamente |
|
Los cuidados de el día desterrando, |
11970 |
|
Deja a la fantasía libremente |
|
Vagar por donde quiere, sin que al mando |
|
De la razón se rinda, y comúnmente, |
|
Como no está tullida, ni está coja, |
|
Gira y vuela a donde a ella se le antoja. |
|
|
LXII
|
|
Por la región del ayre corre, y vuela, |
|
Baja al abysmo, o bien súbese al Cielo, |
|
Se entristeze, se aflige, o se consuela, |
|
Según lo que se agita en el cervelo, |
|
Y, como enseña la moderna Escuela, |
11980 |
|
Lo que dispierto vio bien ordenado |
|
Dormido sueña ver, mas trastornado. |
|
|
LXIII
|
|
A tal uno, que arde, tiembla, espera |
|
Y muere por un rostro hermoso y tierno, |
|
Parécele estar viendo allá en la Esfera |
|
Su dulce prenda; y no ve más que un cuerno. |
|
Juzga que le saluda placentera, |
|
E imaginándose ya Marido, y Yerno. |
|
Iba a hablar a su Dueño idolatrado, |
|
Dispierta, y reconócese burlado. |
11990 |
|
|
LXIV
|
|
Sueña en Selvas, y en Perros el que caza, |
|
Y tal vez en Perdizes, y en Faisanes, |
|
El soldado en sus armas, y amenaza |
|
A Franceses, Ingleses, y Alemanes. |
|
El Pescante en sus redes, dando traza |
|
De que no se las rompen los Caymanes, |
|
Imagínalas llenas de Cabial, |
|
Y halló, que pescó sólo el orinal. |
|
|
LXV
|
|
Más de una vez a mí me ha acontecido |
|
Soñar, que un gran bolsillo avía hallado |
12000 |
|
Lleno de oro, y aviéndolo creído |
|
Teníame por hombre afortunado, |
|
Y decía entre mí: no estoi dormido. |
|
Dispertávame, y viéndome burlado |
|
Conocía de el sueño los enredos, |
|
Pues no hallava en la mano más que dedos. |
|
|
LXVI
|
|
Mas volvamos ya al texto, y a su glossa: |
|
Si se oye, o si se ve cosa funesta, |
|
En la imaginación (dice Barbosa) |
|
Altamente estampada siempre resta, |
12010 |
|
Y tal vez dispertando aquella cosa |
|
Convierte en llanto el sueño de la siesta. |
|
Si quieres dormir quieto, huya tu vista |
|
De todo quanto assusta, y nos contrista. |
|
|
LXVII
|
|
Sobre todo conciencia limpia y pura |
|
Hace un sueño suave, dulce, leve, |
|
Ninguna Larva, sombra, ni Figura |
|
A turbarle se acerca, ni se atreve. |
|
Si la noche más larga, y más oscura |
|
Quieres que te parezca clara, y breve, |
12020 |
|
Refrena las indómitas passiones, |
|
Y libre te verás de fantasmones. |
|
|
LXVIII
|
|
De Cicerón veremos con el tiempo, |
|
Que antes de ir a la cama examinava |
|
Toda palabra, todo passatiempo |
|
Toda acción, que entre día egecutava, |
|
Y de su corazón en paz, y a tiempo |
|
Todo indecente afecto desterrava. |
|
Con esto se iba al lecho sin quebranto, |
|
Y se dormía como un Padre Santo. |
12030 |
|
|
LXIX
|
|
Su Madre procurava, que lejana |
|
De él estuviesse toda Muger fea. |
|
Y si a esto se añade lo profana, |
|
No hai Furia, no hai Medusa, no hai Medea |
|
Comparable con ella. Viene gana |
|
De vomitar al pobre que la vea |
|
Quanto más ricamente esté vestida, |
|
Con más asco, y orror es recivida. |
|
|
LXX
|
|
Nunca Elvira en presencia de su hijo, |
|
De los antiguos célebres Autores |
12040 |
|
Leía las Tragedias; porque es fijo, |
|
Que aquel trágico fin de los amores, |
|
En lugar de excitar al regozijo, |
|
Engendra malincólicos humores, |
|
Y se llena la pobre fantasía |
|
De especies, que la dan melancolía. |
|
|
LXXI
|
|
Si al hijo el sueño conciliar quería, |
|
Quando estava de humor, y más dispierto |
|
Los Cómicos antiguos le leía, |
|
Saltando con prudencia y con acierto |
12050 |
|
Lo que menos honesto parecía. |
|
La Odissea (nos dice un Autor cierto) |
|
Le leía, y un trozo de Platón, |
|
Y después le cantava esta canción. |
|
|
LXXII
|
|
Haz la Nina y la Nana, hijo querido, |
|
Y duerme siempre sueños placenteros. |
|
Haz la Nina y la Nana, mi Cupido |
|
Y si no pucheritos, haz pucheros. |
|
Haz la Nina y la Nana, esto te pido, |
|
Y cierra essos ogitos embusteros. |
12060 |
|
Has la Nina y la Nana dulcemente |
|
Y Morfeo te arrulle blandamente. |
|
|
LXXIII
|
|
Cierra los ojos, y ciérralos quanto antes, |
|
Sin que inquiete tu sueño cosa alguna. |
|
Cierra los ojos bellos y brillantes, |
|
Y mírate con buenos la Fortuna. |
|
Cierra los ojos, y ciérralos quanto antes, |
|
Que ya me canso de mezer la cuna. |
|
Haz la Nina, que ya no hai paciencia, |
|
Y todo esto cantábalo en cadencia. |
12070 |
|
|
LXXIV
|
|
Cantando Elvia, la cuna meneava, |
|
Poco a poco, y el lento movimiento |
|
Grandíssimo placer a Tulio dava. |
|
Los ojos cierra en fin con mucho tiento, |
|
Y Elvia, que de hito en hito le mirava, |
|
No hace rumor, no canta; a passo lento |
|
Se retira; mas Tulio no dormía, |
|
Y en su mente qué de cosas revolvía! |
|
|
LXXV
|
|
O si duerme, soñava grandes cosas, |
|
Verbi gratia emular los Oradores |
12080 |
|
Antiguos en sus Obras primorosas, |
|
Venciéndolos, si puede, en sus primores, |
|
Pues (como dice un tal fulano Rosas) |
|
La Fortuna, a quien llama a los honores, |
|
Hablando a nuestro modo, se complace |
|
En dárselo a entender desde que nace. |
|
|
LXXVI
|
|
Su risita era honesta, honesto el llanto, |
|
Honesto en el mirar, y en quanto hacía: |
|
Pero en sus manecitas lo era tanto, |
|
Que, mamando a tocar no se atrevía |
12090 |
|
El pezón de la Madre; era un encanto |
|
Ver, que teniendo, como al fin tenía |
|
Uñas, y dientes, ni por caso, ni arte |
|
Señaló nunca Tulio aquella parte. |
|
|
LXXVII
|
|
No imaginéis, que Elvira fue frequente |
|
En franquearle la tienda en que mamasse. |
|
Quatro vezes al día solamente |
|
Le dava el pecho; y es fácil que tomasse |
|
De aquí aquella costumbre de abstinente; |
|
Porque es fama común, que praticasse |
12100 |
|
Solas quatro comidas cada día |
|
O! quánto puede hacer una que cría! |
|
|
LXXVIII
|
|
Notar a honor de Tulio aquí se debe |
|
Una cosa mui digna de alabanza. |
|
Si de el seno materno el Niño bebe |
|
La leche, que no falta, antes avanza, |
|
A otro frasco beber jamás se atreve, |
|
Y si alguna, que ignora aquella usanza, |
|
Se desabrocha, y Tulio lo repara; |
|
Vuelve a otra parte la púdica cara. |
12110 |
|
|
LXXIX
|
|
De sola Elvira manejar se deja |
|
Sus castos miembros: y mientras que le faja |
|
Quietecito se está como una Oveja. |
|
Pero, fajado ya, tanto trabaja |
|
Con pies y manos, que insiste y no lo deja |
|
Hasta que poco a poco se desfaja: |
|
Como quien dice: libre me ha hecho el Cielo, |
|
Y libre he de vivir acá en el suelo. |
|
|
LXXX
|
|
Viendo la Madre a Cicerón dotado |
|
De tal virtud, en su interior le alava, |
12120 |
|
De grandes cosas te tiene reservado |
|
Hijo (le dice) el Cielo, y continuava |
|
Diciendo: será Padre aclamado |
|
De la Patria. Diciendo esto exclamava: |
|
O qué cosas harás en adelante! |
|
Harás más que hizo en Francia Floravante. |
|
|
LXXXI
|
|
Tal vez Elvira blandas palmaditas |
|
Daba en el blanco pecho al tierno Niño; |
|
Tal vez en otras partes sus visitas |
|
Le hacía por amor, y por cariño. |
12130 |
|
Mas veo que estas quatro palabritas, |
|
La ocasionen rabia y desaliño |
|
Y que con torbos ojos ya me mira. |
|
Huyo pues de su quarto, y de su ira. |
|
|
LXXXII
|
|
Huyo, pues, y me pongo en salvamento, |
|
Antes que al ayre vuelen las chinelas; |
|
Que una Muger en el primer momento |
|
De su furor hará besar las suelas, |
|
No digo a un hombre, a todo un Regimiento, |
|
Ya sea de Brabante, o de Brusselas, |
12140 |
|
Y a falta de ellas, platos y escudillas |
|
Andarán tras cabezas, y costillas. |
|
|
LXXXIII
|
|
Quando fuera de casa Elvia salía, |
|
Llevando el caro peso entre los brazos, |
|
Mugeres, y hombres todos a porfía |
|
Se iban tras de los dos, y mil abrazos |
|
Dar cada qual, al Niño pretendía, |
|
En que no avía insultos ni pelmazos, |
|
Queréis ver? Corred pues adelante |
|
Porque salen de casa en este instante. |
12150 |
|
|
LXXXIV
|
|
Lleva Elvira a su hijo en blanco lino |
|
Embuelto, y el Infante mui sereno |
|
A todo está mirando el Pueblo Arpino; |
|
Mas si no pone a sus manitas freno, |
|
Esto es, si por juguete y sin destino |
|
Llevar las quiere azia el materno seno, |
|
Elvia se las aparta mesurada, |
|
Dando a entender no quiere ser tocada. |
|
|
LXXXV
|
|
Una basquiña negra era su gala, |
|
Y ocultava su cara un negro velo |
12160 |
|
Honesta precaución contra la mala |
|
Inclinación de algún lascivo anhelo. |
|
Por donde passa estampa Elvia, y señala |
|
Pruebas claras de honor, de juicio, y zelo |
|
La basquiña cubríala los pies |
|
O! quántas hoi lo hacen al rebés! |
|
|
LXXXVI
|
|
Pero hacen pensar mal, y obrar peor, |
|
Y aunque yo no soi cierto escrupuloso, |
|
Me hacen bajar los ojos con rubor, |
|
Al ver aquel vestir escandaloso. |
12170 |
|
Cáusame esto tan íntimo dolor, |
|
Que no puedo callar, y hablar no osso |
|
Por lo que, con prudencia cauta y sabia, |
|
Sólo diré, que el verlo me da rabia. |
|
|
LXXXVII
|
|
Si fueran al Teatro, u a los Toros |
|
Las Mugeres, que van con inmodestia |
|
Vestidas, adelante con mil Moros |
|
No olería el desorden tanto a bestia; |
|
Pero ir assí a meterse entre los Coros |
|
De un Templo, o de una Iglesia, con molestia |
12180 |
|
De almas pías, devotas, y Cristianas? |
|
Casi de maldecirlas me dan ganas. |
|
|
LXXXVIII
|
|
O qué campo aquí se abría |
|
De declamar contra tan reo abuso? |
|
Aora sí, que otro Elías ser querría |
|
Para gritar en tono no confuso: |
|
Si la casa de Dios, de noche y día |
|
Profanáis de esse modo, y con tal uso, |
|
Temed aquel Señor que se ayró tanto |
|
Quando vio profanado el Templo Santo. |
12190 |
|
|
LXXXIX
|
|
Ya se vio de él con cólera arrojar |
|
Los que vendían blancas Avecillas; |
|
Que hará con los que a escandalizar |
|
Van a él a almas puras y sencillas, |
|
Haciéndolas tal vez prevaricar |
|
Quando con Dios trataran sus cosillas? |
|
Y no temen a un Dios, que es vengador: |
|
O qué assunto para un Predicador! |
|
|
XC
|
|
Siempre andava Elvia con modesto passo, |
|
Nunca los ojos al contorno gira, |
12200 |
|
Y como dice de Sofronia el Tasso, |
|
Míranla todos, y ella a nadie mira. |
|
Si alguno le hace señas, no hace caso, |
|
Si otro atrevido de el brial la tira, |
|
Si tosse, sylva, escupe, o gargagea, |
|
Va adelante y desprecia aquel Badea. |
|
|
XCI
|
|
En nuestros días no hacen todas esto. |
|
Muchas, sean solteras, o Casadas, |
|
De su escasa beldad de puesto en puesto |
|
Van a hacer pompa mui embelletadas, |
12210 |
|
Y a todo Molzavete de buen gesto |
|
Regalan con dulcíssimas miradas, |
|
Moviendo ojos, y pies acompassados, |
|
Mas unos y otros por diversos lados. |
|
|
XCII
|
|
Una conversación al punto entabla |
|
Con un Rufián, tan hablador como ella. |
|
Otra es más reservada en lo que habla, |
|
Mas sus ojos, loquaces como aquélla; |
|
Ésta tan tiesa como qualquier tabla |
|
Gusta de cortesías, porque es bella; |
12220 |
|
Elvia volvía a casa con decencia, |
|
Salvo siempre su honor, y su conciencia. |
|
|
XCIII
|
|
Ni era de aquellas, que porque han parido |
|
Un hijo, se hacen vanas e insufribles |
|
Al más tierno y pacífico Marido, |
|
Pretendiendo mil cosas impossibles, |
|
Por juzgar que en aquello le han servido |
|
Con la hazaña mayor de las possibles |
|
En las débiles fuerzas de un Esposo, |
|
Y que por ellas ellos no hacen cosa. |
12230 |
|
|
XCIV
|
|
Mas yo a tales Mugeres las remito |
|
A un libro de láminas mui finas, |
|
Donde dice el Autor (hombre erudito), |
|
Que hijas son de las Rosas las Espinas. |
|
Lean lo que hallarán en el escrito, |
|
Que yo lavo mis manos, y mohínas |
|
Contra mí ver no quiero a las Mugeres, |
|
Ni oponerme a sus bellos pareceres. |
|
|
XCV
|
|
Antes bien, por huir de disgustar |
|
Al bello sexo, a quien venero tanto; |
12240 |
|
Si es que me dan licencia, quiero entrar |
|
(Ya que parece da lugar el Canto) |
|
En cierta Estancia, donde solía estar |
|
Elvia con Tulio, quieta como un Santo; |
|
Estancia que en la Griega Biblioteca, |
|
Creo se ha de llamar Pinacoteca. |
|
|
XCVI
|
|
Y nosotros llamamos Galería, |
|
La qual era como ésta justo, justo |
|
Que si, como es del Conde fuera mía |
|
En verdad no tendría gran disgusto. |
12250 |
|
Mas gózela años mil su Señoría, |
|
Y celebremos todos su buen gusto, |
|
Ya que por tan Cavallero, y tan Cristiano |
|
Digno es de quanto hai más Soverano. |
|
|
XCVII
|
|
Muchos quadros avía en dicha Estancia, |
|
Pero mucho erraréis en mi conciencia, |
|
Si imagináis que en ellos la elegancia |
|
De el pincel se manchó con la indecencia. |
|
No cierto; no fue assí: con la arrogancia |
|
De el pincel componía la decencia. |
12260 |
|
En ningún quadro avía pincelada, |
|
Donde la honestidad no fuesse respetada. |
|
|
XCVIII
|
|
Pintadas no, no avía al natural |
|
Ciertas historias de hediondo tasto; |
|
Ciertos juguetes, que hacen pensar mal, |
|
Y peor, quanto más vivo es el impasto. |
|
No era de aquellas Cámaras la tal, |
|
Donde el que entra, si quiere salir casto, |
|
Es preciso, que entrando para vella, |
|
Vuelva a salir sin ver lo que hai en ella. |
12270 |
|
|
XCIX
|
|
O gente sin consejo, escandalosa! |
|
Este pecado grita a Dios venganza. |
|
Él es aquella planta ponzoñosa, |
|
Cuya raíz hasta el abismo alcanza; |
|
Aquella res infecta, res roñosa |
|
Que infiziona al redil sin esperanza. |
|
Ay de aquel que a su hermano escandaliza, |
|
Y a pecar de qualquier modo le atiza! |
|
|
C
|
|
Assaz irritan la concupiscencia |
|
Ciertos al día de oy originales, |
12280 |
|
Assaz durará el mal de su presencia, |
|
Sin hacerse en sus copias immortales, |
|
Assaz reyrá en el mundo la licencia |
|
Y assaz son las Mugeres liberales |
|
En mostrar ciertas cosas a compás, |
|
Sin que el pincel descubra lo demás. |
|
|
CI
|
|
Assaz más al mal, que al bien se inclina |
|
Nuestra naturaleza enferma, impura, |
|
Sin que por otros medios a su ruina |
|
Precipitarla quiera la pintura. |
12990 |
|
La fantasía assaz se lo imagina, |
|
Y ella misma se forma la figura, |
|
Sin que también conspire por su parte |
|
Con nuestra Naturaleza la misma Arte. |
|
|
CII
|
|
Arte infeliz, si ya con tus colores |
|
De las almas estrago eres, y daño; |
|
Si en el pecho introducen tus primores |
|
Amor vil, amor sucio, amor estraño, |
|
Causando en sólo un día más horrores, |
|
Que la malvada Alcina en todo un año. |
12300 |
|
O! llueva sobre ti fuego de el Cielo; |
|
Pero clama en desierto este mi zelo. |
|
|
CIII
|
|
Veo, que sirven poco mis sermones, |
|
Y que en vano hasta aora han predicado, |
|
Muchos grandes intrépidos Varones, |
|
Aviendo ciertamente demostrado, |
|
Ser difícil, o Dios, que nos perdones |
|
En vida o muerte tan feroz pecado |
|
Porque hace más mal un Quadro puerco, imundo |
|
Que diez malas mugeres en el mundo. |
12310 |
|
|
CIV
|
|
Sí, vuelvo a decir, una pintura oscena |
|
Hace más mal que una Muger mundana, |
|
Porque ésta, si vive hoy robusta y buena |
|
Fácilmente podrá morir mañana, |
|
O arrepentirse como Madalena, |
|
Y mucho más si llega a ser anciana. |
|
Mas se burla de el tiempo, y de su injuria |
|
Un quadro, que provoca a la lujuria. |
|
|
CV
|
|
Y en vez de aquellos premios, que dan todos |
|
Con alabanzas mil a los Pintores, |
12320 |
|
Que ofenden la modestia de mil modos |
|
Castigarlos debieran los Señores, |
|
Como lo hizo un Rey Santo de los Godos, |
|
Entregando a las llamas los primores |
|
De cierta Galería deshonesta, |
|
Por luminarias de una grande fiesta. |
|
|
CVI
|
|
Pintores hai, que hacen vanidad |
|
De imitar demasiado vivamente, |
|
Al natural, lo que no hai necessidad |
|
(De que no poco daño el mundo siente) |
12330 |
|
Pintando (más que no fuera verdad) |
|
En puris naturalibus la gente. |
|
Costumbre que adoptaron los Romanos, |
|
A excepción de tal qual, no tan profanos. |
|
|
CVII
|
|
Viendo Cornelia un día una pintura |
|
De un Senador, mostrando ciertas cosas, |
|
Que no eran para verse, ni en figura, |
|
Por inhonestas y por vergonzosas, |
|
Llena de horror, porque era casta y pura, |
|
Encendido el semblante como rosas, |
12340 |
|
Llévala al Pintor (dixo a una Muchacha) |
|
Y dile que le ponga una Garnacha. |
|
|
CVIII
|
|
Pero mejor Solón lo practicó, |
|
El qual, viendo pintada a una Doncella, |
|
Como su misma Madre la parió, |
|
Más peligrosa, quanto era más bella |
|
El retrato a las llamas arrojó, |
|
Añadiendo: si aquí estuviera ella, |
|
Lo que hago con la copia en caso tal |
|
Lo haría con el mismo original. |
12350 |
|
|
CIX
|
|
Ojalá, que estuviera el mundo lleno |
|
En nuestros días de Solones tales. |
|
Sin ruido, sin estrépito, y sin trueno |
|
Con quatro pinceladas magistrales, |
|
Se remediava todo: un pincel bueno |
|
Bastaría a cubrir ciertas Vestales |
|
Que, desnudas con poca discreción |
|
Se exponen al rigor de la Estación. |
|
|
CX
|
|
A más de una pintura, aunque modesta |
|
Sólo porque era con exceso hermosa |
12360 |
|
Hizo Elvira poner un velo en testa; |
|
Y como era un tantico escrupulosa, |
|
Por cubrir otra parte poco honesta |
|
Echar al cuello no sé qué otra cosa. |
|
Y de un Pintor de aquellos mazorrales, |
|
Hizo alargar a todas los briales. |
|
|
CXI
|
|
Entrando pues con ánimo seguro |
|
En la ya dicha Estancia, o Galería |
|
De los Quadros que cuelgan en el muro |
|
Razón daré de su Genealogía. |
12370 |
|
Mas ya comienza el Cielo a hacerse oscuro |
|
Y ya se oye sonar la Ave María |
|
Dejarémoslo pues hasta mañana. |
|
Venid, pues, y venid de buena gana. |
Fin del Canto XV
|