I
|
|
Preguntada una vez cierta Doncella, |
|
Si quería casar con un tal Ticio? |
|
Ella, que era tan franca como bella, |
|
Y de mil hazañeras sin el vicio, |
|
Con una voz más clara que una estrella, |
|
Sin mudar de color, sin artificio |
|
Al Cura respondió con tono entero, |
|
Señor Don Juan lo quiero, y lo requiero. |
|
|
II
|
|
Esto sí que me agrada, dijo el Cura, |
2140 |
|
Y no aquellas que se hacen de rogar, |
|
Con el Esposo al lado, y tal figura |
|
Suelen poner delante del Altar, |
|
Estrujando allá un SI con boz obscura, |
|
Que a mí me hacen de risa rebentar; |
|
Como que las sonroja el ser Esposa, |
|
Y no rabian las más por otra cosa. |
|
|
III
|
|
Pero saben fingir tan bellamente, |
|
Y tener tan oculto su deseo, |
|
Que hacen creer a mucha pobre gente |
2150 |
|
Que aborrecen de muerte el hymineo, |
|
Siendo assí, que rebientan comúnmente |
|
Por casarse con hombre, hermoso o feo, |
|
Y colocarse en Santo matrimonio |
|
O con Cayo, o con Ticio, o con Sempronio. |
|
|
IV
|
|
Quando van a casarse las Doticellas, |
|
Las más se muestran tristes aquel día. |
|
Al contrario, a ser Monjas las más de ellas |
|
Parecen van brincando de alegría, |
|
Y al verlas, tanto aquestas, como aquellas |
2160 |
|
Causan admiración a quien se fía |
|
De su exterior fingida carambola: |
|
Pues a todos nos hacen la mamola. |
|
|
V
|
|
De todo esto inferir mui bien se puede |
|
Quánto saben fingir las señoritas; |
|
Pero esto no es mi asunto, y assí quede |
|
Borrado con carbón, o con pepitas |
|
Lo dicho, porque el Diablo no lo enrede; |
|
Y Señores, degémonos de hablitas, |
|
Que Yo juro, protesto, y lo confiesso, |
2170 |
|
Que no quiero ofender al bello sexo. |
|
|
VI
|
|
Quise decir, si alguno preguntara |
|
Si esta noche mis versos leer quiero, |
|
Sin salirme colores a la cara |
|
Respondería; sí; quiero y requiero |
|
Mas los querréis oír? (pregunta rara!) |
|
Desde el primero creo hasta el postrero |
|
Respondería en voz nada melosa: |
|
Majadero, no estamos a otra cosa. |
|
|
VII
|
|
Si oírlos no quisiéramos, cada uno |
2180 |
|
Metido huviera estádose en su casa, |
|
Pues no creas venido aya ninguno |
|
Solamente por ver tu calba rasa. |
|
Hora bien, suponiendo que importuno |
|
No soi, porque veo lo que passa, |
|
Chitón todos; que ya a parlar empiezo, |
|
Sin rubor, sin empacho, y sin tropiezo. |
|
|
VIII
|
|
Y porque temo mucho que este Canto, |
|
Se parezca un poquito a Portolongo, |
|
Por averme crecido un tanto quanto |
2190 |
|
Entre las manos, como crece el ongo: |
|
A la Isla destierro de Lepanto |
|
El Exordio; y con esto me dispongo |
|
A entrarme de rondón en el asunto |
|
Porque oigo murmurar, o lo barrunto. |
|
|
IX
|
|
Oigo, digo, que alguno me murmura |
|
(Porque, gracias a Dios, yo no soi sordo) |
|
De que saco a bailar al Señor Cura, |
|
Después me olvido de él, y voime a bordo; |
|
Quiero decir, hablando sin figura, |
2200 |
|
Que dejo a Cicerón en lo más gordo. |
|
Ea, pues, aora estoi dispuesto |
|
A hablar de él, y será quizá mui presto. |
|
|
X
|
|
Mas antes de seguir la bella Historia |
|
De Cicerón, decir quiero entre tanto, |
|
Que tuvo de Marco y Elvia la gran gloria |
|
De nacer en Arpino. Y esto es quanto |
|
He dicho de él (tenedlo en la memoria) |
|
En el primero, y el segundo Canto. |
|
Mas nacer Cicerón, y estar tan quietas |
2210 |
|
Las Musas? Vergüenza es de los Poetas. |
|
|
XI
|
|
Nace Tulio; que fue el honor de Roma, |
|
Gloria de Arpino, Lauro de Oradores. |
|
Nace Tulio; que oy mismo no se toma |
|
En boca, sin hacerle los honores. |
|
Nace Tulio; y no veo yo en su idioma |
|
De Italia verso alguno en sus loores! |
|
Nace Tulio; y están todos quietos |
|
Sin verse una Raccolta de Sonetos! |
|
|
XII
|
|
Una Colección digo no se estampa |
2220 |
|
De versos? Quando veo en la edad mía |
|
Dar dos mil Colecciones a la estampa |
|
Con poca honra de nuestra Poesía, |
|
Por qualquier friolera, y que se alampa |
|
Por ellas todo el mundo cada día; |
|
Sin que a tanto furor, que causa tedio, |
|
Ni a pestilencia tal se halle remedio. |
|
|
XIII
|
|
Oy por cierto ninguno se adotora, |
|
Que no se cante en verso su doctrina. |
|
Si se casa una rica Labradora |
2230 |
|
Celebran su hermosura peregrina |
|
Cien Sonetos: si la otra se enamora |
|
De un Convento, y ser Monja Capuchina |
|
Resuelve, y más si es linda y es muchacha |
|
Todo Poeta va a encerderla un hacha. |
|
|
XIV
|
|
Éste Virgen y Mártyr la apellida, |
|
Aquél dice, que al Ciego Dios Cupido |
|
Le dejó sin aljava; y aun sin vida. |
|
El otro, un poco más enternecido, |
|
La llama de los hombres homicida, |
2240 |
|
Y hasta el más circunspecto y detenido |
|
Mil disparates echa por la boca: |
|
Imprime un Papelón, y nos le emboca. |
|
|
XV
|
|
Quando la Niña viste áspera lana, |
|
Quiere versos; después cuando professa, |
|
Quiere versos; quando toca la campana, |
|
Quiere versos; si la hacen Abadesa, |
|
Quiere versos; y en fin si da la gana |
|
De morirse a una Gata (y más Maltesa) |
|
Quiere versos. O Dios! y qué prurito |
2250 |
|
De coplar tiene un Siglo tan maldito! |
|
|
XVI
|
|
O son (dirélo assí) tan poco duchos |
|
En materia de juicio los Poetas, |
|
(No digo yo que todos, mas sí muchos) |
|
Que en las más infelizes, más esquetas |
|
Materias, sobre tristes Avechuchos, |
|
Coplas hacen a cargas, y a carretas, |
|
Y no sucede apenas cosa alguna, |
|
Que en verso al Sol no salga, o a la Luna. |
|
|
XVII
|
|
Si nace un hijo de algún gran Señor, |
2260 |
|
No hai que temer de versos carestía |
|
Llénase todo el Pindo de rumor, |
|
Sin saber lo que el Niño será un día. |
|
Se profetiza que será un Doctor, |
|
Que mil lenguas sabrá, y en Poesía |
|
Será un nuevo Petrarca, un nuevo Dante, |
|
Y es después un grandíssimo ignorante. |
|
|
XVIII
|
|
Si se casa, será un soldado fiero, |
|
Un Ayace, un Aquiles, y un Orlando; |
|
Al Turco, al Persa, al Trace, al Can Cervero, |
2270 |
|
A todo el mundo dejará temblando: |
|
Un egército entero y verdadero |
|
De nietos, le prometen, augurando, |
|
Que famosos serán en paz y en guerra, |
|
Y no cabrán en Cielo, mar, ni tierra. |
|
|
XIX
|
|
Italia, Italia, volverá el glorioso |
|
Tiempo tuyo passado, tiempo viejo, |
|
Gritan fuera de sí; y estando el Oso |
|
Vivo en el bosque, venden ya el pellejo: |
|
A los futuros Héroes un Coloso |
2280 |
|
Levantan, con magnífico aparejo. |
|
Y en qué suelen parar sus acertijos? |
|
En que se muere el tal sin hijas ni hijos. |
|
|
XX
|
|
Y aun diréis, o Poetas, todavía, |
|
Que estáis viviendo de lejos lo futuro; |
|
Que el Cielo un luminoso rayo embía |
|
A vuestro Numen, para ver lo obscuro; |
|
Que cada voz que dais es profecía, |
|
Y que es un Dios quien sale a dar seguro: |
|
Sí será; mas metiéndome a Adivino; |
2290 |
|
Digo que si un Dios es, es el del vino. |
|
|
XXI
|
|
El vino, a decir vuelvo (que no entiendo |
|
De ceremonias); él a vuestra testa |
|
Se sube; y en subiéndose, pretende |
|
Que de dos mil locuras las atesta. |
|
No, Hermanos míos, no, que yo os entiendo, |
|
No es Febo, ni Anfión quien os apesta |
|
Ni el agua de Aganipe; que esse instinto |
|
Es efecto del vino blanco, o tinto. |
|
|
XXII
|
|
Debéis, de oy más, estar desengañados, |
2300 |
|
Y no debéis decir tantos dislates: |
|
Dejad essas simplezas de los hados, |
|
Y de los Genios essos disparates. |
|
Que el Pegaso a pacer vaya a los Prados, |
|
Y embiad el Bruto alado a los Orates; |
|
Pues si otra no tenéis Cavallería, |
|
Siempre andaréis a pie, y de infantería |
|
|
XXIII
|
|
Montados en tal Potro, alzáis el vuelo, |
|
Y encajarnos queréis lo que soñáis: |
|
En un abrir de ojos hasta el Cielo |
3210 |
|
Subís, voláis, corréis, os remontáis; |
|
Ya mil felicidades a un Mozuelo, |
|
Ya mil proezas le pronosticáis, |
|
Pero al que diere crédito a Poetas, |
|
Le debieran soltar las augetas. |
|
|
XXIV
|
|
Pobre Papa! por Dios que estaba fresco, |
|
Si el tal profetizar no fuera vano. |
|
Porque no hai Cardenal, sea Tudesco, |
|
Sea Español, Francés, sea Italiano, |
|
Sea Prete, o del género Fraylesco, |
2320 |
|
Que no aya de ascender al Vaticano, |
|
Aunque el tal Cardenal lleve en su capa, |
|
Veinte, o treinta años más que lleva el Papa. |
|
|
XXV
|
|
Mas Cicerón consuélese entre tanto, |
|
Que, si quando nació no fue aplaudido, |
|
Después de muerto nadie lo fue tanto. |
|
Y si mi Autor huviera conseguido |
|
Un Traductor de más subido Canto, |
|
Su Cicerón a fe huviera corrido |
|
Con el mismo Bertoldo igual pareja |
2330 |
|
En toda delicada y fina oreja. |
|
|
XXVI
|
|
O pobre de mí Si yo arrivara |
|
Al Ingenio de aquel noble Congresso, |
|
Que en rima tan sutil, rima tan rara |
|
(Aunque compuesto de uno y otro sexo) |
|
A Bertoldo tradujo, e hizo tan clara |
|
La lengua, o el lenguage Boloñeso, |
|
Mi libro correría igual fortuna, |
|
Que el Bertoldo corrió desde la cuna. |
|
|
XXVII
|
|
Sé muy bien, que tal qual, que ni una hoja |
2340 |
|
Del Bertoldo leyó, de él dice horrores |
|
Siendo assí que la Italia sangre arroja, |
|
Por la fuerza que hace en sus loores. |
|
Y esto es lo que a mí más me congoja. |
|
Pues qué esperar podrán estos errores, |
|
Saliendo a luz en cueros, y al desprecio |
|
Sin estampas, que al Libro dan gran precio? |
|
|
XXVIII
|
|
Pero al fin en el mar ya me he embarcado |
|
Y he de arrivar al Puerto, o aogarme, |
|
Que abandonar no sé mi intento honrado; |
2350 |
|
Y esperando que avéis de perdonarme |
|
(De lo que casi estoi assegurado) |
|
Me sobra la razón para animarme, |
|
Y para que a Cicerón también bendiga, |
|
Dando por mui dichosa mi fatiga. |
|
|
XXIX
|
|
Luego que Cicerón al Mundo vino, |
|
Su Padre Marco que era mui atento, |
|
Sin un trago si quiera echar de vino |
|
Fue en persona a anunciar el nacimiento. |
|
De su querido hijo, a todo Arpino, |
2360 |
|
Sirviéndole las piernas a contento, |
|
Hechas ya a caminar de cumbre en cumbre: |
|
Tanto puede en los hombres la costumbre. |
|
|
XXX
|
|
Aquí alguno quizá poco avisado, |
|
De necio tratará a Marco, diciendo, |
|
Que aquel trabajo fue bien escusado; |
|
Pues sólo con decir, como riendo, |
|
A una muger, que Elvia avía dado |
|
Un hijo a luz podría estar durmiendo; |
|
Pues sin más diligencia, en un instante |
2370 |
|
Correría el natal del nuevo Infante. |
|
|
XXXI
|
|
Y si quería ahún, que se supiesse |
|
Más presto la noticia, el encargarla, |
|
Que a ninguno, a ninguno la digesse, |
|
Era el medio mejor de publicarla; |
|
Pues no hai cosa en el mundo que más pese |
|
Casi a toda Muger, que el obligarla |
|
A callar; y en diciéndola que calle, |
|
Es moverla a gritar más en la calle. |
|
|
XXXII
|
|
Ya lo sabía Marco; mas no obstante |
2380 |
|
Tuvo el medio por algo peligroso, |
|
Sabiendo bien que el sexo en un instante |
|
De una pulga abultar sabe un Coloso, |
|
Y en fin temió como Varón constante; |
|
Que aunque el secreto no era mysterioso, |
|
Si a una Muger al fin se lo decía, |
|
Sabe Dios lo que ella añadiría. |
|
|
XXXIII
|
|
Tomó los guantes, echó un sombrero nuevo, |
|
Y el vestido mejor del día de fiesta, |
|
Salió a la calle más galán que Febo. |
2390 |
|
Llamaba a aquella puerta, tocaba ésta, |
|
Y a todo Arpino (casi no me atrevo |
|
A decirlo, Señores, sin protesta) |
|
Dio vuelta entera en menos de una hora. |
|
Que la mula no da más andadora. |
|
|
XXXIV
|
|
No se estilaban maulas todavía, |
|
Ni aun entonzes se avían inventado: |
|
Por esso el pobre Marco en aquel día, |
|
El mismo fue en persona a dar recado; |
|
Que si maulas se usaran embiaría, |
2400 |
|
A algún Page, o a algún otro Criado. |
|
Que en ocasiones tales y tan tiernas |
|
Todos saben tener mui buenas piernas. |
|
|
XXXV
|
|
Y si en otras su pie es un poco gordo, |
|
En éstas no lo es seguramente: |
|
Ninguno se hace cojo, ciego, o sordo, |
|
Y el recado le dan puntualmente. |
|
Después a la Taberna dan un bordo |
|
A brindar por la Dama parturiente, |
|
Y entran también en estos regocijos |
2410 |
|
Su Muger, sus hermanos, y sus hijos. |
|
|
XXXVI
|
|
Marco en casa aquel día ni un bocado |
|
Comió, ni bebió un trago de vino: |
|
Quizá algún otro le avría convidado; |
|
Qué sé yo? no lo afirmo; lo adivino. |
|
Vuelto a casa; como hambre tan honrado, |
|
Para mostrarse Esposo amante y fino |
|
Un relox de oro (si el Autor no yerra) |
|
A Elvia regaló de Inglaterra. |
|
|
XXXVII
|
|
Fuera de otros regalos no quantiosos, |
2420 |
|
Que por vivir en paz a las mugeres, |
|
Deben hacer, a tiempo, los Esposos: |
|
En los primeros partos y placeres, |
|
Es razón ser con ellas generosos, |
|
Dándoles cien doblones de alfileres: |
|
De otro modo se enojan de contado, |
|
Y en la mesa no comen ni un bocado. |
|
|
XXXVIII
|
|
Repito, que no comen en la mesa, |
|
O a lo más prueban algo del cocido; |
|
Mas esto sólo lo hace la más tiesa, |
2430 |
|
Y essa sólo a presencia del Marido: |
|
Por lo demás sabida es su turquesa, |
|
Y lo que hacen a solas es sabido: |
|
Si la Baca no come con el Buey, |
|
Antes comió o después, dice la Ley. |
|
XXXIX
|
|
Pero quando el marido no la ve |
|
En mis días hai más de una casada, |
|
Que come, y bebe, y no es todo Café, |
|
Y en la mesa va a hacer la delicada. |
|
Y de que esto es verdad pueden dar fe, |
2440 |
|
Su mole fuerte, fresca y abultada, |
|
Sus mofletes carrillos, y colores, |
|
Y aun vosotros Señoras, y Señores. |
|
|
XL
|
|
Comió Elvia aquel día mui poquito: |
|
Una polla, dos huevos, unas sopas, |
|
Y apenas quarto i medio de cabrito |
|
Como su Mayordomo Fulano Opas |
|
En su Libro de gusto dejó escrito. |
|
De vino no bebió más que dos copas, |
|
Queriendo estar tan parca y detenida; |
2450 |
|
Como conviene a una recién parida. |
|
|
XLI
|
|
Que no es cosa de chanza hacer un hijo, |
|
Aunque yo cierto nunca lo he probado, |
|
Pero infiérolo bien, y lo colijo, |
|
De que Elvira tenía destrozado |
|
El tierno cuerpo, y si Bartolo dijo |
|
Lo contrario en el Canto ya cantado; |
|
No he de romperme la cabeza en esto, |
|
Que no me toca a mí ajustar el testo. |
|
|
XLII
|
|
Estarían bien frescos los Autores, |
2460 |
|
Si huvieran de salvar y defender, |
|
Sus descuidos, sus faltas, sus errores: |
|
Por cierto que tendrían bien que hacer: |
|
Essa es obra de sus expositores, |
|
A los quales los toca convencer, |
|
Que en la Sabiduría de su Autor |
|
No cupo falta, olvido, tacha, error. |
|
|
XLIII
|
|
Ellos defender deben, si se trata |
|
Del Autor, de quien hacen el Comento: |
|
Que aquel hombre era incapaz de errata, |
2470 |
|
Y quien dice otra cosa es un Jumento. |
|
Ellos sostener deben, que en su data |
|
El que parece error es Sacramento; |
|
Porque es su Autor el quinto Evangelista, |
|
Y si hai algún error, es del Copista. |
|
|
XLIV
|
|
A todos los que sienten lo contrario, |
|
Los han de hacer pedazos, hacer trozos, |
|
Diciendo son de un juicio estrafalario, |
|
Sean Clérigos, Frailes, Viejos, Mozos. |
|
Hasta un punto, una coma es necesario |
2480 |
|
(Si es cosa de su Autor) que sin embozos |
|
Defiendan con ardor, y que la espada, |
|
Saquen como por cosa consagrada. |
|
|
XLV
|
|
Por tanto dejo yo que otro defienda |
|
Los disparates, que, por mi desgracia |
|
Podrán hallarse en esta mi leyenda, |
|
Y obligado estaré a su buena gracia |
|
Pues aora bien veis tengo otra hacienda |
|
A que atender. Ni puedo verbigracia |
|
Pararme en todo; porque me da prisa |
2490 |
|
Elvira, que está en cama, y en camisa. |
|
|
XLVI
|
|
Fueron al otro día a buena hora |
|
A visitarla Amigos y parientes, |
|
Como entonzes se usaba, y se usa aora; |
|
Que a las Mugeres nunca faltan gentes. |
|
Otros cumplieron con la tal Señora, |
|
Por recados, finezas, y presentes, |
|
Y los Regalos fueron recividos |
|
(Según dicen) mejor que otros cumplidos. |
|
|
LXVII
|
|
Elvia decía: me hacen gran favor, |
2500 |
|
Y siento que se tomen tal trabajo; |
|
Pero un trago de vino, o de licor |
|
(Si era más que verbal el agasajo) |
|
Mandaba dar a todo Portador. |
|
Mas ya la noche se va viniendo abajo, |
|
Ya va estendiendo lóbregos capuzes, |
|
Y ya es tiempo también de encender luzes. |
|
|
XLVIII
|
|
Ya está toda la casa iluminada |
|
Con velas; si de sobo, o si de cera, |
|
Juanbartolo no dice en esto nada. |
2510 |
|
Ya entran las damas, ya entró la primera, |
|
Cada qual de su Chis... acompañada |
|
Que la da el brazo, y sube la escalera. |
|
Mas a las feas, y a las Vejarronas |
|
Las dejaban subir por sus personas. |
|
|
XLIX
|
|
Si una Muger entonzes en la cama |
|
Se quedaba, los hombres por respeto |
|
No entraban en el quarto de la Dama. |
|
Mas ésta (que es decencia con efeto) |
|
Oy en el mundo rustiquez se llama: |
2520 |
|
Lo cierto es que de Elvira el Gabineto |
|
A las Damas no más le abrió aquel uso, |
|
Llevando cada qual su rueca, y huso. |
|
|
L
|
|
Los hombres ocuparon la antesala, |
|
Unos por mucho tiempo, otros por poco, |
|
Este hablaba noticias de la Mala, |
|
Aquel contaba lances del Taroco: |
|
Los más ni una palabra buena o mala |
|
De la parida hablaron: sólo un Loco, |
|
Por cumplir, hizo una pregunta honesta, |
2530 |
|
Pero se fue sin aguardar respuesta. |
|
|
LI
|
|
Quántos y quántos oy hacen lo mismo, |
|
Si a un enfermo visitan, o a un Tullido? |
|
Van a conversación; van al abismo |
|
Del juego; van a un rato divertido. |
|
Y aunque le dé al infierno un parasismo |
|
Mientras dura la trápala, y el ruido |
|
Ni siquiera le miran a la cara |
|
O que gran Caridad! pero algo rara. |
|
|
LII
|
|
Casi todos los hombres que allá fueron, |
2540 |
|
Lo hicieron por su propia conveniencia, |
|
Pues se sabe, que entre ellos se comieron |
|
Un costal de Castañas de Plasencia, |
|
Y seis frascos de vino se bebieron: |
|
Hecho lo qual, marcharon sin licencia, |
|
Y con Elvia quedó una Dama gorda, |
|
Tres viejas, cinco feas y una sorda. |
|
|
LIII
|
|
Todas dijeron cosas peregrinas, |
|
Que el contarlas sería una locura: |
|
Esta cortaba un manto a sus vecinas, |
2550 |
|
Aquella blasfemaba contra el Cura; |
|
Una de Elvia alabó las muselinas, |
|
Otra del tierno Niño la hermosura, |
|
Su nariz sobre todo, en cuya pieza |
|
Parece se esmeró Naturaleza. |
|
|
LIV
|
|
Olá! Este verso tal, qual yo le digo, |
|
Se hallará assí en la Vida de Mecenas, |
|
Que ya entonzes Bartolo, nuestro Amigo, |
|
Conocido era en Roma, y en Atenas. |
|
O quántos de estos versos un mendigo |
2560 |
|
Poetón le avrá hurtado a manos llenas! |
|
Sabe Dios, sabe Dios, y qué destrozos |
|
Avrán hecho en Bartolo algunos mozos. |
|
|
LV
|
|
Sirva al Letor benigno esta advertencia, |
|
Para poner en salvo mi opinión, |
|
[Si] tal qual verso ofrece la incidencia, |
|
Que es de otro Autor en esta mi Versión. |
|
Que soi hombre de honor y de conciencia |
|
Y de hurtar jamás hize professión. |
|
Algunos hai agenos; lo confiesso; |
2570 |
|
Mas quién dirá, que soi Ladrón por esso? |
|
|
LVI
|
|
Restituir aquello que se ha hurtado, |
|
Dice Torquato Tasso, es cosa justa: |
|
Y él confiessa también aver robado |
|
De Marón lo que más en él nos gusta. |
|
Siendo pues cierto que otros han tomado |
|
De Juanbartolo, sin acción injusta, |
|
Mil frases, y conceptos los más bellos; |
|
Esta es restitución, que yo hago a ellos. |
|
|
LVII
|
|
Oy quántos se hacen oy hombres famosos, |
2580 |
|
Porque pillaron tal qual manuscrito |
|
De los Antiguos, y sus más hermosos |
|
Conceptos los passaron a otro escrito! |
|
Creyendo que ocultaban cautelosos |
|
De esta manera el cuerpo del delito; |
|
Mas todo hombre de honor de hurtar se guarda, |
|
Que el hurto se descubre presto, o tarde. |
|
|
LVIII
|
|
Y si este original que aora vierto, |
|
Huviera al fin caído en otras manos, |
|
De arriba abajo ya estaría abierto; |
2590 |
|
Y sacándole tripas y livianos, |
|
Sólo con otro método, o concierto, |
|
Correría por montes y por llanos, |
|
Como obra nueva de especies admirables, |
|
Porque assí corren hoy inumerables. |
|
|
LIX
|
|
Aunque otros con un poco de más juicio, |
|
Sin tanto afán, trabajo, ni apretura |
|
Usan otro más fácil artificio: |
|
Si hallan alguna inédita Escritura, |
|
La mudan solamente el frontespicio, |
2600 |
|
Imprímenla, y la dejan su figura; |
|
Pero su nombre plantan en la frente: |
|
La cosa es mui notoria, y evidente. |
|
|
LX
|
|
Volviendo a las Mugeres referidas, |
|
Que hacían del Infante el inventario, |
|
Digeron mil simplezas ya sabidas, |
|
Que contar por menor no es necesario. |
|
Su hermosura alabaron dos paridas, |
|
Las tres Viejas llamáronle otro Mario, |
|
Y la Sorda, augurando el Consulado, |
2610 |
|
Le puso un birretico colorado. |
|
|
LXI
|
|
Quien, viendo su semblante alegre y lleno, |
|
Pronosticó sería un gran Dotor: |
|
Quien, advirtiendo ser gruesso y relleno |
|
Dixo: no; la cara es de Senador. |
|
Tulio entre tanto estaba mui sereno, |
|
Y se dormía sin hacer rumor: |
|
Tanta era su humildad en tanta gloria! |
|
Reflexión oportuna de la Historia. |
|
|
LXII
|
|
Una de ellas a besos le comía, |
2620 |
|
Otra mui tiernamente le abrazaba; |
|
Esta dos mil cariños le decía, |
|
Aquella las orejas le tiraba. |
|
Y Cicerón ni un movimiento hacía, |
|
Ni lloraba, ni huía, ni pateaba, |
|
Cosa (dice un Philósopho de Almagro) |
|
Que quasi fue una especie de milagro. |
|
|
LXIII
|
|
Mas no siempre andarán assí las cosas; |
|
Que si entonzes dejó Ciceroncico |
|
Manosearse de manos peligrosas; |
2630 |
|
Tiempo vendrá, en que ponga tanto ozico |
|
A las Damas ya feas, o ya hermosas |
|
Que le quieran tratar como abanico |
|
Jugando de las manos, y en efeto, |
|
Él hará que le traten con respeto. |
|
|
LXIV
|
|
De las Mugeres, quando tenga juicio, |
|
No sufrirá essas fiestas, ni llanezas: |
|
Si ellas quieren tener en egercicio |
|
Las manos; las dirá, que essas simplezas, |
|
O son mala crianza o son malvicio |
2640 |
|
De las que tienen huecas las cabezas, |
|
Y si huvieran leído a Galateo, |
|
No incurrirían en borrón tan feo. |
|
|
LXV
|
|
Como quatro horas avrían charlado |
|
Aquellas buenas Damas sin cesar, |
|
Y Elvira, como avía ya zenado |
|
Deseaba dormir, y reposar: |
|
Díxolas, pues, con modo y con agrado, |
|
Que la harían merced en descampar, |
|
Porque su discreción y su agudeza |
2650 |
|
La havían aturdido la cabeza. |
|
|
LXVI
|
|
Todas entendieron bien la frasse, |
|
Aunque era tan obscura, y tan Latina |
|
Con esso cada qual a Casa vase, |
|
Y Elvia quedó sola y tan mohína, |
|
Que, por más que el Marido la rogasse |
|
Por no aguantar segunda disciplina, |
|
Al otro día qué hace? Va y calzóse, |
|
Abrigóse, vistióse, y levantóse. |
|
|
LXVII
|
|
No se avía en Arpino introducido |
2660 |
|
La quarentena, que usan las Paridas |
|
En nuestros días, calentando el nido |
|
Donde empollaron; ni se hacía el ruido |
|
De sorbetos, refrescos, y bebidas, |
|
Que no hacen buen estómago al Marido, |
|
Porque decían, que las Quarentenas |
|
Sólo en los Lazaretos eran buenas. |
|
|
LXVIII
|
|
Pero usaban aquellas buenas gentes |
|
Convidar en iguales ocasiones |
|
(Sola una vez) a Amigos, y Parientes, |
2670 |
|
Y no cierto a sandías ni a melones, |
|
Sino a buenas pechugas de valientes, |
|
Tiernos, sabrosos, tímidos Capones, |
|
Y por esso era frasse mui usada |
|
Convidarlos a una Caponada. |
|
|
LXIX
|
|
Siguiendo esta costumbre el Padre Marco, |
|
Quiso hacer este honor a Cicerón, |
|
Y aunque era por sí mismo hombre muy parco, |
|
De Amigos convidó a una gran porción. |
|
No fue el Convite, en pluma de Plutarco, |
2680 |
|
Como aquél del simposio de Platón, |
|
Ni tan soverbio fue como el de Dante; |
|
Pero fue a costa suya, y abundante. |
|
|
LXX
|
|
Sentado estaba cada convidado, |
|
Y exalaban los platos buen olor. |
|
Todo el mundo mui serio, y mui callado, |
|
Y sólo de los dientes el rumor |
|
Se oía, ni era alguno molestado, |
|
Porque todos hacían el honor; |
|
Pues esto de comer a casa agena, |
2690 |
|
Se hace sin ceremonias, y sin pena. |
|
|
LXXI
|
|
Usábanse aquel tiempo Ciñidores, |
|
Los quales ellos y ellas aflojaron, |
|
Y aunque algunas Señoras y Señores, |
|
Más de un palmo y aun dos los alargaron, |
|
Para que cupiessen más licores, |
|
Todavía algo más los ensancharon, |
|
Quando entró un vino rancio y esquisito |
|
(O mi Dios! quién me diera a mi un traguito! |
|
|
LXXII
|
|
Tulio dormía en tanto quietamente; |
2700 |
|
Quando ételo, que al medio de la Cena, |
|
Bajó del Cielo repentinamente, |
|
Una llama, no rápida, serena, |
|
Que le lamió la Cara dulcemente. |
|
Los hombres prosiguieron su faena, |
|
Mas las Damas gritaron como locas, |
|
Y perdieron la leche algunas pocas. |
|
|
LXXIII
|
|
Al grito descompuesto y repentino |
|
Dispertó el Niño, y se apagó la llama: |
|
Volvió el rostro risueño il bel Bambino |
2710 |
|
Azia el lugar de la asustada Mama, |
|
Que cambió en risa el susto peregrino, |
|
Como Ceusa, la qual, según es fama; |
|
Hizo lo mismo en semejante caso, |
|
Que al Niño Ascanio sucedió de passo. |
|
|
LXXIV
|
|
Entonzes se acordó de aver leído, |
|
Que, en tiempo de Tarquino, un pobre honrado |
|
A ser Emperador avía ascendido, |
|
Porque a presencia de aquel Rey malvado, |
|
Siendo niño, y estando adormecido, |
2720 |
|
Una luz celestial le avía quemado |
|
El Cabello, y se dice que fue en julio, |
|
Y el rapaz se llamaba Sernó Tulio. |
|
|
LXXV
|
|
Sacó luego el Infante de la cuna, |
|
Registróle todo él de arriva a bajo. |
|
Y no encontrando en él señal alguna: |
|
Por ti (dijo) he sufrido un gran trabajo, |
|
Y no creí llegar viva a la una; |
|
Pero, pues ya se fue aquel espantajo, |
|
Sin duda que el gran Jove te destina |
2730 |
|
A alguna cosa grande y peregrina. |
|
|
LXXVI
|
|
Sí, Tulio mío, sí el Cielo declara, |
|
Con esta llama ardiente y luminosa, |
|
Que algún día serás Antorcha clara |
|
De Italia, y aun del Mundo luz hermosa, |
|
Assí el feliz agüero le prepara, |
|
Como otras Madres, que de qualquier cosa |
|
Anuncian, al compás de sus cabezas, |
|
A sus hijos insólitas grandezas. |
|
|
LXXVII
|
|
Porque todas las Madres, de sus hijos |
2740 |
|
Forjan grandes ideas en su mente, |
|
Y al tiempo descubrir sus escondrijos |
|
Pretenden, por qualquier vano accidente. |
|
Pero Elvia, podía, más prudente, |
|
Fundar de Cicerón sus acertijos, |
|
Porque sabía al fin quién su Padre era, |
|
Y que el Fénix no engendra una Pantera. |
|
|
LXXVIII
|
|
Y aora quiero decir dos palabritas, |
|
Aunque sea e[n] montón, id est en gordo |
|
De lo que las memorias manuscritas |
2750 |
|
Dicen de Cicerón; que no fue sordo. |
|
Lo que prueban mui bien dos estampitas, |
|
Que abrió un tal Palomino, o un tal Tordo |
|
Las quales, aunque ya son algo viejas, |
|
Pintan a Cicerón con dos orejas. |
|
|
LXXIX
|
|
Y suelen ser mui vivos los sentidos, |
|
Quando el órgano está más descubierto, |
|
Pues son dos Catalejos más cumplidos; |
|
Quanto el vidrio es más ancho, y más abierto; |
|
Pero si acaso algunos entendidos |
2760 |
|
Me quisieren decir, que esto no es cierto |
|
Y que la prueba es floja, sobre falsa; |
|
Que hagan ellos, si quieren, mejor salsa. |
|
|
LXXX
|
|
Confirmo un poco más esta sentencia. |
|
Todo aquel que responde, no está sordo, |
|
Sed sic est de Tulio la advertencia, |
|
Dio un Libro de Respuestas, y bien gordo. |
|
Ergo: sacad allá la consequencia, |
|
Que yo de Campanario no soi tordo, |
|
Mas sé bien, que mil hombres y Mugeres |
2770 |
|
Hacen orejas hoy de Mercaderes. |
|
|
LXXXI
|
|
Quantos hai , que, después de recivido |
|
Un gran favor, y aviendo protestado |
|
Su eterna gratitud; si ha sucedido |
|
Que de ellos te halles Tú necesitado; |
|
Aunque cien veces grites al oído, |
|
Y quedes ronco; a puro aver gritado, |
|
Su tímpano es de mármol o salpetra, |
|
Que tu voz no la cala, ni penetra? |
|
|
LXXXII
|
|
O si tal vez alguno, éste, u esotro |
2780 |
|
Muestra oír y entender lo que le dices, |
|
Por un oído le entra, y por el otro |
|
Le sale, como lo hacen los lombrizes. |
|
Si le pides dinero, como un Potro |
|
Se vuelve contra ti, y en las narizes |
|
Te da de cozes: o si es un poco, vicio, |
|
Te da, en vez de doblones, un consejo? |
|
|
LXXXIII
|
|
Quantos hai, que en su baja y vil fortuna |
|
Te oían con un gusto reverente; |
|
Y elevados, imitan a la Luna, |
2790 |
|
Que no oye nuestros gritos, ni los siente? |
|
Parécelos tu voz, voz importuna, |
|
Y mientras los saludas humilmente, |
|
No sólo no se dignan contestarte, |
|
Pero apenas si quiera de mirarte? |
|
|
LXXXIV
|
|
Te llaman indiscreto, y moledor, |
|
Si quieres acordar tiempos passados; |
|
Si les pides su gracia, o su favor, |
|
No te conocen ya aquestos malvados. |
|
Grita, clama, haz gran ruido, gran rumor, |
2800 |
|
Los oídos tener quieren tapiados; |
|
Y por esso decía un Boticario, |
|
Que no hai sordo peor que el voluntario. |
|
|
LXXXV
|
|
Con los Soverbios, ni con los ingratos, |
|
Ni con los Cortesanos orgullosos, |
|
Ni con los Tontos, simples, y pazguatos, |
|
Ni con enamorados obsequiosos, |
|
Ni con otros iguales mentecatos |
|
Si a palos no los hablas (y briosos) |
|
Aunque rebientes y te desgañites, |
2810 |
|
No te responderán, por más que grites. |
|
|
LXXXVI
|
|
Cicerón no lo hacía assí por cierto: |
|
Siempre que le llamaban, respondía, |
|
Y su tímpano siempre estaba abierto. |
|
Aunque era hombre de honrada Ierarchía, |
|
Pronto estaba a escuchar, siempre dispierto |
|
Hora fuesse de noche, hora de día, |
|
Y al hombre más humilde, y más Villano, |
|
Daba respuesta el Orador Romano. |
|
|
LXXXVII
|
|
Con razón, pues, siendo hombre tan atento, |
2820 |
|
No menos que tres nombres le impusieron, |
|
Y aún merece le pusiessen ciento. |
|
El primero de Marco le cogieron |
|
De su Padre; según cierto Comento; |
|
Que los Antiguos siempre retuvieron |
|
El uso de llamar, como a su Padre, |
|
Al Varón, en pariéndole su Madre. |
|
|
LXXXVIII
|
|
En orden al de Tulio variamente |
|
Se discurre, pues hai quien le deriva |
|
De Tulo, Rey famoso, y mui valiente |
2830 |
|
De los Volscos, gente Marcial y viva; |
|
Y que Tulio de Tulo fue pariente, |
|
Pienso, que Silvio Itálico lo escriba, |
|
Haciéndole del Orden Cavallero, |
|
Aunque Bartolo dice: non è vero.... |
|
|
LXXXIX
|
|
Porque los Cavalleros de aquel tiempo |
|
No gastaban la vista, ni la testa |
|
En estudiar; sí en bulla y pasatiempo. |
|
Madrugaban quando era hora de siesta, |
|
Y si tal vez se alzaban más a tiempo, |
2480 |
|
Le pasaban en juego, zambra, y fiesta; |
|
Ni del Latín (nos dice Teofrasto) |
|
Hacía la Nobleza grande gasto. |
|
|
XC
|
|
Como Tulio se daba todo entero |
|
Al estudio y en él se divertía; |
|
De aquí infiere, el que no fue Cavallero |
|
Nuestr[o Autor]; callarlo yo podía, |
|
A fuer de Traductor fiel y sincero; |
|
Pues antes los dos ojos perdería, |
|
Que perder el concepto; y el honor |
2850 |
|
De fiel, y verdadero Traductor. |
|
|
XCI
|
|
Porque hai cierto no pocos Traductores, |
|
Que el texto le adulteran malamente, |
|
Y callan lo que ofende a los Señores, |
|
Mas yo (gracias a Dios) soi de otra gente, |
|
Y defraudar no quiero a los Letores |
|
De lo que dice el Texto claramente; |
|
Porque en un traductor es gran delito |
|
No decir, bien o mal, lo que está escrito. |
|
|
XCI
|
|
Pero fuesse, o no fuesse Tulio noble |
2860 |
|
(Dice Bartolo en el siguiente folio) |
|
Su memoria es ilustre, y lo es al doble, |
|
Que dos mil que nacieron para el solio, |
|
Cuyo nombre duró menos que un roble, |
|
Y el de Tulio le aclama el Capitolio; |
|
Que el nacer mui Señor mui poco prueva |
|
En los Nietos de Adán, por hijos de Eva. |
|
|
XCIII
|
|
Assí que al fin hermanos todos somos, |
|
De una muger, y un hombre producidos, |
|
Sin que el nacer de bajos, u altos lomos, |
2870 |
|
Ensalzados nos tenga, ni abatidos. |
|
Yo tengo por mui simples o mui romos |
|
A los que de nobleza presumidos, |
|
Se imaginan ser Fabios, y Metelos, |
|
Con las cabezas llenas de buñuelos. |
|
|
XCIV
|
|
De qué sirve ostentar por ascendentes |
|
Marqueses, Condes, Duques, Soveranos, |
|
Senadores, Obispos, Presidentes, |
|
Ilustres nombres entre los Cristianos, |
|
Si sus necios, soverbios descendientes, |
2880 |
|
Opere, verbo, et visu son Villanos? |
|
La virtud sola (dice Juvenal) |
|
Es la que al hombre da gloria inmortal. |
|
|
XCV
|
|
Volviendo a Tulio, cierto Autor pretende, |
|
Que deriva de Tulia, Tribu Augusta, |
|
Que de tronco Real baja, o desciende; |
|
Pero a mí esta sentencia no me gusta, |
|
Y es más probable aquella que defiende |
|
Que Tulio fue de Tribu más robusta, |
|
Id est, de la Cornelia conocida |
2890 |
|
En el mundo, y por él tan estendida. |
|
|
XCVI
|
|
Pero al fin, la opinión de nuestro Autor |
|
Es, que este nombre a Tulio le fue dado |
|
La noche que se vio aquel resplandor, |
|
De que se halló en la cuna circundado; |
|
En memoria de Servio Emperador, |
|
Que, hallándose dormido, o azorrado, |
|
Igual prodigio tuvo, o accidente, |
|
Y esto sería verisímilmente. |
|
|
XCVII
|
|
El tercero apellido Cicerón, |
2900 |
|
Nuestro buen Juanbartolo es de sentir, |
|
Que fue a ocasión de un grano, o turumbón, |
|
Que en la nariz del Niño fue a salir; |
|
Porque estando Elvia en cinta, vio un Cajón |
|
De garbanzos, y quísole engullir, |
|
Y este antojo imprimió en la Criatura |
|
Aquella de un garbanzo fiel figura. |
|
|
XCVIII
|
|
Pero desta virtud Apetitiva, |
|
Se ríen hoy no pocos eruditos; |
|
Porque, si fuesse tan operativa, |
2910 |
|
Saldrían señalados infinitos; |
|
Puesto que no hai muger tan poco viva, |
|
Que no tenga mil locos apetitos, |
|
Y los más de los Niños racionales |
|
Saldrían con ridículas señales. |
|
|
XCIX
|
|
Foros, Teatros, Máscaras, Festines, |
|
Piedras, Cofias, encages, y basquiñas, |
|
Pages, Lacayos, Piélagos, Jardines, |
|
Tienen siempre en la mente nuestras Niñas |
|
Y todos estos bellos matachines |
2920 |
|
(Sin contar nuezes, cáscaras, ni piñas) |
|
Saldrían en los Niños figurados, |
|
Por antojo de todos los preñados. |
|
|
C
|
|
O qué monstruos entonzes se verían! |
|
Si esto fuera verdad; en muchos partos |
|
Unas mugeres Naypes parirían, |
|
Otras sapos, culebras, y lagartos. |
|
Estas Cavallos nobles echarían, |
|
Aquellas los Cocheros hechos quartos; |
|
Porque algunas no piensan más que en Potros |
2930 |
|
Como sabéis vosotras, y vosotros. |
|
|
CI
|
|
Refiere un cierto Lippi (y no Cevallos) |
|
Que una Dama parió suavemente |
|
Un Coche, con un tiro de cavallos, |
|
En fuerza de un antojo mui vehemente |
|
Créalo quien criado huviera callos |
|
En creer; que en mi juicio, Lippi miente, |
|
Pues una mole tal, por más que él diga, |
|
Pedía una grandíssima barriga. |
|
|
CII
|
|
Pedía un parto tal en razón buena, |
2940 |
|
Casi un vientre tan grande, o una panza, |
|
Como aquella feroz fiera Ballena, |
|
Que se tuvo por Isla, y no fue chanza, |
|
Saliéronla a matar de Cartagena |
|
Dos mil hombres, y todos de pujanza, |
|
Y en un rincón, vecino a los reñones, |
|
Un Convento encontraron de Barbones. |
|
|
CIII
|
|
Yo no quiero mentir, y assí por esso, |
|
Basta saber, que Tulio, sobre el naso |
|
Un garbanzo tenía como impresso, |
2950 |
|
Y Cicer se llamó por este caso. |
|
Pero cómo, o porque passó el suceso |
|
No puedo aora decirlo ni aun de passo. |
|
Oirálo el Curioso al canto ciento; |
|
Que si vive hasta allá estará contento. |
|
|
CIV
|
|
Sólo diré, que, como uno le dixesse, |
|
Que aquel nombre ridículo mudasse; |
|
Él le respondió luego, que estuviesse |
|
Mui seguro (y que de ello no dudasse) |
|
Que él le haría tan célebre que fuesse! |
2960 |
|
Igual en todo a los de primera classe, |
|
A los Fabios, Marcelos, y Catones, |
|
Nombrados en los Indios Patagones. |
|
|
CV
|
|
Sólo quiero decir no son los nombres, |
|
Como advierte con juicio cierto Autor, |
|
Los que famosos hacen a los hombres, |
|
Y a las personas llenan de esplendor. |
|
Por esso me dan risa ciertos hombres, |
|
Que imaginan hacerse grande honor, |
|
Quando cambian un nombre algo plebeyo, |
2970 |
|
Por el de Epaminondas, o Pompeyo. |
|
|
CVI
|
|
Mui ridículos son aquellos Padres, |
|
Y más si son de baja esfera, quando |
|
Encargan den al hijo los Compadres |
|
El nombre de Roldán, de Cid, de Orlando. |
|
Y el orgullo de Padres y de Madres |
|
Le llama César, Carlos, Ferdinando, |
|
Siendo assí que el de Juan le bastaría, |
|
Y el de Martín mui ancho le vendría. |
|
|
CVII
|
|
Podría aquí decir alguna cosa |
2980 |
|
De lo que estilan ciertos Literatos, |
|
Que de Fileno, Tyrsi, Anfión, Margiosa, |
|
Usan nombres, que damos a los Gatos. |
|
Unos de la Academia Melindrosa |
|
De los Furiosos, de los Mentecatos, |
|
De la Academia son de las Esponjas, |
|
Y luego avrá Academia de las Monjas. |
|
|
CVIII
|
|
Mas, siendo un si es no es resbaladiza |
|
Esta materia, y escabroso el cuento, |
|
Será mejor cubrirla con ceniza, |
2990 |
|
Y yo a meterme en ella no me tiento, |
|
Aunque no falta alguno que me atiza; |
|
Que no se ha de emprender qualquier intento |
|
(Decía Don Aquiles Bentivollo) |
|
Por no meterse un hombre en un embrollo. |
|
|
CIX
|
|
Aora me acuerdo en Plinio aver leído, |
|
Que Tulio Cicerón se apellidaba, |
|
Porque en sembrar garbanzos divertido, |
|
Muchas horas y días empleaba, |
|
Como Fabio a las habas su apellido |
3000 |
|
Debió; y Poro a los puerros que plantaba. |
|
Y en honor de este Rey y en su memoria |
|
Los plantan muchos hoy con grande gloria. |
|
|
CX
|
|
Pero Plinio fue un hombre mui sincero, |
|
Que quanto hallaba impresso o manuscrito, |
|
Lo tenía por cierto, y verdadero, |
|
Y a luz lo daba luego en un Escrito, |
|
Pues le hervía la tinta en el tintero, |
|
Y assí caían dos en el garlito, |
|
El primero era él mismo, y el segundo |
3010 |
|
El Letor bobarrón, de que hai un mundo. |
|
|
CXI
|
|
Creo me estimaréis estas noticias, |
|
Pues son cosas que se oyen raras vezes, |
|
Y no lo digo por pedir albricias, |
|
Que (gracias al Señor) me sobran nuezes, |
|
Y en prueba que a tales inmundicias, |
|
No se abaten jamás mis altivezes, |
|
Vuélvome a aquellas Damas, que cenando |
|
Las degé, y me están quizá esperando. |
|
|
CXII
|
|
Digo, pues, que aquel fuego arriba escrito |
3020 |
|
Luego despareció, y con él mui presto, |
|
El temor, y el concurso suprascrito |
|
Al resto de la cena embidó el resto; |
|
Prosiguiendo en cenar con apetito; |
|
Tanto, que Elvia en tono mui modesto |
|
Dixo: Amigos, Señores, y Parientes, |
|
Bendiga el Cielo tan honrados dientes. |
|
|
CXIII
|
|
Acabada que fue la magra Cena, |
|
Todos, como es razón, se despidieron, |
|
Iendo a sus casas con la panza llena |
3030 |
|
Muchos en una luz dos luzes vieron, |
|
En pronunciar la R otros gran pena, |
|
Dicen varios Autores que tuvieron, |
|
Y todos tropezaban al salir, |
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Pero al cabo se fueron a dormir. |
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CXIV
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Marco y Elvia hicieron otro tanto, |
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Y al Niño antes dejáronle en la cuna, |
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El qual durmió sin gritos y sin llanto |
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Hasta el día siguiente (y fue fortuna) |
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Que al dulce de las aves bello canto, |
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Los ogitos abrió, y boquita ayuna, |
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Y con un tierno llanto azia a la Aurora, |
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Pidió la mama a Elvia, su Señora. |
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CXV
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Y aunque a ésta la cama la gustaba, |
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Luego que lloró el Niño levantóse; |
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Y una bata que cerca de ella estaba, |
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Con sólo el Zagalejo encima echóse. |
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Mas antes de saber lo que passaba |
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Con Elvia, que algún tanto refrióse, |
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Cierta noticia fuera bien decirla, |
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Pero no; que mejor será omitirla. |
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CXVI
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Porque ya está cansado el Auditorio, |
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Y yo tengo también seca la boca, |
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Y será; si prosigue el Parlatorio, |
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La discreción del juego de la Oca. |
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Por tanto, si queréis al Locutorio |
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Volver mañana, me haréis merced no poca, |
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Y oiréis, tanto flacos, como gordos, |
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Las cosas que diré, si no sois sordos. |
Fin del Quarto IV
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