I
|
|
El Petrarcha, Bocacio, Ariosto, Dante, |
|
Con otros que no tengo en la memoria, |
|
Al sexo mugeril, siempre elegante |
|
Tomaron por objeto de su historia. |
|
Por varias sendas fue cada Danzante, |
|
Con que salió una buena pepitoria. |
|
Más brillante que el Sol uno lo pinta, |
3770 |
|
Y otro le hace más negro que la tinta. |
|
|
II
|
|
A la letra lo mismo se hace oy día: |
|
Pues del sexo se habla en la ocurrencia, |
|
Ya bien, ya mal, como allá entonzes se hacía; |
|
Y no hai hombre que no dé su sentencia. |
|
Yo también esta moda seguiría, |
|
Si en este mismo punto la prudencia |
|
No estuviera tirándome la manga, |
|
Para apartarme desta mogiganga. |
|
|
III
|
|
Porque si entrara en ella, es más que cierto, |
3780 |
|
Que no saldría yo mui bien librado, |
|
Pues la venganza feminil, ni aun muerta |
|
Perdona, ni aun después que está enterrada. |
|
Y desde que oí un día a un tal Roberto, |
|
Que él mismo en sí lo avía assí probado. |
|
Más miedo tengo a la ira femenil, |
|
Que a apagar con los dedos un Candil. |
|
|
IV
|
|
De lo malo se ha dicho en abundancia, |
|
Y si yo me metiera a ser Doctor, |
|
Fuera fácil en tanta redundancia, |
3790 |
|
Parecer gran Poeta, y Orador. |
|
De lo bueno expondría mi jactancia |
|
A quedar desayrada, y sin honor; |
|
Que a la verdad el punto aun el más ducho |
|
Tendría que pensarlo mucho, mucho. |
|
|
V
|
|
Esto es cierto que hablándose in abstrato, |
|
De todo hablar se puede bien y mal; |
|
Pues hai un Panegýrico del Gato, |
|
Del Burro, de la Peste y Orinal. |
|
No obstante, si a este sexo, de quien trato |
3800 |
|
Alabarle quisiera en general, |
|
No sé yo si aun assí me atrevería, |
|
Por miedo de que acaso pecaría, |
|
|
VI
|
|
Mas, si patente haría mi interior, |
|
No sé qué haría, pues, por mi fortuna, |
|
Tengo la dicha, tengo el grande honor, |
|
De servir a una sola, que en sí aduna |
|
Prendas, que la hacen ser la bella flor |
|
De todo el sexo; y en gracia de esta una |
|
A todas ellas yo las perdonara, |
3810 |
|
Inclussas las que tienen mala cara. |
|
|
VII
|
|
Es verdad, que hablo de una solamente; |
|
Pero debe entenderse sano modo, |
|
Pues no quiero escluir enteramente |
|
A otras, que en el sexo avrá de todo, |
|
Y se debe creer piadosamente, |
|
Que juiciosas las hai, las hai de modo, |
|
De virtud, de prudencia, y aun también |
|
Calladas las avrá. Decid: Amén. |
|
|
VIII
|
|
Solamente de aquellas que yo trato |
3820 |
|
Ha de aver más de veinte, por lo menos |
|
Llenas de juicio, llenas de recato, |
|
Y finalmente llenas de los llenos, |
|
Que hacen de la virtud el fiel retrato. |
|
Mas dejando a las vivas, van mis Trenos |
|
A hablar de una que ha siglos es difunta, |
|
Y ha de ser el modelo de la Junta. |
|
|
IX
|
|
Ya todos juzgarán, y bien, que es ésta |
|
La gran Madre de nuestro Cicerón, |
|
Elvia, o Alvira; siendo cosa honesta, |
3830 |
|
Y también, a mi ver, puesta en razón, |
|
Que, si el hijo es persona manifiesta, |
|
Lo sea aquélla, que fue la ocasión |
|
De que venere a Tulio el Orbe entero, |
|
Más que venera el Tormes a un Sesmero. |
|
|
X
|
|
Haciéndola por cierto una injusticia |
|
Todos los Poetas del pretérito |
|
Tiempo, que nos dejaron gran noticia |
|
De otras Mugeres, no de tanto mérito, |
|
Y fuesse por olvido, o por malicia, |
3840 |
|
No hablaron de Elvia, cuyo benemérito |
|
Nombre apenas se halla en los Cartones |
|
Roídos de polillas, y Ratones. |
|
|
XI
|
|
Mas yo procuraré, si os agrada, |
|
Con el rudo, y el bajo ingenio mío, |
|
Sacarla de aquel polvo, y de la nada, |
|
Y darla a conocer al sexo pío: |
|
Bien que mi Musa no es proporcionada, |
|
A empeño, que pedía mayor brío; |
|
Mas de Bartolo suplirá la hacienda, |
3850 |
|
Como inventor que fue de esta Leyenda. |
|
|
XII
|
|
Y, si quizá a tal qual le pareciere, |
|
Que esto es salirme yo del argumento |
|
Que es un aplicar deum de dere |
|
A un Cuerpo humano testa de un Jumento |
|
Esse tal acuérdese, si quiere, |
|
Que doi de Juanbartolo el instrumento |
|
Y que tras de él me voi por donde guía, |
|
Ya se vaya a Pekín, o a Turquía. |
|
|
XIII
|
|
Dejando, pues, a Cicerón dormido |
3860 |
|
A folio mil i tres, Libro primero, |
|
Dice, que de Elvia el mérito cumplido |
|
Pretende examinar mui por entero. |
|
Y yo que a ojos cerrados lo he seguido, |
|
Y seguiré hasta el fin con todo esmero, |
|
Aunque conozca que se descamina, |
|
Detrás de él me he de ir hasta la China. |
|
|
XIV
|
|
No es razón dispertar a Cicerón, |
|
Y assí no hablaré de él en un gran rato, |
|
Porque sería grande indiscreción |
3870 |
|
Dispertar, aunque fuera a un Maragato, |
|
Que se tuviera durmiendo en un rincón. |
|
Y assí Chitón, Señores, que aora trato, |
|
De no inquietar el sueño al buen Rapaz, |
|
Y dejarle dormir en santa paz. |
|
|
XV
|
|
Un acto tan preciso como humano, |
|
Acredita que soi hombre prudente, |
|
Pues también duerme todo Fiel Cristiano, |
|
Y aun Quevedo, aquel hombre tan valiente, |
|
Durmió, y durmió el Poeta Mantuano, |
3880 |
|
Uno en su Cama, y otro al inclemente |
|
Cielo, junto a un Nogal, lleno de nuezes, |
|
Y hasta Homero durmió algunas vezes. |
|
|
XVI
|
|
Y aun yo quedo alabarme en este punto, |
|
Que no la cedo (a modo de decir) |
|
Ni a Omero, ni al Parnaso todo junto, |
|
Se entiende en quanto al punto de dormir, |
|
Pues echo a cada Canto el contrapunto |
|
Con el sueño, y aun muchos, que a oír |
|
Venís con atención la Historia mía, |
3890 |
|
Conmigo dormiréis, de compañía. |
|
|
XVII
|
|
Y ya estoi viendo dar sus cabezadas |
|
A algunos; que no a todos la materia |
|
Agradará, y assí vuelvo a las andadas, |
|
Que mi Musa, aunque llena de lacería, |
|
Es como algunas mulas alquiladas, |
|
Que ambrientas, y atestadas de miseria, |
|
Caminan al principio a passo lento, |
|
Mas, picadas después, ganan al viento. |
|
|
XVIII
|
|
Assí la Musa mía, aunque Esqueleta, |
3900 |
|
Y sin picarla, sea una lechuga, |
|
En picándola; vuela qual Saeta: |
|
Ella más fresca es que una lechuga; |
|
Pero también es fresca una escopeta, |
|
Quando nadie la carga, ni ataruga; |
|
Mas echándola pólvora, allí luego, |
|
Con tal que la disparen, dará fuego. |
|
|
XIX
|
|
Dice, pues, nuestro Autor, digno de fe |
|
Que en una de las tres partes del Mundo |
|
(Citando a Tolomeo) hai y se ve, |
3910 |
|
Un País mui ameno, y mui fecundo; |
|
Y aun añaden Descartes, y otro, que |
|
Se estiende en ancho, largo, y en profundo |
|
Y que nacen en él espinas, rosas, |
|
Hombres, mugeres, bestias, y otras cosas. |
|
|
XX
|
|
El que quiera tener más estendida |
|
Noticia de un País tan soberano, |
|
No gaste en Mapas el dinero, y pida |
|
A un Librero la Obra de un Paisano |
|
Mío, y quedará al punto servida |
3920 |
|
Su Señoría con dinero en mano: |
|
Su Autor es Passerón, y según fama |
|
La Guía Geográfica se llama. |
|
|
XXI
|
|
En este, pues, País la Diosa Bona |
|
Una hermosa ciudad llamada Buena |
|
O Bolonia fundó, y de su persona |
|
La dio el nombre, llamándola Rebuena, |
|
Que, según un buen clérigo de Ancona, |
|
El nombre de Bononia aquesto suena, |
|
Y aun se llama Felsina y no Felsino, |
3930 |
|
Si engañarme no quiere el Calepino. |
|
|
XXII
|
|
Hai en Bolonia copia de Togados, |
|
Y en ella comen bien los forasteros |
|
Como lleven zequines embolsados. |
|
Hai en ellas plebeyos, hai muchos Cavalleros, |
|
Hai Frayles petimetres y embrelados |
|
Hai monjas, hai solteros, hai casados, |
|
Hai casas con ventanas, y con puertas, |
|
Que cerradas no están, si están abiertas. |
|
|
XXIII
|
|
Hai juezes, hai Sbirros, hai Notarios, |
3940 |
|
Y hai Señores llamados los Quaranta, |
|
Hai Médicos también, y hai Boticarios, |
|
Y hai quien compone en Música, y quien canta, |
|
Hai Pintores, Plateros, y Antiquarios, |
|
Y con razón se alaba en gloria tanta, |
|
De que ha dado en virtud, en paz, y en guerra |
|
Héroes mil al Empyreo, y a la Tierra. |
|
|
XXIV
|
|
Y ésta sí que era buena coyuntura, |
|
Para alabar a aquel Hombre divino, |
|
En quien la Tierra y el Cielo se conjura |
3950 |
|
En hacerle modelo peregrino |
|
De racional y sabia arquitectura: |
|
Columna de la Fe; apoyo el más fino |
|
De Sagrada y Civil Literatura, |
|
Que a los Urbanos, Píos, y Leones |
|
Fue pisando (digamos) los talones. |
|
|
XXV
|
|
Roma sabe mui bien, que yo no miento, |
|
Y lo sabe el Herege, y el Cristiano, |
|
Y una Homilía haría, o más de ciento, |
|
Sobre el que os govierna en Vaticano, |
3960 |
|
Pero estoi con mi suerte mui contento, |
|
Y no quiero tomar su nombre en vano. |
|
Diré, pues, porque sé vuestros antojos, |
|
Lo que en Bolonia vi por estos ojos. |
|
|
XXVI
|
|
En ella estuve algunos pocos meses, |
|
Y vi en ella mil cosas singulares. |
|
Vi un Pozo, por el cual los Modeneses |
|
Han tenido sus dares y tomares. |
|
Vi una Torre, a la qual los Boloñeses |
|
Carisenda la llaman; los Vulgares, |
3970 |
|
Ni los Nobles no saben el motivo, |
|
Ni aun yo mismo lo sé, quando lo escribo. |
|
|
XXVII
|
|
Hai en ella Teatros, Galerías, |
|
Jardines, Templos, Fuentes soveranas; |
|
Hai Bodegas, Cantinas, y Osterías, |
|
Y hai buen pan tardes, noches, y mañanas; |
|
Hai pequeñas, y hai grandes Sacristías, |
|
Y hai Torres en las quales hai Campanas. |
|
Hai Pórticos, donde todos se recojen, |
|
Para que quando llueve, no se mojen. |
3980 |
|
|
XXVIII
|
|
Vi uno, que se llama El Instituto |
|
Lleno de cachibaches de Archimedes, |
|
De mil curiosidades proveduto; |
|
Mas si vas sin dinero a verle, puedes |
|
Hacer cuenta de averle ya veduto, |
|
Aunque fueras el mismo Ganimedes; |
|
Hai la Spécula en fin, más alta que él, |
|
Que parece la Torre de Babel. |
|
|
XXIX
|
|
Quizá allá subirían los Caldeos, |
|
Con aquel Telescopio Florentino |
3990 |
|
Que inventó Galileo Galileos: |
|
Manfredi estaba en ellas de contino, |
|
Y las manchas del Sol, lunares feos, |
|
Descubrió allí un Astrólogo Teatino, |
|
Y desde ella otro Astrónomo de Flandes |
|
Descubrió, que los astros eran grandes. |
|
|
XXX
|
|
Desde ella vio un Strólogo al Bargelo, |
|
Con todos los Satélites, al lado |
|
Del Dios de los ladrones; y el Burchielo |
|
Vio las estrellas con el Sol nublado; |
4000 |
|
Otro vio a Venus componerse el pelo, |
|
Y darse con color el encarnado |
|
Y otro vio, sin tener Lente ninguna, |
|
A los hombres passearse por la Luna. |
|
|
XXXI
|
|
Hai en Bolonia muchos Boloñinos, |
|
Damas mui lindas; hai hombres pazguatos; |
|
Hailos discretos, y hai muchos vecinos |
|
Que se llaman Petronios; hai perros y gatos |
|
(Y de esta specie son los Birichinos); |
|
Hai cuerdas para atar a mentecatos, |
4010 |
|
Hai Fábrica de Naypes singular; |
|
Y hai también mucha sarna, que rascar. |
|
|
XXXII
|
|
Quien quisiera contar menudamente |
|
Todo lo raro, que en Bolonia se halla, |
|
Tendría bien que hacer seguramente; |
|
Porque yo no he hecho más que designalla, |
|
Y hablar de ella más sumariamente |
|
El que quiera del todo penetralla, |
|
Haga lo que hize yo, tome la posta, |
|
Que al Oste escribiré, y si no a la Osta. |
4020 |
|
|
XXXIII
|
|
Y no dude será mui bien tratado, |
|
Como lleve quatrines, del Ostero, |
|
Que en Bolonia es un hombre mui honrado |
|
Y siempre quiere bien al forastero. |
|
El color de su sangre es colorado, |
|
Mas su dulzura almíbar verdadero, |
|
Que por esso esclamó cierta Condesa: |
|
O qué dulze es la sangre boloñesa! |
|
|
XXXIV
|
|
Y cuidado, que no, no fue ironía, |
|
Sino verdad mui seria, lisa y llana |
4030 |
|
Y dejando otras cosas que diría; |
|
Y no pondría fin hasta mañana; |
|
Si en otras partes hai Sabiduría, |
|
Que a Bolonia se debe, es de fe humana, |
|
Pues no hai Lyceo apenas, que Colonia |
|
No sea, o Municipio de Bolonia. |
|
|
XXXV
|
|
Siempre ésta mereció gran reverencia, |
|
Y mucha estimación por su doctrina. |
|
Tiene sus Profesores de Eloquencia |
|
De Física, Moral, y Medicina, |
4040 |
|
De Astronomía, de Jurisprudencia, |
|
De Lengua Griega, y también de la Latina: |
|
Tanto, que bien se puede a sus Almenas |
|
Llamarlas, el recinto de otra Atenas. |
|
|
XXXVI
|
|
Hai Letores insignes, todos varios, |
|
Y casi todos la hacen grande honor; |
|
Que aunque no son crecidos sus Salarios, |
|
En sus pechos los suple el patrio amor. |
|
Los estudiantes no son Rufalandarios, |
|
Antes cada uno aspira a ser Doctor, |
4050 |
|
Y assí el Bonia docet, en Navarra |
|
Lo cantaba un Barbero a la Guitarra. |
|
|
XXXVII
|
|
Sea el ayre sutil, o sea el clima, |
|
O el mucho estudio, o sea otra cosa, |
|
Nobles tuvo Escritores, tanto en rima |
|
Como también en elegante prosa. |
|
De Poetas llegó casi a la cima |
|
La Copia, o bien la turba numerosa, |
|
Pues nada debe, en punto a riego ameno, |
|
Al Arno, al Tybre, el delicado Reno. |
4060 |
|
|
XXXVIII
|
|
A Oreste Boloñés, y al Guinizzelli |
|
Los dejo estar, por ser un poco viejos |
|
Pozzi, Manfredi, y Jacomé Martelli |
|
Fueron del Pindo tres claros espejos, |
|
Como son, el Zanossi, y Scarelli, |
|
Fabri, y Ghedini, y otros menos lejos, |
|
Y en fin tienen la gloria las Señoras |
|
En Bolonia, de que entre ellas hai Doctoras. |
|
|
XXXIX
|
|
De ti quisiera hablar, o Laura bella, |
|
(A pesar de la edad, que ésta en el alma |
4070 |
|
Más hermosura añade en cada huella) |
|
Laura, digo, de Bassi, a quien la palma |
|
Cedió Euterpe, y quedó mui vana ella; |
|
Mas no quiero inquietar tu dulze calma, |
|
Porque para alabarte dignamente, |
|
Es menester tu Numen, o tu Mente. |
|
|
XL
|
|
Mas no eres Tú la sola Boloñesa, |
|
Que a pechos se echa toda la Elicona; |
|
Muchas faldas tan sabias como essa, |
|
Cuenta Bolonia, que inmortal Corona |
4080 |
|
Ceñidas, y assí el Mundo lo confiessa, |
|
Quando la fama a gritos lo pregona. |
|
Y esta gloria no es de oy, ni tan reciente, |
|
Porque la misma fue perpetuamente. |
|
|
XLI
|
|
Y de todo lo dicho es consequencia, |
|
Que de Bolonia fue la Sabia Elvira. |
|
Y si alguno llevare otra sentencia, |
|
Yo le diré en su cara, que delira, |
|
Pues Bartolo fue hombre de conciencia; |
|
Incapaz de decir una mentira, |
4090 |
|
Y dice, que a Bolonia fue de intento, |
|
Por ver la casa de su nacimiento. |
|
|
XLII
|
|
Y en aquella ocasión le fue mostrada, |
|
Por especial favor, la antigua Cuna, |
|
Donde Elvira, al nacer, fue reclinada, |
|
De que no nos quedó reliquia alguna; |
|
Y también una bata apolillada, |
|
Y otras cosillas que, si por fortuna, |
|
Las cogieran algunos antiquarios, |
|
Harían cien preciosos Comentarios. |
4100 |
|
|
XLIII
|
|
Vio en ella, y conoció algunos Parientes, |
|
Cuyo nombre escondió a nuestra noticia, |
|
O el tiempo, por sus varios accidentes, |
|
O de algún embidioso la malicia, |
|
Que el texto mutiló con falsos dientes, |
|
Aunque, si se ha de hacer recta justicia, |
|
Hai muchos más motivos y razones, |
|
Para creer, que fueron los Ratones. |
|
|
XLIV
|
|
Éstos sin duda hicieron el Comento: |
|
Voz Griega, que de Comedo deriva, |
4110 |
|
Y a la verdad con mucho fundamento; |
|
Pues, si a entender el texto no se arriva, |
|
Se trae con los dientes al intento, |
|
Y no hay Autor, por más claro que escriba, |
|
De quien su Expositor no haga un Comento, |
|
Fingiendo algún mysterio en su agudeza, |
|
Que jamás le passó por la Cabeza. |
|
|
XLV
|
|
Y por esso el Petrarca lloró tanto, |
|
Quando en vida alcanzó ser Comentado, |
|
Y esperó merecer el común llanto, |
4120 |
|
Quanto más ser de todos perdonado; |
|
Pues como él dixo en un suave Canto: |
|
Ciertamente no sé en lo que he pecado, |
|
Quando un Comentador tan embustero |
|
Me hace decir a mí lo que no quiero. |
|
|
XLVI
|
|
Dejóme en tenebroso obscuro horror, |
|
Tanto que no sé yo quién soi yo mismo; |
|
Y quando oigo ensalzar mi gran valor, |
|
Por poco no me da algún parasismo. |
|
Qué haré? qué me aconsejas dulze amor? |
4130 |
|
Cómo perdido me has en tanto abysmo? |
|
O vuélveme al Estado que tenía, |
|
O haz que conozca yo la prole mía. |
|
|
XLVII
|
|
Assí dixo el Petrarca; y yo le escuso, |
|
Si tanto se irritó; pues no hizo poco. |
|
Si a su Comentador, por el abuso, |
|
A palos no molió; porque es un loco |
|
Todo Comentador, que sigue él uso, |
|
Introducido oy día in omni loco, |
|
De hacer un Comentario tan violento, |
4140 |
|
Que él mismo necesite de Comento. |
|
|
XLVIII
|
|
Los tales tienen don particular |
|
De saltar, como dicen, todo el fosso; |
|
Quando hai algo en que puedan tropezar. |
|
Trinchan ellos, a roso y a belloso, |
|
Y el agua clara la hacen enturbiar, |
|
Y quando fingen, que uno como un Oso |
|
Combate contra otro, comúnmente |
|
No hacen más que copiarse mutuamente. |
|
|
XLIX
|
|
Equivocarse es cosa ya ordinaria, |
4150 |
|
(Y se equivocan de lo bueno, y gordo). |
|
Como doctrina dar no necesaria, |
|
Y gritar al Lector, que no es mui sordo. |
|
Dicen aquí una cosa, y la contraria, |
|
La encuentra más allá qualquier Balordo, |
|
Y se suele llevar la mayor palma |
|
El que al texto le quita toda el alma. |
|
|
L
|
|
Quédanse embueltos grandes Escritores |
|
En un olvido obscuro, y lastimoso, |
|
Porque en presa los dejan los Letores |
4160 |
|
A la polilla, al polvo, y al reposo, |
|
Por no sufrir a sus Comentadores, |
|
Cuyo Comento se hace tan tedioso, |
|
Que el Letor, por la boca echa venablos, |
|
Y el Texto, y el Comento da a los Diablos. |
|
|
LI
|
|
Los dichos más notables de su Autor |
|
Suponen, que sacados de otros fueron, |
|
Aunque el nombre quizá del Escritor |
|
Que citan, sus oýdos nunca oyeron: |
|
Como si fuera indudable, que a un Doctor |
4170 |
|
No ocurriera lo que otros ya digeron, |
|
Y lo que antes cantó tímida Avena |
|
No se cante después a boca llena. |
|
|
LII
|
|
Dicen tal vez mentiras garrafales, |
|
Y lo que es oropel venden por oro, |
|
Imponiendo al Autor errores tales, |
|
Contra todo su honor, y su decoro, |
|
Que, por merced de aquestos Animales, |
|
Ve su nombre manchado, y hacer coro |
|
(A influjo de ignorantes atrevidos) |
4180 |
|
En la lista de Libros prohibidos. |
|
|
LIII
|
|
No permita, pues, Dios, que algún Cristiano |
|
Comentar se la antoje esta Leyenda, |
|
En la que yo no afecto hablar Toscano, |
|
Sólo sí, que lo que hablo se me entienda; |
|
Y si hai algún malsín, o algún Pagano |
|
Tan ruin, y malicioso, que pretenda |
|
Que hablo de éste, u de aquél, sepa, que miente |
|
Y se lo digo assí claritamente. |
|
|
LIV
|
|
A lo más más, querrá que, a beneficio |
4190 |
|
De algunas gentes que hai un poco idiotas, |
|
Me hiciesse una buena alma el gran servicio |
|
De poner a la Obrita algunas notas, |
|
Como lo hizo un buen Prete, hombre de juicio |
|
Con el Dante, en sus bellas anécdotas. |
|
Esto agradeceré, y aora volvamos |
|
A Elvira, y nuestra Historia prosigamos. |
|
|
LV
|
|
Hize en Bolonia muchas diligencias |
|
Por saber, qué Familia era la suya; |
|
Mas, lejos de encontrar con evidencias, |
4200 |
|
No hallé ni un solo indicio, que lo arguya; |
|
Ni encontrar pude en muchas ocurrencias |
|
Un Geanólogo solo que me instruya. |
|
Y tengo otro argumento convincente, |
|
De que no hai tal casta, ni tal gente. |
|
|
LVI
|
|
El argumento es éste: Yo en Bolonia |
|
Estuve algunos meses del imbierno, |
|
Y siendo aquella noble Babylonia |
|
(Como escrito lo hallé en cierto Quaderno) |
|
De Italia bizarríssima Colonia, |
4210 |
|
Nadie me regaló, ni aun con querno, |
|
Salvo un Señor Abad (ilustre Frate) |
|
Con quien siempre tomaba Chocolate. |
|
|
LVII
|
|
Pues aora arguyo assí: si fuesse vivo |
|
Algún pariente de Elvia en qualquier grado; |
|
No pudiendo ignorar soi el que escribo |
|
Su Vida, mostraríase obligado, |
|
Y aunque fuesse del genio más esquivo, |
|
O, si es frasse mejor, más apretado, |
|
Y aunque su bolsa fuesse un poco angosta, |
4220 |
|
Por lo menos me huviera hecho la costa. |
|
|
LVIII
|
|
Y ganaría el tal ciento por uno: |
|
Porque a lo menos, yo tengo la gloria |
|
De que nunca me olvido de ninguno |
|
Que me aya hecho algún bien; y en la memoria |
|
Tengo a todos, contados uno a uno |
|
(Tan pocos son!) y acaso en esta Historia |
|
No sólo yo inmortal su nombre haría, |
|
Sino el de toda su Genealogía. |
|
|
LIX
|
|
Mas todavía el caso no es desesperado: |
4230 |
|
Basta sólo, que un hombre liberal |
|
De Bolonia egecute por su lado |
|
Lo que debiera ayer hecho aquel Tal, |
|
Y con esto está todo remediado; |
|
Pues yo haré ver al Mundo racional, |
|
Que este tal hombre no es algún qualquiera, |
|
Sino nieto de Elvira, aunque él no quiera. |
|
|
LX
|
|
Contaré más de cien generaciones |
|
De ideales supuestos Ascendientes, |
|
Citando pergaminos, y Cartones |
4240 |
|
Escritos en los siglos precedientes. |
|
Pondré a la vista varias inscripciones |
|
Encontradas en lápidas corrientes, |
|
Y haré en suma lo mismo que hacen varios |
|
Grandes Genealogistas y Anticuarios. |
|
|
LXI
|
|
Porque en materia de Genealogía |
|
En pelillos no debe repararse, |
|
Fíngese hallado en una Librería |
|
Un Libro, cuya fe ni aun disputarse |
|
Puede, y por accidente en otro día |
4250 |
|
En un Armario un Árbol pudo hallarse, |
|
El qual cuenta a lo menos cien Abuelos |
|
Con todas sus señales, y sus pelos. |
|
|
LXII
|
|
Pero esto en fin dejármelo a mi cargo, |
|
Que como haiga pesetas y quatrines |
|
Ya sabré yo jugar a juego largo, |
|
E incensar bien a ciertos Matachines, |
|
Siguiendo las pisadas de Camargo |
|
Y enseñaré a tener quatro tarines |
|
A los que viven hoi entre laceria, |
4260 |
|
Sacando a los Poetas de miseria. |
|
|
LXIII
|
|
Con este santo fin voi escogiendo |
|
En mis Cantos a ciertos Poderosos, |
|
Y aquello que no tienen aplaudiendo, |
|
A pesar de malignos y embidiosos; |
|
Con lo qual justamente yo pretendo |
|
Que mis versos aplaudan vergonzosos. |
|
Porque es razón premiar al que trabaja, |
|
Y pagar el barato a la baraja. |
|
|
LXIV
|
|
Mas cuidado: ninguno se envanezca |
4270 |
|
Por ver lo mucho que aora yo le alabo; |
|
Ni por esso imagine, o le parezca, |
|
Que siempre avré de remachar el clavo, |
|
Porque en caso de que ello desmerezca, |
|
Sabré volver la cola y aun el Rabo, |
|
Que el perro alaga a quien le da el zoquete, |
|
Y a quien no, va, y le ladra, o le arremete. |
|
|
LXV
|
|
Y en la otra impressión del Libro mío |
|
Sabré (como otros muchos) retratarme, |
|
Precediendo un Aviso al Lector pío; |
4280 |
|
Y también sabré entonzes descartarme |
|
De todo aquél, que, con humor sombrío, |
|
No quisiere aplaudirme, ni alabarme, |
|
Y en su lugar pondré a todos aquellos |
|
Que digan, que mis versos son mui bellos. |
|
|
LXVI
|
|
Y haré entonzes lo que hacen muchos Juezes; |
|
Los quales dan sentencia favorable |
|
A aquel que echa en el cántaro más nuezes. |
|
Mas punto aquí; y ya de esto no se hable, |
|
Que el callar es prudencia muchas vezes, |
4290 |
|
Y alguno pensará que esgrimo el sable |
|
Contra tal qual, que usa este artificio, |
|
No sé si por virtud, o si por vicio. |
|
|
LXVII
|
|
Elvia nació en Bolonia, de su Madre, |
|
Noticia, que se hará a todos mui nueva: |
|
Un Boloñés honrado fue su Padre, |
|
Como el Petrarca doctamente prueva: |
|
Si adónde, me pregunta algún Compadre |
|
No sé yo que a decírselo me atreva. |
|
Sólo sé, que Elvia dio al nacer indicio, |
4300 |
|
De ser, andando el tiempo, de gran juicio. |
|
|
LXVIII
|
|
Porque aseguran, que nació llorando, |
|
Ya sea las miserias de este Valle, |
|
Ya las locuras mugeriles, quando |
|
Se presentan mui vanas en la calle, |
|
Porque tienen cabello blondo, y blando; |
|
O porque son de ayroso, cuerpo y talle, |
|
O (quizás de su suerte pesarosa) |
|
Lloró nacer Muger; o fue otra cosa. |
|
|
LXIX
|
|
Para criarse a un Ama fue entregada, |
4310 |
|
Porque a su Madre la faltaba un pecho: |
|
Falta, que se suplía, y se ocultaba |
|
Con un bulto de estopa contrahecho: |
|
Malicia, que usa hoi la desdentada, |
|
La calva y coja, estando en pie derecho |
|
Pues la coja, la calva, y la sin dientes |
|
Encubren con el arte estos frangentes. |
|
|
LXX
|
|
No la faltaba a Elvira, cosa alguna, |
|
Como Bartolo lo dejó notado, |
|
Diciéndonos, que ya desde la cuna |
4320 |
|
Tenía el pecho un poco levantado, |
|
Que tenía dos brazos, dos pies, y una |
|
Boca linda, color mui delicado; |
|
Dos orejas tenía en la cabeza, |
|
Dos ojos en la cara, que era pieza. |
|
|
LXXI
|
|
Mas era menester dejarla estar |
|
Sin tocarla, que ya la disgustaba |
|
Toda acción, o llaneza familiar |
|
Y ser de sangre noble acreditaba, |
|
Porque, si algún la iba a acariziar, |
4330 |
|
Y a besarla, la cara retiraba, |
|
Y pateaba, y lloraba, y se encogía, |
|
Y una pequeña sierpe parecía. |
|
|
LXXII
|
|
Apenas dejó el pecho, tornó en mano |
|
La Cartilla, y la pluma, deseosa |
|
De aprender; y leyó a[u]n Catón Cristiano |
|
En un mes; y a escribir alguna cosa |
|
Aprendió, y a contar, en un verano. |
|
Y se mostraba en todo tan juiciosa |
|
Que, oyéndola, y no viéndola, qualquiera |
4340 |
|
Por Dama de quince años la tuviera |
|
|
LXXIII
|
|
Acaso pensaréis, que voi aora |
|
A encajaros la Historia de su Vida, |
|
Y ya avrá alguna lengua pecadora |
|
Armada contra mí; pero su herida |
|
No me hará mucho mal en esta hora, |
|
Pues de Elvia pienso hablar mui de corrido, |
|
Porque, Señores, es mi genio tal, |
|
Que siempre hago las cosas presto, y mal. |
|
|
LXXIV
|
|
El estilo que gusto es el Lacónico, |
4350 |
|
Y el hablar demasiado lo repudio, |
|
Que en esto me parezco a un gran Canónico |
|
Que es mi amigo y se llama Don Agudio: |
|
Como mi genio es algo melancólico, |
|
En Salustio tengo hecho mucho estudio, |
|
Y aun en Cornelio Tácito es frequente, |
|
Para no machacar tanto a la gente. |
|
|
LXXV
|
|
Enfada al Auditorio la gran charla, |
|
Y es menester usar mucha prudencia: |
|
Tal qual materia basta el apuntarla, |
4360 |
|
O tomar a lo más su quinta esencia; |
|
Alguna otra, es preciso abandonarla |
|
A su misma supuesta inteligencia, |
|
Tomar el hilo en otras desde lo alto; |
|
Y aun en otras tal vez dar un gran salto. |
|
|
LXXVI
|
|
Con todo hai escritores tan loquazes, |
|
Que en sus Psalmos jamás se llega al Gloria, |
|
Teniendo a los Oyentes entre hazes |
|
De espinas, quando cuentan una historia |
|
Como cuentan sus cuentos los Rapaces, |
4370 |
|
Y embrollan de tal modo la memoria, |
|
Que se va con sus necias diversiones |
|
El principio del cuento a los talones. |
|
|
LXXVII
|
|
Todas las circunstancias importunas |
|
Las refieren, con grande impertinencia, |
|
Y nos dejan a todos en ayunas |
|
Del principal asunto; y sin conciencia |
|
Verengenas nos dan por azeytunas: |
|
Cosa, que cansa a todos la paciencia, |
|
Gastando en desatinos una hora, |
4380 |
|
Ni más; ni menos como yo hago aora. |
|
|
LXXVIII
|
|
Mas lo hago adredemente y de cuidado, |
|
Por dar a los Loquazes en lo vivo; |
|
Que aunque me veis tan gordo; y colorado, |
|
Por lo demás soi hombre expeditivo, |
|
Y si empuño el garrote, o el cayado |
|
También soi algún tanto corrosivo. |
|
Alto, pues; y a las manos! me decía |
|
Uno, que a la verdad no las tenía. |
|
|
LXXIX
|
|
Elvia aprendió en dos meses la Aritmética, |
4390 |
|
A sumar, a restar, multiplicar, |
|
Y en otros tres también la Aristotélica, |
|
Cuya voga era entonzes singular; |
|
Dedicóse al estudio de la Ética, |
|
De Platón, y en breve supo hablar |
|
El idioma Romano, o el Latino, |
|
Sin consultar jamás al Calepino. |
|
|
LXXX
|
|
Fuera de esso aprendió, según el uso |
|
De aquel tiempo, aunque Elvira era tan niña, |
|
A manejar la rueca, el haspa, el uso, |
4400 |
|
Y a coser un jubón, y una basquiña. |
|
Por lo que a mí me enfada aquel abuso, |
|
De una Doña Melindres, o Doña Armiña, |
|
Que ni cose, ni hila, ni devana |
|
Por no manchar la Bata de Persiana. |
|
|
LXXXI
|
|
Y si he de hablar verdad, en la edad mía |
|
En muchas Damas poco se procura, |
|
Trabajar, que es su hermana la acedía: |
|
Las manos tienen siempre en la cintura, |
|
Cosa que Elvira nunca hacer sabía, |
4410 |
|
Pues siendo aún, como dicen, Criatura, |
|
Trabajaba calzetas por sus manos, |
|
Y remendaba a todos sus hermanos. |
|
|
LXXXII
|
|
Sabía repuntar mui bien un cuello, |
|
Sabía hacer finíssimos encajes, |
|
Sabía hilar sutil como un cabello, |
|
Y sabía bordar lindos ramages. |
|
Apuesto a que aora dice un Sprit bello |
|
(Y será el tal del Gremio de los Pages) |
|
Si Elvia hacía todo esso que sabía, |
4420 |
|
Señal que estaba sola todo el día. |
|
|
LXXXIII
|
|
Porque sólo trabajan las Donzellas |
|
Quando están solas, por huir el tedio, |
|
Mas quando ya son grandes, las más de ellas |
|
Sufren de Cortejantes el assedio, |
|
Que no las faltará, si fueren bellas, |
|
Y hacerlas que trabajen no hai remedio, |
|
Porque tienen los ojos divertidos |
|
Donde están sus Adonis, y Cupidos. |
|
|
LXXXIV
|
|
Alguno habla aora assí, que yo le siento, |
4430 |
|
Pues tengo dos orejas para oír, |
|
Y penetro el mal fin de su argumento, |
|
Porque el Vellaco quiere de aí inferir, |
|
Que Elvira no hera hermosa, y que a contento |
|
La dejaban los Mozos acudir |
|
A su labor; mas con su grata licencia, |
|
Yo le puedo negar la consequencia. |
|
|
LXXXV
|
|
Y le puedo decir, sin hesitar, |
|
Que aunque sea mui linda una Donzella, |
|
Puede estar sola en casa a trabajar, |
4440 |
|
Si el Amor no la tira alguna pella, |
|
Y si alguno la viene a perturbar, |
|
Como de él no haga caso alguno ella, |
|
Y atienda a su Labor, esté segura |
|
De que presto se irá aquella Figura. |
|
|
LXXXVI
|
|
Pero el mal es, que en nuestros tristes días, |
|
Muchas de ellas se buscan los Amantes, |
|
Como en ciertas Octavas de estas mías |
|
Busco en las uñas yo los Consonantes, |
|
Y aun aquellas, que arrastran para Tías, |
4450 |
|
Y por esso no tienen Cortejantes, |
|
Con varias artes que sabéis vosotras |
|
Se los quitan las unas a las otras. |
|
|
LXXXVII
|
|
Admitirían muchas a cinquenta, |
|
Como yo lo he observado con reparo, |
|
Quando visito a alguna mía Parienta |
|
U a otra (bien que este es caso raro) |
|
Aunque saben espera estrecha cuenta |
|
A quien del tiempo fuere poco avaro |
|
Porque a las Damas mozas estar solas |
4460 |
|
Amarga más, que el caldo de amapolas. |
|
|
LXXXVIII
|
|
Dejarán de comer muchas Señoras, |
|
Antes que estar las tales sin amantes, |
|
Y en Vagatelas mil, y en cosas vanas, |
|
Gastan muchas los años más brillantes. |
|
Aviendo algunas Madres tan humanas, |
|
Que ellas mismas las buscan Cortejantes, |
|
Porque solas no estén sus pobres hijas, |
|
Y las coman algunas lagartijas. |
|
|
LXXXIX
|
|
Elvia pudo tener, si huviera querido, |
4470 |
|
Cinco o seis Cortejantes, nada feos, |
|
Mas como era de juicio conocido, |
|
Fue enemiga mortal de Chichisbeos |
|
Vio a Marco y gustó de él para Marido, |
|
Y él gustó de ella; con que sin más rodeos |
|
Se casaron entrambos contrayentes |
|
Con gusto universal de los parientes. |
|
|
XC
|
|
Pensad un poco, Padres de Familia, |
|
Si esto se hace assí en el tiempo nuestro, |
|
O si, teniendo algunos una Filia |
4480 |
|
Sólo pensáis casarla a gusto vuestro, |
|
Sin saber si a la Niña se asimilia |
|
El Esposo, o si es Asno de cabestro, |
|
Y si éste tiene acaso las costumbres |
|
De los que al día beben doze azumbres. |
|
|
XCI
|
|
Oigo decir, que sólo a vuestro cuento |
|
Atendéis, y no al cuento de la Chica; |
|
Que, si el mozo se adapta a vuestro intento, |
|
El contrato se ajusta, y se rubrica; |
|
Sin advertir, que atada a aquel Jumento |
4490 |
|
Ha de estar, y dormir la pobrecica, |
|
Y que lo de erunt duo in carne una, |
|
No se dejó al azar, ni a la fortuna. |
|
|
XCII
|
|
Oigo decir, que hallándose una Esposa, |
|
Que se contente con escasa dote, |
|
Le mancáis para Yerno, y el ñudoso |
|
Lazo se aprieta, con que dais garrote |
|
A la triste hija; y siendo poderoso, |
|
Os basta, más que sea un Monigote, |
|
No reparando (de codicia ciegos) |
4500 |
|
Que ella no ha de dormir con sus talegos. |
|
|
XCIII
|
|
Y vosotros sabéis que esto no basta, |
|
Y a la pobre metéis en un embrollo: |
|
Mal si admite, y peor si os contrasta; |
|
Estrellándose siempre en un escollo. |
|
Tal vez se determina a vivir casta, |
|
Por no verse colgada de aquel Rollo, |
|
Y Monja quiere ser, viendo lo maula, |
|
Aunque ella no era pájara de jaula. |
|
|
XCIV
|
|
Y más de un Padre, con fingido zelo, |
4510 |
|
En esta jaula, o ya prisión obscura |
|
(Al pensarlo me quedo como un hyelo), |
|
Con pretexto de estar allí segura, |
|
Y en camino más fácil para el Cielo, |
|
Encajar a la triste hija procura: |
|
Y una vez enjaulada, y como pressa |
|
Que importa diga ella: ya me pesa. |
|
|
XCV
|
|
Fuera mejor torcerla sí, el pescuezo, |
|
Como a un pollo le tuerce una Criada, |
|
Que usar con la pobre hija, sin tropiezo, |
4520 |
|
Lo que no haría un bárbaro en Canada. |
|
Y con todo hombres hai de mucho rezo, |
|
Que no hacen aprensión, ni temen nada, |
|
De inducir con engaños y lisonjas |
|
Sus tiernas hijas a que sean Monjas. |
|
|
XCVI
|
|
Hácenlas un retrato que embelesa |
|
De la vida, que se hace en los Conventos, |
|
Y que en llegando a ser Madre Abadesa, |
|
Todas la prestan dulzes rendimientos; |
|
Que irán por aquí al Cielo más apriessa, |
4530 |
|
Porque los otros rumbos son violentos, |
|
Y con gestos y acciones afectadas, |
|
Abultan lo que passan las Casadas. |
|
|
XCVII
|
|
Pónenlas grande horror al matrimonio, |
|
Diciendo de los hombres mil maldades, |
|
Que Pedro, Juan, Domingo, Pablo, Antonio |
|
Todos lo mismo son en sus ruindades; |
|
Dícenlas, que ya el Mundo, ya el Demonio, |
|
(Como es común en todas las edades) |
|
Ponen en las cabezas a los Casados, |
4540 |
|
Ciertos pelos, que están siempre enrizados. |
|
|
XCVIII
|
|
Dícenlas que es el Mundo un inconstante, |
|
Y es también inconstante, y mui traidora |
|
Toda fineza de terreno amante; |
|
Y ay de aquella infeliz que se enamora. |
|
Tales cosas la ponen por delante, |
|
Que la Rapaza en fin se hace Sorora, |
|
Aunque tenía gana de ser Madre. |
|
Mas vamos a otro assunto que más quadre. |
|
|
XCIX
|
|
Pero no; mejor es pongamos punto |
4550 |
|
A este Canto, que va un poco pesado; |
|
Y lo será, si al Auditorio junto |
|
No le huviere gustado lo cantado; |
|
En cuyo caso yo las manos junto |
|
Y le pido perdón de lo cansado, |
|
Que, arrepentido de esta culpa mía, |
|
Propongo serlo más en otro día. |
Fin del Canto VI
|