I
|
|
Acuérdome, que, al fin del otro Canto, |
|
justamente me avía puesto a hablar |
|
Del modo, que hoi se tiene, no mui santo, |
4560 |
|
En tratar a una hija de casar. |
|
Merecían los diessen con un Canto |
|
A los que gusto no la quieren dar, |
|
Como sea juiciosa la Rapaza, |
|
Y los daría yo con una maza. |
|
|
II
|
|
Desviáronme empero del camino |
|
Aquellos, que tal vez son ocasión |
|
De que otra sea Monja, aunque es destino, |
|
A que tiene mui poca vocación. |
|
Volveré, pues, a hablar del desatino, |
4570 |
|
Que hacen muchos sin juicio y sin razón, |
|
Dando ciertos Maridos a sus hijas, |
|
Que no gustan de aquellas sabandijas. |
|
|
III
|
|
Danla tal vez a un hombre sin govierno |
|
Danla a un mozo vicioso, atolondrado, |
|
Y se empeñan, en que ha de ser su Yerno |
|
El que no estaba de ella enamorado. |
|
Danla a un Viejo tan duro como un querno |
|
Danla a un joven, que acaso está apestado, |
|
Y hai en fin en el punto tantos hyerros, |
4580 |
|
Que hai Padres, que sus hijas dan a perros. |
|
|
IV
|
|
Suele también el Santo matrimonio |
|
Mezclarse con un poco de política, |
|
La qual hace reír al mal Demonio, |
|
Y da bien que glossar a cierta Crítica. |
|
Hai tal vez quien, teniendo un patrimonio |
|
Crecido, tiene el alma tan estítica, |
|
Que, sólo porque lleve menos dote, |
|
Dará al Diablo la hija, o la Nepote. |
|
|
V
|
|
Y después todo el tiempo de su vida |
4590 |
|
Aquella mal casada es infelize, |
|
Experiencia de todos tan sabida, |
|
Porque el Cielo estas bodas no bendice. |
|
Por esso yo quisiera ver bandida |
|
La moda, que, a mi ver, tanto desdice, |
|
De dar una muchacha a un hombre tal, |
|
Que sin él estaría menos mal. |
|
|
VI
|
|
Hai algunos también, que, pretestando |
|
Ser buen marido un hombre de consejo, |
|
O que ha de morir presto confiando, |
4600 |
|
A una Niña la juntan con un Viejo; |
|
Y mejor estaría, conservando |
|
De su pureza el cándido reflejo, |
|
Que, perdiendo con larga penitencia, |
|
De Virgen el dictado, y la paciencia. |
|
|
VII
|
|
Otros hai, que, por miedo de manchar |
|
La sangre, que escorre por las venas, |
|
Despreciando a todo Hombre popular, |
|
La dan a un pobre Noble, el qual apenas |
|
Tiene pan que comer, ni que cenar. |
4610 |
|
Y qué hace la Muchacha en tales penas? |
|
Lo que no halla en su casa, sin mucha arte |
|
Lo sabe ella encontrar en otra parte. |
|
|
VIII
|
|
Hai quien su hija a un Médico la aplica, |
|
Porque assí tiene el Médico pagado, |
|
Otro (que a ser Pleitista se dedica) |
|
Por lo mismo, la entrega a un Avogado, |
|
Y otro, porque entre en una casa rica, |
|
Se la da a un Mercader adinerado, |
|
Sin mirar, si la hija (necia, o sabia) |
4620 |
|
En vez de amor, el hombre la da rabia. |
|
|
IX
|
|
Yo quisiera que el Padre la dejasse |
|
Aquella libertad, que la dio el Cielo; |
|
Que tanto al interés no se inclinasse, |
|
Ni al amor propio enmascarado en zelo, |
|
Y que más caridad con ella usasse, |
|
Dejándola (si es moza ya de pelo, |
|
Y que nunca saldrá de lo que es justo) |
|
Que se case a su modo, y a su gusto. |
|
|
X
|
|
Mas quisiera también, que las Muchachas, |
4630 |
|
Se contentaran con lo que es honesto, |
|
No mirando a pelucas, ni a Garnachas, |
|
Sino al juicio, y limpieza. Si en el resto |
|
No imitaren a Elvia (por sus tachas) |
|
Imítenla a lo menos en aquesto, |
|
Que en Marco prefirió lo virtuoso |
|
A lo rico; y lo lindo, para Esposo. |
|
|
XI
|
|
No buscó, no, un vestido estraordinario |
|
Ni una rica carroza en el marido, |
|
Ni un número de Pages no ordinario, |
4640 |
|
Ni un Palacio de muebles proveído. |
|
Solamente buscó lo necesario, |
|
Id est un juicio claro, y conocido, |
|
Un hombre Literato, y de conciencia, |
|
De bondad, de conducta, y de prudencia. |
|
|
XII
|
|
Y finalmente, oviéndole encontrado, |
|
Por su fortuna, justamente qual |
|
Ella quería, id est, un buen Letrado, |
|
Cuerdo, prudente, honesto, y racional, |
|
Con gusto de su Padre, y con su agrado, |
4650 |
|
El vínculo estrecharon conjugal, |
|
Y no trocara Elvira su Marido |
|
Por el más resoplado, y presumido. |
|
|
XIII
|
|
Viendo en Elvira tal discernimiento; |
|
Hace Bartolo un punto admirativo, |
|
Y siguiendo su genio algo sangriento, |
|
Passa a tocar las hembras en lo vivo. |
|
Son palabras (lo sé) que lleva el viento, |
|
y sé que inútilmente las transcribo: |
|
Ya quisiera dejarlas todas; pero |
4660 |
|
El ser fiel Traductor es lo primero. |
|
|
XIV
|
|
Otra moda se sigue (dice) aora: |
|
Es mui otro el humor de nuestras Damas; |
|
Si se quiere casar una Señora |
|
Una le busca noble entronco y ramas, |
|
Otra del oro y plata se enamora; |
|
Todas los quieren blandos y sin escamas, |
|
Porque todas desean un Esposo, |
|
Que sea gastador, mas no zeloso. |
|
|
XV
|
|
Quieren un hombre, que no tenga sal, |
4670 |
|
Que las mire y adore como Diosas, |
|
Que nada de lo que hacen lleve a mal |
|
Aunque no hagan tal vez mui santas cosas: |
|
Que sea generoso y liberal, |
|
Y las haga finezas portentosas, |
|
Y quieren unos hombres infelizes, |
|
Que se dejen llevar por las narizes. |
|
|
XVI
|
|
Con un Marido tal está contenta |
|
Una Muger; arrima los cuidados; |
|
Sigue la moda; no vive violenta, |
4680 |
|
Dase a las galas, brilla en los estrados; |
|
Y aunque vea el Marido que frequenta |
|
Su casa un esquadrón de evaporados, |
|
Por no turbar la paz, que es santa i bella, |
|
Qual otro Fabio ve, y sus labios sella. |
|
|
XVII
|
|
Mas no por esso soi yo de opinión, |
|
Que el Marido con ella se alborote, |
|
Porque entrada los dé, y conversación: |
|
No hai arroz más enorme que el garrote, |
|
Quando se usa sin sal, ni discreción. |
4690 |
|
Si es zeloso, lo harán luego gigote |
|
En Calles, Plazas, Tiendas, y Congressos, |
|
Aunque ya se usan pocos hombres de esos. |
|
|
XVIII
|
|
Oy vive en buena fe todo Marido, |
|
Libre de escrupulillos, y recelos: |
|
Aunque ven otro pájaro en su nido, |
|
Dice que son enredos de Mozuelos; |
|
O le parece a él que está dormido, |
|
Y que es efecto aquél de sus desvelos, |
|
Y aunque le suene la cabeza a hueca, |
4700 |
|
No recela peligros de jaqueca. |
|
|
XIX
|
|
Si lo hacen (dirá alguno) no es sin quare, |
|
Pues hallan, en hacerlo assí, su cuenta, |
|
Viendo la casa suya redundare |
|
De quanto ha menester, y que sustenta |
|
A toda la Familia sin sudare. |
|
Si esto lo hiciere alguno, entre cinquenta, |
|
Ya penetro el mysterio, con Ovidio, |
|
Pero, a decir verdad, no se lo embidio. |
|
|
XX
|
|
O, por decir mejor, mucho le lloro, |
4710 |
|
Porque se ciegan de una vil codicia, |
|
Y el honor vale más que todo el oro: |
|
Y si llegara alguno a mi noticia, |
|
Aunque me diera el tal un gran tesoro, |
|
Detestaría su infernal nequicia; |
|
Pues de ella solamente al acordarme, |
|
Casi me daba gana de ahorcarme. |
|
|
XXI
|
|
Vete de mí, diría, hombre malvado, |
|
Huye de todo racional consorcio, |
|
Tú, que comes el pan de tu pecado. |
4720 |
|
Haz de essa ruin muger pronto divorcio, |
|
Que está el mundo de ti escandalizado, |
|
Y todos te apellidan otro Porcio, |
|
Pues, viendo esto el más torpe, y el más ciego, |
|
Que Tú vas a meter en casa el fuego, |
|
|
XXII
|
|
Esto, y aun más diría a los malditos, |
|
Que a costa de su Esposa comer quieren, |
|
No reparando en ruines sobrescritos |
|
Que al alma y al honor a un tiempo hyeren; |
|
Pues como trataría a los benditos |
4730 |
|
Que por darlas los gustos que pudieren |
|
Gastan sus pesos duros, sus dineros |
|
Con los que los transforman en c[ar]neros? |
|
|
XXIII
|
|
Éstos comen mui bien a costa de ellos; |
|
Mandan más que ellos mismos en su casa, |
|
Y agarran la ocasión por los cabellos: |
|
Cuéntanlos vanamente lo que passa, |
|
Y todos estos mismos son aquellos; |
|
Que hacen pasteles con agena massa, |
|
Y ya que no possean el Terreno, |
4740 |
|
Logran el usufruto de lo ageno. |
|
|
XXIV
|
|
Éstos alaban la magnificencia, |
|
Y la generosidad de las personas |
|
Y por malicia, o por inadvertencia; |
|
Los atestan de ideas fanfarronas: |
|
Celébranlos, estando en su presencia |
|
Mas a espaldas los cortan las batonas, |
|
Y a su salvo disparan los trabucos, |
|
Tratándolos de pobres Mamelucos. |
|
|
XXV
|
|
Hasta la misma Dama que cortejan |
4750 |
|
Su ruin e ingrata lengua despedaza; |
|
De vana, y de soverbia la motejan, |
|
Y revuelven después contra su traza: |
|
Cosa sana a la pobre no la dejan, |
|
Y al Marido le rascan con almoaza, |
|
Diciendo (quando hablan con modestia) |
|
Que es un gran [balalo]que, y un gran bestia. |
|
|
XXVI
|
|
No obstante, muchos de ellos gustan ver, |
|
Que su casa esté siempre frequentada |
|
De los que quieren bien a su Muger, |
4760 |
|
Y a comer los ayudan la ensalada, |
|
Y muestran más de dos gran displacer, |
|
De que esté Mariquita abandonada, |
|
Y ellos mismos la buscan Cortejantes. |
|
Éstos, sí, que son hombres, no los de antes! |
|
|
XXVII
|
|
A éstos, y otros grandíssimos simplones, |
|
(Si es que hai algunos, como dicen muchos) |
|
Quisiera yo bajarlos los calzones, |
|
Y hacerlos con el látigo machuchos; |
|
Porque los tontos gastan sus doblones |
4770 |
|
Con ciertos alevosos Avechuchos, |
|
Que a costa de su pan, y su dinero, |
|
Con la Dama los soplan el tablero. |
|
|
XXVIII
|
|
Majaderos, mostrad que sois los Amos, |
|
Y que mandar queréis en vuestra casa, |
|
Sin sufrir que se vengan unos Gamos |
|
A meteros sus quernos en la massa; |
|
Para que no os pongan tantos ramos |
|
En la calle, sabiendo lo que passa, |
|
Porque avéis de saber se dicen cosas |
4780 |
|
De Marido y Muger; poco sobrasas. |
|
|
XXIX
|
|
Se murmura de aquella indiferencia, |
|
Con que estáis viendo acciones no mui buenas, |
|
Dando a vuestra Muger plena licencia |
|
Para andar entre Sirtes y Sirenas. |
|
Se murmura de vuestra complacencia, |
|
Conque dais facultades semiplenas |
|
Para jugaros essos Señoritos, |
|
Las Cabras, los Cabrones, y Cabritos. |
|
|
XXX
|
|
Mirad vuestra conducta, y aun la suya, |
4790 |
|
Que obligados quizá estaréis a hacerlo, |
|
Para cantar alegres la Allelluya |
|
Deque a tiempo supisteis entenderlo. |
|
Y si se hallare alguno que [me] arguya |
|
Contra este mi consejo, a defenderlo |
|
Estoi pronto, diciendo al Licenciado, |
|
Que nadie hyerra más que el confiado. |
|
|
XXXI
|
|
Y no es esto turbar del Matrimonio |
|
La Santa paz; (no lo permita el Cielo) |
|
Que esse es ofizio propio del Demonio, |
4800 |
|
No mío, que Corona tengo en pelo. |
|
Mas si yo fuera Tizio, o bien, Sempronio, |
|
Mis cosas miraría con más zelo, |
|
Y encargaría a mi querida Berta, |
|
Que estuviesse en reserva, y siempre alerta. |
|
|
XXXII
|
|
Yo sé decir, que no quisiera ver |
|
Todo el día pegados tantos piojos |
|
A las costuras de mi fiel Muger, |
|
Picándola a lo menos con los ojos. |
|
Ni menos gustaría mantener |
4810 |
|
Tanto [o]ragán con mis pobres rehojos, |
|
Que por decirlo en sola una palabra, |
|
Por nuevo rumbo, me harían otro Cabra. |
|
|
XXXIII
|
|
Úsase oy entre hombres y mugeres |
|
(Salvo mejor sentir) mucha llaneza, |
|
Y, conviniendo tantos pareceres, |
|
En que no sobra en ellas la firmeza, |
|
Siendo las hembras de oy en sus quereres |
|
Lo que la Historia de las otras reza, |
|
Tienen grande ocasión, si las complacen |
4820 |
|
De hacer mal, y aun algunas quizá lo hacen. |
|
|
XXXIV
|
|
Mi muger, dirá alguno, estoi seguro, |
|
Que es gran Cristiana, y teme mucho a Dios |
|
Y no contestará a deseo impuro, |
|
Zelosa de la honra de los dos |
|
Y yo también a ti te lo asseguro; |
|
Le diré, y en esto soi con vos, |
|
Con tal que tu muger sea de aquellas, |
|
Que decrépitas son, o no son bellas. |
|
|
XXXV
|
|
Mas si es de las que están mui adornadas |
4830 |
|
De hermosura, de garbo, y gentileza, |
|
En la flor de su edad, y mui pagadas |
|
De su vivacidad, y su belleza, |
|
Que assí dormidas, como desveladas |
|
Piensan siempre en jugarte alguna pieza, |
|
Digo que será bueno el confiarse, |
|
Mas tengo por mejor el no fiarse. |
|
|
XXXVI
|
|
Pero no se goviernan todas no, conforme. |
|
De Ulisse se portó la bella Esposa. |
|
Según el verdadero y fiel enforme, |
4940 |
|
Que nos hace un Musa sentenciosa; |
|
Diciendo, que rara est concordia forma |
|
Et pudicitia (añade aquí la Glossa) |
|
Porque la Castidad y la Hermosura |
|
Rara vez hacen buena ligadura. |
|
|
XXXVII
|
|
Según esso (dirá algún Replicón) |
|
No serán Castas las que fueren bellas. |
|
Señor mío, no es essa mi aserción; |
|
Pues sé mui bien que hay muchas entre ellas, |
|
Y para prueba de esta conclusión, |
4850 |
|
Dejando otras, me basta proponellas |
|
El egemplo de Elvira en este punto, |
|
Para no salir tanto del assunto. |
|
|
XXXVIII
|
|
Una hermosa y gentil fisonomía |
|
Tenía Elvira; garboso el ayre, y grato; |
|
Como lo vi yo en cierta Galería, |
|
Donde estaba pendiente su retrato. |
|
Pero la hizo favor la cortesía |
|
Del Pintor, nos dirá algún mogigato, |
|
Y yo no me opondré al Señor Don Tal, |
4860 |
|
Porque conozco que no dice mal. |
|
|
XXXIX
|
|
De los Pintores sé la complacencia, |
|
Y sé, que de las Damas son parciales, |
|
Haciendo varias copias su prudencia, |
|
Como desean los originales, |
|
Y suplen, por respeto, o por decencia, |
|
Lo que falta a las caras dozenales. |
|
Porque en punto de lindas sin razón |
|
Todas se juzgan más de lo que son. |
|
|
XL
|
|
Toda Muger padece este defecto, |
4870 |
|
Que otra Venus se juzga, o considera; |
|
Y en su cara ven todas con efecto |
|
La hermosura, que en muchas es chimera. |
|
Puesto, pues, que el Retrato más perfecto |
|
No acredita belleza verdadera, |
|
Tengo de la hermosura de Elvia un argumento |
|
Que vale en mi opinión por más de ciento. |
|
|
XLI
|
|
Era Marco un Poeta primoroso, |
|
Si nuestro Juanbartolo no nos miente; |
|
Elvia fue su Muger: Ergo forzoso |
4880 |
|
Es que fuesse Beldad sobresaliente. |
|
Porque Amor, quando el lazo cariñoso |
|
Prende en Poeta noble, y excelente, |
|
Siempre benigno le une, y le destina |
|
A una hermosura rara, y peregrina. |
|
|
XLII
|
|
O porque todo Poeta es de buen gusto, |
|
O porque, si hai en el Mundo no más que una |
|
Belleza, esta tal parece justo, |
|
Que una Gracia a una Musa siempre se una, |
|
Siempre le toca el más hermoso Busto, |
4890 |
|
Que hai debajo del Sol, y de la Luna. |
|
Lea el que no me crea algún Poeta, |
|
Y hallará ser verdad palpable, y neta. |
|
|
XLIII
|
|
Quieres ver el non plus de la hermosura? |
|
Pues ven a ver el rostro de mi Clara, |
|
(Dice uno); y otro dice: es la figura |
|
De la Divinidad mi Fénix rara. |
|
Éste añade: la luz del Sol obscura |
|
Es, si con mi Florinda se compara: |
|
Todo lo hermoso que hai en Tierra y Cielo, |
4900 |
|
Todo escondido está tras de aquel velo. |
|
|
XLIV
|
|
Marco hablaría assí, pues fue discreto, |
|
En sus versos que fueron infinitos, |
|
Aunque sólo tenemos un Soneto, |
|
Que el tiempo nos dejó de sus escritos. |
|
Salvo que (y lo sospecho con efeto) |
|
Ciertos Versos por Roma ahora proscritos, |
|
De cuyo Autor el nombre no transpira, |
|
Fuessen obra de Marco, y de su Lyra. |
|
|
XLV
|
|
Pero no, que es sospecha irracional |
4910 |
|
Achacar estos versos al buen Marco, |
|
Que en sus obras era hombre mui moral, |
|
Y en hablar remirado, cauto, y parco; |
|
Y alabando a una Dama, es natural |
|
Que de lo honesto no passasse el marco, |
|
Y assí creo que el Libro prohibido |
|
Obra es de algún moderno conocido. |
|
|
XLVI
|
|
Ello algunos Poetas, de su Dama |
|
Pintan ojos, megillas, cuello, y pechos, |
|
Como el Pintor pudiera de más fama, |
4920 |
|
Con colores, al vivo contrahechos. |
|
Y encendiendo en sí mismos torpe llama, |
|
Después, en los que al fuego no están hechos, |
|
La pegan, porque el Diablo los atiza |
|
Sabiendo, que es veloz, y pegadiza. |
|
|
XLVII
|
|
Y por esto las Musas Italianas, |
|
Son de muchos un Poco abborrecidas, |
|
Tratándolas de torpes, y livianas. |
|
Mas condenadas son sin ser oídas; |
|
Porque Críticas hai tan Chavacanas, |
4930 |
|
Aunque de mui discretas presumidas, |
|
Que atribuyen al Arte injustamente |
|
La culpa del Artífice imprudente. |
|
|
XLVIII
|
|
No distinguen lo muerto de lo vivo. |
|
Y si algún Libro en verso se ha estampado |
|
Pernicioso, es decir, algo lascivo, |
|
Quántos se avrán en prossa publicado |
|
Con un fuego, a lo menos, tan activo? |
|
Yo, que toda passión la arrimo a un lado. |
|
Ningún Arte condeno en general, |
4940 |
|
Condeno sólo el que la trata mal. |
|
|
XLIX
|
|
Vosotros; que cantáis, o avéis cantado |
|
De Amor en verso, o escrito ciertas prosas, |
|
Que leer no se pueden sin pecado, |
|
Porque inmodestas son, y escandalosas, |
|
Ya citados seréis ante el juzgado |
|
Del severo Bartolo que en sus Glossas |
|
A todos cardará mui bien la Lana; |
|
Y a Dios, que ya vendrá vuestra Semana. |
|
|
L
|
|
Pues yo aora me vuelvo a mi argumento, |
4950 |
|
Y digo, que las dos claras Donzellas, |
|
Que el Clarín de la Fama al Firmamento |
|
Elevó, añadiendo dos estrellas, |
|
Estarían mejor en un Convento; |
|
Porque quizá fue más hermosa que ellas |
|
Elvira, y aun quizá quando era viva, |
|
Fue más hermosa que la Elena Argiva. |
|
|
LI
|
|
Mas quién hace caudal de la hermosura? |
|
Ella es más que un embuste passagero? |
|
Flor que el más lieve viento desfigura? |
4960 |
|
Sol, que el vapor le eclipsa más ligero? |
|
Luz, que un soplo le vuelve en noche obscura? |
|
Relámpago que alumbra lisongero, |
|
Y casi siempre a su brillante ensayo |
|
Sigue siempre el terror, el trueno, el rayo? |
|
|
LII
|
|
Queréis saber lo que hace la belleza? |
|
Ella punza los pechos más que un tríbulo; |
|
Ella anochezca muchos la Nobleza, |
|
Ella embía a Galeras, y al patíbulo, |
|
Ella marca las caras con fiereza, |
4970 |
|
Ella a más de una llévala al prostíbulo; |
|
Y ella hace, en fin, que sean unas locas |
|
Las que hacen caso de ella (y no son pocas). |
|
|
LIII
|
|
Quántas presumen ser unas Deidades, |
|
Porque son sus cabellos blondos, rojos? |
|
Quántas juzgan que todas las edades |
|
Esclavas son de sus brillantes ojos, |
|
Y que de ciertas dos concavidades, |
|
Llenas de carne, todas son despojos? |
|
Quántas, por su semblante rubicundo, |
4980 |
|
Se figuran tener vassallo al Mundo? |
|
|
LIV
|
|
Mas valga la verdad, Señoras mías, |
|
La virtud, la modestia, y el decoro |
|
Son las prendas, que en vuestras Señorías |
|
Se aprecian; no tener un largo coro |
|
De Amantes, que suspiran luengos días. |
|
No dientes de marfil, cabello de oro, |
|
No el ser jazmines, rosas, ni azuzenas, |
|
Sí el ser honestas, cuerdas, castas, buenas. |
|
|
LV
|
|
Si queréis ser Deidades verdaderas, |
4990 |
|
De sola la virtud enamoradas |
|
Debéis estar, no siendo ya altaneras, |
|
Sino humildes, afables, moderadas, |
|
Enemigas de gentes lisongeras, |
|
Cuyo fin es teneros engañadas. |
|
Prudentes, y piadosas, como Elvira, |
|
Nombre; que juicio y compostura inspira. |
|
|
LVI
|
|
No la cedía, no; a la Reyna Dido, |
|
Que murió por su Esposo el Rey Sicheo, |
|
No por Eneas, como se ha creído, |
5000 |
|
Siendo éste de Virgilio un error feo |
|
Por lo qual de Poetas non mi fido, |
|
Salvo sea mi Juanbartolomeo, |
|
El qual, por embidia ni rencor |
|
A ninguno jamás quitó el honor. |
|
|
LVII
|
|
Elvia fue en el vestir Muger honesta, |
|
Y nunca usó aquel mueble estravagante |
|
Que el brial convertiendo en una cesta; |
|
Cubre más de un descuido envergonzante, |
|
Y el que era guardapiés con voz modesta, |
5010 |
|
Propiamente se llama Guarda infante, |
|
Porque allá en aquel tiempo en que se usaba, |
|
En más de una Soltera le guardaba. |
|
|
LVIII
|
|
Con aquel bulto tan descomunal, |
|
Que ocupaba seis baras de terreno, |
|
Nos hacían las Damas mucho mal, |
|
Golpeándonos las piernas mui de lleno, |
|
En la Iglesia, en la calle, en el Portal, |
|
Pues todo lo cogía aquel Balleno, |
|
Y arruinaba una casa una basquiña, |
5020 |
|
Aunque fuesse no más para una Niña. |
|
|
LIX
|
|
A la verdad me causa compassión |
|
Ver gastar malamente su dinero, |
|
No sólo a las de noble condición, |
|
Mas tal vez la Muger de un Sombrerero, |
|
En vestir a la moda: indiscreción, |
|
Que introdujo el capricho forastero; |
|
Y sabe Dios cómo andará vestido |
|
El pobre Tontarrón de su Marido. |
|
|
LX
|
|
Sabe Dios, si en su Casa tendrá pan, |
5030 |
|
Que dar a sus hijuelos, que comer: |
|
Sabe Dios de qué medios se valdrán; |
|
Yo no lo sé, ni quiérolo saber: |
|
Sólo sé que las más no ganarán |
|
En todo el año, como es fácil ver, |
|
Con hilar, con coser, teger, urdir, |
|
Lo que gastan un mes sólo en vestir. |
|
|
LXI
|
|
Pero aquello que apura mi paciencia, |
|
Y que más me consuma interiormente, |
|
Es aquella torpíssima indecencia, |
5040 |
|
Con que muchas se visten comúnmente. |
|
Y en algunas es tanta la insolencia, |
|
Que casi están desnudas totalmente. |
|
Tanto, que quien lo entiende, bien podría |
|
De todo el cuerpo hacer anatomía. |
|
|
LXII
|
|
Elvia traía un dengue, o una mantilla, |
|
Que le llegaba casi a la cintura; |
|
Cautelando la más leve cosilla, |
|
Que pudiesse excitar especie impura. |
|
De su zapato nadie vio la hevilla, |
5050 |
|
Ni aun de su bello cuello la hermosura, |
|
Pues toda la cubría un blanco velo, |
|
Con que siempre salía al Sol, y al hyelo. |
|
|
LXIII
|
|
Sin el manto jamás se presentaba |
|
En el templo de sus falsas Deidades, |
|
Y, como era de juicio, abominaba |
|
De muchas, que ostentar profanidades |
|
En los Sagrados Templos observaba, |
|
Aviéndolas de todas las edades: |
|
Y decía no ser sus intenciones |
5" Y |
|
Infundir devoción en los Mirones. |
|
|
LXIV
|
|
Y aunque eran Dioses falsos y mentidos, |
|
Estaba Elvia en el Templo mui compuesta, |
|
Sin dejar que vagueassen los sentidos, |
|
Ya por aquella parte, ya por ésta. |
|
Escusaba en la Iglesia de cumplidos, |
|
Y mucho más de acción menos modesta, |
|
Que lo demás (decía) es gran pecado, |
|
No distinguiendo el Templo del Estrado. |
|
|
LXV
|
|
No te quejes del Dios de las venganzas, |
5070 |
|
Italia mía, si el azote aferra, |
|
Si contra tu impiedad dispara lanzas; |
|
Si la discordia, que la paz destierra, |
|
Hace en ti los destrozos, y mudanzas, |
|
Que son partos funestos de la guerra. |
|
O trata de otro modo el Templo Santo, |
|
O disponte a sufrir más triste llanto. |
|
|
LXVI
|
|
Quando compuse esta postrera octava |
|
(Que ha muchos años) en Italia ardía |
|
Una guerra cruel, que la asolaba; |
5080 |
|
Mas ya la libró Dios de aquella harpía, |
|
Quizá, porque vio en fin que se enmendaba, |
|
Y comenzaba a ser menos impía, |
|
Pues, si no nos engaña la apariencia, |
|
Se ve en el Templo ya más reverencia. |
|
|
LXVII
|
|
Animo, pues, amada Italia bella, |
|
Vete enmendando de otros tus defectos, |
|
Que aquel látigo son, que te desuella; |
|
Porque quiere el gran Dios sean perfectos |
|
Tus hijos quando en ellos su Amor sella, |
5090 |
|
Tantos, de su Bondad, grandes efectos, |
|
Y te verán los Siglos tan brillante, |
|
Como el Mundo te vio en el más triunfante. |
|
|
LXVIII
|
|
No se verán sus Campos destruidos, |
|
Ni llorarás tus míseros ganados, |
|
Víctima del contagio, consumidos: |
|
Brotarán nobles mieses tus sembrados; |
|
Vinos darán tus pámpanos floridos, |
|
Que obscurezcan los más acreditados, |
|
Y la piedra, el granizo, y el fatal rayo |
5100 |
|
Buscarán otra Tierra para ensayo. |
|
|
LXIX
|
|
Vuélvome a Elvira, cuyo natural |
|
La Honestidad amaba, como flor |
|
De una fragancia tan subida, y tal |
|
Que esparze a todas partes un olor, |
|
A que no hai en el mundo olor igual, |
|
O a lo menos en él no le hai mejor; |
|
Y más quando se junta a la Hermosura: |
|
Unión, que por mui rara se assegura. |
|
|
LXX
|
|
Pluguiesse al Cielo fuesse conocida |
5110 |
|
La preminencia de virtud tan rara, |
|
Sería de las Damas pretendida, |
|
Y amada, como joya la más cara: |
|
Si a vuestra vista fuesse permitida |
|
La celestial belleza de su cara |
|
Por estrecharla en plácidos abrazos |
|
Seríais Briareas (todas brazos). |
|
|
LXXI
|
|
Ésta es la gran virtud, que os da precio, |
|
La que hace vuestro sexo tan amable, |
|
Y si alguna la trata con desprecio, |
5120 |
|
Por hermosa que sea, es despreciable. |
|
Sin esta Honestidad, aun el más necio |
|
Dice, que es la belleza abominable, |
|
Y que a lo más conquistará los ojos, |
|
Mas nunca entrará el alma en sus despojos. |
|
|
LXXII
|
|
Si algún torpe discurso Elvira oía, |
|
Quando estaba en Bolonia, o en Arpino, |
|
De un color vergonzoso se cubría, |
|
Y estaba más modesta que un Teatino. |
|
Una vez que leyó cierta Elegía |
5130 |
|
Ovidio en su presencia, perdió el tino, |
|
Porque era un poco libre, o nada pura, |
|
Y una buena le dio jabonadura. |
|
|
LXXIII
|
|
Bien que hai varias sentencias sobre este hecho; |
|
Porque hai quien diga, que la oyó con gusto, |
|
Y que después que le huvo satisfecho, |
|
Mostró, o fingió algún tanto de disgusto, |
|
Diciendo no era cosa de provecho; |
|
Y que afectando un zelo Santo y justo, |
|
Con color de que no cundiesse el mal, |
5140 |
|
A Ovidio le arrancó el original. |
|
|
LXXIV
|
|
Lo cierto es que Nasón en adelante |
|
En sus escritos fue menos impuro, |
|
Corregiendo el Spíritu Galante, |
|
Que de Poeta claro le hizo obscuro; |
|
Aunque esto lo atribuye nuestro Dante |
|
A su destierro (y es lo más seguro), |
|
Donde hizo el pobre larga penitencia |
|
De su más que Poética licencia. |
|
|
LXXV
|
|
Paréceme que algunos se menean; |
5150 |
|
Lo que quiere decir, que están cansados |
|
Y que mis versos ya no los recrean: |
|
Mas, contando no más con los passados |
|
Seteintaicinco Octavas; aora vean, |
|
Si quieren, una vez que están sentados, |
|
Permitirme añadir otras poquitas, |
|
Con quatro al bello sexo palabritas. |
|
|
LXXVI
|
|
Ciertas palabras, pues, que vergonzosa |
|
No quiere repetir la lengua mía; |
|
Ciertos discursos, que una escandalosa |
5160 |
|
Encierran alusión, o alegoría |
|
Ciertos cuentos en verso, y aun en prossa, |
|
Que revuelven después la fantasía, |
|
Indigníssimos son de las orejas |
|
De las Mugeres, maxime, no viejas. |
|
|
LXXVII
|
|
Con todo esso, estos son en las visitas |
|
Los discursos que a muchas les agradan, |
|
Y más de dos se encuentran Señoritas, |
|
Que, si no se habla assí, se desagradan, |
|
Y en tratándose cosas eruditas, |
5170 |
|
O assuntos serios, callan, y se enfadan, |
|
Llamando el que en hablar es detenido, |
|
Escrupuloso, insulso, o encogido. |
|
|
LXXVIII
|
|
Quánto mejor os fuera estar hilando, |
|
Que oyendo más de dos conversaciones, |
|
En que el veneno a sorbos va calando |
|
Por el oído, a vuestros corazones? |
|
Y el Amor mil especies dispertando, |
|
En que estaban dormidas las passiones |
|
Descubre lo que estaba más oculto, |
5180 |
|
Excitando en el alma un gran tumulto? |
|
|
LXXIX
|
|
Pero alguna dirá: en mí ciertamente |
|
Tales discursos no hacen mella alguna, |
|
Ni causan más tumultos en mi mente, |
|
Que los ladridos causan en la Luna. |
|
Fuera de que no soi tan inocente |
|
Que en los lances de Amor y de Fortuna |
|
No sepa quizá más que todo quanto |
|
Puede decirme un Tulio, o un Crysanto. |
|
|
LXXX
|
|
Ya lo sé, y no, no es menester jurarlo, |
5190 |
|
Que entre vosotras, Damas, tal qual se halla |
|
Que en cierto assunto indigno de nombrarlo, |
|
Sabe tanto, y aún más que la Canalla, |
|
Quando todas debiérais ignorarlo. |
|
Y aunque iba a descargaros a metralla, |
|
Quiero trataros con benignidad, |
|
Porque una vez digisteis la verdad. |
|
|
LXXXI
|
|
Y en gracia de esta cosa irregular, |
|
Os he de hablar en verdadero amigo: |
|
No pretendiendo aora examinar |
5200 |
|
Vuestro interior (que de esto no hai testigo). |
|
Un buen consejo os quiero a todas dar, |
|
Hablando en confianza; y assí digo, |
|
Que si oís lo que nunca oír debéis |
|
Aquello que no sois creer haréis. |
|
|
LXXXII
|
|
Quando menos podrá pensar alguno, |
|
Que sois un poco largas de conciencia; |
|
Porque en el Mundo juzga cada uno |
|
Por los Auttos, que forma la apariencia; |
|
Y más si el pleito es de una, o de uno |
5210 |
|
Con quien trato no hai, ni hai experiencia. |
|
Diréis que la experiencia es engañosa: |
|
Sí lo es; mas su sentencia es vergonzosa. |
|
|
LXXXIII
|
|
Y ella hace que el honor quede perdido; |
|
Y como es el honor tan delicado, |
|
Es a un relox precioso parecido, |
|
Al qual, para quedar desbaratado, |
|
Basta un golpe ligero, o un descuido. |
|
Y este vuestro relox tan estimado |
|
Le pierde, le maltrata, o le desgasta |
5220 |
|
Una muger que no parece casta. |
|
|
LXXXIV
|
|
Pero hai gran diferencia en el asunto; |
|
Que el Relox componerle el relogero |
|
Puede mui bien; pero el honor difunto |
|
Resucitar no puede al ser primero. |
|
Y el Salmista, tratando de este punto, |
|
Un símil trae, que es más verdadero; |
|
Dice que es un Cristal hecho pedazos, |
|
Que unirle no es possible a humanos brazos. |
|
|
LXXXV
|
|
Una cosa podéis tener por cierta, |
5230 |
|
O vosotras Mugeres, y Señoras, |
|
Que muger sin honor, es muger muerta. |
|
Yo lisonjas no gusto aduladoras, |
|
Y una vez que sinceramente advierta |
|
Las verdades más claras, y sonoras, |
|
Si de dichas verdades os riereis, |
|
Servidor, y vivid como quisiereis. |
|
|
LXXXVI
|
|
Pero escucho que alguna me replica: |
|
Oír hablar es uso antiguo, y vicio: |
|
Ni yo para mostrar que soi púdica, |
5240 |
|
He menester armar el sobrecejo, |
|
Quando habla otro, ni hacer la boca chica, |
|
Ni estrujar con arrugas el pellejo, |
|
Y si hai un mal hablado no me toca |
|
levantarme, y taparle aquella boca. |
|
|
LXXXVII
|
|
Ni tampoco yo digo que hagáis esso; |
|
Pero nunca mostréis gusto de oírle: |
|
Dadle a entender que aquello es un exceso, |
|
Que vuestro honor no puede permitirle; |
|
Lo que toda muger, que tiene sesso, |
5250 |
|
Sabe hacer fácilmente, sin herirle |
|
Al que habla mal; y si él no es un salvage, |
|
Veréis que muda presto de lenguaje. |
|
|
LXXXVIII
|
|
Basta no contestarle quando habla, |
|
No prestando atención a lo que dice, |
|
Como si hablara el tal con una tabla: |
|
Basta que vuestra lengua no le atize, |
|
Si discurso indecente, o torpe entabla, |
|
Que de vuestro rubor tanto desdize; |
|
Y hasta no mostraros deseosas, |
5960 |
|
De que los hombres hablen ciertas cosas. |
|
|
LXXXIX
|
|
Dice el proverbio: la Muger honrada |
|
Ha de ser sorda y muda; si es que quiere |
|
Ser verdaderamente respetada; |
|
Y ha de hacer que no entiende lo que oyere, |
|
Siendo alguna palabra colorada, |
|
La que discreta parecer quisiere: |
|
Lección mui importante, y la más bella, |
|
Que debiera aprender toda doncella. |
|
|
XC
|
|
De aquí podéis, Damitas, inferir |
5770 |
|
Lo mal que hacen aquellas que entender |
|
Fingen lo que mejor fuera no oír; |
|
Y mostrando que lo oyen con placer, |
|
Se suelen, poco cautas, sonreír. |
|
Nunca fue Elvira de esse parecer, |
|
Antes bien, si algo de esto Elvira oía, |
|
Una estatua de mármol parecía, |
|
|
XCI
|
|
Raras veces salía Elvia de casa, |
|
Y apenas se asomaba a la ventana. |
|
Y aunque era ágil en una y otra bassa, |
5280 |
|
No era inclinada al bayle, ni era vana: |
|
Nadie besó su mano; aunque aora passa |
|
Por moda, bien que moda chavacana; |
|
Cubiertas las dos manos con los guantes, |
|
Cosa que hace rabiar a los amantes. |
|
|
XCII
|
|
Es verdad (no lo niego) que hoi ay muchas |
|
Condenadas a guante sempiterno |
|
Queriendo acreditarse de machuchas; |
|
Pero esto sólo prueva en mi quaderno, |
|
Que huyen de la labor, o no están duchas, |
5290 |
|
A lo que suena mugeril govierno. |
|
Si sólo por las manos las aprecias, |
|
Otras tantas dirás que son Lucrecias. |
|
|
XCIII
|
|
Mas viendo que en tener siempre cubiertas |
|
Las manos, sólo sois escrupulosas, |
|
Y que expuestas al público están ciertas |
|
Otras partes, que son más peligrosas, |
|
Las gentes (con razón) dudan expertas, |
|
Que lo hacéis porque a caso están roñosas, |
|
O llenas de berrugas, y de aristas, |
5300 |
|
Y conocéis que no son para vistas. |
|
|
XCIV
|
|
Otros discurren otras mil razones, |
|
Y dicen las guardan, porque están llenas |
|
De aquellos que se llaman turumbones, |
|
O porque están mui flacas, y las venas |
|
Lo salen a lucir con los tendones. |
|
Otros dicen, que no las tenéis buenas, |
|
Porque avéis empleado algunos ratos |
|
En retozar a solas con los gatos. |
|
|
XCV
|
|
Y quando no, podrá alguno creer, |
5310 |
|
Que las tenéis guardadas por temor, |
|
De que el Sol no las llegue a enegrecer, |
|
Tostándolas después con su calor. |
|
Mas si cubiertas las queréis tener |
|
Por otro fin más alto y superior, |
|
Porque no cubriréis si sois modestas |
|
Otras cosas, que son menos honestas. |
|
|
XCVI
|
|
Ciertas cosas, repito, algo indecentes, |
|
Que hacéis ver a quien no quisiera verlas, |
|
Cubriríais si fuerais más prudentes, |
5320 |
|
Teniendo gran cuidado de esconderlas. |
|
Hablo (por vuestro bien y el de las gentes), |
|
Y más sabiendo todos que las perlas, |
|
Las joyas, diamantes, y doblones, |
|
Se esconden cuando se anda entre Ladrones. |
|
|
XCVII
|
|
No hagáis el Gato guarda del Tocino. |
|
Y pues a Elvia imitáis en traer guantes, |
|
No hacerlo en lo demás es desatino. |
|
Ni los curiosos, ni los cortejantes |
|
Vieron más que su rostro peregrino, |
5330 |
|
Y a los ojos negó más penetrantes |
|
La peligrosa vista de dos pellas, |
|
Que tenía, tan blancas, como bellas. |
|
|
XCVIII
|
|
Pero esto ya va largo demasiado, |
|
Y estoy viendo que algunos se levantan |
|
Sin aguardar se acabe lo empezado; |
|
Y como sé que cansan los que cantan |
|
Si al cantar mal añaden lo porfiado, |
|
Los que ya están cansados no me espantan, |
|
Y por hoi pongo fin a nuestro testo |
5340 |
|
Para volver mañana a oír el resto. |
|
|
XCIX
|
|
Mientras el Niño Cicerón reposa |
|
De Elvira elogiaré mil prendas bellas, |
|
Y de otras de su sexo alguna cosa. |
|
Diré también, que no quiero ofendellas, |
|
Aunque es materia algún tanto escabrosa |
|
Y quanto pueda haré porque ellos y ellas |
|
Oigan con gusto lo que se digere, |
|
Mas paciencia si no lo consiguiere. |
Fin del Canto VII
|