Jornada I |
|
Selva, dos grutas entre elevados peñascos.
|
PAULO | (De ermitaño.) | ¡Dichoso albergue mío! | | Soledad apacible y deleitosa, | | que en el calor y el frío
| | me dais posada en esta selva umbrosa, | | donde el huésped
se llama | 5 | o verde yerba o pálida retama. | | Agora,
cuando el alba | | cubre las esmeraldas de cristales, | | haciendo
al sol la salva | | que de su coche sale por jarales, | 10 | con manos de luz pura, | | quitando sombras de la noche oscura
| | |
—4→
| salgo de aquesta cueva, | | que en pirámides altos
de estas peñas | | naturaleza eleva, | 15 | y a las errantes
nubes hace señas | | para que noche y día,
| | ya que no otra, le hagan compañía. | | Salgo
a ver este cielo, | | alfombra azul de aquellos pies hermosos.
| 20 | ¿Quién, oh celeste velo, | | aquesos tafetanes
luminosos | | rasgar pudiera un poco | | para ver?... ¡Ay de
mí! Vuélvome loco. | | Mas ya que es imposible
| 25 | y sé cierto, Señor, que me estáis
viendo | | desde ese inaccesible | | trono de luz hermoso,
a quien sirviendo | | están ángeles bellos,
| | más que la luz del sol hermosos ellos, | 30 | mil
gracias quiero daros | | por las mercedes que me estáis
haciendo | | sin saber obligaros. | | ¿Cuándo yo merecí
que del estruendo | | me sacarais del mundo | 35 | que es umbral
de las puertas del profundo? | | ¿Cuándo, Señor
divino, | | podrá mi indignidad agradeceros | | el volverme
al camino | | que, si no lo abandono, es fuerza el veros
| 40 | y tras esa victoria | | darme en aquestas selvas tanta gloria?
| | Aquí los pajarillos, | | amorosas canciones repitiendo
| | por juncos y tomillos, | 45 | de Vos me acuerdan, y yo estoy
diciendo: | | «Si esta gloria da el suelo, | | ¿qué
gloria será aquella que da el cielo?» | | Aquí
estos arroyuelos, | | jirones de cristal en campo verde,
| 50 | me quitan mis desvelos | | y son la causa a que de Vos me
acuerde. | | Tal es el gran contento | | que infunde al alma
su sonoro acento. | | Aquí silvestres flores | 55 | el
fugitivo viento aromatizan | | y de varios colores | | aquesta
vega humilde fertilizan.
| | |
—5→
| Su belleza me asombra; | | calle
el tapete y berberisca alfombra. | 60 | Pues con estos regalos,
| | con aquestos contentos y alegrías, | | ¡bendito
seas mil veces, | | inmenso Dios, que tanto bien me ofreces!
| | Aquí pienso servirte, | 65 | ya que el mundo dejé
para bien mío; | | aquí pienso seguirte, | |
sin que jamás humano desvarío, | | por más
que abra la puerta | | el mundo a sus engaños, me divierta.
| 70 | Quiero, Señor divino, | | pediros de rodillas,
humilmente, | | que en aqueste camino | | siempre me conservéis
piadosamente. | | Ved que el hombre se hizo | 75 | de barro
vil, de barro quebradizo. | | (Entra en una de las grutas.) |
|
|
PEDRISCO | (Sale trayendo un haz de leña.) | Como si fuera borrico
| | vengo de yerba cargado, | | de quien el monte está
rico; | | si esto como, ¡desdichado!, | 80 | triste fin me pronostico.
| | ¡Que he de comer hierba yo, | | manjar que el cielo crió
| | para brutos animales! | | Deme el cielo en tantos males
| 85 | paciencia. Cuando me echó | | mi madre al mundo,
decía: | | «Mis ojos santo te vean, | | Pedrisco del
alma mía». | | Si esto las madres desean, | 90 | una
suegra y una tía, | | ¿qué desearán?
Que aunque el ser | | santo un hombre es gran ventura | | es
desdicha el no comer. | | Perdonad esta locura | 95 | y este
loco proceder, | | mi Dios; y pues conocida | | ya mi condición
tenéis, | | no os enojéis porque os pida | |
que la hambre me quitéis | 100 | o no sea santo en mi
vida. | | Y si puede ser, señor, | | pues que vuestro
inmenso amor | | todo lo imposible doma, | | que sea santo
y que coma | 105 | mi Dios, mejor que mejor, | | De mi tierra
me sacó | | Paulo diez años habrá | |
ya aqueste monte apartó; | | él en una cueva
está | 110 | y en otra cueva estoy yo. | | Aquí
penitencia hacemos, | | y sólo yerba comemos, | | y
a veces nos acordamos | | de lo mucho que dejamos | 115 | por
lo poco que tenemos. | | Aquí, al sonoro raudal | |
de un despeñado cristal, | | digo a estos olmos sombríos:
| | ¿Dónde estáis, jamones míos,
| 120 | que no os doléis de mi mal?
| | |
—6→
| Cuando yo solía
cursar | | la ciudad y no las peñas | | (¡memorias me
hacen llorar!), | | de las hambres más pequeñas
| 125 | gran pesar solíais tomar. | | Erais, jamones,
leales: | | bien os puedo así llamar, | | pues merecéis
nombres tales, | | aunque ya de los mortales | 130 | no tengáis
ningún pesar. | | Mas ya está todo perdido;
| | hierbas comeré afligido, | | aunque llegue a presumir
| | que algún mayo he de parir | 135 | por las flores
que he comido. | | Mas Paulo sale de la cueva oscura, | | entrar
quiero en la mía tenebrosa | | y comerlas allí.
| | (Vase.) |
|
|
PAULO | (Saliendo.) | ¡Qué
desventura! | 140 | ¡Y qué desgracia, cierta, lastimosa!
| | El sueño me venció, viva figura | | (por
lo menos imagen temerosa) | | de la muerte cruel; y al fin,
rendido, | | la devota oración puse en olvido.
| 145 | Siguióse luego al sueño otro, de suerte,
| | sin duda, que a mi Dios tengo enojado, | | si no es que
acaso el enemigo fuerte | | haya aquesta ilusión representado.
| | Siguiose al fin, ¡ay, Dios!, de ver la muerte. | 150 | ¡Qué
espantosa figura! ¡Ay, desdichado! | | Si el verla en sueño
causa tal quimera, | | el que vivo la ve, ¿qué es lo
que espera? | | Tirome el golpe con el brazo diestro | | no
cortó la guadaña; el arco toma | 155 | la flecha
en el derecho; en el siniestro, | | el arco mismo que altiveces
doma; | | tirome al corazón; yo, que me muestro | |
al golpe herido, porque el cuerpo coma | | la madre tierra,
como a su despojo | 160 | desencarcelo al alma, al cuerpo arrojo.
| | Salió el alma en un vuelo, en un instante | | vi
de Dios la presencia. ¡Quién pudiera | | no verle entonces!
¡Qué cruel semblante! | | Resplandeciente espada y
justiciera | 165 | en la derecha mano, y arrogante | | (como
ya por derecho suyo era) | | el fiscal de las almas miré
a un lado, | | que aun con ser victorioso estaba airado.
| | Leyó mis culpas, y mi guarda santa | 170 | leyó
mis buenas obras, y el justicia | | mayor del cielo, que es
aquel que espanta | | de la infernal morada la malicia,
| | |
—7→
| las puso en dos balanzas; mas levanta | | el peso de mi
culpa y mi injusticia | 175 | mis obras buenas, tanto, que
el juez santo | | me condena a los reinos del espanto. | |
Con aquella fatiga y aquel miedo | | desperté, aunque
temblando, y no vi nada | | si no es mi culpa, y tan confuso
quedo, | 180 | que si no es a mi suerte desdichada | | o traza
del contrario, ardid o enredo, | | que vibra contra mí
su ardiente espada, | | no sé a qué lo atribuya.
Vos, Dios santo, | | me declarad la causa de este espanto.
| 185 | ¿Heme de condenar, mi Dios divino, | | como ese sueño
dice, o he de verme | | en el sagrado alcázar cristalino?
| | Aqueste bien, Señor, habéis de hacerme.
| | ¿Qué fin he de tener? Pues un camino | 190 | sigo
tan bueno no queráis tenerme | | en esta confusión,
Señor eterno. | | ¿He de ir a vuestro cielo o al infierno?
| | Treinta años de edad tengo, Señor mío,
| | y los diez he gastado en el desierto, | 195 | y si viviera
un siglo, un siglo fío | | que lo mismo ha de ser;
esto os advierto. | | Si esto cumplo, Señor, con fuerza
y brío, | | ¿qué fin he de tener? Lágrimas
vierto. | | Respondedme, Señor, Señor eterno.
| 200 | ¿He de ir a vuestro cielo o al infierno? | |
|
|
|
(EL DEMONIO, que aparece en lo alto de una peña.)
|
DEMONIO | (Invisible para PAULO.) | Diez años
ha que persigo | | a este monje en el desierto, | | recordándole
memorias | | y pasados pensamientos; | 205 | y siempre le he
hallado firme, | | como un gran peñasco opuesto. | | Hoy duda de su fe, que es duda | | de la fe lo que hoy ha
hecho, | | porque es la fe en el cristiano | 210 | que sirviendo
a Dios y haciendo | | buenas obras ha de ir | | a gozar de
Él en muriendo. | | Este, aunque ha sido tan santo,
| | duda de la fe, pues vemos | 215 | que quiere del mismo Dios.
| | estando en duda, saberlo. | | En la soberbia también
| | ha pecado; caso es cierto. | | Nadie como yo lo sabe,
| 220 | pues por soberbio padezco. | | Y con la desconfianza | |
le ha ofendido, pues es cierto | | que desconfía de
Dios | | el que a su fe no da crédito. | 225 | Un sueño
la causa ha sido; | | el anteponer un sueño | | a la
fe de Dios, ¿quién duda | | que es pecado manifiesto?
| | Y así me ha dado licencia | 230 | el juez más
supremo y recto, | | para que con más engaños
| | le incite agora de nuevo. | | Sepa resistir valiente
| | |
—8→
| los combates que le ofrezco | 235 | para luego desconfiar
| | y ser como yo, soberbio. | | Su mal ha de restaurar | |
de la pregunta que ha hecho | | a Dios, pues a su pregunta
| 240 | mi nuevo engaño prevengo. | | De ángel
tomaré la forma, | | y responderé a su intento
| | cosas que le han de costar | | su condenación, si
puedo. | 245 |
|
|
|
(Déjase ver en figura de ángel.)
|
PAULO | ¡Dios mío!, aquesto os suplico: | |
¿Salvareme, Dios inmenso? | | ¿Iré a gozar vuestra
gloria? | | Que me respondáis espero. | |
|
|
DEMONIO | Dios,
¡oh Paulo!, te ha escuchado | 250 | y tus lágrimas ha
visto. | |
|
|
PAULO | (Aparte.) | ¡Qué mal el temor resisto!
| | Ciego en mirarlo he quedado | |
|
|
DEMONIO | Me ha mandado que
te saque | | de esa ciega confusión, | 255 | porque esa
vana ilusión | | de tu contrario se aplaque. | | Ve
a Nápoles, y a la puerta | | que llaman allá
del Mar, | | que es por donde tú has de entrar
| 260 | a ver tu ventura cierta | | o tu desdicha, verás
| | cerca de allá (estame atento) | | un hombre...
|
|
|
PAULO | ¡Qué
gran contento | | con tus razones me das! | 265 |
|
|
DEMONIO | Que
Enrico tiene por nombre, | | hijo del noble Anareto, | | Conocerasle,
en efecto, | | por señas: que es gentilhombre, | | alto
de cuerpo y gallardo, | 270 | No quiero decirte más,
| | porque apenas llegarás | | cuando le veas. |
|
|
PAULO |
Aguardo
| | lo que le he de preguntar | | cuando le llegare a ver.
| 275 |
|
|
DEMONIO | Sólo una cosa has de hacer. | |
|
|
|
DEMONIO | Verle
y callar, | | contemplando sus acciones, | | sus obras y sus
palabras. | |
|
|
PAULO | En mi pecho ciego labras | 280 | quimeras
y confusiones. | | ¿Sólo eso tengo que hacer? | |
|
|
DEMONIO |
Dios que en él repares quiere, | | porque el fin que
aquél tuviere | | ese fin has de tener. | 285 | (Desaparece.) |
|
|
PAULO | ¡Oh misterio soberano! | | ¿Quién este Enrico será? | | Por verle me muero
ya. | | ¡Qué contento estoy, qué ufano! | | Algún
divino varón | 290 | debe de ser, ¿quién lo duda?
| |
|
|
|
(Sale PEDRISCO.)
|
—9→
|
PEDRISCO | (Aparte.) |
Siempre la fortuna ayuda | | al más flaco corazón.
| | Lindamente he manducado; | | satisfecho quedo ya. | 295 |
|
|
|
PEDRISCO | A
esos pies está | | mi boca. |
|
|
PAULO | A
tiempo has llegado. | | Los dos habemos de hacer | | una jornada
al momento. | |
|
|
PEDRISCO | Brinco y salto de contento. | 300 |
Mas, ¿dónde, Paulo, ha de ser? | |
|
|
|
PEDRISCO | ¿Qué
me dice? | | ¿Y a qué, padre? |
|
|
PAULO | En
el camino | | sabrá un paso peregrino: | | ¡Plegue a
Dios que sea felice! | 305 |
|
|
PEDRISCO | ¿Si seremos conocidos
| | de los amigos de allá? | |
|
|
PAULO | Nadie nos conocerá,
| | que vamos desconocidos | | en el traje y en la edad.
| 310 |
|
|
PEDRISCO | Diez años ha que faltamos. | | Seguros pienso
que vamos, | | que es tal la seguridad | | de este tiempo que
en un hora | | se desconoce el amigo. | 315 |
|
|
|
|
PAULO | De contento el alma llora. | | A obedeceros
me aplico, | | mi Dios; nada me desmaya, | | pues Vos me mandáis
que vaya | 320 | a ver al dichoso Enrico. | | ¡Gran santo debe
de ser! | | Lleno de contento estoy. | |
|
|
PEDRISCO | Y yo, pues
contigo voy. | | No puedo dejar de ver, | 325 | (Aparte.) | pues
que mi bien es tan cierto | | con tan alta maravilla, | | el
bodegón de Juanilla | | y la taberna del Tuerto. | |
|
|
|
(Vanse.)
|
DEMONIO | Bien mi engaño
va trazado. | 330 | Hoy verá el desconfiado | | de Dios
y de su poder | | el fin que viene a tener, | | pues él
propio lo ha buscado. | | (Vase.) |
|
|
|
(La acción
se traslada a Nápoles. Representa la escena el patio
o atrio de la casa de CELIA. Salen OCTAVIO y LISANDRO.)
|
—10→
|
LISANDRO | La fama de esa mujer | 335 | sólo
a verla me ha traído. | |
|
|
|
LISANDRO | La
fama | | que de ella, Octavio, he tenido | | es de que es la
más discreta | | mujer que en aqueste siglo | 340 | ha
visto el napolitano | | reino. |
|
|
OCTAVIO | Verdad
os han dicho; | | pero aquesa discreción | | es el cebo
de sus vicios. | | Con ésa engaña a los necios;
| 345 | con ésa estafa a los lindos. | | Con una octava
o soneto, | | que con picaresco estilo | | suele hacer de cuando
en cuando, | | trae a mil hombres perdidos, | 350 | y por parecer
discretos | | alaban el artificio | | y el lenguaje y los conceptos.
| |
|
|
LISANDRO | Notables cosas me han dicho | | de esta mujer.
|
|
|
OCTAVIO | Está
bien. | 355 | ¿No os dijo el que aquesto os dijo | | que es
de esa mujer la casa | | un depósito de vivos, | | y
que nunca está cerrada | | al napolitano rico,
| 360 | ni al alemán, ni al inglés, | | ni al húngaro,
armenio o indio, | | ni aun al español tampoco, | |
con ser tan aborrecido | | en Nápoles? |
|
|
|
OCTAVIO | La verdad es lo que he dicho, | | como es
verdad que venís | | de ella enamorado. |
|
|
LISANDRO |
Afirmo
| | que me enamoró su fama. | |
|
|
|
|
OCTAVIO | Que tiene cierto mancebo | | por
galán, que no ha nacido | | hombre tan mal inclinado
| | en Nápoles. |
|
|
LISANDRO | Será
Enrico, | | hijo de Anareto el viejo, | 375 | que pienso que
ha cuatro o cinco | | años que está en una cama
| | el pobre viejo, tullido. | |
|
|
|
LISANDRO |
Noticia
tengo | | de ese mancebo. |
|
|
OCTAVIO | Os
afirmo, | 380 | Lisandro, que es el peor hombre | | que en Nápoles
ha nacido.
| | |
—11→
| Aquesta mujer le da | | cuanto puede, y cuando
el vicio | | del juego suele apretarle | 385 | se viene a su
casa él mismo | | y le quita a bofetadas | | las cadenas,
los anillos... | |
|
|
|
OCTAVIO | También
ella | | suele hacer sus ciertos tiros, | 390 | quitando la
hacienda a muchos | | con esta falsa poesía. | |
|
|
LISANDRO |
Pues ya que estoy advertido | | de amigo tan buen maestro,
| | allí veréis si yo sirvo. | 395 |
|
|
OCTAVIO | Yo
entraré con vos también | | mas ojo al dinero,
amigo. | |
|
|
LISANDRO | Con invención entraremos. | |
|
|
OCTAVIO |
Direisle que habéis sabido | | que hace versos elegantes,
| 400 | y que a precio de un anillo | | unos versos os escriba
| | a una dama. |
|
|
|
OCTAVIO | Y yo, pues entro con vos, | | le diré
también lo mismo. | 405 | Esta es la casa. |
|
|
LISANDRO |
Y
aun pienso | | que está en el patio. |
|
|
OCTAVIO | Si
Enrico | | nos coge dentro, por Dios | | que recelo algún
peligro. | |
|
|
|
|
|
|
(Sale
CELIA leyendo un papel y LIDORA con recado de escribir.)
|
CELIA | Bien escrito está el papel. | |
|
|
|
CELIA | Pues no se le echa de ver
| | notablemente. |
|
|
LIDORA | ¿No
has dicho | 415 | que escribe bien? |
|
|
CELIA | Sí,
por cierto; | | la letra es buena; esto digo. | |
|
|
LIDORA | Ya
entiendo. La mano y pluma | | son de maestro de niños.
| |
|
|
—12→
|
CELIA | Las razones, de ignorante. | 420 |
|
|
OCTAVIO | Llega, Lisandro,
atrevido. | |
|
|
LISANDRO | Hermosa es, por vida mía. | |
Muy pocas veces se ha visto | | belleza y entendimiento | | tanto en un sujeto mismo. | 425 |
|
|
LIDORA | Dos caballeros, si
ya | | se juzgan por el vestido, | | han entrado. |
|
|
|
|
OCTAVIO | (A LISANDRO.) | Ya
te ha visto. | |
|
|
CELIA | ¿Qué mandan vuestras mercedes?
| 430 |
|
|
LISANDRO | Hemos llegado atrevidos, | | porque en casa
de poetas | | y de señoras no ha sido | | vedada la
entrada a nadie. | |
|
|
LIDORA | (Aparte.) | Gran sufrimiento ha tenido,
| 435 | pues la llamaron poeta | | y ha callado. |
|
|
LISANDRO |
Yo
he sabido | | que sois discreta en extremo, | | y que de Homero
y de Ovidio | | excedéis la misma fama. | 440 | Y así
yo y aqueste amigo | | que vuestro ingenio me alaba, | | en
competencia venimos | | de que para cierta dama | | que mi
amor puso en olvido | 445 | y se casó a su disgusto,
| | le hagáis algo, que yo afirmo | | el premio a vuestra
hermosura, | | si es, señora, premio digno | | el daros
mi corazón. | 450 |
|
|
LIDORA | Por Belerma te ha tenido.
| |
|
|
OCTAVIO | Yo vine también, señora | | (pues
vuestro ingenio divino | | obliga a los que se precian | |
de discretos), a lo mismo. | 455 |
|
|
CELIA |
¿Sobre quién tiene que ser? | |
|
|
LISANDRO | Una mujer que
me quiso | | cuando tuvo que quitarme, | | y ya que pobre me
ha visto | | se recogió a bien vivir. | 460 |
|
|
LIDORA | (Aparte.) |
Muy como discreta hizo. | |
|
|
CELIA |
A buen tiempo habéis llegado, | | que a un papel que
me han escrito | | quería responder ahora,
| | |
—13→
| y pues
decís que de Ovidio | 465 | excedo la antigua fama,
| | haré ahora más que él hizo. | | A
un tiempo se han de escribir | | vuestros papeles y el mío.
| | Da a todos tinta y papel. | 470 | (A LIDORA.) |
|
|
|
|
|
|
|
CELIA | Tú dices que a una mujer | | que
se casó... |
|
|
|
CELIA | Y tú a la que te dejó | | después
que no fuiste rico. | |
|
|
|
CELIA | Y
yo aquí | | le respondo a Severino. | |
|
|
|
(Entran
ENRICO y GALVÁN con espada y broquel.)
|
ENRICO |
¿Qué se busca en esta casa, | 480 | hidalgos? |
|
|
LISANDRO |
Nada
buscamos; | | estaba abierta, y entramos. | |
|
|
|
|
ENRICO | Pues váyanse en hora mala, | | que voto
a Dios si me enojo | 485 | (no me hagas, Celia del ojo). | |
|
|
OCTAVIO | ¿Qué locura a aquésta iguala? | |
|
|
ENRICO |
Que los arroje en el mar, | | aunque esté lejos de
aquí. | |
|
|
CELIA | (Aparte, a ENRICO.) | Mi bien, por
amor de mí. | 490 |
|
|
|
LISANDRO | ¿Sois pariente o sois hermano | | de aquesta señora?
|
|
|
|
GALVÁN | Yo
ya estoy | | con la hojarasca en la mano. | 495 | ¡Sacúdelos!
|
|
|
—14→
|
|
ENRICO | ¡Mi bien, por amor de Dios! | |
|
|
OCTAVIO | Aquí
vinimos los dos | | no con lascivos deseos, | | sino a que
nos escribiese | 500 | unos papeles. |
|
|
ENRICO | Pues
ellos, | | que se precian de tan bellos, | | ¿no saben escribir?
|
|
|
|
ENRICO | ¿Qué
es cesar? | | ¿Qué es de lo escrito? |
|
|
|
ENRICO | Vuelvan por ellos, después, | | porque
ahora no hay lugar. | | (Los rompe.) |
|
|
|
ENRICO | Claro
está. | | Y si me enojo... |
|
|
|
ENRICO | Haré lo mismo también | 510 |
de sus caras. |
|
|
|
ENRICO | Mi gusto tengo de hacer | | en todo cuanto quisiere,
| | y si voarcé lo quiere, | | seor hidalgo, defender,
| 515 | cuéntese sin piernas ya, | | porque yo nunca
temí | | hombres como ellos. |
|
|
LISANDRO | ¡Que
así | | nos trate un hombre! |
|
|
|
ENRICO | Ellos se precian de hombres | 520 | siendo de mujer
las almas | | si pretenden llevar palmas | | y ganar honrosos
nombres, | | defiéndanse de esta espada. | |
|
|
|
|
|
|
—15→
|
CELIA |
¡Qué es aquesto! ¡Ay, desdichada! | |
|
|
|
(OCTAVIO
y LISANDRO huyen.)
|
LIDORA | Huyendo va, que es belleza.
| |
|
|
|
ENRICO | Viles
gallinas. ¿Así | 530 | afrentáis vuestra destreza?
| |
|
|
|
ENRICO | Nonada.
| | Gallardamente le di | | a aquel más alto. Le abrí
| | un jeme de cuchillada. | 535 |
|
|
LIDORA | Bien el que entra a
verte gana. | |
|
|
GALVÁN | Una punta le tiré | | a
aquel más bajo, y le eché | | fuera una arroba
de lana. | | ¡Terrible peto traía! | 540 |
|
|
ENRICO | Siempre,
Celia, me has de dar | | disgusto. |
|
|
CELIA | Basta
el pesar; | | sosiega, por vida mía. | |
|
|
ENRICO | ¿No te
he dicho que no gusto | | que entren esos marquesotes?
| 545 | ¿Todos guedeja y bigotes | | adonde me dan disgusto? | |
¿Qué provecho tienes de ellos? | | ¿Qué te ofrecen?
¿Qué te dan | | éstos, que contino están
| 550 | rizándose los cabellos? | | De peña, de
roble o riseo | | es al dar su condición | | su bolsa
hizo profesión | | en la Orden de San Francisco.
| 555 | Pues ¿para qué los admites? | | ¿Para qué
les das entrada? | | ¿No te tengo yo avisada? | | Tú
harás algo que me incite | | a cólera. |
|
|
|
|
CELIA | Oye,
mi bien; | | porque sepas que hay también | | alguno
en éstos que da. | | Aqueste anillo y cadena | | me
dieron éstos. |
|
|
ENRICO | ¿A
ver? | 565 | La cadena he menester, | | que me parece muy buena.
| |
|
|
|
ENRICO | Y
el anillo | | también me hace falta hora.
| |
|
|
—16→
|
LIDORA |
Déjale algo a mi señora. | 570 |
|
|
ENRICO | Ella,
¿no sabrá pedillo? | | ¿Para qué lo pides tú?
| |
|
|
GALVÁN | Ésta por hablar se muere. | |
|
|
LIDORA | (Aparte.) |
Mal haya quien bien os quiere, | | rufianes de Belcebú.
| 575 |
|
|
CELIA | Todo es tuyo, vida mía; | | y pues yo tan
tuya soy, | | escúchame. |
|
|
|
CELIA | Sólo pedirte quería | | que nos
lleves esta tarde | 580 | a la Puerta de la Mar. | |
|
|
|
CELIA |
Yo haré que allá nos aguarde | | la merienda.
|
|
|
ENRICO | ¿Oyes,
Galván? | | Ve a avisar luego al instante | 585 | a nuestro
amigo Escalante, | | a Cherinos y a Roldán, | | que
voy con Celia. |
|
|
|
ENRICO | Di que a la Puerta del Mar | | nos vayan
luego a esperar | 590 | con sus mozas. |
|
|
|
GALVÁN | Ello habrá lindo bureo; | | mas
que ha de haber cuchilladas. | |
|
|
CELIA | ¿Quieres que vamos tapadas?
| |
|
|
ENRICO | No es eso lo que deseo. | 595 | Descubiertas habéis
de ir, | | porque quiero en este día | | que sepan que
tú eres mía. | |
|
|
CELIA | ¿Cómo te podré
servir? | | Vamos. |
|
|
LIDORA | (Aparte, a CELIA.) | Tú
eres inocente. | 600 | ¿Todas las joyas le has dado? | |
|
|
CELIA |
Todo está bien empleado | | en hombre que es tan valiente.
| |
|
|
GALVÁN | Mas ¿qué, no te acuerdas ya | | que
te dijeron ayer | 605 | que una muerte habías de hacer?
| |
|
|
ENRICO | Cobrada y gastada está | | ya la mitad del
dinero.
| |
|
|
—17→
|
GALVÁN | Pues ¿para qué vas al Mar?
| |
|
|
ENRICO | Después se podrá trazar, | 610 | que
ahora, Galván, no quiero. | | Anillo y cadena tengo
| | que me dio la tal señora: | | dineros sobran ahora.
| |
|
|
GALVÁN | Ya tus intentos prevengo. | 615 |
|
|
ENRICO | Viva
alegre el desdichado, | | libre de cuidado y pena, | | que
en gastando la cadena | | le daremos su recado. | |
|
|
|
(Vanse todos y entran PAULO y PEDRISCO.)
|
PEDRISCO |
Maravillado estoy de tal suceso. | 620 |
|
|
|
PEDRISCO | ¿De
modo, padre, | | que el fin que ha de tener aqueste Enrico
| | ha de tener también? | |
|
|
PAULO | Faltar no puede | | la palabra de Dios; el ángel suyo | 625 | me dijo que
si Enrico se condena | | yo me he de condenar, y si él
se salva, | | también me he de salvar. |
|
|
PEDRISCO | Sin
duda, padre, | | que es un santo varón aqueste Enrico.
| |
|
|
|
PEDRISCO | Esta
es la puerta | 630 | que llaman de la Mar. |
|
|
PAULO | Aquí
me manda | | el ángel que le aguarde.
|
|
|
—18→
|
PEDRISCO | Aquí
vivía | | un tabernero gordo, padre mío, | |
a donde yo acudía muchas veces, | | y más allá,
si acaso se le acuerda, | 635 | vivía aquella moza rubia
y alta, | | que arquero de la guardia parecía, | | a
quien él requebraba. |
|
|
PAULO | ¡Oh
vil contrario! | | Livianos pensamientos me fatigan. | | ¡Oh
cuerpo flaco! Hermano, escuche. |
|
|
|
PAULO | El contrario me tiene con memoria | | y con pasados
gustos... | (Échase en el suelo.) |
|
|
|
PAULO | En el suelo me arrojo desta suerte,
| | para que en él me pise; llegue, hermano, | | píseme
muchas veces. |
|
|
PEDRISCO | En
buena hora, | 645 | que soy muy obediente, padre mío.
| | (Písale.) | ¿Písole bien? |
|
|
|
|
—19→
|
|
PEDRISCO | ¿Pena,
padre? | | ¿Por qué razón he yo de tener pena?
| | Piso y repiso, padre de mi vida; | 650 | mas temo no reviente,
padre mío. | |
|
|
|
|
(Dan voces desde dentro, deteniendo a ENRICO.)
|
|
ENRICO | (Dentro.) | Al mar he de arrojalle, ¡vive
el cielo! | |
|
|
|
ENRICO | (Dentro.) |
¿Gente mendiga | 655 | ha de haber en el mundo? |
|
|
|
ENRICO | (Dentro.) | Podrasme detener en arrojándole.
| |
|
|
CELIA | (Dentro.) | ¿Adónde vas? ¡Detente! |
|
|
ENRICO | (Dentro.) |
No
hay remedio: | | harta merced te hago, pues te saco | | de
una grande miseria.
|
|
|
—20→
|
ROLDÁN | (Dentro.) | ¿Qué
habéis hecho? | 660 |
|
|
|
(Salen ENRICO, CELIA,
ROLDÁN, ESCALANTE, LIDORA, CHERINOS y GALVÁN.
El ermitaño y PEDRISCO se retiran a un lado y observan,
los demás personajes ocupan el medio del teatro.)
|
ENRICO | Llegó a pedirme un pobre una limosna;
| | doliome el verle con tan gran miseria, | | y porque no
llegase a avergonzarse | | a otro desde hoy, cogile en brazos
| | y le arrojé en el mar. |
|
|
|
ENRICO | Ya no será más pobre,
según pienso. | |
|
|
PEDRISCO | ¡Algún diablo limosna
te pidiera! | |
|
|
CELIA | ¡Siempre has de ser cruel! |
|
|
ENRICO | No
me repliques, | | que haré contigo y los demás
lo mismo. | |
|
|
ESCALANTE | Dejemos eso agora, por tu vida.
| 670 | Sentémonos los dos, Enrico amigo. | |
|
|
PAULO | (A PEDRISCO.) | A éste han llamado Enrico. |
|
|
PEDRISCO |
Será
otro. | | ¿Querías tú que fuese este mal hombre,
| | que en vida está ya ardiendo en los infiernos?
| | Aguardemos a ver en lo que para.
| 675 |
|
|
—21→
|
ENRICO | Pues siéntense
voarcedes, porque quiero | | haya conversación. |
|
|
|
|
|
|
LIDORA | Lo mismo digo yo, señor Escalante. | 680 |
|
|
|
|
PEDRISCO | ¡Mire qué buenas almas,
padre mío! | | Lléguese más, verá
de lo que tratan. | |
|
|
|
PEDRISCO |
Mire
y calle, | | que somos pobres y este desalmado | 685 | no nos
eche en el mar. |
|
|
ENRICO | Agora
quiero | | que cuente cada uno de voarcedes | | las hazañas
que ha hecho en esta vida.
| | |
—22→
| Quiero decir..., hazañas,
latrocinios, | | cuchilladas, heridas, robos, muertes,
| 690 | salteamientos y cosas de este modo. | |
|
|
ESCALANTE | Muy bien
ha dicho Enrico. |
|
|
ENRICO | Y
al que hubiere | | hecho mayores males al momento | | una corona
de laurel le pongan, | | cantándole alabanzas y motetes.
| 695 |
|
|
|
|
PAULO | ¡Que esto sufre el Señor!
|
|
|
|
|
PEDRISCO | ¡Qué
alegre y satisfecho! | |
|
|
ESCALANTE | Veinticinco pobretes tengo
muertos, | | seis casas he escalado y treinta heridas
| 700 | he dado con la chica. |
|
|
PEDRISCO | ¡Quién
te viera | | hacer en una horca cabriolas! | |
|
|
|
—23→
|
PEDRISCO | ¡Qué
ruin nombre tiene! | | Cherinos, cosa poca. |
|
|
CHERINOS | Yo
comienzo. | | No he muerto a ningún hombre; pero he
dado | 705 | más de cien puñaladas. |
|
|
|
CHERINOS | Amparoles
la fortuna. | | De capas que he quitado en esta vida | | y
he vendido a un ropero, está ya rico. | |
|
|
|
|
|
CHERINOS | Por quitarse de aquestas ocasiones
| | las convierte en ropillas y calzones. | |
|
|
|
|
PEDRISCO | Mas, ¿qué le absuelve ahora
el ladronazo? | |
|
|
CELIA | Y tú, ¿qué has hecho,
Enrico?
|
|
|
—24→
|
|
|
ENRICO |
Yo
soy hombre | | que en mi vida las dije. |
|
|
|
PEDRISCO | ¿No escucha, padre mío, estas
razones? | |
|
|
PAULO | Estoy mirando a ver si viene Enrico. | |
|
|
|
|
PEDRISCO | ¡Miren a qué sermón
atención pide! | |
|
|
ENRICO |
Yo nací mal inclinado, | | como se ve en los efectos
| | del discurso de mi vida, | | que referiros pretendo.
| 725 | Con regalos me crié | | en Nápoles, que ya
pienso | | que conocéis a mi padre, | | que aunque no
fue caballero | | ni de sangre generosa, | 730 | era muy rico
y yo entiendo | | que es la mayor calidad | | el tener en este
tiempo. | | Crieme, en fin, como digo, | | entre regalos, haciendo
| 735 | travesuras cuando niño, | | locuras cuando mancebo.
| | Hurtaba a mi viejo padre | | arcas y cofres abriendo | | los vestidos que tenía, | 740 | las joyas y los dineros.
| | Jugaba, y digo jugaba | | para que sepáis con esto
| | que de cuantos vicios hay | | es el primer padre el juego.
| 745 | Quedé pobre y sin hacienda, | | y como enseñado
a hacerlo, | | di en robar de casa en casa | | cosas de pequeño
precio. | | Iba a jugar y perdía; | 750 | mis vicios iban
creciendo.
| | |
—25→
| Di luego en acompañarme | | con otros
del arte mesmo; | | escalamos siete casas, | | dimos la muerte
a sus dueños; | 755 | lo robado repartimos | | para dar
caudal al juego. | | De cinco que éramos todos | | sólo
los cuatro prendieron, | | y nadie me descubrió, | 760 | aunque les dieron tormento. | | Pagaron en una plaza
| | su delito, y yo, con esto | | de escarmentado, acogime
| | a hacer a solas mis hechos. | 765 | Íbame todas las noches
| | solo a la casa de juego, | | donde a su puerta aguardaba
| | a que saliesen de dentro. | | Pedía con cortesía
| 770 | el barato, y cuando ellos | | iban a sacar qué
darme, | | sacaba yo el fuerte acero | | que riguroso escondía
| | en sus inocentes pechos, | 775 | y por fuerza me llevaba
| | los que ganando perdieron. | | Quitaba de noche capas;
| | tenía diversos hierros | | para abrir cualquier puerta
| 780 | y hacerme capaz del dueño. | | Las mujeres estafaba,
| | y no dándome el dinero | | visitaba una navaja
| | su rostro luego, al momento. | 785 | Aquestas cosas hacía
| | el tiempo que fui mancebo; | | pero escuchadme y sabréis,
| | siendo hombre, las que he hecho. | | A treinta desventurados
| 790 | yo solo y aqueste acero, | | que es de la muerte ministro,
| | del mundo sacado habemos; | | los diez, muertos por mi
gusto, | | y los veinte me salieron, | 795 | uno con otro, a doblón.
| | Diréis que es pequeño precio; | | es verdad:
mas, ¡voto a Dios! | | que en faltándome el dinero
| | que maté por un doblón | 800 | a cuantos me están
oyendo. | | Seis doncellas he forzado | | dichoso llamarme
puedo, | | pues seis he podido hallar | | en este felice tiempo.
| 805 | De una principal casada | | me aficioné, y en
secreto | | habiendo entrado en su casa | | a ejecutar mi deseo,
| | dio voces; vino el marido, | 810 | y yo, enojado y resuelto,
| | llegué con él a los brazos, | | y tanto
en ellos le aprieto | | que perdió tierra, y apenas
| | en este punto le veo | 815 | cuando de un balcón le
arrojo | | y en el suelo cayó muerto. | | Dio voces
la tal señora, | | y yo, sacado el acero, | | te meto
cinco a seis veces, | 820 | en el cristal de su pecho, | | donde
puertas de rubíes | | en campos de cristal bellos
| | le dieron salida al alma | | para que se fuese huyendo.
| 825 | Por hacer mal solamente | | he jurado juramentos | |
falsos, fingido quimeras, | | hecho máquinas, enredos,
| | y un sacerdote que quiso | 830 | reprenderme con buen celo
| | de un bofetón que le di | | cayó en tierra
medio muerto. | | Porque supe que encerrado | | en casa de
un pobre viejo | 835 | estaba un contrario mío | | a
la casa puse fuego, | | y sin poder remediallo | | todos se
quemaron dentro, | | y hasta dos niños hermanos | 840 |
cenizas quedaron hechos. | | No digo jamás palabra
| | si no es con un juramento, | | con un «pese» o un «por
vida», | | |
—26→
| porque sé que ofendo al cielo.
| 845 | En mi
vida misa oí, | | ni estando en peligros ciertos
| | de morir me he confesado | | ni invocado a Dios eterno.
| | No he dado limosna nunca, | 850 | aunque tuviese dinero;
| | antes persigo a los pobres, | | como habéis visto
el ejemplo. | | No respeto a religiosos; | | de sus iglesias
y templos | 855 | seis cálices he robado | | y diversos
ornamentos | | que sus altares adornan. | | Ni a la justicia
respeto; | | mil veces me he resistido | 860 | y a sus ministros
he muerto; | | tanto, que para prenderme | | no tienen ya
atrevimiento. | | Y finalmente, yo estoy | | preso por los
ojos bellos | 865 | de Celia, que está presente; | |
todos la tienen respeto | | por mí, que la adoro y
cuando | | sé que la sobran dineros, | | con lo que
me da, aunque poco, | 870 | mi viejo padre sustento, | | que
ya le conoceréis | | por el nombre de Anareto. | | Cinco
años ha que tullido | | en una cama le tengo, | 875 | y
tengo piedad con él | | por estar pobre el buen
viejo, | | y porque soy causa, en fin, | | de ponelle en tal
extremo | | por jugarle yo su hacienda | 880 | el tiempo que fui
mancebo. | | Todo es verdad lo que he dicho, | | ¡voto a
Dios!, y que no miento. | | Juzgad ahora vosotros | | cuál
merece mayor premio. | 885 |
|
|
PEDRISCO | Cierto, padre de mi vida,
| | que son servicios tan buenos, | | que puede ir a pretender
| | éste a la Corte. |
|
|
ESCALANTE |
Confieso
| | que tú el lauro has merecido. | 890 |
|
|
|
|
CELIA | El laurel darte pretendo. | |
|
|
ENRICO | Vivas, Celia,
muchos años. | |
|
|
CELIA | (Poniendo a ENRICO una corona
de laurel.) | Toma mi bien, y con esto | 895 | pues que la merienda
aguarda, | | nos vamos. |
|
|
|
CELIA | Digan todos: ¡Viva Enrico! | |
|
|
TODOS |
¡Viva el hijo de Anareto! | |
|
|
ENRICO | Al punto todos vayamos
| 900 | a holgarnos y entretenernos. | |
|
|
|
(Vanse ENRICO
y los que salieron con él.)
|
PAULO |
¡Salid, lágrimas, salid; | | salid apriesa del pecho,
| | no lo dejéis de vergüenza! | | ¡Qué
lastimoso suceso!
| 905 |
|
|
—27→
|
|
PAULO | ¡Ay,
hermano! | | Penas y desdichas tengo. | | Este mal hombre
que he visto | | es Enrico. |
|
|
|
PAULO |
Las señas que me dio el ángel | 910 | son suyas.
|
|
|
|
PAULO | Sí, hermano, porque me dijo
| | que era hijo de Anareto, | | y aquese también lo
ha dicho. | |
|
|
PEDRISCO | Pues aqueste ya está ardiendo
| 915 | en los infiernos. |
|
|
PAULO | ¡Ay
triste! | | Eso sólo es lo que temo. | | El ángel
de Dios me dijo | | que si éste se va al infierno
| | que al infierno tengo de ir, | 920 | y al cielo, si éste
va al cielo. | | Pues al cielo, hermano mío, | |
¿Cómo ha de ir éste si vemos | | tantas maldades
en él, | | tantos robos manifiestos, | 925 | crueldades
y latrocinios | | y tan viles pensamientos? | |
|
|
PEDRISCO |
En eso, ¿quién pone duda? | | Tan cierto se irá
al infierno | | como el despensero Judas. | 930 |
|
|
PAULO | ¡Gran Señor,
Señor eterno! | | ¿Por qué me habéis
castigado | | con castigo tan inmenso? | | Diez años
y más, Señor, | | ha que vivo en el desierto,
| 935 | comiendo hierbas amargas, | | salobres aguas bebiendo,
| | sólo porque Vos, Señor, | | juez piadoso,
sabio recto, | | perdonarais mis pecados. | 940 | ¡Cuán
diferente lo veo! | | Al infierno tengo de ir. | | Ya me
parece que siento | | que aquellas voraces llamas | | van abrasando
mi cuerpo. | 945 | ¡Ay, qué rigor! |
|
|
|
PAULO | ¿Qué paciencia o sufrimiento
| | ha de tener el que sabe | | que ha de ir a los infiernos?
| | Al infierno, centro oscuro, | 950 | donde ha de ser el tormento
| | eterno y ha de durar | | lo que Dios durare. ¡Ah cielo!
| | ¡Que nunca se ha de acabar! | | ¡Que siempre han de estar
ardiendo | 955 | las almas! ¡Siempre! ¡Ay de mí! | |
|
|
PEDRISCO | (Aparte.) |
Sólo oírte me da miedo. | | Padre,
volvamos al monte. | |
|
|
PAULO | Que allá volvamos pretendo;
| | pero no a hacer penitencia, | 960 | porque ya no es de provecho.
| | |
—28→
| Dios me dijo que si aqueste | | se iba al cielo, me
iría al cielo, | | y al profundo si al profundo, | | pues es así seguir quiero | 965 | su misma vida; perdone
| | Dios aqueste atrevimiento | | si su fin he de tener,
| | tenga su vida y sus hechos, | | que no es bien que yo en
el mundo | 970 | esté penitencia haciendo | | y que él
viva en la ciudad | | con gustos y con contentos | | y que
a la muerte tengamos | | un fin. |
|
|
PEDRISCO | Es
discreto acuerdo. | 975 | Bien ha dicho padre mío.
| |
|
|
PAULO | En el monte hay bandoleros; | | bandolero quiero ser,
| | porque así igualar pretendo | | mi vida con la de
Enrico, | 980 | pues un mismo fin tendremos. | | Tan malo tengo
de ser | | como él, y peor si puedo, | | que pues ya
los dos estamos | | condenados al infierno, | 985 | bien es
que antes de ir allá | | en el mundo nos venguemos.
| | ¡Ah Señor! ¿Quién tal pensara? | |
|
|
PEDRISCO |
Vamos, y déjate de eso, | | y destos árboles
altos | 990 | los hábitos ahorquemos. | | Viste galán.
|
|
|
PAULO | Así
haré, | | y yo haré que tengan miedo | | a un
hombre que siendo justo | | se ha condenado al infierno.
| 995 | Rayo del mundo he de ser. | | ¿Qué se ha de hacer
sin dineros? | | Yo los quitaré al demonio | | si fuere
cierto el traerlos. | |
|
|
|
PAULO | Señor,
perdona | 1000 | si injustamente me vengo. | | Tú me
has condenado ya; | | tu palabra es caso cierto | | que atrás
no puede volver. | | Pues si es así, tener quiero
| 1005 | en el mundo buena vida, | | pues tan triste fin espero.
| | Los pasos pienso seguir | | de Enrico. |
|
|
PEDRISCO |
Ya
voy temiendo | | que he de ir contigo a las ancas | 1010 | cuando
vayas al infierno. | |
|
|