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11

Ibid. p. 87.

 

12

Es interesante que en el texto de Berrios, éste ofrece la lista de ensayistas que, a partir de Montalvo «institucionalizan el ensayo como forma de expresión del pensamiento», dice: «y se extiende a los trabajos de J. M. Hortos, [será una errata y se refiere a E. M. Hostos, no lo sabemos], J. Martí, E. Rodó, pasando por los ensayistas chilenos hasta J. M. Mariategui, A Ponce, J. Mendoza, A. Reyes, S. Ramos, O. Paz, etc. [Adviértase que no menciona a Antonio. S. Pedreira], véase p. 88-89.

 

13

La frase es de Antonio S. Pedreira, que contribuye con su libro apologético, Hostos: Ciudadano de América a la construcción de este componente de la nacionalidad. Pedreira, por otro lado, también escribió una biografía de José Celso Barbosa, que no fue muy aireada pues la fundación y la victoria del Partido Popular Democrático, de ideas políticas contrarias al partido de Barbosa que es el anexionista a Estados Unidos y su hegemonía, desde 1938 hasta 1968, no lo permitieron. Después de esa fecha, y por razón de la fundación del Partido Nuevo Progresista, Barbosa ha tomado como figura algún auge. No se debe a la desatención de los hijos, pues Pilar Barbosa de Rosario, albacea espiritual e histórica de su padre, no realizó más labores, tareas y libros para engrandecer y dar a conocer a su padre, porque no había más que hacer. Con el legado hizo maravillas. Y es que no es lo mismo padre independentista e hijos asimilistas y estadistas (federacioncitas a Estados Unidos), como el caso de Hostos que, padre asimilista y federacioncita a Estados Unidos e hija federacioncita y asimilista, como en el caso de Barbosa. Los primeros, los hijos de Hostos, entre regímenes de gobernadores estadounidenses en Puerto Rico (Blanton Winship será el gobernador del centenario), y la segunda, hija de Barbosa, entre otras condiciones. A fin de cuentas, pudo entre los hijos más el amor al padre Hostos y la fama que añoraban, que la cuestión política. El resultado no fue el deseado, quienes de apropiaron, al fin y al cabo, de la figura y la obra, y a quines beneficia es a los que respalden la independencia y la soberanía, que era en lo que Hostos creía y que es lo que defienden los constructores de la nacionalidad, la libertad, la liberación de Puerto Rico.

 

14

Véase Antonio S. Pedreira, Hostos, Ciudadano de América, San Juan, Instituto de Cultura Puertorriqueña, 1964, p. 9.

 

15

Oscar Zambrano Urdaneta. Hostos y Venezuela. Hostos: Sentido y proyección de su obra en América, Río Piedras, Instituto de Estudios Hostosianos y Editorial Universitaria, 1995, p. 115. Antes de enseñar públicamente ofrecía clases privadas de idiomas.

 

16

El Digesto del Emperador Justiniano, Madrid, Imprenta de Ramón Vicente, 1872, Tomo I, Libro Primero, Título I, «De la justicia y del Derecho».

 

17

Carmelo Delgado Cintrón, «Derecho y Literatura. Visión literaria del Derecho», Revista Jurídica de la Universidad de Puerto Rico, volumen 70, número 4, 201, p. 1127.

 

18

Biondo Biondi, Arte y ciencia del Derecho, Barcelona, Ediciones Ariel, 1953, «La ciencia jurídica como arte de lo bueno», p. 118-160.

 

19

Dante Alighieri, La Divina Comedia, «Paraíso», Canto V, verso 19. Dice en castellano:


«El don más grande que Dios por su generosidad
Hizo creado y más de acuerdo con su bondad
Y que Él más aprecia
Fue la libertad de la voluntad:
De la cual las criaturas inteligentes
Todas y cada una fueron dotadas.»
 

20

Oscar Zambrano Urdaneta en su interesante ensayo titulado: «Hostos y Venezuela», publicado en Hostos: Sentido y proyección de su obra en América, Op. Cit., p. 115, nos ilustra detalladamente de las sutilezas del pensamiento y la acción de Hostos frente a situaciones muy comprometidas de todas clases, con gobiernos dictatoriales y problemas personales. El antillano salió incólume.