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La acción inicial del esperma viril sobre el esperma femenino -por tanto: el acto que pone en marcha el proceso de la morfogénesis- es comparada por Aristóteles con la del cuajo sobre la leche.
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Fiel a su idea de la analogía morfológico-funcional, Aristóteles ve lo «superior» del cuadrúpedo en su cabeza, y lo «superior» de la planta en su raíz (De gen. an. 741 b). La formación de las partes y el orden que la preside son explicados mediante el siguiente sistema de conceptos: primacía de la causa final, teleología, paso de lo que está en potencia a lo que está en acto; distinción entre lo anterior por generación y lo anterior por esencia, y entre la formación «en vista de» o según la finalidad y la formación «automática» o según la necesidad; función instrumental del calor y el frío en la sucesiva transformación de la materia embrionaria y alimenticia (De gen. an. 741 b-745 a). La teleología biológica de Aristóteles es por lo general inmanente, relativa a la finalidad de las partes en el animal a que pertenecen. No siempre sucede así. La posición de la boca en la parte inferior de la cabeza del tiburón tiene para Aristóteles dos finalidades: dar tiempo para que puedan salvarse algunos de los peces que el tiburón intenta devorar y evitar que éste coma demasiado (De part. an. 696 a 24-32). Providente y maternal Naturaleza.
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Entre las contribuciones de Aristóteles a la embriología que J. Needham destaca, son especialmente dignas de mención las siguientes: atenimiento a la observación y reflexión metódica sobre los hechos observados; introducción del método comparativo; distinción entre los caracteres sexuales primarios y los secundarios; referencia de la diferenciación sexual a etapas muy tempranas del desarrollo embrionario; establecimiento de una analogía entre la regeneración y el estado embrionario; decisión en favor de la epigénesis y rechazo de la preformación; esbozo de una teoría de la recapitulación de formas en el desarrollo del embrión.
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En qué medida la actividad intelectiva del hombre pertenece y no pertenece al cuerpo, es cuestión no tratada en De partibus animalium. Recuérdese lo dicho acerca del tema.
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Como para Alcmeón y los hipocráticos, médula (myelós) es la sustancia blanda contenida en un tubo óseo (médula espinal y médula ósea); por tanto, parte similar, en la conceptuación aristotélica.
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La naturaleza es económica y parsimoniosa, pero en la medida en que lo permite el buen orden de sus obras. «Cada vez que la naturaleza puede utilizar dos órganos para ejecutar dos acciones distintas y evitar su estorbo mutuo, no hace lo que los herreros, cuando fabrican linternas-asadores»
(esto es, objetos que sirven para dos usos) (De part. an. 683 a 23-25).
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Como es obvio, Aristóteles no tuvo idea de la circulación de la sangre.
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Se debilita, pero no se extingue. Bien claramente dan testimonio de ello la filosofía epicúrea y la estoica.
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La transformación de la sangre en lo que Erasístrato llamará parénkhyma había sido apuntada por Aristóteles (De gen. an. 743 a).
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Los textos de Galeno y las referencias a ellos serán siempre citados por la edición de C. G. Kühn, Claudii Galeni Opera Omnia (Hildesheim, 1965).