El cura de aldea
Drama en tres actos, en verso
Enrique Pérez Escrich
Prólogo
Al hacer la segunda edición de este drama, cuando la primera apenas cuenta un mes de vida, me creo en el deber de consagrar algunas líneas de gratitud en este prólogo a los buenos y leales amigos que han contribuido con sus consejos y sus esfuerzos, al brillante éxito que ha alcanzado.
En diciembre de 1858 durante las representaciones de mi drama La dicha en el bien ajeno, comencé a ocuparme de El cura de aldea, porque en España, todo autor dramático que como yo vive exclusivamente de su pluma, la terminación de una obra, es la señal que le anuncia que la hora ha llegado de comenzar otra.
El pensamiento de sacar a la escena el cura párroco, era arriesgado, y harto difícil para mis escasas fuerzas, bosquejar la bondad evangélica del padre de almas, tal como yo lo concebía, tal como yo le conozco personalmente, pobre y humilde, inmejorable modelo de caridad cristiana, que ha llegado a ser por su sublime abnegación y su incansable filantropía, la providencia del pequeño pueblo en donde mora, el padre de los pobres, la adoración de sus feligreses, el comentario vivo del Evangelio de Jesucristo (1).
Resuelto a dar principio a mi obra, después de algunos días de vacilación, fui a avistarme con el eminente literato mi distinguido amigo D. Juan Eugenio Hartzenbusch, al que le comuniqué mi pensamiento, y con su acostumbrada bondad me aconsejó que leyera algunas obras, entre las cuales se hallaba una epístola de Lamartine, cuyo contenido estaba en todo conforme con mi pensamiento.
Para dar una idea aproximada del tipo que me he propuesto bosquejar en mi drama, voy a extractar algunos párrafos de la carta que me indicó el autor de Un sí y un no, debida a la pluma de Alonso de Lamartine, uno de los primeros poetas y moralistas franceses; dice así: «¿Qué es un cura? Es el ministro de la religión de Jesucristo encargado de conservar sus dogmas, de propagar su moral y de administrar sus beneficios a la parte del rebaño que le está confiada; y nadie puede hacer más bien o más mal a los hombres, según desempeñe la importante misión que le está confiada.
Como moralista, son aún más hermosas las funciones del cura. El cristianismo es una filosofía divina, escrita de dos maneras: como historia en la vida y muerte de Jesucristo; como doctrina en los sublimes ejemplos que éste trajo al mundo. Estas dos palabras: el precepto y el ejemplo, están reunidas en el Evangelio. El cura debe tenerlo siempre a la mano, a la vista, en el corazón. Un buen sacerdote es un comentario vivo de este libro divino. Cada una de sus misteriosas palabras responde exactamente al alma que le pregunta, y encierra un sentido práctico y social, que ilustra y vivifica la conducta del hombre. No hay verdad ninguna cuyo germen no se halle en algún versículo del Evangelio: la filantropía ha nacido de su primero y único precepto; la caridad, las leyes, se han templado; los abusos inhumanos se han abolido; las cadenas se han roto; la mujer ha reconquistado el corazón del hombre, y puede decirse que el mundo actual en su conjunto, con sus leyes, sus costumbres, sus instituciones, sus esperanzas, no es más que el verbo evangélico más o menos encarnado en la civilización moderna.
El cura tiene, pues, toda la moral, toda la razón, toda la civilización, toda la política en su mano cuando está en ella este libro (los Evangelios). No necesita más que abrir, leer, para derramar en torno el tesoro de luz y de perfección cuya llave le ha confiado la Providencia. Pero su enseñanza debe ser doble como la de Jesucristo: por el ejemplo y por la palabra; su vida debe ser en cuanto lo permita la fragilidad humana, la explicación sensible de su doctrina; una palabra viva. La Iglesia le ha colocado en el puesto que ocupa, como ejemplo más bien que como oráculo: puede hallarse embarazado en el uso de la palabra, si la naturaleza le ha negado ese don; mas la palabra que penetra en todos los corazones es la vida: ninguna lengua humana es tan elocuente ni tan persuasiva como la virtud.
El cura es asimismo administrador espiritual de los sacramentos de la Iglesia, y de los beneficios de la caridad. Tiene que tratar con los hombres, y debe conocerlos; si combate las pasiones humanas, su mano debe ser dulce, delicada y llena de prudencia y mesura. Su corazón debe ser rico de tolerancia, de misericordia, de mansedumbre, de compasión, de caridad y de perdones. Su puerta debe estar siempre abierta para el que llega a turbar su sueño; su lámpara siempre encendida, el báculo siempre en su mano: no debe arredrarle ni las estaciones, ni las distancias, ni los contagios del sol, ni la nieve, si se trata de llevar el óleo al herido, el perdón al culpable, el pan al hambriento, o su Dios al moribundo. A su vista, como a la de Dios, no debe haber ni rico ni pobre, ni pequeño ni grande, sino hombres; es decir, hermanos en miserias y esperanzas.
Retirado en su humilde presbiterio, a la sombra de su iglesia, rara vez debe salir de este sitio. Permitido le es tener sin duda una viña, un jardín, un huerto; cultivarle por sí mismo, mantener allí algunos animales domésticos de recreo, o de utilidad, la vaca, la cabra, la oveja, la paloma. Como asimismo el perro, ese mueble viviente del hogar, ese amigo de los que se hallan olvidados en el mundo y sienten la necesidad de ser amados por alguno. Al regresar de sus excursiones piadosas, o cuando el matrimonio o el bautizo han reunido a los amigos de los pobres, puede el cura sentarse un momento a la mesa del labrador y comer el pan negro con él; el resto de su vida debe pasarlo en el altar, en medio de los niños a quienes enseña a tartamudear el catecismo, ese código vulgar de la más elevada filosofía, ese alfabeto de una sabiduría divina, y cuando el Ángelus ha resonado en el campanario de la aldea, puede verse algunas veces al cura con su breviario en la mano, ya bajo de los manzanos de su huerto, ya en las elevadas crestas de los montes, respirando el aire suave y religioso de los campos.
Esta es su vida, estos sus placeres; sus cabellos emblanquecen, la materia sucumbe, y el alma se eleva al cielo acompañada de la oración y las lágrimas de sus feligreses. Pero este hombre ha hecho lo mejor que podía hacerse en la tierra: ha continuado un dogma inmortal, ha servido de eslabón a una cadena inmensa de fe y de virtud, y ha dejado a las generaciones que van a nacer, una creencia, una ley, un Dios.»
La poética y acabada descripción de Lamartine, estaba tan conforme con el pensamiento de mi obra, que después de leerla repetidas veces, comencé a extender la distribución del plan.
Pocos días después, D. Juan Ballester de Aiguals, pintor escenógrafo que de regreso de su viaje por el extranjero se hallaba en Madrid, vino a visitarme; y enterándole del trabajo que me ocupaba, me ofreció pintarme dos bocetos de las decoraciones del primero y tercer acto, y cumplió su palabra remitiéndomelos el 18 de enero del 58, desde cuya fecha están adornando las paredes de mi gabinete, como un recuerdo de su autor al de El cura de aldea.
Con los bocetos a la vista, la epístola de Lamartine en la mente, los recuerdos de mi venerable amigo el párroco de... en el corazón, y los santos Evangelios sobre mi escritorio, comencé la ejecución de mi obra, y con más fe que fuerzas para llevarla a cabo, seguí trabajando estimulado por los consejos de mi leal amigo D. Luis de Eguilaz, el cual llegó con su bondad a ofrecerme su pluma para la terminación de una obra que, según sus palabras, si la ejecución correspondía al pensamiento, debía ser de mucha importancia para mí. Pero yo, rehusando su generoso ofrecimiento, que no olvidaré nunca, agradecí su deferencia para conmigo y seguí trabajando.
Contribuyó también a que terminara mi obra con doble afán y cuidado, el eminente actor D. José Valero, cuando en el mes de junio me dispensó la honra de pedirme repetidas veces mi drama para el teatro del Príncipe, que entonces proyectaba tomar y que hoy tan dignamente dirige.
Terminada por fin, la puse en manos de dicho actor, el cual la acogió con tanto cariño, que hizo de su protagonista una de sus mejores creaciones; elevando con su talento y maestría mi humilde obra a una altura, que rayaba aún más allá de las esperanzas que como autor había concebido; pues si como actor estudió profundamente su papel, como se lo han demostrado los repetidos aplausos del público y los elogios de la prensa, como director de escena cuidó con tal escrupulosidad y delicadeza el menor detalle de la obra, que en la escena de la limosna del primer acto y la última del tercero, arranca a los espectadores nutridos y prolongados aplausos, sin pronunciar ni una sílaba. Y por último, queriendo darle sin duda al autor y la obra una prueba más de aprecio y deferencia, cuando El cura de aldea llevaba diez y nueve representaciones, la hizo a su beneficio, con lo cual enalteció la importancia del drama.
Si El cura de aldea hubiera alcanzado un éxito mediano, mi agradecimiento para con mis amigos hubiera sido el mismo, pero lo hubiera encerrado en el fondo de mi corazón, como lo demuestra la primera edición de esta obra; pero al escribir en esta segunda un prólogo y al recordar que su éxito y el número de representaciones que ha alcanzado han sido harto satisfactorias para su autor, debo como hombre honrado consignar mi agradecimiento en estas líneas, porque la ingratitud la he tenido siempre como el defecto más asqueroso del hombre.
Ahora solo me resta decir dos palabras a los que han propagado en algunos círculos, que mi drama tenía puntos de contacto con Le vicaire de Wakefied de MM. Nus y Tisserarant y Le curé de village de Balzac, y es que El cura de aldea de Escrich se parece tanto a las obras arriba citadas como se parecen La Marcela de Bretón y El caballero del milagro de Eguilaz.
Yo seré el último de los autores dramáticos, pero jamás se ha enriquecido mi pobre ingenio con situaciones del teatro extranjero, ni he vestido nunca la prosa francesa con el verso castellano, para apropiarme con un falso disfraz hijos que no me pertenecían, y que al aceptarlos como tales sin haberlos concebido, echaba una mancha sobre mi reputación literaria, aunque esta sea, como he dicho antes, la última de todas.
En la patria de Cervantes tenemos un teatro que es la admiración de Europa, la gloria de España; yo he preferido siempre una comedia de Calderón a todo ese fárrago de absurdos dramáticos que vomita la literatura francesa aun a despecho de nuestros modernos panegiristas, a los cuales les basta leer el título de un drama francés, para lanzar veinte admiraciones tan estúpidas como la moderna escuela transpirenaica (2).
En cuanto a los que han hecho de mi drama un arma de partido, y los que han sacado a plaza conversaciones privadas, faltando a su propio decoro y a la elevada misión del crítico, a los unos les contestaré estas palabras que el filósofo, Jenofonte dijo a Sócrates en la plaza de Atenas: «El hablador encumbrado, me inspira lástima y desprecio; el callado abatido, veneración y respeto.» Y a los otros con estas otras que el autor de Verdades amargas ha escrito en la última página de su drama El patriarca del Turia.
«No sigo ninguna bandera, por más que allá en el fondo de mi corazón tenga mis opiniones; no me he dedicado a la política, de quien Dios me libre; y como no pienso ser apóstol de un nuevo sistema por falta de talento y de vocación, mi única profesión de fe, es apuntar hechos y consignar verdades con sujeción a las leyes, que es todo lo que un poeta puede y debe hacer desde la tribuna escénica.»
Ahora, querido lector, perdona la molestia que puede haberte causado este prólogo, si lo has leído, y ten en cuenta que mi deber y mi gratitud más que mi voluntad y deseo son los autores de él.
Madrid 15 de enero de 1859.
ENRIQUE PÉREZ ESCRICH.
REPARTIMIENTO
PERSONAJES | ACTORES | |
MARÍA. | DOÑA EMILIA MOSCOSO. | |
PETRA. | DOÑA ADELA ZAPATERO. | |
EL PADRE JUAN. | DON JOSÉ VALERO. | |
GASPAR. | DON ANTONIO PIZARROSO. | |
ROQUE. | DON FERNANDO OSSORIO. | |
DIEGO. | DON JOSÉ OLONA. | |
RAFAEL. | DON EMILIO MARIO. | |
UN POBRE. | DON BENITO CHAS DE LAMOTTE. | |
UN SARGENTO. | DON JERÓNIMO SUNYÉ. | |
ANASTASIO. | DON RAMÓN BENEDÍ. | |
ROMUALDO. | DON EDUARDO MOLINA. | |
Niños, mujeres, pobres, aldeanos, soldados y gente del pueblo. |
(La acción se finge en el Carrascal del Obispo, provincia de Salamanca, durante la guerra civil. Los trajes, de charros.) [1]
Acto primero |
|||
(Valle pintoresco: en mitad del teatro se apoya sobre dos grandes rocas un puente de tablas, por debajo del cual se desliza un arroyo que se pierde por el foro izquierda. Monte al fondo, en cuya falda se ven las primeras casas de una aldea. En el primer término de la izquierda una ermita; en la pequeña torre de esta, una campana de bronce, de la cual pende una soga, que pasando por unas argollas de hierro termina junto a la puerta de entrada, a la que se sube por unas gradas: en el de la derecha la casita del cura, con cobertizo y empalizada rústica; junto a esta hay un banco de piedra. La acción comienza antes de amanecer.) |
|||
Escena I |
|||
(PETRA, ANASTASIO ROMUALDO y algunos aldeanos con guitarras y panderetas, bajan por el puente y se dirigen a la casa del cura. Cuando llegan al banco forman un corro.) |
|||
ROMUALDO | ¿Quién va a cantar? | ||
PETRA | Anastasio. | ||
ANASTASIO | No señor, que cante Petra, | ||
que es mujer, y además tiene | |||
mucha gracia, y la voz fresca. | |||
TODOS | ¡Que cante! ¡Que cante! | ||
PETRA | En cama | 5 | |
tengo postrada a mi abuela, | |||
y como el barbero ha dicho | |||
que sin remedio la entrega, [2] | |||
no quiero cantar, que al fin | |||
y al cabo, yo soy su nieta. | 10 | ||
ANASTASIO | Anda, tonta. ¿Qué más da? | ||
ROMUALDO | Y aun suponiendo que muera; | ||
Dios es Dios, y cuando Dios | |||
dice «Fulano a la espuerta,» | |||
no hay más que doblar el cuello, | 15 | ||
morirse, y tener paciencia. | |||
PETRA | Mas si ella sabe... | ||
ANASTASIO | Mal año | ||
alcance y mala cosecha | |||
al primero que le diga | |||
que has cantado. ¡Conque, ea! | 20 | ||
que se templen las guitarras, | |||
y vamos a ver si echas | |||
dos coplas por esa boca. | |||
ROMUALDO | Pero que sean honestas, | ||
porque ya sabéis que el cura | 25 | ||
siempre que nos sermonea, | |||
nos dice que los cantares | |||
que ponen la faz bermeja | |||
son enemigos ocultos | |||
que nuestro cuerpo atormentan. | 30 | ||
TODOS | ¡Corro! ¡Corro! | ||
(Se cogen de las manos, y forman un corro dejando en el centro a PETRA y ROMUALDO.) |
|||
Escena II |
|||
(DICHOS, DIEGO, RAFAEL, que bajan del monte precipitadamente, y se introducen en el corro de los aldeanos dando empellones.) |
|||
DIEGO | ¡Corro! | ||
ROMUALDO | ¡Corro! | ||
TODOS | ¡Diego! | ||
(Retrocediendo.) |
|||
ANASTASIO | (¡Ya se aguó la fiesta!) | ||
(Todos se apartan del lado de DIEGO.) |
|||
DIEGO | Venga una guitarra, quiero | ||
cantar la copla primera. | |||
RAFAEL | La mía no. | ||
(Retrocediendo y ocultando detrás de su cuerpo la [3] guitarra.) |
|||
ANASTASIO | Ni la mía. | 35 | |
(Ídem.) |
|||
DIEGO | Quiero cantar, menos réplicas. | ||
Si hay alguno entre vosotros | |||
que a contrarrestar (3) se atreva | |||
mi voluntad, que alce el dedo. (Pausa.) | |||
¿Calláis? Bien, enhorabuena. | 40 | ||
Venga, pues, ese guitarro, | |||
y jalead bien, babiecas. | |||
(Pretende quitar la guitarra a ROMUALDO.) |
|||
ROMUALDO | Vamos, que no quiero. | ||
(Forcejeando.) |
|||
DIEGO | ¡Imbécil! | ||
ROMUALDO | Que no quiero. | ||
DIEGO | Aunque no quieras. | ||
ANASTASIO | ¡Que se rompe! ¡Que se rompe! | 45 | |
(Se rompe la guitarra.) |
|||
¡Ya se rompió! | |||
ROMUALDO | Si no fuera... | ||
DIEGO | (Es preciso que espantemos (A RAFAEL.) | ||
a estos gansos.) | |||
RAFAEL | (A DIEGO.) (Pues comienza | ||
el belén cuando te plazca, | |||
y conmigo siempre cuenta.) | 50 | ||
DIEGO | (Vamos pues.) Dame la tuya. | ||
(A un mozo que se la da sin replicar.) |
|||
Buen chico. Oído, mozuelas. | |||
(DIEGO se pone a templar la guitarra, y rompe una cuerda, y así sucesivamente hasta tres, según lo indica el diálogo.) |
|||
PETRA | ¡Ya rompió una cuerda! | ||
ANASTASIO | ¡Y otra! | ||
ROMUALDO | ¡Y otra! | ||
ANASTASIO | ¡Ya no hay paciencia! | ||
DIEGO | ¡Qué demonio de carraca! | 55 | |
(La rompe contra el banco de piedra y la tira al arroyo. Luego se dirige a ROMUALDO y le dice.) |
|||
¡Dame el tuyo! | |||
ROMUALDO | No la suelto. | ||
DIEGO | ¡Hola! ¿No quieres a buenas? | ||
ROMUALDO | No señor. | ||
DIEGO | Pues será a malas. | ||
ANASTASIO | Es que a malas, aquí hay piedras. [4] | ||
DIEGO | ¿Sí? Pues yo tengo otra cosa | 60 | |
que mata a los que apedrean. | |||
(DIEGO saca un par de pistolas del bolsillo, las monta y apunta con ellas a los aldeanos, que echan a correr despavoridos por las distintas veredas del monte. DIEGO y RAFAEL les acompañan dando gritos y carcajadas hasta las primeras rocas del fondo, luego bajan al proscenio.) |
|||
Escena III |
|||
(DIEGO y RAFAEL.) |
|||
DIEGO | ¡Ja! ¡ja! ¡ja! antes de poco | ||
irán a darle la nueva | |||
a mi padre. | |||
RAFAEL | Pues ya puedes | ||
revestirte de paciencia | 65 | ||
para oír... | |||
DIEGO | Cumplí veinte años; (Con orgullo.) | ||
su amenaza no hace mella | |||
en mi corazón. | |||
RAFAEL | No niego | ||
que es tu voluntad enérgica; | |||
mas, Diego, la de tu padre | |||
no es más flexible. Recuerda | 70 | ||
que hace dos años te hallabas | |||
en Salamanca, y la nueva | |||
llegó al autor de tus días | |||
de que con harta frecuencia | |||
tú visitabas las timbas, | 75 | ||
émulo de las cuarenta; | |||
y escribiéndote una carta... | |||
DIEGO | Que yo dejé sin respuesta. (Con rapidez.) | ||
RAFAEL | Sí... pero como él es hombre | ||
que tiene poca paciencia, | 80 | ||
montó a caballo, fue a verte, | |||
te encontró jugando... | |||
DIEGO | Cesa. | ||
RAFAEL | Y entre dos guardias civiles | ||
te hizo volver a la aldea; [5] | |||
donde te tuvo encerrado | 85 | ||
un mes, sin que te valiera | |||
ser su hijo. | |||
DIEGO | ¡Basta!... Basta. | ||
RAFAEL | ¿Te enfadas? | ||
DIEGO | No; me molesta | ||
oír hablar de mi padre; | |||
y hoy que sus puertas me cierra, | 90 | ||
ni debo temer sus iras, | |||
ni llamar debo a su puerta. | |||
RAFAEL | Ve que es tu padre. | ||
DIEGO | ¡Mi padre!... | ||
(Con sarcasmo.) | |||
Quiso la naturaleza | |||
darme un padre, que no ha dado | 95 | ||
de padre ninguna prueba. | |||
Libre soy; antes de mucho | |||
por fin dejaré esta aldea | |||
que me vio nacer. El aire | |||
que respiro aquí envenena. | 100 | ||
Aquí todos me rechazan, | |||
todos me espían, me celan; | |||
no hay uno que cariñoso | |||
su mano amiga me tienda, | |||
arrendatarios serviles | 105 | ||
del mismo que el ser me diera, | |||
por no enojará su dueño | |||
hasta su amistad me niegan. | |||
Mas yo los desprecio: a nadie | |||
necesito... | |||
RAFAEL | Diego... ¿y ella? | 110 | |
DIEGO | ¡María! ¡María! ¡Oh! solo | ||
tú iluminas las tinieblas | |||
que en mi mente se amontonan | |||
trastornando mis ideas. | |||
(Se dirige hacia la casa del cura y RAFAEL le detiene.) |
|||
RAFAEL | ¿Adónde vas? | ||
DIEGO | Voy a hablarla. | 115 | |
RAFAEL | ¿Y si el padre Juan?... | ||
DIEGO | No temas. | ||
Está en el pueblo asistiendo | |||
a un enfermo. | |||
RAFAEL | Diego, espera. [6] | ||
DIEGO | ¡Esperar!... antes que el alba | ||
con su luz bañe esa sierra, | 120 | ||
quiero saber si María | |||
a seguirme está resuelta. | |||
RAFAEL | ¡Diego! | ||
DIEGO | Rafael, escucha. | ||
Todo el oro que posea | |||
mi padre, me pertenece; | 125 | ||
mi sangre, es suya, su herencia | |||
mía... la paz imposible | |||
entre los dos. Como ella | |||
admita... | |||
(Sale ROQUE de la ermita.) |
|||
RAFAEL | No estamos solos. | ||
Mira. | |||
(Le indica la puerta de la ermita.) |
|||
DIEGO | ¡Calla! | ||
(Le coge del brazo y le conduce al fondo evitando que les vea ROQUE.) |
|||
Escena IV |
|||
(DIEGO y RAFAEL en el fondo. ROQUE en las gradas de la ermita.) |
|||
ROQUE | Por si llegan | 130 | |
los muchachos, la campana | |||
dejemos donde la vean. | |||
(ROQUE deja una campana de mano en la pila del agua bendita que debe hallarse junto a la puerta, y luego baja al proscenio.) |
|||
(Estremeciéndose de frío.) |
|||
¡Aah!... Por más que el padre Juan | |||
madrugar nos aconseja, | |||
no lo creo conveniente | 135 | ||
si está la mañana fresca. | |||
(ROQUE se queda mirando a la ventana de casa del cura.) |
|||
Cuando miro esa ventana | |||
se rebullen las ideas | |||
ocultas de mi magín, | |||
y se bajan a la lengua | 140 | ||
haciéndome más cosquillas... | |||
Pero, Roque, no seas bestia, [7] | |||
que aún no ha llegado la hora | |||
de que la comarca sepa | |||
lo que tú tienes oculto... | 145 | ||
día llegará... y etcétera. | |||
Vamos a tocar a misa, | |||
pues si el padre Juan me encuentra | |||
aquí... En el nombre del Padre, | |||
(Persignándose.) |
|||
del Hijo y... | |||
(Se dirige pausadamente hacia la ermita. DIEGO y RAFAEL bajan del fondo para encontrarle.) |
|||
DIEGO | Tú de una oreja, (A RAFAEL.) | ||
yo de otra, lo aseguramos, | 150 | ||
y mientras hable con ella | |||
me lo tienes resguardado | |||
junto al charco de la huerta. | |||
(DIEGO y RAFAEL cogen a ROQUE por las orejas. ROQUE da un grito y cae de rodillas.) |
|||
ROQUE | ¡Jesús! | ||
DIEGO | ¡Silencio! | ||
ROQUE | ¡Socorro! | ||
DIEGO | Ni una palabra. | ||
(Le tapa la boca.) |
|||
RAFAEL | ¡Ni media! | 155 | |
DIEGO | ¿Quién eres? | ||
ROQUE | ¡Ay! (¡Mea culpa!) | ||
DIEGO | Responde. | ||
ROQUE | Tenga paciencia. | ||
Yo soy el correvedile | |||
del clérigo de la aldea; | |||
el pregonero del pueblo | 160 | ||
y el sacristán de la iglesia. | |||
Al que me manda le sirvo, | |||
el que me busca me encuentra; | |||
cuando me amenazan callo, | |||
pues si me enfado me pegan, | 165 | ||
y soy un ser tan paciente, | |||
que he tenido la paciencia | |||
de no impacientarme nunca | |||
aunque impacientarme quieran. | |||
(Todo este trozo con mucha rapidez.) | |||
DIEGO | Tú has de ignorar que me has visto: | 170 | |
si hablas, te arranco la lengua. | |||
ROQUE | Soy un ser tan ignorante, [8] | ||
(Con temor y sonriendo.) | |||
de ignorancia tan completa, | |||
que por ignorar, ignoro | |||
la madre que me pariera. | 175 | ||
DIEGO | ¡Ja! ¡Ja! | ||
ROQUE | ¡Y se están riendo! | ||
DIEGO | Llévale. | ||
(A RAFAEL, el cual coge bruscamente a ROQUE por un brazo y le arrastra hacia el fondo a pesar suyo.) |
|||
ROQUE | ¿Adónde me llevan? | ||
RAFAEL | Sigue y calla. | ||
ROQUE | Mea culpa... | ||
DIEGO | Luego iré a buscarte. (A RAFAEL.) | ||
ROQUE | Mea | ||
culpa, mea... | |||
(RAFAEL se lleva a ROQUE por el foro derecha.) |
|||
DIEGO | No perdamos | 180 | |
el tiempo. El día se acerca. | |||
(DIEGO se acerca a la ventana de la casa del cura y llama suavemente.) |
|||
Escena V |
|||
(DIEGO: MARÍA, desde dentro de la casa.) |
|||
MARÍA | ¿Qué busca tan de mañana | ||
en el valle? | |||
(Desde dentro.) |
|||
DIEGO | A ti, María. | ||
MARÍA | Pues vuelva en siendo de día. | ||
(Ídem.) |
|||
DIEGO | Abre por Dios tu ventana. | 185 | |
MARÍA | ¿Tanto importa? | ||
DIEGO | Un corazón | ||
que en sordas luchas se agita, | |||
verte, hablarte necesita | |||
para hallar su salvación. | |||
MARÍA | ¿Eres Diego? | ||
(Asomándose a la ventana.) |
|||
DIEGO | Diego soy. | 190 | |
MARÍA | Por fin volviste. | ||
DIEGO | ¿Podía | ||
no volver, si el alma mía | |||
quedaba aquí? [9] | |||
MARÍA | Es que hace hoy | ||
MARÍA | que te ausentaste seis días, | ||
y por tu ausencia angustiada | 195 | ||
pasé una y otra velada | |||
esperando... y no venías. | |||
DIEGO | ¿De mi amor dudaste? | ||
MARÍA | ¡Quita! | ||
Sin la fe, sin la esperanza | |||
nada en el mundo se alcanza: | 200 | ||
aquí la duda no habita. | |||
Cuando tardas mucho, espero | |||
y a solas mi amor exhalo, | |||
que aunque dicen que eres malo, | |||
confío en Dios y te quiero. | 205 | ||
DIEGO | María, ¿por qué el destino | ||
quiso por ser más ingrato, | |||
que te hallara este insensato | |||
en mitad de su camino? | |||
¿Por qué, niña angelical, | 210 | ||
tu amor vino a ser mi edén, | |||
si ese amor que fue mi bien | |||
hoy se convierte en mi mal? | |||
MARÍA | Diego, tu acento me aterra, | ||
mas a comprender no acierto. | 215 | ||
DIEGO | Nuestro amor, María, ha muerto, | ||
porque abandono esta tierra. | |||
MARÍA | ¡Dios mío! | ||
DIEGO | Cruel el hado | ||
que en mi daño se recrea, | |||
hoy me arranca de esta aldea. |
220 |
||
MARÍA | ¿Por qué? Por qué?... | ||
DIEGO | Soy soldado. | ||
(Con sentimiento.) | |||
MARÍA | ¡Pero de ese mal se infiere | ||
que va a remediar el daño | |||
tu padre! | |||
DIEGO | Mi padre ha un año | ||
que por hijo no me quiere. | 225 | ||
MARÍA | ¡Pero él es rico! | ||
DIEGO | Si a fe. | ||
MARÍA | Su herencia te pertenece. | ||
DIEGO | Pero ni él su oro me ofrece, | ||
ni yo a pedírselo iré. (Con orgullo.) [10] | |||
MARÍA | Ve, y con tu llanto subyuga | 230 | |
su altivez: yo te lo exijo. | |||
¿Qué padre llorar ve a un hijo | |||
y sus lágrimas no enjuga? | |||
DIEGO | El mío. (Con energía.) | ||
MARÍA | ¡Diego! | ||
DIEGO | Sí, el mío. (Pausa.) | ||
MARÍA | ¡Ah! tu respuesta me asusta. | 235 | |
DIEGO | Jamás en su frente adusta, | ||
nunca en su aspecto sombrío | |||
su amor paternal brilló; | |||
¡que ni aun en su cuna el niño, | |||
ni una frase de cariño | 240 | ||
ni un beso de él recibió! | |||
Mi madre, único consuelo | |||
de mi niñez afligida, | |||
la amargura de esta vida | |||
trocó por la paz del cielo. | 245 | ||
Del hijo el dolor profundo | |||
no alivió el amor del padre, | |||
que al perder Diego a su madre | |||
lo perdió todo en el mundo. | |||
Desde entonces tuvo empeño | 250 | ||
en castigar cruelmente | |||
la culpa más inocente, | |||
el delito más pequeño; | |||
y su esquiva condición | |||
causó al niño tanto mal, | 255 | ||
que al fin el amor filial | |||
se secó en su corazón. | |||
Y tanto y tanto sufrí | |||
con el trato que me daba, | |||
que yo hacer daño anhelaba, | 260 | ||
cual me lo hacían a mí. (Pausa.) | |||
Con fuerzas para luchar | |||
contra su atroz tiranía, | |||
me asaltó la idea un día | |||
de huir del paterno hogar; | 265 | ||
y a él no tornaré jamás, | |||
aunque el oírlo te asombre, | |||
que en mi padre veo a un hombre... | |||
MARÍA | ¿Y nada más? (Con asombro.) [11] | ||
DIEGO | ¡Nada más! (Con energía.) | ||
Sé que mi altivez le irrita | 270 | ||
y sé que el rogar es vano: | |||
ni él me tenderá su mano | |||
ni Diego la necesita. | |||
MARÍA | Diego, tu mente delira. | ||
Él es tu padre. | |||
DIEGO | No cejo. | 275 | |
MARÍA | Diego, que un hijo es espejo | ||
en donde el padre se mira. | |||
DIEGO | Piensa que su maldición | ||
mi justo enojo provoca. | |||
MARÍA | Maldecir pudo su boca, | 280 | |
mas nunca su corazón. | |||
Vuelve tranquilo a su hogar, | |||
sin temor que de ti huya: | |||
si tu sangre es sangre suya, | |||
¿cómo no ha de perdonar? |
285 |
||
DIEGO | Nunca. | ||
MARÍA | (Con sentimiento.) | ||
Por mi amor te ruego... | |||
DIEGO | No ruegues, que en vano fuera. | ||
MARÍA | Ya que tu orgullo supera | ||
a mi amor, mi amor te niego. | 290 | ||
DIEGO | ¡María! | ||
MARÍA | Aunque no te cuadre, | ||
lo que con pena te digo, | |||
no vengas a hablar conmigo | |||
sin el perdón de tu padre. | |||
DIEGO | ¡Qué dice, Dios infinito! | 295 | |
Sin tu amor la muerte quiero. | |||
MARÍA | Tu amor aquí vive entero. | ||
DIEGO | ¡Ah! | ||
MARÍA | Su perdón necesito. | ||
(MARÍA cierra la ventana. DIEGO se abalanza para detenerla, y al ver que ha sido inútil, dice con desesperación.) [12] |
|||
Escena VI |
|||
(DIEGO solo.) |
|||
DIEGO | ¡Oh! ¡Su perdón necesita! | ||
Corro... Pero no... ya es tarde. | 300 | ||
Vamos, corazón cobarde, | |||
sigue tu lucha maldita. | |||
(DIEGO desaparece precipitadamente por el foro derecha.) |
|||
Escena VII |
|||
(Varios MUCHACHOS aparecen en el puente corriendo. Al llegar al camino que conduce a la escena se detienen. EL PADRE JUAN sale por la parte contraria del monte. Trae una cesta llena de frutas.) |
|||
MUCHACHO 1.º | ¡Alto aquí! | ||
(Deteniendo a los demás.) |
|||
MUCHACHO 2.º | ¡Perico! ¡Andrés! | ||
¡Alinear! | |||
(Los MUCHACHOS se ponen en batalla delante del camino.) |
|||
EL PADRE JUAN | ¡Válgales Dios! | ||
(Apareciendo en el monte y viendo a los muchachos.) |
|||
¡Eh! | |||
MUCHACHO 1.º | ¡A la una! ¡A las dos! | 305 | |
EL PADRE JUAN | ¡Muchachos! ¡Eh! | ||
MUCHACHO 1.º | ¡A las tres! | ||
(Los NIÑOS bajan a carrera tendida la rampa del monte en dirección a la ermita, y se lanzan todos en tropel sobre la campana que dejó ROQUE. EL PADRE JUAN, apoyado en la barandilla del puente, permanece inmóvil hasta verlos llegar, y cuando esto sucede les dice, sin moverse del sitio.) |
|||
EL PADRE JUAN | Un día os vais a estrellar. | ||
Vamos, ¿y quién la cogió? | |||
MUCHACHO 1.º | ¡Yo! | ||
MUCHACHO 2.º | ¡Fui yo! | ||
MUCHACHO 3.º | ¡Fui yo! | ||
TODOS | ¡Fui yo! [13] | ||
EL PADRE JUAN | ¡Silencio! | ||
(Desde el puente. Baja a la escena, se dirige adonde están los muchachos, les quita la campana que se están disputando, y viendo a uno, el más pequeño, y que bajó el último, se acerca a él y le dice.) |
|||
Tuya es, Gaspar. | 310 | ||
MUCHACHO 1.º | Padre Juan, si él a las gradas | ||
no llegó, y... | |||
EL PADRE JUAN | ¡Deslenguado! | ||
Y a usted ¿quién le ha autorizado | |||
para echar su cuarto a espadas? | |||
MUCHACHO 1.º | Es que yo... | ||
EL PADRE JUAN | Basta de empeño: | 315 | |
yo adjudico la campana, | |||
ítem más, esta manzana, | |||
a él, por ser más pequeño. | |||
A ver, ¿y ese pantalón? | |||
(Reparando en el traje de uno de los NIÑOS y atrayéndosele hacia él.) |
|||
¿quién te lo ha roto? | |||
MUCHACHO 1.º | ¡Perico! | 320 | |
MUCHACHO 2.º | ¡Embustero! | ||
EL PADRE JUAN | Cierra el pico. | ||
MUCHACHO 1.º | ¡Mosca! | ||
MUCHACHO 2.º | ¡Chismoso! | ||
EL PADRE JUAN | ¡Chitón! | ||
(Pausa. EL PADRE JUAN reprende con dulzura a uno y luego a otro.) |
|||
¿Piensas que ignoro tus hechos? | |||
Tú eres un desobediente, | |||
que has hecho un chirlo en la frente | 325 | ||
al hijo del fiel de fechos. | |||
Tú ayer hiciste novillos... | |||
MUCHACHO 2.º | ¡Yo!... | ||
EL PADRE JUAN | ¡Me lo ha dicho tu abuela! | ||
MUCHACHO 2.º | (¡Soplona!) | ||
EL PADRE JUAN | ¡Perder la escuela! | ||
¿Y por qué? | |||
MUCHACHO 2.º | Fui a coger grillos. | 330 | |
EL PADRE JUAN | ¡Grillos! ¡Bien! De esa manera | ||
no hay duda que medrarás, | |||
pero tú no lo harás más... [14] | |||
MUCHACHO 2.º | No, señor. | ||
EL PADRE JUAN | Toma una pera. | ||
(Sacándola de la cesta, que habrá dejado junto al banco, y dándosela al MUCHACHO.) |
|||
MUCHACHO 1.º | Deme usted una. | ||
(Se la da.) |
|||
MUCHACHO 3.º | ¡A mí! | ||
(Ídem.) |
|||
TODOS | ¡A mí! |
335 |
|
EL PADRE JUAN | ¡Hola! ¿vuelve el somaten? | ||
Sed desde hoy hombres de bien | |||
y os las doy todas. | |||
TODOS. | Sí, sí. | ||
(EL PADRE JUAN se sienta en el banco, los chicos le rodean y los reparte la fruta de la cesta.) |
|||
EL PADRE JUAN | Tomad, y de la memoria | ||
nunca borréis mis consejos, | 340 | ||
que el que respeta a los viejos, | |||
tiene segura la gloria. | |||
No riñáis, que anhelo veros | |||
en vez de correr las lomas, | |||
sencillos como palomas, | 345 | ||
dóciles como corderos. | |||
Sea vuestro eterno afán | |||
ser virtuosos, ser píos, | |||
porque todos, hijos míos, | |||
sois hermanos por Adán. | 350 | ||
(El MUCHACHO 1.º se sonríe, y EL PADRE JUAN lo coge de una oreja y se lo acerca.) |
|||
¿Por qué te ríes? | |||
MUCHACHO 1.º | Me río... | ||
porque siendo hermanos... | |||
EL PADRE JUAN | ¿Qué! | ||
¡Vamos! | |||
MUCHACHO 1.º | Porque su mercé | ||
también será hermano mío. | |||
EL PADRE JUAN | Ley es de la humana raza | 355 | |
que nos une y reconcilia, | |||
que el mundo es una familia | |||
que la Providencia enlaza. | |||
Mas tú eres un preguntón | |||
y al niño callar le toca, | 360 | ||
que el que no guarda su boca | |||
no guarda su corazón. [15] | |||
(Dándole una palmada suave en el carrillo.) |
|||
MUCHACHO 1.º | Como no lo oí en la escuela... | ||
EL PADRE JUAN | Pues yo te lo explicaré.- | ||
Desde Adán hasta Noé | 365 | ||
todo es una parentela: | |||
cuando el diluvio acaeció | |||
Sem, Cham y Jaf (4) se salvaron, | |||
y el universo poblaron, | |||
que así Dios lo decretó. | 370 | ||
Para ahorrar duelos prolijos | |||
hizo que la sangre hermana | |||
creara la raza humana | |||
con los hijos de sus hijos; | |||
de modo que Pedro, Juan, | 375 | ||
Rosa, Petra y Dorotea | |||
y todos los de esta aldea | |||
sois hermanos por Adán: | |||
que una rama de otra en pos, | |||
la raza de los humanos | 380 | ||
hizo a los hombres hermanos, | |||
y el padre de todos, Dios. | |||
Ahora corred, que indecisa | |||
el alba se halla en Oriente, | |||
y es muy justo que la gente | 385 | ||
acuda al templo a oír misa. | |||
(Los MUCHACHOS desaparecen corriendo por el puente tocando la campana. Uno de ellos, que será el último, cae, y EL PADRE JUAN corre a levantarlo.) |
|||
¡Ya cayó! Muchacho, espera, | |||
no vayas rodando al río. | |||
¿Te has hecho daño, hijo mío? | |||
(Los NIÑOS han desaparecido. EL PADRE JUAN levanta al caído y lo lleva al proscenio.) |
|||
MUCHACHO 1.º | No, señor. | ||
EL PADRE JUAN | Toma una pera. | 390 | |
(EL PADRE JUAN va a buscar de la cesta, que estará junto al banco.) |
|||
¡Calle! Limpiaron la cesta. | |||
Hijo, valga la intención. | |||
(Repara en el pantalón del chico, que se hallará algo destrozado.) |
|||
¡Hombre! ¿Es este pantalón | |||
el de los días de fiesta? | |||
MUCHACHO 1.º | Sí, señor. | ||
EL PADRE JUAN | Que compre luto | 395 | |
tu madre. | |||
MUCHACHO 1.º | No me regaña | ||
nadie, si usted me acompaña. | |||
EL PADRE JUAN | Hijo, tu padre es muy bruto: | ||
no hay quien seis palos te ahorre | |||
al verte así. Ve a María, | 400 | ||
y dile de parte mía | |||
que te lo remiende. ¡Corre! | |||
(El CHICO le besa la mano y entra en la casa del CURA.) |
|||
Escena VIII |
|||
(EL PADRE JUAN, solo.) |
|||
EL PADRE JUAN | No hay edad como la infancia: | ||
ahora ríe, luego llora, | |||
y como todo lo ignora, | 405 | ||
es feliz con su ignorancia. | |||
Tenerles siempre a mi lado | |||
quisiera, que al ver a un niño | |||
fuentes brotan de cariño | |||
de mi corazón helado. | 410 | ||
Son mi dicha, mi consuelo; | |||
pura y candorosa edad | |||
por la cual la humanidad | |||
sus culpas lava en el cielo, | |||
que aquel que a un niño recibe | 415 | ||
y le va inclinando al bien, | |||
en las puertas del edén | |||
su nombre el Eterno escribe. | |||
(Se oye un reloj de torre que figura hallarse muy lejos, [17] y da seis campanadas.) |
|||
¡Calla! si... las seis serán... | |||
Ya la creo, si amanece. | 420 | ||
¡Roque! ¡Roque! Me parece | |||
que se durmió el sacristán. | |||
¡Roque! | |||
Escena IX |
|||
(EL PADRE JUAN, ROQUE.) |
|||
ROQUE | Aquí está, que no acierta | ||
(Sale temblando.) |
|||
a andar de frío y mojado. | 425 | ||
EL PADRE JUAN | ¡Cómo!... | ||
ROQUE | Porque me han tirado | ||
en el charco de la huerta. | |||
EL PADRE JUAN | ¿Quién? | ||
ROQUE | Diego. | ||
EL PADRE JUAN | ¿El albéitar? | ||
ROQUE | No. | ||
EL PADRE JUAN | El hijo de Gaspar fue. | ||
¿Y por qué ha sido? | |||
ROQUE | ¿Por qué? | 430 | |
Pues eso pregunto yo, | |||
que a la verdad no me explico | |||
quién me metió en tan mal paso; | |||
porque yo... | |||
EL PADRE JUAN | Vamos al caso, | ||
ya sé que eres un buen chico. | 435 | ||
ROQUE | Podré tener mis defectos | ||
como cualesquiera... ¿estamos? | |||
porque no es que aquí digamos | |||
que los hombres son perfectos. | |||
EL PADRE JUAN | Bien, hombre, bien; yo deseo | 440 | |
saber de que modo ha sido. | |||
ROQUE | Nada, que me han sorprendido, | ||
que me han tirado, y Laus Deo. | |||
EL PADRE JUAN | ¿Conque tanta es la maldad | ||
de Diego? | |||
ROQUE | Le aborrecemos, | 445 | |
sí, señor, y le tenemos | |||
odio y mala voluntad. [18] | |||
EL PADRE JUAN | ¡Tú estás temblando! | ||
ROQUE | Si el frío | ||
no me deja resollar. | |||
EL PADRE JUAN | Ve a casa, enciende el hogar | 450 | |
y caliéntate, hijo mío. | |||
Toma mi capa. | |||
(Se la quita y se la da.) |
|||
ROQUE | ¡Qué!... | ||
EL PADRE JUAN | Toma, | ||
no cojas un resfriado. | |||
ROQUE | Pero si aún no he tocado | ||
a misa, y el sol asoma, | 455 | ||
y no quiero que usted toque, | |||
que esa es incumbencia mía. | |||
EL PADRE JUAN | Vete. | ||
ROQUE | ¡Y después qué diría | ||
todo el pueblo! | |||
EL PADRE JUAN | Vete, Roque. | ||
ROQUE | Pero, señor, ¿qué dirán? | 460 | |
(EL CURA le indica con la mano que se retire.) |
|||
¡Usted es un santo! | |||
EL PADRE JUAN | No, un cura | ||
que por la salud procura | |||
de su hermano el sacristán. | |||
(ROQUE le besa la mano al CURA y entra en su casa. EL PADRE JUAN se dirige hacia la ermita. GASPAR sale por el fondo examinando la casa del CURA.) |
|||
Escena X |
|||
(EL PADRE JUAN, GASPAR.) |
|||
GASPAR | (Me habrán engañado... acaso | ||
con otro le confundieron... | 465 | ||
(Reparando en EL CURA.) |
|||
¡El Padre Juan!... No conviene | |||
que sepa... Disimulemos.) | |||
Buenos días Padre Juan. | |||
EL PADRE JUAN | ¿Quién es? ¡Ah! Gaspar, muy bien. | ||
Mucho has madrugado hoy. | 470 | ||
(EL PADRE JUAN habrá llegado a las gradas de la ermita, se vuelve y dice a GASPAR lo precedente desde allí.) [19] |
|||
GASPAR | Sí, señor. | ||
EL PADRE JUAN | ¿Estás enfermo? | ||
GASPAR | No. | ||
EL PADRE JUAN | ¿Hay mal humor? | ||
GASPAR | Tampoco. | ||
EL PADRE JUAN | (Siempre con cara de perro, | ||
desde que el sol le despierta | |||
hasta que le rinde el sueño.) | 475 | ||
(EL PADRE JUAN habrá tocado a misa, tirando de una soga que habrá junto a la puerta de la ermita. Al concluir baja al proscenio.) |
|||
Me tienes muy enfadado, | |||
Gaspar. | |||
GASPAR | ¡Yo! | ||
EL PADRE JUAN | Sí; no comprendo | ||
tu mal humor: ¿no eres rico? | |||
¿no te estiman en el pueblo? | |||
¿no tienes buenas cosechas? | 480 | ||
Pues entonces... | |||
GASPAR | Es mi genio. | ||
EL PADRE JUAN | ¡Psch! genio y figura hasta | ||
la sepultura: ¿no es eso? | |||
GASPAR | Así será. | ||
EL PADRE JUAN | Vamos, vamos, | ||
Gaspar; yo ya soy muy viejo | 485 | ||
y no es fácil engañarme. | |||
Tú padeces. | |||
GASPAR | ¡Yo! | ||
EL PADRE JUAN | Sí, y Diego, | ||
tu hijo, de ese dolor | |||
es la causa. | |||
GASPAR | Mi hijo ha muerto. | ||
EL PADRE JUAN | Gaspar, que estás blasfemando. | 490 | |
GASPAR | Le suplico a usted, le ruego | ||
que no hablemos de mi hijo. | |||
EL PADRE JUAN | Quiero hablar; yo vine al pueblo, | ||
más que a cuidar de mis males, | |||
a cuidar de los ajenos. | 495 | ||
Tú sufres, tu mal es hijo | |||
de tu carácter soberbio, | |||
tú olvidas que Dios humilla | |||
la frente a los altaneros. [20] | |||
GASPAR | Padre Juan, esas palabras | 500 | |
son duras. | |||
EL PADRE JUAN | Tengo derecho | ||
para hablarte así. | |||
GASPAR | Señor, | ||
a mi edad... | |||
EL PADRE JUAN | La edad no veo, | ||
que el padre espiritual | |||
no conoce edad ni tiempo. | 505 | ||
Aquí todos sois mis hijos, | |||
padre de todos ser quiero, | |||
y es mi deber como padre | |||
ver a mis hijos contentos, | |||
que la alegría y la calma | 510 | ||
dones son que envía el cielo, | |||
y el que sus bienes ignora | |||
vive a su Dios ofendiendo. | |||
GASPAR | Pues bien, Padre Juan, mis males | ||
en vano buscan remedio: | 515 | ||
tengo un hijo, un hijo ingrato, | |||
cuyo corazón perverso | |||
en mi muerte se complace. | |||
Desobediente, altanero | |||
a mis mandatos, ve siempre | 520 | ||
mi autoridad con desprecio, | |||
ve el mal y hacia el mal camina. | |||
EL PADRE JUAN | Y tú, ahorrando los consejos | ||
paternales, le abandonas | |||
a sí mismo. | |||
GASPAR | Yo no debo | 525 | |
ceder... y además es tarde. | |||
EL PADRE JUAN | Querido Gaspar, yo creo | ||
que siempre entre padre e hijo | |||
para las paces es tiempo. | |||
Con un grito de «hijo mío,» | 530 | ||
pero que salga de adentro, | |||
un buen abrazo, una lágrima, | |||
una sonrisa y un beso, | |||
-cosas todas que los padres | |||
las hacen, aun sin saberlo,- | 535 | ||
en un instante se olvidan | |||
pasados resentimientos. [21] | |||
GASPAR | Dispénseme su merced | ||
si no sigo sus consejos. | |||
Mi hijo es soldado. | |||
EL PADRE JUAN | ¡Soldado! | 540 | |
GASPAR | Sí, y en el cuartel espero | ||
que halle al fin el correctivo | |||
de su carácter soberbio; | |||
que a un recluta loco, doma | |||
con su vara un cabo cuerdo. |
545 |
||
EL PADRE JUAN | Pero, hombre, o yo estoy soñando | ||
o tú, Gaspar, no estás bueno: | |||
No conoces la ordenanza | |||
militar, según preveo. | |||
Un día se insubordina | 550 | ||
tu hijo, o falta al respeto | |||
a un jefe, y te lo fusilan. | |||
Vamos, Gaspar, no consiento | |||
que vaya a servir al rey. | |||
GASPAR | Irá. | ||
EL PADRE JUAN | ¡Cómo! | ||
GASPAR | Estoy resuelto | 555 | |
y de mi plan no desisto. | |||
EL PADRE JUAN | Pero, hombre, no seas terco | ||
y date a partido. | |||
GASPAR | Irá | ||
a servir al rey: no cejo. | |||
EL PADRE JUAN | ¿Con que irá?... ¿Con que tú quieres | 560 | |
que se pierda?... Lo veremos. | |||
Su madre al morir me dijo: | |||
«Padre Juan, velad por Diego,» | |||
y es un mal hombre el que olvida | |||
los encargos de los muertos. | 565 | ||
GASPAR | Cumplidlos enhorabuena, | ||
si podéis. | |||
EL PADRE JUAN | ¡Vaya si puedo! | ||
Si es preciso, pediré | |||
limosna de pueblo en pueblo | |||
para salvarle, y su madre, | 570 | ||
que nos mira desde el cielo, | |||
lo agradecerá, porque ella, | |||
que está vuestra lucha viendo | |||
como yo, sabe quién tiene [22] | |||
la culpa de que el mancebo | 575 | ||
huya de su casa y mire | |||
a su padre con desprecio. | |||
Tú eres, que con esa táctica | |||
de poner rostro severo | |||
y ser juez inexorable | 580 | ||
para los hijos, has hecho | |||
que ese chico desconozca | |||
los más dulces sentimientos | |||
del hombre, y ahora recoges | |||
los resultados funestos. | 585 | ||
El que la virtud no siembre | |||
de la virtud vive lejos, | |||
que el árbol que con cariño | |||
se cría desde pequeño, | |||
frutos nos da sazonados, | 590 | ||
recto se eleva hasta el cielo. | |||
GASPAR | Señor Cura, tendrá usted | ||
mucha razón, no lo niego; | |||
pero mi hijo irá a servir | |||
a su rey y... más no hablemos, | 595 | ||
porque escucharle con calma, | |||
como hasta aquí, no prometo. | |||
EL PADRE JUAN | Vamos, vamos, no te enfades: | ||
ya sé que he estado severo | |||
contigo: perdóname; | 600 | ||
pero permíteme al menos | |||
que por tu bien este anciano | |||
te dé, Gaspar, un consejo. | |||
Una reprensión suave | |||
causa siempre más efecto | 605 | ||
que cien azotes. Al joven | |||
con dulzura y con respeto | |||
el padre debe instruirle; | |||
y el mozo llega a ser viejo | |||
sin dejar nunca el camino | 610 | ||
que aprendió en sus años tiernos. | |||
¿Dices que tu chico es malo? | |||
Pues bien, el modo pensemos | |||
de regenerarle. Al mozo | |||
que tiene instintos perversos, | 615 | ||
si las puertas se le cierran [23] | |||
se le pierde sin remedio; | |||
mas si las puertas se le abren | |||
el malo se torna bueno, | |||
y ¡qué diantre! al fin y al cabo | 620 | ||
él es tu único heredero. | |||
Si no tienes otro hijo, | |||
si es tu sangre. | |||
GASPAR | Estoy resuelto. | ||
EL PADRE JUAN | Vamos, responde, Gaspar, | ||
la mano puesta en el pecho. | 625 | ||
Mañana cuando esos montes | |||
se hallen de nieve cubiertos, | |||
y tú al calor de la lumbre | |||
en esas noches de invierno | |||
oigas la pesada lluvia | 630 | ||
y el zumbido de los vientos, | |||
¿no temes que la conciencia | |||
alce su grito severo | |||
para recordarte al hijo | |||
que en mitad de un campamento | 635 | ||
sufre el rigor de una noche | |||
que tú pasas junto al fuego, | |||
o tal vez en solitario | |||
valle, tendido en el hielo, | |||
con la nieve cicatriza | 640 | ||
las heridas de su cuerpo, | |||
o tal vez desesperado | |||
espira el pobre inconfeso, | |||
y una maldición sacrílega | |||
lanza sus postrer aliento | 645 | ||
maldición que al hijo cierra | |||
la santa puerta del cielo | |||
maldición que alcanza al padre, | |||
maldición... | |||
GASPAR | Basta. Es empeño | ||
inútil. Yo lo he jurado, | 650 | ||
cumpliré mi juramento. | |||
(GASPAR desaparece por el foro. EL PADRE JUAN le lanza una mirada compasiva.) [24] |
|||
Escena XI |
|||
(PADRE JUAN, luego ROQUE.) |
|||
EL PADRE JUAN | Su corazón es de roca, | ||
mas sin embargo, no debo | |||
desistir, porque es preciso | |||
poner a su lucha término. | 655 | ||
¡Dios mío! no le abandones. | |||
Alumbrad su entendimiento. | |||
ROQUE | Voy a encender el altar | ||
(Sale de casa del CURA y se encuentra con este, que sube.) |
|||
porque ya ve usté, estoy seco | |||
como si tal cosa. | |||
EL PADRE JUAN | Bien, | 660 | |
no te entretengas, pues veo | |||
que van acudiendo. Yo | |||
voy por María. | |||
ROQUE | Hasta luego. | ||
(Entra en la ermita, y EL PADRE JUAN en la casa.) |
|||
Escena XII |
|||
(DIEGO y RAFAEL, por el foro derecha. PETRA, ROMUALDO, ANASTASIO, aldeanos, niños, viejos y pobres bajan a la escena por distintos senderos del monte, y se reúnen en varios grupos. GASPAR, por la izquierda, se queda oculto detrás de uno de los grupos.) |
|||
ANASTASIO | (Yo le cuento la ocurrencia | ||
cuando salga.) | |||
PETRA | No seas terco; | 665 | |
¿si el cura no ha de pagarla, | |||
para qué le has de ir con cuentos? | |||
ROMUALDO | Para que sepa la gente | ||
mala que tiene en el pueblo. | |||
RAFAEL | ¿Oyes? (A DIEGO.) | ||
DIEGO | (¡Pobres mentecatos!) | 670 | |
Buenos días, majaderos. | |||
ANASTASIO | ¡Otra vez! | ||
(Se van retirando de él.) [25] |
|||
DIEGO | Vengo de paz. | ||
ANASTASIO | (Mira, no se lo contemos: (A los demás.) | ||
si nos rompió las guitarras | |||
que no nos rompa los huesos.) | 675 | ||
GASPAR | (Sin ser visto, desde aquí | ||
al fin hoy saber espero | |||
si es cierto ese amor.) | |||
DIEGO | (Hablando con RAFAEL.) (Rafael, | ||
sin vergüenza lo confieso, | 680 | ||
al cerrarme su ventana | |||
clavó un puñal en mi pecho, | |||
y si esa mujer me olvida | |||
soy capaz de pegar fuego | |||
al lugar. | |||
RAFAEL | Conque me avises | 685 | |
para que no me halle dentro... | |||
DIEGO | ¿Lo dudas? | ||
RAFAEL | No seas niño; | ||
soldados los dos, saldremos | |||
antes de mucho del valle; | |||
y si a un mismo regimiento | 690 | ||
nos destinan ¿quién nos tose? | |||
o capitanes o muertos. | |||
Conque a esa mujer olvida, | |||
y sígueme. | |||
DIEGO | Antes quiero | ||
verla al pasar.) | |||
(Hablan bajo.) | |||
PETRA | Mucho tarda | 695 | |
su mercé. | |||
ROMUALDO | Estará durmiendo. | ||
PETRA | Si madruga más que el sol. | ||
DIEGO | (Es en vano, estoy resulto.) | ||
GASPAR | (Algún mal están tramando, | ||
mas de vista no los pierdo.) | 700 | ||
Escena XIII |
|||
(DICHOS. UN SARGENTO y OCHO SOLDADOS, que salen por el foro izquierda en dirección al puente.) |
|||
SARGENTO | Salú y pesetas, paisanos. | ||
(Bajando a la escena.) | |||
DIEGO | Felices, señor sargento. [26] | ||
PETRA | ¡Chicas, chicas, militares! | ||
RAFAEL | (Este es nuestro hombre, Diego.) | ||
SARGENTO | ¿Sabrán ustedes decirme | 705 | |
en dónde se encuentra el pueblo | |||
del Carrascal del Obispo? | |||
DIEGO | A la vuelta de ese cerro, | ||
como a unos doscientos pasos | |||
de este valle. | |||
SARGENTO | Agradeciendo. | 710 | |
ANASTASIO | Y aunque sea descortesía, | ||
¿se viene por mucho tiempo | |||
al Carrascal? | |||
SARGENTO | Si el alcalde | ||
llevó ya a cabo el sorteo, | |||
pernoctaré cuatro días, | 715 | ||
porque yo aquí solo vengo | |||
a llevarme los muchachos | |||
que han tenido el privilegio | |||
de sacar la bola negra. | |||
DIEGO | Militar, está usted viendo | 720 | |
a los dos reclutas. | |||
SARGENTO | |||
(Colocándose con énfasis delante de DIEGO y RAFAEL.) |
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¿Sois | |||
vosotros? | |||
DIEGO | Sí. | ||
SARGENTO | Me alegro, | ||
pues no tenéis mucha carne | |||
en las cejas, y os prevengo, | |||
que soy hombre de experiencia: | 725 | ||
en cuanto atisbo a un sujeto | |||
le echo el fallo: antes de un mes, | |||
os hago cabos primeros. | |||
ANASTASIO | ¡Qué fortuna! ¿Y tendrán vara? | ||
SARGENTO | ¡Si la tendrán!... ¡Ya lo creo! | 730 | |
la vida del militar | |||
es una vida sin pero; | |||
en teniendo buen estómago, | |||
curiosidad y poco miedo, | |||
está la fortuna hecha; | 735 | ||
y si no dígalo ego, | |||
que en ocho años de carrera | |||
el galón canta, sargento. [27] | |||
(Alargando el brazo en dirección a un grupo.) |
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Conque, salud y pesetas. | |||
DIEGO | Esta tarde nos veremos. | 740 | |
SARGENTO | Cuando tú quieras. Muchachas, | ||
no os olvidéis del sargento. | |||
(Vanse los SOLDADOS y el SARGENTO por el puente. Sale de su casa EL PADRE JUAN, trayendo del brazo a MARÍA y de la mano al NIÑO que entró en la escena sétima.) |
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Escena XIV |
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(PADRE JUAN, MARÍA, DIEGO, GASPAR, RAFAEL, PETRA, ANASTASIO, ROMUALDO, POBRES, NIÑOS, ALDEANOS, ALDEANAS.) |
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PETRA | ¡Ya sale! | ||
ANASTASIO | Aquí reuníos, | ||
muchachos. | |||
RAFAEL | Diego, detente. | ||
(Deteniéndolo.) |
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EL PADRE JUAN | ¡Hola! Ya espera la gente. | 745 | |
(Todos rodean al CURA y le van besando la mano.) |
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Dios os bendiga, hijos míos. | |||
(LOS NIÑOS rodean al CURA. LOS ALDEANOS a MARÍA.) |
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DIEGO | (Es inútil, la he de hablar. | ||
Rafael, luego partiremos.) | |||
PETRA | (A MARÍA.) Baile esta tarde tendremos | ||
en la plaza del lugar. | 750 | ||
¿Vendrás, María? | |||
MARÍA | Sí, iré | ||
si su mercé lo consiente. | |||
ANASTASIO | Por divertirse la gente | ||
no se enfada su mercé. | |||
PETRA | Enfadarse, ¡y se remoza | 755 | |
cuando la guitarra suena! | |||
si él con nuestras penas pena, | |||
y con nuestro gozo goza. | |||
(DIEGO se acerca a MARÍA y la dice rápidamente.) |
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DIEGO | (María, hablarte quisiera | ||
esta noche en tu ventana.) | 760 | ||
EL PADRE JUAN | ¿Qué dice ese tarambana? | ||
MARÍA | Nada. | ||
GASPAR | (Se aman. Verdad era.) [28] | ||
EL PADRE JUAN | Después que la misa oigáis, | ||
tenéis libre el día entero, | |||
pero allá a la tarde, quiero | 765 | ||
que al huerto a verme vengáis. | |||
(LOS CHICOS se separan del CURA, y éste se dirige al corro de ALDEANOS.) |
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Petrica, ¿cuándo te casan? | |||
PETRA | Cuando se muera mi abuelo, | ||
porque me deja un majuelo. | |||
ANASTASIO | Buenas ganas se nos pasan. | 770 | |
EL PADRE JUAN | ¿Tenéis prisa? | ||
ANASTASIO | La mujer | ||
es semejante a las flores, | |||
en pasando sus verdores | |||
no se la debe querer. | |||
EL PADRE JUAN | ¿Y cómo va ese valor, | 775 | |
Lino? | |||
UN POBRE | Así, así; mas la edad | ||
no vence a la enfermedad. | |||
EL PADRE JUAN | ¿Pero qué dice el doctor? | ||
UN POBRE | Que es difícil que recobre | ||
la salud sin viajar, | 780 | ||
y como no puedo andar | |||
y además me hallo tan pobre, | |||
confío en Dios resignado | |||
y en calma la muerte espero, | |||
que aquí si mañana muero, | 785 | ||
su mercé estará a mi lado, | |||
y Dios sus justos enojos | |||
cuando espire ha de aplacar, | |||
si usted se digna cerrar | |||
a mi cadáver los ojos. | 790 | ||
EL PADRE JUAN | Piensa así, que ha de valerte, | ||
pues Dios de pagar no olvida, | |||
la amargura de esta vida | |||
con la gloria de la muerte. | |||
(¡María! ¿Sabes si ayer | 795 | ||
se cobró mi paga?) | |||
MARÍA | No: | ||
¿quería usted algo? | |||
EL PADRE JUAN | ¡Yo! | ||
¡nada! ¡Qué le hemos de hacer! [29] | |||
Mi voluntad mira Dios, | |||
pero en el caso presente | 800 | ||
no sé quien es, francamente, | |||
el más pobre de los dos; | |||
pero es triste a la verdad | |||
no poderle ofrecer nada; | |||
(Hablando consigo mismo.) | |||
tal vez esta gente honrada... | 805 | ||
Hijos míos, escuchad.- | |||
(Todos rodean al cura.) |
|||
La limosna que se vierte | |||
sobre la mano afligida, | |||
bálsamo es comprado en vida | |||
para hacer dulce la muerte, | 810 | ||
que allá en la morada eterna | |||
nuestra caridad se ve. | |||
Ahora bien, como yo sé | |||
que esta tarde en la taberna, | |||
(a pesar de la pobreza | 815 | ||
pues los tiempos no son buenos) | |||
os gastaréis a lo menos | |||
cuatro cuartos por cabeza, | |||
yo en vosotros confiado, | |||
y el sacrificio no olvido, | 820 | ||
esa cantidad os pido | |||
para un pobre desgraciado. | |||
El bien va del bien en pos | |||
como van al mar los río, | |||
una limosna, hijos míos, | 825 | ||
una limosna por Dios. | |||
(EL PADRE JUAN recorre los grupos con el sombrero en la mano y apoyada la otra en su bastón. LOS ALDEANOS depositan algunas monedas en el fondo del sombrero.) |
|||
RAFAEL | (Diego, al tirano tenemos | ||
muy cerca.) | |||
DIEGO | (¡Mi padre!) | ||
RAFAEL | Sí. | ||
DIEGO | ¿En dónde? | ||
RAFAEL | Mírale allí. | ||
DIEGO | (Pronto de dudas saldremos.) | 830 | |
(EL CURA habrá vaciado el sombrero en manos del [30] pobre: se coloca delante de DIEGO y le dice este.) |
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DIEGO | Buen anciano, perdonad | ||
si no os favorezco hoy. | |||
¿Cómo he de daros si soy | |||
pobre de solemnidad? | |||
EL PADRE JUAN | ¡Pobre tú! ¿Te has chanceado? | 835 | |
Por rico aquí te se tiene. | |||
DIEGO | Mal la riqueza se aviene | ||
con un infeliz soldado. | |||
(Alzando la voz.) | |||
Huérfano soy; de esta tierra | |||
parto en busca de otra suerte; | 840 | ||
o una familia o la muerte | |||
pronto me dará la guerra; | |||
que aquí, con dolor profundo, | |||
he aprendido en mi agonía | |||
que al morir la madre mía | 845 | ||
solo me quedé en el mundo. | |||
Id, pues: mi padre colijo | |||
que os dará, muerta mi madre. | |||
GASPAR | El padre da por el padre, | ||
(Adelantándose y dejando caer algunas monedas en el sombrero.) |
|||
pero no da por el hijo. | 850 | ||
DIEGO | Nunca di por mano ajena | ||
cuando por mí hacerlo puedo. | |||
(Se quita una cadena que lleva al cuello, rompe un medallón de ella y arroja el resto en el sombrero.) |
|||
(Con tu retrato me quedo, | |||
madre.) Ahí va esta cadena. | |||
GASPAR | Padre Juan, ved que ese impío | 855 | |
esa joya dar no puede. | |||
DIEGO | Aunque usted me desherede | ||
daré siempre lo que es mío. | |||
GASPAR | ¡Insolente! | ||
EL PADRE JUAN | Atrás, mancebo. | ||
GASPAR | ¡Oh! Dejad que a ese insensato... | 860 | |
DIEGO | Si yo soy un hijo ingrato, | ||
¿qué nombre a usted darle debo? | |||
EL PADRE JUAN | El de padre solamente, | ||
el de padre, temerario, | |||
ante el cual es necesario | 865 | ||
que dobles la altiva frente. [31] | |||
-Y tú, que el pecho en pedazos | |||
te rompe tu propia ira, | |||
solo un hijo en Diego mira; | |||
Gaspar, ábrele tus brazos. | 870 | ||
GASPAR | ¡Mi abrazo a un hijo maldito! | ||
Aquel que sus puertas le abra, | |||
su misma ruina se labra | |||
porque las tierras le quito. | |||
(Todos LOS ALDEANOS se apartan de DIEGO, el cual contempla la escena con los brazos cruzados.) |
|||
EL PADRE JUAN | ¡Gaspar! | ||
GASPAR | Aquel que una mano | 875 | |
amiga a mi hijo tienda, | |||
que no cuente con mi hacienda. | |||
MARÍA | ¡Jesús! | ||
EL PADRE JUAN | Silencio, inhumano, | ||
que de oírte me estremezco (5); | |||
aunque amarle al pueblo vedes | 880 | ||
vedármelo a mí no puedes, | |||
y yo mi casa le ofrezco. | |||
DIEGO | ¡Señor! | ||
(Saliendo de su indiferencia.) |
|||
EL PADRE JUAN | Hijo mío, ven. | ||
GASPAR | ¡Qué escucho! | ||
EL PADRE JUAN | El hado fatal | ||
te iba empujando hacia el mal, | 885 | ||
yo sabré enseñarte el bien. | |||
GASPAR | Soy su padre, ver con calma | ||
no puedo... | |||
EL PADRE JUAN | ¡Humana miseria! | ||
¡Padre eres de la materia, | |||
yo soy más! que soy del alma. | 890 | ||
GASPAR | Ved que sus instintos vi | ||
y a nadie en maldad le igualo. | |||
EL PADRE JUAN | Pues qué, ¿si no fuera malo | ||
necesitara de mí? | |||
A salvar al pecador | 895 | ||
vino al mundo un Dios humano, | |||
que no necesita el sano | |||
el auxilio del doctor. | |||
(MARÍA coge de la mano al PADRE JUAN y lo lleva al proscenio diciéndole en voz baja.) |
|||
MARÍA | Un secreto a usted confío [32] | ||
y que me perdone ruego. |
900 |
||
Amo un hombre... ese hombre es Diego. | |||
EL PADRE JUAN | ¡Diego! ¡Ah! ¿Qué hacer, Dios mío! | ||
¿Y él te ama? | |||
MARÍA | Con verdadera | ||
pasión. | |||
EL PADRE JUAN | ¿Y es puro ese amor? | ||
MARÍA | A no ser así, señor, | 905 | |
María ya no existiera. | |||
EL PADRE JUAN | Hija, con doble razón | ||
ahora mi amparo merece, | |||
que el amor que puro crece | |||
purifica el corazón.- | 910 | ||
Diego, María desde hoy | |||
tener debe en ti un hermano; | |||
María, dale tu mano. | |||
DIEGO | ¡Ah! | ||
(Le coge la mano.) |
|||
EL PADRE JUAN | Ya vuestro padre soy. | ||
GASPAR | (Él mismo ha unido a los dos, | 915 | |
pero yo haré esa unión vana | |||
(Se oye el tercer toque de misa.) |
|||
EL PADRE JUAN | Hijos míos, la campana | ||
nos llama al templo de Dios. | |||
(LOS MOZOS abren paso. MARÍA y DIEGO cogidos de la mano entran en la ermita. EL CURA los sigue, rodeado de los niños. Detrás marchan las aldeanas. GASPAR se queda en medio de la escena mirando con rabia la situación.) |
|||
FIN DEL ACTO PRIMERO. |