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ArribaAbajoJornada II

 

Sala del palacio.

 

Escena I

 

El DUQUE, con un memorial; LIDORO.

 
DUQUE
Lidoro, ya a tal extremo
ha llegado mi pasión,
que alguna demostración
aun contra mí mismo temo,
que mi destino interesa 5
en este furioso ardor.
LIDORO

 (Aparte.) 

Más preciso es mi temor
de Alejandro y la Duquesa;
mas si puedo, de los dos
me sabré yo asegurar. 10
DUQUE
¿Quién bastará a revocar
todo el decreto de un Dios?
LIDORO
Señor, ¿tú olvidar deseas?
DUQUE
Vencer quisiera este encanto.
LIDORO
Pues no hables en ella tanto, 15
ni la busques ni la veas;
véncete en este deseo.
DUQUE
Yo he de probar desde aquí.
¿Viste hoy a Alejandro?
LIDORO
Sí.
DUQUE
Y él, ¿qué siente de mi empleo? 20
LIDORO
Eso, Señor, es hablar
de tu pasión amorosa.
DUQUE
Dices bien, va de otra cosa:
¿No le debo yo estimar?
¿En él mi favor no es justo? 25
¿Viste aquella estimación
con que, al oír mi pasión,
se resolvió a darme gusto?
LIDORO
Eso deuda me parece.
DUQUE
No es sino conocimiento 30
de que es justo mi tormento,
y Nisea lo merece.
LIDORO
¿Esa, Señor, es la prueba?
DUQUE
Esa, sí; que no resisto.
¿Algún enfermo no has visto 35
que le prohíben que beba?
Y él, de aquella sed ardiente
que a su daño le provoca,
para refrescar la boca
pide el agua solamente; 40
toma el vaso, y della escaso,
no intenta beber; mas luego
ve que el agua templa el fuego,
y se bebe todo el vaso.
Esto me sucede a mí; 45
mas yo me sabré arrestar.
Propón tú en qué hemos de hablar.
LIDORO
Del Senado.
DUQUE
Vaya, di,
¿qué hay del Senado?
LIDORO
Ha mandado
observar todas las leyes 50
del Areopago.
DUQUE
Aun los reyes
dellas no se han reservado.
¿No hizo allí ley algún rey
contra amor injusto, amigo?
LIDORO
Si el delito es el castigo, 55
¿para qué ha de ser la ley?
DUQUE
Para que diera temor,
para que se resistiera,
para que yo no me viera
arrastrado deste amor. 60
LIDORO
Señor, ¿qué es eso?
DUQUE
Es locura.
Venced, pasiones, venced;
esto es apagar la sed,
y crecer la calentura.
LIDORO
¿No advertís que es barbarismo 65
no poder vos más que vos?
DUQUE
Pues haciéndome yo dos,
soy yo menos que yo mismo.
LIDORO
Más sois vos con la razón,
que con pasión que se olvida. 70
DUQUE
Si está la razón vencida,
más soy yo con la pasión.
LIDORO
Pues el valor es vencer
vos de vos esa mitad.
DUQUE
Tú respondes la verdad, 75
pero no es fácil de hacer;
dejémoslo, que este mal
cobra en esto más violencia.
Hoy, al salir de la Audiencia,
me dio un hombre un memorial, 80
descolorido y turbado,
que en él indicio me deja
de que incluye alguna queja
de alguno que le ha agraviado.
Mira lo que dice en él. 85
LIDORO

 (Aparte.) 

Déme aliento mi temor,
pues me obliga a ser traidor
por asegurarme dél.
Celio anduvo muy leal.
DUQUE
¿Qué dice?
LIDORO
Ya verlo quiero.
90
DUQUE
Aunque con mal más severo,
divierta el cielo mi mal.
LIDORO
Señor, lo que dice aquí
es un caso muy atroz.
DUQUE
Dilo.
LIDORO
No es para la voz.
95
DUQUE
Pues ¿por qué no?
LIDORO
Es contra ti.
DUQUE
¿Contra mí? Aunque sea en mi agravio,
di, si he de verlo en efeto.
LIDORO
Perdóneme tu preceto;
que no se atreve mi labio. 100
DUQUE
Dame el memorial a mí.
LIDORO

 (Aparte.) 

Turbado estoy, vive el cielo.
DUQUE
¿Qué miro aquí?
LIDORO

 (Aparte.) 

Ya recelo
el riesgo a que me atreví.
DUQUE

 (Lee.) 

«Por vuestra casa, Señor, 105
mirad; que en su demasía,
vuestro favor da osadía
a quien os quita el honor.»
Letras, veneno tirano
del que contra el alma os mueve, 110
el traidor es quien se atreve
a poneros en mi mano.
Yo, ignorando esta traición,
del dolor no era ofendido;
pero ya della advertido, 115
moriré, si ciertas son.
Yo viviera con mi error,
y ya morir es preciso;
luego quien me da el aviso
es fuerza ser el traidor. 120
Romperélas, y en castigo
de su loco atrevimiento,
daré en átomos al viento

 (Rómpele.)  

tal desprecio a este enemigo;
que si mata una deshonra, 125
y él este riesgo me advierte,
el que no temió mi muerte,
no pudo celar mi honra.
¡Ay de mí! Muerto he quedado.
Vete, Lidoro, de aquí. 130
LIDORO
Señor, yo no me atreví
a adelantar mi cuidado;
mas si el escándalo es tanto,
que a este aviso da ocasión,
ya el callar fuera traición, 135
aunque os cause más espanto
ver vuestra fama agraviada
de quien por vos tiene nombre,
y por vos...
DUQUE
¿Qué dices, hombre?
LIDORO
Si esto es ofenderos, nada. 140
DUQUE
Prosigue (ya estoy sin mí);
avisar no es ofender.
LIDORO
Pues si lo queréis saber,
no os enojéis.
DUQUE
No haré; di.
LIDORO
Pues quien os hace el agravio 145
es Alejandro, Señor,
a quien hace más favor
la Duquesa.
DUQUE
Cierra el labio;
miente tu aprehensión, y quien
te lo dijo habrá mentido; 150
que mientes si lo has oído,
y si lo has visto también.
Vete ya de mi presencia,
traidor aleve.
LIDORO

 (Aparte.) 

¡Ay de mí!
Neciamente me atreví. 155
DUQUE
Vete, y teme la violencia
de mi enojo enfurecido.
LIDORO
Ya yo conozco mi error.
DUQUE
Vete.
LIDORO
Ya me voy, Señor,
turbado y arrepentido. 160

 (Vase.)  



Escena II

 

El DUQUE.

 
¡Cielos, rigor tan extraño
para enmendar mi dolor!
Remedio os pidió mi amor,
pero no de tanto daño.
Yo, si padezco este engaño, 165
le causé y fui mi enemigo.
Ya a no culparos me obligo;
que el que de su mal es medio,
y al cielo pide remedio,
bien merece su castigo. 170
Si es cierto, yo la ocasión
les dí... Mas mi esposa viene,
y esta sospecha conviene
cerrar en mi corazón.
Mas ¿si sabrá la razón 175
todas las puertas cubrir?
Porque tantas pudo abrir
este dolor para entrar,
que alguna temo olvidar,
por donde pueda salir. 180


Escena III

 

AURORA, NISEA. El DUQUE.

 
 

(Hablan aquellas aparte, sin reparar en el DUQUE.)

 
NISEA
Aquel empeño forzoso
estorbó nuestro deseo.
AURORA
Ya, Nisea, mas lo creo
por lo que veo en mi esposo;
ya le hallo más cariñoso, 185
ya no me habla tan extraño;
mas el recelo del daño
crece, aunque el mal se mejora.
NISEA
Pues esta noche, Señora,
tocarás el desengaño. 190
 

(Bajan la voz.)

 
DUQUE

 (Aparte.) 

¡Válgame el cielo! ¿Qué veo?
Yo estuve ciego; mi esposa
¿no es más bella y más airosa?
Pues ¿qué arrastró mi deseo?
Viendo una y otra, mi empleo 195
conozco ya que es error.
Mas si me quita el honor,
sin duda debe de ser
bien que se quiere perder,
pues me parece mejor. 200
¿Por esta estrella la aurora
yo de mi esposa olvidé?
¿Yo de aquel sol me aparté,
que tanta luz atesora?
Mas ¿cómo lo advierto ahora? 205
Contra mí mismo me irrito.
¡Oh loco y ciego apetito,
que al peligro es menester,
y sólo sabes querer
cuando el querer es delito! 210
NISEA
Señora, el Duque está aquí.
AURORA
Señor, ¿vos tan suspendido?
DUQUE
En miraros divertido,
no me acordaba de mí.
AURORA
Pues ¿por qué más os debí 215
hoy esa atención?
DUQUE
Sospecho
que mi fineza lo ha hecho,
y bien nos está a los dos
que no deis la causa vos,
sino lo que hay en mi pecho. 220
AURORA
Siempre a mí más me conviene
que eso en vos fineza sea.
DUQUE
Creed que ver mi amor desea
lo que en vos el alma tiene.
AURORA
Si esa dicha me previene 225
la suerte, voyme, Señor.
DUQUE
¿Por qué?
AURORA
Por hacer mayor
el deseo.
DUQUE
¿Ese es recelo?
AURORA
Y aun temor.
DUQUE
Guárdeos el cielo.
NISEA

 (Aparte.) 

Quiera él que olvide mi amor. 230
 

(Vanse AURORA y NISEA.)

 


Escena IV

 

El DUQUE.

 
¡Válgame el cielo! ¿Qué sueño,
qué ilusión me ha enajenado?
¿Yo de mi esposa olvidado?
¿Yo me entregaba a otro dueño?
La ceguedad de mi empeño 235
me advierte el temido daño,
pues fue tan grande mi engaño,
que hubo menester mi error
los ojos deste dolor
para ver el desengaño. 240
¡Que ella me ofende inconstante!
Pues mejor me ha parecido,
sospecho, porque esto ha sido
como quien tuvo un diamante:
no le estimaba ignorante; 245
pasó a otro dueño, que ufano
le ostentaba; y él, ya en vano,
miró en él más resplandor;
mas no lo hizo el ser mejor,
sino el verle en otra mano. 250
Lo que más sospecha da
al alma es ver a mi esposa
conmigo tan cariñosa,
cuando tan celosa está.
Mi halago causa será; 255
pero no, causa hay mayor.
Porque es tan vivo el dolor
de quien ama con recelos,
que no sosiegan los celos
si no se trueca el amor. 260
Fuerte sospecha me da...
mas ¡qué ciego desatino!
Según la duda examino,
parece que bien me está.
Alejandro viene ya; 265
más tengo aquí que encubrir:
No sé si sabré fingir
con dos males; que un amigo,
si se trueca en enemigo,
da dos penas que sentir. 270


Escena V

 

ALEJANDRO, COMINO. El DUQUE.

 
 

(Hablan aparte ALEJANDRO y COMINO.)

 
ALEJANDRO
Comino, no me hables nada
de Nisea ni mi amor.
COMINO
¿Qué dices? Mira, Señor,
que no la pierdas trocada.
ALEJANDRO
Esto ha de ser.
COMINO
¿Eso quiere
275
tu amor ya?
ALEJANDRO
Eso me aconseja.
COMINO
Pues cuélgatelo a la oreja
para lo que se ofreciere.
DUQUE
¿Alejandro?
ALEJANDRO
Gran Señor.
DUQUE
¿Conmigo tanta tibieza? 280
ALEJANDRO
¿En qué la halla vuestra alteza?
DUQUE
No verme hoy.
ALEJANDRO
Culpa es de amor.
COMINO
Hoy no ha podido, aunque os ama.
DUQUE
¿Por qué no ha podido ser?
COMINO
Le ha venido Dios a ver. 285
DUQUE
¿Cómo?
COMINO
Ha dejado a su dama.
ALEJANDRO
¿Qué dices, loco?
COMINO
A bambolla
quiere meterlo, y con vos,
la verdad es hija de Dios.
DUQUE
¿Quién es su dama?
COMINO
La olla.
290
DUQUE
Y ¿ha dejado la comida?
COMINO
No la deja por virtud.
DUQUE
Pues ¿por qué?
COMINO
Por su salud,
porque estaba algo podrida.
DUQUE
Alejandro, ¿no has logrado 295
algún empleo amoroso?
ALEJANDRO
Señor, soy poco dichoso.
COMINO
Es, Señor, muy desgraciado.
Si en treinta damas repara,
le quieren las veinte y nueve; 300
y por eso no se atreve
a mirarlas a la cara.
DUQUE
Y ¿por temores tan vanos
deja tan feliz destino?
COMINO
¿Pues es un hombre Tarquino, 305
potente rey de romanos?
ALEJANDRO
El que infeliz ha de ser,
cuando quiere no es querido;
y si alguna vez lo ha sido,
se lo estorba otro poder. 310
DUQUE

 (Aparte.) 

¡Válgame el cielo! ¿Qué escucho?
¿Si habla por mí, presumiendo
que yo su traición no entiendo?
Ya en recatarme hago mucho.
COMINO
Señor, aunque esto previene, 315
es aludiendo a otras cosas;
que damas tiene y hermosas,
aunque pocas.
DUQUE
¿Cuántas tiene?
COMINO
De veinte y siete se agrada.
DUQUE
¿Pocas son? ¡Buen corazón! 320
COMINO
Pues veinte y siete, ¿qué son?
Fuera de los nueve, nada.
DUQUE

 (Aparte. 

A proseguir no me atrevo
materia tan peligrosa;
hablar quiero de otra cosa.) 325
¿Qué hay en la corte de nuevo?
ALEJANDRO
Señor, no hallo novedad;
la quietud es interés
de tus vasallos, todo es
aplauso a tu majestad. 330
COMINO
Novedad hay.
DUQUE
¿Cuál ha sido?
COMINO
Que con otro hombre, un juez
cogió a la mujer soez
de un astrólogo amarrido;
y a él a galeras le echó, 335
y su mujer libre fue.
DUQUE
Si ella le ofendió, ¿por qué?
COMINO
Porque no lo adivinó.
Y otra hay, y del mismo talle.
DUQUE
¿Qué fue?
COMINO
Bien se puede oír.
340
Un novio acertó a salir
con su suegro por la calle.
Uno vestido de negro
le cascó una bofetada;
sacó furioso la espada, 345
y por darle, mató al suegro.
Un capitán fue testigo.
DUQUE
Y ¿qué hizo? ¿Riñó también?
COMINO
Firmó que quedaba bien,
porque mató a su enemigo. 350
DUQUE
De otra novedad me han dado
cuenta a mí.
ALEJANDRO
¿Qué fue, Señor?
DUQUE
Queja de un hombre traidor,
de quien habiendo fiado
otro amigo honor y vida, 355
hacienda, gusto y su ser,
le ofendió con su mujer
con fe desagradecida.
¿Qué castigo era ajustado
a delito tan horrible? 360
ALEJANDRO
Señor, eso no es posible.
DUQUE

 (Aparte. 

Parece que se ha turbado.)
¿Por qué?
ALEJANDRO
Porque a culpa tal,
aunque su mismo enemigo
le imaginara el castigo, 365
no pudiera hallarle igual.
Luego si el cielo infinito
castigo no señaló
a esa culpa, es porque dio
por imposible el delito. 370
COMINO
A mí, Señor, se me ofrece.
DUQUE
¿Qué dices tú que sería?
COMINO
Que no pudo ser de día,
pero a escuras, me parece.
DUQUE

 (Aparte. 

El negar que pudo ser, 375
teniéndolo por horror,
mi sospecha hace mayor,
mas yo no lo puedo creer.)
Y a ser cierta ofensa tal,
¿qué castigo habrá?
ALEJANDRO
Ninguno;
380
que a dolor tan importuno
no hay satisfacción igual;
porque la muerte es piedad,
pues alivio viene a ser
quitarle el dolor de haber 385
cometido esa maldad.
DUQUE

 (Aparte.) 

De dudas soy un abismo;
mas (¡oh juicio temerario!)
si dijera lo contrario,
¿no sospechara lo mismo? 390
ALEJANDRO

 (Aparte. 

Mucho del Duque he admirado
que no me hable en su deseo.)
Señor, ¿parece que os veo
de amor con menos cuidado?
DUQUE
No me hables deso.
ALEJANDRO

 (Aparte a COMINO.)  

¡Qué he oído!
395
¿Si el Duque ya la ha dejado?
COMINO
Antes pienso que ha pecado,
pues está ya arrepentido.
ALEJANDRO
Como yo tanto intereso
en vuestro gusto, Señor, 400
y os vi tan ciego de amor...
DUQUE
Eso fue un pasado exceso
de un antojo mal fundado,
aun no estable en lo que dura;
un delirio, una locura, 405
que la razón ha olvidado,
con que yo a mí me castigo;
y tú muy cansado estás
en pretender saber más
de mí, que lo que yo digo. 410
ALEJANDRO
Señor, en lo que os escucho,
a mí otro alivio me va.
DUQUE
Pues tú lo has sabido ya,
pero me has cansado mucho.
ALEJANDRO
¿Yo os he cansado, Señor? 415
DUQUE
Sí, y aunque no lo miráis,
ha mucho que me cansáis
vos y vuestro ciego error;
y pues no lo veis, de ciego,
no me veáis más tampoco. 420

  (Aparte. 

El dolor me ha vuelto loco,
no sé reprimir su fuego.)

 (Vase.)  



Escena VI

 

ALEJANDRO, COMINO.

 
ALEJANDRO
Mundo, ¿a quién no desengaña
tu mudanza desta suerte?
¿Qué es esto? ¿Llegó mi muerte? 425
COMINO
La princesa de Bretaña.
ALEJANDRO
Ya sé cuál es mi ventura,
y sé que el mundo es así,
y sé que en sueño viví,
y que no hay dicha segura. 430
COMINO
Mucho sabes, a fe mía;
y del diablo es tu desgracia,
que al caer perdió la gracia,
mas no la sabiduría.
ALEJANDRO
Comino, este desengaño 435
el retiro me aconseja;
mas si a Nisea me deja,
luces de bien tiene el daño.
Irme con ella pretendo
a mi tío el rey de Creta; 440
que no es cordura discreta
esperar rayo y estruendo.
COMINO
Y pues ¿qué será de mí?
ALEJANDRO
De todo serás testigo,
pues ¿tú no te irás conmigo? 445
COMINO
Y ¡cómo que iré tras ti!
Mas ¿seré allí socorrido?
ALEJANDRO
Nunca yo faltarte pienso.
COMINO
Más que privado eres censo,
si das del honor caído. 450
Mas la Duquesa, Señor.
ALEJANDRO
Esperar quiero a mi prima,
por si a este intento me anima,
pues lo puede su favor.


Escena VII

 

AURORA; luego, el DUQUE. Dichos.

 
AURORA

 (Para sí.) 

Siempre con nuevos desvelos, 455
no sosiega el corazón.
¡Oh, qué difíciles son
de asegurar unos celos!
 

(Sale el DUQUE y quédase al paño.)

 
DUQUE
Ya a mi esposa mis sentidos
siguen con otro cuidado; 460
mas a Alejandro ha encontrado:
atención, ojos y oídos.
AURORA
¿Alejandro?
ALEJANDRO
¿Gran Señora?
AURORA
¿De qué tan triste y suspenso?
ALEJANDRO
Sí lo estoy, y es porque pienso 465
que no soy quien era ahora.
AURORA
Pues ¿por qué no?
COMINO
¡Lindo aliño
trae con dudas semejantes!
AURORA
¿Cómo vos no sois quien antes?
COMINO
Veinte años ha que era niño. 470
AURORA
Nada sé de lo que pasa.
ALEJANDRO
Pues el Duque con rigor
me ha negado su favor.
AURORA
Pues ¿por qué?
COMINO
No estaba en casa.
ALEJANDRO
Sólo sé de mi desgracia 475
que el Duque se fue ofendido,
y de su gracia he caído.
COMINO
Y ya no le cae en gracia.
AURORA

 (Aparte. 

Cielos, ya vuelve el dolor
de mi sospecha al tormento; 480
sin duda es el sentimiento
de haber sabido su amor.
Y para que más no pase
su intento, si es contra mí,
yo me he de empeñar aquí 485
en que Alejandro se case;
que ya su amor he sabido
le daré ahora a entender.)
Alejandro, pudo ser
que enojado, y no ofendido, 490
el Duque aquí os haya hablado;
mas no por eso temáis,
que yo podré que volváis
a su gracia, y más amado.
Fíelo vuestro temor, 495
si hacéis lo que yo deseo.
ALEJANDRO
¿Qué es?
AURORA
Proseguid vuestro empleo;
que seguro es mi favor.
DUQUE
¡Qué escucho!
ALEJANDRO
Pues ¿a qué fin
lo decís?
AURORA
¿No lo entendéis?
500
Pues yo os haré que logréis
las entradas del jardín.

 (Vase.)  

DUQUE
Ya este mal llegó a su extremo.
ALEJANDRO
Sin duda la ha declarado
Nisea ya mi cuidado. 505
Pues si esto logro, ¿qué temo?
Ven; que si logro a Nisea,
ya ningún daño imagino.
COMINO
Plegue al cielo...
ALEJANDRO
¿Qué, Comino?
COMINO
No se vuelva alcaravea. 510
 

(Vanse ALEJANDRO y COMINO.)

 


Escena VIII

 

El DUQUE. Sale al tablado.

 
Todo mi valor me valga
en las dudas que examino,
porque al furor no despeñe
el dolor de los indicios.
¡Válgame Dios! Desde el punto 515
que tuvo el alma este aviso,
enlazado en la sospecha
está todo cuanto miro.
¿Si es cautela del dolor,
o engaño de los sentidos, 520
o fuerza de la sospecha?
Esto postrero imagino;
que quien por un vidrio mira
que hace algún color distinto,
todo cuanto ve con él 525
está del color del vidrio.
Pues si yo tengo en los ojos
los antojos fementidos
del vidrio azul de los celos,
¿por qué extraña este sentido 530
que de su mismo color
esté todo cuanto miro?
Mas ¡ay de mí! por las puertas
de un corazón afligido
¡qué tarde entra el desengaño! 535
¡Qué presto abren al alivio!
Mas no del todo he de darme
al engaño ni al peligro;
ir quiero en mí confiriendo
la defensa a los indicios. 540
El estar mi esposa ahora
tan cariñosa conmigo
indicio es sobre los otros;
mas ¿no puede haber sabido
el empeño que Alejandro 545
fingió por intento mío
con Nisea? Y ¿este empeño,
junto con haberme visto
cariñoso, fino amante
(pues yo también lo he fingido), 550
haber sosegado en ella
las quejas y los suspiros,
y ser sosiego en sus celos
lo que yo engaño imagino?
Si pudiera;... no pudiera: 555
que quien celos ha tenido
nunca halla satisfacción
que arranque todo el indicio;
y el corazón más amante
da envueltas, cuando es más fino, 560
en los ecos de los celos
las voces de los cariños.
Darme un memorial un hombre
turbado y descolorido,
¿no es indicio de traición? 565
Traición fue, pues me lo dijo
su turbación. Sí sería..
no sería; que este aviso
aun a dársele a un vasallo
fuera turbado yo mismo. 570
Demás, que si aquesto fuera
traición, sin haber tenido
evidencia, o gran sospecha
para acusar el delito,
era la traición en vano, 575
si yo culpa no averiguo;
porque, a no haber fundamento,
¿qué me daba en el aviso?
Confírmamelo Lidoro
(que es más probable testigo); 580
¿no pudiera ser concierto
del que me avisó o dél mismo,
que, envidioso de Alejandro,
procura su precipicio?
Sí pudo ser;... mas no pudo: 585
que medios hay infinitos
para culpar a Alejandro,
si su envidia es el motivo.
Pero en mi esposa ¿qué tiene
él que envidiar? Ni ella ha sido 590
quien fomenta su privanza;
luego el culparla es preciso
que no nazca de su envidia.
¡Oh, mal haya el silogismo!
Llegar a hablarla quejoso, 595
darle consuelo y alivio,
deuda es de sangre y de un trato
de amor puro, honesto y limpio;
pero decir que prosiga
su empleo, y al repetirlo 600
que la entrada del jardín
le hará lograr, ¿por qué ha sido?
¿Por Nisea? Yo lo creo...
Mas no creo, porque indicio
de ello no se vio. ¿No pudo 605
Nisea habérselo dicho?
Sí pudiera;... no pudiera.
Locos pensamientos míos,
¿tan mal estáis con vosotros,
que sois vuestros enemigos? 610
¿La razón contra sí propia?
¿Cómo hay dentro de mí mismo
dos bandos de pensamientos?
No; que, aunque varios, son hijos
de una imaginación sola; 615
solo un discurso los hizo.
Pues ¿cómo unos contra otros?
¡Incomprehensible artificio!
¿Dentro de mí mismo hay quien
esté bien con mi peligro? 620
Pues ¿a qué parte del alma
le está bien este delito?
¿Quién le procura? El recelo.
¿Quién es el recelo? El hijo
del honor. Pues ¿qué pretende? 625
Hereda el decoro limpio
de su pureza. Y ¿qué quiere?
Quiere ver si le ha perdido,
para cobrar lo que hereda;
y presenta estos avisos 630
con petición de querella,
jurando no ser de vicio
al juez del entendimiento.
Y ¿quién afirma el delito?
Él solo. Pues si él lo afirma, 635
miente en todo cuanto ha dicho;
porque es parte aquí, y la parte
no vale para testigo.
¡Oh confusiones humanas!
¡Oh dudosos laberintos! 640
¿Quién es tan ciego, que piensa
comprehender en su juicio
las intenciones ajenas,
los secretos escondidos
de los pechos de los otros? 645
¿Cómo yo ver imagino
una traición que está oculta
en dos pechos fementidos,
si cuando más lo pretendo,
yo no puedo ni distingo 650
lo que mi propio discurso
tiene dentro de sí mismo?
Mas ¿por qué en vanas quimeras
aquí el tiempo desperdicio
que ha menester el remedio? 655
A llamar me determino
a Lidoro. ¡Qué mal hice
en maltratarle ofendido,
pues callará temeroso
lo que dudoso averiguo! 660
Pero yo le daré aliento,
templado, afable y benigno,
hasta saber mis agravios;
y si es cierto su delito,
tiemble mi furor la tierra, 665
tiémblenme montes y riscos,
y tiemblen los elementos
del airado aliento mío;
pues para que se congele
en rayos lo que respiro, 670
hay la nube del engaño,
el sol de mi honor activo,
los vapores de los celos
y el fuego de mis suspiros.

 (Vase.)  



Escena IX

 

ALEJANDRO, COMINO.

 
ALEJANDRO
¡Hay ventura más colmada! 675
Logró a Nisea mi amor.
COMINO
¿No te dije yo, Señor,
que la perderías trocada?
Pues el hablar de ella pare
aquí luego.
ALEJANDRO
Sí hablarás.
680
COMINO
Por juicio de Satanás,
si palabra de ella hablare,
a mí me lleve el demonio.
ALEJANDRO
¿No ves que casado estoy?
COMINO
Por eso; que yo no doy 685
palabra de matrimonio.
ALEJANDRO
El gusto parto contigo
de lograr su mano bella.
COMINO
Vive Dios, de no hablar della
aunque se case conmigo; 690
y si usted mucho me apura,
arrancaré sin parar.
ALEJANDRO
Pues ¿con quién he de ir a hablar
de mis bodas?
COMINO
Con el cura.
ALEJANDRO
La Duquesa en mi favor 695
se ha declarado; estoy loco.
COMINO
Ni eso me mueve tampoco.
ALEJANDRO
Pues ¿por qué?
COMINO
Un novio, Señor,
tenía a la gente cansada
en hablar de su mujer; 700
llegó el día del placer,
y halló a la novia preñada.
Quedó mudo, y deste hechizo
parió la mujer de Bras
un niño, que hablaba más 705
que el padre que no le hizo.
«¿Por qué de tu esposa hella
no hablas ya?» le preguntó
un amigo; y respondió:
«Porque hay otros que hablan della.» 710
Cuando tú, por triste o harto,
no hablabas desa señora,
hablaba yo; mas ahora...
ALEJANDRO
¿Me lo aplicas?
COMINO
Salvo el parto.
ALEJANDRO
Comino, burlas dejemos; 715
ya al jardín hemos entrado.
Nisea aviso me ha dado
de que esta noche saldremos
de dudas, ansias y enojos;
que la Duquesa ha hecho empeño 720
de que ella ha de ser mi dueño.
¡Ay dulce imán de los ojos!
Si el Duque ya la ha olvidado,
no hay de qué tener recelo;
que a su enojo, sabe el cielo 725
que yo causa no le he dado.
COMINO
Y ¿si él con noticia estaba
de tu amor, y lo fingía?
ALEJANDRO
Pues yo ¿con qué le ofendía
cuando por él la dejaba? 730
¡Qué! Es locura.
COMINO
No trabuques
algo que te esté peor.
ALEJANDRO
Que él ya ha olvidado su amor.
COMINO
Señor, no fíes en duques;
no sea que aquí te vea. 735
ALEJANDRO
Ya él no puede aquí volver
por su esposa. Voy a ver
si ya ha salido Nisea.
COMINO
Y yo ¿voy contigo?
ALEJANDRO
No.
COMINO
Pues ¿me quedo entre claveles? 740
ALEJANDRO
Cúbrete desos laureles.

 (Vase.)  



Escena X

 

COMINO.

 
Pues ¿soy escabeche yo?
De noche, y ¿solo me quedo?
No es mucha mi cobardía;
que oyendo el Ave, María, 745
pienso que tocan a miedo.
Pues a mi amo le plugo,
con este laurel me acojo;
que yo duermo abierto el ojo,
y pareceré besugo. 750

  (Ocúltase entre los árboles.) 



Escena XI

 

El DUQUE, LIDORO. COMINO, oculto.

 
DUQUE
Lidoro, ya de tu aviso
agradezco la intención.
LIDORO
Señor, sin duda es traición,
pues él encubrirla quiso.
La Duquesa estaba aquí, 755
y yo no vine con él;
el mentir seña es de infiel,
y del valerse de mí,
para encubrir el intento
con que su engaño venía, 760
se infiere su alevosía.
DUQUE

 (Aparte. 

Ya concluye el argumento;
porque si a hablar en mi amor,
como él me dijo, venía,
¿a qué mi esposa salía? 765
Y si fue acaso, el traidor
¿por qué me mintió, diciendo
que con él vino Lidoro?
Mas ¿qué admiro lo que ignoro
en él, si a mí no me entiendo?) 770
Tú, Lidoro, te retira.
LIDORO
Guardando la puerta estoy
con mi gente.
DUQUE

 (Aparte.) 

Sin mí voy.
¿Dónde me lleva la ira?
LIDORO

 (Aparte.) 

Con esto bien defendido 775
de ella y de Alejandro está
mi error, pues ninguno ya
contra mí ha de ser creído.

 (Vase.)  



Escena XII

 

El DUQUE. COMINO, oculto.

 
DUQUE
Si él vino aquí a esta traición,
aquí ha de volver. Mas, cielos, 780
mátenme antes mis celos
que en mi esposa haya traición.
COMINO
O la vista dificulto,
o un bulto hacia allí se ve.
¿Quién puede ser? ¿Cosa que 785
venga a menearme el bulto?
Levántome, el valor pruebo,
toco a embestir, tiento el muelle,
llégome a reconocelle,
y de miedo no me atrevo. 790
¿Quién me mete a mí en saber
lo que será, con mis bríos?
Que un bulto, señores míos,
tiene mil cosas que hacer.
Qué le diré dificulto; 795
mas nada, que soy discreto,
pues iréme con efeto:
que un discreto no habla a bulto,

 (Vase.)  



Escena XIII

 

El DUQUE.

 
Como el que espera el golpe de la muerte,
ya oída la sentencia, que un punto no divierte 800
del tiempo imaginado la violencia,
y esperando la hora el triste oído,
es reloj cuanto escucha en el sonido,
yo, que la muerte de mi honor espero
en mi alevoso amigo, 805
que viene considero.
Cuanto oigo, pasos son de mi enemigo;
y el ruido de las hojas, con ser tantas
tengo por pasos, pero en fin son plantas.
Dos veces me he engañado con el ruido, 810
y he vuelto a aquella fuente,
y aun ahora advertido,
si me divierto, vuelvo a la corriente;
que a un corazón que teme tanto daño
suele engañarle más el desengaño. 815
En cualquier sombra miro su semblante,
y se apercibe el brío
contra el pecho inconstante
de mi enemigo; que el agravio mío,
como es sospecha, aun en la sombra oscura, 820
no viendo nada, encuentra su figura.
¿Qué será, que parece que le veo?
Mas la idea agraviada
en el retrato feo
del ofensor más viva se traslada 825
y como están a escuras mis enojos,
ve la imaginación, y no los ojos.
Entrar no puedo ni apartarme un punto
deste jardín, que centro
fue de mi amor difunto. 830
No me atrevo a pensar si estará dentro;
porque, según de mi desdicha advierto,
temo que, si lo dudo, será cierto.
Pero, ¡cielos, un hombre allí he mirado,
y que viene recelo! 835
¡El pelo se ha erizado!
¿Si es él? Que tal no sea quiera el cielo.
Mas soy tan infeliz, que ya lo creo
porque lo contradice mi deseo.


Escena XIV

 

ALEJANDRO. El DUQUE.

 
ALEJANDRO

 (Aparte. 

Allí está Comino.) Amigo, 840
ya es mi fortuna mejor,

 (Al DUQUE.)  

y ya no temo del Duque
ni enojo ni indignación.
yo he estado con la Duquesa,
y me ha hecho su favor 845
dueño de tan deseada
y dichosa posesión.
DUQUE

 (Aparte.)  

¡Caiga el cielo sobre mí!
ALEJANDRO
Si yo logro de mi amor
con su favor la esperanza, 850
¿a qué aspira mi ambición?
Ven; que allá te daré cuenta
de lo que pasa.
DUQUE
Traidor,
yo te haré dos mil pedazos.
ALEJANDRO
¡Qué miro! ¡Válgame Dios! 855
Señor, reportad las iras;
que por defenderme yo
saco la espada no más.
 

(Sacan las espadas; retírase ALEJANDRO defendiéndose, y el DUQUE lo persigue.)

 


Escena XV

 

AURORA, NISEA; luego, ALEJANDRO; después, el DUQUE.

 
AURORA
¡Ay, Nisea!
NISEA
¡Muerta estoy!
AURORA
¿Qué es esto?
NISEA
No sé, Señora.
860
 

(Sale huyendo ALEJANDRO, atraviesa el teatro, y vase, después de decir estos versos.)

 
ALEJANDRO
Huyendo vuestro furor,
me voy para no ofenderos.

  (Vase.)  

AURORA
¡Guardas, criados, traición,
traición en palacio!
DUQUE

 (Sale.)  

¿Dónde
se fue? que tan ciego estoy, 865
que te he perdido de vista.
AURORA
Del Duque es aquesta voz.
¡Acudid presto, criados!


Escena XVI

 

IRENE, CRIADOS, con hachas encendidas y las espadas desnudas; luego, ALEJANDRO, LIDORO, COMINO y gente. AURORA, NISEA, el DUQUE.

 
CRIADOS
Hacia aquí suena el rumor.
DUQUE

 (Aparte.)  

Cielos, ¡qué miro! Mi agravio 870
es público ya.
AURORA
Señor,
¿vos el acero desnudo?
LIDORO

 (Dentro.)  

Dáos, Alejandro, a prisión.
 

(Salen LIDORO y gente acuchillando a ALEJANDRO y COMINO.)

 
ALEJANDRO
Solo mi vida defiendo;
mas ya en su presencia no; 875
que las armas y la vida
rindo al Duque, mi señor.
DUQUE

 (Aparte. 

Ya aquí es notoria mi afrenta,
y el castigo a la traición
también ha de ser notorio.) 880
Lidoro, llevadle vos
preso a Alejandro a la torre.
ALEJANDRO
Por obedecerte voy,
y a morir fuera contento;
solo os digo...
DUQUE
Vuestra voz
885
no salga del pecho, infame.
ALEJANDRO
Infame no; vive Dios,
que... Mas por obedecer
callo.
DUQUE
Llevadle.
ALEJANDRO
Ya voy.
 

(Vanse LIDORO y su gente, llevándose presos a ALEJANDRO y COMINO.)

 


Escena XVII

 

AURORA, NISEA, el DUQUE, CRIADOS.

 
NISEA

 (Aparte.)  

Cielos, ¡qué miran mis ojos! 890
Tiranía y celos son.
¡Ay, Alejandro infeliz!
AURORA
Pues ¿a mis ojos, Señor,
ejecutáis las venganzas
de vuestra ciega pasión? 895
no siento ya las ofensas
que resultan a mi amor;
que despreciéis mi decoro
sólo he sentido de vos.
Las armas de mi respeto 900
defendían mi afición;
mas ajadas, solo quedan
las de mi llanto veloz.

 (Llora.)  

DUQUE

 (Aparte.)  

Irritado y compasivo
mirando su llanto estoy; 905
¿quién puede dudar que llora
de Alejandro la prisión?
Pues ¿cómo, cuando se ve
provocar más mi furor,
me enternece? Mas ¿qué mucho, 910
si aquel llanto, aunque es traición,
le está sintiendo mi agravio,
y le está viendo mi amor?
Mas ya es afrenta tenerle,
y entre estos afectos dos 915
del amor y del agravio,
pues tan poderosos son,
y entrambos contra el decoro
por no obligarme, me voy
a que el furor me despeñe 920
o me arrastre la pasión.

 (Hace que se va.)  

AURORA
¿Qué es esto, Señor? ¿La espalda
me volvéis? ¿Tras el dolor
de la ofensa me negáis
el consuelo de la voz? 925
¿Hay mujer más desdichada?
DUQUE

 (Aparte.)  

¿Hay más violento rigor?
AURORA
¿Señor, Señor?...
DUQUE

 (Aparte.)  

¡Qué violencia!
AURORA
¿No me habláis?
DUQUE

 (Aparte.)  

¡Desdicha atroz!
AURORA
Decidme aunque sea un desprecio. 930
DUQUE

 (Aparte.)  

No me deja el corazón.
AURORA
¡Que se vaya sin mirarme!
DUQUE

 (Aparte.)  

¡Qué pesados pasos doy!
AURORA
Por no morir no le miro.
DUQUE

 (Aparte.)  

Por no volver, muerto voy. 935
AURORA
Mas no puedo.
DUQUE

 (Aparte.)  

Mas vencióme.

  (Vuelve.)  

AURORA
¡Ah ingrato!...
DUQUE

 (Aparte.)  

¡Ah injusto amor!...
AURORA
Plegue al cielo...
DUQUE

 (Aparte.)  

El cielo quiera...
AURORA
Que a tu culpa...
DUQUE

 (Aparte.)  

A tu traición...
AURORA
Dé muchos años de vida. 940
DUQUE

 (Aparte.)  

Nunca me los dé sin vos.



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