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René Andioc, Teatro y sociedad en el Madrid del siglo XVIII. Madrid, Castalia, 19872, p. 552.

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Cfr. AHN, Consejos, leg. 17.764.

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Ibíd.

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En Santiago no había local adecuado para las representaciones: en mayo de 1814, el Ayuntamiento Constitucional propone levantar un teatro, tan necesario para la educación popular, argumentando que «jamás hubo en aquella ciudad un establecimiento de esta clase, cuya falta es muy notable por ser la población más numerosa de la provincia y la de mayor influxo para el resto de ella» (cfr. AHN, Consejos, leg. 11.407, núm. 63). Tampoco la compañía de la Coruña debió de actuar en Santiago, ya que en las fiestas del Apóstol de 1813, en las que se organizan toda clase de festejos, no se menciona ninguna función dramática: «Esta ciudad [Santiago] prepara fiestas suntuosas para los días del Apóstol, en público reconocimiento de la visible protección del Patrón de las Españas (...). Habrá diferentes corridas de toros, comparsas y carro triunfal, fuegos artificiales y quanto pueda demostrar el esmero en magnificar los días solemnes del año santo. Si el apuro lo permite, además de los toros de la fecha, los habrá de Castilla, que es muy probable que lleguen a tiempo, como también el fuego encargado en Portugal». (Noticia tomada del Diario de la Coruña, que reproduce el Diario de Valencia el 5-VIII-1813).

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«En esta época en que tantos juegos están prohibidos -naipes, loterías, rifas, máscaras, cencerradas, etc.- los almerienses que disfrutan de ocio pueden ocuparlo en dos casas de juego de billar. Un edificio propio para el teatro no lo conocen; para que se represente algo deberán esperar a que alguna compañía ambulante se decida a venir». (cfr. A. M. A. leg. 27, p. 8, apud José Castillo Cano, Almería en la crisis del Antiguo Régimen. La guerra de la Independencia en la ciudad. (1797-1814). Almería, Diputación, 1987, p. 93.

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6

En septiembre de 1813 fue admitida por el ayuntamiento la compañía de Francisco Fax, provocando una consulta del jefe político acerca de qué atribuciones le correspondían a él en el asunto: cfr. AHN, Consejos, leg. 11.407-62.

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7

La compañía de Francisco Fax actuó a principios de 1814; fue admitida por el Coronel José Gaset, pero se opuso el provisor de la diócesis y los procuradores del común José Pujana y Santiago de la Cantera, dando lugar a un interesante expediente: cfr. AHN, Consejos, leg. 11.407-67.

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8

En Madrid, Cádiz, Granada y Cartagena hay constancia de representaciones, si bien no de modo regular, en 1808.

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9

Cfr. Ramírez de Arellano, Rafael, El teatro en Córdoba. Ciudad Real, Establecimiento Tipográfico del Hospicio Provincial, 1912, p. 155.

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10

Cfr. Angelina Costa Palacios, «Una panorámica del teatro en Córdoba (siglos XVI a XIX)», Axerquía, 11 (1984), p. 249.

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