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211

A este grupo pertenecen los avispones (de avispedar mirar con cuidado y recato), de quienes hay en Rinconete y Cortadillo dos ejemplares en los «dos viejos de bayeta con antojos, que los hacía graves y dignos de ser respetados, con sendos rosarios de sonadoras cuentas en las manos».

 

212

De GAVILLA (del ar. abila, haz de mieses). Se dice GAVILLA de ladrones.

 

213

De azor, ave de rapiña. Azorero = compañero del azor.

 

214

De pulir, en el sentido jergal, que todavía se conserva actualmente. Pulir, puesto que significa CARDAR. (CARDUZA = CARDA.)

 

215

De garitón, aposento; garitero, aposentador.

 

216

Debe ser una derivación jergal de el polidor, pulidor; pulido = polinche, poleo.

 

217

La terminación es despectiva.

 

218

¿De VIGOR = vigor-mío? En la Pícara Justina desempeña un papel importante la Vigornia. (Vease LA HAMPA.) La Academia escribe bigornio y acepta la etimología genérica, refiriéndose a bigornio (los de la), de bis, dos y cornu, cuerno.

 

219

Aunque la representación de los matones aparece tan limitada en el léxico jergal, véase en la POESÍA RUFIANESCA, cómo el carácter del rufián se define por lo valentón, y cómo a este carácter obedecen los nombres que se dan a las armas ofensivas y defensivas.

 

220

En 6 de Marzo de 1337, el rey D. Pedro IV de Aragón dictó la siguiente orden real sobre revocación del oficio de rey Arlot. («Aureum opus regalium». De revocatione officci regis Artoli.)

«Nos, Pedro, por la gracia de Dios, rey de Aragón, de Valencia, etc. Como sea conveniente a la dignidad real, que aumente las virtudes en los súbditos y aleje los vicios, parece cosa impropia que el que está dedicado a cosas altas y eximias, tenga que entender en cosas de poca importancia y mayormente en negocios viles en los cuales hay peligro de las almas y naufragan las conveniencias del honor y el decoro de la justicia, para cuyo remedio debemos dedicar algún tiempo o encargarlo a otros. Sabemos, en efecto, que por alguno de nuestros antecesores, estuvo ordenado en otro tiempo que se pusiera al frente de las mujeres viles que sacan lucro de sus cuerpos, cierto personaje llamado el rey Arlot y aun otros, los cuales, exigiendo de ellas lucro torpísimo de su deshonesto comercio, las entregaban a quienes querían y disponían de sus casas y las poseían a ellas y a sus bienes como si fueran señores; y lo que aún era en mayor desprecio y ofensa de Dios y de los hombres, difamando a las mujeres buenas y medianas, las agregaban a estar en compañía de las malas por la fuerza o por la calumnia; por lo cual, perdida la vergüenza contra su propia voluntad, algunas veces (más de lo que debían) ejercían las pasiones infames de sus cuerpos, siguiéndose de los deshonestos principios de dichas ordenanzas, que sirven de fomen de torpeza para los venideros.»