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ArribaJornada III

 

Salen todos los que pudieren armados graciosamente y RODRIGO de sacristán, CARRASCA, alcalde labrador, y ZALAMEA vejete, alcalde, y sacan cajas de guerra.

 
ZALAMEA
Hagan alto las hileras
en aquesta encrucijada
que es por donde salir suele
este demonio o fantasma.
La frente del escuadrón 5
nos toca a mí y a Carrasca
por el oficio, en efecto,
de alcaldes de Cantillana.
El sacristán esté a punto
con el hisopo y el agua 10
para en oyendo el ruido...
RODRIGO
Por las aleluyas santas,
por los kiries y responsos,
que tengo de zampuzarla
en el caldero, aunque venga 15
en figura de tarasca.
Mal conocen los señores
alcaldes la temeraria
virtud del sacristán nuevo,
el valor y las palabras. 20
Conjuros sé con que puedo
arrojar esta fantasma
al rollo de Écija; miren
adónde quieren que vaya.
CARRASCA
Mira, el rollo, sacristán, 25
no la ha menester, echadla
a Vienes que hay una legua,
cuando aguas y lodos haya,
que por Dios entonces ella
la legua que he dicho pasa 30
viva, que no ha de quedar
en un mes para fantasma.
ZALAMEA
Harto mejor será, alcalde,
que llegue allá descansada
por que sepan los de Vienes 35
que hay valor en Cantillana
para hacerles mal.
CARRASCA
Decid,
Zalamea, cuando falta
para esto, ¿cuánto y más dónde
hay tan bellacas entrañas 40
como en nosotros?
ZALAMEA
Decidlo
por vos, compadre Carrasca,
que a pesar de todo el mundo
yo las tengo muy hidalgas.
CARRASCA
¡Qué hambrienta que las tendeles! 45
ZALAMEA
¿Qué queréis, han de estar hartas
de pan, ajos, cebollas
como las vuestras, Carrasca?
CARRASCA
Por eso, bien que las vuestras,
por no parecer villanas, 50
nunca han comido tocino.
ZALAMEA
Mentís por medio la barba.
CARRASCA
Y vos por esotra media.
ZALAMEA
¡Villano!
CARRASCA
¡Hidalgo sin branca!
ZALAMEA
¿Eso es falta?
CARRASCA
¿Pues hay cosa
55
que a todos haga más falta?
ZALAMEA
A mí, no; que mi nobleza,
tan conocida, me basta.
CARRASCA
¡Si descendéis de Lentinos,
claro está!
ZALAMEA
Por la Giralda,
60
de la torre de Sevilla,
de un pampaco que la vara
os la rompo en la cabeza.
CARRASCA
No se os debe de dar nada
de la crisma que hay en ella. 65
RODRIGO
¡Ea, señores!, no vaya
esto a mayor rompimiento.
CARRASCA
Agradeced, Martín Gala,
al sacristán, que yo os diera
a entender.
RODRIGO
Digo que basta.
70
CARRASCA
Baste muy enhorabuena.
RODRIGO
Si no sea enhoramala.
CARRASCA
El sacristán nos perdone,
que tiene razón.
RODRIGO
No falta
sino perderme el respeto; 75
no saben que en esta causa
traigo las veces del cura,
y su bonete y sotana,
y puedo descomulgarlos,
como quien no dice nada, 80
y casarlos siete veces,
si se me antoja.
ZALAMEA
Esa es mala
burla de Dios.
RODRIGO
No me enoje
que volveré las espaldas,
dejándoles, si son necios, 85
a cuesta con la fantasma.
CARRASCA
Señor sacristán Rodrigo,
perdone vuseñoranza,
para que Dios le perdone,
porque si mos desampara, 90
somos perdidos.
RODRIGO
Está
muy bien, desle ahora traza
de cómo hemos de embestirle.
ZALAMEA
Con el guisopo y el agua
ha de ir delante de todos 95
cuando toquemos al arma,
el sacristán, y nosotros
guardándole las espaldas.
RODRIGO
¿Y esta fantasma, en efecto,
qué hora tiene señalada 100
para venir?
ZALAMEA
A las doce
y media, poco más, baja
de aquella ermita a la villa,
y poco a poco a la plaza
por aquellas cuatro calles. 105
Esto ha dicho Blas de Olaya,
que la vió, oyendo el ruido,
pasar desde su ventana,
y estuvo sin habla un día.
CARRASCA
Antona está con tercianas 110
de haberla visto una noche
desde lejos.
ZALAMEA
La Polanca
malparió un hijo.
CARRASCA
Antón Crespo,
de escuchar desde su cama
el ruido, habrá tres días, 115
y serán cuatro mañana,
que no come y que se sale
como tinaja quebrada.
RODRIGO
Pasará gran pesadumbre,
si de esa suerte lo pasa; 120
¿y en qué figura, en efecto,
aparece esta fantasma,
por que estemos prevenidos?
ZALAMEA
Todos cuantos de ella hablan,
diferencian en el modo: 125
unos dicen que es muy blanca
y tan alta, que pasea
los tejados con la cara;
otros, que es un bulto negro;
otros, que es como una vaca, 130
con tres cabezas, echando
por todas tres humo y llamas;
mas ninguno se conforma
con el otro.
RODRIGO
Enigma extraña;
esta noche lo veremos; 135
alerta no se nos vaya
de las manos.
ZALAMEA
Si ella viene
esta noche lo veremos;
le mando mala ventura.
CARRASCA
Yo prometo desollarla, 140
y a la puerta de la iglesia
colgarla llena de paja,
a donde todos la vean.
RODRIGO
¡Oh, qué graciosa alcaldada!
¿Qué es espíritu no veis? 145
CARRASCA
Porque no lo sea.
RODRIGO
Extraña
simplicidad.
 

(Suena dentro ruido de cadenas.)

 
ZALAMEA
Imagino,
si mi vejez no me engaña,
que han sonado unas cadenas.
CARRASCA
Y han vuelto a sonar.
RODRIGO
Malhaya
150
quien no tiene muy gran miedo.
 

(Gemidos dentro.)

 
ZALAMEA
Parece que un toro brama.
RODRIGO
Y aun infierno de toros;
a todos tiembla la barba.

  (Vuelven gemidos.) 

Otra, ¡vive Dios!, que está 155
el diablo en Cantillana.
CARRASCA
Sacristán, esto se acerca;
salgamos tocando al arma
y comenzad el conjuro.
 

(TODOS a voces.)

 
TODOS
¡Conjuradla, conjuradla! 160
RODRIGO
¡Conjúrela Barrabás!
CARRASCA
Ya llega.
ZALAMEA
¡Santa Leocadia!
¡Santa Tecla! ¡Santa Eufemia!
¡Santa Águeda! ¡Santa Engracia!
RODRIGO
¡Exíforas, abernuncio! 165
ZALAMEA
¡Todos los santos me valgan!
CARRASCA
¡No hay ánimo que la espere;
huyamos!
RODRIGO
De buena gana.

 (Van a entrarse y encuentran con el REY.) 

Con ella hemos dado agora
por estotra parte; aparta, 170
no hay duda sino que está
el diablo en Cantillana.
 

(Vanse y salen DON GARCÍA y el REY.)

 
GARCÍA
Por fantasma te han tenido.
REY
Desta manera se engañan
los que dicen que la han visto. 175
GARCÍA
¡Qué propia gente villana!
REY
Con notable miedo corren,
y viene a ser de importancia
a mi amor, pues de esta suerte
la calle nos desamparan, 180
y sin testigos podremos
conquistar la hermosa causa
que adoro.
GARCÍA
Ya, al parecer,
va siendo menos ingrata,
pues esta noche me ha dado 185
de que te ha de hablar, palabra,
arrepentida, señor,
con razón de las pasadas.
REY
Tira una piedra, García.
 

(Tiran una piedra.)

 
GARCÍA
Ya va.
REY
Y con ella a mis ansias,
190
que pudieran, don García,
con más razón despertarla.
GARCÍA Y
dices bien, que parece
que se ha dormido.
REY
Pues vaya
otra piedra, y piedra a piedra 195
llame, donde amor no basta.
 

(Vuelven a tirar otra piedra.)

 
GARCÍA
Ya he tirado y parece
que han abierto la ventana.
 

(Abren una ventana y está en ella PERAFÁN, viejo.)

 
Pues retirate, García,
si no es sueño que me engaña. 200

 (Vase GARCÍA.) 

PERAFÁN
Un hombre a este balcón pienso
que se acerca.
REY
¿Es Esperanza?
¿Es mi bien?
PERAFÁN
Esto está bueno;
las piedras no me engañaban.
REY
¿No respondéis?
PERAFÁN
Caballero,
205
cortesano o de la casa
del Rey: hacedme el favor
de ésta que veis, respetarla,
que es de un noble caballero
que su honor y sangre guarda, 210
y estamos en una aldea,
adonde con poca causa
desacreditarse puede
entre malicias villanas,
y no es bien hacer terrero 215
a costa de opinión tanta,
ni que deis por hacer señas
en mi honor tantas pedradas,
que descalabréis mi vida
y despertéis mi venganza. 220
Si pretendéis casamiento
y sois noble, las ventanas
no solicitéis con piedras,
que puertas tiene mi casa.

 (Éntrase.) 

REY
Entróse. ¡Por Dios, que el viejo 225
que tiene prudencia rara
y valor! ¿Iréme? No;
que él se habrá vuelto a la cama,
y ella saldrá, porque el Sol
primero que el Alba salga; 230
¡oh amor!, al inconveniente,
qué de pensiones que pagas,
aunque vencedor de todo
el mundo tiembla tus armas.
Lisonjea, amor, mis penas, 235
pues me estás debiendo tantas
con hacer que todos duerman
y sólo vele Esperanza.
Mas, ¡vive el cielo!, que ahora
sale un hombre de su casa: 240
o he de matarle, por Dios,
o conocerle.
 

(Sale PERAFÁN con espada y broquel.)

 
PERAFÁN
Pues causan
en vos tan poco respeto,
caballero, las palabras,
y me obligáis, ¡vive Dios!, 245
que con las obras os haga
conocer que sois grosero
y os he de echar con la espada,
pues no puedo con razones,
de la calle a cuchilladas; 250
veréis quien soy, aunque viejo,
porque el valor nunca falta
donde hay sangre noble.
 

(Vase el REY sin hacer caso de él.)

 
Fuése
sin responderme palabra,
y vive Dios que parece 255
que es el Rey, si no me engaña
el crujido de las piernas.
Pesárame que Esperanza
dé al Rey ocasión ninguna,
siendo de don Juan hermana 260
y de aquesta sangre hija.
 

(Dentro DON JUAN.)

 
DON JUAN
Ten de aqueste estribo y llama.
PERAFÁN
Mi hijo es éste, sin duda
que ha llegado; bien se acaban
los recelos de esta noche 265
con nuevas tan deseadas.
 

(Vase y salen DOÑA ESPERANZA y DON LOPE.)

 
ESPERANZA
Ya, dueño del alma mía,
vuestra remisión culpaba,
y me ha debido por vos
muchas lágrimas el alma. 270
LOPE
Mi bien; no ha podido ser
menos, puesto que está el alma
siempre con vos.

 (Dentro.) 

PERAFÁN
Entra, Juan,
despertarás a tu hermana.
DON JUAN
Un hombre está allí con ella, 275
si las sombras no me engañan.
PERAFÁN
¿Un hombre? ¡Mátale!
ESPERANZA
¡Ay, cielo!
Si puedes, mi bien, te escapas,
que son mi padre y mi hermano.
LOPE
No te alborotes, aparta, 280
y no temas, mientras vieres
en este brazo esta espada.
 

(Salen PERAFÁN y DON JUAN con espadas desnudas.)

 
PERAFÁN
¿Quién eres, hombre?
LOPE
Don Lope,
dueño de doña Esperanza.
DON JUAN
¿Quién, di?
LOPE
Don Lope Sotelo.
285
PERAFÁN
¿Don Lope?
LOPE
¿De qué te espantas?
PERAFÁN
De verte en mi casa así.
LOPE
Para ese seguro guarda
doña Esperanza una firma
de mi mano, en que declara 290
que es mi esposa; reportaos,
que podrá ser de importancia
el haberme hallado aquí
a todos, con la llegada
del señor don Juan, que el cielo 295
para mi bien esto traza;
volved con este los dos
las espadas a las vainas,
pues sabéis quién soy.
PERAFÁN
Entremos.
DON JUAN
Notable aventura.
PERAFÁN
Extraña.
300
 

(Vanse y sale el REY vistiéndose y acompañamiento.)

 
REY
¡Pesadas noches!
GARCÍA
Ningunas
tiene más cortas el año.
REY
Hácenlas más importunas
de un dulce amoroso engaño,
tantas contrarias fortunas, 305
que en las sabrosas porfías
de las esperanzas mías,
que tan poco bien me ofrecen,
siglos las horas parecen
y eternidades los días. 310
 

(Sale DOÑA MARÍA y toma la toalla.)

 
Dadme la toalla.
MARÍA
Aquí
para servírosla estoy.
REY
Vos tanta merced a mí
MARÍA
Si sois mi rey.
REY
Vuestro soy.
MARÍA
Quiero ver, señor, si así 315
puedo granjearos más,
pues nunca alcancé jamás
a gozar de vos una hora.
REY
Siempre habéis de estar, señora,
con celos.
MARÍA
Ya es por demás
320
el poder vivir sin ellos,
pues siempre tengo ocasión
de pedillos y tenellos.
REY
Vanas ilusiones son;
más valor fuera vencellos, 325
que por los hermosos ojos
soles vuestros celestiales,
que son quimeras y antojos.
MARÍA
Siendo ciertas las señales,
¿no lo han de ser los enojos? 330
REY
Ciertas, ¿cómo?
MARÍA
Tomaos vos
cuenta a vos mismo, y veréis
si en vano os culpo.
REY
Por Dios
que os engañáis, pues sabéis
que un alma somos los dos, 335
y es de quien sois desigual
que habléis en cosa tan vil.
MARÍA
Si amáis, no os parezca mal,
que aunque es materia civil,
es de causa criminal. 340
REY
Sí, pero a tales personas
los celos nunca han llegado,
que son líneas de otras zonas,
porque siempre han respetado
los cetros y las coronas; 345
y cuando atrevidos fuesen
fuera bien que les venciesen.
MARÍA
Vos en salud nos sangrasteis,
que a don Lope desterrasteis
por que no se os atreviesen. 350
REY
Ya es eso, por Dios, pasar
de celosa a maliciosa.
MARÍA
Siempre lo debe de estar
la que llega a estar celosa,
que celos es sospechar. 355
REY
De esa suerte no es certeza.
MARÍA
Con vuestra Alteza no arguyo,
porque a ser sofista empieza.
GARCÍA
Perafán y un hijo suyo,
para entrar a vuestra Alteza, 360
piden que puerta les den.
MARÍA
No falta sino que venga
doña Esperanza también.
La audiencia no se detenga,
por mí esperando no estén 365
honrarlos, pues en efecto
a hacerlo estáis obligado,
en público y en secreto,
porque a un suegro y a un cuñado
se les debe ese respeto. 370
REY
Todo de esta vez lo dijo:
notable es Doña María;
pero para qué me aflijo:
haced entrar, don García,
a Perafán y a su hijo; 375
ahora corre este humor,
y ha de perdonar si en mí
viere causa a su rigor.
GARCÍA
Ya está Perafán aquí.
 

(Salen PERAFÁN y DON JUAN.)

 
PERAFÁN
Danos tus plantas, señor. 380
REY
Dios os guarde, Perafán
de Ribera, y seáis vos
muy bien venido, don Juan.
DON JUAN
Mil años os guarde Dios,
y del helado alemán 385
al etíope abrasado
dilate vuestro valor
con vuestro nombre.
REY
¿En qué estado
queda la guerra?
DON JUAN
Señor,
estas treguas fin han dado; 390
pide partido Archidona
para ser de la Corona
de Castilla, y a este efecto,
aunque sin gusto, os prometo
de que falte mi persona; 395
con ese pliego me envía
Enrique.
REY
¿Queda mi hermano
con salud?
DON JUAN
Salud tenía
cuando partí, aunque el verano
ha durado la porfía 400
de la guerra.
REY
Yo deseo
haceros merced, don Juan,
porque vuestro valor veo,
y el que tiene Perafán,
y acudir quiero al empleo 405
de doña Esperanza.
PERAFÁN
Ahora
hay ocasión.
REY
¿De qué suerte?
PERAFÁN
Don Lope Sotelo adora
sus partes, y aunque divierte
tras la espada vencedora 410
de Enrique, en esta jornada,
con las armas el amor,
esta cédula firmada
del nombre suyo, señor,

 (Dale al REY la cédula.) 

a doña Esperanza dada, 415
como es razón, reconoce,
y determina cumplilla,
que obligaciones conoce
del hospedaje Castilla,
así mil años os goce, 420
que nos honréis, si hay lugar,
dando a don Lope licencia
para venirse a casar,
porque puede con su ausencia
riesgo nuestro honor pasar. 425
Esto don Juan por merced
que pediros ha traído,
lo que interesamos ved,
y a lo que él os ha servido
aquella merced haced, 430
o a lo que mi padre y yo
a vuestro padre y abuelo...
REY
De esta suerte.

 (Rompe el REY la cédula.) 

PERAFÁN
¿Quién premió
jamás tan heroico celo
que la obligación rompió? 435
Vive Dios, que no habéis hecho
lo que debéis al valor
de esta sangre y de este pecho.
DON JUAN
Si con nuestro deshonor
queréis quedar satisfecho 440
del enojo que tenéis
con don Lope, vive Dios,
que pagar no pretendéis
lo que debéis a los dos,
y que a los dos obliguéis. 445
PERAFÁN
A un desatino.
REY
¿Qué es esto?

 (Entrándose el REY, vuelve a ellos.)  

PERAFÁN
Señor, yo...
DON JUAN
Yo...
REY
Basta ya.
DON JUAN
Echó la fortuna el resto;
¡que nos despreciase así!
PERAFÁN
Otro secreto hay aquí 450
más que sabemos los dos,
que lo sospeché, por Dios,
y anoche lo descubrí,
aunque te lo deslumbré
cuando llegaste, don Juan. 455
DON JUAN
¿Cómo?
PERAFÁN
Presumo que fué
el Rey.
GARCÍA
Señor Perafán,
hoy vuestro valor se ve.
A vos y a don Juan, su Alteza
manda que así como estáis, 460
con pena de la cabeza,
de Cantillana salgáis
luego.
PERAFÁN
Bien su Alteza empieza
a premiarnos.
GARCÍA
Perdonadme,
y, como es justo, los dos 465
de las nuevas disculpadme.

 (Vase.) 

DON JUAN
¡Moros hay, y vive Dios!...
PERAFÁN
Calla, Juan.
DON JUAN
Padre, dejadme,
que de cólera reviento.
PERAFÁN
Obedezcamos al Rey, 470
que ha de haber más sufrimiento
en más valor.
DON JUAN
Esta es ley
de un injusto pensamiento.
PERAFÁN
Esto debe de importar;
vamos donde van sus leyes, 475
que en todo hemos de pensar,
don Juan, que aciertan los reyes,
y obedecer es callar.
Eso es justicia y razón,
lo demás es desatino, 480
porque Dios, en conclusión,
es en lo humano y divino
la postrera apelación.
 

(Vanse, y salen ESPERANZA, RODRIGO y LEONOR.)

 
ESPERANZA
Rodrigo.
RODRIGO
A pedirte vengo
la mano y la bendición, 485
porque determinación
de irme con don Lope tengo.
Pruebo mal en el oficio,
si puede llamarse así,
de sacristán, porque aquí 490
no es de ningún beneficio,
que de almorzar no se gana
apenas, y es destruirse,
porque han dado en no morirse
cuantos hay en Cantillana, 495
que el médico está enojado
con el cura, y descompuesto
el boticario, y por esto
los responsos han colgado,
y han jurado el boticario 500
y el médico que han de estar
seis veranos sin matar,
como suele de ordinario;
ésta es la causa, señora,
que con don Lope me lleva, 505
si la guerra no me prueba
también.
ESPERANZA
No intentes ahora
hacer mudanza ninguna;
quédate, Rodrigo, en casa,
mientras de don Lope pasa 510
y de mi amor la fortuna,
que será muy brevemente;
aquestas nuevas te doy.
RODRIGO
Tu esclavo, señora, soy,
y lo seré eternamente; 515
vivas más años que un censo
perpetuo, que una muralla,
que la manta de Cazalla,
porque con tu ayuda pienso
ser de Leonor, a pesar 520
del tiempo, dueño.
LEONOR
Eso no,
Miguel de Vargas, que yo
mejor me pienso emplear
cuando haga ese disparate.
RODRIGO
Pues qué, ¿aun no somos amigos? 525
LEONOR
Vienes oliendo a bodigos.
RODRIGO
Pluguiera a Dios.
ESPERANZA
No se trate
de pesadumbres agora.
LEONOR
No entendí verte jamás
alegre, y pienso que estás 530
de mejor humor, señora;
si no me engaño, imagino
que hace algún efecto el Rey,
porque un rey, a toda ley...
ESPERANZA
Mi padre pienso que vino, 535
y mi hermano.
RODRIGO
Pues ¿está
el señor don Juan aquí?
ESPERANZA
Desde anoche llegó.
RODRIGO
Así
de don Lope nos dará
famosas nuevas.
ESPERANZA
Rodrigo,
540
lo que te he dicho es lo cierto.
RODRIGO
Pliegue a Dios que al dulce puerto
llegue don Lope contigo,
tras tantas olas de ausencia,
de celos y de temor; 545
yo quiero dar al señor
don Juan hoy, con tu licencia,
la bienvenida.
 

(Salen PERAFÁN y DON JUAN.)

 
PERAFÁN
Aquí está
Esperanza.
RODRIGO
Bienvenido
vuesa merced haya sido, 550
que era deseado ya
de todos sus servidores.
 

(Habla ESPERANZA con su padre en secreto.)

 
Vuesa merced ¿viene bueno?
DON JUAN
Perdonad, que soy ajeno
de quién sois.
RODRIGO
Estos señores
555
siempre me han hecho merced,
y les estoy obligado.
ESPERANZA
Es de don Lope criado
Rodrigo.
RODRIGO
Vuestra merced
desde hoy por suyo me tenga. 560
DON JUAN
Guárdeos Dios.
PERAFÁN
Esto ha pasado:
El Rey nos ha desterrado,
que de esta suerte se venga
de sus celos y de ti.
ESPERANZA
En casa os habéis de estar, 565
sin que salgáis del lugar,
y dejadme hacer a mí,
que el Rey quiere ser llevado
por bien.
PERAFÁN
Tu hermano ha venido,
Esperanza, sin sentido. 570
ESPERANZA
Venid y perder cuidado,
que no hay del Rey qué temer,
mientras mi industria os ampare,
y si yo no le engañare,
no me llamaré mujer. 575
 

(Vanse ESPERANZA, su padre y hermano.)

 
RODRIGO
¡Ah, doncella!
LEONOR
¿Qué nos manda?
RODRIGO
Que procure componerme
donde duerma.
LEONOR
¿Luego duerme?
RODRIGO
Y más si es la cama blanda.
LEONOR
¿No le desvela el amor? 580
RODRIGO
El suyo en toda mi vida.
LEONOR
¿Luego hay otro?
RODRIGO
No me pida
tanta cuenta.
LEONOR
¡Qué rigor!
RODRIGO
He dado en esto.
LEONOR
¡Oh, qué bueno!
RODRIGO
Yo me voy, mire que esté 585
de mano de su merced
la cama.
LEONOR
Picaño, lleno
de más vino que de amor,
¿él se hace grave conmigo?
RODRIGO
Oh, por vida de Rodrigo, 590
que está donosa Leonor.
LEONOR
¿Qué tanto?
RODRIGO
Que me das gusto;
di a tu galán que me vea,
si ser dichoso desea,
que haceros merced es justo. 595
LEONOR
¡Bergante!
RODRIGO
Basta.

 (Vase RODRIGO.)  

LEONOR
No hay cosa
que cause tanto pesar
en el mundo, como estar
de un despicado celosa.

 (Vase.) 

 

(Sale DON LOPE. Es de noche.)

 
LOPE
Noche, en cuyo atrevimiento 600
mis recelos se confían,
mis esperanzas se fían
y alienta mi pensamiento.
Vos seáis tan bien venida
como fuisteis deseada 605
del alma más abrasada
que se vió de amor perdida.
Vuestra ciega oscuridad
ampare mi loco amor,
y mi celoso temor 610
vuestra oscura majestad,
que sin poder resistirme
vengo en tan dichoso empleo
a gozar lo que poseo,
siempre amante, siempre firme. 615
Y antes de la deseada
hora en que a Esperanza veo,
me trae loco el deseo
con la vida aventurada.
Dadme, dichosas paredes, 620
las nuevas de mi bien ya,
pues en vosotras está
al sol haciendo mercedes.
Permitid, paredes mías,
mi dicha al Rey responded, 625
porque de tan gran merced
haga amor las alegrías.
Gente parece que ha entrado
en la calle, y debe ser
cortesana, al parecer, 630
que el alma no me ha engañado.
El Rey es; volverme quiero,
que en la ordinaria señal
le he conocido, que mal
hago en esperar, si espero 635
ningún bien, pues ha venido
a la ordinaria porfía
de la esperanza que es mía.
Perdiendo voy el sentido.
 

(Vase, y salen el REY, DON GARCÍA, DON ÁLVARO y DON SANCHO, de noche todos.)

 
REY
Un hombre atraviesa allí 640
que me da que sospechar;
o le tengo de matar,
o reconocerle; aquí
os quedad por breve espacio
los dos, y venga García, 645
haciéndome compañía
solamente y a Palacio
ninguno vuelva, hasta tanto
que todos vuelvan conmigo.
GARCÍA
Como tu sombra te sigo. 650
 

(Vanse DON GARCÍA y el REY.)

 
 

(Sale DOÑA MARÍA en hábito de hombre.)

 
MARÍA
Noche, en cuyo oscuro manto
se amparan tantos secretos
y se ven tantas verdades;
lince de curiosidades,
de tu muda sombra efectos, 655
a descubrir vengo en ti,
por perdida centinela,
el mal que el alma revela.
Gente parada hay allí.
SANCHO
¿Si es el Rey?
ÁLVARO
¿Es don García?
660
MARÍA
Los criados del Rey son.
SANCHO
¿Es vuestra Alteza?
MARÍA

 (Aparte.) 

Ocasión
me da la sospecha mía
para conseguir mi intento,
pues con ellos no está el Rey; 665
a tanto obliga la ley
de un celoso pensamiento;
quiero fingir que el Rey soy,
que los debió de dejar
entretanto que él fué a hablar 670
a quien tantos triunfos doy.
SANCHO
¿No responde?
ÁLVARO
¿Quién es?
MARÍA
Yo,
seguidme.
ÁLVARO
El Rey es.
MARÍA
¡Ah celos!
¿qué mal han hecho los cielos
que a vuestro infierno igualó? 675
 

(Vanse, y salen el REY y DON GARCÍA.)

 
REY
Ilusión debió de ser,
o le dió mi pensamiento
alas con que venció al viento.
GARCÍA
No tienes ya que temer,
que Esperanza está rendida; 680
que ha podido tu rigor
engendrar en ella amor.
REY
Con eso guarda la vida
de su padre y de su hermano.
GARCÍA
Y aguarda en ese balcón, 685
si no es imaginación.
 

(ESPERANZA al balcón.)

 
ESPERANZA
¡Ce!
GARCÍA
Ni he imaginado en vano,
que te ha hecho señas ahora
para que llegues.
REY
García,
a tu puesto te desvía, 690
y a las aves de la aurora
apenas deja pasar.
GARCÍA
Lo que me mandas haré.
REY
Vino este bien que esperé,
tuvo mi dicha lugar 695
en gloria tan soberana.
ESPERANZA
Para tu esclava nací.
REY
Ya no dirá amor por mí:
¡ay larga esperanza vana!,
que tras el bien en que doy 700
tantos alcances al cielo,
¿cuántas noches ha que vuelo,
cuántos días ha que voy?
ESPERANZA
Siempre venció la porfía
la más imposible empresa, 705
si de hacer guerra no cesa
con un día y otro día;
porque la que es más tirana
se rinde como lo estoy,
engañando al día de hoy 710
y esperando al de mañana.
REY
Para estimar tanto bien
habéis hallado, Esperanza,
sin caudal la confianza
y el pensamiento también. 715
Ya no vive el albedrío
con leyes de embajador,
que después que tengo amor,
es muy más vuestro que mío.
Haced, deshaced, mandad, 720
dad vidas, alzad destierros,
y de mis celos los yerros
como locos perdonad,
con tal que la causa de ellos
no vuelva a veros jamás. 725
ESPERANZA
Eso es lo que estimo en más.
REY
Vuestros negros ojos bellos
son dueños del alma mía.
 

(Suena ruido de cadenas dentro.)

 
Pero ¿qué es esto?
ESPERANZA
¡Ay de mí!
REY
¿Qué es lo que tenéis? ¡Decid, 730
luz del sol y sol del día?
ESPERANZA
¿No escucháis, señor?
REY
Ya escucho
unas cadenas; ¿qué importa?
ESPERANZA
Vuestro valor os reporta.
REY
Aquí no es menester mucho. 735
 

(Quéjanse dentro.)

 
ESPERANZA
¿Los gemidos no escucháis?
REY
Pues ¿de quién son los gemidos?
ESPERANZA
¿No ha llegado a los oídos
vuestros, el tiempo que estáis
en Cantillana, esta fiera 740
fantasma?
REY
Es burla, por Dios.
ESPERANZA
El Cielo quede con vos,
que el alma el temor me altera.
y perdonadme.

 (Vase.) 

REY
Cerró
la ventana, miedo extraño; 745
llegándose va, o me engaño,
el ruido. ¿Iréme? No.
Ya la voz otra vez suena,
tristemente dilatado;
ahora en la calle ha entrado, 750
arrastrando una cadena,
un bulto blanco, tan fiero
que me ha causado temor,
con tener tanto valor.

 (Sale la fantasma.) 

Llegarme y hablarle quiero; 755
mas él se viene hacia mí;
vive Dios, que he de mostrar
ánimo sin recelar,
que esto debo a quien soy: Di
quién eres y qué me quieres, 760
si es que vienes buscando
encargarme, deseando
alguna cosa: ¿quién eres?
¿Eres Blanca, que de esposa
sólo me diste la mano? 765
¿Eres Fadrique, mi hermano?
¿Eres don Juan de Hinestrosa?
¿Eres mi madre? Responde
si algo de mí has menester,
que yo te prometo hacer 770
cuanto pidas, aquí o donde
te fuere más importante
a tu descargo y descuento,
que para escucharte atento
ánimo tengo bastante. 775
¿No respondes ni haces nada?
Pues hacerte hablar procuro,
ya que no sé otro conjuro
que el acero de mi espada.
 

(Cae el bulto y la cadena, y queda DON LOPE con cota y broquel, espada, media mascarilla y montera.)

 
El bulto en el suelo dió, 780
y con espada y broquel
de su portento cruel
otro prodigio quedó.
Hoy de mi valor me alabo,
hombre, fantasma o difunto; 785
no temo al infierno junto,
porque soy Don Pedro el Bravo.
 

(Éntrase retirando DON LOPE y REY acuchillándole y salen por una puerta DON GARCÍA y por otra DON ÁLVARO, DON SANCHO y DOÑA MARÍA.)

 
SANCHO
Repórtese vuestra Alteza,
porque es irritar al Rey.
MARÍA
Amor nunca guarda ley 790
cuando a ser celoso empieza.
GARCÍA
Caballeros, si es posible
vuélvanse por cortesía.
MARÍA
De guarda está don García;
esta vez es imposible 795
dejar de pasar delante,
aunque vos al paso estáis.
GARCÍA
Otro imposible intentáis.
MARÍA
Seré a vencerle bastante.
GARCÍA
¿Quién es?
MARÍA
¡La Reina!
GARCÍA
¡Señora!
800
¿Vos de esta manera?
MARÍA
Así
vengo buscando sin mí
a quien vos buscáis agora,
por ver este desengaño.
ESPERANZA

 (Dentro.)  

¡Que matan al Rey!
MARÍA
¡Ah Cielo!
805
Mayor desdicha recelo;
venid, venid.
 

(Salen acuchillándose el REY y DON LOPE.)

 
GARCÍA
¡Caso extraño!
LOPE
Suspenda la invicta espada,
no me mate vuestra Alteza.
REY
¿Quién eres?
LOPE
Un desdichado,
810
que amor...

 (De rodillas.) 

REY
Por amor comienzas,
disculpa tienes bastante;
levanta del suelo.
LOPE
Deja
que en él humilde te pida
primero perdón.
REY
¿Qué esperas?
815
ya te he perdonado; alza.
LOPE
Con esa palabra, es fuerza
que sin máscara te bese
los pies, y decirte pueda
quién soy.
REY
¿Quién eres?
LOPE
Don Lope
820
Sotelo.
REY
¿De esta manera?
LOPE
Fuerza de amor pudo tanto,
que desde la noche mesma
que me pediste a Esperanza
para dejarme sin ella 825
-porque imaginé, señor,
que teniendo algunas muestras
de mi voluntad, habías
de condenarme a su ausencia-,
por prevenirlo tracé 830
esta fantasma, que intenta
amor imposibles cosas
contra el poder y la fuerza.
Cuando dejar me mandaste
de Archidona por la guerra 835
a Cantillana, señor,
no estuve una legua apenas
ausente del bien que adoro;
y la misma estratagema
usando todas las noches, 840
entraba a gozarla y verla.
Hallóme don Juan, su hermano,
y Perafán de Ribera
con ella, y queriendo darme
muerte los dos, por la ofensa 845
hecha a su casa y honor,
enseñó Esperanza bella
una firma de mi mano.
Fueron a hablarte con ella;
vine a saber el suceso, 850
encontróme vuestra Alteza;
a su invencible valor
no bastó mi estratagema.
Esa es mi historia, mi culpa,
mis celos y vuestra ofensa; 855
si no me disculpa amor
aquí tenéis mi cabeza.
 

(Salen PERAFÁN y DON JUAN y ESPERANZA, LEONOR y RODRIGO por una puerta, y por la otra DOÑA MARÍA, DON GARCÍA, DON ÁLVARO y DON SANCHO.)

 
PERAFÁN
No importa que el Rey agravie,
para que la sangre nuestra
vertamos por él.
MARÍA
Llegad.
860
GARCÍA
Señora. aquí está su Alteza.
ÁLVARO
El Rey está aquí.
MARÍA
Señor.
REY
Señora, ¿qué es esto?
MARÍA
Fuerza
de mis celos, imposibles
de vencer de otra manera. 865
ESPERANZA
Cielos, aquí está don Lope;
¿qué novedad es aquesta?
PERAFÁN
Vuestra Alteza nos perdone;
que puesto que vuestra Alteza
nos mandó de Cantillana 870
salir esta tarde mesma,
y no lo habemos cumplido,
las voces que en esta reja
dió Esperanza, nos obliga,
sin reparar en la pena 875
que nos fué puesta, señor,
a ofrecer a vuestra Alteza
nuestras haciendas y vidas.
REY
Que ese amor os agradezca,
Perafán, es justa cosa; 880
don Lope Sotelo sea
de doña Esperanza esposo.
LOPE
Mil años que el sol te vea
rey de Castilla y León.
REY
Con la mayor Encomienda 885
de Castilla, que es lo menos
que debo a vuestra nobleza.
PERAFÁN
Guárdeos el Cielo.
REY
De un tercio
doy a don Juan de Ribera,
pues es tan grande soldado, 890
por que me sirva en la guerra.
DON JUAN
Sobre vuestros hombros ponga
su imperio el sol.
REY
Y a vos, reina
de Castilla y de mi alma,
que es de vuestro sol esfera, 895
palabra de nunca daros
celos, porque sé que llegan
a perderos el respeto.
MARÍA
Guárdete el Cielo, que es deuda
de mi amor.
ESPERANZA
Estoy confusa
900
y no creyendo yo mesma
lo que estoy viendo.
LOPE
Después
sabréis, Esperanza bella,
grandes cosas.
RODRIGO
A Rodrigo
que los pies te bese deja, 905
pues fué sacristán por ti
más de una semana y media.
LOPE
Guárdete Dios.
LEONOR
Dame a mí
tus manos también.
RODRIGO
No quieras,
que estaba ahora fregando, 910
y no es mucho al ámbar huelan.
REY
A Palacio.
RODRIGO
Dando aquí,
por que a sus casas se vuelvan,
de EL DIABLO ESTÁ EN CANTILLANA,
senado, fin la comedia. 915


 
 
FIN