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11

Cuando se presentó en Barcelona el Infante D. Luis de Portugal, cuñado del Emperador, que venia a acompañarle en la jornada, el Duque de Alba fué uno de los señores nombrados para salir a recibirle a la lengua del agua y acompañarle hasta la vista de Cárlos V. En una fiesta solemne de iglesia y procesion que se celebró ántes del embarque general, el Duque llevó una de las varas del palio con el Emperador, el Infante de Portugal y el Duque de Calabria, que llevaban las otras. En fin, cuando el Rey desposeido de Túnez, Muley-Hacen, se presentó en África en el campo cristiano, él salió a recibirle con otros muchos caballeros, y fué quien le entró a la presencia del Emperador. Estos incidentes, no de gran importancia a la verdad, prueban que para los actos de representacion y aparato era el Duque el primero con quien se contaba.

 

12

«Él toma puesto delante de Túnez; gana una victoria sobre el usurpador de aquel Reino; da a Túnez un Rey tributario de España; liberta diez y ocho mil cautivos cristianos que trae como en triunfo a Europa, y que, ayudados de sus dones y beneficios, van cada cual a su patria a ensalzar hasta el cielo el nombre de Cárlos V. Todos los reyes cristianos parecian entónces pequeños delante de él, y el resplandor de su fama eclipsaba la de los demás.» Vol. Essai: cap. 124.

Robertson imita, amplificándole, este pasaje en su Historia de Cárlos V al fin del 5º. libro.

 

13

Esta Elegía no es la mejor de las obras de Garcilaso; pero pasará a la posteridad con sus demás escritos, y en este sentido no es exagerada la expresion.

 

14

El Condestable contestó a ellas con discrecion y valor: tanto, que diciéndole el Emperador, arrebatado de enojo, que le echaria por un corredor donde estaban: mirarlo há mejor V. M., respondió el caballero, que si bien soy pequeño, peso mucho.

Véase a Sandoval, Historia de Cárlos V, lib. XXIV, s 8º., donde está toda la relacion curiosa de estas Córtes. Yo dudo mucho, sin embargo, que Cárlos V se olvidase de sí mismo hasta el punto de decir semejante expresion a un personaje como el Condestable.

 

15

Los historiadores conservan el contexto literal de estas instrucciones, que manifiestan los progresos que habia hecho en el arte de la guerra, y aquella atencion menuda y severa, genial en él, con la cual no dejaba nunca a la fortuna lo que podia asegurar con la prudencia. Cuando el Condestable de Castilla, que sucedió inmediatamente al Marqués de Cañete en el mando de Navarra, vió estas instrucciones: nada, exclamó, nos ha dejado el Duque que hacer; y poniéndolas puntualmente en ejecucion, tuvo por satisfechos todos los deberes de su encargo.

 

16

Véase esta carta en el Semanario erudito de Valladares, tomo XIV. Uno de los principales consejos que daba Cárlos a su hijo en esta carta era que no se dejase dominar en el gobierno por nadie, y ménos por un grande. Como que Cárlos preveia ya el mal que habian de hacer a sus nietos y a la Monarquía los Lermas y los Olivares.

 

17

Dícese que esta distincion no fué al principio muy estimada de los españoles, y que el Conde de Benavente no quiso admitir el collar que el Emperador le envió, diciendo que podia darle a quien lo estimase en más que las cruces coloradas y verdes que se usaban en Castilla, tan antiguas y honradas como el Toison y mucho más provechosas. No se sabe si el Emperador se ofendió mucho de este desaire, pero solia decir, con su acostumbrada discrecion y donaire, que el Toison era una ignominia confirmada por los mayores Príncipes del mundo. Esta circunstancia, y la de ser mucho ménos comun que nuestras cruces militares, la hizo al fin más estimada entre nosotros. Sandoval, lib. 26, s 5º.

 

18

Don Luis de Ávila en sus Comentarios dice, que era la mejor que hasta entónces habia llevado el Emperador en sus expediciones, y habla como testigo de vista de las más de ellas.

 

19

Periculo clarior, quam victoria: dice Osorio con su acostumbrada elegancia. Las narraciones del tiempo, sin embargo, no están acordes en todas las circunstancias del hecho, aunque convengan en el combate de Tamayo con el tudesco y en su victoria. D. Luis Zapata, en su Carlo Famoso, dice expresamente que el emperador le hizo merced y dió mil dones. Canto 49. -Sandoval, que se extiende más, calla la circunstancia de haberse dejado la suerte del reo al arbitrio del Duque D. Luis de Ávila, en su Comentario, áun cuando expresa que hubo escaramuzas en aquellos dias y algunas cosas señaladas bien hechas de soldados particulares, no refiere determinadamente ni la de Martin Tamayo, ni ninguna. Pero él dirigia su escrito al Emperador, y no era prudente tal vez recordarle un suceso que le habia de ser desagradable, y que, por otra parte, no era absolutamente necesario al propósito de su relacion.

 

20

«Con saber llevar el campo, como tengo dicho, se saben alojar muy bien, escogiendo sitios fortísimos y seguros, a lo cual siempre tienen ellos más respeto que a las otras comodidades que se requieren para un campo... Tambien hay otra cosa que me parece que tienen bien entendido, que es venir a una escaramuza, a la cual ordinariamente salen fuertes y sábenla muy bien tener... y así de estas cosas, y aprovecharse de su artillería, hácenlo bien. Lo demás de romper vituallas a sus enemigos, y dalles armas de noche, hacer diligentemente emboscadas y otras diligencias semejantes a estas que se suelen hacer en la guerra, no les hemos visto hacer muy bien en esta.» (D. Luis de Ávila)