Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
Indice Siguiente


ArribaAbajo

El escondido y la tapada


Pedro Calderón de la Barca


refundida por don Eduardo Asquerino

Portada de la edición de 1851



PERSONAJES
 
ACTORES
 
DON CÉSAR. DON JULIÁN ROMEA.
DON FÉLIX. DON ANTONIO LOZANO.
DON JUAN. DON FLORENCIO ROMEA.
DON DIEGO. DON PEDRO LÓPEZ.
MOSQUITO. DON MARIANO FERNÁNDEZ.
CASTAÑO. DON EUGENIO FERNÁNDEZ.
OCTAVIO. DON PATRICIO SOBRADO.
OTÁÑEZ. DON MANUEL SOTO.
ESCRIBANO. DON FERNANDO GUERRA.
ALGUACIL. DON JUAN GASPAR.
LISARDA. DOÑA MATILDE DIEZ.
CELIA. DOÑA BARBARA LAMADRID.
BEATRIZ. DOÑA JOSEFA NORIEGA.
INÉS. DOÑA FRANCISCA TUTOR.

Esta comedia es propiedad del Sr. Gullón, como dueño de la Galería titulada EL TEATRO.






ArribaAbajo

Acto I

 

Sala: puertas laterales y al fondo; una ventana.

 

Escena I

 

CELIA, INÉS.

 
CELIA
¿Estás enterada, Inés?
INÉS
Estoy, señora, enterada.
CELIA
Si es de noche una palmada,
sonará; si de día es
con la cara recatada 5
tocarán quedo a la puerta.
INÉS
¿Segura estas que vendrán?
CELIA
Sí.
INÉS
Descuida, estaré alerta.
Pero, mi magín no acierta
quienes son...
CELIA
Presto tu afán
10
voy a calmar: hoy espero
a don César.
INÉS
¿Qué me dices?,
y Mosquito su escudero
¿con él vendrá?
CELIA
Así lo infiero.
INÉS
¡Nuevas hubo!
CELIA
Y muy felices.
15
INÉS
¡Oh, qué dicha! y yo por ti
aún mas que por mí me alegro.
CELIA
Con mi amante frenesí,
anhelo endulzar así
Inés, su destino negro. 20
INÉS
Y aquí, ¿seguro le crees?,
¿y si tu hermano volviera?
CELIA
Sin duda muerte le diera;
mas esto no temo, Inés,
pues él en la guerra fiera 25
de Italia, glorias de un Cid
conquista; no vendrá, no.
INÉS
Mas rondas hay en Madrid,
y aunque en noble y franca lid,
al cabo a un hombre mató 30
don César.
CELIA
¡Oh, y para tal
daño, dile yo ocasión!
INÉS
¿No estuviera en Portugal
más seguro?
CELIA
En el portal
gente suena.
INÉS

 (Desde la ventana.) 

Sí, ¿ellos son?
35
 

(Llaman.)

 
CELIA
Llamaron.
INÉS
Dos hombres.
CELIA
¿Ves
su rostro?
INÉS
¿Qué, aún no malicias
que ellos son?
CELIA
Ve pronto, Inés.
 

(Vase INÉS.)

 
Tal ventura ilusión es.
¡Albricias, amor albricias! 40


Escena II

 

CELIA, DON FÉLIX, DON JUAN, INÉS.

 
DON FÉLIX
Celia.

 (Desembozándose.) 

DON JUAN
Guardeos Dios.
CELIA
¡Mi hermano!
DON FÉLIX
¿No llegas?
CELIA
Mis brazos ten.

 (Se abrazan fríamente.) 

DON FÉLIX
Mas, ¿por qué tiembla tu mano?
CELIA
¡El gozo! (sino tirano) 45
DON JUAN
La sorpresa...
CELIA
¿Y llegas bien?
Nada en tus cartas vi yo
que me anunciara tu vuelta.
¿Don Juan lo sabía?
DON JUAN
No.
Vile ahora, que se apeó. 50
DON FÉLIX
Fue, hermana, cosa resuelta
tan de pronto mi partida,
que no te pude avisar.
DON JUAN
Pues ya os di la bienvenida,
Voime.
CELIA

 (Aparte a INÉS.) 

Inés, estoy sin vida.
55
DON JUAN
Que vos querréis descansar.
DON FÉLIX
Quedaos, don Juan, un momento.
CELIA

 (Aparte.) 

¡Viene airado!
DON FÉLIX

 (Aparte.) 

Está alterada.
CELIA
A aderezar tu aposento
voy.
DON FÉLIX
¿Aún tiemblas?

 (Acompañándola hasta la puerta, cogiéndola la mano.) 

INÉS
El contento...
60

 (Aparte.) 

¿Qué traerá?, no me habló nada.
CELIA

 (Aparte a INÉS.) 

(Vamos, que desfallecer
me siento.)

 (A DON JUAN.) 

Que os guarde Dios.
DON JUAN
Es un ángel.
DON FÉLIX
Podrá ser.
pero al cabo es...
CELIA
¿Qué?
DON FÉLIX
Mujer.
65
CELIA
Vuelvo, dispensad los dos.
 

(Éntrase con INÉS.)

 


Escena III

 

DON FÉLIX, DON JUAN.

 
DON FÉLIX
Dadme de nuevo los brazos
don Juan.
DON JUAN
Y también con ellos
el alma; que estos abrazos
a nuestros antiguos lazos 70
de amistad ponen los sellos.
Pero quién aquí os creyera
hoy, que sus reinos agranda
nuestro rey, cuya bandera
rendida Namur, se espera 75
que ondee triunfante en Holanda.
Hoy, que aguardan al valor
los premios.
DON FÉLIX
Tened el labio.
Que a aclarar dudas de honor
vine.
DON JUAN
¿Y osó a su esplendor
80
la sombra de algún agravio?
DON FÉLIX
Agravio secreto fue,
y hoy mismo le he de aclarar.
DON JUAN
Contad conmigo.
DON FÉLIX
Si haré.
Mas decid, que nada sé 85
de vos: ¿pudisteis calmar
al fin el ceño altanero
de Lisarda?
DON JUAN
Sí: y dichoso
con su cariño sincero,
no más la dispensa espero 90
para llamarme su esposo.
Antes casado me hubiera
a no suceder la muerte
de su hermano, que en lid fiera...
DON FÉLIX
Nada supe. (¡Ay Dios! si él fuera). 95
¿Cómo pasó?
DON JUAN
De esta suerte:
Ya sabéis que era esforzado
don Alfonso, y rondador.
De una dama, enamorado
se sintió, mas desdeñado 100
viose; vencer su rigor
se propuso, y en su empeño
do quier su amor la decía;
sin calmar nunca su ceño,
de noche veló su sueño, 105
siguió sus pasos de día.
Y aunque desdeñó su queja,
él, con mil bandas y flores
empavesaba su reja,
rondando, incesante abeja, 110
el panal de sus amores.
Una mañana de abril
al parque bajó la dama;
llegose a ella, quejas mil
a darla; cuando un gentil 115
caballero, a quien ella ama,
acercose, y cortésmente
reprendiole su osadía;
mas don Alfonso imprudente
sin reparar en la gente 120
que a la pendencia acudía
sacó el acero atrevido.
Don César, que ese el nombre es
del galán favorecido,
a él fue, y le dejó tendido 125
de una estocada a sus pies.
DON FÉLIX
Mas, ¿la dama?...
DON JUAN
Se escapó
entre la gente embozada.
DON FÉLIX
¿No se supo el nombre?
DON JUAN
No.
DON FÉLIX
(¡Si fue Celia!) ¿Y quién vengó
130
la muerte?
DON JUAN
Aún no está vengada
que marchose a Portugal
don César; mas yo he jurado
su muerte; aunque es un cabal
hidalgo, audaz, liberal... 135
Pero, su porte enojado
me tiene también, porque
a Lisarda enamoró.
DON FÉLIX
Y, ¿cómo vengaros?
DON JUAN
que hoy llega aquí, nueva fue 140
que un amigo me escribió.
DON FÉLIX
Pues ved, que también a mí
el hallarle me interesa.
DON JUAN
Yo, ya las órdenes di
de buscarle.
DON FÉLIX
(¡Ella fue, sí!)
145

 (Llamándola desde la puerta.) 

Celia. (En el alma me pesa
esta duda.)


Escena IV

 

DON FÉLIX, DON JUAN, CELIA, INÉS, a la puerta.

 
CELIA
¿Qué?
DON FÉLIX
Al momento
el manto te pon, y ven
conmigo.
CELIA
¡Qué raro intento!
Inés, ve que tu aposento 150
 

(Se acerca INÉS, saca el manto y se lo pone a CELIA.)

 
está aderezado.
INÉS
Ten.

 (Poniéndola el manto.) 

DON FÉLIX
Es que intento descansar
de una vez.
CELIA
¿No puedes hoy?
DON FÉLIX
Aún no.
CELIA
¿Loco estás?
DON FÉLIX
Sí, estoy.
DON JUAN

 (Aparte.) 

¡Qué misterio!...
DON FÉLIX

 (Aparte.) 

He de apurar
155
mis dudas.
CELIA

 (Aparte.) 

Muriendo voy.
 

(Vanse.)

 


Escena V

 

INÉS.

 
INÉS
¿A dónde irán?, enojado
vino don Félix. Siquiera1
una palabra me dijo.
No vi desdichas como estas; 160
pues si don César viniese.
Mas dos hombres a la acera
llegan de enfrente; ¿serán
ellos?... Y uno me hace señas,
¡Mosquito es!, que le abra dice. 165
Y mi alma también le abriera.


Escena VI

 

DON CÉSAR, MOSQUITO, INÉS.

 
INÉS
¡Mosquito!
MOSQUITO
¡Inés!
DON CÉSAR
Dios te guarde.

 (Se desemboza.) 

INÉS
Y él os guarde a vos don César.
¿Cómo os atrevisteis?
DON CÉSAR
Luego
lo sabrás: ¿dónde está Celia? 170
INÉS
Ahora salió.
DON CÉSAR
¡No está en casa!,
¿Cómo?
INÉS
¡Ay!, en mal hora llegas
señor, que ha poco su hermano
vino.
DON CÉSAR
¿Qué?
INÉS
Y salió con ella.
MOSQUITO
Tú te chanceas, Inés. 175
DON CÉSAR
¡Su hermano!
INÉS
¡Ah, sí!
DON CÉSAR
¡Habrá más penas!
INÉS
Llegó con faz enojada:
ademán frío, las cejas
fruncidas, el labio incierto, 180
así... como el que recela,
y sin entrar en su cuarto
ni descansar, que siguiera
sus pasos mandó a su hermana.
Esta venida me inquieta. 185
DON CÉSAR
¿No fue a la guerra de Italia?
MOSQUITO
Sí, pero diz que la guerra,
la música y la pintura
no deben verse de cerca.
DON CÉSAR
Vamos, que estar no podemos 190
aquí ni un instante.
MOSQUITO
¡Vuelta
a viajar!
DON CÉSAR
¿Y quien pensara
que aquí el hermano volviera,
cuando hace tan pocos días
que yo en Lisboa, de Celia 195
recibí una carta que
dice?..., mas la carta es ésta.

 (Ve.) 

Si yo bien satisfecha no estuviera
de que vos con justicia hais disculpado
la poca parte que en la causa fiera 200
tuve de vuestro mal, mi vida fuera
la segunda que hubiérades quitado.
Mi hermano ausente está como sabéis.
A mi casa venid, seguro estáis,
qué mejor retraimiento no tendréis; 205
y secreto estaréis cual deseáis
sino servido así cual merecéis.
INÉS
No os marchéis, aquí esperad
a que mi señora venga.
DON CÉSAR
¿Y su hermano?
INÉS
Yo os pondré
210
en sitio donde no os vea.
DON CÉSAR
No, que la expongo...
MOSQUITO
Señor,
¡por una noche siquiera!...
A más, deja que las mulas
descansen, y tú a un lado echa 215
el embozo por un rato.
Que con las caras cubiertas
nosotros, y ellas tan flacas
parecemos ya sobre ellas
nosotros el carnaval, 220
y las mulas la cuaresma.
DON CÉSAR
¿Seguro estaré?
INÉS
Seguro.
DON CÉSAR
Partiré apenas la vea.
INÉS
Yo avisaré cuando asomen
por la calle.
DON CÉSAR
Sí, está alerta.
225
 

(Vase INÉS a la ventana.)

 
DON CÉSAR
¿Y bien, Mosquito?
MOSQUITO
Señor,
¿habrá locuras como estas?
DON CÉSAR
Luego, ¿los dos somos locos?
MOSQUITO
Concedo la consecuencia,
mas con una distinción. 230
DON CÉSAR
¿Cuál?
MOSQUITO
Tú por naturaleza
y yo por concomitancia2;
que es por lo que se me pega
de andar contigo.
DON CÉSAR
Aquí pues
que hay, ¿qué locura sea? 235
MOSQUITO
Sin mirar inconvenientes
dimos a Madrid la vuelta
y dices, que qué locura
hay aquí. No consideras
que no hay alcalde de corte 240
que no esté echando centellas
por aquella boca.
DON CÉSAR
Es cierto
que aquí mi vida se arriesga.
MOSQUITO
Y la mía.
DON CÉSAR
Pero donde
mi vida trae una pena 245
misma, habiendo de morir
en Lisboa de una ausencia,
o en Madrid de mis desdichas,
ya que dos muertes me cercan,
y que me dan a escoger 250
el modo de morir, deja
que muera contento, donde
Lisarda hermosa lo vea.
MOSQUITO
¿Qué culpa tengo de que
tú a morir contento vengas, 255
para traerme de arreada3?
DON CÉSAR
Pues dime, tú ¿qué recelas,
si tú en nada estás culpado,
ni te hallaste en la pendencia?
MOSQUITO
Pues si un triunfo matador 260
arrastra los que se encuentra,
un amo matador, dime,
¿no arrastrará, cosa es cierta,
cualquiera triunfo criado?
DON CÉSAR
¡No vi locura más necia! 265
MOSQUITO
Y esto a una parte, señor,
qué razón hay de que sea
tan cerrado tu capricho,
que ya que me traes, no sepa
a qué me traes; dime, pues, 270
¿qué es lo que en Madrid intentas?
DON CÉSAR
Eso te diré, no tanto,
Mosquito, porque lo sepas,
como por descansar yo
con decirlo, que las penas 275
no tienen otro consuelo,
sino el rato que se cuentan,
que como mujeres son,
se despican con la lengua.
Lisarda, raro milagro, 280
donde la naturaleza
para modelo compuso
de una hermosura perfecta
la belleza, y el ingenio,
haciendo paces en ella, 285
que hasta allí estaban reñidos,
el ingenio, y la belleza;
fue, ya lo sabes, del templo
de amor la deidad más bella.
Desvalido amante, pues, 290
deste hermoso hechizo, desta
hermosa mujer, mi vida
a tanto esplendor atenta,
la clicie fue de sus rayos,
y el imán de sus estrellas; 295
viendo, pues, que a todo un sol
alas fiaba de cera,
dispuse olvidarla, como,
(¡qué error!) como si estuviera
el olvidar en la mano 300
de quien no estuvo el quererla:
y por hacerme, en efecto,
contraveneno a mis penas,
venciendo amor con amor,
puse los ojos en Celia. 305
Celia, que fuera milagro
de hermosura, si no fuera
porque Lisarda se alzó
con todo el imperio della.
Si donde amé fui infelice, 310
y los afectos se truecan,
donde no amé, ¿qué sería?,
saca tu la consecuencia.
De aquella, pues, despreciado,
y favorecido desta, 315
engañado en esta el gusto
con la memoria de aquella,
neutral estaba mi vida,
cuando en esta competencia
sucedió, que don Alonso, 320
hermano infeliz de aquella
bellísima ingratitud,
que no ablandaron mis quejas,
a Celia sirvió. Ya sabes
que le dí muerte sangrienta, 325
y esta carta me ha obligado
a que hoy a Madrid me venga;
pues no hay retraimiento donde
seguro un hombre estar pueda,
Mosquito, como una casa 330
particular, y desde ella
podré de noche salir
a las cosas de mi hacienda,
y de mi composición;
pues no negocia en ausencia 335
el pariente, ni el amigo
lo que el mismo dueño: fuera
de que si he de hablar verdad,
ni esto, ni aquello me fuerza
tanto, como parecerme, 340
que podré adorar las rejas
de Lisarda alguna noche,
ya que dispuso mi estrella
que, dando muerte a su hermano,
toda la esperanza pierda 345
de merecer su hermosura:
pues la que adorada era
cruel conmigo, ¿qué será
ofendida?, la que fiera
procedía a los halagos, 350
¿qué ha de hacer a las ofensas?
Esto a Madrid me ha traído,
pues para adorar en ella
las paredes de Lisarda,
estaré en casa de Celia. 355
MOSQUITO
Siempre fui de parecer,
que, por lo menos, tuviera
dos damas un hombre, porque
de dos la una, como apuesta,
no se puede errar el tiro; 360
Beatrizilla, e Inés sean
testigos también, pues siendo
las dos de Lisarda, y Celia
un algo más que fregonas,
y algo menos que doncellas, 365
por si se pierde la una
que la otra no se pierda
las traigo en el corazón
duplicadas como letras:
pero dime, ¿qué papel 370
me toca en esta comedia
del caballero escondido?
DON CÉSAR
Pues no estás culpado, fuera
te quedarás a avisarme
de todo lo que suceda. 375
MOSQUITO
¿Y si mientras se averigua
si lo estoy, o no me pescan?
INÉS
Ahí viene un coche.
 

(Ruido de un coche.)

 
DON CÉSAR
¿Y ellos
MOSQUITO
podrán ser?
¿Me escondo?
INÉS
Espera,
de paso va; mas, ¿qué miro? 380
¡Qué en los escombros de aquella
casa, tropezando el coche
para vacilante... y vuelca4!
LISARDA

 (Dentro.) 

¡Tente!
BEATRIZ

 (Ídem.) 

¡Socorro!, ¡ay, borracho!
MOSQUITO
A mí me llaman ahí fuera. 385
DON CÉSAR
Según las voces que aquí
pidiendo socorro llegan,
mujeres son: y esa voz
dentro del alma resuena.
Caballero soy, fuerza es 390
acudir a socorrerlas.
MOSQUITO
Mas, a ti ¿quien te socorre
si la justicia te encuentra?
DON CÉSAR
Recatareme el semblante,
y allá voy, pese a mi estrella. 395

 (Vase.) 

MOSQUITO
Dios te haga caballero
parante por excelencia,
que harto tiempo has sido andante,
dos damas sacan, y bellas.
¡Beatricilla es, vive Dios, 400
la que sacaron primera!

 (Aparte.) 

¡Sin duda está aquí su ama!

 (Aparte.) 

¡Abre, Inés mía! Si, es ella
socórrelos.
INÉS
Es muy justo.
MOSQUITO
Dios la caridad ordena. 405
INÉS
Entrar, señoras, podéis.

 (Desde la puerta, que abre.) 



Escena VII

 

LISARDA, BEATRIZ, INÉS, CÉSAR, MOSQUITO, OTÁÑEZ.

 
BEATRIZ
¡Ay de mí, yo salgo muerta
roto el manto, la basquiña
rasgada, y en la cabeza
más de cuatro mil chichones! 410
OTÁÑEZ
¡Vive Dios!
 

(INÉS saca agua, y ayuda a colocar en una silla a LISARDA desmayada, que trae DON CÉSAR.)

 
BEATRIZ
Otáñez, buena
cuenta has dado de nosotras.
OTÁÑEZ
Aquesta es la vez primera
que me ha sucedido.
BEATRIZ
Cierto
que si de esta suerte empieza 415
que dentro de un año puede
a mi ver, poner escuela
de volcar coches.
INÉS
Parece
que toda su vida entera
no hizo otra cosa, según 420
el primor con que los vuelca.
BEATRIZ

 (A CÉSAR embozado.) 

Gracias, señor...
DON CÉSAR
Aún no vuelve.
BEATRIZ
¡Somos la desdicha mesma,
pues hoy el día pasamos
en una campestre fiesta, 425
y al volvernos, a mi amo
se le desbocó la yegua,
y solas nos dejó, huyendo
como exhalación ligera!
DON CÉSAR
¡Cuánta es mi dicha!
BEATRIZ
Lisarda...
430

 (Llamándola y aplicándola una esencia.) 

DON CÉSAR
¡No vuelve!... mas si vinieran
y de esta suerte me hallaran
aquí don Félix y Celia.
¡Él se matara conmigo,
y ella de celos muriera! 435
MOSQUITO
¡No me vio aún Beatriz!
BEATRIZ
¡Mosquito!
¿Qué es esto?
MOSQUITO
Es larga respuesta.
BEATRIZ
¿Y tu señor?
MOSQUITO
Vedle allí.
BEATRIZ
Pues, ¿cómo de esta manera?
MOSQUITO
¿Qué sé yo?, mas lo que importa 440
es, Beatriz, atar la lengua.
DON CÉSAR
Ya vuelve; si Inés repara...
Oye Inés, ponte a la reja,
y avisa si vienen.
INÉS
Mucho
hablas, Mosquito, con ella. 445
MOSQUITO
Es... caridad.
INÉS
Pero dicen
que bien entendida empieza
por nosotros. Allí vienen...
DON CÉSAR
¡Qué!
INÉS
No son.
MOSQUITO
Yo muero de esta.
DON CÉSAR
Bien de océano español 450
blasonar podrá la esfera,
pues acaba su carrera
despeñado en ella el sol:
cobre en su bello arrebol
el nácar, no triunfe así, 455
hoy de tan bello rubí,
ay Lisarda, y ¿quién pensara
que yo en mis brazos llegara
a verte?, mas ¡ay de mí!,
que como estás sin sentido, 460
estoy sin ventura yo;
pues tú con sentido, no
me lo hubieras consentido,
desdichada dicha ha sido
la que tanto bien me ha dado, 465
pues ya me cuesta el cuidado
de verte así, que es forzoso
que esté, aun cuando más dichoso,
desdichado el desdichado.
El cielo y campañas bellas 470
sin luz están, ni arrebol,
anocheced, si sois sol,
pero dejadnos estrellas.
LISARDA
¡Ay de mí, infeliz!
DON CÉSAR
Ya en ellas
hay nueva luz, pues volvió 475
en sí; mi dicha acabó;
mi desdicha digo, esquiva,
que a precio de que ella viva,
no importa que muera yo
LISARDA
¿Qué es lo que pasa por mí? 480
DON CÉSAR
Cielos, pues se ha de ofender
de verme, no me ha de ver.

 (Cúbrese el rostro.) 

LISARDA
¿Qué es esto?, ¿quién está aquí?
DON CÉSAR
Quien viendo, señora, allí
que su vereda el sol ciego 485
errada llevaba, luego
llegó a enmendar el acaso,
que no era aquel digno ocaso
de tan esplendente fuego.
LISARDA
Pues, ¿cómo habiendo vos sido 490
quien mi vida ha restaurado,
la voz habéis recatado,
el rostro habéis escondido?
Lo que decís no he creído,
o son medios poco sabios; 495
que esconder semblante, y labios,
ni han sido, ni son oficios,
de quien hace beneficios
sino de que quien hace agravios.
DON CÉSAR
Quien sirve por merecer, 500
no merece por servir,
pues ya se da a presumir,
que se lo han de agradecer.
LISARDA
Tan hidalgo proceder
ya es otro mérito, en quien 505
hace suspensión el bien:
decid quien sois.
DON CÉSAR
No haré tal.
LISARDA
¿Y he de proceder yo mal,
porque vos procedáis bien?
No, y así he de ver ahora 510
quién sois.
DON CÉSAR
Pues no lo veáis,
si agradecer deseáis
este secreto, señora.
LISARDA
Duda el alma, el pecho ignora
porqué.
DON CÉSAR
Porque, si me veis,
515
de verme os ofenderéis,
y así, el decirlo dilato,
por no perder este rato
que en duda lo agradecéis.
LISARDA
¿Ofenderme yo de veros? 520
DON CÉSAR
Como holgarme yo de hablaros.
LISARDA
¿Pesarme a mí de miraros?
DON CÉSAR
Sí, como a mí de perderos.
LISARDA
¿Yo sentir el conoceros?
DON CÉSAR
Como yo el riesgo en que estoy. 525
LISARDA
Pues yo tengo de ver hoy
porque el pesar ha de ser,
el sentir, y el ofender.
DON CÉSAR
Porque señora, yo soy.

 (Descúbrese.) 

LISARDA
Bien dijisteis, sí, que había 530
de ofenderme el veros; bien
que el conoceros también
pesar para mí sería;
bien que la ventura mía
había de sentir hablaros; 535
pues ya sólo por sacaros
verdadero, siento veros,
me pesa de conoceros,
y me ofendo de miraros.
¿Cómo, cómo habéis tenido 540
atrevimiento de estar
en tan público lugar?
DON CÉSAR
¿Cuándo no fui yo atrevido?
LISARDA
¿Cómo hasta aquí habéis venido?
DON CÉSAR
Como igualando a los dos, 545
si por darle muerte (¡ay Dios!)
A vuestro hermano, me fuí,
bien volví, pues que volví
por daros la vida a vos.
LISARDA
Tanto a sentir he llegado 550
verla de vos defendida,
que he de aborrecer mi vida,
por habérmela vos dado.
DON CÉSAR
Lisonja de mi cuidado
será ver tratar así 555
vuestra vida desde aquí,
pues consuelo me parece
que quien su vida aborrece,
¿por qué ha de quererme a mí?
BEATRIZ
Mi señor, que se alejó 560
de nosotros veloz, viene
hacia acá.
DON CÉSAR
¿Qué haré?
LISARDA

 (Aparte.) 

Conviene
proceder yo como yo:
don César, no penséis, no,
que, en mí más poder alcanza 565
de mi enojo la esperanza,
que la de mi rendimiento,
obre el agradecimiento
primero que la venganza;
yo le tendré, idos de aquí. 570
DON CÉSAR
Sí haré, pues vos lo mandáis.
LISARDA
Y si una vida me dais,
ya mi obligación cumplí;
pero advertid desde aquí,
que no estáis libre en lugar 575
ninguno.
DON CÉSAR
Considerar
debéis, que aqueso es decir.
LISARDA
¿Qué?
DON CÉSAR
Que os busque.
LISARDA
El despedir,
¿cómo puede ser llamar?
DON CÉSAR
Piérdese una noche oscura 580
en un monte un caminante,
y cuando con planta errante
hallar la senda procura,
mas se ofusca en la espesura:
el can, que despierto está, 585
siente el ruido, y hacer va
que huya dél con pies veloces,
llamándole con las voces
que para que huya, le da.
Yo así confuso, y perdido, 590
camino, ni senda sé;
bien, que no veo, se ve,
pues a tus pies he venido;
tú despierta siempre al ruido
del desdén velando estás, 595
voces, porque huya, me das;
mas como perdido estoy,
donde oyendo la voz voy,
me voy acercando más.
LISARDA

 (A BEATRIZ.) 

Vamos.
DON CÉSAR
Permitid que vaya
600
si no a vuestro lado, cerca.
LISARDA
Eso no, adiós; gracias mil

 (A INÉS.) 

por tan cumplidas finezas.
BEATRIZ
Lo mismo os repito.
INÉS
Dios
la caridad nos ordena. 605
 

(Vanse LISARDA y BEATRIZ.)

 
DON CÉSAR
Vuelvo luego.
MOSQUITO
Adiós hermana.
DON CÉSAR
Yo haré desde allí esta seña.

 (Da una palmada.) 

Para que abras, por si en tanto
llega con su hermano Celia.
 

(Vanse.)

 

Arriba
Indice Siguiente