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Según me comentó Pedro Altares -que por entonces trabajaba en Cuadernos para el Diálogo- se abandona la empresa que la editorial tenía comprometida con Aub porque sólo él tenía contacto con la mayoría de los escritores que tenían cabida en ella o con sus familiares. Una colección de 52 autores y títulos.

 

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GINER DE LOS RÍOS, Bernardo, «Max Aub: Tipógrafo y editor. Una visión parcial», Actas del congreso internacional Max Aub y el laberinto español, Valencia, Ayuntamiento, 1996, p. 65.

 

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Entre ellas: AUB, Max, Juego de cartas (1964), Crímenes ejemplares (1968), Del amor (1960 y 1972); REJANO, Juan, El río y la paloma; Elegía para un himno; PRADOS, Emilio, La sombra abierta; FELIPE, León, El juglarón, ¿Qué se hizo el rey don Juan?; MORENO VILLA, José Voz en vuelo a su cuna; DOMENCHINA, Juan José Sonetos y fragmentos inéditos; ANTONIORROBLES, La fauna se columpia, etc.

 

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Carta fechada el 12 de febrero de 1961 y publicada en el Epistolario del exilio por la Fundación Caja Segorbe en 1992, pp. 52-53. Aunque no hemos de olvidar que también sufrió el exilio del 39 hasta el 45, fecha en la que decide, pese a todo, volver a su tierra.

 

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Se refiere a La trama inextricable: Prosa, poesía, crítica, publicada en 1968.

 

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Concertar es amor, Madrid, Rialp, 1951 (Col. Adonais).

 

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Hasta 1972 no vuelve a publicar un libro de poemas cuyo título simboliza su insistencia Fuentes de la constancia Barcelona, Libros de Sinaia.

 

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Este libro, escrito en 1955, aparece en 1975 con edición sufragada por el propio autor (en el taller de Imprenta Josefina Betancor, de Madrid). Mucho más tarde, en 1984, lo publicaría la Diputación Provincial de Valencia, en el tomo séptimo de la Obra completa en prosa, Institución Alfonso el Magnánimo. Y la editorial madrileña Akal en 1987. Es un «Homenaje a Platón» como dice el propio Gil-Albert, Heraclés (Hércules) amaba a Hylas, muchacho que le cuidaba y cocinaba para él, quien un día que fue a por agua para Heraclés a un manantial cae y se ahoga en él al ser atraído por las náyades; partiendo de esta idea que da título al libro, Gil-Albert hace un «tratado fervoroso de la temporalidad del hombre, en todo su recorrido histórico, con un punto máximo en la psicología actual y en los problemas educacionales contemporáneos».

 

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Celaya, Gabriel, Las resistencias del diamante, México, Luciérnaga, 1957.

 

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En La gallina ciega Aub cuenta cómo Américo Castro estaba muy preocupado con el libro De la España que aún no conocía (recopilación de artículos periodísticos) que iba a publicar Alejandro Finisterre, consulté a este editor y me contó que las galeradas que enviaba por correo a Castro para su corrección, las mandaba a nombre de una hermana de Finisterre para que no entrara en juego la censura, pero ésta -muy beata- se lo contó a su confesor (un capuchino que frecuentaba el Palacio del Pardo) quien se las pidió para leerlas, llevándoselas después al propio Franco. Esto le costaría a Finisterre su detención cuando vino a Madrid. Anteriormente había publicado en la colección Ecuador 0º 0' 0" otro libro de Castro titulado Algunos juicios acerca de los españoles (1967).