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En una carta de Gil Albert a Max Aub, fechada en Valencia en febrero de 1961, da cuenta en términos estremecedores del aislamiento en que vivió a la vuelta de su exilio en 1947: «Verás: he escrito mucho, en prosa y en verso, pero todo duerme en mis blocs. Vivo muy aislado. Mis escritos resultan, en esta atmósfera, tan heterodoxos, que yo mismo me doy la impresión de haber aceptado el ostracismo literario». Epistolario del exilio. Max Aub (1940-1972), Fundación Caja Segorbe, 1992, p. 52.
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Ibídem, p. 136.
113
Ibídem, p. 140.
114
Ibídem, p. 155.
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Antonio Sánchez-Barbudo, «Autobiografía intelectual», en Anthropos, Barcelona, 149 (octubre de 1993), pp. 34-35. En una entrevista en Ínsula (138-139, mayo-junio de 1958), José Luis Cano preguntaba a Sánchez-Barbudo cómo influyó en él la prolongada ausencia de España, y éste respondía: «Una ausencia tan prolongada sin duda ha de influir, claro es, cortándome las raíces, el impulso de escribir» (ob. cit., p. 18).
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Éste es el punto más discutible de las afirmaciones de Cano. Tal vez la falta de perspectiva, de un conocimiento más detallado de las obras de los autores incluidos por Marra-López en su libro, le llevan a hacer algunas consideraciones estéticas hoy claramente insostenibles y necesitadas de revisión. Un solo ejemplo: cuando trata de Max Aub, escribe: «resulta más lograda y madura Las buenas intenciones que El laberinto mágico». Hoy la crítica especializada tiene a Las buenas intenciones como una novela de segundo orden en comparación con La calle de Valverde, Jusep Torres Campalans o los propios Campos.
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«Cosas del País», por Emilio Romero, Sábado Gráfico, 683 (1 de noviembre de 1969), de El gallo en corral ajeno.
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VV. AA., La España ausente, Madrid, Ediciones 99,1973, 220 pp. La obra consta de siete capítulos: Los políticos y militares ausentes; los escritores ausentes; los científicos ausentes; los arquitectos, pintores y escultores ausentes; los músicos ausentes; los religiosos ausentes; otros intelectuales ausentes; galería biográfica.
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Ibídem, p. 11.
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¡Cuánto ha cambiado la óptica del problema por parte de Umbral!, si hacemos caso de lo que ha escrito en su libro Las palabras de la tribu, en el capítulo titulado despectivamente «Los del exilio», acerca de Aub, de Ayala, de Chacel.