Acto I
|
|
El teatro representa el despacho de WILSON, con varios taburetes
repartidos con orden por los lados: en el derecho del foro
habrá una puerta que se supone va al almacén, otra en
medio que dirige a la tienda, y otra a la izquierda que conduce a
la habitación principal. Estas tres puertas serán
grandes, de dos hojas de vidrieras cada una: entre la del medio y
la de la izquierda habrá un bufete con varios papeles y
escribanía. Por la puerta de la izquierda sale WILSON en bata rica.
|
WILSON |
¡Eh! ¡Ah! ¡Cuántas
sospechas, |
|
cuántas inquietudes, Cielos, |
|
un solo día de ausencia |
|
me ha producido! Roberto. |
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|
(Sale este por la puerta del
almacén.)
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WILSON |
Di, ¿trabajan todos
|
5 |
los oficiales? |
|
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ROBERTO |
Lo menos
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hace una hora. En la semana |
|
inmediata, irán los nuevos |
|
paños a ese mercader |
|
que os insta tanto por ellos. |
10 |
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WILSON |
Bien: escríbeselo así. |
|
¿Es mucho lo que tenemos |
|
que pagar esta semana? |
|
|
|
ROBERTO |
Es tanto, señor, que creo |
|
os cause pena. Tres letras |
15 |
bien crecidas se cumplieron |
|
ayer, vendrán a cobrarlas |
|
hoy, y nos falta el dinero. |
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|
|
WILSON |
Eso no importa. Es preciso |
|
despaches a Jaime luego |
20 |
en casa de Sudmer, donde |
|
hoy mismo percibir debo |
|
tres mil libras esterlinas; |
|
cuya cantidad, la tengo |
|
sobre mí cargada en dos |
25 |
|
-2- |
letras que puse al banquero |
|
de Norvic, Enrique Fling, |
|
que es de Sudmer compañero, |
|
a favor de Jorge Astur; |
|
y hoy también noticia espero |
30 |
de que habrán sido pagadas. |
|
(Saca un papel y se lo
da.)
|
Toma, este es el documento |
|
para que entregue a Sudmer |
|
esa cantidad. Haz presto |
|
que Jaime la traiga. |
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(Sale JAIME.)
|
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ROBERTO |
Trae ese dinero
|
|
de casa de Sudmer. |
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|
(Le da el papel, y se va por la puerta de la
tienda.)
|
WILSON |
Dime,
|
|
¿Fania y su madre, salieron |
|
de casa ayer mientras yo |
|
estuve en Brust? |
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WILSON |
¿Qué he escuchado,
Cielos?
|
|
(Aparte.
Sobresaltado.)
|
¿Milord Orcey? |
|
|
|
WILSON |
¿Y acaso, las dos le vieron? |
|
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|
WILSON |
(Aparte.)
|
Pues ya quebrantaron |
45 |
todos los ofrecimientos, |
|
que de no verle jamás |
|
la madre y la hija me hicieron. |
|
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ROBERTO |
Vino ayer al medio día; |
|
una hora estuvo lo menos |
50 |
en el cuarto de madama |
|
Sambrig, hablando en secreto. |
|
|
|
WILSON |
¿Y estuvo Fania también? |
|
(Con
precipitación.)
|
|
|
ROBERTO |
Se la llamó, en el momento |
|
salió, mas muy inmutada |
55 |
y con gran desasosiego. |
|
|
|
WILSON |
(Aparte.)
|
El amor de este Milord, |
|
quién duda tenga más premio, |
|
que el mío, su calidad: |
|
sus riquezas, su respeto, |
60 |
todo le da sobre mí |
|
los mayores privilegios. |
|
|
|
ROBERTO |
A la tarde, dos lacayos, |
|
una carta condujeron |
|
a la madre. |
|
|
WILSON |
(Con sumo
sobresalto.)
|
¿Qué? ¿Una
carta?
|
65 |
Pues ya saber no tengo |
|
más, Roberto; ¡voy a ser |
|
sacrificado al desprecio |
|
que hacen de mí! Fania es digna |
|
del lazo tan opulento |
70 |
que la ofrece mi rival! |
|
¿Mas por qué causa su afecto |
|
me engañó en asegurarme |
|
que era de su mano el dueño? |
|
¡Ah, Fania! Por ti olvidé |
75 |
cuanto debía al extremo |
|
con que Claricia, mi esposa |
|
difunta, me amó. Ahora siento |
|
en tu traición más que nunca |
|
su falta. Dispuso el Cielo |
80 |
llevársela después de |
|
seis años de un lazo tierno. |
|
Ella su casa ofreció, |
|
su amistad y sus consuelos |
|
a estas extranjeras. Ella |
85 |
me pidió con dulces ruegos |
|
antes de morir, que a mí |
|
las uniese, porque a un tiempo |
|
hallase yo esposa en Fania, |
|
y sus dos hijos pequeños |
90 |
madre amorosa. ¡Ah, Claricia! |
|
¡Cómo se engañó el
concepto |
|
tan grande que de hija y madre |
|
formaste! ¡Ahora lo apruebo, |
|
ahora lo acredito a costa |
95 |
de mi mortal sentimiento! |
|
Mas tráeme al punto a mis hijos, |
|
que como en sus rostros veo |
|
una Imagen de su madre, |
|
templarán mi desconsuelo. |
100 |
|
|
ROBERTO |
Aquí llegan, y madama |
|
Sambrig los conduce. |
|
|
|
(Sale por la puerta de la izquierda MADAMA SAMBRIG, que conduce de la mano
a ISABELA y a ENRIQUE, como que acaban de levantarse
del lecho.)
|
MADAMA SAMBRIG |
Buenos
|
|
días, señor Wilson. Logro |
|
la satisfacción de traeros |
|
a que cumplan su deber |
105 |
vuestros hijos. Llegad. |
|
|
|
(Los dos van a su padre, se ponen de rodillas y le
besan la mano.)
|
ISABELA |
Denos
|
|
usted la mano, papá, |
|
|
-3- |
para que se la besemos. |
|
|
|
WILSON |
Llegad a mis brazos, hijos |
|
míos y pedazos tiernos |
110 |
de mi corazón. |
(Los levanta y abraza
tiernamente.)
|
|
|
MADAMA SAMBRIG |
Anoche
|
|
os esperamos, creyendo |
|
volveríais en ella. |
|
|
WILSON |
(Muy airado sin mirar a
MADAMA
SAMBRIG.)
|
Para
|
|
lo que he sabido al momento |
|
que he llegado, más valiera, |
115 |
más valiera no haberle vuelto. |
|
|
|
MADAMA SAMBRIG |
Tengo mucho que deciros; |
|
llevad los niños, Roberto. |
|
(Este, que ha estado empleado durante esta escena
en componer los papeles y cortar las plumas, llega y toma los
niños de la mano.)
|
Anda, Isabelita mía; |
|
di a tu aya Betzi que luego |
120 |
te peine y te ponga hermosa, |
|
que hoy es día para ello. |
|
|
|
|
LOS DOS |
(Le hacen
cortesía.)
|
Adiós,
|
|
Papá mío. |
|
|
ISABELA |
Iré corriendo,
|
|
que esto de ponerse hermosa |
125 |
me causa mucho contento. |
|
|
|
|
(Se desprende de la mano de ROBERTO, y se va corriendo por la
puerta de la izquierda, y ROBERTO con el niño se va por
la propia.)
|
MADAMA SAMBRIG |
Milord Orcey vino ayer |
|
a verme. |
|
|
|
MADAMA SAMBRIG |
Pero
|
|
por la tarde me escribió |
|
una carta. |
|
|
WILSON |
Y yo comprendo
|
130 |
que os daría en ella gracias |
|
de lo que quedó resuelto |
|
por la mañana. |
|
|
MADAMA SAMBRIG |
Esta es.
|
|
(La saca y se la
da.)
|
Informaos de su contexto. |
|
|
|
|
(WILSON
lee sobresaltado. «Madama: No solicito saber ni vuestra cuna,
ni quién fue el padre de FANIA, vuestra hija, pues os
obstináis en ocultarlo; me contento solo con poner a los
pies de esta mis títulos, mi calidad y mi fortuna. Tengo
resuelto desposarme con ella pasados dos días; cuya
seguridad y franqueza de mi amor me hacen creer, que ya no
hablaréis más de WILSON, y que este no se
atreverá a disputarme el corazón y la mano de
FANIA. Yo voy por
veinticuatro horas a una casa de campo, pues no he podido excusarme
a dos Milores que acompaño. Volveré mañana a
la tarde a saber vuestra respuesta, que espero será conforme
a mis deseos; o de lo contrario, no responderé del exceso o
de la violencia que mi amor puede producir. MILORD ORCEY.»
|
WILSON |
¿Y vuestra resolución |
135 |
cuál es, Señora? |
(Volviéndola la carta sin
mirarla.)
|
|
|
MADAMA SAMBRIG |
(Con mucha
seriedad.)
|
¿La tengo
|
|
ya tomada? En esta carta |
|
hallé la razón para ello. |
|
|
|
WILSON |
(Con aturdimiento.
Parándose en cada cláusula.)
|
¿Y Fania... abraza... gustosa |
|
el partido? |
|
|
MADAMA SAMBRIG |
Sí, en vos mismo,
|
140 |
se entiende, si vos primero |
|
queréis aceptar su mano. |
|
|
|
|
(Se tira precipitadamente a los pies de
MADAMA SAMBRIG con extremo
gozo, y le besa la mano.)
|
WILSON |
¡Ah, Señora! ¡Si yo
quiero! |
|
¿Podré creer me hagáis tan
grande |
|
sacrificio? ¿Será cierto |
145 |
que Fania por mí renuncie...? |
|
|
|
MADAMA SAMBRIG |
Wilson, nada cuesta a nuestros |
|
corazones esta amable |
|
elección: os la debemos |
|
de justicia, y la produce |
150 |
nuestro reconocimiento; |
|
mas primero que os caséis, |
|
fuerza es sepáis un secreto |
|
que a la madre dio desgracia, |
|
y a la hija su nacimiento; |
155 |
y si después de saberle |
|
se cambiase vuestro afecto, |
|
esto no será bastante |
|
para dejar de quereros. |
|
|
|
WILSON |
(Con eficacia.)
|
¿Yo podré mi amor cambiar? |
160 |
Cuanto me digáis prometo, |
|
que en vez de disminuirle, |
|
le hará más grande y más
cierto. |
|
|
|
-4- |
MADAMA SAMBRIG |
Pues sentémonos, sabréis |
|
mis amargos sentimientos; |
165 |
(Se sientan.)
|
que creo que hasta el sepulcro |
|
atormenten a mi pecho. |
|
¡Dublín, capital de Irlanda, |
|
es, Wilson, el patrio suelo |
|
de esta infelice! Mi padre, |
170 |
que hacía un gran comercio, |
|
tuvo pérdidas frecuentes, |
|
y murió pobre. Bien presto |
|
le siguió mi amada madre; |
|
y quedé (¡qué
desconsuelo!) |
175 |
joven, sin bienes, y bajo |
|
el asilo, amparo y puerto |
|
de un tío, que pretendió |
|
con un amor indiscreto |
|
mi mano contra mi gusto; |
180 |
mas llegando en este tiempo |
|
a Dublín Milord Baltton, |
|
uno de aquellos primeros |
|
grandes señores de Escocia, |
|
logró verme en un paseo, |
185 |
y de mi corta hermosura |
|
embelesado en extremo, |
|
para poder declararme |
|
su amor, y buscó y halló
medios, |
|
que la eficacia del oro |
190 |
rinde a los criados luego. |
|
Entró en casa de mi tío |
|
varias veces, sin saberlo |
|
este ninguna. Escuché |
|
las ternezas de su afecto |
195 |
con gusto, porque en su rostro |
|
pintadas me parecieron |
|
la honradez, la honestidad |
|
y demás virtudes; y esto |
|
me hizo creer que de las mismas |
200 |
su corazón era el centro. |
|
En fin, en mi voluntad |
|
tomó un absoluto imperio, |
|
con lo cual, sus persuasiones, |
|
voluntad y ofrecimientos, |
205 |
me determiné a seguirle; |
|
y con el mayor secreto |
|
me llevó consigo a Escocia. |
|
¡Oh, gran Dios! ¡Qué
desacierto! |
|
Luego que... |
|
|
|
(Sale RICARDO con una letra en la mano,
WILSON va a él, y
MADAMA SAMBRIG se apoya
tristemente sobre la mesa.)
|
|
|
RICARDO |
Ayer cumplieron
|
|
estas dos letras. |
|
|
WILSON |
Muy bien.
|
|
¿Cuánto es lo que importan? |
|
|
RICARDO |
Vedlo.
|
|
(Le da las
letras.)
|
|
|
WILSON |
(Viéndolas.)
|
Mil y trescientas guineas. |
|
Dentro de un rato yo os ruego |
215 |
que volváis. |
|
|
RICARDO |
Se me ocasiona
|
|
un gran perjuicio, supuesto |
|
que me esperan para hacer |
|
un negocio, que en extremo |
|
me es interesante, y si |
220 |
tardo en hacerle, le pierdo. |
|
|
|
|
|
(MADAMA
SAMBRIG, que ha estado atenta a la respuesta de RICARDO, y a la sorpresa de
WILSON, saca de una
cartera unos billetes, se levanta, y asiendo a WILSON de un brazo, le lleva a la
izquierda del teatro, y le habla aparte.)
|
MADAMA SAMBRIG |
Oíd, Wilson.
|
|
Estos billetes, ya ha tiempo |
|
que guardo, pues son la dote |
|
de mi hija. Pagad con ellos. |
225 |
(Alargándoselos.)
|
|
|
WILSON |
La mano de Fania tiene |
|
tan grandes merecimientos, |
|
que no necesita bienes |
|
que la acompañen. No puedo |
|
recibirlos. |
(Apartándose.)
|
|
|
MADAMA SAMBRIG |
(Deteniéndole.)
|
Esos son
|
230 |
discursos sin fundamento. |
|
Vos, ella y yo, me parece |
|
que una familia debemos |
|
componer desde hoy; con que |
|
cuanto tengamos es vuestro. |
235 |
No hagáis esperar a ese hombre |
|
por vuestro honor. Yo os lo ruego. |
|
Mil y trescientas guineas |
|
valen los billetes, y eso |
|
es lo que importan las letras. |
240 |
Tomad. |
|
|
WILSON |
Pues queréis, lo
acepto.
|
|
(Toma los billetes y va a
RICARDO.)
|
Señor, el importe está |
|
de vuestras letras en estos |
|
(Se los da y él los
examina.)
|
billetes de Banco. |
|
|
RICARDO |
Bien.
|
|
|
-5- |
Mi recibo ya está puesto |
245 |
en ellas. Ved si está bien. |
|
|
|
WILSON |
Sí, señor. |
(Habiendo mirado las letras,
vase.)
|
|
|
|
|
MADAMA SAMBRIG |
Estad,
|
|
Wilson, otro rato atento, |
|
sabréis todas mis desgracias, |
250 |
de lo demás no me acuerdo. |
|
Cuando hizo Baltton dejase |
|
mi patria, con juramentos |
|
solemnes, me prometió |
|
casarse conmigo; pero |
255 |
cuando a la suya llegamos, |
|
de esto se excusó, diciendo |
|
era fuerza que su padre |
|
permitiese el lazo nuestro. |
|
Lo creyó así mi inocencia, |
260 |
y entre tanto, el nacimiento |
|
de Fania, dobló con Baltton |
|
la terneza; con secreto, |
|
los más días me veías, |
|
renovando en todos ellos |
265 |
sus promesas. ¡Mas juzgad |
|
mi dolor y desconsuelo, |
|
cuando supe que se había |
|
casado el traidor (¡Ah, Cielos!) |
|
con Lady Enriqueta! El cruel |
270 |
me juró, que a este himeneo |
|
le obligó su padre. ¡A
cuántas |
|
puedo servir de escarmiento! |
|
De allí a poco, a este tirano |
|
se le destinó al gobierno |
275 |
de la Jamaica, y pasó |
|
con su esposa al nuevo empleo. |
|
Me envió una letra en billetes |
|
muy crecida, comprometiendo |
|
cuidar de nuestra hija siempre, |
280 |
y de mí. Partí con esto |
|
a Neustacle, donde estuve |
|
dieciséis años de asiento, |
|
en casa de un comerciante |
|
generoso y opulento, |
285 |
cuyo nombre era Jopin; |
|
del cual, luego que a saberlo |
|
llegó Baltton, se informaba |
|
casi todos los correos |
|
de mí y de su hija, porque |
290 |
o ya fuese horror o empeño, |
|
no quise recibir nunca |
|
cartas suyas. En efecto, |
|
resolví volverme a Irlanda; |
|
dejé a Neustacle, partiendo |
295 |
para Briston a embarcarme. |
|
Aquí aumentó mi tormento |
|
una enfermedad, que a mi hija |
|
acometió, y por lo mismo |
|
dejé partir el navío |
300 |
en que estaba ya dispuesto |
|
nuestro viaje, el cual, después |
|
por unos avisos ciertos, |
|
supe naufragó en las costas |
|
de Irlanda. |
|
|
WILSON |
¡Ah, señora, el
Cielo
|
305 |
os quiso salvar! Sabía |
|
que mi bien estaba en esto. |
|
¡Qué feliz fortuna |
|
llevándome en aquel tiempo |
|
con mi esposa a Briston! |
|
|
MADAMA SAMBRIG |
Sí;
|
310 |
pero no fue Wilson menos |
|
dichoso para nosotros, |
|
vuestro favorable encuentro. |
|
Acababa de saber |
|
cómo mi tío había
muerto, |
315 |
negándome el heredarle; |
|
y esta novedad, el tierno |
|
amor que nos tuvo vuestra |
|
difunta esposa y sus ruegos, |
|
para seguiros a Londres, |
320 |
la causa principal fueron. |
|
Ya ha dos años que murió; |
|
y me encargó que el afecto |
|
de mi hija a vos dirigiese, |
|
para que en dulce himeneo |
325 |
ocupase su lugar. |
|
He visto en todo este tiempo, |
|
que de Fania la intención |
|
se arregla a mis pensamientos; |
|
pues aunque las persuasiones |
330 |
de Milord Orcey quisieron |
|
quitárosla, ella constante |
|
os aprecia: esto supuesto, |
|
y las amenazas fieras |
|
que en su carta hace indiscreto |
335 |
el Milord, en este día |
|
que quedéis casados quiero; |
|
que así tendrán mis desgracias, |
|
mis penas y mis tormentos |
|
|
-6- |
quietud, descanso, bien, paz, |
340 |
tranquilidad y sosiego. |
|
|
|
WILSON |
¡Ah, Señora! Lo que acabo |
|
de escucharos, causa un nuevo |
|
hechizo en mi corazón |
|
para amar a un mismo tiempo |
345 |
a Fania y a vos. Dejad |
|
que a sus pies vaya. |
|
|
MADAMA SAMBRIG |
Yo creo
|
|
que acabando de vestirse |
|
está; pero dispondremos |
|
lo preciso para que |
350 |
hoy os unáis. |
|
|
WILSON |
Al momento
|
|
se hará todo. Sí,
señora. |
|
¡Mi regocijo es extremo! |
|
Vamos, señora. |
|
|
MADAMA SAMBRIG |
¡Ah, Wilson,
|
|
vuestra alegría es mi obsequio! |
355 |
|
|
|
(Al irse sale ROBERTO y WILSON se detiene.)
|
WILSON |
Pon luego por registradas |
|
esas dos letras, Roberto. |
|
(Se las da.)
|
|
|
|
WILSON |
Amigo,
|
|
¡hoy cuántas dichas adquiero! |
|
(Vase con MADAMA SAMBRIG.)
|
|
|
ROBERTO |
Pues disfrutadlas, señor, |
360 |
tan grandes como os deseo. |
|
Pongamos como se debe |
|
las letras en el asiento. |
|
(Se sienta al bufete, escribe un
libro y sale el LACAYO DE MILORD
BALTTON.)
|
¿A quién buscáis? |
|
|
LACAYO DE MILORD BALTTON |
(Viendo lo que
escribe.)
|
El Milord
|
|
Baltton es mi amo; pretendo |
365 |
saber de su orden, si en casa |
|
encontrará al que lo es vuestro, |
|
dentro de un rato. |
|
|
|
|
ROBERTO |
(Siempre
escribiendo.)
|
No sé.
|
|
|
|
|
|
|
|
|
ROBERTO |
Porque sois |
|
preguntador estupendo: |
|
hacer que vuestro amo venga |
375 |
dentro de un rato. |
|
|
LACAYO DE MILORD BALTTON |
Ya entiendo,
|
|
perdonadme esta molestia, |
|
y mandad. |
(Vase.)
|
|
|
ROBERTO |
¡Qué hombres tan
necios!
|
|
Se puso sobre el bufete |
|
viendo lo que iba escribiendo. |
380 |
Estas faltas de crianza, |
|
y en un Inglés, son defectos |
|
insoportables. Ya está |
|
esto concluido. Guardemos |
|
estas letras, y a ver vamos |
385 |
(Lo hace y se
levanta.)
|
si Jaime viene, pues tengo |
|
en cada instante que tarda, |
|
un mortal desasosiego. |
|
(Vase por la
tienda.)
|
|
|
|
(Sale FANIA compuesta como de novia,
WILSON con vestido rico,
dándola la mano, e ISABELA teniéndola la punta de
la bata. Apenas entran en la escena, saca FANIA de su vestido un collar de
cintas, del que penderá una rosa de brillantes, y se la pone
a ISABELA diciendo lo
siguiente.)
|
FANIA |
Ya he dado a tu hermano un libro |
|
de memoria, que cubierto |
390 |
está de oro con diamantes, |
|
para que escriba, y conservo |
|
para ti, Isabela mía, |
|
este collar, que en tu cuello, |
|
será más precioso. Toma. |
395 |
(Se le da.)
|
¿Qué te parece? |
|
|
ISABELA |
¡Es muy bello!
|
|
¡Muy bonito! Papá, mire |
|
vuestra merced cómo brilla. |
|
|
|
ISABELA |
Señora,
|
|
vuestra expresión agradezco |
400 |
con toda el alma, y os doy |
|
muchas gracias. Voy corriendo |
|
a enseñársele a mi hermano, |
|
a mi aya, abuela, Roberto, |
|
a Jaime, a los oficiales, |
405 |
y a cuántos halle con ellos. |
|
(Vase
corriendo.)
|
|
|
WILSON |
En fin, mi querida Fania, |
|
tú vas a hacer, en efecto, |
|
la amable felicidad |
|
de mi vida. Estoy creyendo |
410 |
que aún no es mi ventura cierta, |
|
sino solamente un sueño. |
|
¡Que para siempre ha de ser |
|
mía! ¡Que así puedo
creerlo! |
|
|
|
|
WILSON |
Por mí
|
415 |
has sacrificado a un tiempo |
|
la fortuna más brillante, |
|
|
-7- |
la grandeza, el opulento |
|
estado que te ofrecía |
|
Milord Orcey, y... |
|
|
FANIA |
No quiero
|
420 |
que tengas por sacrificio, |
|
lo que solo ha sido efecto |
|
de mi amor. ¡Yo hubiera sido |
|
muy desdichada en extremo, |
|
si mi madre no se hubiera |
425 |
unido a mis pensamientos, |
|
desengañada por una |
|
fatal experiencia! |
|
|
WILSON |
Es cierto.
|
|
Todo me lo ha declarado. |
|
|
|
FANIA |
Pues hasta ayer, el secreto |
430 |
de sus desgracias, y de |
|
mi infelice nacimiento |
|
no le supe; pero ¡ah, cuánto |
|
me sonrojo y avergüenzo |
|
del ingrato proceder |
435 |
de aquel a quien el ser debo! |
|
¡Cuántas lágrimas he
visto |
|
que por el rostro corrieron |
|
de mi madre, producidas |
|
por el que fue a un mismo tiempo |
440 |
autor de mis días, y |
|
origen de mis tormentos! |
|
|
|
WILSON |
Cuando pasó a la Jamaica |
|
el Milord Baltton, me acuerdo |
|
que mucho bien de él decían; |
445 |
nos le pintaban tan lleno |
|
de bondades, que admiraba; |
|
mas de tu madre el suceso |
|
lamentable, me hace creer |
|
que la virtud vivió lejos |
450 |
de su corazón. |
|
|
|
(Sale ROBERTO.)
|
ROBERTO |
Señor,
|
|
los oficiales sabiendo |
|
que a casaros vais, pretenden |
|
manifestar su contento |
|
dándoos las enhorabuenas |
455 |
que les inspira su afecto, |
|
y a su ama nueva desean |
|
de sus virtudes el premio. |
|
|
|
WILSON |
Mi dicha aumenta su gozo; |
|
mas ya ves lo que intereso |
460 |
en que los paños acaben |
|
que están labrando. Iré a
verlos |
|
a sus telares después. |
|
Diles no se aparten de ellos |
|
y que les doblo la paga |
465 |
del trabajo que hayan hecho |
|
esta semana. ¿Tú sabes |
|
lo que importa? |
|
|
ROBERTO |
(Pasa al Bufete y toma un
papel.)
|
Aquí ya he puesto
|
|
su cuenta, y es diez guineas. |
|
|
|
WILSON |
Pues dales veinte. ¿No ha vuelto |
470 |
Jaime? |
|
|
|
WILSON |
¡Me admira
|
|
su tardanza! Mas ya entiendo |
|
consistirá en que habrá habido |
|
a quien despachar primero. |
|
|
|
FANIA |
Diles a los oficiales |
475 |
de parte mía, Roberto, |
|
que les soy reconocida |
|
al favor que les merezco. |
|
Y que cuando hayan concluido |
|
su trabajo, los espero |
480 |
a cenar. ¿Lo permitís, |
|
querido Wilson? |
|
|
WILSON |
¡Ah! Esos
|
|
sentimientos de bondad |
|
redoblan, Fania, mi afecto. |
|
Si yo lo permito, ¡ay Dios! |
485 |
Manda tú, que eres mi dueño. |
|
Roberto, mira si está |
|
para ir al instante al Templo, |
|
pronta la madre de Fania. |
|
|
|
ROBERTO |
Aquí llega. Voy corriendo |
490 |
a ver a los oficiales |
|
que tendrán un gozo inmenso. |
|
|
|
|
(Vase y sale MADAMA SAMBRIG por la puerta
última de la izquierda.)
|
MADAMA SAMBRIG |
Esperándonos están |
|
en la Iglesia. |
|
|
WILSON |
Vamos. Tengo
|
|
avisado a Villianz, para |
495 |
que de nuestro casamiento |
|
sea el padrino. Una letra |
|
que tomó por mí, le debo |
|
pagar hoy también. |
|
|
MADAMA SAMBRIG |
Padrino,
|
|
¿es Villianz? Yo lo celebro |
500 |
mucho; ¡qué bella alma tiene! |
|
|
|
WILSON |
Es de los pobres consuelo. |
|
|
|
FANIA |
Él junta gruesas limosnas |
|
sólo para mantenerlos. |
|
|
|
MADAMA SAMBRIG |
Vamos, vamos, hijos míos. |
505 |
(La da la
mano.)
|
|
|
WILSON |
Fania, ¡qué dulces momentos! |
|
|
|
FANIA |
Para quien como yo te ama, |
|
no pueden ser más perfectos. |
|
|
|
|
|
WILSON |
Sin mí me lleva el contento. |
510 |
|
|
-8- |
|
(Vanse por la derecha y por la puerta de la tienda
sale ROBERTO.)
|
ROBERTO |
¡Válgame Dios! ¡Si
será |
|
lo que ahora me han dicho cierto! |
|
¡En la casa de Sudmer |
|
la justicia! Ya comienzo |
|
a inquietarme mucho. Y Jaime |
515 |
no parece. Qué suceso |
|
tan lamentable sería |
|
si acaso... Mas no lo creo. |
|
|
|
|
(Acércase a la puerta de la tienda
observando. Abre BETZI la
de la izquierda, sale por ella MILORD BALTTON ricamente vestido y con
la orden de la Jarretiera. Le habla en la misma puerta y
después se dirige MILORD
BALTTON hacia ROBERTO.)
|
BETZI |
Aquel que allí está,
Señor, |
|
es el principal cajero |
520 |
de mi amo. Si os gusta hablarle |
|
podéis con franqueza hacerlo. |
|
|
|
MILORD BALTTON |
Gracias. ¿No está aquí
Wilson? |
|
|
|
|
MILORD BALTTON |
Lo extraño, habiendo
|
|
con mi lacayo avisado |
525 |
vendría al instante a verlo. |
|
|
|
ROBERTO |
Perdonad, señor Milord, |
|
porque a desposarse al Templo |
|
ha ido. |
|
|
|
ROBERTO |
Pues tomad, señor, asiento. |
530 |
|
|
|
(Trae con respeto un taburete a la derecha y se
sienta con aire pensativo sin mirar a ROBERTO.)
|
|
ROBERTO |
(Aparte.)
|
Qué triste
está,
|
|
mas sin Jaime no sosiego. |
|
(Se entra en la
tienda.)
|
|
|
MILORD BALTTON |
(Aparte.)
|
Ya no es posible tolere |
|
este insoportable peso; |
|
preciso es que de él me libre, |
535 |
porque los remordimientos |
|
de mi conciencia... ¡Ah! ¡Yo fui |
|
el más bárbaro, el más
fiero |
|
de los hombres! ¡Seducirla, |
|
robarla y dejarla luego |
540 |
con mi hija en el abandono! |
|
¡De pensarlo me avergüenzo! |
|
Y cuando rompe la muerte |
|
de mi esposa aquel funesto |
|
fatal nudo, cuando yo |
545 |
apresuro mi regreso |
|
de la Jamaica, pensando |
|
en reparar mis defectos, |
|
casándome con la madre |
|
y dar a mi hija el honesto |
550 |
estado que la compete, |
|
las busco y no las encuentro! |
|
(Se levanta consternado de dolor,
saca una carta y después la guarda.)
|
De Neustacle se me escribe |
|
que ha tres años que salieron |
|
de aquella ciudad. ¡Ay, Dios! |
555 |
¡De horror se me llena el pecho! |
|
Jopin que era el comerciante |
|
en cuya casa estuvieron |
|
en Neustacle, habrá llegado |
|
o llegará en breve tiempo |
560 |
a Londres, y de Wilson |
|
saber dónde para quiero |
|
porque me diga el destino |
|
de ellas, y hacer lo que debo, |
|
¡y me dicta mi conciencia! |
565 |
¡Ah, hija mía! ¡Qué
momento |
|
tan encantador será |
|
para mí aquel en que el Cielo |
|
quiera te halle, para que |
|
entre mis brazos tan tiernos |
570 |
te estreche y me precipite |
|
en los de tu madre! |
|
|
|
(Sale ROBERTO.)
|
ROBERTO |
Presto
|
|
discurro, señor, que mi amo |
|
volverá. |
|
|
MILORD BALTTON |
Sólo pretendo
|
|
saber si ha llegado ya |
575 |
Jopin, que sigue un comercio |
|
considerable en Neustacle. |
|
|
|
ROBERTO |
¿Jopin? ¿Neustacle? Puedo |
|
asegurar de Wilson |
|
no tiene conocimiento |
580 |
de nadie en Neustacle. |
|
|
MILORD BALTTON |
¿Cómo?
|
|
Pues yo engaño no padezco, |
|
(Saca la carta y se la
da.)
|
leed desde aquí. |
|
|
ROBERTO |
(Lee.
Representando.)
|
«Vuelencia,
|
|
sabrá en casa de Lamberto |
|
Wilson, donde va a parar |
585 |
Jopin». Ahora caigo en ello, |
|
no es esta, señor, la casa |
|
que buscáis. |
|
|
|
ROBERTO |
No por
|
|
esta es de Carlos Wilson, |
|
|
-9- |
y buscáis la de Lamberto |
590 |
Wilson. La conformidad |
|
del apellido es quien ha hecho |
|
se hayan engañado muchos. |
|
|
|
MILORD BALTTON |
¿Ahora salimos con eso? |
|
¿Dónde ese Lamberto vive? |
595 |
¡Jamás tendré yo
consuelo! |
|
|
|
ROBERTO |
Al puente de Vestmenster, |
|
cerca del Palacio nuevo, |
|
de Milord Orcey. |
|
|
MILORD BALTTON |
Ya hubiera
|
|
sabido lo que pretendo |
600 |
de ese hombre, y ahora tal vez |
|
no pueda encontrarle; pero |
|
vamos allá. A Dios amigo. |
|
¡Bien estas penas merezco! |
|
(Vase
precipitadamente.)
|
|
|
ROBERTO |
Este señor tiene alguna |
605 |
pesadumbre grande; pero |
|
aquí llega Jaime,
¿cuánto |
|
has tardado? ¿Y el dinero? |
|
|
|
|
(Sale este por donde se fue MILORD BALTTON.)
|
JAIME |
¡Ah, señor Roberto!
¡Qué |
|
noticia! ¡Qué contratiempo |
610 |
tan fatal! |
|
|
|
JAIME |
Sudmer bancarrota ha hecho |
|
y se escapó anoche. |
|
|
|
|
(Sale ISABELA.)
|
ISABELA |
Un pobre, Señor Roberto, |
|
pide una limosna. |
|
|
ROBERTO |
¡Apenas
|
615 |
articular la voz puedo! |
|
Mi amo va a ser arruinado. |
|
|
|
ISABELA |
Vamos. Yo por Dios os ruego |
|
que le deis dos reales, pues |
|
es un pobrecito viejo. |
620 |
|
|
ROBERTO |
Arruinado enteramente |
|
será mi amor. Así lo creo, |
|
si las letras de Norbie... |
|
Dejadme, niña. |
|
|
ISABELA |
A lo menos,
|
|
Señor Roberto, un realito |
625 |
no más, un realito. El Cielo, |
|
dice mi papá, que da |
|
ciento por uno; y yo quiero |
|
sembrar mucho entre los pobres, |
|
que así se halla un fruto cierto. |
630 |
|
|
|
ISABELA |
¡Qué contenta voy con esto! |
|
Y que alegre se pondrá |
|
el pobre. Mas yo sospecho |
|
que ha venido mi papá, |
635 |
según el ruido que siento |
|
voy a verle. |
(Vase.)
|
|
|
ROBERTO |
Éntrate, Jaime,
|
|
en la tienda; y un silencio |
|
profundo guarda sobre este |
|
tan triste acontecimiento. |
640 |
|
|
JAIME |
Así lo haré. El corazón |
|
penetra mi desconsuelo. |
|
|
|
ROBERTO |
¡Qué golpe! ¡Y en qué
ocasión! |
|
¡En qué día! Yo no
encuentro |
|
arbitrio. Y cómo podré |
645 |
decirle, y es fuerza hacerlo, |
|
mas ya llegan. |
|
|
|
(Salen WILSON, FANIA, MADAMA SAMBRIG, ENRIQUE e ISABELA. Estos vienen asidos de la
mano de FANIA
haciéndola caricias.)
|
|
FANIA |
Sí, hijos míos, yo prometo |
|
ser vuestra madre desde hoy. |
|
|
|
ISABELA |
Nosotros también sabremos |
650 |
respetaros como a tal. |
|
Papá, vino un caballero |
|
mientras usted fuera ha estado, |
|
con un vestido tan lleno de oro. Y por aquí
traía |
|
una banda. |
|
|
WILSON |
Di, Roberto,
|
655 |
¿quién ha venido? |
|
|
ROBERTO |
¡Un Milord
|
|
que se equivocó! |
|
|
WILSON |
A Lamberto
|
|
Wilson buscaría, ¿eh? |
|
|
|
WILSON |
Amado dueño |
|
de mi corazón, ya soy |
660 |
tu amante y tu esposo a un tiempo. |
|
|
|
FANIA |
Y yo a un tiempo soy tu esclava |
|
y tu esposa; ya no tengo |
|
que apetecer nada mientras |
|
me tenga a tu lado el cielo. |
665 |
|
|
MADAMA SAMBRIG |
Vamos arriba, hijos míos. |
|
|
|
|
WILSON |
Mi afecto,
|
|
Clicie amante de tu sol, |
|
irá a tus pasos siguiendo. |
|
|
|
|
(Emprenden su marcha asidos los niños de
MADAMA SAMBRIG y
FANIA, de la mano de
WILSON despacio.
ROBERTO, a media voz y
tirando con disimulo de la casaca a este, le dice lo
siguiente.)
|
ROBERTO |
Oíd, señor, una palabra. |
670 |
|
|
WILSON |
(Parándolo.)
|
Haz, Roberto, todo aquello |
|
que te dicte tu prudencia, |
|
descansad contigo quiero; |
|
deja que ocupe este día |
|
|
-10- |
en las dichas que poseo. |
675 |
|
|
ROBERTO |
Pero, señor, yo tenía |
|
que deciros un secreto. |
|
|
|
WILSON |
Pues bien, dile prontamente. |
|
¿Por qué te quedas suspenso? |
|
|
|
|
FANIA |
Tú puedes hablar
|
680 |
delante de mí, Roberto, |
|
con libertad; ya comunes |
|
son los intereses nuestros. |
|
|
|
ROBERTO |
Ya lo sé, señora, mas |
|
lo que a mi amo decir debo |
685 |
pudiera... |
|
|
MADAMA SAMBRIG |
(Tomándola del
brazo.)
|
Ven, hija mía,
|
|
deja que hablen un momento |
|
solos. |
|
|
|
WILSON |
Ya te sigo, amado dueño; |
|
pero advierte que el Señor |
690 |
Villianz a favorecernos |
|
vendrá a la mesa. |
|
|
FANIA |
Tendré
|
|
gran satisfacción en ello; |
|
no puede haber nada malo |
|
donde se halle hombre tan bueno. |
695 |
(Vase alegre con los
niños.)
|
|
|
WILSON |
¿Qué cosa tan misteriosa |
|
quieres decir? Ya habrá vuelto |
|
de casa de Sudmer Jaime. |
|
|
|
ROBERTO |
Ya ha venido, señor, pero... |
|
|
|
WILSON |
¿Pero qué? ¿Qué haces?
¿Tú tiemblas? |
700 |
|
|
ROBERTO |
No ha traído ningún dinero. |
|
|
|
|
ROBERTO |
Porque Sudmer
|
|
ha quebrado y con silencio |
|
se escapó anoche. |
|
|
WILSON |
¿Qué dices?
|
|
¡Justo Dios! ¿Y es eso cierto? |
705 |
|
|
ROBERTO |
Jaime está en la tienda, de él |
|
pronto lo sabréis. Entremos. |
|
|
|
WILSON |
Sí, ocultemos de mi esposa |
|
y de su madre a lo menos |
|
esta funesta noticia |
710 |
sobre mi crédito, puedo |
|
esa suma reemplazar; |
|
mas si no han tenido efecto |
|
las dos letras de Norbie |
|
que debió pagarme hoy mismo, |
715 |
Sudmer. ¡Ah, Roberto mío! |
|
Todos, todos nos perdemos. |
|
|
|
ROBERTO |
Confiad en la Providencia |
|
que a todo dará remedio, |
|
señor. |
|
|
|
|
|
|
|
|
WILSON |
Ocultemos
|
|
esta amargura, esta pena, |
|
mal, quebranto y desconsuelo. |
725 |
|
|