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El feliz encuentro

Comedia nueva en un acto, de Goldoni

Luis Antonio José Moncín



PUESTA EN VERSO Y AUMENTADA POR L. A. J. M.



PERSONAJES

ACTORES
 
                DON FERNANDO, prometido esposo de Doña Isabel. Josef Huerta.
DOÑA ISABEL, hija de Don Roberto. Señora Juana García.
DON ROBERTO Vicente García.
DON ANTONIO, Oficial, amigo de Don Fernando. Feliz de Cubas.
DON JACINTO, amante de Doña Isabel. Tomás Ramos.
INÉS

Criados de Doña Isabel.

Señora Joaquina Arteaga.
PERICO Josef García.
MANUELA

Criados de la fonda.

Señora Polonia Rochel.
FELIPE Miguel Garrido.



La Escena es en Córdoba, en una sala de la fonda.

          
 

La decoración será de una sala de paso en la Fonda de Córdoba: tendrá una puerta al centro, dos a la izquierda y una a la derecha. Esta sala tendrá algunas sillas, mesas y demás adornos correspondientes: estarán cada uno a su lado FELIPE y MANUELA, ésta doblando una servilleta que irá poniendo en un azafate, y él limpiando unos cubiertos que irá poniendo en una cesta; después que sube el telón, sigue la orquesta tacando muy piano para no impedir la representación: se miran los dos, Felipe empieza a hablar en tono regular y ella lo impide.

                                                    
FELIPE En qué consiste Manuela...
MANUELA Silencio.
FELIPE                Pues por qué...
MANUELA                                         Baja
la voz, ¿no sabes que duerme
el señor que esta mañana
llegó con su hija?
FELIPE                             ¡Toma! 5
¿Pues quién busca en las posadas
y a tales horas quietud?
¿Los huéspedes, no nos pagan
el ruido que nos dan?
Pues uno por otro vaya; 10
que es bien que a ruido mueran,
los que a ruido nos matan:
yo voy a cantar.
MANUELA                          Salvaje...
FELIPE Sobre que me da la gana.
 

(Altercando los dos.)

 
MANUELA No cantarás.
FELIPE                      Cantaré, 15
aunque el mundo lo estorbara.
MANUELA Pues no cantarás, porque
te aseguro que si cantas, [2]
he de cantar yo también,
porque todos admiraran 20
por prodigio, en este tiempo,
ver una mujer callada.
FELIPE Es verdad, que hacéis alarde
de tener la lengua larga.
MANUELA Mucho más larga la tienen 25
los hombres: yo les cortara
el piquito a muchos de ellos,
con eso no nos quitaran
la honra y la estimación,
contando lo que les pasa 30
con nosotras, y tal vez
por vanidad y jactancia,
aun de aquello que no han hecho
regularmente se alaban.
FELIPE Pienso que tienes razón, 35
pero amiga...
 

(Dentro voces.)

 
VOCES                        Para para.
 

(Suena ruido de campanillas, y algún estruendo como de haber llegado un coche de camino, y se levanta MANUELA con ligereza.)

 
MANUELA Felipe, huéspedes llegan.
FELIPE (Con ironía.) Espéralos sosegada,
Manuela, porque harto tiempo
tienes de echarles la garra, 40
pues es raro el que aquí llega
que de tus manos se escapa.
MANUELA Eso es decir...
FELIPE                        Solamente,
Manuela, que sé tus maulas.
 

(Salen DON FERNANDO en traje de camino, y DON ANTONIO de oficial.)

 
DON FERNANDO Ésta sin duda es, amigo, 45
una decente posada,
según parece.
DON ANTONIO                       Ella es
como todas las de España,
incómoda, miserable,
sin que comer, y muy cara... 50
(Aparte.) ¡Hola, no me ha parecido
la moza costal de paja!
DON FERNANDO Disponed lo que os parezca
que yo no estoy para nada.
 

(Se sienta en una silla pensativo.)

 
DON ANTONIO ¡Qué simple sois! Hola, mozo, 55
ve a disponer sin tardanza
la comida.
FELIPE                  Prontamente.
 

(Vase.)

 
DON ANTONIO Y tú, salerosa amada...
MANUELA Deje usted.
DON ANTONIO              Pues digo, chica,
¿te parece a ti que espanta 60
esa cara, y ese aire
de taco, que más ataca
que atacan cien granaderos
que una fortaleza asaltan?
MANUELA No entiendo de guerra.
DON ANTONIO                                      Tú 65
estarás mejor hallada
en la dulce paz; pues hija
hallaste lo que buscabas,
pues con todas las mujeres
yo tengo paces juradas. 70
MANUELA ¿Y pagáis tributo?
DON ANTONIO                              Está
mi faltriquera muy franca
en todas las ocasiones.
MANUELA Pues estará ya agotada
según eso, y para mí 75
no le habrá quedado nada.
DON ANTONIO (Aparte.) ¡Fuego, y cómo se sacude!
MANUELA (Aparte.) No parece mala caña
el tal oficial.
DON FERNANDO                      Teniente,
mirad que el tiempo se pasa. 80
DON ANTONIO Así, pues, querida mía,
ábrenos aquella sala,
 

(A la puerta del centro.)

 
donde yo he estado otras veces,
que es muy buena.
MANUELA                               Está ocupada.
DON ANTONIO ¿Ocupada? ¿Y quién la ocupa? 85
MANUELA Un caballero que acaba
de llegar, en compañía
de una hija, y su criada.
DON ANTONIO ¿Y es buena moza la hija?
MANUELA (Con despego.) Como no he de retratarla, 90
no me detuve a mirar
sus defectos, o sus gracias.
DON ANTONIO ¡Qué chusca eres! pero di,
¿ese caballero, y dama,
querrán comer con nosotros? 95
MANUELA Presume usted que yo haya
estudiado nunca el arte [3]
de adivinar.
DON ANTONIO                    ¿Que lo extrañas?
Como eres tan hechicera,
discurrí que lo alcanzaras. 100
MANUELA No señor.
DON ANTONIO                Pues es preciso
lo preguntes.
MANUELA                      Cuando vaya
a avisar de la comida,
se lo diré.
DON FERNANDO                 Es escusada
diligencia, los dos solos 105
comeremos, si os agrada,
para que sin detención
prosigamos la jornada.
DON ANTONIO Por dos horas más o menos,
mañana estaréis sin falta 110
en Sevilla.
DON FERNANDO                  ¿Que el deseo
de conocer a esa dama,
así os domine?
DON ANTONIO                         Fernando,
si te he de hablar sin soflama,
no puedo más con mi genio: 115
(A MANUELA.) ¿querrás tú de buena gana
asistirnos?
MANUELA                 Según diere
el reloj.
DON ANTONIO              Desconfiada,
para ti dará las todas;
no quedarás disgustada, 120
y tus alfileres corren
por mi cuenta.
MANUELA                      Yo ajustadas
tengo las mías, y a cargo
de promesas, doy en data...
DON ANTONIO ¿La mano?
 

(Va a tomarla la mano, y ella la retira.)

 
MANUELA                     No señor, sólo 125
muchísimas esperanzas.
DON ANTONIO ¿Y se cumplen?
MANUELA                          Pocas veces,
que estoy muy escarmentada,
porque a muchos que he servido
con gusto, luego a la paga 130
ellos han ido contentos,
y yo he quedado burlada.
DON ANTONIO ¡Muchacha, te compadezco!
MANUELA Tiene muy acreditada
la tropa la caridad. 135
 

(Sale FELIPE.)

 
FELIPE La comida, preparada
tendréis al punto.
DON ANTONIO                             ¿Hay buen vino?
FELIPE Sí señor, aquí no falta.
DON ANTONIO ¿Hay Bordeos?
FELIPE                         Y muy rico;
hay Fontiñán, de Champaña, 140
de Málaga, de Jerez,
y del mejor de la Mancha.
DON ANTONIO Pon Bordeos.
FELIPE                       Está bien:
(Serio a MANUELA.) oye, mira que haces falta
allá fuera.
MANUELA                Voy corriendo. 145
FELIPE ¿Con el oficial, qué hablabas?
 

(Aparte los dos.)

 
MANUELA Le estaba oyendo gastar
toda la pólvora en salvas.
FELIPE ¡Cuidado!
MANUELA                 Vive seguro
de que Manuela, te ama. 150
 

(Vanse los dos.)

 
DON ANTONIO Hombre, por Dios que te alegres
pues nadie con mayor causa
puede hacerlo, cuando vas
al encuentro de una dama
noble y rica, por esposa. 155
DON FERNANDO Mas también, si lo reparas,
el no haber visto jamás
a la que se me prepara
para mi esposa, me tiene
en confusión tan extraña: 160
pues aunque me dicen es
amable, y muy agraciada;
hasta que yo llegue a verla,
no logra descanso el alma.
DON ANTONIO Cuando tu padre, en la Corte 165
(centro de tantas gallardas
hermosuras) no ha pensado
con alguna te casaras,
y en Sevilla te ha tratado
esta boda, es cosa clara 170
que adornarán a la novia
muy amables circunstancias, [4]
conque deja los temores,
y he de pensar sólo trata
que son muy dulces, y amables 175
las señoras sevillanas.
DON FERNANDO Recelo que la amistad
antigua con que se tratan
Don Roberto (que es el padre
de la novia destinada) 180
y el mío, sea el motivo
de tratar esta alianza.
DON ANTONIO ¿Pero sin haberla visto
por qué demonios te casas?
DON FERNANDO Porque mi padre lo quiere, 185
y no era justo faltara
al respeto y la obediencia.
DON ANTONIO Muy bien: ¿y si no te agrada
la novia cuando la veas?
DON FERNANDO Ese temor me maltrata, 190
y más viendo no hay remedio
pues que ya di la palabra.
DON ANTONIO ¡Valiente chasco será
si es la novia corcovada,
coja, o tuerta! y fuera dicha 195
del todo no te gustara;
pues como tengo experiencia
que en aventuras galanas
de las que los hombres buscan
cuando solteros se hallan: 200
celoso eres como un diablo;
si es que la novia se halla
con prendas recomendables
que te estimulen a amarla
con extremo, te aseguro 205
no te arriendo la ganancia.
DON FERNANDO Verdaderamente, amigo,
no sabré sobre esta causa
decir, si estimara más
una mujer agraciada, 210
(aunque a costa de la pena
y el cuidado de guardarla)
o una fea, con quien nunca
tuviera que temer nada.
DON ANTONIO ¿Quieres que yo, mi opinión, 215
te diga en breves palabras?
DON FERNANDO Sí, teniente.
DON ANTONIO                    Pues, amigo,
tengo por cosa acertada,
no te cases con ninguna:
si es de belleza extremada 220
agradará a todo el mundo;
y si es fea, con su facha
ni al mundo, ni a ti tampoco:
siendo fea, es cosa clara
que tendrás en casa, siempre, 225
un diablo; y por la contraria
si es bonita, mil demonios
dentro y fuera de la casa.
DON FERNANDO Según te explicas, tú quieres
vivan a la militara 230
todos los hombres.
DON ANTONIO                               ¡Yo creo
mejor vida no se halla
en todo el mundo! Hoy aquí,
en otra parte mañana:
hoy unos amores nuevos, 235
y aún en la propia semana
otros distintos: amar,
cortejar a las muchachas
sin interés, y al oír
el primer toque de caja, 240
salud a los que se quedan,
y buen viaje al que se marcha.
DON FERNANDO ¿Y en llegando al primer pueblo,
volver a la acostumbrada
vecindad?
DON ANTONIO                 Eso al instante: 245
los oficiales, cifrada
tenemos la complacencia
en fingir con vivas ansias
amor a todas, y en no
querer a ninguna.
DON FERNANDO                             ¡Rara 250
complacencia!
DON ANTONIO                        Es la mejor
para vivir: si esta dama
que en aquella sala está
 

(Señala al centro.)

 
no es una cosa que espanta
voy a decirla la quiero, 255
y veréis a dos palabras
se lo hago creer.
DON FERNANDO                            Muy bien:
¿y si al padre no le agrada
asociarse en compañía?
DON ANTONIO ¿Y por qué ha de rehusarla? 260
Yo le hablaré con franqueza [5]
y todo verás se allana.
DON FERNANDO Pero, teniente, no estemos
aquí mucho, que se atrasa
nuestro viaje.
DON ANTONIO                       ¡Qué diablo 265
de prisa, si no te aguardan
según tú me has informado
en Sevilla hasta la pascua!
pero voy a la cocina
que quiero ver cómo anda 270
aquel guisado: hombre, alegre,
y ese corazón ensancha.
 

(Vase.)

 
DON FERNANDO ¡Siempre está de buen humor!
¡Yo no sé si acaso es gracia
de su genio, o privilegio 275
de su carrera! ¡Con cuánta
satisfacción yo la hubiera
seguido! mas de mi casa
soy el único heredero,
por lo cual, mi padre trata 280
ponerme en estado: ¡cielos
si yo a mi esposa encontrara
dócil y amable... qué oigo!
la puerta de aquella sala
parece que abren.
 

(Abren la puerta del centro, y se deja ver INÉS.)

 
INÉS                                ¿Perico? 285
¿Perico? Éste siempre falta
a su obligación: ¿Si acaso
estará con la criada
de la fonda en chicoleos?
Si yo a saberlo llegara... 290
DON FERNANDO ¿Quiere usted algo señora?
INÉS Sólo a un criado llamaba
que no responde, y está
esperándole mi ama.
DON FERNANDO Decidme: ¿sois por ventura 295
de esa señora criada?
INÉS Sí señor, para serviros.
DON FERNANDO Y decid, por vuestra gracia,
¿quién es este caballero
que aquí hospedado se halla? 300
INÉS Señor, mi amo es de Sevilla,
un caballero que llaman
Don Roberto de Rivera.
DON FERNANDO (Aparte.) ¡Qué oigo! ¡Confusión extraña!
INÉS Mi ama Doña Isabel, 305
su hija, está contratada
de casar, según he oído,
con Don Fernando de Vargas
 

(Se sobresalta.)

 
caballero de Madrid:
¿Perico? Si le pillara... 310
DON FERNANDO (Aparte.) Cielos, mi esposa y mi suegro
son éstos: ¿pues con qué causa
de Sevilla hacen ausencia
cuando en ella a mí me aguardan?
 

(Quédase pensativo. Sale PERICO.)

 
Perico ¿Qué quieres Inés?
INÉS                                Que subas 315
al punto un vaso de agua.
PERICO ¿Para ti?
INÉS               No.
PERICO (Con soflama.) Yo creí
 

(Llegándose a la puerta, y hablando los dos aparte.)

 
que estarías sofocada
de estar con un hombre a solas
hablando.
INÉS (Con enfado.) Lengua malvada, 320
apostemos que te saco
los ojos.
PERICO               Así taimada
no viera...
INÉS                 Ve a lo que digo,
que luego unas cuentas largas
tengo que ajustar contigo. 325
PERICO Pues si yo llego a sumarlas,
sin duda ninguna, Inés,
que quedarás alcanzada.
INÉS Vuelve pronto.
 

(Éntrase.)

 
PERICO (Aparte.)          Bien: el hombre
se ha quedado hecho una estatua. 330
 

(Vase mirándole.)

 
DON FERNANDO ¡Qué confusión! ¿Qué motivo
tendrán de hacer esta marcha
sin que yo llegue a Sevilla?
Por si fuere de importancia
ocultar quien soy pretendo. 335
 

(Se deja ver a la puerta DOÑA ISABEL.)

 
DOÑA ISABEL ¡Cómo este criado tarda
tanto! ¿Perico?
DON FERNANDO                         Señora,
si a propósito me halla
para que la sirva, yo
lo haré con toda eficacia. [6] 340
DOÑA ISABEL Caballero, yo os estimo
vuestra expresión cortesana:
llamaba a un criado: a Dios.
DON FERNANDO Si acaso no os molestara,
me atreviera a preguntaros 345
(pues saberlo me alegrara)
¿si por dicha sois vos hija
de un caballero que llaman
Don Roberto de Rivera?
DOÑA ISABEL ¿Y quién le ha dado a usted tanta 350
noticia de mí?
DON FERNANDO                        Quien sabe
también, como usted se halla
destinada para esposa
de Don Fernando de Vargas.
DOÑA ISABEL ¿Aun de eso estáis informado? 355
 

(Va saliendo.)

 
DON FERNANDO Sí señora, pues se trata
de que es grande amigo mío,
y sé que se preparaba
para pasar a Sevilla,
porque allí se celebrara 360
su matrimonio: (Aparte.) no quiero
declararme, hasta que haya
descubierto los motivos
que de Sevilla la sacan.
DOÑA ISABEL ¿Cómo es su nombre de usted? 365
DON FERNANDO Don Enrique de Miranda.
DOÑA ISABEL ¿Conque es usted muy amigo
de Don Fernando?
DON FERNANDO (Con intención.)  Y es tanta
nuestra amistad, que bien puedo
decir, que tan sólo un alma 370
a vuestro esposo, y a mí
nos anima.
DOÑA ISABEL                   Si una gracia
yo consiguiera de usted...
DON FERNANDO Yo os empeño mi palabra
de obedeceros gustoso: 375
(Aparte.) mucho su aspecto me agrada.
Y si en lo demás...
DOÑA ISABEL                               Decidme,
con toda la confianza
de vuestro buen corazón,
el carácter, y las gracias 380
de vuestro amigo, y mi esposo.
DON FERNANDO Le doy a usted la palabra
de hacerla un retrato fiel
de todas sus circunstancias:
le conozco tan a fondo 385
como a mí mismo: no hay nada
que él a mí me oculte: ¡pero
permitidme que yo os haga
la pregunta, de por qué
os hallo en esta posada, 390
y no en Sevilla, si en ella
debían ser celebradas
las bodas!
DOÑA ISABEL                 Os lo diré
francamente, sin que haya
el menor reparo... pero 395
temo que si se levanta
mi padre, y con vos hablando
en este sitio me halla,
le ocasione algún enojo.
DON FERNANDO La excusa podréis hallarla 400
diciendo que soy amigo
de vuestro esposo.
DOÑA ISABEL (Con sonrisa.)      No es mala
salida: tomad asiento
que soy muy interesada
en el asunto, y quisiera 405
 

(Se sientan.)

 
quedar muy bien informada.
DON FERNANDO En todo he de obedeceros
como es justo.
 

(Sale PERICO con un vaso de agua.)

 
PERICO                         Aquí está el agua.
DOÑA ISABEL Ya no es menester.
PERICO (Aparte.)                Ahora,
discurrí yo aprovechara: 410
este diablo no perdona
a la criada ni al ama:
él sin duda es de Madrid
que andan siempre a la que salta.
 

(Vase.)

 
DON FERNANDO ¡Hablad pues: confuso estoy! 415
DOÑA ISABEL No sabré ocultaros nada,
porque es la verdad en mí
la prenda más estimada.
Mi padre me ha destinado,
sin que de ello me avisara, 420
para que yo sea esposa
de vuestro amigo, que se halla
en Madrid, al que no he visto
ni conozco; circunstancia
que me hace vivir temiendo 425
si seré sacrificada [7]
en este enlace.
 

(Se entristece.)

 
DON FERNANDO                         Señora,
vuestro temor se adelanta
más de lo justo.
DOÑA ISABEL                          Pues yo
al contrario lo juzgaba: 430
porque demos por supuesto
que su persona es gallarda
 

(Se altera DON FERNANDO.)

 
(que eso se verá después)
¿os parece que eso basta
a que sea de mi agrado? 435
¿quién me asegura se hallan
en él, lo amable, lo humano
y virtuoso? estas raras
prendas son las que yo busco,
y éstas andan retiradas 440
hoy día de muchos hombres:
la nobleza no me arrastra
ni las riquezas: yo quiero
tranquilidad en el alma,
y paz en el corazón. 445
Por esta preciosa alhaja,
a costa de cualquier riesgo,
me valdré determinada
del don de la libertad,
que el cielo con mano franca 450
concede a todo mortal.
DON FERNANDO (Alterado.) Mas si de esa repugnancia
a vuestro padre advirtierais...
(Aparte.) ¡yo no sé lo que me pasa!
DOÑA ISABEL Cuantas protestas le he hecho 455
han sido de él despreciadas;
y viendo que mis parientes
a mi favor se inclinaban,
por privarme de este auxilio
ha resuelto, sin tardanza, 460
que pasemos a la Corte
con la intención inhumana,
de que con gusto o sin él,
me he de casar, pero es vana
su pretensión: (Con esfuerzo.) pues primero 465
hasta la muerte, encerrada
en un claustro viviré,
que llegue a verme casada
con quien por toda la vida
pueda hacerme desgraciada. 470
DON FERNANDO (Aparte.) ¡Vaya que he quedado airoso!
sin conocerme empeñada
está en despreciarme: ¡cielos
qué haré en duda tan extraña!
DOÑA ISABEL ¿No aprueba usted mi opinión? 475
DON FERNANDO (Con ironía.) Preciso me es aprobarla:
(Aparte.) (qué he de hacer
                                          si no hay más medio)
y si en el caso me hallara
de que fuese yo el dichoso
a quien fueseis destinada, 480
os dejaría en la plena
libertad, si la desgracia
tenía de disgustaros.
DOÑA ISABEL ¡De vuestra prudencia rara
fuera un rasgo!
DON FERNANDO (Aparte.)        No sería 485
sino precisión.
DOÑA ISABEL                         Con franca
sinceridad, yo os he dicho
cuanto en el pecho ocultaba,
decidme vos con la misma,
cuanto que decirme haya 490
de vuestro amigo.
DON FERNANDO                              Le estimo
tan de veras, que embaraza
a mi amistad, el deciros
ni en su contra, ni alabanza...
pero en fin: es su persona... 495
DOÑA ISABEL Para marido me basta
sea un hombre regular:
lo que deseo con ansia
saber, es de su carácter,
y prendas buenas o malas. 500
A mí me han dicho que es algo
fuerte de genio.
DON FERNANDO                          Cuando halla
motivo para tenerle.
DOÑA ISABEL A la verdad no me agrada,
que es poco prudente el hombre 505
a quien la ira avasalla.
DON FERNANDO (Aparte.) ¡Esto más! yo estoy perdido.
DOÑA ISABEL Y sabéis si da en la rara
manía de ser celoso.
DON FERNANDO Si he de hablar con confianza 510
alguna vez.
DOÑA ISABEL                      De ese modo
me confesáis, cosa es clara,
que él ha estado enamorado, [8]
y eso no me gusta nada.
 

(Mostrando disgusto.)

 
DON FERNANDO Pues no os disgustéis por eso, 515
que siempre que ha hallado causa
para amar, tan sólo ha sido
como el respeto le manda.
DOÑA ISABEL ¿Luego ha amado muchas veces
según eso?
DON FERNANDO (Aparte.)  Ella me ataja 520
por todas partes.
DOÑA ISABEL                            A fe
que tiene muy buenas gracias
el tal Don Fernando para
que le quieran: (Con soflama.) sin falacia,
confiéselo usted, ¿no es 525
el caballero una alhaja?
DON FERNANDO Señora...
DOÑA ISABEL                No, no seré
yo tan tonta, que me vaya
por mis pies al sacrificio.
DON FERNANDO (Aparte.) Esto sólo me faltaba. 530
¡Sofocado estoy! yo sé,
señora, que si él se casa
sólo a vos os amará.
DOÑA ISABEL ¿Proposición tan bizarra
la podréis asegurar? 535
DON FERNANDO Sí señora, y con fundada
certeza, pues yo conozco
cómo piensa, y cómo trata
mi amigo, y podéis creerlo,
como si él mismo os hablara. 540
DOÑA ISABEL Decid, ¿y a qué diversiones
más inclinado se halla?
DON FERNANDO En la lectura de libros
sé que muchos ratos gasta;
otros en conversación; 545
y tal vez sé que le agrada
el teatro.
DOÑA ISABEL               ¡Malo! todas
contra mí están conjuradas.
DON FERNANDO ¿Cómo señora?
DOÑA ISABEL                          Mirad,
un marido que se halla 550
divertido con los libros,
es precisa circunstancia
que de su mujer se olvide.
Los filósofos nos tratan
(o a lo menos lo aparentan) 555
con indiferencia tanta,
que ya para aborrecernos
es poco lo que les falta.
Si ama la conversación,
gustando de ajenas gracias, 560
es difícil de que pueda
encontrar gusto en su casa,
pues por propias y continuas
las de su mujer le enfadan:
y si frecuenta el teatro 565
mayores riesgos le aguardan,
pues en él tendrá ocasión,
según algunos declaran,
de concebir mil pasiones
peligrosas, y arriesgadas. 570
DON FERNANDO Perdone usted, señorita,
si intento desengañarla:
(Aparte.) ¡el sutil entendimiento
de aquesta mujer me pasma!
casi la habla con temor. 575
El estudio a las humanas
letras, es ocupación
propia de buena crianza,
y no impide al corazón
los derechos que éste abraza: 580
En cuanto a que le divierta
la conversación, no hay nada
que extrañar, ni que temer,
pues la sociedad es vasa
en que el talento del hombre 585
su mayor instrucción halla.
Por ultimo, diré a usted,
lo que del teatro alcanza
mi discurso, es el teatro
la diversión más sensata, 590
de docto entretenimiento,
la mas útil, y aun estaba
por deciros que es precisa.
DOÑA ISABEL ¿Y de qué modo probará
usted lo que dice?
DON FERNANDO                             Así: 595
la buena comedia abraza
el deleite, y la instrucción,
pues patentiza, y declara
los defectos de los hombres,
haciendo que las dañadas 600
costumbres, detesten éstos,
pues al ver que se retratan [9]
públicamente, les sirve
el sonrojo de enseñanza.
La tragedia, quien ignora 605
enseña a que siempre se haga
buen uso de las pasiones,
viendo la virtud premiada,
y castigado del vicio
la ceguedad y la audacia: 610
en efecto, a vuestro esposo
los méritos no le faltan
de ser honesto, amoroso,
y discreto lo que basta
mas si a usted no le agradare, 615
vivid en la confianza
que os dejará francamente
en la libertad amada
que tenéis, y anule todo
contrato de esta alianza: 620
yo os digo, lo mismo que él
dijera, si aquí se hallara.
DOÑA ISABEL Muy gustosa os he escuchado,
y a Madrid más sosegada
voy a ver mi esposo, 625
puesto que si acaso por desgracia
no me gusta, ha de dejarme
en la libertad que estaba.
DON FERNANDO (Aparte.) Bien claro muestra que está
en despreciarme empeñada: 630
yo temo que la adversión
que a mi amigo mostráis, nazca
que de otra amante pasión...
DOÑA ISABEL No por cierto: si yo amara
a alguno, yo os lo diría 635
con franqueza.
DON FERNANDO                         Pues madama,
¡posible es que vuestros ojos
herido a alguno no hayan!
DOÑA ISABEL Sí han herido, pues hay quien
me ame.
DON FERNANDO (Aparte.) Sólo me falta, 640
tras despreciarme, que ahora
me dé celos! me alegrara
saber, quién por vos suspira:
decídmelo en confianza.
DOÑA ISABEL ¿Usted parece curioso? 645
DON FERNANDO Como sinceridad tanta
hallo en vos, creo sin duda
no me ocultaréis la causa
de este arcano.
DOÑA ISABEL                         No es arcano;
es Don Jacinto de Lara, 650
un caballero, que ha tiempo
entra con frecuencia en casa.
DON FERNANDO (Con sorpresa.)
¡Con frecuencia! ¿Joven?
DOÑA ISABEL                                          Joven.
DON FERNANDO ¿Y de figura bizarra?
DOÑA ISABEL No es despreciable.
DON FERNANDO                                ¿Y usted, 655
señorita, no le ama?
DOÑA ISABEL No le amo, pero tampoco
le aborrezco.
 

(Muestra DON FERNANDO impaciencia.)

 
DON FERNANDO                      Sin falacia,
¿os podría acomodar
para esposo?
DOÑA ISABEL                     Con más causa 660
que a otro que yo no conozca.
DON FERNANDO ¡Malo! Bastante inclinada
 

(Mostrando pesar.)

 
estáis a él, no lo neguéis.
DOÑA ISABEL Estoy poco acostumbrada
a fingir: creed que os digo 665
lo mismo que siente el alma.
DON FERNANDO Como os veo despreciar
a mi amigo...
DOÑA ISABEL                      Usted se engaña,
temo, por no conocerle,
si podré ser desdichada. 670
DON FERNANDO No es posible: merecéis
ser en todo afortunada
y yo, lo deseo, sí,
 

(Con trasporte, y acercándose a DOÑA ISABEL.)

 
feliz aquel que lograda
vea la dicha, de ser 675
poseedor de tan amada
consorte: ¡vuestra prudencia
es admirable! ¡extremada
vuestra belleza! los rayos
de vuestros ojos abrasan... 680
DOÑA ISABEL Poco, a poco, que se arrima
usted mucho.
DON FERNANDO                       Es confianza
del interés que yo tomo
por mi amigo.
DOÑA ISABEL (Con severidad.) Mas tomadla
con mayor moderación. [10] 685
DON FERNANDO (Aparte.) Ya no tengo tolerancia
para recatarme más:
a señorita, mi alma...
DOÑA ISABEL Con el permiso de usted.
 

(Se levanta.)

 
DON FERNANDO No os vais sin que declarada... 690
DOÑA ISABEL (Con severidad.)
¿Qué queréis?
DON FERNANDO                        Que me digáis...
no acierto con las palabras
si yo fuese ese dichoso
a quien estáis destinada
¿podría lisonjearme 695
que vuestro pecho me amara?
DOÑA ISABEL Si amáis la sinceridad,
con ella mi voz declara
no seríais de mi gusto.
DON FERNANDO (Con desmayo.) ¿Pues tan odiosa se halla 700
mi persona a vuestros ojos?
DOÑA ISABEL Yo no diré si me agrada
o no la presencia vuestra:
(Con severidad.) pero os diré que me enfadan
vuestros últimos acentos, 705
pues ellos propios declaran
una irregular licencia
que no debisteis tomarla.
Yo no deseo un esposo
intratable, y de una extraña 710
austeridad, más le quiero
para vivir sosegada,
prudente, honesto y atento,
y de acciones moderadas.
DON FERNANDO Sea disculpa...
 
(Sale DON ANTONIO.)
 
DON ANTONIO                          ¡Valiente 715
comida se nos prepara,
caramba, y qué buena moza!
(Aparte.) Oye, Fernando, hazme espaldas
para que yo la enamore.
DON FERNANDO ¿Qué dices?
DOÑA ISABEL                     Pues hago falta 720
quedad con Dios.
 

(Hace cortesía, y vase.)

 
DON ANTONIO                               Oye usted.
DON FERNANDO Detente.
DON ANTONIO               ¡Si es una alhaja
propia para un oficial!
DON FERNANDO (Aparte.) ¡Qué dudas al pecho asaltan!
DON ANTONIO Dime, ¿esta moza es esquiva? 725
DON FERNANDO ¡Qué cabeza!
DON ANTONIO                      No, no es mala,
pero en viendo hembras así,
al punto se desbarata:
así, ¿sabes que tenemos
un amigo que nos haga 730
en la mesa compañía?
Ahora de llegar acaba.
DON FERNANDO ¿Quién es?
DON ANTONIO                   Un amigo mío,
es Don jacinto de Lara,
caballero sevillano, 735
de una muy ilustre casa.
DON FERNANDO (Con sobresalto.) ¡Ay Dios! ¿Cómo Don Jacinto
de Lara?
DON ANTONIO               ¿Por qué lo extrañas?
¿Le conoces tú también?
DON FERNANDO (Con intención.) Yo no, pero tengo largas 740
noticias de él.
DON ANTONIO                       Yo me alegro:
se hallan en él circunstancias
muy apreciables.
DON FERNANDO (Con ironía.)     Lo sé:
¿le habéis dicho que yo estaba
aquí con vos?
DON ANTONIO                       No hubo tiempo. 745
DON FERNANDO Pues mirad que es de importancia
el que no sepa quién soy.
DON ANTONIO ¿Qué embrollo es éste? Qué causa
tenéis de ocultaros de él.
DON FERNANDO Entremos en esa sala, 750
y os contaré una aventura,
Don Antonio, bien extraña.
DON ANTONIO Antes voy a convidarle:
pero digo, ¿esa madama
nos acompaña a la mesa? 755
DON FERNANDO Id al punto.
DON ANTONIO                   Es que me agrada,
y quisiera divertirme
con la moza sevillana.
 

(Vase.)

 
DON FERNANDO ¡Qué sinceridad tan pura
en Doña Isabel se halla! 760
¡Y después de haberla visto,
y descubierto las gracias
que la adornan, me sería [11]
su pérdida más amarga!
Francamente ha confesado 765
que gustosa no se hallara
con que yo fuese su esposo;
mas sin duda fue la causa
aquel transporte inocente
que involuntario me arrastra; 770
pues mi rendimiento sea
medio de desenojarla.
 

(Vase izquierda.)

 

(Salen por la derecha FELIPE y DON JACINTO.)

 
DON JACINTO ¿Dónde está el teniente? Di.
FELIPE ¿El que con usted hablaba
en el corredor?
DON JACINTO                         Sí.
FELIPE                              Creo 775
que estará en aquella estancia,
acompañando a su amigo.
DON JACINTO ¿Quién es?
FELIPE                 No sé.
DON JACINTO                           ¿Y en qué sala
está un caballero anciano
que ha llegado esta mañana 780
con su hija?
FELIPE                   En la de enfrente.
DON JACINTO Pues mientras se me prepara
a mí un cuarto, en esta pieza
esperaré.
FELIPE               Sin tardanza
voy a disponerlo.
 

(Vase por la izquierda.)

 
DON JACINTO                               ¡Quién 785
 

(Paseándose.)

 
creyera, Isabel ingrata,
que tan falsa procedieses
conmigo! ¡Tener tu marcha
dispuesta, y nada decirme
la noche antes que en tu casa 790
estuve! ¡Así mis finezas
y mi fiel afecto pagas!
Preciso es averiguar
si este proceder dimana
de ella, o del padre: en efecto 795
yo debo de tan extraña
cautela tornar la justa
satisfacción, y mis ansias,
o bien mueran de una vez,
o bien de una vez renazcan(1). 800
 

(Sale por la puerta de enmedio DON ROBERTO sin espada.)

 
DON ROBERTO (Aparte.) Ya es hora... ¡pero qué veo!
¡Don Jacinto aquí se halla!
ya las que fueron sospechas
a ser evidencias pasan.
 

(Se detiene.)

 
DON JACINTO ¿Extrañáis el verme?
DON ROBERTO                                   Es cierto, 805
cuando no alcanzo la causa
que aquí os conduce.
DON JACINTO                                   Es venir
a usar yo con vos la urbana
atención, que vos conmigo
no usasteis; y aunque recata 810
vuestra cautela de mí
esta partida...
DON ROBERTO                      ¿Y qué causa
me impone la obligación
de que yo os la noticiara?
DON JACINTO La de la buena amistad, 815
y costumbre.
DON ROBERTO                      Hay circunstancias
que tal vez lo impiden: yo
de otra suerte me explicara,
pero por mejor elijo
el callar.
DON JACINTO              Pues más me agravia 820
el silencio, que pudiera
la voz.
DON ROBERTO            No hagáis que apurada
mi prudencia, os diga que
por huir de vos, esta marcha
he emprendido.
DON JACINTO                          Cómo...
DON ROBERTO                                       Sí, 825
tengo razones sobradas
para conocer que amáis
a mi hija: alucinada
y seducida de vos,
manifiesta repugnancia 830
al tratado casamiento,
que tal vez no rehusara,
ni faltara a la obediencia
si no se viese alentada
de un lisonjero cariño 835
que el corazón la arrebata:
por apartarla de vos,
he dispuesto esta jornada,
y a Madrid la llevo, ved
si era dable os avisara [12] 840
dándoos tiempo para que
vuestro arrojo lo estorbara.
Si esto lo juzgáis agravio
os suplico con instancia
que perdonéis, y atendáis 845
que empeñada mi palabra
tengo, y es fuerza cumplirla,
porque mi nobleza y fama
no padezca: si vos mismo
os permitís a una sabia 850
reflexión, disculparéis
la acción que antes me culpabais;
y conoceréis que un padre
en la obligación se halla
de proceder como yo 855
procedo: pues no quedaba
bien puesto mi pundonor
si de otra manera obrara.
DON JACINTO Es verdad, vuestra razón
me convence; venerarla 860
me toca, y vuestra conducta
queda ya justificada.
No puedo negar tampoco
que a Doña Isabel, fiel ama
mi corazón, y que fuera 865
para mí la más extraña
fortuna, si por esposa
a merecerla llegara.
Lo que no habéis de creer
es, de que su repugnancia 870
al tratado casamiento
de mis persuasiones nazca:
no soy capaz de pensar
de ese modo, ni dejara
Doña Isabel seducirse 875
aun cuando yo lo intentara.
Perdonad mi arrojo, y ved
que el amor que me avasalla,
puro y honesto, es nacido
de las prendas relevadas 880
que a Doña Isabel adornan:
yo os venero, y me alegrara
que tuvieseis la bondad
de permitir me contara
entre el número de vuestros 885
amigos.
DON ROBERTO              ¡Por prueba clara
de que lo sois, y os estimo,
mis brazos con vos se enlazan
lleno de contento!
 

(Se abrazan.)

 
DON JACINTO                               ¿Y puedo
esperar el que una gracia 890
me concedáis?
DON ROBERTO                        Sí concedo.
DON JACINTO Pues permitidme que vaya
con vos a la Corte.
DON ROBERTO                                  Es
proposición temeraria:
un padre honrado, no debe 895
permitir que con él vaya
el amante de su hija,
al tiempo que va a entregarla
a su esposo.
DON JACINTO                     Como amigo
iré solo.
DON ROBERTO              Ésa es falacia, 900
pues como amigo del padre,
pretendéis que éste haga espaldas
al amante de su hija.
DON JACINTO Mirad bien que esas palabras
mi honor ofenden.
DON ROBERTO                               Si vos 905
hicierais lo que os tocaba,
me excusarais el decirlas
sin sentir el escucharlas.
DON JACINTO (Alterado.) Yo os puedo enseñar...
DON ROBERTO                                                          Tened,
 

(Sosegándole.)

 
que la cólera os arrastra. 910
DON JACINTO (Colérico.) No es caballero, quien piensa
como vos.
DON ROBERTO                  ¡Ya es mucha audacia!
(Con entereza.) Tan caballero soy yo
como vos, y os alegrarais
tal vez en ser igual mío. 915
DON JACINTO De injuria tan declarada,
dadme la satisfacción.
DON ROBERTO Os la daré con la espada:
aguardadme aquí.
 

(Estos dos versos últimos los ha oído DOÑA ISABEL, que iba saliendo por la puerta del foro, y al tiempo que DON ROBERTO va a entrar por ella, se abraza de él, que la desvía con despego.)

 
DOÑA ISABEL                                ¿Qué hacéis?
Tened, padre amado. [13]
DON ROBERTO                                  Aparta, 920
hija cruel, si no quieres
que en ti se vengue mi saña.
DOÑA ISABEL Padre mío...
DON ROBERTO                     Ya el motivo
de tu injusta repugnancia
he sabido; mírale: 925
 

(Señala a DON JACINTO.)

 
él te ha inducido, hija ingrata,
a que al esposo aborrezcas
que mi afecto darte trata,
consiguiendo astuto, que
a él tu cariño inclinaras. 930
DON JACINTO (Aparte.) Ojalá que fuese así.
DOÑA ISABEL ¡Ah padre, cuánto os engaña
la apariencia! No, ninguno
la osadía se tomara
de aconsejarme, ni yo 935
soy tan dócil, que dejara
persuadirme fácilmente:
mi corazón hoy se halla
en entera libertad:
tanto esta preciosa alhaja 940
estimo, que la antepongo
tan sólo por conservarla
a quien a mí me dio el ser:
en nadie señor se halla
el derecho de mandarme 945
sino es en vos: yo postrada
os hubiera obedecido
señor, si no se tratara
de un sacrificio tan grande
que me intimida espanta, 950
por cierto y por peligroso.
DON JACINTO (Aparte.) Aún tener puedo esperanza
de que me ame.
DON ROBERTO (Aparte.)         Averiguar
intento si verdad habla,
o quiere ofuscarme. Pues 955
no pretendo darte causa
a que me creas un padre
tirano, que hacerte trata
infeliz toda la vida,
sólo por verte casada 960
a mi gusto: este contrato
desde aquí te doy palabra
que no tendrá efecto, pero
mira que es fuerza que vayas
a ser miserable objeto 965
de la malicia villana
en toda Sevilla: sólo
este daño se evitaba,
si otro partido tomases
en que contenta te hallaras 970
siendo elección a tu gusto:
y pues tu adversión extraña
a Don Fernando, de sólo
no conocerle dimana;
a Don Jacinto conoces, 975
 

(Señalándole.)

 
sabes muy bien que te ama,
y yo sé no le aborreces,
si por esposo te adapta
yo seré gustoso.
DON JACINTO                           ¡Oh cielos,
quién tal dicha, imaginara! 980
Dejad, Señor, que rendido,
os dé las debidas gracias:
(Aparte.) ¡mi queja olvido, por una
esposa tan estimada,
y un padre tan respetable! 985
Mi dicha está asegurada:
¿vos qué decís?
DOÑA ISABEL                          Que yo nunca
seré vuestra.
DON JACINTO                      ¡Que oigo ansias!
DON ROBERTO ¿Por qué motivo?
DOÑA ISABEL                             Porque
si la propuesta aceptara, 990
vos, y el mismo, Don Jacinto
de mi conducta dudaran.
Además que si rompieseis
los contratos que se hallan
pendientes con Don Fernando, 995
era fuerza ser yo causa
de enemistades, disgustos,
y consecuencias infaustas.
DON ROBERTO ¿Pues qué intentas?
DOÑA ISABEL                                 Proseguir,
señor, a Madrid la marcha; 1000
ver, y tratar por mí misma
el esposo que me dabais,
asegurándoos, oh padre,
que aun cuando no tenga tantas
prendas como yo quisiera, 1010
por poco que me complazca [14]
por obedeceros sólo
me veréis con él casada:
pero sin vencer no puedo
al verle, mi repugnancia, 1015
tendrá valor por mí misma
de mostrarle disgustada
mi adversión, sacando a usted
del empeño en que se halla
sin que vuestro honor padezca; 1020
y yo consiguiendo cauta
sin dar lugar a rencores,
la libertad deseada.
DON ROBERTO Tan prudente medio admito:
(Aparte.) mi sospecha salió vana. 1025
DON JACINTO Yo iré también para ver
o mi dicha, o mi desgracia.
DON ROBERTO No iréis, que sabré impedirlo.
DON JACINTO Vuestra autoridad no alcanza
a estorbarlo.
DON ROBERTO                     A un atrevido 1030
en cualquier parte le alcanza
el castigo.
DON JACINTO                 Ésa es ofensa
que no puedo tolerarla,
seguidme, porque veáis
que la dejo castigada. 1035
 

(Al tiempo de irse DON JACINTO por la derecha, sale DON ANTONIO y le detiene, sin dejarlo pasar por más que lo procura.)

 
DON ANTONIO Menos cólera, señor,
quede sólo en amenaza,
que hay preliminar de paz,
y no se ha de dar batalla.
DON ROBERTO ¿Quién sois?
DON ANTONIO                      Plenipotenciario 1040
del imperio de amor, para
hacer potencias amigas
a dos potencias contrarias.
DON JACINTO Don Antonio...
DON ANTONIO                         Don Jacinto...
DON JACINTO Dejadme salir.
DON ANTONIO                        Cachaza, 1045
que yo por la paz común
tengo bandera arbolada.
DOÑA ISABEL ¿Pero a qué venís?
DON ANTONIO                              Tan sólo
a dejar asegurada
a usted de que Don Fernando 1050
no es como a usted le retrata
mi compañero: es un hombre
amable, de circunstancias
apreciables, y en fin, es
un hombre que si se halla 1055
uno, que os merezca, él sólo
es digno de dicha tanta.
DON JACINTO (Con disgusto.) Pudierais no incomodaros
en venir.
DON ANTONIO                 No temáis nada,
que por vos no me incomodo; 1060
sólo pretendo a esta dama
librarla de sus temores,
pues tiene aprehensión formada
que esposa de Don Fernando
se va a ver sacrificada. 1065
Y yo os aseguro, que
sacrificio es que tomaran
gustosas muchas doncellas.
DON ROBERTO ¿Con este informe no calman
tus recelos?
DOÑA ISABEL                     No señor. 1070
DON ANTONIO Eso, señora, ya pasa
de lo regular: ¿un hombre
de buen trato, de crianza,
instruido, generoso
y rico, no tiene hartas 1075
prendas para ser querido?
 

(Sale DON FERNANDO.)

 
DON FERNANDO Pero esas prendas le faltan
a Don Fernando: (A DOÑA ISABEL.) el teniente
se ha esmerado en su alabanza
porque es tan amigo suyo 1080
como yo: pero no hay nada
de lo que ha dicho señora.
DON ANTONIO ¡Eso es dejarme en mis barbas
por embustero! Por vida...
DON JACINTO Señora por vuestra causa 1085
habrá aquí otro desafío.
DON ANTONIO (Con soflama.) Tenemos paces juradas
los dos: no lo tema usted,
y sírvale de enseñanza
que yo con quien vengo vengo: 1090
mas volviendo a la demanda, [15]
Don Fernando es mucho hombre,
cuando estéis con él casada
lo veréis.
DON FERNANDO                De sus defectos
ya os dejé bien informada. 1095
DON ANTONIO No tiene ninguno: amigo,
ya la paciencia me falta.
DOÑA ISABEL ¿No es colérico?
DON FERNANDO                            Es seguro.
DON ANTONIO No hay tal cosa: usted se engaña.
DOÑA ISABEL (A DON FERNANDO.)
¿No es celoso?
DON FERNANDO                         Y mucho.
DON ANTONIO                                         Menos, 1100
que nunca tuvo esa gracia.
DOÑA ISABEL ¿No se da a los libros?
DON FERNANDO                                      Sí.
DON ANTONIO Como otros, mientras se lavan,
y los peina el peluquero.
DOÑA ISABEL No es su frecuencia ordinaria 1105
asistir a los teatros.
DON FERNANDO                                 Es cierto.
DON ANTONIO A hablar mal de cuantas
piezas en él se presentan
que esto es moda ya sentada.
DOÑA ISABEL Amado padre, a Madrid 1110
vamos a salir de tantas
dudas.
DON FERNANDO           No tenéis a qué
pues le habéis dicho en su cara
a Don Fernando, que no
le amaréis, nunca.
DOÑA ISABEL                              Ésa es falsa 1115
proposición, pues jamás
le he visto.
DON FERNANDO                      Estáis engañada;
le conocéis, le habéis visto
y hablado.
DOÑA ISABEL                 ¡Yo estoy pasmada!
¿Cuándo yo le he hablado y visto 1120
decid?
DON FERNANDO            En esta posada.
DOÑA ISABEL ¿Cuándo?
DON FERNANDO                 Cuando a mí me hablasteis
pues yo, la ficción dejada,
soy, señora, Don Fernando.
DON ANTONIO A tambor, bate la marcha, 1125
 

(Mirando adentro.)

 
pues entró ya el general
que a tomar viene esta plaza.
DOÑA ISABEL ¡Qué escucho!
DON ROBERTO                        Cielos qué he oído.
DON JACINTO (Aparte.) Murieron mis esperanzas.
DON ROBERTO ¿Vos sois Don Fernando?
DON FERNANDO                                          Sí, 1130
testigos sean las cartas
 

(Le enseña unas cartas.)

 
que me habéis escrito.
DON ROBERTO                                    Cierto:
¿y a sorpresa tan extraña
qué os ha movido?
DON FERNANDO                               El deseo,
pues impaciente me hallaba 1135
por conocer a mi esposa,
y sólo con esta causa
apresuré mi viaje
para Sevilla: por rara
fortuna aquí la encontré 1140
y hasta ver si averiguaba,
la causa de hallarla aquí,
me recaté: pude hablarla
y al ver la sinceridad
con que su temor mostraba 1145
por no conocerme, hizo
que con candidez mostrara
yo mis defectos; porque
a mí mismo me agraviara,
si por lograr una dicha 1150
la verdad atropellara.
He conocido ha quedado
de escucharlos disgustada,
y que mi persona, no
es un objeto que arrastra 1155
su atención, y en fin conozco
que sus prendas y sus gracias
por desgracia mía, no
son para mí destinadas.
DOÑA ISABEL En lo mismo que habéis dicho 1160
me dejáis asegurada
de que yo seré feliz:
cuando tengáis esas faltas
que vos propios publicáis,
debo creer confiada, 1165
que el que sabe conocerlas,
sabrá también enmendarlas.
Una sola a cargo mío [16]
tomo yo, quede enmendada,
que es, que no seáis celoso, 1170
pues honesta, y recatada
atendiendo a Dios, a vos,
y a mi honor, no daré causa
de que lo seáis, conque
en aquesta confianza, 1175
me prometo ser con vos
dichosa y afortunada.
ANTONIO Feliz fuera el Mundo, si
de estas mujeres se hallaran
(no digo yo muchas, pues 1180
fuera imposible encontrarlas)
sino dos o tres por ciento.
DON JACINTO Pero ved...
DON ANTONIO                  En esta farsa
 

(Impidiéndole que hable.)

 
los dos, no hacemos papel,
callad, y allá se las hayan. 1185
DON ROBERTO Pues volvamos a Sevilla
que quiero que sin tardanza
se efectúe vuestro enlace.
DON FERNANDO Mi contento sólo trata
de obedecer vuestro gusto, 1190
cuando en ello tanto gana.
DON ANTONIO Bien, pero comamos antes,
que es preciso hacer la salva
con vino de Bordeos
a los novios que se casan. 1195
DON JACINTO (Aparte.) Ya que Don Fernando logra
la dicha a que yo aspiraba,
por Isabel, y por mí
es fuerza le satisfaga:
(A DON FERNANDO.) Perdonadme si imprudente 1200
puede dar ocasión para...
DON FERNANDO No más, señor, y porque
mi esposa desengañada
quede, de que yo no soy
como temía y pensaba, 1205
colérico, ni celoso;
os suplico con instancia
que nos honréis en la mesa.
DON JACINTO Lo acepto, y os doy las gracias
por el favor.
DOÑA ISABEL                     Más me obliga 1210
vuestra noble confianza.
DON ANTONIO Gracias a Dios que acabaron
misterios, y pataratas:
(Aparte a DON JACINTO.)
¡paciencia amigo! Buscad,
que mujeres hay sobradas 1215
ahora, si las buscáis buenas,
es muy difícil hallarlas.
DON ROBERTO Pues de este feliz encuentro
vuestros contentos dimanan,
amados hijos, venid 1220
donde ofrezcan nuestras ansias
votos rendidos al cielo,
pues su Providencia sacra,
siempre para nuestro bien
la vemos interesada. 1225



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