Originalmente aparecida en: Santa Fe, Tipografía de El Boletín Popular, 1892). (N. del E.)

Nació en Peñasco, Nuevo México en 1870. Estudió en el colegio de los jesuitas de Las Vegas, pasando más tarde a la Universidad de Notre Dame en donde se licenció en derecho a la edad de 19 años. En 1891 fue traductor de la Corte Federal que se encargó de las reclamaciones de las mercedes de Nuevo México y Colorado. Destacó en la oratoria y en la literatura. Se conserva de él su discurso de bienvenida al Congreso Panamericano. Fue también autor de La expedición de Coronado, que se publicó por entregas en el periódico Las Dos Repúblicas de Denver, Colorado. Últimamente se han encontrado dos novelas suyas: El hijo de la tempestad -obra que aquí se recoge- y Tras la tormenta, la calma, que son quizás la primera expresión novelística de Aztlán. (Tomado de Armando Miguélez, Marco Jerez y María Sandoval: De Nueva España a Aztlán: Literatura chicana en sus textos, pp. 451 - 482. (N. del E.)