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Acto II

 
 

Jardines de Aranjuez, en la estación más hermosa del año. En el último término, sirviéndose de todo el fondo del teatro, es ve la fachada del palacio, medio oculta por las frondosas copas de los árboles. En el segundo término cuatro estatuas caprichosas de tamaño natural, sobre pedestales, formando un medio punto. En el primer término, colocada en medio del escenario, la estatua del emperador Carlos V, de tamaño más grande. Algunos bancos de piedra diseminados por la escena. Se ruega a los señores directores de escena que cuiden con especial esmero de la colocación de todos los detalles para el buen resultado del juego escénico.

 
 

Escena I

 

EL MARQUÉS, REDONDO, CUADRADO y acompañamiento de caballeros, que forman un corro como si estuvieran escuchando al MARQUÉS, que se halla en medio. EL CAPITÁN IBARROLA, con el traje de campaña, se halla apartado del grupo general, pero bastante cerca para oír la conversación. Está apoyado en el pedestal de una de las estatuas y figura mirar hacia el fondo de vez en cuando, como si esperara a alguno.

 
EL MARQUÉS En la historia referida
ni hubo menos ni hubo más:
él se quedó con los celos,
ella ocultó a su don Juan
de tal modo, que aseguran 5
lenguas en la vecindad
que huyó por la chimenea,
salvando así la moral,
porque la Jusepa tiene
en mucho su honestidad, 10
TODOS ¡Ja! ¡ja! ¡ja!
CUADRADO                     ¡Pobre Morales! [40]
¡Cuánto tiene que pasar
en esta corte galante,
en donde hay tanto galán
que sin conocer a Ovidio 15
enseña el arte de amar!
Pero como en los casados
la paciencia es proverbial,
dentro de un año, de fijo
se habrá acostumbrado ya. 20
EL MARQUÉS ¡Viborilla!...
CUADRADO                      No calumnio,
voz cual yo viste al galán;
si no le encontró el marido,
cúlpese a su ceguedad,
o al terco empeño del viejo, 25
que no le dejó pasar.
 

(EL CAPITÁN se va acercando poco a poco hasta colocarse delante de CUADRADO, y le dice con ruda severidad:)

 
CAPITÁN Según por lo que he escuchado,
de Jusepa Vaca habláis.
CUADRADO Sí, de la hermosa farsanta.
REDONDO De la histriona sin igual, 30
que con sus gracias muy pronto
fama en Madrid logrará.
CAPITÁN No la logrará, la tiene;
prueba que su majestad
la hace venir a la corte. 35
Ahora, en cuanto a lo demás,
a lo de honrada, aseguro
que honra tiene para dar
a aquellos que la calumnian
por envidia y por maldad. 40
Y al que esto pusiere en duda,
ésta se lo probará. (Señalando la espada.)
EL MARQUÉS La razón es como vuestra.
CAPITÁN Sí, razón de militar,
que tiene en mucho su honor 45
y el honor de los demás.
CUADRADO Pues Villamediana dice,
y Quevedo...
CAPITÁN (Con altivez.) Esos dirán [41]
cuanto les diere la gana,
que viven de murmurar 50
y la calumnia es el pienso
de su talento mordaz.
Sólo por decir un chiste
que alcance celebridad
y corra de boca en boca, 55
no temen sacrificar
lo más noble, lo más santo,
el honor y la amistad.
El hombre que es bien nacido
y quiere afrentas vengar, 60
hace sangre con la espada,
con la lengua ruin jamás;
que honras ajenas no ofende
quien sabe su honra estimar.
No olvidéis estos consejos, 65
y a Jusepa no ofendáis,
que es madre y esposa honrada
tanto como la que más.
 

(EL CAPITÁN saluda con dignidad, se aparta del grupo general y se apoya en el pedestal de una estatua. Tres o cuatro cortesanos se reúnen con él.)

 
CUADRADO (Confidencialmente al MARQUÉS.)
¿Quién es ese hombre?
EL MARQUÉS (Aparte.)                      Callaos
y no le contradigáis, 70
que ése tira de la espada
con mucha facilidad.
CUADRADO Pero ¿quién es?
EL MARQUÉS                           El barón
de Ibarrola; un capitán
que de la guerra de Hungría 75
trae un encargo especial
para el rey.
 

(Aparece por el foro MAESE JERÓNIMO mirando con marcada curiosidad los ricos y vistosos objetos del jardín. Viste un traje distinto del primer acto y más lujoso.) [42]

 
 

Escena II

 

Dichos y JERÓNIMO en el fondo.

 
REDONDO                       Ved quién asoma.
EL MARQUÉS El remendón montaraz.
CORTESANO ¡Remendón! ¡Hombre! ¿Y le dejan
en los jardines entrar? 80
EL MARQUÉS Sí, vendrá con los farsantes.
CUADRADO Es justo, tal para cual.
JERÓNIMO (Bajando al proscenio con mucha calma.)
¡Qué frondosas enramadas!
¡Qué bien y a gusto se está
cuando se come y se bebe 85
y se puede pasear
aspirando los perfumes
en este jardín real!
Todo rico que se muere,
hace una barbaridad. 90
 

(Los cortesanos hablan en voz baja y se ríen, señalando de vez en cuando a JERÓNIMO, el cual lo observa, y rascándose la cabeza, dice.)

 
¡Calla! Se ríen de mí.
Pues yo no me quedo atrás.
 

(JERÓNIMO, mirando a las estatuas y haciéndose el distraído, se pasea por la escena y comienza a cantar en voz baja.)

 
   Bajo de la golilla
       los cortesanos
llevan todos más cruces 95
       que en un calvario.
          Y hay cortesana
que un palmo de revoque
       lleva en la cara.
EL MARQUÉS Picante es la seguidilla. 100
CORTESANO ¿Por qué le han dejado entrar?
EL MARQUÉS Lo ignoro; mas preguntando,
él mismo nos lo dirá.
JERÓNIMO De buen grado soltaría
un silbido colosal, [43] 105
de esos con que en los teatros
yo suelo recompensar
al poeta sin chirumen
y al comediante incapaz.
EL MARQUÉS Buenos días, maese Sánchez. 110
JERÓNIMO ¡Oh, Marqués! ¡Calla! Aquí están
mis vecinos los ingenios,
los que escriben a la par,
musas gemelas, que un día
gloria a su patria darán. 115
EL MARQUÉS ¿Venís aquí de jornada?
JERÓNIMO De jornada no, a jornal.
En Aranjuez soy el cabo
de comparsas, nada más,
destino que el buen Morales 120
en la comedia me da;
el que mete y saca sillas,
el que siempre lo hace mal,
el que sin hablar tropieza
y paga por los demás; 125
pero en Madrid ya es distinto:
allí soy autoridad,
represento al pueblo, y jefe
de un ruidoso tribunal,
al pobre que se equivoca 130
lo parto por la mitad.
EL MARQUÉS ¿Esta tarde es la comedia?
JERÓNIMO Así dicen, y en verdad
que ya tengo muchas ganas
de volverme a mi portal. 135
EL MARQUÉS ¿No os tratan bien?
JERÓNIMO                                ¡Ya lo creo!
Allí entre el verde arrayan,
en una casa-palacio
nuestro pabellón está.
Nos trajeron a Aranjuez 140
en un faetón real
hace seis días, y aquí
se nos permite ensayar
entre estos nobles monarcas,
que no aplaudirán jamás. 145
Nos sirven los cocineros [44]
sabios de su majestad;
mas como yo soy tragón
y tengo buen paladar,
y honor es preciso hacer 150
a los guisos que me dan,
no como para vivir,
como para reventar.
El pelo de la dehesa
aquí en mi estómago está, 155
y cuando le doy un guiso
que no es de su uso especial,
me sacude un par de coces
que no me deja parar.
EL MARQUÉS No coma tanto, maese, 160
que puede sentarle mal.
JERÓNIMO Como no me veré en otra,
me aprovecho, y Dios dirá.
EL MARQUÉS Mucho tardan los farsantes.
JERÓNIMO Allí vistiéndose están (Señalando al foro derecha.), 165
y aquí han de venir en breve,
las órdenes a esperar
del rey.
EL MARQUÉS             Son de Carlos Quinto
los trajes, si no vi mal.
 
(Un cortesano aparece corriendo por el foro, y dice con agitación.)
 
CORTESANO 1.º ¡Señores, sus majestades 170
salieron!
CORTESANO 2.º                ¿Y adónde van?
CORTESANO 1.º Al estanque a ver los gansos.
CORTESANO 2.º ¿Sí? Pues vamos por allá.
 

(Salen precipitadamente.)

 
JERÓNIMO Corred, no perdáis el tiempo,
y al llegar allí, ¡graznad! 175
CUADRADO (A JERÓNIMO.) Pronto habré de menesteros.
JERÓNIMO ¡Pues qué! ¿Ya os van a estrenar?
CUADRADO En la Cruz tengo una obra.
JERÓNIMO ¿Comedia? (CUADRADO dice que sí.)
(Aparte.) ¡Mala será!
(Alto.) Dándola en la Cruz, de fijo 180
os van a crucificar. [45]
CUADRADO ¿Vos me ayudaréis?
JERÓNIMO (Con cierto énfasis.) Veremos...
Si es buena... (Aparte.) Que no será.
CUADRADO Dicen que vale.
 

(JERÓNIMO se pasea con marcada petulancia, y CUADRADO le sigue haciendo saludos respetuosos.)

 
JERÓNIMO                           ¿El autor?
CUADRADO No, la gente del corral. 185
JERÓNIMO Los cómicos se equivocan
con mucha facilidad;
pero veremos, veremos;
si es buena, se aplaudirá;
mas, con franqueza, si es mala, 190
con nuestra silba contad,
pero silba estrepitosa,
grande, inmensa, colosal,
silba que no olvidaréis
aunque cien años viváis. 195
CUADRADO (Aparte.) ¡Qué estúpido!
EL MARQUÉS                                          Sí, un estúpido
que nos puede derrotar.
 

(Vanse por el foro EL MARQUÉS, CUADRADO y REDONDO.)

 
 

Escena III

 

EL CAPITÁN apoyado en el pedestal de la estatua, y JERÓNIMO en el proscenio.

 
JERÓNIMO De la silba el aguijón
le picó en mitad del alma;
mi ofrecimiento la calma 200
le roba del corazón.
¡Qué importa! No me da pena
mi oferta sencilla y franca;
la mala yerba se arranca,
para que crezca la buena. 205
 

(JERÓNIMO se queda mirando una de las estatuas que representa al emperador Carlos V, y dice con triste entonación.)

 
Esta estatua, a lo que entiendo, [46]
nos la trajeron de Nantes;
con lo que vale, Cervantes
se echaría un buen remiendo.
¡Cervantes! ¡Genio profundo!... 210
Pobre, triste, en el olvido
vive... ¡Qué mal repartido
está este pícaro mundo!
Si yo tuviera el honor
de ver al rey cara a cara, 215
si por aquí le encontrara,
le diría: «Gran señor:
 

(JERÓNIMO se quita el sombrero y saluda a la estatua como si estuviera hablando con el rey.)

 
Si queréis honrar las canas
de un hombre de gran valía,
id a visitar un día 220
la calle de Cantaranas,
y en una humilde buhardilla,
por la pobreza agobiado,
encontraréis a un soldado
que es de ingenios maravilla. 225
Por su patria dio una mano,
cautivo le tuvo el moro,
y ha escrito un libro, tesoro
del idioma castellano.
Honrando allí a su persona, 230
a vos mismo os honraréis,
y un blasón añadiréis
de gloria a vuestra corona;
que el rey que a un sabio enaltece,
al dar gloria adquiere gloria, 235
y una página en la historia
deja que nunca perece».
 

(EL CAPITÁN se irá acercando poco a poco por detrás de JERÓNIMO hasta colocarse a su lado.)

 
CAPITÁN (Aparte.) Este hombre parece honrado,
y dél me quiero valer.
(Alto.) ¿Decís que al rey queréis ver? 240
JERÓNIMO ¡Yo! (Aparte.) ¿Quién será? (Retrocediendo.)
CAPITÁN                                               Os he escuchado. [47]
JERÓNIMO ¡Yo ver al rey!...
CAPITÁN                            ¿Qué le arredra?
¿No hablaba con Carlos Quinto?
JERÓNIMO Sí señor; mas es distinto
un rey vivo a un rey de piedra. 245
Acusad de felonía
a este rey; a vuestro antojo
saltadle un diente, o un ojo:
no dirá esta boca es mía,
no lograréis alterar 250
su grave rostro pasivo;
pero decidle a un rey vivo
la mitad, y os manda ahorcar.
CAPITÁN Yo os presento, si queréis,
al rey Felipe Tercero. 255
JERÓNIMO (Aparte.) ¿Si será el rey? (Alto.) Caballero,
  (Saludándole con afectación.)
mil gracias. No os molestéis...
(Aparte.) Siento en el cuerpo un temblor...
¡Me manda al remo de fijo!
CAPITÁN En cambio, de vos exijo 260
un señalado favor.
JERÓNIMO Mandad. (Aparte.) ¡Es el rey! ¡Yo sudo!
CAPITÁN Vos, según tengo entendido,
con Alonso habéis venido...
JERÓNIMO A hacer papeles de mudo. 265
CAPITÁN El mutismo es vuestra enseña.
¡Ay como lleguéis a hablar,
pues cara os puede costar
la imprudencia más pequeña!
A Jusepa en ocasión 270
diréis que nadie lo oyere,
que hablarla aquí sola quiere
el soldado del mesón.
Si cumplís como se espera,
recompensa encontraréis; 275
si no, muy pronto os veréis
remando en una galera.
 

(JERÓNIMO se inclina respetuosamente delante del CAPITÁN, éste le saluda con la mano y se dirige hacia el foro, perdiéndose entre los árboles.) [48]

 
 
Escena IV
 

JERÓNIMO solo.

 
JERÓNIMO ¡Quién me metió en estos tratos!
¡Bonito encargo me dan!
¡Ay! ¡Qué bien dice el refrán: 280
zapatero a tus zapatos!
Pero en fin, ya no hay tu tía;
cumpliré la comisión
que el soldado del mesón
a mi prudencia confía. 285
Temo que el destino fiero
me convierta en galeote,
y el pobre autor del Quijote
se quede sin zapatero.
Me encargó la brevedad; 290
no perdamos los instantes.
Ya vienen los comediantes;
prudencia y serenidad.
 

(Aparecen por la enramada de la izquierda ALONSO y JUSEPA cogidos del brazo y como hablando en voz baja; luego les siguen formando grupo JUAN, OLMEDO, LEONA, que lleva de la mano a los dos niños, comediantes y comediantas. Los hombres, al ver a MAESE JERÓNIMO, corren a su encuentro; las mujeres forman un corro junto a una estatua. JUSEPA y ALONSO en primer término.)

 
 

Escena V

 

JERÓNIMO, ALONSO, JUSEPA, JUAN, LEONA, OLMEDO, los dos niños, comediantes y comediantas.

 
JUAN ¡Gracias a Dios que os hallamos!
JERÓNIMO ¡Gracias a Dios que os encuentro! 295
JUAN ¿Os perdisteis?
JERÓNIMO                          El perderse [49]
en estos sitios no es nuevo.
 

(Hablan en voz baja.)

 
ALONSO Hoy, Jusepa, un nuevo lauro
confío que alcanzaremos
ante el rey nuestro señor; 300
que aunque el alma enferma tengo,
procuraré que en mi rostro
no observen lo que padezco.
JUSEPA Dudando de mí, me ofendes,
pues son injustos tus celos. 305
ALONSO La noche de la posada
de muerte heriste mi pecho.
Yo vi a un hombre.
JUSEPA                                 No le viste.
ALONSO ¡Yo le vi!...
JUSEPA                    Tú estabas ciego.
Pedir razón a un celoso 310
sé que es inútil empeño,
tan inútil cual querer
cambiar el curso del viento,
contar del mar las arenas
y las estrellas del cielo. 315
 

(JUSEPA, dulcemente apoyada en el brazo de ALONSO, le dice con sentida expresión los versos siguientes.)

 
¡Yo te amo!... ¡Soy tuya! ¡tuya!
Oye bien mi juramento:
Si era un hombre aquel que viste,
que me castigue el Eterno
dando muerte a mis dos hijos, 320
y me maldigan muriendo.
ALONSO (Aterrado.) ¡Calla!
JUSEPA                                 Más no me atormentes;
por tus hijos te lo ruego.
 

(Siguen hablando en voz baja.)

 
OLMEDO Preocupado está Morales.
JUAN No es el caso para menos. 325
JERÓNIMO Representar ante un rey
es un compromiso regio.
JUAN Muy alta pondrá su fama
en el papel de Lupercio,
pues sé que el divino Lope [50] 330
se lo escribió de exprofeso.
¡Papel de celoso!
OLMEDO                             ¡Digo!
¡Si lo hará bien el maestro!
LEONA ¡Envidiosas! ¡Malas lenguas!
Aunque rabiéis, os prometo 335
que he de llamar la atención
del rey Felipe Tercero.
COMEDIANTA ¡Vanidosa! ¡Presumida!
Porque le ha escrito unos versos
para la loa Morales, 340
no cabe ya en el pellejo.
NIÑO 2.º Déjala, no te incomodes.
LEONA En el teatro veremos
quién desempeña su parte
con más gracia y lucimiento. 345
COMEDIANTA Bien se conoce que tienes
protectores.
LEONA                    Si los tengo,
tanto mejor para mí,
porque, hija, en todos los tiempos
siempre hubo gran diferencia 350
entre lo malo y lo bueno.
COMEDIANTA ¿Tú eres lo bueno?
LEONA                                Cabal.
COMEDIANTA ¿Nosotras lo malo?
LEONA                                Eso.
COMEDIANTA ¡Deslenguada!
LEONA                         ¡Ay, que se enfada
la comedianta tropiezos, 355
la que no sale a la escena
sin que la den un meneo!
JERÓNIMO Por respeto a estos monarcas,
no hay que arrancarse los pelos.
NIÑO 1.º Ven, Leona, que si te oye 360
mi padre, verás...
JUSEPA                             ¿Qué es eso?
LEONA Estas, que tienen envidia
porque en la loa...
ALONSO (Con gravedad.) ¡Silencio!
En vez de estar murmurando
y faltándose al respeto, [51] 365
más les valiera estudiar
los papeles con esmero.
¿Pensáis que aquí nos hallamos
en el teatro de un pueblo,
ante un público ignorante 370
de rústicos y labriegos?
Todo un rey os va a juzgar;
los más nobles caballeros,
las damas más distinguidas
hoy por tribunal tendremos. 375
Si al arte rendís tributo,
adoración y respeto,
a estudiar, porque la fama
con el estudio y el genio
se alcanza, no criticando 380
de los otros los defectos;
que eso es propio de la envidia,
de corazones pequeños,
pues sólo el cómico malo
pierde por desgracia el tiempo, 385
y olvidando sus papeles,
se ocupa de los ajenos.
¡A estudiar!
 

(Todos los comediantes sacan sus papeles y se ponen a estudiar, los unos sentados en los bancos, los otros junto a las estatuas, todo lo más al foro que sea posible para que dejen libre el primer término del escenario y no se distraiga la atención durante las escenas importantes del acto. Queda a cargo de los directores. ALONSO se pasea por la escena, siempre preocupado.)

 
NIÑO 1.º (A LEONA.) ¿No te lo dije?
  (Dirigiéndose a las comediantas.)
Os ha reñido. ¡Me alegro!
JERÓNIMO Cayó la piedra en el charco: 390
las ranas enmudecieron.
 

(MAESE SÁNCHEZ se pasea por la escena.)

 
LEONA O yo no soy comedianta,
o han de aplaudirme a lo menos
cuatro veces en la loa, [52]
para que traguen veneno. 395
ALONSO Jusepa, ensaya a los niños
la escena en que me los llevo;
que no tomen actitudes
afectadas, pues deseo
que en sus infantiles rostros 400
se pinte el amor y el miedo.
Tú, Juan, pasa los papeles
a esas, y por Dios te ruego
no te tomes libertades
con el público, hoy al menos; 405
yo sé que te quiere mucho
el rey... Perdona el consejo.
JUSEPA ¡Ay, Leona, que mi esposo
está muriendo de celos!
Tú le conoces, tú sabes 410
adónde llegan sus vértigos.
¡Ay de todos si esta tarde
se trastorna su cerebro!
LEONA Decidle...
JUSEPA                 ¡Calla! (Hablan en voz baja.)
JERÓNIMO                             El papel
que en la farsa represento, 415
como no tiene palabras,
equivocarme no puedo.
Papel de mudo. ¡Canario!
Pues ahora que lo recuerdo,
aún no la he dicho a Jusepa 420
una palabra. En secreto,
(Dirigiéndose a JUSEPA en voz baja.)
el soldado del mesón
dice que aquí quiere veros.
JUSEPA ¡Jesús!
JERÓNIMO             ¡Por las once mil,
no gritéis, que voy al remo! 425
ALONSO (Preocupado con el papel en la mano.)
Darle tanta enhorabuena,
fingir un amor tan tierno
a una mujer que me vende,
no puedo... no... no... ¡no puedo!...
¡Qué dicha ser comediante 430
y vivir del fingimiento, [53]
aparentar que se goza
cuando uno se está muriendo,
tener la risa en los labios
y las lágrimas por dentro, 435
dar abrazos cariñosos
al mismo que aborrecemos,
ahogar con las carcajadas
del corazón los lamentos!
¡Ah! ¡Cuántas veces aquí 440
arde voraz un incendio,
que si asomara a la boca,
prendiera al teatro fuego!
 

(ALONSO continúa estudiando su papel, profundamente abismado. JUSEPA, LEONA y los dos niños en el extremo opuesto. JUSEPA de vez en cuando sigue con inquieta mirada las actitudes de su esposo.)

 
JUSEPA (A los niños.) Cuando vosotros veáis
que aterrada retrocedo 445
porque quitarme a mis hijos
quiere mi esposo, al momento
os cogéis de mi cintura,
y azorados por el miedo,
juntáis vuestras manecitas 450
como por mí intercediendo,
porque el dolor de una madre
a quien roban sus hijuelos
se pintará en su semblante,
y ha de pintarse en el vuestro 455
la pena que a un hijo causa
ver a su madre muriendo.
Entonces, formando un grupo
dulce, suplicante, tierno,
caemos arrodillados 460
a las plantas de Lupercio,
y al levantar el puñal
para herir, los tres a un tiempo
inclinamos la cabeza
con humildad sobre el pecho, 465
cual mártires que no esperan
más amparo que del cielo. [54]
NIÑO 2.º ¡Verás qué bien lo hago yo!
NIÑO 1.º ¿Sabes, madre, lo que siento?
JUSEPA ¿Qué, hijo mío?
NIÑO 1.º                           No decir, 470
vamos, pongo por ejemplo:
«¡Yo no quiero separarme
de mi madre, no... no quiero!
Porque ¿qué será de mí
sin sus caricias y besos?» 475
JUSEPA ¡Hijo del alma!... El autor
lo dispuso así...
NIÑO 1.º                           ¡Mal hecho!
Dirá el público: «Esos niños
tienen malos sentimientos;
les separan de su madre, 480
y se callan como muertos».
 

(JUSEPA abraza a sus hijos y se queda hablando con ellos en voz baja.)

 
ALONSO Esta escena es imposible,
me repugna, ¡no la siento!...
Es inútil... la haré mal,
muy mal... aunque un año entero 485
la estudie... Se me atraganta.
No puedo, vamos, no puedo.
  (Lee haciéndose gran violencia.)
«Norabuena mi Fulgencia,
»vertiendo perlas y rosas,
»corra el alba sin licencia 490
»las cortinas temerosas
»de la noche de mi ausencia.
»Norabuena yo merezca,
»después que el sol amanezca,
»ver un ángel como vos, 495
»donde la imagen de Dios
»más al vivo resplandezca.
»Norabuena...» (5)
(Representando.) ¡Noramala
es sólo lo que merezco!...
¿Quién te apellida el Divino? [55] 500
¿Quién el nombre de Maestro
te puso?... Vuelve a provincias
a apedrear con tus versos,
comediante de la legua.
¿Adónde está tu talento? 505
¿Dónde?... En el acto segundo,
allí demostrarlo espero;
allí de Alonso Morales
subirá tan alto el crédito,
que hasta el rey ha de aplaudirme, 510
ha de aplaudirme... ¡lo quiero!
Lope de Vega en la llaga
su dedo inmortal ha puesto.
(Lee.) «Fuego secreto sin llama,
»que nunca de abrasar cesa, 515
»vil en obras, casta en fama,
»arpía en mi alegre mesa
»y Clitemnestra en mi cama;
»mujer de quien este ser
»aún no quisiera tener; 520
»mujer que tan mal viviste,
»que por ser mujer, quisiste
»dejar de ser mi mujer». (6)
 

(Mientras ALONSO recita las dos quintillas de Lope de Vega, aparecen por el foro EL CONDE, EL MARQUÉS, CUADRADO, REDONDO y algunos caballeros. EL CONDE hace un ademán para que no se interrumpa a ALONSO, y todos se acercan poco a poco, como asimismo los comediantes, entre los que se halla MAESE SÁNCHEZ, que se olvidan de sus papeles para oír a su maestro. JUSEPA estrecha a sus hijos cariñosamente y contempla embebecida a ALONSO. Queda esta situación a cargo del director de escena.) [56]

 
 

Escena VI

 

Dichos, EL CONDE, EL MARQUÉS, CUADRADO, REDONDO y caballeros.

 
EL CONDE ¡Bravo, Alonso! (Aplaudiendo.)
VARIOS (Aplaudiendo.) ¡Víctor! ¡Víctor!
 

(Todos le dan la mano, exceptuando EL MARQUÉS, REDONDO y CUADRADO. ALONSO se violenta para demostrar una gran alegría.)

 
ALONSO ¡Ah! Señores... no merezco 525
que paguéis con tanta usura
mis pobres merecimientos.
¡Gracias! ¡Gracias! La alegría
ya no me cabe en el pecho.
Es tanta, que el corazón 530
salta loco de contento,
y todo es color de rosa
cuanto en torno de mí veo.
La vida del comediante
es un carnaval perpetuo, 535
perfumado por la gloria.
¡No hay nada, nada tan bello!...
Ellos tienen por esclavos
las pasiones, los afectos,
las lágrimas, las sonrisas, 540
el valor, el torpe miedo,
y el público dice: «¡Oh dicha!»
y digo yo: ¡Qué tormento!
Que es el cómico fingir
un fingir tan vehemente, 545
que a fuerza de fingir siente,
y sintiendo hace sentir.
 

(ALONSO se ríe, demostrando una excesiva alegría; estrecha las manos de los que le rodean. JUSEPA y LEONA siguen con inquietud todos sus movimientos. JUAN habla con JERÓNIMO y los comediantes, EL MARQUÉS con los dos ingenios, quedando divididos los personajes en cuatro grupos, siendo el más numeroso el que está en el centro, etc.) [57]

 
JUSEPA ¿Le ves, Leona?... Un puñal
clavado lleva en el pecho,
sufre mucho... Le conozco. 550
Le han trastornado los celos.
JUAN Señores, no hay quien le iguale,
Morales es el primero.
JERÓNIMO ¡Cuánto siento no tener
a mano mis mosqueteros! 555
EL MARQUÉS Si hace ante el rey la comedia
así, el triunfo es completo.
CUADRADO Y entonces nuestras tres gracias
llevan malparado el pleito.
EL MARQUÉS Nos queda el último golpe, 560
golpe de gracia, el soneto
del conde Villamediana.
¡Ya veréis qué buen efecto!
 

(EL MARQUÉS, CUADRADO y REDONDO se retiran por el foro hablando en voz baja.)

 
EL CONDE Muy en breve, cuando el rey
regrese de su paseo, 665
principiará la comedia;
pero antes, Alonso, quiero
al de Lerma presentarte,
pues su apoyo es de gran precio.
ALONSO (Aparte.) Es la vida una comedia. 700
Continúe el fingimiento.
 

(ALONSO, JUAN y OLMEDO siguen al CONDE. JERÓNIMO se dirige al foro, por donde se pasea conversando con los comediantes, que estudian los papeles sentados en los bancos. Los dos niños juegan sentados al pie de una de las estatuas del segundo término. JUSEPA sigue con la mirada a ALONSO, que no vuelve la cabeza ni para saludarla. LEONA mira con ternura a JUSEPA.)

 
 

Escena VII

 

JUSEPA y LEONA.

 
JUSEPA Sufriendo angustia mortal
mis ojos partir le ven. [58]
¿Por qué, si me quiere bien,
ha de juzgarme tan mal? 705
¡Ni un adiós!... ¡Ni una mirada,
cuando su amor es mi vida!
Los celos son una herida
eternamente enconada,
voraz incendio, que crece 710
a cada instante que pasa,
que el corazón nos abrasa,
que perturba, que enloquece.
Lenta, angustiosa agonía,
que mata nuestro reposo, 715
fiero huracán borrascoso,
que en noche convierte el día.
¡Virgen santa, para ti
no hay secretos! ¡De ti espero,
pues sabes cuánto le quiero, 720
que tenga piedad de mí!
 

(LEONA, que no ha apartado los ojos de JUSEPA durante el anterior parlamento, se acerca, le coge una mano y le dice con filial ternura.)

 
LEONA Si a tu dolor no das tregua,
tan mal la comedia haremos,
que nos acreditaremos
de cómicos de la legua. 725
¿Por qué tanta confusión,
que en riesgo pone tu fama?
Odio me inspiran la dama
y el soldado del mesón.
JUSEPA ¡Calla!
LEONA             El silencio no apruebo, 730
que a fuerza de agradecida
quisiera darte la vida
por lo mucho que te debo.
La lucha fiera, incesante,
terminemos de una vez; 735
para probar tu honradez
una palabra es bastante.
Tú padeces, él padece...
Habla... la verdad pregona.
JUSEPA Ese secreto, Leona, [59] 740
a mí no me pertenece;
y aunque una ruda batalla
llene el pecho de inquietud,
la voz de la gratitud
me dice: padece y calla, 745
y aunque tu dicha se hunda,
no abandones en su duelo
el ángel que fue el consuelo
de tu madre moribunda,
a la que en tu tierna edad 750
con cariñosa ternura
dio a tu madre sepultura
y cuidó de tu orfandad.
Si hoy su amparo yo no fuera,
siempre, siempre temería 755
que desde su tumba fría
mi madre me maldijera.
LEONA ¿Por qué ha de ignorar Morales
la historia de esos amores?
JUSEPA Fuera eso aumentar dolores 760
sobre el peso de mis males.
LEONA No comprendo...
JUSEPA                            Honrado es,
y si él supiese que están
en poder del Capitán
las cartas de Doña Inés, 765
sin vacilar le buscara,
las cartas le pediría
y se las arrancaría
aunque la vida arriesgara.
No quiero comprometer 770
a mi esposo, porque espero
que pueda más que su acero
el ruego de una mujer.
Yo me buscaré la traza.
Veremos al fin quién vence, 775
que una lágrima convence
mucho más que una amenaza.
 

(Aparece en el foro EL CAPITÁN, que baja pausadamente hacia el proscenio. JUSEPA, al verle, lanza un grito ahogado. LEONA mira al CAPITÁN con marcada curiosidad.) [60]

 
LEONA ¡Buen aire! ¡Marcial doncel!
JUSEPA Vete.
LEONA          ¿Es nuestro hombre?
JUSEPA                                            Sí.
Vete, necesito aquí 780
quedarme sola con él.
LEONA Me voy y cierro la boca.
Como a tus ruegos no ceda,
suceda lo que suceda,
yo sé lo que hacer me toca. 785
 

(LEONA se reúne con los niños, y sentándose al pie de la última estatua, se pone a jugar con ellos. EL CAPITÁN llega hasta donde está JUSEPA, y dice con pausado y sentido acento.)

 
 

Escena VIII

 
JUSEPA y EL CAPITÁN.
 
CAPITÁN Al fin de aquella enramada
a la condesa encontré,
me detuve, la miré,
de mí apartó la mirada,
y aspirando de una flor 790
la esencia pura y fragrante,
siguió el camino adelante
sin fijarse en mi dolor.
No os quejaréis del soldado,
pues la palabra os cumplió: 795
vio a su dama, y no la habló
aunque la tuvo a su lado.
No pretendo que me ame;
mas si mi presencia esquiva,
con sangre es fuerza se escriba 800
la falsedad de esa infame.
JUSEPA Vos, D. Martín de Ibarrola;
vos, tan noble y bien nacido,
que en la guerra gloria hais sido
de la legión española; 805
vos, el valiente adalid
que alcanzó envidiable fama, [61]
para perder a una dama
no habéis venido a Madrid.
Nunca un noble corazón 810
a ruines pasiones cede,
pues cuando vengarse puede,
su venganza es el perdón.
CAPITÁN De vuestra voz el sonido
aquí en mi pecho resuena. 815
¡Qué buena sois!
JUSEPA                             Si soy buena,
concededme lo que os pido.
CAPITÁN Yo sé que desdichas hartas
por mi culpa padecéis.
¿Qué queréis?
JUSEPA                        Que me entreguéis 720
el medallón y las cartas.
CAPITÁN No puedo.
JUSEPA                  Borrad enojos
que os dejaron triste huella;
vuestra venganza más bella
es el llanto de sus ojos. 725
CAPITÁN No puedo.
JUSEPA                  Pensad que vos
su honra tenéis en las manos;
que es vengarse de villanos,
y que noble os hizo Dios;
que es Doña Inés desgraciada 730
no pudiendo disculparse,
que el rey la obligó a casarse
con el Conde de Granada.
Doleos, pues, del profundo
malestar de una mujer, 735
que hacer bien es el placer
más sabroso de este mundo.
Doleos, pues, de su mal,
tened piedad de su llanto...
CAPITÁN Vos queréis que sea un santo, 740
y soy un pobre mortal.
JUSEPA Si no de santo, tenéis
de noble acciones muy bellas;
el caso resuelvan ellas;
oíd una, y juzgaréis: [62] 745
Cuenta la fama parlera,
que nada sabe callar,
que en Hungría un militar,
gloria y prez de su bandera,
del combate en lo más fuerte, 750
vio ante sus pies un soldado
con el pecho ensangrentado
y en la mirada la muerte.
Ambos brazos le tendía
y con ternura abrazaba 755
un niño, que le besaba
a tiempo que se moría.
-¡Perdón para éste, señor!
le dijo. Soy luterano.
¡Salvad, pues, si sois cristiano, 760
a esta prenda de mi amor!
Detuvo el corcel brioso
el español caballero,
envainó el terrible acero
y se apeó presuroso. 765
Vio que de la herida abierta
sangre abundante manaba,
que la vida se acababa,
y que la muerte era cierta.
-Muere en paz, noble soldado, 770
le dijo. Mientras yo aliente,
te juro que este inocente
ha de vivir a mi lado.-
Luego el soldado murió,
el español cogió el niño, 775
le dio un beso con cariño,
y en su caballo montó.
Suelta dejando la rienda,
clava al bruto el acicate,
y del lugar del combate 780
se trasladó hasta su tienda;
y a un viejo que le servía
de escudero así le dijo:
-Cuídale bien, que es un hijo,
Fernán, que Dios nos envía.- 785
Luego desnudó la espada,
el caballo hizo girar [63]
y se volvió a pelear
por su bandera sagrada.
Ese caudillo que Dios 790
dio a la legión española
es D. Martín de Ibarrola,
le estoy mirando, sois vos.
¡Por aquel niño querido,
por los míos que allí veis, 795
por cuanto en el mundo améis,
perdón para Inés os pido!
CAPITÁN ¡Dejadme! (Se encamina hacia la izquierda.)
JUSEPA (Siguiéndole.) No puede ser:
quien alma tan bella tiene,
a vengarse no se aviene 800
de una infelice mujer.
CAPITÁN Empeñado mi honor creo
en verla una vez siquiera.
Esta carta es mensajera
que le explica mi deseo. 805
JUSEPA ¡Esa carta!...
(Retrocediendo como si temiera tocarla con sus manos.)
CAPITÁN                       La ocasión
vos de darla buscaréis.
JUSEPA ¡Ved, señor, que la perdéis!...
CAPITÁN La desprecia el corazón.
JUSEPA (Aparte.) ¡Profundo temor me abruma! 810
¡A un tiempo van a perderse!
CAPITÁN Hay dos modos de entenderse:
con la lengua o con la pluma.
Elegid...
JUSEPA (Después de un momento de lucha.)
              ¡Vano temor!
Venga la carta.
CAPITÁN                          Tomad. 815
 
(JUSEPA la guarda en su limosnero.)
 
JUSEPA ¿Confío en vuestra lealtad?
CAPITÁN ¡Confiad!
JUSEPA                 ¡Gracias, señor!
 

(EL CAPITÁN sale precipitadamente por la izquierda. Poco antes aparecen por la derecha EL MARQUÉS, REDONDO, CUADRADO y [64] varios caballeros. Al ver a JUSEPA y al CAPITÁN se detienen y ocultan detrás de las estatuas, hablando en voz baja. JUSEPA dirige una mirada al CAPITÁN y pausadamente se acerca adonde están los niños, perdiéndose con ellos y acompañada de LEONA por la espesura del fondo.)

 
 

Escena IX

 
EL MARQUÉS, REDONDO, CUADRADO y caballeros. Luego ALONSO.
 
CUADRADO ¡Hola! ¡hola! ¿Será éste
el mismo de la posada?
EL MARQUÉS Caprichos del Capitán, 820
que, teniendo buena casa,
toma un cuarto en un mesón.
REDONDO O exigencia de su dama.
 

(ALONSO aparece por el foro derecha, preocupado con la lectura de un papel que lleva en la mano. EL MARQUÉS y sus amigos bajan riéndose hasta el proscenio.)

 
CUADRADO El marido en estas cosas
llega tarde.
EL MARQUÉS                   No hace falta: 825
es que hay un dios tutelar
para la mujer casada.
¡Pobre Morales!
 
(ALONSO dirige una mirada feroz en derredor suyo, se contiene y oculta detrás de una estatua.)
 
ALONSO (Aparte.)             ¿Qué dicen?
EL MARQUÉS ¡Qué feliz es la ignorancia!
Luego dirán que calumnia 830
el conde Villamediana
si con el pobre Morales
y Jusepa la farsanta
la toma, si les escribe
media docena de sátiras. 835
No están en Madrid seguros.
CUADRADO ¿Qué es en Madrid? Ni aun en Asia. [65]
ALONSO (Aparte.) ¡Esto más!
EL MARQUÉS                                   Porque el soneto
pica como una cantárida,
y ha de levantar ampollas 840
a la hermosa comedianta.
CUADRADO Y al marido, porque al fin
es el que lleva la carga.
EL MARQUÉS (Alzando la voz.) Morales busca en la escena
aplausos, renombre y fama; 845
mas Jusepa poco a poco
se encargará de quitársela.
ALONSO ¡No puedo más!... ¡Miserables!
  (Saliendo y colocándose en medio de todos dirigiéndoles miradas amenazadoras.)
¡El conde Villamediana
es un vil calumniador! 850
EL MARQUÉS Medid más vuestras palabras.
ALONSO También tengo yo el soneto
que escribió a Jusepa Vaca,
y puede estar el buen conde
orgulloso de su hazaña. 855
Si alguno hay que le defienda,
que me mire cara a cara.
EL MARQUÉS Si no fuerais vos quien sois,
os respondiera mi espada.
ALONSO Es verdad, soy comediante, 860
no es ilustre mi prosapia,
ni en mi familia se cuentan
caudillos de la Cruzada.
Fueron mis antepasados,
si es que no miente la fama, 865
de los que a Huesca en sus hombros
condujeron la campana.
Villanos de pura sangre,
plebeyos de limpia raza,
como viven del trabajo 870
y el tiempo les hace falta,
no escriben torpes libelos
contra mujeres honradas.
Hay nobles que nobles son,
y hay nobles que se degradan 875
arrastrando por el cieno [66]
el escudo de sus armas.
¿Qué tiene que ver, señores,
el oficio con el alma?
Si queréis probar la mía, 880
al ser la noche cerrada
nos daremos un paseo
por la orilla del Jarama,
y allí, a la luz de la luna,
bajo la espesa enramada, 885
sin más testigos que Dios
que ha de juzgarnos mañana,
os probará un comediante
que títulos no hacen falta
para vengar las ofensas 890
y castigar las infamias.
EL MARQUÉS Acepto: al anochecer,
en la orilla del Jarama.
Aquí podéis esperarme
cuando concluya la farsa, 895
y allí veremos si corta
como la lengua la espada.
Mas si tanto os interesa
el honor de vuestra casa,
buscadle en el limosnero 900
de Jusepa la farsanta,
pues siempre al marido pierde
la excesiva confianza.
 

(Los cortesanos rodean al MARQUÉS, que dirige miradas de desprecio a ALONSO, quien, atónito y como poseído de un parasismo, estruja entre sus manos el soneto.)

 
ALONSO ¿Qué dice ese hombre?
CUADRADO (Al MARQUÉS.)         ¡Bien dicho!
EL MARQUÉS Yo castigaré su audacia. 905
REDONDO Mas no os batiréis.
EL MARQUÉS                                Le haré
ese honor. (Desaparecen.) [67]
 
 

Escena X

 
ALONSO. Poco después JUSEPA, LEONA y niños.
 
ALONSO                   Podéis buscarla
en su limosnero... Sí,
la buscaré. ¡Ah! ¡Me falta
aire para respirar, 910
corazón para matarla!
JUSEPA (Saliendo y hablando aparte con LEONA.)
Nada pude conseguir,
mas no pierdo la esperanza,
que es D. Martín caballero
y tiene muy bella el alma. 915
 

(JUSEPA repara en su marido, que está leyendo un papel, se acerca, apoya cariñosamente sus manos en el hombro de su esposo, y le dice con ternura.)

 
¿Ensayas?
ALONSO                  ¡Ah! Sí, un soneto
del conde Villamediana.
Escucha, es cosa de risa.
Oye... tiene mucha gracia:
 

(ALONSO lee pausadamente y con burlona sonrisa el soneto. JUSEPA le oye mirándole con recelosa inquietud.)

 
«-Oiga, Jusepa, mire que ya pisa 920
»esta corte del rey; cordura tenga;
»mire que el vulgo en murmurar se venga,
»y el tiempo siempre sin hablar avisa.
»Por esta dura y eficaz divisa
»que de hablar con los príncipes se abstenga, 925
»y aunque uno y otro duque a hablarla venga,
»su marido no más, su honor y misa.-
»Dijo Morales y riose un poco;
»mas la Jusepa le responde airada:
»-O lleve el diablo tanto guarda el coco. 930
»¡Malhaya yo si fuese más honrada!-
»Pero como ella es simple y él es loco,
»miró al soslayo, fuese, y no hubo nada».
¿Qué te parece? [68]
JUSEPA                           ¡El autor
es un vil! ¡Me causa lástima! 935
Ensayemos.
ALONSO                     Sí, ensayemos,
que en el mundo todo es farsa.
JUSEPA ¿Qué tienes? (Mirándole fijamente.)
ALONSO                      ¿Qué he de tener?...
Nada.
JUSEPA           ¿Nada?
ALONSO                       ¡Nada! ¡Nada!
Ensayaremos la escena 940
cuando Lupercio le arranca
a su mujer los dos hijos;
la siento con toda el alma
aquí. Tú empieza. ¡Leona!
con los niños preparada. 945
(Aparte.) Yo veré si el limosnero
mi honra, como dicen, guarda,
y si es verdad, en verdad
se va a convertir la farsa.
JUSEPA (Aparte.) ¡No sé qué leo en sus ojos 950
que me aterra, que me espanta!
  (JUSEPA lee en el papel de su comedia como si ensayara.)
«Vos el sombrero en los ojos,
»vos los ojos en el suelo,
»que éstos tienen por despojos,
»decidme, por Dios del cielo, 955
»si tenéis conmigo enojos.
»Mi bien, alma de esta vida,
»¿qué os he dicho? ¿qué os he hecho?
»¿No me habláis?
ALONSO                              »¡Ah mujer fingida!
»Aspid que entraste en mi pecho 960
»y estás en el alma asida;
»amigo vil que te alejas
»en viendo pobreza y quejas;
»víbora que concebí,
»que para salir de mí 965
»el pecho abierto me dejas;
»rayo que me has abrasado
»dejando sano el vestido, [69]
»enemigo perdonado,
»ingrato que me has vendido, 970
»y deudo que me has negado;
»enmascarada homicida,
»calentura lenta asida
»con tan tibio proceder,
»que no se echando de ver 975
»está acabando la vida;
»fuego secreto sin llama,
»que nunca de abrasar cesa,
»vil en obras, casta en fama,
»arpía en mi alegre mesa 980
»y Clitemnestra en mi cama;
»mujer de quien este ser
»aún no quisiera tener;
»mujer que tan mal viviste,
»que por ser mujer, quisiste 985
»dejar de ser mi mujer.
JUSEPA »¿Qué os han dicho, mi señor,
»dulce bien mío y mi vida,
»que con tanto desamor
»me llamáis vuestra homicida, 990
»fe falsa, y paz de traidor?
»Que de que vos me matéis,
»que soy vuestra humilde hechura,
»ningún agravio me hacéis;
»siento por más desventura 995
»sólo el ver que me afrentéis.
»¿Queréismelo decir?
ALONSO                                    »¡Calla!
»¡Calla, sierpe venenosa,
»que entre la yerba se halla,
»flor de adelfa, araña en rosa, 1000
»con más yerros que una malla!
»No quieras saber lo que es,
»que no habrá muerte decente...
JUSEPA »Alto, señor; si así es,
»dejadme como inocente 1005
»que me arrodille a esos pies.
»Tres estamos a este fiero
»sacrificio prevenidos:
»tú con el desnudo acero, [70]
»hechos piedras los oídos, 1010
»inexorable y severo;
»yo cual víctima inocente,
»y el ángel que condolido
»te está diciendo "¡Detente!"
»en mis entrañas metido 1015
»y a la ejecución presente.
ALONSO »¡Dame mis hijos!
JUSEPA                               »Saber
»quiero adónde se los llevan.
ALONSO »Donde no los has de ver.
JUSEPA »¡Señor, Enrique ¡ay! y Esteban 1020
»partid con esta mujer!
ALONSO »Ya no, que no lo eres mía.
JUSEPA »¡Mi bien, mi señor! (Arrodillándose a sus pies.)
ALONSO                                   »Desvía.
JUSEPA »¿No son bienes gananciales?
ALONSO »Los hijos no, celestiales, 1025
»que el cielo nos da y envía.
JUSEPA »Llevaos a Esteban, señor.
ALONSO »Aunque él mismo lo suplique,
»vete, infamia de mi honor.
JUSEPA (En un arranque de maternal ternura.)
»Dejadme, señor, a Enrique, 1030
»que me costó más dolor». (7)
 
(ALONSO en este momento de lucha introduce la mano en el limosnero de JUSEPA, y saca un papel. Se aparta bruscamente lanzando un grito, y lo lee con acento convulso. JUSEPA le mira sin comprender aquel cambio brusco.)
 
ALONSO (Leyendo.) «Pues la perfidia no arredra
a tu corazón artero,
al dar las doce te espero
junto a la estatua de piedra 1035
del rey Felipe Tercero.
¡Ay si, olvidando mi amor,
borras la promesa escrita
a los pies del Redentor,
pues si faltas a la cita, [71] 1040
haré pedazos tu honor».
 

(JUSEPA se acerca, y ALONSO le enseña la carta.)

 
¡Infame! ¡Mira!
JUSEPA (Retrocediendo.) ¡Qué has hecho!
ALONSO En tu limosnero estaba,
y aún la duda se albergaba
en el fondo de mi pecho. 1045
¡Leona! ¡Mis hijos!
JUSEPA                                 ¿Qué intenta?
LEONA ¿Tus hijos?... (Como no comprendiendo lo que dice.)
ALONSO                        ¡Sí, me los llevo!
JUSEPA ¿Te los llevas?...
ALONSO                             ¡Yo no debo
soportar tamaña afrenta!
JUSEPA ¡Alonso!
ALONSO                ¡Aparta!
JUSEPA                              ¡Insensato! 1050
¡Por mis hijos te juré,
y no quieres darme fe!...
ALONSO ¡Como te acerques, te mato!
¡Dame mis hijos!
JUSEPA                             ¡Atrás!
Si has perdido la razón, 1055
arráncame el corazón,
pero mis hijos... ¡jamás!
 

(JUSEPA abraza a sus hijos. LEONA se coloca a su lado. ALONSO mira en derredor suyo, saca el puñal, y lo envaina al acercarse EL CONDE DE GRANADA, EL MARQUÉS, REDONDO, CUADRADO, JERÓNIMO, OLMEDO y acompañamiento, que bajan por el foro.)

 
 

Escena XI

 

Dichos, EL CONDE, EL MARQUÉS, CUADRADO, JERÓNIMO y acompañamiento.

 
EL CONDE Morales, vamos...
ALONSO (Después de un momento de lucha consigo mismo, y como el que se resuelve por fin.)
                               No voy. [72]
EL CONDE ¡Que espera el rey y el infante!
ALONSO Es que hoy no soy comediante. 1060
EL CONDE ¡Qué!...
ALONSO              No hago comedias hoy.
 

(Movimiento general de asombro. EL CONDE, como si no diera crédito a lo que oye, se acerca a ALONSO, que en mitad del teatro dirige fieras miradas a su esposa, dominando el temblor convulsivo que le agita.)

 
EL CONDE ¿Estás loco?...
ALONSO (Riéndose.)     Puede ser.
EL CONDE Piensa que el rey se impacienta.
ALONSO ¡Yo sólo pienso en mi afrenta
y en matar a una mujer! 1065
EL CONDE ¿Qué dices?
ALONSO                     ¡Dejadme!
JUSEPA                                      ¡Oh, Dios!
¡Por tus hijos!...
ALONSO                            ¡Quita! ¡Aparta!
EL CONDE Vamos, mi paciencia es harta.
Vamos.
JUAN              ¡Morales!
ALONSO                              Id vos.
EL MARQUÉS Se pierde sin remisión. 1070
EL CONDE ¡Y su planta no se mueve!...
EL MARQUÉS El rey esperar no debe
a un comediante, a un histrión.
 

(ALONSO, al oír la voz del MARQUÉS, hace un movimiento de ira, se queda mirándole y le dice con acento altanero.)

 
ALONSO Decidle a su majestad,
si mi conducta le extraña, 1075
que si él es el rey de España,
rey soy de mi voluntad.
 

(Todos los comediantes rodean a ALONSO en ademán suplicante. LEONA, JUSEPA y los niños quieren cogerle las manos para besárselas. ALONSO los rechaza. EL CONDE se detiene un momento, y por fin, cansado de esperar, se dirige hacia el foro acompañado del MARQUÉS, que figura hablarle con calor en voz baja.) [73]

 
COMEDIANTES ¡Maestro!... (Como suplicándole.)
ALONSO (Saliendo bruscamente del círculo que le rodea.)
                    ¿Por qué se me asedia?
¡Si me aplican el tormento,
cuando más, daré un lamento, 1080
pero no haré una comedia!
EL CONDE ¡Basta ya! ¡Guardias!...
JUSEPA                                       ¡Dios mío!...
 

(Asoman por el foro algunos alabarderos del rey. EL MARQUÉS y los dos poetas bajan al proscenio demostrando su alegría. Movimiento general de terror al ver los guardias. ALONSO, en medio de la escena, dirige miradas amenazadoras al MARQUÉS y a JUSEPA.)

 
EL CONDE Puesto que, insensato, loco,
hasta su rey tiene en poco,
¡prendedle!
 

(Los soldados cogen a ALONSO por los brazos y lo desarman. ALONSO no cesa de mirar al MARQUÉS y a JUSEPA, riéndose sarcásticamente.)

 
JUSEPA (Al CONDE.) ¡En vos confío! 1085
¡Ved, señor, que él es mi vida,
que en triste llanto me anego!
ALONSO (Hace un esfuerzo para desprenderse de las manos de los soldados, y dice con desesperación:)
¡No me ofendas con tu ruego,
adúltera fementida!
JUSEPA ¡Jesús!¡Yo adúltera!... ¡Miente! 1090
Que limpio y puro es mi honor.
¡Mas perdonadle, señor,
porque es un pobre demente!
ALONSO Marqués, no olvido la afrenta,
y al verme libre mañana, 1095
con vos y Villamediana
espero arreglar la cuenta.
 

(Los guardias se llevan a ALONSO por el foro con violencia. JUSEPA tiende las manos hacia su esposo, y dice.)

 
JUSEPA ¡Preso mi esposo! ¡Y aquí
me dejáis con mi dolor! [74]
¡Alonso, mi bien, mi amor, 1100
alma del alma!¡Ay de mí!
 

(Cae desvanecida en los brazos de LEONA y los comediantes, que la rodean procurando consolarla. MAESE JERÓNIMO se acerca poco a poco al grupo que forman el MARQUÉS y los cortesanos.)

 
LEONA (Al CONDE.) ¡Salvadle!
EL CONDE (A LEONA.)                   Le salvaré.
EL MARQUÉS Vencimos, y su lugar
las gracias han de ocupar.
JERÓNIMO (Asoma la cabeza por entre los cortesanos.)
Sí, pero yo os silbaré. 1105
EL MARQUÉS ¡Vos!
JERÓNIMO (Con dramática energía.) ¡Silbaré, lo repito,
con mis mosquetes tonantes!
¡Os lo juro por Cervantes,
que es mi santo favorito!
 

FIN DEL ACTO SEGUNDO

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