Jornada I |
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Salen CIPRIANO, vestido de estudiante, CLARÍN
y MOSCÓN, de gorrones, con unos libros.
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CIPRIANO |
En la amena soledad | | de aquesta apacible estancia, | | bellísimo
laberinto | | de árboles, flores y plantas, | | podéis
dejarme, dejando | 5 | conmigo, que ellos me bastan | | por
compañía, los libros | | que os mandé
sacar de casa; | | que yo, en tanto que Antioquía
| | celebra con fiestas tantas | 10 | la fábrica de ese
templo | | que hoy a Júpiter consagra, | | y su translación,
llevando | | públicamente su estatua | | adonde con
más decoro | 15 | y honor esté colocada, | | huyendo
del gran bullicio | | que hay en sus calles y plazas, | | pasar
estudiando quiero | | la edad que al día le falta.
| 20 | Idos los dos a Antioquía, | | gozad de sus fiestas
varias | | y volved por mí a este sitio | | cuando el
sol cayendo vaya | | a sepultarse en las ondas | 25 | que entre
obscuras nubes pardas | | al gran cadáver de oro | | son monumentos de plata. | | Aquí me hallaréis.
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MOSCÓN | No
puedo, | | aunque tengo mucha gana | 30 | de ver las fiestas,
dejar | | de decir, antes que vaya | | a verlas, señor,
siquiera | | cuatro o cinco mil palabras: | | ¿es posible que
en un día | 35 | de tanto gusto, de tanta | | festividad
y contento, | | con cuatro libros te salgas | | al campo solo,
volviendo | | a su aplauso las espaldas? | 40 |
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CLARÍN |
Hace mi señor muy bien, | | que no hay cosa más
cansada | | que un día de procesión | | entre
cofrades y danzas. | |
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MOSCÓN | En fin, Clarín,
y en principio, | 45 | viviendo con arte y maña, | |
eres un temporalazo | | lisonjero, pues alabas | | lo que hace
y nunca dices | | lo que sientes. |
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CLARÍN | Tú
te engañas; | 50 | que es el mentís más
cortés | | que se dice cara a cara, | | y yo digo lo
que siento. | |
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CIPRIANO | Ya basta, Moscón; ya basta,
| | Clarín. ¡Que siempre los dos | 55 | habéis,
con vuestra ignorancia, | | de estar porfiando y tomando
| | uno de otro la contraria! | | Idos de aquí, y como
digo, | | me buscaréis cuando caiga | 60 | la noche envolviendo
en sombras | | esta fábrica gallarda | | del universo.
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MOSCÓN | ¿Qué
va | | que, aunque defendido hayas | | que es bueno no ver
las fiestas, | 65 | que vas a verlas? |
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CLARÍN | Es
clara | | consecuencia: nadie hace | | lo que aconseja que
hagan | | los otros. |
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MOSCÓN | [Aparte.] | Por ver a Libia,
| | vestirme quisiera de alas. | 70 | (Vase.) |
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CLARÍN | [Aparte.] |
Aunque, si digo verdad, | | Libia es la que me arrebata | | los sentidos. Pues ya tienes | | más de la mitad andada
| | del camino, llega, Libia, | 75 | alma, y sé, Libia,
liviana. | | (Vase.) |
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CIPRIANO | Ya estoy solo, ya podré,
| | si tanto mi ingenio alcanza, | | estudiar esta cuestión
| | que me trae suspensa el alma | 80 | desde que en Plinio
leí | | con misteriosas palabras | | la difinición
de Dios; | | porque mi ingenio no halla | | ese dios en quien
convengan | 85 | misterios ni señas tantas. | | Esta
verdad escondida | | he de apurar. |
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(Pónese
a leer CIPRIANO, y sale el DEMONIO vestido de gala.)
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DEMONIO | [Aparte.] | Aunque
hagas | | más discursos, Ciprïano, | | no has de
llegar a alcanzarla, | 90 | que yo te la esconderé.
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CIPRIANO | Ruido siento en estas ramas; | | ¿quién
va?, ¿quién es? |
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DEMONIO | Caballero,
| | un forastero es que anda | | en este monte perdido | 95 | desde toda esta mañana; | | tanto, que rendido ya
| | el caballo, en la esmeralda | | que es tapete destos montes,
| | a un tiempo pace y descansa. | 100 | A Antioquía
es el camino | | a negocios de importancia; | | y apartándome
de toda | | la gente que me acompaña, | | divertido
en mis cuidados, | 105 | caudal que a ninguno falta, | | perdí
el camino y perdí | | crïados y camaradas. | |
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CIPRIANO |
Mucho me espanto de que | | tan a vista de las altas | 110 | torres de Antioquía, ansí | | perdido andéis.
No hay, de cuantas | | veredas a aqueste monte | | o le linean
o le pautan, | | una que a dar en sus muros, | 115 | como en
su centro, no vaya. | | Por cualquiera que toméis
| | vais bien. |
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DEMONIO | Esa
es la ignorancia: | | a la vista de las ciencias, | | no saber
aprovecharlas. | 120 | Y supuesto que no es bien | | que entre
yo en ciudad extraña, | | donde no soy conocido, | | solo y preguntando, hasta | | que la noche venza al día,
| 125 | aquí estaré lo que falta; | | que en el
traje y en los libros | | que os divierten y acompañan
| | juzgo que debéis de ser | | grande estudiante, y
el alma | 130 | esta inclinación me lleva | | de los
que en estudios tratan. | | (Siéntase.) |
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DEMONIO | No;
| | pero sé lo que me basta | | para no ser ignorante.
| 135 |
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CIPRIANO | Pues, ¿qué ciencias sabéis?
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CIPRIANO | Aun estudiándose una | | mucho tiempo, no
se alcanza, | | y vós, ¡grande vanidad!, | | sin estudiar,
¿sabéis tantas? | 140 |
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DEMONIO | Sí, que de una
patria soy | | donde las ciencias más altas, | | sin
estudiarse, se saben. | |
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CIPRIANO | ¡Oh quién fuera de
esa patria! | | Que acá, mientras más se estudia,
| 145 | más se ignora. |
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DEMONIO | Verdad
tanta | | es esta que, sin estudios, | | tuve tan grande arrogancia,
| | que a la cátedra de prima | | me opuse y pensé
llevarla | 150 | porque tuve muchos votos; | | y aunque la perdí,
me basta | | haberlo intentado; que hay | | pérdidas
con alabanza. | | Si no lo queréis creer, | 155 | decid
qué estudiáis, y vaya | | de argumento; que
aunque no | | sé la opinión que os agrada,
| | y ella sea la segura, | | yo tomaré la contraria.
| 160 |
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CIPRIANO | Mucho me huelgo de que | | a eso vuestro ingenio
salga: | | un lugar de Plinio es | | el que me trae con mil
ansias | | de entenderle, por saber | 165 | quién es
el dios de quien habla. | |
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DEMONIO | Ese es un lugar que dice,
| | bien me acuerdo, estas palabras: | | «Dios es una bondad
suma, | | una esencia, una substancia, | 170 | todo vista, todo
manos». | |
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DEMONIO | ¿Qué
repugnancia | | halláis en esto? |
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CIPRIANO | No
hallar | | el dios de quien Plinio trata; | | que si ha de
ser bondad suma, | 175 | aun a Júpiter le falta | | suma
bondad, pues le vemos | | que es pecaminoso en tantas | | ocasiones:
Dánae hable | | rendida, Europa robada. | 180 | Pues,
¿cómo en suma bondad, | | cuyas acciones sagradas
| | habían de ser divinas, | | caben pasiones humanas?
| |
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DEMONIO | Esas son falsas historias | 185 | en que las letras
profanas, | | con los nombres de los dioses, | | entendieron
disfrazada | | la moral filosofía. | |
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CIPRIANO | Esa respuesta
no basta; | 190 | pues el decoro de Dios | | debiera ser tal,
que osadas | | no llegaran a su nombre | | las culpas, aun
siendo falsas. | | Y apurando más el caso: | 195 | si
suma bondad se llaman | | los dioses, siempre es forzoso
| | que a querer lo mejor vayan; | | pues, ¿cómo unos
quieren uno | | y otros otro? Esto se halla | 200 | en las dudosas
respuestas | | que suelen dar sus estatuas. | | Porque no digáis
después | | que alegué letras profanas: | | a
dos ejércitos dos | 205 | ídolos una batalla
| | aseguraron, y el uno | | la perdió. ¿No es cosa
clara | | la consecuencia de que | | dos voluntades contrarias
| 210 | no pueden a un mismo fin | | ir? Luego yendo encontradas
| | es fuerza, si la una es buena, | | que la otra ha de ser
mala. | | Mala voluntad en Dios | 215 | implica el imaginarla;
| | luego no hay suma bondad | | en ellos si unión les
falta. | |
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|
DEMONIO | Niego la mayor, porque | | aquesas respuestas
dadas | 220 | así, convienen a fines | | que nuestro
ingenio no alcanza, | | que es la providencia; y más
| | debió importar la batalla | | al que la perdió
el perderla, | 225 | que al que la ganó el ganarla.
| |
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CIPRIANO | Concedo; pero debiera | | aquel dios, pues que
no engañan | | los dioses, no asegurar | | la vitoria;
que bastaba | 230 | la pérdida permitirla | | allí,
sin asegurarla. | | Luego, si Dios todo es vista, | | cualquiera
dios viera clara | | y distintamente el fin; | 235 | y al verle,
no asegurara | | el que no había de ser. Luego, | |
aunque sea deidad tanta | | distinta en personas, debe | |
en la menor circunstancia | 240 | ser una sola en esencia.
| |
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DEMONIO | Importó para esa causa | | mover así
los afectos | | con su voz. |
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CIPRIANO | Cuando
importara | | el moverlos, genios hay | 245 | que buenos y malos
llaman | | todos los doctos, que son | | unos espíritus
que andan | | entre nosotros dictando | | las obras buenas
y malas, | 250 | argumento que asegura | | la inmortalidad del
alma. | | Y bien pudiera ese dios | | con ellos, sin que llegara
| | a mostrar que mentir sabe, | 255 | mover afectos. |
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DEMONIO |
Repara
| | en que esas contrariedades | | no implican al ser las sacras
| | deidades una, supuesto | | que en las cosas de importancia
| 260 | nunca disonaron. Bien | | en la fábrica gallarda
| | del hombre se ve, pues fue | | solo un concepto al obrarla.
| |
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CIPRIANO | Luego, si ese fue uno solo, | 265 | ese tiene más
ventaja | | a los otros; y si son | | iguales, puesto que hallas
| | que se pueden oponer | | (esta no puedes negarla) | 270 | en algo al hacer el hombre, | | cuando el uno lo intentara,
| | pudiera decir el otro: | | «No quiero yo que se haga».
| | Luego si Dios todo es manos, | 275 | cuando el uno le crïara,
| | el otro le deshiciera; | | pues eran manos entrambas | | iguales en el poder, | | desiguales en la instancia,
| 280 | ¿quién venciera destos dos? | |
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DEMONIO | Sobre imposibles
y falsas | | proposiciones, no hay | | argumento. Di, ¿qué
sacas | | de eso? |
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CIPRIANO | Pensar
que hay un Dios, | 285 | suma bondad, suma gracia, | | todo
vista, todo manos, | | infalible, que no engaña, | | superior, que no compite, | | Dios a quien ninguno iguala,
| 290 | un principio sin principio, | | una esencia1, una substancia,
| | un poder y un querer solo; | | y cuando como este haya
| | una, dos o más personas, | 295 | una deidad soberana
| | ha de ser sola en esencia, | | causa de todas las causas.
| | (Levántase.) |
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DEMONIO | ¿Cómo te puedo negar
| | una evidencia tan clara? | 300 |
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|
DEMONIO | ¿Quién
deja | | de sentir que otro le haga | | competencia en el ingenio?
| | Y aunque responder no falta, | | dejo de hacerlo, porque
| 305 | gente en este monte anda, | | y es hora de que prosiga
| | a la ciudad mi jornada. | |
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DEMONIO |
Quedad
en paz. | | [Aparte.] | Pues tanto tu estudio alcanza, | 310 | yo haré que el estudio olvides | | suspendido en una
rara | | beldad. Pues tengo licencia | | de perseguir con mi
rabia | | a Justina, sacaré | 315 | de un efecto dos
venganzas. | | (Vase.) |
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CIPRIANO | No vi hombre tan notable.
| | Mas, pues mis crïados tardan, | | volver a repasar
quiero | | de tanta duda la causa. | 320 |
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(Vuelve a
leer, y salen LELIO y FLORO.)
|
LELIO | No pasemos adelante,
| | que estas peñas, estas ramas | | tan intrincadas,
que al mismo | | sol le defienden la entrada, | | solo pueden
ser testigos | 325 | de nuestro duelo. |
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|
FLORO | La
espada | | sacad, que aquí son las obras | | si allá
fueron las palabras. | |
|
|
LELIO | Ya sé que en el campo,
muda | | la lengua, de acero habla | 330 | desta suerte. |
|
|
|
(Riñen.)
|
CIPRIANO | ¿Qué
es aquesto? | | Lelio, tente; Floro, aparta; | | que basta
que esté yo en medio, | | aunque esté en medio
sin armas. | |
|
|
LELIO | ¿De dónde, di, Ciprïano,
| 335 | a embarazar mi venganza | | has salido? |
|
|
FLORO | ¿Eres
aborto | | destos troncos y estas ramas? | |
|
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(Salen
MOSCÓN y CLARÍN.)
|
MOSCÓN | Corre,
que con mi señor | | han sido las cuchilladas.
| 340 |
|
|
CLARÍN | Para acercarme a esas cosas, | | no suelo yo
correr nada; | | mas para apartarme sí. | |
|
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|
CIPRIANO | No
habléis más palabra. | | Pues, ¿qué es
esto? Dos amigos | 345 | que por su sangre y su fama | | hoy
son de toda Antioquía | | los ojos y la esperanza;
| | uno, del Gobernador | | hijo, y otro, de la clara | 350 | familia de los Colaltos, | | ¿ansí aventuran y arrastran
| | dos vidas que pueden ser | | de tanto honor a su patria?
| |
|
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LELIO | Cipriano, aunque el respeto | 355 | que debo por muchas
causas | | a tu persona, este instante | | tiene suspensa mi
espada, | | no la tienes reducida | | a la quietud de la vaina;
| 360 | tú sabes de sciencias más | | que de duelos,
y no alcanzas | | que a dos nobles en el campo | | no hay respeto
que les haga | | amigos, pues solo es medio | 365 | morir uno
en la demanda. | |
|
|
FLORO | Lo mismo te digo, y ruego | | que con
tu gente te vayas, | | pues que riñendo nos dejas
| | sin traición y sin ventaja. | 370 |
|
|
CIPRIANO | Aunque
os parece que ignoro, | | por mi profesión, las varias
| | leyes del duelo que estudia | | el valor y la arrogancia,
| | os engañáis; que nací | 375 | con obligaciones
tantas | | como los dos a saber | | qué es honor y qué
es infamia; | | y no el darme a los estudios | | mis alientos
acobarda, | 380 | que muchas veces se dieron | | las manos letras
y armas. | | Si el haber salido al campo | | es del reñir
circunstancia, | | con haber reñido ya, | 385 | esa calumnia
se salva; | | y así, bien podéis decir | | desta
pendencia la causa, | | que yo, si habiéndola oído,
| | reconociere al contarla | 390 | que alguno de los dos tiene
| | algo que se satisfaga, | | de dejaros a los dos | | solos,
os doy la palabra. | |
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|
LELIO | Pues con esa condición
| 395 | de que en sabiendo la causa | | nos has de dejar reñir,
| | yo me prefiero a contarla. | | Yo quiero a una dama bien,
| | y Floro quiere a esta dama: | 400 | mira tú cómo
podrás | | convenirnos, pues no hay traza | | con que
dos nobles celosos | | den a partido sus ansias. | |
|
|
FLORO | Yo
quiero a esta dama, y quiero | 405 | que no se atreva a mirarla
| | ni aun el sol; y pues no hay | | medio aquí, y que
la palabra | | nos has dado de dejarnos | | reñir, a
un lado te aparta. | 410 |
|
|
CIPRIANO | Esperad, que hay que saber
| | más; decidme, ¿es esta dama | | a la esperanza posible
| | o imposible a la esperanza? | |
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|
LELIO | Tan principal es,
tan noble, | 415 | que si el sol celos causara | | a Floro,
aun dél no podría | | tenerlos con justa causa,
| | porque presumo que el sol | | aun no se atreve a mirarla.
| 420 |
|
|
|
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LELIO | Pluguiera
a los cielos | | que a tanta dicha llegara, | | que aunque
es en extremo pobre, | 425 | la virtud por dote basta. | |
|
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CIPRIANO |
Pues si a casaros con ella | | aspiráis los dos, ¿no
es vana | | acción, culpable y indigna, | | querer antes
disfamarla? | 430 | ¿Qué dirá el mundo, si alguno
| | de los dos con ella casa, | | después de haber muerto
al otro | | por ella? Que aunque no haya | | ocasión
para decirlo, | 435 | decirlo sin ella basta. | | No digo yo
que os sufráis | | el servirla y festejarla | | a un
tiempo, porque no quiero | | que de mí partido salga
| 440 | tan cobarde; que el galán | | que de sus celos
pasara | | primero la contingencia, | | pasará después
la infamia; | | pero digo que sepáis | 445 | de cuál
de los dos se agrada, | | y luego... |
|
|
LELIO | Detente,
espera, | | que es acción cobarde y baja | | ir a que
la dama diga | | a quién escoge la dama; | 450 | pues
ha de escogerme a mí | | o a Floro: si a mí,
me agrava | | más el empeño en que estoy, | | pues es otro empeño que haya | | quien quiera a la
que me quiere; | 455 | si a Floro escoge, la saña | | de que a otro quiera quien quiero | | es mayor; luego excusada
| | acción es que ella lo diga, | | pues con cualquier
circunstancia | 460 | hemos en apelación | | de volver
a las espadas: | | el querido, por su honor, | | y el otro,
por su venganza. | |
|
|
FLORO | Confieso que esa opinión
| 465 | recibida es, y asentada, | | más con las damas
de amores | | que elegir y dejar tratan. | | Y así,
hoy pedírsela intento | | a su padre; y pues me basta,
| 470 | habiendo al campo salido, | | haber sacado la espada,
| | mayormente cuando hay | | quien el reñir embaraza,
| | con satisfación bastante | 475 | la vuelvo, Lelio,
a la vaina. | |
|
|
LELIO | En parte me ha convencido | | tu razón;
y aunque apurarla | | pudiera, más quiero hacerme
| | de su parte, o cierta o falsa. | 480 | Hoy la pediré
a su padre. | |
|
|
CIPRIANO | Supuesto que aquesta dama | | en que
los dos la sirváis | | ella no aventura nada, | | pues
que confesáis los dos | 485 | su virtud y su constancia,
| | decidme quién es, que yo, | | pues que tengo mano
tanta | | en la ciudad, por los dos | | quiero preferirme a
hablarla | 490 | para que esté prevenida | | cuando a
eso su padre vaya. | |
|
|
|
|
FLORO | Justina,
| | de Lisandro hija. |
|
|
CIPRIANO | Al
nombrarla | | he conocido cuán pocas | 495 | fueron vuestras
alabanzas; | | que es virtüosa y es noble. | | Luego voy
a visitarla. | |
|
|
FLORO | El cielo en mi favor mueva | | su condición
siempre ingrata. | 500 | (Vase.) |
|
|
LELIO | Corone amor, al nombrarme,
| | de laurel mis esperanzas. | | (Vase.) |
|
|
CIPRIANO | ¡Oh, quiera
el cielo que estorbe | | escándalos y desgracias!
| | (Vase.) |
|
|
MOSCÓN | ¿Ha oído vuesa merced | 505 | que nuestro
amo va a la casa | | de Justina? |
|
|
CLARÍN | Sí
señor. | | ¿Qué hay que vaya o que no vaya?
| |
|
|
MOSCÓN | Hay que no tiene qué hacer | | allá
usarced. |
|
|
|
MOSCÓN | Porque yo por Libia
muero, | | que es de Justina crïada, | | y no quiero que
se atreva | | ni el mismo sol a mirarla. | |
|
|
CLARÍN | Basta;
que no he de reñir | 515 | en ningún tiempo por
dama | | que ha de ser esposa mía. | |
|
|
MOSCÓN |
Aquesa opinión me agrada; | | y es bien que lo diga
ella, | | quién la obliga o quién la cansa.
| 520 | Vámonos allá los dos | | y ella elija.
|
|
|
CLARÍN | Es
buena traza, | | aunque ha de escogerte, temo. | |
|
|
MOSCÓN |
¿Ya tienes deso confianza? | |
|
|
CLARÍN | Sí, que
lo peor escogen | 525 | siempre las Libias ingratas. | |
|
|
|
(Vanse, y salen JUSTINA y LISANDRO.)
|
JUSTINA | No
me puedo consolar | | de haber hoy visto, señor, | | el torpe, el común error, | | con que todo ese lugar
| 530 | templo consagra, y altar, | | a una imagen que no pudo
| | ser deidad, pues que no dudo | | que al fin, si algún
testimonio | | da de serlo, es el Demonio, | 535 | que da aliento
a un bronce mudo. | |
|
|
LISANDRO | No fueras, bella Justina, | | quien eres, si no lloraras, | | sintieras y lamentaras | | esa tragedia, esa ruina | 540 | que la religión divina
| | de Cristo padece hoy. | |
|
|
JUSTINA | Es cierto, pues al fin
soy | | hija tuya, y no lo fuera | | si llorando no estuviera
| 545 | ansias que mirando estoy. | |
|
|
LISANDRO | ¡Ay Justina!,
no ha nacido | | de ser tú mi hija, no, | | que no soy
tan feliz yo. | | Mas, ¡ay Dios!, ¡cómo he rompido
| 550 | secreto tan escondido! | | Afecto del alma fue. | |
|
|
|
LISANDRO | No
sé. | | Confuso estoy y turbado. | |
|
|
JUSTINA | Muchas veces
te he escuchado | 555 | lo que ahora te escuché, | |
y nunca quise, señor, | | a costa de un sufrimiento,
| | apurar tu sentimiento | | ni examinar mi dolor. | 560 | Pero
viendo que es error | | que de entenderte no acabe, | | aunque
sea culpa grave, | | que partas, señor, te pido, | | tu secreto con mi oído, | 565 | ya que en tu pecho
no cabe. | |
|
|
LISANDRO | Justina, de un gran secreto | | el efecto
te callé, | | la edad que tienes, porque | | siempre
he temido el efecto. | 570 | Mas viéndote ya sujeto
| | capaz de ver y advertir, | | y viéndome a mí
que el ir | | con este báculo dando | | en la tierra
es ir llamando | 575 | a las puertas del morir, | | no te tengo
de dejar | | con esta ignorancia, no, | | porque no cumpliera
yo | | mi obligación con callar. | 580 | Y así,
atiende a mi pesar | | tu placer. |
|
|
|
LISANDRO | Mi
pena es mucha, | | ¡pero esto es ley y razón! | |
|
|
JUSTINA |
Señor, desta confusión | 585 | me rescata. |
|
|
LISANDRO | Pues
escucha. | | Yo soy, hermosa Justina, | | Lisandro... No de
que empiece | | desde mi nombre te admires; | | que aunque
ya sabes que es este, | 590 | por lo que se sigue al nombre,
| | es justo que te le acuerde, | | pues de mí no sabes
más | | que mi nombre solamente. | | Lisandro soy, natural
| 595 | de aquella ciudad que en siete | | montes es hidra de
piedra, | | pues siete cabezas tiene; | | de aquella que es
silla hoy | | del romano imperio, albergue | 600 | del cristiano
asilo, pues | | solo Roma lo merece. | | En ella nací
de humildes | | padres, si es que nombre adquieren | | de humildes
los que dejaron | 605 | tantas virtudes por bienes. | | Cristianos
nacieron ambos, | | venturosos descendientes | | de algunos
que con su sangre | | rubricaron felizmente | 610 | las fatigas
de la vida | | con los triunfos de la muerte. | | En la religión
cristiana | | crecí industriado, de suerte | | que en
su defensa daré | 615 | la vida una y muchas veces.
| | Joven era cuando a Roma | | llegó encubierto el
prudente | | Alejandro, Papa nuestro, | | que la Apostólica
Sede | 620 | gobernaba sin tener | | donde tenerla pudiese;
| | que como la tiranía | | de los gentiles crüeles
| | su sed apaga con sangre | 625 | de la que a mártires
vierte, | | hoy la primitiva Iglesia | | ocultos sus hijos
tiene, | | no porque el morir rehúsan, | | no porque
el martirio temen, | 630 | sino porque de una vez | | no acabe
el rigor rebelde | | con todos, y destrüida | | la Iglesia,
en ella no quede | | quien catequice al gentil, | 635 | quien
le predique y le enseñe. | | A Roma, pues, Alejandro
| | llegó, y yendo oculto a verle | | recibí
su bendición, | | y de su mano clemente | 640 | todos
los órdenes sacros, | | a cuya dignidad tiene | | envidia
el ángel, pues solo | | el hombre serlo merece. | |
Mandome Alejandro, pues, | 645 | que a Antioquía me
partiese | | a predicar de secreto | | la ley de Cristo; obediente,
| | peregrinando a merced | | de tantas diversas gentes,
| 650 | a Antioquía vine; y cuando | | desde aquesos eminentes
| | montes llegué a descubrir | | sus dorados chapiteles,
| | el sol me faltó, y llevando | 655 | tras sí
el día, por hacerme | | compañía me dejó
| | a que le sostituyesen | | las estrellas, como en prendas
| | de que presto vendría a verme. | 660 | Con el sol
perdí el camino, | | y vagueando tristemente | | en
lo intrincado del monte, | | me hallé en un oculto
albergue | | donde los trémulos rayos | 665 | de tanta
antorcha viviente | | aún no se dejaban ya | | ver,
porque confusamente | | servían de nubes pardas | |
las que fueron hojas verdes. | 670 | Aquí, dispuesto
a esperar | | que otra vez el sol saliese, | | dando a la imaginación
| | la jurisdición que tiene, | | con las soledades
hice | 675 | mil discursos diferentes. | | Desta suerte, pues,
estaba, | | cuando de un suspiro leve | | el eco mal informado
| | la mitad al dueño vuelve. | 680 | Retraje al oído
todos | | mis sentidos juntamente, | | y volví a oír
más distinto | | aquel aliento, y más débil,
| | mudo idioma de los tristes, | 685 | pues con él solo
se entienden. | | De mujer era el gemido, | | a cuyo aliento
sucede | | la voz de un hombre que a media | | voz decía
desta suerte: | 690 | «Primer mancha de la sangre | | más
noble: a mis manos muere | | antes que a morir a manos | |
de infames verdugos llegues». | | La infeliz mujer decía
| 695 | en medias razones breves: | | «Duélete tú
de tu sangre, | | ya que de mí no te dueles». | | Llegar
pretendí yo entonces | | a estorbar rigor tan fuerte,
| 700 | mas no pude, porque al punto | | las voces se desvanecen
| | y vi al hombre en un caballo | | que entre los troncos
se pierde. | | Imán fue de mi piedad | 705 | la voz que,
ya balbuciente | | y desmayada, decía, | | gimiendo
y llorando a veces: | | «Mártir muero, pues que muero
| | por cristiana y inocente»; | 710 | y siguiendo de la voz
| | el norte, en espacio breve | | llegué donde una
mujer, | | que apenas dejaba verse, | | estaba a brazo partido
| 715 | luchando ya con la muerte. | | Apenas me sintió,
cuando | | dijo, esforzándose: «Vuelve, | | sangriento
homicida mío; | | ni aun este instante me dejes
| 720 | de vida». «No soy -le dije- | | sino quien acaso viene,
| | quizá del cielo guïado, | | a valeros en tan
fuerte | | ocasión». «Ya que imposible | 725 | es -dijo-
el favor que ofrece | | vuestra piedad a mi vida, | | pues
que por puntos fallece, | | lógrese en esa infeliz
| | en quien hoy el cielo quiere, | 730 | naciendo de mi sepulcro,
| | que mis desdichas herede». | | Y espirando, vi... |
|
|
|
(Sale LIBIA.)
|
LIBIA | Señor,
| | el mercader a quien debes | | aquel dinero, a buscarte
| 735 | hoy con la justicia viene. | | Que no estás en
casa dije: | | por esotra puerta vete. | |
|
|
JUSTINA | ¡Cuánto
siento que a estorbarte | | en aquesta ocasión llegue,
| 740 | que estaba a tu relación | | vida, alma y razón
pendiente! | | Mas vete ahora, señor, | | la justicia
no te encuentre. | |
|
|
LISANDRO | ¡Ay de mí, qué
de desaires | 745 | la necesidad padece! | | (Vase.) |
|
|
JUSTINA |
Sin duda entran hasta aquí, | | porque siento afuera
gente. | |
|
|
LIBIA | No son ellos, Cipriano es. | |
|
|
JUSTINA | Pues,
¿qué es lo que pretende | 750 | Ciprïano aquí?
|
|
|
|
(Salen CIPRIANO, CLARÍN y MOSCÓN.)
|
CIPRIANO | Serviros
| | mi deseo es solamente. | | Viendo salir la justicia | |
de vuestra casa, se atreve | | a entrar aquí mi amistad
| 755 | por la que a Lisandro debe, | | a solo saber ( [Aparte.]
¡Turbado | | estoy!) si acaso [Aparte.] (¡Qué fuerte
| | yelo discurre mis venas!) | | si en algo serviros puede
| 760 | mi deseo. [Aparte.] ¡Qué mal dije! | | Que no
es yelo, fuego es este. | |
|
|
JUSTINA | Guárdeos el cielo
mil años; | | que en mayores intereses | | habéis
de honrar a mi padre | 765 | con vuestros favores. |
|
|
CIPRIANO |
Siempre
| | estaré para serviros. | | [Aparte.] | ¿Qué
me turba y enmudece? | |
|
|
JUSTINA | Él ahora no está
en casa. | |
|
|
CIPRIANO | Luego bien, señora, puede
| 770 | mi voz decir la ocasión | | que aquí me trae
claramente, | | que no es la que habéis oído
| | la que sola a entrar me mueve | | a veros. |
|
|
|
CIPRIANO | Que me oigáis;
yo seré breve. | | Hermosísima Justina, | | en
quien hoy ostenta ufana | | la naturaleza humana | | tantas
señas de divina, | 780 | vuestra quietud determina
| | hallar mi deseo este día; | | pero ved que es tiranía,
| | como el efecto lo muestra, | | que os dé yo la quietud
vuestra | 785 | y vós me quitéis la mía.
| | Lelio, de su amor movido | | (no vi amor más disculpado),
| | Floro, de su amor llevado | | (no vi error más permitido),
| 790 | el uno y otro han querido | | por vós matarse
los dos; | | por vós lo he estorbado ( [Aparte.] ¡ay
Dios!); | | pero ved que es error fuerte | | que yo quite a
otros la muerte | 795 | para que me la deis vós. | |
Por excusar el que hubiera | | escándalo en el lugar,
| | de su parte os vengo a hablar | | ( [Aparte.] ¡Oh nunca
a hablaros viniera!) | 800 | porque vuestra elección
fuera | | árbitro de sus recelos | | como juez de sus
desvelos; | | pero ved que es gran rigor | | que yo componga
su amor | 805 | y vós dispongáis mis celos.
| | Hablaros, pues, ofrecí, | | señora, para que
vós | | escogierais de los dos | | cuál queréis
( [Aparte.] ¡infeliz fui!) | 810 | que a vuestro padre ( [Aparte.]
¡ay de mí!) | | os pida. Aquesto pretendo; | | pero
ved ( [Aparte.] ¡estoy muriendo!) | | que es injusto ( [Aparte.]
¡estoy temblando!) | | que esté por ellos hablando
| 815 | y que esté por mí sintiendo. | |
|
|
JUSTINA |
De tal manera he extrañado | | vuestra vil proposición,
| | que el discurso y la razón | | en un punto me han
faltado. | 820 | Ni a Floro ocasión he dado, | | ni a
Lelio, para que ansí | | vós os atreváis
aquí; | | y bien pudiérades vós | | escarmentar
en los dos | 825 | del rigor que vive en mí. | |
|
|
CIPRIANO |
Si yo, por haber querido | | vós a alguno, pretendiera
| | vuestro favor, mi amor fuera | | necio, infame y mal nacido;
| 830 | antes por haber vós sido | | firme roca a tantos
mares, | | os quiero, y en los pesares | | no escarmiento de
los dos, | | que yo no quiero que vós | 835 | me queráis
por ejemplares. | | ¿Qué diré a Lelio? |
|
|
JUSTINA |
Que
crea | | los costosos desengaños | | de un amor de tantos
años. | |
|
|
|
|
|
JUSTINA | Que
osado no sea | | vuestro amor. |
|
|
|
JUSTINA | ¿Será más dios para vós
| | que para los dos lo ha sido? | |
|
|
|
JUSTINA |
Pues ya yo he respondido
| 845 | a Lelio, a Floro y a vós. | |
|
|
|
(Vanse los
dos.)
|
|
|
|
LIBIA | Pues, ¿qué queréis
vós, y vós | | qué queréis? |
|
|
CLARÍN | Que
usted agora, | 850 | por si por dicha lo ignora, | | sepa que
bien la queremos. | | Para matarnos nos vemos; | | pero atentos
a no dar | | escándalo en el lugar, | 855 | que uno escoja
pretendemos. | |
|
|
LIBIA | Es tan grande el sentimiento | | de que
así me hayáis hablado | | que mi dolor me ha
dejado | | sin razón ni entendimiento. | 860 | ¿Que uno
escoja? ¡Hay sufrimiento | | en lance tan importuno! | | ¿Uno
yo? ¿Pues oportuno | | no es para tener, ¡ay Dios!, | | este
ingenio a un tiempo dos? | 865 | ¿Qué queréis
que escoja uno? | |
|
|
CLARÍN | ¿Dos a un tiempo, cómo
quieres? | | ¿No te embarazarán dos? | |
|
|
LIBIA | No, que
de dos en dos los | | digerimos las mujeres. | 870 |
|
|
MOSCÓN |
¿De qué suerte te prefieres | | a eso? |
|
|
LIBIA | ¡Qué
necia porfía! | | Queriéndoos la lealtad mía.
| |
|
|
|
|
CLARÍN | Pues,
| | ¿qué es alternative? |
|
|
LIBIA | Es
| 875 | querer a cada uno un día. | | (Vase.) |
|
|
MOSCÓN |
Pues yo escojo este primero. | |
|
|
CLARÍN | Mayor será
el de mañana; | | yo le doy de buena gana. | |
|
|
MOSCÓN |
Libia, en fin, por quien yo muero, | 880 | hoy me quiere y
hoy la quiero; | | bien es que tal dicha goce. | |
|
|
CLARÍN |
Oye usted, ya me conoce... | |
|
|
MOSCÓN | ¿Por qué
lo dice? Concluya. | |
|
|
CLARÍN | Porque sepa que no es
suya, | 885 | así como den las doce. | | (Vase.) |
|
|
|
(Salen FLORO y LELIO, de noche, cada uno por su puerta.)
|
LELIO | Apenas la obscura noche | | extendió
su manto negro, | | cuando yo a adorar la esfera | | de aquestos
umbrales vengo; | 890 | que aunque hoy por Ciprïano | | tengo suspenso el acero, | | no el afecto, que no pueden
| | suspenderse los afectos. | |
|
|
FLORO | Aquí me ha de
hallar el alba; | 895 | que en otra parte violento | | estoy,
porque en fin, en otra | | estoy fuera de mi centro. | | Quiera
amor que llegue el día | | y la respuesta que espero
| 900 | con Ciprïano, tocando | | o la ventura o el riesgo.
| |
|
|
LELIO | Ruido en aquella ventana | | he sentido. |
|
|
FLORO | Ruido
han hecho | | en aquel balcón. |
|
|
|
(El DEMONIO
al balcón.)
|
LELIO | Un
bulto | 905 | sale della, a lo que puedo | | distinguir. |
|
|
FLORO |
Gente
se asoma | | a él, que entre sombras veo. | |
|
|
DEMONIO | [Aparte.] |
Para las persecuciones | | que hacer en Justina
intento, | 910 | a disfamar su virtud | | desta manera me atrevo.
| | (Baja por una escalera.) |
|
|
LELIO | Mas, ¡ay infeliz! ¡Qué
miro! | |
|
|
FLORO | Pero, ¡ay infeliz! ¡Qué veo! | |
|
|
LELIO |
El negro bulto se arroja | 915 | ya desde el balcón
al suelo. | |
|
|
FLORO | Un hombre es que de su casa | | sale; no
me matéis, ¡cielos!, | | hasta que sepa quién
es. | |
|
|
LELIO | Reconocerle pretendo | 920 | y averiguar de una
vez | | quién logra el bien que yo pierdo. | |
|
|
|
(Llegan los dos con las espadas desnudas a reconocer quién
bajó; el DEMONIO, habiendo bajado, se hunde, y los
dos quedan afirmados, queriendo reconocerse.)
|
DEMONIO | [Aparte.] |
No solo he de conseguir | | hoy de Justina el desprecio,
| | sino rencores y muertes. | 925 | Ya llegan: ábrase
el centro, | | dejando esta confusión | | a sus ojos.
|
|
|
|
| (Húndese ahora.) |
LELIO | Caballero,
| | quien quiera que seáis, a mí | | me ha importado
conoceros; | 930 | y a todo trance restado | | con esta demanda
vengo. | | Decid, ¿quién sois? |
|
|
FLORO | Si
os obliga | | a tan valiente despecho | | saber en quién
ha caído | 935 | vuestro amoroso secreto, | | más
que a vós el conocerme | | me importa a mí el
conoceros; | | que en vós es curiosidad | | y en mí
más, porque son celos. | 940 | Vive Dios que he de saber
| | quién es de la casa dueño, | | y quién
a estas horas gana, | | por ese balcón saliendo, | | lo que yo pierdo llorando | 945 | a estas rejas. |
|
|
LELIO | Bueno
es eso, | | querer deslumbrar ahora | | la luz de mis sentimientos,
| | atribuyéndome a mí | | delito que solo es
vuestro. | 950 | Quién sois tengo de saber | | y dar
muerte a quien me ha muerto | | de celos saliendo ahora | | por ese balcón. |
|
|
FLORO | ¡Qué
necio | | recato, encubrirse cuando | 955 | está el amor
descubriendo! | |
|
|
LELIO | En vano la lengua apura | | lo que mejor
el acero. | |
|
|
|
(Riñen los dos.)
|
|
LELIO | Quién ha sido,
saber tengo, | 960 | hoy el admitido amante | | de Justina.
|
|
|
FLORO | Ese
es mi intento; | | moriré o sabré quién
sois. | |
|
|
|
(Sale CIPRIANO, MOSCÓN y CLARÍN.)
|
CIPRIANO | Caballeros, deteneos, | | si a aquesto puede
obligaros | 965 | haber llegado a este tiempo. | |
|
|
FLORO | Nada
me puede obligar | | a que deje el fin que intento. | |
|
|
|
FLORO | Sí,
que con la espada | | en la mano, nunca niego | 970 | mi nombre.
|
|
|
CIPRIANO | A
tu lado estoy; | | muera quien te ofende. |
|
|
LELIO | Menos
| | que temer me daréis todos | | que él me daba
solo. |
|
|
|
|
CIPRIANO | Ya
no estoy a tu lado, | 975 | porque es fuerza estar en medio.
| | ¿Qué es esto? ¿En un día dos veces | | he
de hallarme a componeros? | |
|
|
LELIO | Esta la última será,
| | porque ya estamos compuestos; | 980 | que con haber conocido
| | quién es de Justina dueño, | | no le queda
a mi esperanza | | ni aun el menor pensamiento. | | Si no has
hablado a Justina, | 985 | que no la hables te rüego
| | de parte de mis agravios | | y mis desdichas, habiendo
| | visto que Floro merece | | sus favores en secreto. | 990 | De ese balcón ha bajado, | | de gozar el bien que
pierdo, | | y no es mi amor tan infame | | que haya de querer,
atento | | a celos averiguados, | 995 | con desengaños
tan ciertos. | | (Vase.) |
|
|
|
CIPRIANO | No
has de seguirle | | [Aparte.] | (De haberle oído estoy
muerto); | | que si es él el que ha perdido | | lo que
has ganado, y dispuesto | 1000 | a olvidar está, no
es bien | | apurar su sufrimiento. | |
|
|
FLORO | Tú y él
apuráis el mío | | con estas cosas a un tiempo;
| | y así, a Justina no hables | 1005 | por mí,
que aunque yo pretendo, | | a costa de mis agravios, | | vengarme
de mis desprecios, | | ya la esperanza de ser | | suyo cesó,
porque creo | 1010 | que no es noble el que porfía
| | sobre averiguados celos. | | (Vase.) |
|
|
CIPRIANO | [Aparte.] | ¿Qué
es esto, cielos? ¿Qué escucho? | | ¿El uno del otro
a un tiempo | | unos mismos celos tienen? | 1015 | ¿Yo de uno
y otro los tengo? | | Los dos sin duda padecen | | algún
engaño; y yo tengo | | qué agradecerles, pues
ya | | los dos desisten en esto | 1020 | de su pretensión.
Desdichas, | | aunque haya sido consuelo | | este discurso,
buscado | | de mis ansias, le agradezco. | | Moscón,
prevenme mañana | 1025 | galas; Clarín, tráeme
luego | | espada y plumas, que amor | | se regala en el objeto
| | airoso y lucido; y ya, | | ni libros ni estudios quiero
| 1030 | porque digan que es amor | | homicida del ingenio.
| | (Vase.) |
|
|