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Esto se escribía el año de 1889; a los dos años después, en 1891, el Sumo Pontífice León XIII añadió otras tres provincias, elevando a la dignidad de metropolitanas las sedes episcopales de Oaxaca, Durango y Linares; y estableciendo cinco nuevas diócesis, como son las de Chihuahua, Saltillo, Tepic, Cuernavaca y Tehuantepec.
Al presente la Iglesia mexicana es gobernada por seis arzobispos y veintiún obispos, incluyendo el Vicariato apostólico de la Baja California. (N. del A.)
2
[«y Sinaloa» añadido de la fe de erratas del original. (N. del E.)]
3
[«de Chilapa» añadido de la fe de erratas del original. (N. del E.)]
4
[Partiendo de la fe de erratas del original omitimos el texto entre paréntesis angulares: «No se leen los nombres de las diócesis de Sonora, de Tamaulipas, <de Sinaloa,> ni del vicariato apostólico de la Baja California». (N. del E.)]
5
[«todas las verdades sin excluir ninguna; y sería en sentido relativo si dijéramos que la Iglesia recibió el poder de enseñar con magisterio infalible» añadido de la fe de erratas del original. (N. del E.)]
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[«conciones» en el original, corregido de la fe de erratas del original. (N. del E.)]
7
Tan solo para que se vea de una vez más la ciega pertinacia de los que niegan la aparición de la Virgen de Guadalupe, ponemos aquí lo que sobre la aparición dijo el citado periódico La Civiltá Cattolica en su número 3 de agosto de 1889. Ocupándose en la bibliografía del opúsculo La Virgen del Tepeyac, impreso en Guadalajara, año de 1884, dice: «quien quisiere plenamente conocer la historia de la milagrosa aparición de la Santísima Virgen, llamada de Guadalupe, hallará en esta monografía todo lo que puede desearse. El autor muestra conocer todos los documentos y escritores (dando un elenco de los más principales de estos) que se refieren a la aparición y a la devoción de la Santa Imagen. La nación mexicana debe su fe, por decirlo así, a la Santísima Virgen de Guadalupe, la cual se mostró siempre llena de amor para con los mexicanos como con sus tiernos hijos: y estos buenos y fervorosos católicos correspondieron con grande entusiasmo y con increíble generosidad en honrar a su amada Madre y Señora, enriqueciendo de oro y piedras preciosas el suntuoso Templo...» (Serie 14.ª, Volumen 30, página 334). (N. del A.)
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[«pernitiosam» en el original, corregido de la fe de erratas del original. (N. del E.)]
9
El mismo Autor que se expresó de la manera que va puesto arriba entre comillas, en un Sermón que predicó en honor de la Virgen de Guadalupe, y no es menester precisar aquí ni quien, ni cuando, ni en donde lo predicó, pone dos cosas que siquiera por falta de claridad no pueden pasar.
En la página 9 dice: «La Virgen Maria es verdadera Madre del Verbo Encarnado, habiendo primero concebido y dado después a luz aquella singular humanidad, con la que se unió el Hijo de Dios en una de Persona». Puesto que el término completo de la generación es9.1 la persona, y puesto que, «simul caro, simul Dei Verbi caro», la expresión del autor pudiera entenderse, objetivamente considerada, en el sentido nestoriano: porque la Virgen concibió y dio a luz el Hijo de Dios hecho hombre.
En la página 13, hablando de la Santa Imagen, dice: «El haber encontrado el obispo bajo de ellas [rosas] una bellísima imagen... pintada con tal perfección que parece obra milagrosa y celestial». Esto de que parece es contra lo que la Congregación de ritos puso en su nombre al fin de la sexta lección mirabiliter picta Deiparae Imago Mexici apparuisse fertur: «es tradición que se apareció milagrosamente pintada la Imagen de la Madre de Dios»: y contradice también a la relación que Benedicto XIV insertó en su Bula, que expidió el 25 de mayo de 1754. (N. del A.)
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| 9.1 |
[«la generaciones» en el original, corregido de la fe de erratas del original (N. del E.)] |
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[«sino de los testigos mediatos» añadido de la fe de erratas del original. (N. del E.)]