Señores: La comedia que vais a escuchar es humilde e inquietante, comedia rota del que quiere arañar a la luna y se araña su corazón. El amor, lo mismo que pasa con sus burlas y sus fracasos por la vida del hombre, pasa en esta ocasión por una escondida pradera poblada de insectos donde hacía mucho tiempo era la vida apacible y serena. Los insectos estaban contentos, sólo se preocupaban de beber tranquilos las gotas de rocío y de educar a sus hijuelos en el santo temor de sus dioses. Se amaban por costumbre y sin preocupaciones. El amor pasaba de padres a hijos como una joya vieja y exquisita que recibiera el primer insecto de las manos de Dios. Con la misma tranquilidad y la certeza que el polen de las flores se entrega al viento, ellos se gozaban del amor bajo la hierba húmeda. Pero un día... hubo un insecto que quiso ir más allá del amor. Se prendó de una visión que estaba muy lejos de su vida... Quizá leyó con mucha dificultad algún libro de versos que dejó abandonado sobre el musgo un poeta de los pocos que van al campo, y se envenenó con aquello de «yo te amo, mujer imposible». Por eso, yo suplico a todos que no dejéis nunca libros de versos en las praderas, porque podéis causar mucha desolación entre los insectos. La poesía que pregunta por qué se corren las estrellas es muy dañina para las almas sin abrir... Inútil es deciros que el enamorado bichito se murió. ¡Y es que la Muerte se disfraza de Amor! ¡Cuántas veces el enorme esqueleto portador de la guadaña, que vemos pintado en los devocionarios, toma la forma de una mujer para engañarnos y abrirnos las puertas de su sombra! Parece que el niño Cupido duerme muchas veces en las cuevas vacías de su calavera. ¡En cuántas antiguas historietas una flor, un beso o una mirada hacen el terrible oficio de puñal! Un viejo silfo del bosque, escapado de un libro del gran Shakespeare, que anda por los prados sosteniendo con unas muletas sus alas marchitas, contó al poeta esta historia oculta en un anochecer de otoño, cuando se fueron los rebaños, y ahora el poeta os la repite envuelta en su propia melancolía. Pero antes de empezar quiero haceros el mismo ruego que a él le hizo el viejo silfo aquel anochecer de otoño, cuando se fueron los rebaños. ¿Por qué os causan repugnancia algunos insectos, limpios y brillantes que se mueven graciosamente entre las hierbas? ¿Y por qué a vosotros los hombres, llenos de pecados y de vicios incurables, os inspiran asco los buenos gusanos que se pasean tranquilamente por la pradera tomando el sol en la mañana tibia? ¿Qué motivo tenéis para despreciar lo ínfimo de la Naturaleza? Mientras que no améis profundamente a la piedra y al gusano, no entraréis en el reino de Dios. También el viejo silfo le dijo al poeta: «Muy pronto llegará el reino de los animales y de las plantas; el hombre se olvida de su Creador, y el animal y la planta están muy cerca de su luz; di, poeta, a los hombres que el amor nace con la misma intensidad en todos los planos de la vida; que el mismo ritmo que tiene la hoja mecida por el aire tiene la estrella lejana, y que las mismas palabras que dice la fuente en la umbría las repite con el mismo tono el mar; dile al hombre que sea humilde, ¡todo es igual en la Naturaleza!». Y nada más habló el viejo silfo. Ahora, escuchad la comedia. Tal vez os riais al oír hablar a estos insectos como hombrecitos, como adolescentes. Y si alguna honda lección sacáis de ella, id al bosque para darle las gracias al viejo silfo de las muletas, un anochecer tranquilo, cuando se hayan marchado los rebaños.
Escena I
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DOÑA CURIANA y la CURIANA NIGROMÁNTICA.
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DOÑA CURIANA | (Asomándose al prado.) | ¡Mañana clara y serena! | | Ya rompe el primer albor. | |
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CURIANA NIGROMÁNTICA | (Con un cucurucho de estrellas y un manto de musgo seco.) | Que Dios te bendiga, ¡oh vecina buena! | |
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DOÑA CURIANA | ¿Dónde vais, señora, de rocío llena? | |
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CURIANA NIGROMÁNTICA | Vengo de soñar que yo era una flor | | hundida en la hierba. |
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CURIANA NIGROMÁNTICA | Sueño que las dulces gotas de rocío | | son labios de amores que me dejan besos | | y llenan de estrellas mi traje sombrío. | |
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DOÑA CURIANA | (Regañona.) | Mas pensad, señora, que por la poesía... | |
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CURIANA NIGROMÁNTICA | (Tristemente.) | ¡Ay doña Curiana, qué vais a decir! | |
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DOÑA CURIANA | Pudierais coger una pulmonía | | que hiciera pedazos su sabiduría. | | Tendríamos todas mucho que sentir. | |
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CURIANA NIGROMÁNTICA | Mi alma tiene gran tristeza, ¡vecina! | | Me dijo ayer tarde una golondrina: | | «Todas las estrellas se van a apagar». | | Dios está dormido, y en el encinar | | vi una estrella roja toda temblorosa | | que se deshojaba como una enorme rosa. | | La vi perecer | | y sentí caer | | en mi corazón | | un anochecer. | | «Amigas cigarras -grité- ¿veis las estrellas?». | | «Un hada se ha muerto», respondieron ellas. | | Fui junto a los troncos del viejo encinar | | y vi muerta el hada del campo y del mar. | |
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DOÑA CURIANA | Mirad cómo quiebra el primer albor. | |
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CURIANA NIGROMÁNTICA | ¿Y vuestro buen hijo, cómo sigue? |
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DOÑA CURIANA | Lo noté también; | | anda enamorado. |
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DOÑA CURIANA | Según él, es de algo que nunca tendrá. | |
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CURIANA NIGROMÁNTICA | Va a ser un poeta, y no es nada extraño; | | su padre lo fue. |
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DOÑA CURIANA | Un gran desengaño | | me llevé con él. |
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DOÑA CURIANA | ¡Ay!, apaleaba mi caparazón. | |
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CURIANA NIGROMÁNTICA | Pero conservaba siempre el troje lleno. | |
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DOÑA CURIANA | Mas eso no impide que fuera muy bueno. | |
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CURIANA NIGROMÁNTICA | En fin, callaremos, yo mucho le amé. | | ¿Y esa pierna coja? |
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DOÑA CURIANA | Anoche noté | | el ruin dolorcillo que tanto me irrita. | |
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CURIANA NIGROMÁNTICA | Poneos las hojas de una margarita; | | lavaos con rocío y no andéis; tomad | | estos polvos santos de cráneo de hormiga, | | tomadlos de noche con mastranzo. |
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DOÑA CURIANA | Amiga, | | que el Gran Cucaracho os pague en amor | | y que en vuestros sueños os convierta en flor. | | (Acariciadora.) | Desechad tristezas y melancolías; | | la vida es amable, tiene pocos días, | | y tan sólo ahora la hemos de gozar. | |
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CURIANA NIGROMÁNTICA | (Como soñando.) | Todas las estrellas se van a apagar. | |
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DOÑA CURIANA | No penséis en eso, vecina doctora, | | mirad la alegría que nos trae la aurora. | |
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CURIANA NIGROMÁNTICA | ¡Ay, lo que yo vi junto al encinar! | |
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DOÑA CURIANA | No pensar en eso, idos a acostar... | |
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CURIANA NIGROMÁNTICA | (Volviendo a la realidad en una brusca transición.) | El prado está silencioso. | | Ya parte el rocío a su cielo ignorado, | | el viento rumoroso | | hasta nosotras llega perfumado. | |
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DOÑA CURIANA | ¿También sois poeta, doctora vecina? | | Nosotras, las pobres, con nuestra cocina | | tenemos bastante. |
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DOÑA CURIANA | (Un poco disgustada.) | En mi clase todas sabemos cantar | | y chupar las flores. ¡Qué os habéis creído! | |
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CURIANA NIGROMÁNTICA | Con razón te daba palos tu marido; | | cocina y poesía se pueden juntar. | | Hasta luego, amiga, voy a descansar. | | (Se va.) |
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DOÑA CURIANA | Que la luz os guíe. | Yo voy a barrer | | mi puerta con brisa del amanecer. | | (Se pone a barrer cantando.) | Un gusanito me dijo | | ayer tarde su querer; | | no lo quiero hasta que tenga | | dos alas y cuatro pies. | |
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Escena II
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DOÑA CURIANA y CURIANITA SILVIA.
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Por el lado izquierdo de la escena llega la CURIANITA SILVIA, arrogante y madrugadora. SILVIA, en su clase de insecto repugnante, es encantadora; brilla como el azabache y sus patas son ágiles y delicadas. Es hija de DOÑA ORGULLOS, curiana que cuenta más de un año de edad, y es el mejor partido del pueblo. Trae una diminuta margarita a guisa de sombrilla, con la que juega graciosamente, y se toca de un modo delicioso con el caparazón dorado de una teresita.
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DOÑA CURIANA | Madrugadora venís, | | niña encantadora y bella. | |
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CURIANITA SILVIA | ¿Niña me decís? Ha tiempo | | que ya salí de la escuela. | |
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DOÑA CURIANA | ¿Os molestáis porque os llamo | | niña? Pues diré doncella | | o doncellita. |
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CURIANITA SILVIA | (Coquetonamente.) | No es eso. | |
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CURIANITA SILVIA | Tristezas que estoy pasando | | sin que nadie se dé cuenta. | |
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DOÑA CURIANA | Tan joven y ya tan triste. | | ¡Bueno que lo esté esa vieja | | de Nigromanta! Vos | | aun sois demasiado nueva | | y nada os falta en el mundo. | |
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CURIANITA SILVIA | (Ingenuamente.) | No he visto más que esta tierra. | |
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DOÑA CURIANA | (Pensativa.) | ¿Os ha dicho la doctora | | que se apagan las estrellas | | porque se había muerto un hada | | o no sé qué... lo que cuenta? | |
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DOÑA CURIANA | Entonces | | ¿por qué tenéis la tristeza | | que os consume y os marchita? | | ¿De qué sufrís? |
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CURIANITA SILVIA | ¡Ay abuela! | | ¿No tuvisteis corazón | | cuando joven? Si os dijera | | que soy toda un corazón... | |
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DOÑA CURIANA | (En un arranque de indignación.) | Aquí sois todos poetas | | y mientras pensáis en eso | | descuidáis vuestras haciendas, | | tenéis vuestras casas sucias | | y sois unas deshonestas | | que dormís fuera de casa, | | sabe Dios con quién. |
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CURIANITA SILVIA | Paciencia | | necesito para oírla. | | Me insultáis. |
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DOÑA CURIANA | No es que yo quiera | | insultarte, niña Silvia. | | Es que me da mucha pena | | verte triste y desolada | | tan sin causa. |
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CURIANITA SILVIA | Causa cierta | | tienen estos mis pesares. | |
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DOÑA CURIANA | (Cariñosa.) | ¿Puedo aliviártelos, nena? | |
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CURIANITA SILVIA | Mis pesares son tan hondos | | como la laguna aquella. | | (Con angustia.) | ¿Dónde está el agua | | tranquila y fresca | | que calme | | mi sed inquieta? | |
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DOÑA CURIANA | (Asustada.) | Silvia, calmaos, por favor; | | sed juiciosa y sed serena. | |
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CURIANITA SILVIA | (Soltando la margarita en el suelo.) | ¿Por qué sendero | | de la pradera | | me iré a otro mundo | | donde me quieran? | |
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DOÑA CURIANA | (Enérgica.) | Esto es imposible, Silvia. | | Os volvéis loca. |
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CURIANITA SILVIA | Me queda | | mucho tiempo que llorar. | | Yo me enterraré en la arena | | a ver si un amante bueno | | con su amor me desentierra. | |
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DOÑA CURIANA | Estás muy enamorada, | | ya lo sé. Mas en mi época | | las jóvenes no pedíamos | | los novios a boca llena, | | ni hablábamos en parábolas | | como hablas tú. La vergüenza | | estaba más extendida | | que en estos tiempos. Se cuenta | | de una curiana muy santa | | que permaneció soltera | | y vivió seis años. Yo | | dos meses tengo y soy vieja. | | ¡Todo por casarme! ¡Ay! | | (Lagrimeando.) |
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CURIANITA SILVIA | (Muy romántica.) | ¡Amor, quién te conociera! | | Dicen que eres dulce y negro, | | negras tus alas pequeñas, | | negro tu caparazón | | como noche sin estrellas; | | tus ojos son de esmeraldas, | | tus patas son de violeta. | |
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DOÑA CURIANA | Estás más loca que un grillo | | que conocí allá en su cueva, | | que se las daba de listo, | | de gran mago y de profeta. | | Era un pobre desdichado; | | a mí me dio una receta | | para curar el amor. | |
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CURIANITA SILVIA | (Intrigada.) | ¿Qué decía la receta? | |
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DOÑA CURIANA | Dese a los enamorados | | dos palos en la cabeza | | y no se los deje nunca | | tumbarse sobre las hierbas. | |
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DOÑA CURIANA | Silvia, ¿y quién no se chancea | | viendo a una joven bonita | | cometer tantas simplezas? | |
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CURIANITA SILVIA | (Aparte.) | Ella ignora que a su hijo | | es a quien amo. |
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DOÑA CURIANA | Discreta | | sois sin embargo al hablar | | de la causa que os apena. | | ¿Y dónde está vuestro amor? | | ¿Muy lejos? |
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CURIANITA SILVIA | Está tan cerca | | que el aire me trae su aliento. | |
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DOÑA CURIANA | ¡Es un mozo de la aldea! | | Lo teníais bien oculto. | | ¿Y él os ama? |
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DOÑA CURIANA | ¡Cosa rara, vos sois rica! | | En mi tiempo... |
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CURIANITA SILVIA | La princesa | | que él aguarda no vendrá. | |
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CURIANITA SILVIA | Me deleitan | | su cuerpo chico y sus ojos | | soñadores de poeta. | | Tiene un lunar amarillo | | sobre su pata derecha, | | y amarillas son las puntas | | divinas de sus antenas. | |
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DOÑA CURIANA | (Como soñando.) | Ella es rica. ¡Qué torpeza | | la de esta criatura rara! | | ¡Yo haré que la ame por fuerza! | | (Compungida y fingiendo lo que no siente.) | ¡Ay cuánto debe sufrir! | | (Aparte.) | ¡Tiene magníficas rentas! | | ¡Pobrecita de mis carnes! | | ¡Sangrecita de mis venas, | | te casaré con mi hijo! | |
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CURIANITA SILVIA | (Ruborizándose.) | Lo adivinasteis. |
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DOÑA CURIANA | (Abrazándola con ternura.) | Piensa | | que tengo ya muchos días | | y te adiviné la pena. | |
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CURIANITA SILVIA | ¡Ay, qué dicha! ¡Qué alegría! | |
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DOÑA CURIANA | (Mimosa en extremo.) | Límpiate esa cara tierna | | y deja tus lagrimitas | | al pie de esas azucenas. | | Voy a llamar a mi hijo | | para que te vea. |
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CURIANITA SILVIA | Reina | | seré de este prado verde, | | pues tengo amor y riquezas. | |
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Escena IV
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SILVIA y CURIANITO EL NENE.
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SILVIA se tapa del sol con la margarita y suspira anhelante. CURIANITO se sienta en una piedrecita blanca y mueve las antenas con lentitud.
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CURIANITO | (Leyendo la corteza que trae en su pata-mano.) | ¡Oh amapola roja que ves todo el prado, | | como tú de linda yo quisiera ser! | | Pintas sobre el cielo tu traje encarnado | | llorando el rocío del amanecer. | |
| Eres tú la estrella que alumbra a la aldea, | | sol del gusanito buen madrugador. | | ¡Que cieguen mis ojos antes que te vea | | con hojas marchitas y turbio color! | |
| ¡Quién fuera una hormiga para poder verte | | sin que se tronchara tu tallo sutil! | | Yo siempre a mi lado quisiera tenerte | | para darte besos con miel del abril. | |
| Pues mis besos tienen la tibia dulzura | | del fuego en que vive mi rara pasión; | | y hasta que me lleven a la sepultura | | latirá por ti este corazón... | |
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CURIANITA SILVIA | (Soñadora, aparte.) | ¡Qué apasionado madrigal | | el que cantó! | (Volviéndose a CURIANITO.) | Muy buenos días, ¿cómo estás? | |
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CURIANITA SILVIA | Yo... | | busco una cosa sin cesar. | |
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CURIANITO | Es muy difícil de encontrar. | |
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CURIANITA SILVIA | Mi corazón busca los besos. | |
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CURIANITA SILVIA | Creo que no. | | ¿Cuándo te casas? |
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CURIANITO | Mi ilusión | | está prendida en la estrella | | que parece una flor. | |
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CURIANITA SILVIA | ¿No es fácil que se seque | | con un rayo de sol? | |
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CURIANITO | Yo tengo el agua clara | | para calmar su ardor. | |
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CURIANITA SILVIA | ¿Y dónde está tu estrella? | |
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CURIANITA SILVIA | (Con tristeza.) | La verás algún día. | |
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CURIANITO | Yo seré su cantor: | | le diré madrigales | | del dulce viento al son. | |
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CURIANITA SILVIA | ¿Te acuerdas de la tarde | | que en el sendero en flor | | me dijiste: «Te quiero»? | |
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CURIANITO | ¡Aquello ya pasó! | | Hoy no te quiero, Silvia. | |
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CURIANITO | Por favor, | | te ruego que no llores. | |
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CURIANITA SILVIA | Me duele el corazón. | | (¡Ay de mí!, no me quiere.) | |
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CURIANITO | (Se acerca a consolarla.) | ¡No llores más, por Dios! | |
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(Estando muy juntitos, pasan por la calle dos CURIANITAS, niñas y revoltosas. Una de ellas lleva una mosca atada con una brizna de yerba seca.)
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LAS CURIANITAS | (A voces.) | El novio y la novia, | | eo, eo, oh... | |
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CURIANITA SILVIA | Ojalá fuera cierto | | lo que dice esa voz. | |
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LAS CURIANITAS | (Yéndose.) | El novio y la novia, | | ¡eo!, ¡eo!, ¡oh! | |
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Escena V
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ALACRANITO EL CORTAMIMBRES, CURIANITO EL NENE, DOÑA CURIANA y, después, DOÑA ORGULLOS.
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CURIANITO se separa apresuradamente de la CURIANITA SILVIA al ver llegar a ALACRANITO EL CORTAMIMBRES. ALACRANITO es un viejo leñador que vive en el bosque y que frecuentemente baja al pueblo para emborracharse. Es glotón insaciable y mala persona. Habla con voz aguardentosa.
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ALACRANITO | (Viene borracho, cantando y tambaleándose.) | Que las hojitas del mastranzo | | son dulcecitas de tomar. | | Tatará, tatará, tatará. | | (Se rasca la cabeza con su pinza monstruosa.) | Hay ganado en la cabeza. | | (Cantando.) | Tatará, tatará, tatará. | | (Dirigiéndose a CURIANITO.) | ¡Salud, niño! | (A SILVIA, moviendo cómicamente la pinza.) | ¡Oh alteza! | | ¡San Cucaracho os dé paz! | |
(Los otros dos personajes están molestísimos.)
| ¿Estorbo quizás, señores, | | en este prado florido? | | ¿Hablan ustedes de amores | | y tratan de hacerse un nido? | | Si os molesto, yo me voy, | | (Guiñando maliciosamente y dándole a CURIANITO con la pinza en el vientre.) | para que os podáis besar. | |
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CURIANITO | (Muy enfadado.) | Puedes quedarte. |
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ALACRANITO | Gozar | | del amor en primavera. | | Tú eres poeta, habrás visto | | cómo está la sementera. | |
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ALACRANITO | ¡Si no chisto...! | | ¡Si uno no sabe ni hablar! | | Me he criado en familia, | | en medio de un olivar... | |
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ALACRANITO | ¿Qué os pasa, linda negra? | |
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ALACRANITO | ¿Nada? ¡Tiene gracia! | | ¿Os molesta vuestra suegra? | |
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ALACRANITO | (Muy serio.) | La alistogracia | | también tiene sus pesares. | | Tengo mi filosofía, | | pues son muchos los azares | | de esta larga vida mía. | | Y aunque pobre soy decente. | | ¿Que me emborracho?... Pues bien: | | ¿no se emborracha la gente? | | Yo soy un viejo inocente. | |
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ALACRANITO | ¿Quién | | sus defectos no pregona? | | Me gusta mucho comer, | | pero soy buena persona. | |
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CURIANITO | Calla y vete a tu bosque. |
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ALACRANITO | (Impertérrito y relamiéndose de gusto.) | Ahora mismo me acabo de comer un gusano | | que estaba delicioso, blando y dulce, ¡qué rico! | | A su lado tenía la cría, un nene chico, | |
(SILVIA y CURIANITO se horrorizan.)
| que no quise comer, me daba repugnancia. | |
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ALACRANITO | (Entusiasmado y sin oír.) | Y no me comí al nene por estar en lactancia. | | Y a mí me gustan grandes ¡que sepan! |
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CURIANITO | ¡Criminal! | | Tú no sabes, infame, que un hogar has deshecho | | matando al gusanito para te alimentar. | |
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ALACRANITO | Si tú quieres, me doy buenos golpes de pecho, | | y que San Cucaracho me perdone. |
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CURIANITO | Matar | | es un pecado grave que no perdona él. | |
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CURIANITA SILVIA | ¡Ay, pobre gusanito sin madre! |
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ALACRANITO | (Irónico.) | ¡Ay poetas!, | | ¡si supierais lo dulce que tenía la piel! | |
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CURIANITA SILVIA | (Con fuerza.) | ¡Qué canalla! |
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ALACRANITO | (Relamiéndose.) | Tened las lenguas quietas, | | que estáis muy comestibles ambos a dos. | |
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CURIANITA | (Corriendo a refugiarse en la casa de DOÑA CURIANA.) | ¡Qué miedo! |
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CURIANITO | (Asustadísimo, se esconde detrás de la piedra en que estaba sentado.) | ¡Alacranito! | |
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ALACRANITO | Como vuestra carne y me quedo | | tan ancho como estaba. | | Mas no temáis, que yo | | respeto a mis antiguos amigos. | |
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(Salen de le cuevecita DOÑA CURIANA, que llega cojeando y hecha una furia, y SILVIA, asustadísima y llorando.)
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DOÑA CURIANA | (A voces.) | ¡Gran bribón! | | ¡Borracho empedernido! | | ¡Qué susto les has dado! | |
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ALACRANITO | (Con la risa del conejo.) | Pura broma, señora. | |
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DOÑA CURIANA | (Dirigiéndose a CURIANITO.) | ¡Ay, cómo te has quedado! | | ¡Hijo mío! ¡Canalla! | | ¡Pobre Silvia! |
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ALACRANITO | (Aparte.) | Con ganas | | comería sus patas. | |
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ALACRANITO | Por las canas | | os respeto, señora... | | (Dirigiéndose a CURIANITO.) | No temas, Curianito. | |
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DOÑA CURIANA | (Furiosa. Aparte, con SILVIA.) | Imposible. | |
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CURIANITA SILVIA | No me quiere, repito. | | Me dijo que él amaba | | a una flor. |
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DOÑA CURIANA | ¡El idiota!... | | Mas yo haré que te quiera. | |
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ALACRANITO | (Cada vez más borracho, a CURIANITO.) | Tenía una pata rota | | y yo me la comí. | | Era una hermosa araña. | | (Riendo a carcajadas.) | ¡Estaba tan sabrosa...! | |
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(CURIANITO, que no le llega el caparazón al cuerpo, habla con voz temblorosa a causa del miedo horrible que siente a ser devorado por aquella pantera en forma de alacrán.)
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CURIANITO | ¿Cómo te diste maña | | para cogerla? |
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ALACRANITO | (Echándose encima de CURIANITO.) | Así. | |
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CURIANITO | (Gritando.) | ¡Ay madre, que me mata! | |
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(Se deshace del alacrán y huye con su madre.)
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DOÑA CURIANA | (Embarracada.) | ¡Vete, bandido infame! | |
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ALACRANITO | (Tambaleándose.) | ¡No seas timorata! | |
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(Durante esta escena ha aparecido la CURIANITA NIÑA, que pasó antes con la mosca atada. ALACRANITO la divisa, llega junto a ella, le arrebata la mosca y la traga.)
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LA CURIANITA | (Llorando a gritos.) | ¡Ay mi mosca! ¡Mi mosca! | |
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CURIANITA SILVIA | (Abrazándose a DOÑA CURIANA.) | ¡¡Socorro, que nos come!! | |
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ALACRANITO | (Para asustarlas, con voz cavernosa.) | ¡Os voy a devorar! | |
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LA CURIANITA | (Huye despavorida.) | ¡Ay madre, tengo miedo!... | |
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(Fuera de la escena se oye ruido de voces y gritos de compasión.)
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(Entra en escena un grupo de CURIANAS CAMPESINAS, que traen en brazos a una MARIPOSA blanca con una ala rota. Viene desmayada. Las CURIANAS traen azadas sobre sus hombros, otras traen hoces. Con ellas viene la CURIANA NIGROMÁNTICA. Todos se acercan. ALACRANITO EL CORTAMIMBRES se queda tumbado en el santo suelo, ya en la cumbre de la borrachera.)
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CURIANA NIGROMÁNTICA | ¡Pobre mariposita herida! | |
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CURIANA NIGROMÁNTICA | Tiene muy poca vida, | | pero se salvará. | |
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CURIANA CAMPESINA | Cayó desde la punta de un terrible ciprés. | | Se ha roto un ala. | |
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CURIANA NIGROMÁNTICA | ¡Pobre fantasma soñadora, | | que sabes los secretos del agua y de las flores! | | ¡Qué desdicha de verte morir en esta aurora | | llorada por los dulces profetas ruiseñores! | |
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CURIANA CAMPESINA | ¡Compasión me dio el verla tendida en la vereda! | |
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CURIANA NIGROMÁNTICA | ¡Qué suerte de nosotras, repugnantes y tristes! | | ¡Acariciar tus alas de blanquísima seda | | y aspirar el aroma del traje con que vistes! | |
(DOÑA CURIANA trae de su casa unas yerbas largas y delicadísimas, con que la CURIANA NIGROMÁNTICA limpia las heridas de la MARIPOSA.)
| Dulce estrella caída de un ciprés soñoliento, | | ¿qué amarga aurora vieron tus ojos al caer? | |
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CURIANITO | ¡Oh, qué pena tan honda en el alma me siento! | |
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CURIANITA SILVIA | (A su madre, DOÑA ORGULLOS, que llega presurosa. Llorando.) | Él no me quiere, madre. | |
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DOÑA ORGULLOS | (Muy seca.) | ¡Qué le vamos a hacer...! | |
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CURIANITA SILVIA | Él quiere ya a una estrella. | |
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DOÑA ORGULLOS | ¡Qué se habrá figurado! | | ¡Tan pintado y tan feo! | | (Vase, volviendo la cabeza provocativamente.) |
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LA MARIPOSA | (Quedamente y entre sueños.) | ¡Quiero volar, quiero volar, el hilo es largo! | |
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CURIANA NIGROMÁNTICA | (A DOÑA CURIANA.) | Llevémosla a tu casa. | | Sale de su letargo. | |
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LA MARIPOSA | El hilo va a la estrella | | donde está mi tesoro; | | mis alas son de plata, | | mi corazón es de oro; | | el hilo está soñando | | con su vibrar sonoro... | |
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CURIANA NIGROMÁNTICA | Llevadla con cuidado | | no le hagáis mucho daño. | |
(Las CURIANAS se llevan a la MARIPOSA a casa de DOÑA CURIANA. Dirigiéndose a DOÑA CURIANA.)
| Dale el rocío añejo | | y ponle un tibio paño | | con emplastos de ortigas | | y polen de azucenas. | |
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CURIANA NIGROMÁNTICA | Pronto se pondrá buena. | | Además la receto baños de luna y siesta, | | allá entre las umbrías de la vieja floresta. | | ¡Vamos a entrar a verla! ¡Es preciosa! |
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