Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
 

11

Carriazo, ibid., pág. 87.

 

12

La historicidad del romance de Abenámar ha sido demostrada por don Ramón Menéndez Pidal. Cf. «Los orígenes del Romancero», en Los romances de América y otros estudios, Buenos Aires, Espasa-Calpe Argentina [1941], págs. 95-115 (Col. Austral). Cf. también E. Buceta, «Un dato sobre la historicidad del romance de Abenámar», Revista de Filología Española, 1919, VI, 57-59.

 

13

El carácter sentimental y galante del moro granadino ha sido defendido por Paula Blanchard-Demouge en su prólogo a Ginés Pérez de Hita, Guerras civiles de Granada, Primera parte, Madrid, Bailly-Baillière, 1913, y por H. A. Deferrari, op. cit.

 

14

Carriazo, ibid., pág. 70.

 

15

Relaciones de algunos sucesos de los últimos tiempos del reino de Granada, Madrid, 1868 (Sociedad de Bibliófilos Españoles, 3).

 

16

Publ. por Valladares en el Semanario Erudito, 1788, XII, 57-144.

 

17

Relaciones, pág. 4.

 

18

Véanse los documentos publicados con las Relaciones de Baeza.

 

19

Cf. la famosa carta de Andrea Navagiero. Reimpresa por P. Blanchard como apéndice a su edición de las Guerras civiles.

 

20

Véanse, además de los artículos citados en las notas, Menéndez Pelayo, Antología de poetas líricos, VII, 85-176; Menéndez Pidal, La epopeya castellana a través de la literatura española, Buenos Aires, Espasa-Calpe Argentina [1945], 148-155, y Romancero hispánico, Madrid, Espasa-Calpe, 1953, I, 301-316, y II, 6-12, 31-37, y M. Alvar, «Granada y el romancero», Clavileño, marzo-abril 1955, págs. 7-16.