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De ahí que con seguridad abundaban en Potosí -y Arzans debió conocer y tratar a más de uno- personajes de la picaresca española, como «tagarotes» hidalgos venidos a menos que se asoman a casa de amigos a la hora de comer, «pegotes» que sin ser hidalgos hacen lo mismo y «galloferos» que forman cola para recibir un tazón de comida en los conventos.

 

2

No habiendo sido Arzans noble ni hidalgo, al lector le parecerá extraño un nombre tan largo. Esto tiene que ver con el afán de grandeza e hidalguización que afecta a los españoles y que se contagió en este caso a un criollo. Los demás europeos siempre se han burlado de esa manía castellana. Voltaire se ocupa de un Don Fernando de Ibarra y Figueroa y Mascareñas y Lampourdos y Souza, y Alexandre Dumas de un Don Alfonso Olifermo y Fuentes y Badajoz y Rioles. Contemporáneamente James Joyce en Ulises habla de un Señor Hidalgo Caballero Don Pecadillo y Palabras y Paternoster de la Malora de la Malaria. El propio Don Francisco de Quevedo y Villegas en el Buscón hizo mofa de un Don Toribio Rodríguez Vallejo Gómez de Ampuero y Jordán («no se vio jamás nombre tan campanudo, porque acababa en dan y empezaba en don como son de badajo») ver Antonio Alatorre, Los 1.100 años de la Lengua Española en México, 1996.

 

3

Trabajadores indios que explotaban las vetas del cerro entre el sábado en la noche y el lunes en la mañana en ausencia de los dueños y capataces escondiendo los mejores trozos argentíferos que luego vendían a los propietarios. Ver Gunnar Mendoza: Glosario de voces relativo al trabajo minero.

 

4

En la obra de Arzans los calificativos de Príncipe, Juez, Ministros, Corregidor o incluso eclesiástico se identifican con el gobierno.

 

5

Ya hemos subrayado el carácter de Arzans como primer «reportero» de la colonia de Hispanoamérica. Esta defensa que hace de los pasquines pegados en las esquinas -única forma de periodismo de la época- es otra prueba de ello. Los pasquines jugaron un papel fundamental en América antes y durate la Guerra de Independencia denunciando los abusos e injusticias del régimen colonial. El primer periódico estable del país, «El Cóndor de Bolivia» fue establecido por el Mariscal Antonio José de Sucre recién en 1825.

 

6

Pez: «Resina o sudor craso, después que han desnudado el tronco de la primera corteza. Se llama también el primer excremento que arrojan los niños». Diccionario de la Real Academia de la lengua española. 1726.

 

7

Esta apología del ayuno que hace Arzans se debe posiblemente a su pobreza habitual. En La gastronomía en Potosí y Charcas siglos XVIII y XIX Beatriz Rossells, basándose en el libro de recetas de Doña Josepha de Escurrechea (1776), imagina el banquete que se sirvió al Virrey Morcillo, cuyo ingreso a Potosí Arzans describe espléndidamente limitándose en cuanto a la comida a decir que «dejaron graciosos recuerdos las colaciones, ensaladas, fiambres, pasteles y dulces y varios licores gustosísimos». Naturalmente Arzans no estuvo invitado y no tenía idea de que se servía en esos espléndidos condumios. Éste es el menú de Doña Josepha para esa clase de banquete: Manjar real, Torta real, Torta de tocino, huevos molles, manjar blanco, empanadas flamencas, pastel de riñonada de cordero y vada, Conejos con ají y tamales, sopa dorada, Bacalao blanco, Asado con sopa de Bizcochuelos, Pepían, Camotes fritos, Faisanes, Asado con ajos, Lengua en adobo a la francesa, Torta de natas, Pulpeta de ternera, Olla, Fruta de sartén, Torrejas, locro de frutillas, Dulces secos, Torreznitos, Mazapanes, Viscotelas, Viftolas.

 

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Composición de varios simples medicamentos calientes, en que entran por principal los trocitos de las víboras. Su uso es contra las mordeduras de animales e insectos venenosos, y para restaurar la debilitación por falta del calor natural. Llámase así de la voz griega Therion, que significa Víbora, por ser ella misma antídoto contra cualquier veneno. Lat., Theriaca.

 

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Metafóricamente vale remedio de un mal prevenido con prudencia o sacado del mismo daño. El castigo de uno es triaca para todos que deja purificado el aire y libre a la República del contagio.

Diccionario de la Lengua Castellana, compuesto por la Real Academia Española, Madrid, 1726.

 

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«Metafóricamente se llama el que usa artificios y engaños para el logro del fin que desea». Cervantes dice «aquellos que no fueron industriosos y tracistas murieron de hambre». Diccionario de la Lengua Castellana, compuesto por la Real Academia Española, 1726.