111
FERNÁN-NÚÑEZ, Conde de, Vida de Carlos III, vol. I, pp. 37-38.
112
RÍOS CARRATALÁ, Juan A., «Cavanilles y Viera y Clavijo en París», artículo citado, p. 274.
113
«Los bulevares, que quiere decir murallas, de
que París carece, con cuyo nombre llaman impropiamente dos
grandes paseos, alineados de arboledas, que ciñen la mayor
parte de la ciudad, no son el menor atractivo que aquí hay.
Todo está lleno de ciertas casillas aseadas para comer y
beber el que quiere; de otras destinadas al baile, a la
música y a mil diversiones; de algunos teatrillos, donde se
dan varias suertes de espectáculos, adaptadas al gusto del
alto y bajo pueblo. En fin, en estos recintos se alegra cada cual a
su placer y se entretiene según su genio»
. PONZ,
Viaje fuera de España, p. 157.
114
FERNÁNDEZ DE MORATÍN, Leandro, Epistolario, p. 101, carta a Jovellanos de 28 de agosto de 1787.
115
VALLÉS, Edmon, «Teresa Cabarrús», Historia y Vida, extra 21 (La Revolución Francesa), 1981, pp. 147-163.
116
El obispo era Scipione de Ricci (Florencia, 1741-id., 1810). Sacerdote (1766), vicario general de Florencia, fue nombrado obispo de Pistoia y de Prato en 1780. Es el principal representante en Italia del febronianismo y del josefismo. En 1786 convocó el célebre sínodo de Pistoia. Las medidas que dictó en su diócesis provocaron un levantamiento, a consecuencia del cual tuvo que dimitir, en 1791, a pesar del apoyo del gran duque de Toscana. Condenado por la bula Auctorem fidei (1794), firmó un acta de retractación en 1805. Nicolás visita al obispo de Pistoia en el máximo apogeo de sus teorías regalistas. ASTORGANO ABAJO, Antonio, «Encuentro del padre Arévalo con el inquisidor jansenista, Nicolás Rodríguez Laso, en la Italia de 1788», artículo citado, pp. 391-393.