Escena I
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La MARQUESA. ELISA.
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MARQUESA | Vaya, esas son niñerías,
| | y aunque en parte las disculpo, | | ya tu palabra empeñaste
| | y quebrantarla no es justo. | |
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ELISA | Pero, mamá,
¡si es un hombre | 5 | de tan mal tono, tan rudo!... | |
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MARQUESA |
Alguna corteza tiene, | | mas como de esos palurdos | | en
dos meses de Madrid | | se vuelven finos y pulcros | 10 | y
elegantes. Por ventura, | | ¿es menester grande estudio | | para imitar a esa cáfila | | de galancetes insulsos
| | que en tertulias y cafés | 15 | pasan por hombres
de gusto?
| | |
—339→
| En cuatro días se aprende | | con un
mediano discurso | | la cháchara insustancial | | con
que se lucen algunos. | 20 | Mientras tanto, ¿qué hace
un hombre | | para no soltar rebuznos? | | Callar, frunciendo
las cejas | | con estudiado repulgo, | | y decir al que se
admire | 25 | de verle tan taciturno: | | «¡soy romántico,
soy genio! | | Mi misión en este mundo | | es... ¡callar!»;
y si a esto añade | | una contracción de músculos,
| 30 | y se va sin saludar | | retorciéndose los puños,
| | dirán: «¡lástima de joven! | | Su esplín
le abrirá el sepulcro. | | ¡Qué buenas cosas
se calla! | 35 | ¡Qué talento tan profundo!» | | Para
vestir a la moda | | ¿qué ciencia, qué genio
infuso | | ha menester, donde hay sastres, | | quien cuenta
miles de duros? | 40 | Para abonarse en la ópera | |
y, según viene el impulso, | | chichear la cavatina
| | o dar aplausos al dúo, | | no es preciso conocer
| 45 | las reglas del contrapunto; | | ni otra cosa se requiere
| | que tener dinero y mucho | | para jugar tres albures | | el que no truena al segundo. | 50 | Así se suelen formar
| | los petimetres al uso, | | y más de cuatro tal vez
| | entre los de alto coturno | | en eso de letras gordas
| 55 | dan quince y falta a don Frutos. | |
|
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ELISA | ¡Oh! Tú
dirás lo que quieras, | | pero esos modales rústicos
| | no se olvidan fácilmente; | | ni después
de cinco lustros | 60 | muda de hábitos un hombre | | que se halla bien con los suyos. | | Tú viste cuál
se anunció | | desde su primer saludo. | | Tú
viste... |
|
|
MARQUESA | Dices
muy bien; | 65 | necio y aturdido estuvo; | | pero es achaque
de novios. | | ¿Quién no paga ese tributo? | | Yo me
enfadé más que tú, | | porque tengo malos
humos; | 70 | mas considerando luego | | que, si es mazacote
y brusco, | | ni entendimiento le falta, | | ni tiene el alma
de estuco; | | recordando la postrera | 75 | voluntad de mi
difunto, | | y mirando en fin la cosa | | con madurez y con
pulso, | | veo que fuera bobada | | renunciar por tus escrúpulos
| 80 | al acaudalado yerno | | que me sacará de apuros.
| |
|
|
ELISA | No eres tú la amenazada | | de sujetarte a
su yugo, | | mamá; que si fuera así | 85 | tomarían
otro rumbo | | tus reflexiones! |
|
|
MARQUESA | ¿Acaso
| | no es buen mozo, blanco, rubio...? | |
|
|
ELISA | Sí,
su figura me agrada, | | mas dirán que es un absurdo...
| 90 |
|
|
MARQUESA | Simplecilla, no te cuides | | de lo que murmure
el vulgo. | | Tú te casas para ti, | | no para él;
y, por último, | | ¿quién repara ya en maridos?
| 95 | Todos vienen a ser unos. | | Las mujeres dan el tono
| | con sus gracias y su lujo. | | ¿Qué hacen ellos
en un baile, | | por ejemplo? Como búhos | 100 | se van
todos agrupando | | en el rincón más oscuro
| | de la sala. Allí reparten | | los dominios del gran
turco, | | y en un dos por tres revuelven | 105 | el Tajo con
el Danubio; | | o en el tresillo engolfados | | disputan como
energúmenos | | sobre si echaste la mala | | debiendo
rendir el punto...; | 110 | y no sabe alguno de ellos | | que
mientras cuenta los triunfos, | | un galán le da codillo
| | y su esposa hace renuncio. | |
|
|
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MARQUESA | Calla,
chica, | 115 | que ya sale tu futuro. | |
|
|
Escena
II
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La MARQUESA. ELISA. DON REMIGIO.
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DON REMIGIO |
Tardará pocos instantes. | | Se está calzando
los guantes... | |
|
|
ELISA | ¡Qué! ¿Se los pone en los pies?
| 120 |
|
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DON REMIGIO | He usado de una figura | | retórica.
|
|
|
|
DON REMIGIO | ¡Oh! Sí, señora;
da gozo; | | sólo que el pobre se apura... | |
|
|
MARQUESA |
Él vestía tan holgado... | 125 |
|
|
DON REMIGIO |
Pues, y al que no está hecho a bragas | | las costuras
le hacen llagas. | | Pues todo le está pintado. | |
Un buen sastre y mucha plata... | | Yo le he dado, por supuesto,
| 130 | instrucciones y le he puesto
| | |
—340→
| por mis manos la corbata.
| | Por poco que yo le exhorte | | y por poco que él
me imite, | | ese roble de Belchite | 135 | se aclimatará
en la Corte. | | Sí, le puliremos pronto, | | que, aunque
él tiene, y lo confiesa, | | el pelo de la dehesa,
| | no tiene pelo de tonto. | 140 | Si le mira con desdén
| | Elisa, a fe que le ultraja. | |
|
|
|
DON REMIGIO |
Es
una alhaja. | | Doy a usted mi parabién. | |
|
|
MARQUESA |
Pero esos guantes, ¡señor!... | 145 |
|
|
DON REMIGIO |
Ya me van dando cuidado. | | Voy a ver... |
|
|
ELISA | No
le habrá dado | | don Remigio el calzador. | |
|
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Escena III
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La MARQUESA. ELISA. DON REMIGIO.
DON FRUTOS.
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(DON FRUTOS se presenta vestido
de rigorosa moda, muy tieso de cuello y de cintura, pero
andando con dificultad como si le apretasen las botas. Trae
puestos los dos guantes y uno de ellos roto.)
|
DON FRUTOS |
(Yo creía que en un mes | | no me entraban...) |
|
|
ELISA | (A su madre en voz baja.) | ¡Ay,
qué tieso! | 150 |
|
|
DON FRUTOS | (Haciendo un gesto
y dando con el pie en el suelo como para que acabe de entrar
la bota.) | ¡Por vida...! Señoras, beso | | a ustedes
los cuatro pies. | |
|
|
|
DON FRUTOS |
La
cuenta | | no marra. Dos y dos... |
|
|
|
DON FRUTOS | ¡Pues ya! Los dos de mamá | 155 |
y los dos de mi parienta. | |
|
|
DON REMIGIO | (Ya se enmienda
el Ganimedes.) | |
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|
DON FRUTOS | Me ha dicho este caballero
| | que es saludo muy grosero | | el decir: Dios guarde a ustedes;
| 160 | y que en Madrid a estas horas, | | como pueblo más
cortés, | | se estila besar los pies | | verbalmente
a las señoras. | | Para hacerlo con más gala,
| 165 | yo al besar los he contado, | | y más hubiera
besado | | si más hubiera en la sala | | ¡Maldita sea
la bota! | | Estoy viendo las estrellas. | 170 |
|
|
DON REMIGIO |
¡Si son tan suaves...! Con ellas | | bailara yo la gavota.
| |
|
|
DON FRUTOS | No las llevo yo ni un día. | | ¡Qué
martirio tan cruel! | |
|
|
DON REMIGIO | Ya dará de
sí la piel. | 175 |
|
|
|
DON REMIGIO | En Madrid los elegantes
| | no calzan lo que su pie. | | Un puntito menos... |
|
|
|
|
DON FRUTOS | ¿Y
los guantes? | 180 | Antes los veo deshechos | | que puestos,
y si aun a gusto | | dan guerra a un hombre robusto, | | ¿qué
será viniendo estrechos? | |
|
|
ELISA | Guante estrecho es
muy señor. | 185 |
|
|
DON FRUTOS | (Mostrando el guante.) | ¿Aunque se haga este rasguño? | |
|
|
ELISA | Si con él
se cierra el puño, | | mal guante. |
|
|
|
DON FRUTOS | De oír a ustedes me
chafo | | y de ver que estos enredos | 190 | me engarabatan
los dedos | | como si estuviera gafo. | | ¡Y esta invención
de trabillas...! | | ¿Y el corbatín? ¿Quién
lo aguanta? | | Ataruga la garganta | 195 | y en la oreja hace
cosquillas. | | Pues ¿y el fraque? Esto es peor. | | ¿Quién
se lo abrocha en un lance? | | No hay forma de que me alcance...
| |
|
|
DON REMIGIO | No se abrocha. Es de rigor. | 200 |
|
|
DON FRUTOS |
¿Si creerán los oficiales | | de sastre que tengo gonces?
| | ¡No se abrocha! Pues entonces, | | ¿de qué sirven
los ojales? - | | Mas de tantas perfecciones | 205 | la que
más me maravilla | | es la especie de cotilla | | que
me oprime los riñones. | |
|
|
DON REMIGIO | (A la MARQUESA.)
| Es una faja de goma | | elástica para que entre
| 210 | en razón su enorme vientre, | | porque si no
se le doma... | |
|
|
DON FRUTOS | Pero, hombre, ¡por san Melchor!...
| | tener barriga ¿es delito? | |
|
|
DON REMIGIO | Aquí
todo señorito | 215 | la suprime. Es de rigor. | |
|
|
DON FRUTOS |
(Remedando a DON REMIGIO.) | Es de rigor... | (Enfadado.) | ¡Tío
Calores!, | | ¿Sabe usted que ya me voy | | enfurruñando
y que doy | | al diablo tantos rigores?
| 220 |
|
|
—341→
|
|
MARQUESA | Son lecciones de buen
tono. | |
|
|
DON FRUTOS | Si quiere volverme mono, | | se engaña,
¡cuerpo de tal! | | Hoy me pongo estos arreos | 225 | porque
usted los mandó hacer... | |
|
|
|
|
|
DON FRUTOS | Hago
yo feos; | | mas determinado estoy | | con propósito
muy firme | 230 | a calzarme y a vestirme | | a medida de quien
soy. | | Y si aquí no puedo hallar | | sastre que entienda
mi porte, | | vendrá a vestirme en la corte | 235 | el
sastre de mi lugar; | | que yo gusto de estar horro, | | y
no dar tormento al bazo, | | y mover el pie y el brazo | |
sin necesitar socorro. | 240 |
|
|
|
MARQUESA | Bien;
si a usted le molesta... | |
|
|
DON FRUTOS | Levita y fraque,
en buen hora. | | También por allá, señora,
| | se usan el día de fiesta. | |
|
|
ELISA | (Con sobresalto.) | Y en los días de trabajo | 245 | ¿qué usaba
usted? |
|
|
DON FRUTOS | Aunque
charra, | | una peluda zamarra | | cuando hace frío
me encajo, | | y en verano, amada Elisa, | | chaquetilla de
mahón; | 250 | mas si aprieta la estación | |
ando en mangas de camisa. | |
|
|
|
DON FRUTOS |
Todo
muy ancho, | | que para andar por los cerros | | con la escopeta
y los perros, | 255 | y el tío Roña y el tío
Francho... | |
|
|
ELISA | ¡Ay, qué nombres! ¡El tío
Roña!... | |
|
|
DON FRUTOS | Allí todos tienen
mote: | | tío Tozuelo, tío Perote, | | tía
Lechuza, tía Ponzoña... | 260 | Yo vivo allí
sin empacho | | y mido por un rasero | | al hidalgo y al pechero,
| | al leñador y al ricacho. | | Otros con menos caudal
| 265 | desdeñan a los Perotes, | | que hay también
allí quijotes | | como en esta capital; | | mas sólo
mi grande abasto | | se sabe allá por el brío
| 270 | con que gasto lo que es mío..., | | y doy más
de lo que gasto. | |
|
|
DON REMIGIO | (Aparte con ELISA.)
| ¡Es filósofo! |
|
|
|
DON FRUTOS | Cuando
me junto | | con alguien, no le pregunto | 275 | su apellido
ni su nombre; | | que sea honrado me basta. | | Quizá
cuanto más antigua | | con menos fe se atestigua | | la pureza de una casta. | 280 | ¿Quién será
el santo varón | | que diga con juramento: | | veinticinco
abuelos cuento | | y ninguno fue ladrón! | | No pongo
en este capítulo | 285 | a ustedes, ni me desdeño
| | de llamar mi dulce dueño | | a la heredera de un
título. | | En su última enfermedad | | mi padre
me lo mandó, | 290 | y, aun difunto, quiero yo | | que
se haga su voluntad; | | y cuando tan linda es | | la que me
hace tanto honor, | | bien puedo yo, pecador, | 295 | resignarme
a ser marqués. | |
|
|
ELISA | (Aparte a la MARQUESA.) |
¿Oyes, mamá? ¡Se resigna! | |
|
|
MARQUESA | (En voz baja.) | ¡Eh! No lo tomes a ultraje. | | No está ducho en
el lenguaje... | | Sé tolerante y benigna. | 300 | (A
DON FRUTOS.) | Sin perjuicio de lo humano | | y lo afable,
yo confío | | que en la corte, yerno mío, | | sabrá usted ser cortesano. | |
|
|
DON FRUTOS | Veremos;
haré un esfuerzo... | 305 | Quiero dar gusto a mi maja.
| | Pero me prensa esta faja... | | No digeriré el almuerzo.
| | Aunque a Belchite no olvido, | | daré honor al marquesado.
| 310 | Lo propio para un fregado | | soy yo que para un barrido,
| | porque... ¡El diantre de la bota...! | | Muy primorosa,
muy bella, | | mas para jugar con ella | 315 | un partido de
pelota... | |
|
|
DON REMIGIO | ¡Hola! Usted será muy
diestro... | |
|
|
DON FRUTOS | ¡Oh, mucho! A largo y a ple;
| | de todas maneras sé; | | y no he tenido maestro.
| 320 | Pues ¡correr...! Nadie me agarra. | | Pues ¡saltar...
En cada brinco | | de cuatro varas a cinco. | | Pues ¿y tirar
a la barra? | | Tengo yo una fuerza atroz. | 325 |
|
|
ELISA | (¡Ay
Virgen de la Almudena!) | |
|
|
DON FRUTOS | Cargué un
día en Cariñena | | cuatro quintales de arroz.
| |
|
|
Escena VIII
|
|
DON REMIGIO. DON MIGUEL.
|
DON MIGUEL |
¡Oiga
usted! | | Tenemos que hablar. |
|
|
DON REMIGIO | Con
mucho | 375 | gusto, señor don Miguel. | |
|
|
DON MIGUEL |
¿Se casa por fin Elisa | | con ese novio soez? | |
|
|
DON REMIGIO |
Creo q e sí. Su fortuna | | es hoy la misma que ayer;
| 380 | colosal, y la Marquesa | | no querrá soltar el
pez. | |
|
|
DON MIGUEL | Mas ¿qué dice Elisa? | Creo
| | que es del mismo parecer. | |
|
|
|
DON REMIGIO | No
simpatiza mucho | 385 | con el rústico doncel, | | pero
andando el tiempo espera | | domesticarle tal vez, | | y en
tanto con doce mil
| | |
—343→
| duritos de renta... ¡Pues! | 390 |
|
|
|
DON REMIGIO | Y,
bien considerado, | | la boda es igual. |
|
|
|
DON REMIGIO | Ella, esposa de don Frutos,
| | puede vivir con el tren | | correspondiente a su clase;
| 395 | tomándola por mujer,7 | | él, como dijo
no ha mucho, | | se resigna a ser marqués; | | él
lleva en arras el oro | | y la novia el oropel. | 400 |
|
|
DON MIGUEL |
¿Conque aprueba usted la boda? | |
|
|
DON REMIGIO | ¡Vaya si
la apruebo! Cien | | y cien veces... |
|
|
DON MIGUEL | Pues
yo digo | | que es boda de Lucifer. | |
|
|
|
DON MIGUEL | Y
el que la apruebe | 405 | debe andar en cuatro pies. | |
|
|
DON REMIGIO |
(Me hace temblar.) Con efecto..., | | puede haber razones...
|
|
|
|
DON REMIGIO | No hay que enfadarse. | | Mi voto no tiene
fuerza de ley. | 410 | Convénzame usted. Soy hombre
| | que me dejo convencer. | |
|
|
|
DON REMIGIO | Yo
no creí | | que usted tuviese interés | | en
probarme lo contrario. | 415 |
|
|
DON MIGUEL | ¡Voto a...! ¿No
lo he de tener, | | si soy amante de Elisa? | |
|
|
DON REMIGIO |
¿De veras? ¡Oh!... Ya se ve, | | como usted ha estado ausente,
| | yo ignoraba... ¡Vaya! ¿Quién | 420 | ha de aprobar
que aquel bárbaro | | sea preferido a usted? | |
|
|
DON MIGUEL |
¡Y la ingrata le prefiere! | |
|
|
DON REMIGIO | (Enternecido.) | ¡Calle usted! Eso es cruel. | |
|
|
DON MIGUEL | Mas la culpada
no es ella. | 425 |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
DON MIGUEL |
Usted
es el factotum | | de esta casa. |
|
|
DON REMIGIO | ¿Qué
he de ser, | 430 | pobre de mí!... |
|
|
DON MIGUEL |
Si
esa falsa | | me ha mirado con desdén, | | si se casa
con don Frutos | | a usted debo esa merced. | |
|
|
|
DON MIGUEL | Usted
aplaudía | 435 | la boda, no ha mucho. |
|
|
DON REMIGIO |
Bien,
| | no lo niego; pero yo | | hablaba de buena fe... | |
|
|
DON MIGUEL |
Yo exijo que desde ahora | | proceda usted al revés.
| 440 |
|
|
DON REMIGIO | Pues digo que es execrable. | |
|
|
DON MIGUEL |
No me basta. Es menester | | decírselo a la Marquesa,
| | a su hija, al novio; a los tres. | |
|
|
DON REMIGIO | Pero
¡por Cristo!... ¡Si ya | 445 | les he dado el parabién!
| | ¿Cómo gobernarme ahora?... | | ¡Usted me quiere
perder! | |
|
|
DON MIGUEL | De consejo muda el sabio. | |
|
|
DON REMIGIO |
¿Cómo hago yo ese entremés?... | 450 |
|
|
DON MIGUEL |
Un parásito es histrión | | que hace cualquiera
papel. | |
|
|
|
DON MIGUEL |
No
hay pero | | que valga. Un buen alfiler | | de brillantes si
usted logra | 455 | que se deshaga el pastel; | | mas si esa
boda ridícula | | se efectúa... |
|
|
|
DON MIGUEL | Tenga
usted entendido | | que pagará con la piel. | 460 |
|
|
DON REMIGIO |
¡Qué atrocidad! ¿Soy yo el cura? | | ¿Soy yo el novio
somatén? | |
|
|
DON MIGUEL | Todo se andará.
Primero | | que me vea yo con él, | | procuremos arreglar
| 465 | la cosa de bien a bien. | |
|
|
DON REMIGIO | (¡De bien
a bien, y me quiere | | matar!) |
|
|
DON MIGUEL | Me
vuelvo al café | | que si veo a esa traidora | | no
me podré contener. | 470 | Conque, lo dicho, compadre.
| | A la tarde volveré... | |
|
|
DON REMIGIO | Bien,
yo aguzaré el ingenio, | | yo pondré pies en
pared... | |
|
|
DON MIGUEL | O me caso con Elisa, | 475 | o nos
batiremos. |
|
|
DON REMIGIO | ¿Qué?
| | Yo no me bato con nadie. | | Tengo respeto... a la ley.
| |
|
|
DON MIGUEL | Pues si usted no acepta el duelo | | y Elisa
me deja a pie, | 480 | le corto a usted las orejas | | como
dos y una son tres. | |
|
|
Escena X
|
|
ELISA. DON REMIGIO.
|
ELISA | ¡Ay, don Remigio de mi alma! | |
|
|
DON REMIGIO |
¿Qué tiene usted, criatura, | | que viene tan afligida?
| | ¿Ha hecho alguna de las suyas | 490 | el aragonés?
|
|
|
ELISA | ¡Ah,
qué hombre! | | ¡Dios mío! No podré nunca
| | acostumbrarme a su trato. | | Yo me vengo aquí confusa,
| | avergonzada. Mamá | 495 | se fatiga en vano, suda
| | para atajar el torrente | | de sandeces y tontunas | | con
que el bueno de don Frutos | | cual Dios le crió se
anuncia. | 500 | Mi tía, que es tan satírica
| | y de un entierro se burla, | | le da cuerda y nos dispara
| | un dardo en cada pregunta. | |
|
|
DON REMIGIO | Mas ¿qué
hace el novio? ¿Qué dice?... | 505 |
|
|
ELISA | ¡Ay Dios,
qué caricatura! | | Ni un momento está parado.
| | Ya se empina y gesticula | | porque las botas le aprietan
| | o le duele la cintura; | 510 | ahora el corbatín
se afloja | | y el lazo queda en la nuca | | parecen devanaderas
| | las piernas, según las cruza; | | braceando sin
descanso | 515 | en la silla se columpia; | | le dicen un cumplimiento,
| | y él endereza una pulla; | | y, para colmo de gracias,
| | saca una bolsa de nutria, | 520 | la deslía, toma
un puro, | | enciende un fósforo ¡y fuma! | |
|
|
|
ELISA | Y
no sabe hablar | | más que del campo y la lluvia,
| | y las crecidas del Ebro, | 525 | y la feria de la Almunia,
| | y los jornales que paga, | | y los perros que le aúllan.
| |
|
|
|
ELISA | La
condesa le brinda | | con su escogida tertulia, | 530 | y él
habla de su bodega | | con ciento y ochenta cubas; | | observa
que es verde oscuro | | un lienzo de la pintura, | | recuerda
sus olivares, | 535 | y dice: se heló la fruta, | | pero
hogaño es asombrosa | | la cosecha de aceituna; | |
toma por fin un periódico | | y leyendo en sus columnas:
| 540 | «la cámara de los pares...» | | interrumpe la
lectura | | y exclama: ¿qué harán ahora | | mis
doce pares de mulas? | |
|
|
DON REMIGIO | Vamos, nada hay que
esperar | 545 | de aquella materia bruta. | | Vuélvase
por donde vino. | | ¿Qué importa su gran fortuna | | si la ha de comprar usted | | con lágrimas de amargura?
| 550 |
|
|
ELISA | ¿Es posible...? Pues no ha mucho | | que aplaudía
usted con suma | | satisfacción nuestra boda. | |
|
|
DON REMIGIO |
Ahora me parece absurda. | | Las torpezas que yo vi, | 555 | aunque a la verdad son muchas, | | para un novio lugareño
| | eran peccata minuta, | | mas lo que usted me ha contado
| | me horroriza, me espeluzna. | 560 |
|
|
ELISA | Con todo, puede
que el tiempo... | |
|
|
DON REMIGIO | No hay que cansarse.
Es muy dura | | aquella testa. ¡Qué acémila!
| | Por milagro no rebuzna. | |
|
|
ELISA | ¡Poco a poco, don Remigio!
| 565 | Él no es lerdo. Usted le insulta. | |
|
|
|
ELISA | Tiene
prendas | | muy laudables. |
|
|
|
ELISA | Puede
ser mi esposo, | | y quien le injuria, me injuria. | 570 |
|
|
DON REMIGIO |
Como no lo es todavía, | | y deseo la ventura | | de
usted... (Hoy en nada acierto.) | | no sabe usted las angustias
| | que yo paso para... En fin, | 575 | yo juzgo lo que usted
juzga, | | quiero lo que quiere usted, | | sufriré lo
que usted sufra, | | y cuando usted me consulte | | porque
tenga alguna duda, | 580 | consultaré con usted | | la
respuesta a la consulta. | |
|
|
Escena XI
|
|
La MARQUESA. DON FRUTOS. ELISA. DON REMIGIO.
|
DON FRUTOS | (A ELISA.) | ¡Ah, que estás
aquí!... Perdona, | | mi vida, si te tuteo, | | que
mi cariño lo abona. | 585 | ¡Qué gallarda y guapetona!
| | Me embobo cuando te veo. | | ¿Cuándo la boda será?
| | Sólo de pensarlo, ya
| | |
—345→
| toda el alma se me alegra,
| 590 | y estoy... Marquesa mamá, | | sea usted pronto
mi suegra. | |
|
|
|
DON FRUTOS | Sin
aparatos. | | Cuanto menos embolismo, | | mejor. Haya buenos
platos, | 595 | y luego... |
|
|
MARQUESA | Mañana
mismo | | se firmarán los contratos. | |
|
|
|
|
DON FRUTOS | Jamás igual regocijo
| | en mi corazón sentí. | 600 | La amaré
a usted como un hijo. | | (A ELISA) | y como un esclavo a
ti. | |
|
|
|
DON FRUTOS | Serás
mi regalo, | | mi delicia. |
|
|
|
ELISA | (Aparte con DON REMIGIO.) | ¿Oye usted
esos extremos? | 605 |
|
|
DON REMIGIO | Es que ahora le cogemos
| | en un lúcido intervalo. | |
|
|
DON FRUTOS | Tú
vivirás satisfecha. | | Mis ganados, mi cosecha, | | mis haciendas, mi dinero; | 610 | todo es para ti, lucero,
| | desde la cruz a la fecha. | | Es tosca mi educación
| | para aspirar a tal moza; | | yo te hago esta confesión;
| 615 | pero tengo un corazón | | como de aquí
a Zaragoza. | | Él encontrará camino | | de agradar
a mi mujer. | | Para amar con desatino | 620 | no creo que es
menester | | que uno sea lechuguino. | | En lo que yo no esté
ducho | | corrige tú mis maneras. | | Verás qué
dócil te escucho. | 625 | Tú harás de
mí lo que quieras... | | siempre que me quieras mucho.
| | Así con igual placer, | | luego que al pie del altar
| | me digas: soy tu mujer, | 630 | tú me enseñarás
a hablar; | | yo te enseñaré a querer. | |
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ELISA | (¡Qué
sorpresa! | | De haberle ajado me pesa.) | |
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MARQUESA | (Aparte
a ELISA.) | Vaya, responde. ¿No puedes? | 635 |
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