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ArribaAbajoActo II


Escena I

 

La MARQUESA. ELISA.

 
MARQUESA
Vaya, esas son niñerías,
y aunque en parte las disculpo,
ya tu palabra empeñaste
y quebrantarla no es justo.
ELISA
Pero, mamá, ¡si es un hombre 5
de tan mal tono, tan rudo!...
MARQUESA
Alguna corteza tiene,
mas como de esos palurdos
en dos meses de Madrid
se vuelven finos y pulcros 10
y elegantes. Por ventura,
¿es menester grande estudio
para imitar a esa cáfila
de galancetes insulsos
que en tertulias y cafés 15
pasan por hombres de gusto?
—339→
En cuatro días se aprende
con un mediano discurso
la cháchara insustancial
con que se lucen algunos. 20
Mientras tanto, ¿qué hace un hombre
para no soltar rebuznos?
Callar, frunciendo las cejas
con estudiado repulgo,
y decir al que se admire 25
de verle tan taciturno:
«¡soy romántico, soy genio!
Mi misión en este mundo
es... ¡callar!»; y si a esto añade
una contracción de músculos, 30
y se va sin saludar
retorciéndose los puños,
dirán: «¡lástima de joven!
Su esplín le abrirá el sepulcro.
¡Qué buenas cosas se calla! 35
¡Qué talento tan profundo!»
Para vestir a la moda
¿qué ciencia, qué genio infuso
ha menester, donde hay sastres,
quien cuenta miles de duros? 40
Para abonarse en la ópera
y, según viene el impulso,
chichear la cavatina
o dar aplausos al dúo,
no es preciso conocer 45
las reglas del contrapunto;
ni otra cosa se requiere
que tener dinero y mucho
para jugar tres albures
el que no truena al segundo. 50
Así se suelen formar
los petimetres al uso,
y más de cuatro tal vez
entre los de alto coturno
en eso de letras gordas 55
dan quince y falta a don Frutos.
ELISA
¡Oh! Tú dirás lo que quieras,
pero esos modales rústicos
no se olvidan fácilmente;
ni después de cinco lustros 60
muda de hábitos un hombre
que se halla bien con los suyos.
Tú viste cuál se anunció
desde su primer saludo.
Tú viste...
MARQUESA
Dices muy bien;
65
necio y aturdido estuvo;
pero es achaque de novios.
¿Quién no paga ese tributo?
Yo me enfadé más que tú,
porque tengo malos humos; 70
mas considerando luego
que, si es mazacote y brusco,
ni entendimiento le falta,
ni tiene el alma de estuco;
recordando la postrera 75
voluntad de mi difunto,
y mirando en fin la cosa
con madurez y con pulso,
veo que fuera bobada
renunciar por tus escrúpulos 80
al acaudalado yerno
que me sacará de apuros.
ELISA
No eres tú la amenazada
de sujetarte a su yugo,
mamá; que si fuera así 85
tomarían otro rumbo
tus reflexiones!
MARQUESA
¿Acaso
no es buen mozo, blanco, rubio...?
ELISA
Sí, su figura me agrada,
mas dirán que es un absurdo... 90
MARQUESA
Simplecilla, no te cuides
de lo que murmure el vulgo.
Tú te casas para ti,
no para él; y, por último,
¿quién repara ya en maridos? 95
Todos vienen a ser unos.
Las mujeres dan el tono
con sus gracias y su lujo.
¿Qué hacen ellos en un baile,
por ejemplo? Como búhos 100
se van todos agrupando
en el rincón más oscuro
de la sala. Allí reparten
los dominios del gran turco,
y en un dos por tres revuelven 105
el Tajo con el Danubio;
o en el tresillo engolfados
disputan como energúmenos
sobre si echaste la mala
debiendo rendir el punto...; 110
y no sabe alguno de ellos
que mientras cuenta los triunfos,
un galán le da codillo
y su esposa hace renuncio.
ELISA
Pero, mamá...
MARQUESA
Calla, chica,
115
que ya sale tu futuro.


Escena II

 

La MARQUESA. ELISA. DON REMIGIO.

 
MARQUESA
¿No viene el aragonés?
DON REMIGIO
Tardará pocos instantes.
Se está calzando los guantes...
ELISA
¡Qué! ¿Se los pone en los pies? 120
DON REMIGIO
He usado de una figura
retórica.
MARQUESA
¿Está buen mozo?
DON REMIGIO
¡Oh! Sí, señora; da gozo;
sólo que el pobre se apura...
MARQUESA
Él vestía tan holgado... 125
DON REMIGIO
Pues, y al que no está hecho a bragas
las costuras le hacen llagas.
Pues todo le está pintado.
Un buen sastre y mucha plata...
Yo le he dado, por supuesto, 130
instrucciones y le he puesto
—340→
por mis manos la corbata.
Por poco que yo le exhorte
y por poco que él me imite,
ese roble de Belchite 135
se aclimatará en la Corte.
Sí, le puliremos pronto,
que, aunque él tiene, y lo confiesa,
el pelo de la dehesa,
no tiene pelo de tonto. 140
Si le mira con desdén
Elisa, a fe que le ultraja.
ELISA
¿De veras?
DON REMIGIO
Es una alhaja.
Doy a usted mi parabién.
MARQUESA
Pero esos guantes, ¡señor!... 145
DON REMIGIO
Ya me van dando cuidado.
Voy a ver...
ELISA
No le habrá dado
don Remigio el calzador.


Escena III

 

La MARQUESA. ELISA. DON REMIGIO. DON FRUTOS.

 
 

(DON FRUTOS se presenta vestido de rigorosa moda, muy tieso de cuello y de cintura, pero andando con dificultad como si le apretasen las botas. Trae puestos los dos guantes y uno de ellos roto.)

 
DON FRUTOS
(Yo creía que en un mes
no me entraban...)
ELISA

 (A su madre en voz baja.) 

¡Ay, qué tieso!
150
DON FRUTOS

 (Haciendo un gesto y dando con el pie en el suelo como para que acabe de entrar la bota.) 

¡Por vida...! Señoras, beso
a ustedes los cuatro pies.
MARQUESA
¿Cómo cuatro pies!
DON FRUTOS
La cuenta
no marra. Dos y dos...
MARQUESA
Ya.
DON FRUTOS
¡Pues ya! Los dos de mamá 155
y los dos de mi parienta.
DON REMIGIO
(Ya se enmienda el Ganimedes.)
DON FRUTOS
Me ha dicho este caballero
que es saludo muy grosero
el decir: Dios guarde a ustedes; 160
y que en Madrid a estas horas,
como pueblo más cortés,
se estila besar los pies
verbalmente a las señoras.
Para hacerlo con más gala, 165
yo al besar los he contado,
y más hubiera besado
si más hubiera en la sala
¡Maldita sea la bota!
Estoy viendo las estrellas. 170
DON REMIGIO
¡Si son tan suaves...! Con ellas
bailara yo la gavota.
DON FRUTOS
No las llevo yo ni un día.
¡Qué martirio tan cruel!
DON REMIGIO
Ya dará de sí la piel. 175
DON FRUTOS
Sí, ¡destrozando la mía!
DON REMIGIO
En Madrid los elegantes
no calzan lo que su pie.
Un puntito menos...
DON FRUTOS
¿Eh?
DON REMIGIO
Es de rigor.
DON FRUTOS
¿Y los guantes?
180
Antes los veo deshechos
que puestos, y si aun a gusto
dan guerra a un hombre robusto,
¿qué será viniendo estrechos?
ELISA
Guante estrecho es muy señor. 185
DON FRUTOS

 (Mostrando el guante.) 

¿Aunque se haga este rasguño?
ELISA
Si con él se cierra el puño,
mal guante.
DON REMIGIO
Sí; es de rigor.
DON FRUTOS
De oír a ustedes me chafo
y de ver que estos enredos 190
me engarabatan los dedos
como si estuviera gafo.
¡Y esta invención de trabillas...!
¿Y el corbatín? ¿Quién lo aguanta?
Ataruga la garganta 195
y en la oreja hace cosquillas.
Pues ¿y el fraque? Esto es peor.
¿Quién se lo abrocha en un lance?
No hay forma de que me alcance...
DON REMIGIO
No se abrocha. Es de rigor. 200
DON FRUTOS
¿Si creerán los oficiales
de sastre que tengo gonces?
¡No se abrocha! Pues entonces,
¿de qué sirven los ojales? -
Mas de tantas perfecciones 205
la que más me maravilla
es la especie de cotilla
que me oprime los riñones.
DON REMIGIO

  (A la MARQUESA.)  

Es una faja de goma
elástica para que entre 210
en razón su enorme vientre,
porque si no se le doma...
DON FRUTOS
Pero, hombre, ¡por san Melchor!...
tener barriga ¿es delito?
DON REMIGIO
Aquí todo señorito 215
la suprime. Es de rigor.
DON FRUTOS

  (Remedando a DON REMIGIO.) 

Es de rigor...

 (Enfadado.) 

¡Tío Calores!,
¿Sabe usted que ya me voy
enfurruñando y que doy
al diablo tantos rigores? 220
  —341→  
DON REMIGIO
No lo tome usted a mal.
MARQUESA
Son lecciones de buen tono.
DON FRUTOS
Si quiere volverme mono,
se engaña, ¡cuerpo de tal!
Hoy me pongo estos arreos 225
porque usted los mandó hacer...
MARQUESA
Sí.
DON FRUTOS
Y a ninguna mujer
MARQUESA
(¡Huy! ¡Mujer!)
DON FRUTOS
Hago yo feos;
mas determinado estoy
con propósito muy firme 230
a calzarme y a vestirme
a medida de quien soy.
Y si aquí no puedo hallar
sastre que entienda mi porte,
vendrá a vestirme en la corte 235
el sastre de mi lugar;
que yo gusto de estar horro,
y no dar tormento al bazo,
y mover el pie y el brazo
sin necesitar socorro. 240
ELISA
(¡Ah!)
MARQUESA
Bien; si a usted le molesta...
DON FRUTOS
Levita y fraque, en buen hora.
También por allá, señora,
se usan el día de fiesta.
ELISA

 (Con sobresalto.) 

Y en los días de trabajo 245
¿qué usaba usted?
DON FRUTOS
Aunque charra,
una peluda zamarra
cuando hace frío me encajo,
y en verano, amada Elisa,
chaquetilla de mahón; 250
mas si aprieta la estación
ando en mangas de camisa.
ELISA
(¡Ay de mí!)
DON FRUTOS
Todo muy ancho,
que para andar por los cerros
con la escopeta y los perros, 255
y el tío Roña y el tío Francho...
ELISA
¡Ay, qué nombres! ¡El tío Roña!...
DON FRUTOS
Allí todos tienen mote:
tío Tozuelo, tío Perote,
tía Lechuza, tía Ponzoña... 260
Yo vivo allí sin empacho
y mido por un rasero
al hidalgo y al pechero,
al leñador y al ricacho.
Otros con menos caudal 265
desdeñan a los Perotes,
que hay también allí quijotes
como en esta capital;
mas sólo mi grande abasto
se sabe allá por el brío 270
con que gasto lo que es mío...,
y doy más de lo que gasto.
DON REMIGIO

 (Aparte con ELISA.)  

¡Es filósofo!
ELISA
Y buen hombre.
¡Eso sí!
DON FRUTOS
Cuando me junto
con alguien, no le pregunto 275
su apellido ni su nombre;
que sea honrado me basta.
Quizá cuanto más antigua
con menos fe se atestigua
la pureza de una casta. 280
¿Quién será el santo varón
que diga con juramento:
veinticinco abuelos cuento
y ninguno fue ladrón!
No pongo en este capítulo 285
a ustedes, ni me desdeño
de llamar mi dulce dueño
a la heredera de un título.
En su última enfermedad
mi padre me lo mandó, 290
y, aun difunto, quiero yo
que se haga su voluntad;
y cuando tan linda es
la que me hace tanto honor,
bien puedo yo, pecador, 295
resignarme a ser marqués.
ELISA

  (Aparte a la MARQUESA.)  

¿Oyes, mamá? ¡Se resigna!
MARQUESA

 (En voz baja.) 

¡Eh! No lo tomes a ultraje.
No está ducho en el lenguaje...
Sé tolerante y benigna. 300

  (A DON FRUTOS.)  

Sin perjuicio de lo humano
y lo afable, yo confío
que en la corte, yerno mío,
sabrá usted ser cortesano.
DON FRUTOS
Veremos; haré un esfuerzo... 305
Quiero dar gusto a mi maja.
Pero me prensa esta faja...
No digeriré el almuerzo.
Aunque a Belchite no olvido,
daré honor al marquesado. 310
Lo propio para un fregado
soy yo que para un barrido,
porque... ¡El diantre de la bota...!
Muy primorosa, muy bella,
mas para jugar con ella 315
un partido de pelota...
DON REMIGIO
¡Hola! Usted será muy diestro...
DON FRUTOS
¡Oh, mucho! A largo y a ple;
de todas maneras sé;
y no he tenido maestro. 320
Pues ¡correr...! Nadie me agarra.
Pues ¡saltar... En cada brinco
de cuatro varas a cinco.
Pues ¿y tirar a la barra?
Tengo yo una fuerza atroz. 325
ELISA
(¡Ay Virgen de la Almudena!)
DON FRUTOS
Cargué un día en Cariñena
cuatro quintales de arroz.

  —342→  

Escena IV

 

La MARQUESA. ELISA DON FRUTOS. DON REMIGIO JUANA.

 
JUANA
La condesa del Ejido.
MARQUESA
Que entre...
JUANA
Ya está en el estrado.
330
MARQUESA
Voy corriendo...
JUANA
Ha preguntado
si había el huésped venido.
MARQUESA

 (En voz baja.) 

¿Qué has dicho?
JUANA
Que irá al instante.
MARQUESA
¡Todo lo hacéis al revés!
(Pero si ha de ser después...) 335
Allá vamos.
JUANA

 (Mirando a DON FRUTOS.)  

(¡Qué elegante!)


Escena V

 

La MARQUESA. ELISA. DON FRUTOS. DON REMIGIO. JUANA.

 
MARQUESA

  (A DON FRUTOS.)  

Venga usted. Elisa, ven.
DON FRUTOS
¿Visita?
MARQUESA
Sí.
DON REMIGIO
(Dios enfrene
su lengua.)
MARQUESA
Mi prima viene
a darnos el parabién. 340
DON FRUTOS
¡Corriente! Vamos allá...

  (En voz baja a DON FRUTOS.)  

Hombre..., el brazo a la señora!
DON FRUTOS
¡Ah! Sí, sí. Tómale, aurora.

  (Se lo ofrece a ELISA.)  

ELISA
Désele usted a mamá.


Escena VI

 

La MARQUESA. DON FRUTOS. DON REMIGIO.

 
MARQUESA

  (Tomando el brazo de DON FRUTOS.)  

Venga.
DON FRUTOS
(He de ser su pariente,
345
y no me dejan ahora...)
DON REMIGIO
Usted, por lo visto, ignora
la legislación vigente...
DON FRUTOS
Pero, señor, ¿qué mas da...?
MARQUESA
Mientras otra ley no rija, 350
no se da el brazo a la hija
si hay de por medio mamá.
DON FRUTOS
Está muy bien, mamá mía.
Usted disponga de mí...

 (Poniéndose la mano en el estómago.) 

(Ya se me ha sentado aquí... 355
¡y no es suegra todavía!)


Escena VII

 

DON REMIGIO.

 
¡Vaya, que es original
el mocito aragonés!
Y no es hombre que se mama
el dedo, que sabe bien 360
dónde le aprieta el zapato,
como el otro montañés.
¡Ya tiene alma...! Harto será
que hagamos carrera de él.
Y si ahora tasca el freno, 365
¿qué hará el amigo después?
Mucho me temo... Pero ella
lo quieren, y siempre fue
mi sistema favorito
dejar el mundo correr, 370
no indisponerme con nadie
y decir a todo amén.
Voy ahora a hacer la corte
a esas damas...


Escena VIII

 

DON REMIGIO. DON MIGUEL.

 
DON MIGUEL
¡Oiga usted!
Tenemos que hablar.
DON REMIGIO
Con mucho
375
gusto, señor don Miguel.
DON MIGUEL
¿Se casa por fin Elisa
con ese novio soez?
DON REMIGIO
Creo q e sí. Su fortuna
es hoy la misma que ayer; 380
colosal, y la Marquesa
no querrá soltar el pez.
DON MIGUEL
Mas ¿qué dice Elisa?
Creo
que es del mismo parecer.
DON MIGUEL
¿Sí?
DON REMIGIO
No simpatiza mucho
385
con el rústico doncel,
pero andando el tiempo espera
domesticarle tal vez,
y en tanto con doce mil
—343→
duritos de renta... ¡Pues! 390
DON MIGUEL
¡Pues!
DON REMIGIO
Y, bien considerado,
la boda es igual.
DON MIGUEL
¿Por qué?
DON REMIGIO
Ella, esposa de don Frutos,
puede vivir con el tren
correspondiente a su clase; 395
tomándola por mujer,7
él, como dijo no ha mucho,
se resigna a ser marqués;
él lleva en arras el oro
y la novia el oropel. 400
DON MIGUEL
¿Conque aprueba usted la boda?
DON REMIGIO
¡Vaya si la apruebo! Cien
y cien veces...
DON MIGUEL
Pues yo digo
que es boda de Lucifer.
DON REMIGIO
¿Cómo?... ¡Usted!...
DON MIGUEL
Y el que la apruebe
405
debe andar en cuatro pies.
DON REMIGIO
(Me hace temblar.) Con efecto...,
puede haber razones...
DON MIGUEL
¿Eh?
DON REMIGIO
No hay que enfadarse.
Mi voto no tiene fuerza de ley. 410
Convénzame usted. Soy hombre
que me dejo convencer.
DON MIGUEL
¡Voto a briós!...
DON REMIGIO
Yo no creí
que usted tuviese interés
en probarme lo contrario. 415
DON MIGUEL
¡Voto a...! ¿No lo he de tener,
si soy amante de Elisa?
DON REMIGIO
¿De veras? ¡Oh!... Ya se ve,
como usted ha estado ausente,
yo ignoraba... ¡Vaya! ¿Quién 420
ha de aprobar que aquel bárbaro
sea preferido a usted?
DON MIGUEL
¡Y la ingrata le prefiere!
DON REMIGIO

 (Enternecido.) 

¡Calle usted! Eso es cruel.
DON MIGUEL
Mas la culpada no es ella. 425
DON REMIGIO
Así lo creo también.
DON MIGUEL
Sino su madre...
DON REMIGIO
¡Oh! ¡Las madres...!
DON MIGUEL
Y usted.
DON REMIGIO
¿Yo?
DON MIGUEL
Sí; yo lo sé.
DON REMIGIO
Pero...
DON MIGUEL
Usted es el factotum
de esta casa.
DON REMIGIO
¿Qué he de ser,
430
pobre de mí!...
DON MIGUEL
Si esa falsa
me ha mirado con desdén,
si se casa con don Frutos
a usted debo esa merced.
DON REMIGIO
¡Hombre! Yo...
DON MIGUEL
Usted aplaudía
435
la boda, no ha mucho.
DON REMIGIO
Bien,
no lo niego; pero yo
hablaba de buena fe...
DON MIGUEL
Yo exijo que desde ahora
proceda usted al revés. 440
DON REMIGIO
Pues digo que es execrable.
DON MIGUEL
No me basta. Es menester
decírselo a la Marquesa,
a su hija, al novio; a los tres.
DON REMIGIO
Pero ¡por Cristo!... ¡Si ya 445
les he dado el parabién!
¿Cómo gobernarme ahora?...
¡Usted me quiere perder!
DON MIGUEL
De consejo muda el sabio.
DON REMIGIO
¿Cómo hago yo ese entremés?... 450
DON MIGUEL
Un parásito es histrión
que hace cualquiera papel.
DON REMIGIO
Veremos, pero...
DON MIGUEL
No hay pero
que valga. Un buen alfiler
de brillantes si usted logra 455
que se deshaga el pastel;
mas si esa boda ridícula
se efectúa...
DON REMIGIO
(¡Ay san Ginés!)
Yo.
DON MIGUEL
Tenga usted entendido
que pagará con la piel. 460
DON REMIGIO
¡Qué atrocidad! ¿Soy yo el cura?
¿Soy yo el novio somatén?
DON MIGUEL
Todo se andará. Primero
que me vea yo con él,
procuremos arreglar 465
la cosa de bien a bien.
DON REMIGIO
(¡De bien a bien, y me quiere
matar!)
DON MIGUEL
Me vuelvo al café
que si veo a esa traidora
no me podré contener. 470
Conque, lo dicho, compadre.
A la tarde volveré...
DON REMIGIO
Bien, yo aguzaré el ingenio,
yo pondré pies en pared...
DON MIGUEL
O me caso con Elisa, 475
o nos batiremos.
DON REMIGIO
¿Qué?
Yo no me bato con nadie.
Tengo respeto... a la ley.
DON MIGUEL
Pues si usted no acepta el duelo
y Elisa me deja a pie, 480
le corto a usted las orejas
como dos y una son tres.


Escena IX

 

DON REMIGIO.

 
¡Jesús, qué demonio!... Estoy
por dar parte al coronel...
Vuelve Elisa. Si pudiera 485
disuadirla... Probaré.

  —344→  

Escena X

 

ELISA. DON REMIGIO.

 
ELISA
¡Ay, don Remigio de mi alma!
DON REMIGIO
¿Qué tiene usted, criatura,
que viene tan afligida?
¿Ha hecho alguna de las suyas 490
el aragonés?
ELISA
¡Ah, qué hombre!
¡Dios mío! No podré nunca
acostumbrarme a su trato.
Yo me vengo aquí confusa,
avergonzada. Mamá 495
se fatiga en vano, suda
para atajar el torrente
de sandeces y tontunas
con que el bueno de don Frutos
cual Dios le crió se anuncia. 500
Mi tía, que es tan satírica
y de un entierro se burla,
le da cuerda y nos dispara
un dardo en cada pregunta.
DON REMIGIO
Mas ¿qué hace el novio? ¿Qué dice?... 505
ELISA
¡Ay Dios, qué caricatura!
Ni un momento está parado.
Ya se empina y gesticula
porque las botas le aprietan
o le duele la cintura; 510
ahora el corbatín se afloja
y el lazo queda en la nuca
parecen devanaderas
las piernas, según las cruza;
braceando sin descanso 515
en la silla se columpia;
le dicen un cumplimiento,
y él endereza una pulla;
y, para colmo de gracias,
saca una bolsa de nutria, 520
la deslía, toma un puro,
enciende un fósforo ¡y fuma!
DON REMIGIO
¡Horror!
ELISA
Y no sabe hablar
más que del campo y la lluvia,
y las crecidas del Ebro, 525
y la feria de la Almunia,
y los jornales que paga,
y los perros que le aúllan.
DON REMIGIO
¡Oh!
ELISA
La condesa le brinda
con su escogida tertulia, 530
y él habla de su bodega
con ciento y ochenta cubas;
observa que es verde oscuro
un lienzo de la pintura,
recuerda sus olivares, 535
y dice: se heló la fruta,
pero hogaño es asombrosa
la cosecha de aceituna;
toma por fin un periódico
y leyendo en sus columnas: 540
«la cámara de los pares...»
interrumpe la lectura
y exclama: ¿qué harán ahora
mis doce pares de mulas?
DON REMIGIO
Vamos, nada hay que esperar 545
de aquella materia bruta.
Vuélvase por donde vino.
¿Qué importa su gran fortuna
si la ha de comprar usted
con lágrimas de amargura? 550
ELISA
¿Es posible...? Pues no ha mucho
que aplaudía usted con suma
satisfacción nuestra boda.
DON REMIGIO
Ahora me parece absurda.
Las torpezas que yo vi, 555
aunque a la verdad son muchas,
para un novio lugareño
eran peccata minuta,
mas lo que usted me ha contado
me horroriza, me espeluzna. 560
ELISA
Con todo, puede que el tiempo...
DON REMIGIO
No hay que cansarse. Es muy dura
aquella testa. ¡Qué acémila!
Por milagro no rebuzna.
ELISA
¡Poco a poco, don Remigio! 565
Él no es lerdo. Usted le insulta.
DON REMIGIO
Señora, yo...
ELISA
Tiene prendas
muy laudables.
DON REMIGIO
Sin disputa,
pero...
ELISA
Puede ser mi esposo,
y quien le injuria, me injuria. 570
DON REMIGIO
Como no lo es todavía,
y deseo la ventura
de usted... (Hoy en nada acierto.)
no sabe usted las angustias
que yo paso para... En fin, 575
yo juzgo lo que usted juzga,
quiero lo que quiere usted,
sufriré lo que usted sufra,
y cuando usted me consulte
porque tenga alguna duda, 580
consultaré con usted
la respuesta a la consulta.


Escena XI

 

La MARQUESA. DON FRUTOS. ELISA. DON REMIGIO.

 
DON FRUTOS

  (A ELISA.)  

¡Ah, que estás aquí!... Perdona,
mi vida, si te tuteo,
que mi cariño lo abona. 585
¡Qué gallarda y guapetona!
Me embobo cuando te veo.
¿Cuándo la boda será?
Sólo de pensarlo, ya
—345→
toda el alma se me alegra, 590
y estoy... Marquesa mamá,
sea usted pronto mi suegra.
ELISA
(¡Ay cielo!)
DON FRUTOS
Sin aparatos.
Cuanto menos embolismo,
mejor. Haya buenos platos, 595
y luego...
MARQUESA
Mañana mismo
se firmarán los contratos.
DON FRUTOS
¡Mañana!
DON REMIGIO
(¡Triste de mí!)
DON FRUTOS
Jamás igual regocijo
en mi corazón sentí. 600
La amaré a usted como un hijo.

  (A ELISA)  

y como un esclavo a ti.
ELISA
(¿Qué oigo!)
DON FRUTOS
Serás mi regalo,
mi delicia.
DON REMIGIO
(Esto va malo.)
ELISA

  (Aparte con DON REMIGIO.)  

¿Oye usted esos extremos? 605
DON REMIGIO
Es que ahora le cogemos
en un lúcido intervalo.
DON FRUTOS
Tú vivirás satisfecha.
Mis ganados, mi cosecha,
mis haciendas, mi dinero; 610
todo es para ti, lucero,
desde la cruz a la fecha.
Es tosca mi educación
para aspirar a tal moza;
yo te hago esta confesión; 615
pero tengo un corazón
como de aquí a Zaragoza.
Él encontrará camino
de agradar a mi mujer.
Para amar con desatino 620
no creo que es menester
que uno sea lechuguino.
En lo que yo no esté ducho
corrige tú mis maneras.
Verás qué dócil te escucho. 625
Tú harás de mí lo que quieras...
siempre que me quieras mucho.
Así con igual placer,
luego que al pie del altar
me digas: soy tu mujer, 630
tú me enseñarás a hablar;
yo te enseñaré a querer.
MARQUESA
¡Bien, don Frutos!
ELISA
(¡Qué sorpresa!
De haberle ajado me pesa.)
MARQUESA

  (Aparte a ELISA.)  

Vaya, responde. ¿No puedes? 635
ELISA

 (En alta voz.) 

Yo...


Escena XII

 

La MARQUESA. ELISA. DON FRUTOS. DON REMIGIO. JUANA.

 
JUANA
Cuando gusten ustedes...
Ya está la sopa en la mesa.


Escena XIII

 

La MARQUESA. ELISA. DON FRUTOS. DON REMIGIO.

 
DON FRUTOS

  (Ofreciendo el brazo a la MARQUESA.)  

Haremos los dos un lazo...
MARQUESA

  (Tomando el brazo de DON FRUTOS.)  

Gracias.
DON FRUTOS
(¡Vaya una pandorga!...)

  (A ELISA.)  

Conque... ¿me querrás muchazo? 640
MARQUESA
Ya ve usted, quien calla otorga.
ELISA

 (Mirando a DON FRUTOS con ternura.) 

Deme usted el otro brazo.
 

(Vanse por la izquierda del foro.)

 


Escena XIV

 

DON REMIGIO.

 
¡Oh miedo!, ¿qué me aconsejas?
Mientras la niña se humana
vendrá el otro a darme quejas... 645
¡Pobre Remigio! Mañana
amaneces sin orejas.

 (Sigue a los novios y a la MARQUESA.)