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21

 Dividir las apuestas de modo que no les toque por completo la rebaja de lo que el montero quita por estar la carta que gana a la puerta. E.

 

22

Doblar la punta, o hacer alguna otra señal a una carta para ver dónde queda después que se baraje. E.

 

23

Cobrar la parada o apuesta del que se descuida. E.

 

24

Cobrarla y porfiar que es cosa suya. E.

 

25

Éstos eran los amigos de Perico, y sus consejos. Cierto que el demonio no podía aconsejarlo peor. Por esto dijo muy bien el padre Gerónimo Dutari, que los malos amigos son los diablos que no espantan.

Ese modo con aquí lo induce al robo y la fullería es el que se usa prácticamente, y en la realidad es así: al principio se comienza con miedo, pero después se hace el vicio familiar. Por eso es lo mejor no comenzar.

 

26

Véase la nota del primer tomo sobre esta palabra. E.

 

27

Bien pudo Periquillo haber explicado aquí el mecanismo de estas fullerías, pero sin duda las calló con estudio deseando prevenir a los lectores incautos en los peligros del juego sin enseñarlos a maliciosos. Es bueno saber que hay drogas, pero no saber hacerlas.

 

28

Alusión al juego del billar, o al del truco, pues que el primero no estaba en aquella época muy generalizado. E.

 

29

Esperanza pésima. No se debe esperar en Dios para ofenderlo, ni valen para esto las devociones de los Santos, antes es una injuria el invocarlos creyendo que intercederán con Dios por los que lo ofenden en esa confianza.

 

30

No es peor estar pobre que ser ladrón, pero en la práctica se ve que muchos por no ser pobres son ladrones, y cuanto malo hay.