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ArribaAbajoLIBRO TERCERO.

DE LAS PINTURAS, E IMÁGENES de Jesu-Christo, y de las de los Misterios de su Santísima Vida, y Pasion.


ArribaAbajoBREVE PROLOGO.

Nada hay que me dé mas gusto, y lleve tras sí la atencion, quando escribo, que el buen orden, y método en tratar las materias. Por esto, como los hechos, que se refieren en la Historia del Testamento Viejo han precedido muchos siglos á los que se nos proponen en los Evangelios, y en las narraciones del Testamento Nuevo; habia resuelto tratar primero de aquellos, y luego de estos. Pero reflexîonando mas sobre ello, y viendo que las Imágenes, é Historias del Testamento Viejo eran muy raras; y al contrario muy freqüentes las de Christo Señor nuestro, las de la Santísima Virgen, y de otros muchos Santos: determiné tratar primero de estas, reservando de intento para tiempo, y lugar mas cómodo, el tratar de las del Testamento Viejo.




ArribaAbajoCAPITULO I.

De las Pinturas, é Imágenes de la Natividad de Christo Señor nuestro, donde brevemente se reprehende algun error, que sobre esto puede haberse introducido


I Entramos ya en un campo mas dilatado, y espacioso, esto es, á tratar unas materias, que son mas   —178→   propias de mi objeto, é instituto; pues otras muchas, singularmente las que hemos tratado en el primer Libro, por la mayor parte solo penden de un cierto modo de imaginar, ó de concebir: mas las que vamos á tratar ahora, contienen una historia cierta, y determinada. Seguirémos la Vida de Christo nuestro Redentor, y exâminarémos diligentemente los hechos, y Misterios de su Santísima Vida conforme las materias, que irémos tratando, con arreglo siempre á nuestro propósito: para que, si hasta aquí, ó por ignorancia, ó por error se hubiesen introducido en estas Pinturas algunos abusos (y se han introducido no pocos), se pinten en adelante segun lo piden la verdad, y la fé de la Historia.

2 Y en primer lugar, exâminemos las Pinturas del Nacimiento de nuestro Redentor, acerca de las quales, aunque el vulgo de los Pintores no caiga en errores muy groseros, y manifiestos; sin embargo no dexa de cometer algunos, que me parece será del caso notarlos aquí. Primeramente, el lugar en que Jesu-Christo se dignó nacer por la salud del linage humano, vulgarmente se describe en la forma de un pequeño atrio de una casita medio arruinada, cuyo techo mal envigado, ó no bien defendido con pajas, sostienen dos postes de piedra, ó de madera medio carcomida. Se ha introducido esto tanto, en especial entre nosotros, que comunmente en nuestro idioma se llama este lugar, el Portal, ó el atrio de Belén. Y aunque no tiene duda ser esta una cosa pía, y que conduce no poco para excitar en nuestras almas afectos de piedad; con todo, si exâminamos el hecho con mas atencion, verémos que no es del todo verdad, ni enteramente conforme á la Historia Sagrada, sin que por esto se disminuya nada de la piedad, y devocion, lo que voy á probar, y hacer ver con la mayor brevedad. Ciertamente nadie ignora, que Jesu-Christo, conforme estaba determinado por los Decretos de Dios, y para cumplirse   —179→   lo que de él habian vaticinado los Profetas; nació en la Ciudad de Belén, que en aquel tiempo no era muy célebre, aunque solo por este dichoso Nacimiento lo fué mas, que las demas Ciudades: lo que, á pesar suyo, se vieron precisados á confesar los mas doctos, y Escribas del Pueblo, como consta de lo que se lee en el Evangelio, donde Herodes Iduméo, á quien los Historiadores apellidan con el renombre de Grande, habiendo conocido la venida de los Magos (de quienes hablarémos despues)369: Juntando, dice la Escritura, á todos los Principes de los Sacerdotes,y Escribas del Pueblo, les preguntaba dónde habia de nacer Christo. A cuya consulta le respondieron: En Belén de Judá: porque así está escrito por el Profeta: Y tú Belén tierra de Judá,no eres la última entre las principales Ciudades de Judá: porque de tí saldrá el caudillo,que ha de gobernar mi Pueblo de Israel.

3 No ignoran aun los menos sabios, é indoctos, que lo que dió ocasion á esto, á saber, á que Christo no nacería en otra parte, sino en Belén, fué el edicto de Octaviano Augusto, en que mandó, que los que estuvieran sujetos al Imperio Romano (al qual por ser tan vasto, le llama el mismo Evangelio el Orbe entero370: Expidió un edicto Cesar Augusto, para que se empadronase toda la tierra); todos, de qualesquiera regiones que fuesen, observando cada qual el orden de sus familias, y parentelas; fueran á empadronarse en el Lugar, que fuese el principal de su familia, ó parentela. Y así (como oportunamente notaron muchos Varones ilustres por su piedad, y erudicion), Dios con su sabiduría eterna, con que llega fuertemente de cabo á cabo, y dispone todas las cosas con suavidad371; hizo que el Príncipe, y Monarca, que no se conocia otro mayor en todo el mundo, sirviese él mismo sin saberlo,   —180→   al cumplimiento, y execucion de sus decretos. Todo lo dicho consta bastante del mismo Evangelio, aunque leídas las Historias humanas, no dexen de ponerse sobre ello algunas dudas, y dificultades, que no me parece del caso, ni de mi instituto el querer desenredarlas aquí, y ponerlas en claro; como ni tampoco el notar con mucha diligencia lo perteneciente á la Cronología. Nació, pues, Christo Señor nuestro en un establo de la Ciudad de Belén, el que no estaba fabricado de intento, ni como arruinado por la injuria, y antigüedad de los tiempos, sino que era una cierta cueva, ó roca excavada, que servia de quadra á los pasageros, y viajantes: pero para hacer esto mas patente, es menester advertir lo siguiente.

4 En las regiones del Oriente, hubo antiguamente, y en el dia de hoy se conservan todavía, mesones públicos para los que van de camino, que los antiguos Hebreos los llamaban con su propio nombre, como dirémos mas abaxo; y los modernos regularmente los llaman Carvanserais, óCarvanseras, donde gratuitamente se les daba á los peregrinos, y viajantes, no de comer, sino techo donde albergarse, y defenderse de la inclemencia de los tiempos. Que así se observase antiguamente, consta de la misma Escritura; pues vemos que en la Historia del Patriarca Joseph, se dice, que quando sus hermanos se volvian á sus tierras, ademas del trigo de que los habia llenado sus costales, mandó, que se les dieran víveres, y provisiones, que les bastáran para todo el viage. Estas son sus palabras372: Mandó á los ministros, que llenasen sus costales de trigo, y que volviesen á poner el dinero de cada uno de ellos en sus sacos, ademas de los víveres que se les habia dado para el camino. Lo que se confirma todavía mas, por quanto uno de ellos, en un lugar, que citamos poco   —181→   há, abrió el costal para dar un pienso al jumento: pues dice la Escritura373: Y habiendo uno de ellos abierto el saco para dar un pienso al jumento en el meson, como hubiese visto el dinero, &c. Vemos aquí un meson, donde no se daba de comer á los jumentos, sino que tanto á los hombres, como á las bestias, solamente se les daba techo, ó lugar en que pudieran defenderse de las injurias del tiempo, y de los rigores de la estacion. A lo que ciertamente aludió el Profeta Jeremías, quando dixo374: ¿Quién me dará en la soledad un meson de viajantes, y dexaré á mi pueblo? Donde en Hebreo se lee Hebreo Melon orchim, que á la letra quiere decir, lugar para pasar la noche, de la diccion, ó letra Mem heemantica, puesto debaxo el Scheva movil, y del verbo lon, que significa pasar la noche. Todo lo qual se representaría con mas elegancia, y exáctitud, si tuviéramos caractéres Hebreos, de que carecen nuestras Imprentas; y dado caso de que se encuentren algunos, les es tan dificil á los Impresores el valerse de ellos, como si manejáran los caractéres Malaváricos, Persas, ó Cópticos: tales van nuestras cosas375. Lo que me pareció advertir, porque tal vez se ofrecerá el tenerlo presente para otras cosas semejantes. Y que hoy en los Pueblos Orientales sean muy freqüentes estos lugares, que llaman Carvanseras, nadie lo ignora, por poco que esté instruido en las puntuales relaciones, que nos hacen los viajantes de aquellos Paises.

5 En uno, pues, de estos lugares, que habia en la Ciudad de Belén, y que era el único de aquel territorio, segun puede colegirse muy bien, nació Christo Señor nuestro; y para hablar con mas propiedad, no nació en este lugar; pues consta expresamente del Evangelio, que María, y Joseph, por el númeroso concurso de viajantes, que allí concurrian, no encontraron lugar   —182→   en el meson, sino dentro, ó cerca de él; esto es, en una cueva, ó roca excavada, que era bastante capaz (como verémos luego), la que servía para recoger las bestias, y animales; y aunque no lo expresára el Evangelio, era razon creer, que tendria quadra, ó pesebre. En este lugar, no en cunas de oro, ni de marfil, puso al Criador del mundo su Madre Santísima. Y esta caverna, ó cueva donde nació el Salvador, afirman conservarse aun hoy, los que por motivo de religion, y de piedad, ó tambien de instruirse, han registrado aquellas regiones: y dicen, que tiene quarenta pies de largo, doce de ancho, y quince de alto: cuya entrada estaba, segun ellos mismos refieren, á la parte Septentrional de la Ciudad. De lo qual se demuestra claramente el lugar donde nació Jesu-Christo; y que este no fué, como le pintan regularmente los Pintores, un atrio fabricado de intento, y casi consumido por causa de los tiempos.

6 Pasemos ahora á otra cosa: es error intolerable el que cometen muchos Pintores, pintando á Christo en su infancia enteramente desnudo: porque, sobre no decir bien esto con la piedad de una Madre tan cuidadosa, en una region, y estacion de tiempo, que aunque no era excesivamente fria, lo era bastante; y pasando ahora en silencio el mas recóndito significado del Misterio, segun el qual, como dice un sabio, y antiguo Padre de la Iglesia376: Es envuelto (Jesus) en pañales para redimir con su cuerpo la unidad de la naturaleza humana, que estaba rota: este modo de pintar, es expresamente contrario al Evangelio, el qual, hablando de María Santísima, dice377: Parió á su Hijo primogenito, le envolvió en pañales, y le reclinó en el pesebre, por no haber lugar para ellos en la posada. Lo que se confirma mas por lo   —183→   que el Angel dixo á los Pastores: Esta es la señal que, yo os doy: encontrareis al niño envuelto en pañales, y puesto en el pesebre. Esto, que todo Christiano debe siempre contemplar con tiernos afectos de piedad, como tan razonable, pía, y elegantemente lo describió un Poeta Christiano en aquellos versos, que ha adoptado toda la Iglesia:


Vagit infans inter arcta
Conditus præsepia:
Membra pannis involuta
Virgo Mater alligat:
Et Dei manus, pedesque
Stricta cingit fascia.

y por tanto, apenas puede quedar excusa alguna á los Pintores, y Escultores, que nos representan casi enteramente desnudo á Jesu-Christo recostado en el pesebre. ¿Y quién ignora, que aquellos pañales no eran preciosos; y que aunque no estaban sucios, eran sin embargo pobres, y groseros? Llenos tenemos los libros de testimonios de Santos Padres, que lo afirman; yo me contentaré con citar solamente algunos. S. Cipriano dice378: Los pequeños pañales le servian de púrpura,y en lugar de lino finísimo, de que se adornan los Reyes, viles andrajos, y remiendos. Beda: Hase de advertir (dice) con mucha diligencia, que la señal que se da de haber nacido el Salvador es, que encontrarán al Infante recien nacido, no vestido con púrpura de Tyro,sino envuelto en unos pobres pañales; no recostado en camas adornadas con oro, sino reclinado en un pesebre. Y San Bernardo dixo pía, y elegantemente: Habiendo de nacer el Hijo de Dios, en cuyo poder estaba elegir el tiempo, que quisiese; eligió el tiempo mas incómodo,singularmente para su pequeñito hijo, é hijo de una pobre madre, que apenas tenia pañales en que envolverle, ni pesebre   —184→   donde reclinarle. Y con ser tan grande la necesidad, reparo, que no se hace mencion alguna de pieles. El primer Adan viste túnicas de pieles, el segundo,es envuelto en pañales. No es este el juicio que hace el mundo: ó este se engaña, ó el mundo yerra. Lo que he querido referir, para que los Pintores, quando quieran pintar dicho Misterio, tengan presente esta humildad, y pobreza de Jesu-Christo.

7 Mas, por lo que toca á los dos animales mudos, que se pintan cerca del mismo pesebre, á saber, el buey, y el asno, ó, segun vulgarmente los representan los Pintores, el buey, y la mula, no faltan Autores, que no lleven esto á bien, por no haberse tomado de la Historia Evangélica. Pero yo facilmente me persuado, que son dignos de risa los que con sofismas, ó sutilezas de ningun peso, se mueven á negar, ó á poner en duda cosas, que comunmente admiten todos los hombres doctos, y píos. Porque primeramente, favorece á este sentimiento el texto de Isaías, que dice379: Conoció el buey á su Dueño, y el asno el pesesebre de su Señor. Palabras, que aunque cómodamente se puedan referir á otro sentido mas obvio, y comun; con todo basta, que sin ningun absurdo se apliquen á nuestro intento, segun el juicio de hombres píos, y sabios; esto es, de aquellos, que acomodan este vaticinio de Isaías al Niño Jesus recien nacido, y recostado en el pesebre, donde el buey, y el asno, aunque animales mudos, le reconocian, y adoraban. Véase á. S. Agustin380, y á S. Ambrosio, de quien son estas palabras381: ¿Oyes los lloros del Niño, y no oyes los mugidos del buey, que reconoce al Señor? porque conoció el buey á su poseedor, y la burra el pesebre de su Señor. Véase tambien á Orígenes382, y á otros, á quienes   —185→   alega, y cita Leon Castrio383, produciendo los mismos monumentos, que he traído: aunque Calvino, con la desvergüenza, que le es tan familiar, los moteje, y haga burla de todos ellos: digno ciertamente en este particular, como en otras muchas cosas, de que nosotros hagamos burla de él, ó, como dice mejor Cornelio Alápide, de que con christiana caridad le tengamos lástima, y compasion. Con efecto, Prudencio, el qual, por mas que digan algunos, es elegante, y pío, y que por ser Poeta Español, no ha de ser último en nuestra estimacion, parece quiso aludir á esto mismo, quando cantó384:


O sancta præsepis tui,
Æterne Rex, cunabula,
Populisque per sæclum sacra,
Mutis & ipsis credita!
Adorat hæc brutum pecus:
Indocta turba scilicet,
Adorat excors natio,
Vis cujus in pastu sita est.

8 Pero favorecen todavía mas clara, y expresamente á esta sentencia, las palabras de otro Profeta, donde, segun la version de los Setenta, se lee así385: Señor,oí tu voz, y temí: Señor, consideré tus obras, y quedé atónito. En medio de dos animales serás conocido: quando se vayan acercando los años, serás conocido. Quando venga el tiempo te darás á conocer. Y aquellas palabras, que son las que nos hacen mas al caso: En medio de dos animales serás conocido, así se leen en el Griego e)n metw du/o zw/wn gnwsqh|sh|, á las quales, aunque algunos les dan otro sentido, es preciso entenderlas mas propiamente en el sentido, que vamos explicando. Y en primer lugar, es mas sutileza, que verdad, lo   —186→   que notó Eusebio386, y aprobó despues Theophilacto, á saber, que no debia leerse e)n me/sw du/o zw/wn, poniendo el acento agudo en la primera sílaba, lo que significa: En medio de dos animales; sino zww=n, puesto el acento circunflexo en la última, que quiere decir: En medio de dos vidas;porque Christo, quando vino al mundo (dice Eusebio) fué conocido como que tenia dos vidas; una eterna, y divina,otra mortal, y humana. Dexando, pues, esto á parte, y admitiendo, como es razon, el uso de estas palabras, En medio de dos animales, para hacer ver quán bien quadren al asunto que tratamos: Digo lo primero: que en ninguna manera puedo, ni debo negar, que los Setenta, en explicar mas, y mas muchos de los Misterios de Christo, fueron ilustrados con la inspiracion del Espíritu Santo. Por esto vemos, que los Apóstoles usaron muchas veces de esta version, quando trataban de los mas recónditos Misterios de Jesu-Christo: pues lo mismo, que en el Hebreo se dice algunas veces no tan claramente, y con alguna obscuridad, lo explicaron los Setenta mas clara, y expresamente; de suerte que no tanto parece, que están vaticinando una cosa futura, como que refieren un hecho, que ya pasó. Esta es la causa, por que algunas veces, para mayor explicacion, mudan algunas cosas, sin alterar el sentido; y otras, añaden algo como de suyo sobre la misma materia. Muchos exemplos podria traer en confirmacion de lo dicho; pero servirá para todos el que se toma del Salmo XCV. v. 10. Dicite in gentibus,quia Dominus regnavit. Donde previendo los Setenta, que este reyno se habia de fundar por medio de la Cruz, añadieronA ligno. Y no dudo, que así lo escribirían ellos, aunque no se halle esta adicion en las versiones de los Setenta, que hoy tenemos, ni tampoco en las de los exemplares Griegos, por lo   —186→   menos de los que yo hasta ahora he podido ver: aunque es manifiesto, que en algun tiempo se leyó de este modo; pues así lo vemos escrito en el antiguo Psalterio Romano, y así lo leyeron Arnobio, S. Agustin, Casiodoro, Haimon, S. Cipriano, S. Leon Magno, S. Gregorio, S. Isidoro, y otros muchos, á quienes cita, alega, y sigue un Escritor de mucha fama, particularmente en esta materia387. ¿Pero para qué me canso en referir tantos Santos Padres? quando vemos, que esto mismo lo ha recibido expresamente la Iglesia en el Hymno de la Cruz con estas palabras:


Impleta sunt quæ concinit
David fideli carmine,
Dicendo nationibus,
Regnavit à ligno Deus.

Y la misma Iglesia en el Vérsiculo de la Conmemoracion de la Santa Cruz, que se hace en todo el tiempo Pasqual, dice: Dicite in nationibus,quia Dominus regnavit à ligno. Mas, sobre si esta diccion estaba, ó no en el Texto Hebreo, es cosa que pide mayor discusion, y por tanto no pertenece á este lugar: por lo que á mí toca, en el asunto que vamos tratando, soy del parecer del docto Francisco de Ribera388, para que se eche de ver, como aquellos Sagrados Intérpretes, no temeraria, sino prudentemente, y llevados de luces celestiales, añadieron aquella partícula á ligno.

9 Esto supuesto, aquellas palabras: En medio de dos animales, las expone S. Agustin en algunos lugares, y mas claramente in Oratione contra Judæos, & Paganos, cap. 3. de Christo recostado en el pesebre, á cuyo lado están dos animales, á saber, el buey, y el asno: estas   —188→   son las palabras de este gran Padre: En medio (dice) de dos animales serán conocidas tus obras, mi Dios: el Verbo se encarnó. En medio de dos animales serás conocido....... porque colocaste en el establo al Verbo por quien todas las cosas han sido hechas. Conoció el buey á su poseedor, y el asno el pesebre de su Señor. Mas no son menester palabras: porque, aunque este Grande, y sabio Doctor, así en esta, como en otras partes, interprete aquellas palabras, de dos animales; ya de los dos Testamentos antiguo, y nuevo; ya de los dos Pueblos Hebreo, y Gentil; ya tambien de los dos ladrones, que á uno, y á otro lado tenia Christo en el Monte Calvario, lo que parece aprobó S. Gerónimo: sin embargo, es mas oportuno, y natural, entenderlas simplemente de los dos animales, que habia en el pesebre del Salvador. Por esto en el Rezo Eclesiástico (lo que me hace mucha fuerza, y debe hacerla á qualquier hombre prudente) la misma Iglesia, enseñada por los Apóstoles, ya desde muchos siglos á esta parte, adoptó este sentido, é interpretacion. Así vemos, que en el Rezo de la Circuncision, dice: Señor, oí tu voz,y temí; consideré tus obras, y quedé atónito: en medio de dos animales estaba recostado (el Salvador) en el pesebre, y resplandecía en el Cielo. Y en el de la Natividad: ¡O Misterio grande, y Sacramento admirable, que los animales viesen al Señor nacido,y recostado en el pesebre! Quede, pues, sentado estár libre de toda sospecha de error, el poner á la vista el buey, y el asno en la Pintura del Nacimiento de Jesu-Christo, y no se dé mas oidos á los delirios de gente poco pía, y á las sutilezas de hombres cavilosos.

10 Lo que sí, es absurdo grande, y error intolerable, como diximos mas arriba389, el que en la representacion del Nacimiento de Christo, se pinte una   —189→   comadre sirviendo á la Beatísima Virgen en aquel oficio: pues esta Soberana Señora en su inmaculado parto, no se valió, ni hubo menester comadre alguna. Yo nunca he visto semejantes Pinturas; pero no pongo duda en que las habrá habido: pues Pedro Ricardo (Autor á quien todavía no conozco) en el libro, que escribió de la Pasion de S. Pedro, observa, que algunos Pintores, contra la verdad de la Historia, y aun contra la piedad, y la misma Fé, han acostumbrado pintar á la comadre de la Virgen extendidas las manos. Ni hay porque extrañar mucho esto, quando vemos, que Suidas, Autor no despreciable, bien que muchas veces sobradamente crédulo; aunque no dixo expresamente, que la Virgen Santísima tuviese comadres en su parto, lo que parece le atribuye un sabio Escritor390: afirma no obstante, que la reconocieron, y que exploraron su virginidad: estas son sus palabras391: Los Sacerdotes habiendo oido lo dicho, hicieron venir comadres fieles, á quienes mandaron que reconociesen, y explorasen con mucha diligencia,si María era todavía Virgen: y como ellas se hubiesen enterado plenamente por el mismo hecho, afirmaron que en efecto lo era. Pero, dexando á parte esta hablilla de Suidas, es error intolerable, como dixe antes, el pensar, que la Sacratísima Virgen tuviese comadres que la asistieran en su parto, como enseñan unánimemente todos los Santos Padres, y lo advertimos arriba392. Por lo que, no solamente me admira, pero me pasma, que el Poeta Prudencio, hombre igualmente pío, y docto, á quien citamos poco antes, parece suponer claramente este mismo error, que acabamos de referir, y reprehender. Estas son sus palabras393:


Hunc quem latebra, & obstetrix,
—190→
Et virgo fœta, & cunulæ,
Et imbecilla infantia
Regem dederunt Gentibus, &c.

Sin duda, que á este hombre insigne por su mucha piedad, y doctrina, se le representaría esta falsa imaginacion; pues estoy muy lejos de decir, que cayese en este error, porque no ignoró, que la Iglesia, y los Santos Padres habian tenido siempre por Virgen á la Madre de Dios; ni sintió alguna cosa contraria á la Virginidad de María Santísima, como habian hecho Ebion, y Elvidio. He querido advertir esto, á fin de que alguno menos cauto, no se engañe con la autoridad de un Varon tan célebre.

II Finalmente, el que en las Pinturas del Nacimiento de Christo pinten viejo á S. Joseph, afianzado sobre un baston, y que como á lo lejos, se está mirando al Niño Jesus recién nacido; es cosa verdaderamente ridícula, por no decir otra cosa peor. Y así, es error en primer lugar pintarle enteramente viejo, como lo notarémos en su propio lugar394: y las demas circunstancias, que se le añaden, todas son realmente ineptas. Mejor sería, y mas conforme á la piedad, el que tanto á S. Joseph, como á María su Esposa, los pintáran arrodillados, adorando al Niño, y Criador del Mundo recién nacido: particularmente, porque si se pesan bien las palabras, es lo mas conforme al Evangelio, el qual, hablando de los Pastores, que adoraban á Jesus, dice395: Hallaron á María, y á Joseph, y al Niño puesto en el pesebre. Donde parece que expresamente se ponen María, y Joseph, como que estaban haciendo lo mismo, y tributando los mismos obsequios al Hombre-Dios recien nacido, En quanto á lo que por via de adorno añaden los Pintores, como   —191→   regalos rústicos, y pastoriles, que los Pastores ofrecieron á Christo; nada hay en esto, que contenga error, ni ridiculez, y por tanto nada veo, que deba reprehenderse sobre este particular, con tal que en esto (lo que debe observarse en todos asuntos) se guarde el debido modo, y decoro. Podria tratarse aquí de la revelacion, que de este Misterio hizo el Angel á los Pastores, la que he visto pintada varias veces por excelentes Pintores; pero, como sobre este punto, apenas se ofrece cosa alguna que sea menester advertir, no me parece que debo entrar en esta discusion, no habiéndome propuesto escribir Comentarios; sí solo hacer algunas advertencias oportunas á los Pintores menos instruidos.




ArribaAbajoCAPITULO II.

De la Pintura de la Circuncision del Señor, y de los errores crasos, y groseros, que cometen algunos Artifices, por otra parte bastantemente instruidos, en la representacion de este Misterio


I Muchas son las deformidades, que por su poca, ó ninguna consideracion, enserian á otros los mas adelantados en algun Arte, y de ellos las aprenden los muchachos: por esto sabiamente dixo un Poeta, que no suele traer malas reglas acerca de las costumbres396:


Plurima sunt, Fuscine, & fama digna sinistra,
Et nitidis maculam, ac rugam figentia rebus,
Quæ monstrant ipsi pueris, traduntque parentes.

Lo que me parece tiene mucho lugar en lo que vamos á tratar ahora sobre la Pintura de la Circuncision del Señor. Nuestros Pintores, habiendo oido alguna vez,   —192→   que la Circuncision de la Ley antigua equivalía en cierto modo al Bautismo de la Ley de Gracia, y acostumbrados á ver, que las cosas Sagradas se celebran en la Iglesia con muchas ceremonias, singularmente el Sacramento del Bautismo; pintan, ó estropean de mil maneras, la narracion histórica de la Circuncision de Christo Señor nuestro. Tres son los casos en que principalmente se cometen dichos errores crasos en la representacion de dicho Misterio: á saber, acerca del lugar, del Ministro, y del instrumento. Y así, tratándose en este capitulo cosas de mucha importancia, es preciso tratar de cada una de ellas en particular.

2 Por lo que toca al lugar (de que me acuerdo haber ya dicho algo al principio de mi obra)397, algunos Pintores de mucho nombre, y fama, pintaron la Circuncision de Christo, como que se executaba en el Templo, y en presencia de la misma Virgen: lo que, si se mira con reflexîon, contiene un error, que no es menos que contrario al Evangelio, y por tanto contra la misma Fé. Sabemos ciertamente por el Evangelio, aunque el Sagrado Historiador lo dice con muy pocas palabras, que Christo Señor nuestro fué circuncidado el dia octavo de su Nacimiento, ó despues de él. Así dice el Evangelista398: Cumplidos los ocho dias para la Circuncision del Niño, le pusieron por nombre Jesus; dando bastantemente á entender, que el mismo dia fué circuncidado: así, porque en la Circuncision, segun la Ley, y la costumbre, se imponia nombre á los niños, ó varones; como consta del mismo Evangelio, el qual, hablando de la Natividad del Bautista, dice399: Y vinieron al cabo de ocho dias á circuncidar al niño, y le llamaban con el nombre de su padre Zacharías: como porque habia ley expresa, que lo mandaba, la que el mismo Criador quiso observar rigurosamente, quando   —193→   se hizo hombre: la Ley decia400: El dia octavo será circuncidado el Niño. Pero, ni el Niño Jesus, ni su Santísima Madre entraron en el Templo (que solo habia uno en Jerusalen para toda la Nacion) antes de los quarenta dias de su sagrado, é inmaculado parto: ya porque esto estaba prohibido por la Ley, como consta claramente de las Sagradas Letras, que hablando de una muger recien parida, dicen401: Treinta y seis dias permanecerá en su purgacion. No tocará cosa alguna que sea santa:no entrará en el Santuario, hasta que se cumplan los dias de su purgacion. Y luego: Y cumplidos los dias de su purgacion, &c. Ya tambien, por lo que dixo un Evangelista402: Y despues de haberse cumplido los dias de su purgacion, segun la Ley de Moysés, llevaron al Niño á Jerusalen para presentarlo ante el Señor, como está escrito en la Ley del Señor. De lo dicho se infiere por conseqüencia, é ilacion legítima, ser cosa erronea, y contra la Fé del mismo Evangelio, el representar á los ojos del vulgo la Circuncision de Christo, como executada, y celebrada en el Templo. Esta conclusion es evidente, por lo que se dice en la Escritura, y en el Evangelio: de suerte, que es preciso ser un necio, y un tronco, ó todavía mas insensible, que el mismo tronco, para dexar de ver su certeza, y verdad mas clara que la luz del medio dia. Callo de propósito muchas otras cosas, que añaden los Pintores al representarnos este Misterio, y que403:


..................Pelut ægri somnia, vanæ
Finguntur species....................

Callo, el que pintan un Templo sostenido con gruesas, y altas columnas, y (lo que es mas particular) adornadas   —194→   las paredes con estatuas humanas de cuerpo entero, de que acaso volveré á hablar en otro lugar404. Callo, el que pintan á un Sacerdote, y lo que es mas, al Sumo Sacerdote (segun lo que pretenden representarnos los Pintores) executando esta accion, de que hablarémos luego. Callo, el que pintan muchachos arrodillados, cada uno con su vela, vestidos con sotanas encarnadas, y sobre ellas túnicas blancas, que nosotros llamaríamos Roquetes; y otras mil cosas de este jaez, que sería superfluo referirlas: pues de lo dicho se echa bastantemente de ver, que es error crasísimo el pintar la Circuncision del Señor, como que se hubiese hecho, ó executado en el Templo.

3 Esto supuesto, habiendo ya reprobado las cosas falsas, y verdaderamente absurdas, que se cometen en las Pinturas de este Misterio; resta solo poner á la vista, lo que hay sobre este punto de mas cierto, ó por lo menos, mas verisimil. Yo tengo por mucho mas probable, que la Circuncision del Señor se celebró en la misma cueva, ó caverna de Belén. Me fundo en esto: porque la Santísima Virgen, que á los ojos de todos se mostraba la mas fiel observadora de la Ley, que el mismo Dios habia dado en otro tiempo; todos los siete dias, que desde su parto virginal precedieron al dia de la Circuncision, aunque estaba limpia, y pura, y (por decirlo así) mas pura, y limpia, que el mismo candor, y pureza; se portó sin embargo como si fuera inmunda. Mandaba la Ley, que las mugeres inmundas, como tambien las que padecian el fluxo menstruo, en todo este tiempo estuvieran separadas, y como apartadas de la compañía de los demas, porque con qualquier contacto suyo, quedaba todo manchado, é inmundo, ya fuese una cosa sensible, ó insensible. Por esto se hace muy verisimil, que siendo la Madre de Dios   —195→   una Virgen tan humilde, y tan santa, no quisiese salir en todo aquel tiempo, en que se miraba como inmunda, de aquel mismo lugar (aunque incómodo, y despreciable) donde habia parido al Salvador. Añado ahora, que segun el parecer de no pocos Padres de la Iglesia, la adoracion de los Magos (de que hablarémos mas abaxo) se hizo en el mismo lugar del Nacimiento405; esto es, en la misma cueva, ó apartamiento del meson de Belén: luego con mas razon (á lo menos segun el parecer de estos Padres) se executó en aquel lugar la Circuncision del Señor, que precedió á la adoracion de los Magos. Esto, digo, lo tengo por mucho mas probable, aunque no por del todo cierto, y fuera de duda: porque no es improbable, el que cesando en el espacio de aquellos ocho dias la freqüencia del pueblo, que se habia juntado con ocasion de empadronarse para la descripcion, que se estaba haciendo; se hubiera ido María Santísima con el Niño Jesus, y S. Joseph, á alguna casa del mismo Pueblo, ó que de aquel lugar destinado para las bestias, se hubiera pasado á otro menos humilde, y no tan incómodo; lo que tratarémos con mas extension, quando con la ayuda de Dios, hablarémos de la adoracion de los Magos. Baste lo dicho por lo que toca al lugar de la Circuncision del Señor, quedando así desterrado el error grosero de los que piensan haberse executado esta en el Templo.

4 Por lo que mira al Ministro de este Misterio, que fué el primer sacrificio cruento, que padeció la humanidad de Jesu-Christo; primeramente es error, el que se pinte executando esta accion el Sacerdote Sumo, adornado con las vestiduras, que como á tal le correspondian. Digo, que esto es un error, y un imaginado sueño   —196→   de los Pintores: pues no hacía tal cosa el Sumo Sacerdote, como saben aun los que no llegan á tener una mediana instruccion: ni lo hacia tampoco ningun Sacerdote; pues no se deduce una tal práctica, ni puede deducirse de la Sagrada Escritura, ni de algun uso, ó costumbre del pueblo: y lo que es mas, observando sobre este punto un profundo silencio los Doctores, y Maestros mas sabios de los Judíos; los quales, con ser (quanto cabe) tenacísimos en todas partes de sus ceremonias, y costumbres, vemos hoy, que en las regiones, y parages, donde se les permite practicar libremente su religion, ó por decirlo mejor, sus exêcrables, y mortíferas supersticiones; tienen Ministros señalados para este oficio, á quienes de ningun modo les tienen por Sacerdotes, y les llaman Moheles, ó Mohelos, los quales son muy diestros en hacer dicha operacion, la que aprenden de otros ya versados en este Arte. Todo esto podria ilustrarse en gran parte con lo que dice el Evangelio de la Circuncision del Bautista, en el lugar, que citamos arriba406. Pero es tan cierto, que sería superfluo gastar mucho tiempo en explicarlo, ademas, que despues tendrémos que volver á decir algo sobre esta materia. Supuesto, pues, que el Ministro de la Circuncision de Jesus, no fué el Sumo Sacerdote, el qual era el único que habia en toda la Nacion de los Judíos, lo que es certísimo, y casi de Fé, si bien se exâmina: y supuesto tambien no haber sido tampoco otro Sacerdote, como es muy facil de manifestar; se pregunta ¿quién fué el Ministro de la Circuncision del Señor?

5 Dexando ahora por menos recibida, y ciertamente menos plausible la sentencia de los que atribuyen la execucion de este Misterio al Esposo de la Santísima Virgen S. Joseph; me ha parecido á mí algunas veces   —197→   mas verdadera la opinion de los que defienden, haber sido sola la Santísima Virgen la única executora del tierno sacrificio de la Circuncision de su Hijo. He seguido varias veces esta sentencia, y la he enseñado407 al Pueblo, como mas conforme á la piedad, y devocion, predicando desde el púlpito408, fnndándome en testimonios de S. Gerónimo, de S. Bernardo, y de otros Padres. Por esto tambien, quando en otro tiempo, á imitacion de hombres muy célebres, me exercitaba en la Poesía Latina, principalmente en asuntos Sagrados, seguí esta misma opinion en unos versos Hendecasílabos, que pongo aquí, y que facilmente podrá dexar de leer el lector, que no tenga aficion á la Poesía. Así dicen:


Plorat parvulus, heu parens! puellus
Plorat octiduus tenellus Infans;
Plorat, ejulat, & gemit, tremensque
Fundit lacrymulas venustiores,
Quàm Gangeticus amnis uniones,
Quàm vel Occiduum fretum lapillos:
Infans candidulus, tener, decorus,
Infans oœlitibus decus beatis,
Et qui prænitidi micans Olympi
Uno sidera continet pugillo:
Nunc inter paleas jacens rubentes,
Flendo turgidulis rubens ocellis
Spargit lacrymulas amariores,
Quàm carpunt salices leves capellæ;
Quàm blando Cytisos apes susurro
Libant, dum placida vagantur umbra.
Ast nunc optima Mater hic serenæ
Lucis sidereæ decor leporque,
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Et terror pariter potens Averni,
Quem sanctissima plus parens benigna
Castis ipsa tuis amas ocellis,
Quem plus visceribus facis pudicis,
Quæris quem timeat, trematque totus?
Ah si dixero! Sed tamen tacete
Tristis Fabula, fictio, theatrum,
Et quidquid veteres avent Tragœdi:
Et vos este procul scelus, nefasque
Natorumve madens manus cruore.
Non hic Tantalico locus furori,
Non hic Phasiacæ manet parenti,
Non Pandioniæ sororis iræ:
Totum nam pietas amorque poscunt.
Te, Mater, timet hic puer severam,
Heu! nimis Domini Deique nostri
Addictam rigidæ,vel obsequentem
Legi, non equidem sibi, sed acri
Prolatæ veteri semel colono,
Et jamjam niveam videt, tremitque
Acuto pavidam nitere cultro
Dextram, qua sibi cernit imminere
Vulnus, quod putridis potest abundè
Nostris ictibus efficax mederi.
Quare sustineas, puer, precamur
Matris virgineæ manum cruentam:
Hæc te res memorem juvabit olim.
At tu, quandoquidem lubet decetque,
O nostri generis, decor, corona,
Fac id quod placitum est: tamen memento,
Tuum hunc puerum, ferire quem vis,
Quanto jure putemus esse nostrum.
Quod si nil genitrix beata tristi
Nostro forsitan angeris dolore;
Saltem parce tuo, videns ut altè
Plorat parvulus, heu parens! puellus.

  —199→  

6 Podria ademas de esto probarse dicha sentencia por constar de la Sagrada Escritura, que las mismas madres han circuncidado alguna vez á sus propios hijos. Tal es, lo que de Séphora se refiere con las siguientes palabras409: Tomó Séphora al instante una piedra agudísima, y circuncidó el prepucio de su hijo. Y por no amontonar exemplos, semejante es lo que leemos en los hechos de los Machabéos, donde se dice410: Fueron acusadas dos mugeres de haber circuncidado á sus hijos: y habiéndolas llevado públicamente por la Ciudad, colgados los niños de sus pechos, las despeñaron del muro. No siendo, pues, cosa nueva, el que las madres practicáran con sus hijos este precepto de la circuncision, parece bastante probable, que ningun otro ministro, sino la misma purísima, y Santísima Madre, exerció este oficio con su Hijo, que al mismo tiempo era Hijo de Dios: particularmente, pudiendo por esta accion elogiarse no poco á la Virgen por su obediencia, veneracion, y piedad para con Dios. Ademas, que entre los Santos Padres, como insinuamos antes, siguen este mismo modo de pensar, S. Gerónimo411, ó el que sea el verdadero Autor (que ciertamente es antiguo, y erudito) del tratado de la verdadera circuncision, escrito á Therasia; S. Bernardo, en el tratado de Lamentatione Virginis412, y otros tal vez, que hasta ahora no hemos visto. De los Intérpretes de la Sagrada Escritura, es del mismo parecer el P. Silveyra Carmelita, hombre sin duda muy sabio, el qual dice ser esta sentencia la comun entre los Doctores modernos413. La misma opinion, por ser comun, y no solo plausible, sino tambien mas verdadera, sigue un Autor, á quien hemos citado muchas veces, Francisco Pacheco de Sevilla, testigo perspicaz, y abonado para confirmar estas materias,   —200→   por ser él á un mismo tiempo Escritor, y Pintor erudito, el qual á dos manos, como dicen, abraza esta sentencia, alegando á su favor no solo Intérpretes, y Theólogos, sino tambien algunos sabios de la Compañía, entre los quales podria valer por todos el P. Juan de Pineda. Véase á Pacheco en el lugar, que cito abaxo414. Mas, como en este particular intento seguir el camino mas llano, y sólido, dexando en su probabilidad esta sentencia, aunque pía, y plausible; afirmo ahora como mucho mas probable, que la Circuncision del Señor, la executó algun Ministro público de los que estaban destinados para este oficio, y digo ademas, que asistieron algunos ancianos del pueblo, ó por lo menos algunos Varones graves: pues esta fué una costumbre, que siempre estuvo recibida, y que en el dia de hoy tambien se estila. Dos eran las circunstancias, que se requerian en la Circuncision: la primera, que se hiciera sin riesgo del tierno Infante, y por alguno, que fuera diestro en dichas operaciones: y la segunda, que se hiciera delante de testigos de mucha veracidad, y que por ningun título fueran sospechosos, quales eran los viejos de la Ciudad, ó á lo menos hombres, que pasasen de treinta años. Y es de creer, que no sería dificil á S. Joseph, el llamar, y convidar á muchos de estos, estando en una Ciudad, ó Lugar de donde él descendia. Podria probarse, é ilustrarse todo esto con lo que han dicho los que han tratado de propósito de los ritos, y costumbres de los Judíos; pero esto lo dexo á otros, que lo exâminen con mas diligencia; pues para todos nos puede bastar el texto del Evangelio, que habla de la Circuncision del Bautista, donde se lee415: Y oyeron sus vecinos, y parientes (de Santa Isabel) que habia hecho Dios grande misericordia con ella, &c. Y luego añade: Y al cabo de ocho dias   —201→   vinieron á circuncidar al niño, y le llamaban con el nombre de su padre Zachârías.Donde, saltan luego á los ojos aquellas palabras, Y vinieron, esto es, no solamente el Ministro, ó el que habia de executar la circuncision; sí tambien otros, que no serían pocos en número, á saber, los vecinos, y parientes, de quienes habla evidentemente el texto. De suerte, que este lugar solo, puede quitar todas las dudas, y persuadirnos, que la Circuncision del Señor la executó algun Ministro, que vino de fuera, en presencia de algunos, que vinieron al mismo fin, y en presencia tambien de la misma purísima Virgen, y de S. Joseph su padre putativo: como podria manifestarse con la paridad tomada de la Circuncision del Precursor. Y así, por lo que toca al lugar, y al Ministro, podrá el Pintor erudito observar este modo de pintar, el qual está ciertamente muy lejos de error, y de la menor sospecha de él.

7 Finalmente, por lo que toca al instrumento con que se hizo la Circuncision, creyeron algunos, no solo de los del vulgo, sino otros, que por su doctrina, y erudicion se distinguen de él, que el instrumento de la Circuncision del Salvador, fué un cuchillo de piedra, ó una navaja hecha de la misma materia, ó de pedernal. Fúndanse los que son de este parecer, en que el instrumento con que Séphora circuncidó á su hijo, fué una piedra agudísima, como consta expresamente de nuestra Vulgata, en las palabras, que ya referimos antes416: Tomó Séphora una piedra agudísima, y circuncidó el prepucio de su hijo. Esto mismo se convence tambien del precepto, que se le intimó á Josué, quando le mandó Dios417: Hazte cuchillos de piedra, y circuncida segunda vez á los hijos de Israel418. Pero, no faltan Varones píos, y Católicos, que con tener la debida reverencia   —202→   á la Vulgata, no pueden persuadirse, á que la circuncision que hicieron Séphora, y Josué, fuese con cuchillos realmente de piedra, sino con navajas, ó cuchillos de hierro muy agudos, y trabajados con mucho primor; lo que convencen, por quanto en el mismo tiempo de Moysés, estaba bastante conocido el uso del hierro, y del acero, el de las espadas, de las navajas, de los cuchillos, y de otras cosas de este género: constando ya casi desde el principio del mundo, que Tubalcain tuvo el arte de trabajar con el martillo, y fué habil en todo género de obras de hierro, y de metal419. Y en el mismo desierto, se intimaron leyes al pueblo, que dan bastante á entender el uso del hierro, y el de las espadas, como es aquella de los Números420: Si alguno hiriese con hierro, &c. y la que habla del hierro de la hacha con estas palabras421: Si al cortar leña, hubiere escapado la hacha de la mano, y habiendo caido el hierro del mango, hubiere herido al próximo, &c. Y no mucho despues, se hace mencion de la navaja de afeytar, la que apenas puede concebirse, que fuese de piedra. Por esto Sanson, hablando de sí mismo422: Nunca tocó (dice)navaja á mi cabeza. Mas, por lo que toca á las palabras de la Escritura, podria replicarse, el que aquella palabra Tsur, que significa muchas veces piedra, ó pedernal, significa tambien otras muchas lo que está afilado, y que corta; y por consiguiente, la espada, el cuchillo, ó la navaja, que está muy bien afilada con la piedra de amolar. Y por no ir muy lejos, puede esto ilustrarse por lo que leemos en un Salmo423, donde, quando dice nuestra Vulgata: Avertisti adjutorium gladii ejus, se lee en el Hebreo: Tashib tsur charebbo, cuyas palabras, Intérpretes de mucho nombre, las vierten así:   —203→   Retudisti aciem gladii ejus; esto es, lo que decimos en Castellano: Embotaste el filo de su espada. Añade elegantemente Cayetano, haberse tomado la metáfora, de la espada, cuyo filo se ha hecho inutil por haberse apartado de aquella linea, que debiera seguir, lo que decimos en Castellano, Tener vuelto el filo. Donde, si en lugar de las dicciones tashib tsur, se traduxera, Embotaste la piedra, ó pedernal, y no,Embotaste, ó volviste el filo, como se lee tambien en la Version de Xantes Pagnino; tendria ciertamente un sentido menos idoneo, el que está claro, y y patente del modo, que lo hemos explicado. Por lo que en el lugar citado de Josué, donde se dice, cuchillos de piedra, óen Hebreo charebbot tsurim, vierte la paraphrasis Caldéa, izmelin chariphin, cuchillos agudos: lo mismo hacen otros, que omito. Y así, por estos, y otros testimonios, que paso en silencio, parece se podia colegir muy bien, que la circuncision del hijo de Moysés, y la de los Israelitas, no se hizo con cuchillos, que real, y verdaderamente fuesen de piedra, sino de hierro, y aguzados, primorosamente.

8 Pero, la reverencia, y veneracion, que tengo á la Vulgata, hace que yo espontaneamente, y sin dudar admita, y conceda, que las circuncisiones de que hablamos, se hicieron con cuchillos de piedra; particularmente no ignorando, que en la Arabia Petréa se hallan, y fabrican piedras agudísimas, que cortan muy bien, y que los Paganos se valieron de cuchillos de piedra, ó de pedernal, no solo para la circuncision, sí tambien para otros usos, y entre estos, para cortar el miembro viril: lo que consta de Catúlo hablando de Atty, Sacerdote impuro de Cibeles, en aquel verso424:


Devolvit ille acuto sibi pondera silice.

  —204→  

Sobre lo qual, para exôrnarlo cumplidísimamente, trae muchas cosas con la erudicion, que acostumbra, el Señor Ramirez de Prado425, al qual no quiero, ni pareceria bien, que copiase yo aquí lo mucho, que ha escrito sobre este punto. Sin embargo de todo lo dicho, nada nos precisa á admitir, qué la Circuncision de Christo se executase con cuchilio de piedra; antes, esto es lo que niego, y afirmo como cosa mucho mas verisimil, que esta se executó con cuchillo de hierro, ó de acero: pues juzgo, que el tiempo, que insensiblemente adelanta, y perficiona las Artes, habia hecho mucho antes, que los Judios no usasen de cuchillos de piedra, ó de pedernal, sino de hierro, muy bien trabajados, y muy á propósito para cortar. Ciertamente los usaban ya en tiempo de los Romanos, como lo convencen aquellos versos de Petronio, donde hablando de un Judío, dice426:


Ni tamen & ferro succiderit inguinis oram,
Et nisi nodatum solverit arte caput.

Pero quiero citar mejores, y mas graves testigos. San Justino en su excelente Diálogo, dice así, hablando con Triphon427: Por esto somos nosotros bienaventurados, que estamos circuncidados con cuchillos de piedra en la segunda circuncision428: porque aquella vuestra primera, por haberse hecho con hierro, y practicarse hoy del mismo modo, por esto permanece en vosotros la misma dureza de corazon: pero la nuestra, que es la segunda despues de la vuestra, se hace por medio de piedras agudas, esto es, por la palabra de los Apóstoles de aquella piedra angular, que se cortó sin trabajo de manos. Y baste alegar por todos (por ser tanta la gravedad, y   —205→   sabiduría de este Varon verdaderamente Angélico) la autoridad de Santo Thomas, el qual afirma429: Hase de decir, que para la circuncision, no era de necesidad, que el cuchillo fuese de piedra: por esto no hallamos, que dicho instrumento estuviese determinado por precepto divino; ni los Judíos usaban por lo comun de tal instrumento para la circuncision, como ni hoy lo usan tampoco. Léense sin embargo algunas circuncisiones famosas, hechas con cuchillo de piedra: tal es, la que se lee en el cap. 4. del Exôdo, que tomó Séphora una piedra agudísima, y circuncidó el prepucio de su hijo. Y la que se lee en el cap. 5. de Josué, donde se dice: Hazte cuchillos de piedra, y circuncida segunda vez á los hijos de Israel. En esto se figuraba, que la circuncision espiritual, se habia de hacer por Jesu-Christo: de quien se dice I. Corinth. 10. La piedra era Christo. Hasta aquí son palabras de Santo Thomas. Y así, por no ser bastante fundada, no se ha de admitir la opinion de los que dicen, que en la Circuncision del Salvador, se usó de cuchillo de piedra, y no de hierro. Ni el Pintor erudito, quando quiera representar este Misterio, deberá pintar el cuchillo, como si fuera de piedra, sino de hierro.

APENDICE DEL CAPITULO ANTECEDENTE

sobre la Pintura del Nombre de Jesus, resplandeciente en medio de los rayos del Sol

I Si se exâminan bien, y con exâctitud las palabras del Evangelista, verémos, que ellas no contienen tan expresa, y categóricamente (como dicen los Escolásticos) la Circuncision de Christo, sino solo la imposicion de su Santísimo Nombre. Estas son las palabras del Evangelio, que se leen en dicha Festividad: Cumplidos los ocho dias para la Circuncision del Niño,le   —206→   pusieron por nombre Jesus, como le habia llamado el Angel antes de ser concebido. Esto supuesto, ya que la Iglesia ha tenido costumbre, no solamente de pintar á Jesu-Christo, sino tambien á este Nombre sagrado, é inefable; me ha parecido muy del caso notar algo aquí, aunque de paso, sobre esta Pintura, y la expresion del Nombre de Jesus. Hubo algunos en el siglo XV. que condenaron por erronea, y verdaderamente idolátrica la Pintura de dicho Nombre resplandeciente en medio de los rayos del Sol. Mas, para hacer esto mas patente, hemos de tomar el agua de mas arriba. Aquel Seráfico Padre, Varon ilustrado con celestiales luces, San Bernardino de Sena, predicando en toda Italia con mucho fruto de las almas, solía entre otras cosas, reprehendercon la mayor acrimonia, el que hombres blasfemos tomáran en sus bocas sucias el Santísimo Nombre de Jesus, jurando por él cosas vanas, ó falsas, ó á lo menos, ligeras, é inútiles; lo que reprehendía con todo el ardor de su espíritu. Para exterminar un abuso tan grande, é infundir al pueblo una idéa de la reverencia debida á este Santísimo Nombre, que no debe pronunciarse, sino con la mayor veneracion, solía este Varon tan santo, y docto, enseñar al pueblo, quando predicaba, una tablilla muy bien adornada, donde estaba escrito el Nombre de Jesus con las letras acostumbradas, y recibidas, esparciendo rayos, como el Sol, por todas partes. No faltaron hombres envidiosos, muy opuestos al Santo, que llevaron á mal una accion tan pía, y echando el hecho á la peor parte, no solo comenzaron á infamarle, sino que procuraron persuadir al pueblo, que era él un hombre digno de irrision, y aun exêcrable. Hizo esto tanto ruido, que San Bernardino fué delatado, y acusado al Sumo Pontífice Martino V. como reo de una novedad tan perniciosa, y lo que es mas, como violador de la Fé, y fautor de la Idolatría. El Sumo Pontífice, temiendo, que so color de   —207→   piedad, no se introduxera la novedad de algun dogma pernicioso á la Religion, como hubiese llamado antes á este Varon Santo, le mandó, que en adelante se abstuviera de manifestar dicha tablilla, y la tal Pintura. Refiere largamente el hecho San Antonino, cuyas son estas palabras430: Manifestando (S. Bernardino) al pueblo, quando predicaba, por un efecto de devocion, una pequeña tabla, donde estaba escrito el Nombre de Jesus con letras de oro, rodeado como si fueran rayos del Sol, pero dorados, para que el pueblo lo venerase,y para imprimir por este medio aquel Nombre melifluo, no menos que su significado, en los corazones de sus oyentes:el Papa Martino V. temiendo que de esta novedad no se originase alguna supersticion, ó escándalo en la Iglesia,habiendo precedido una madura junta de sabios, llamó al Santo, y le mandó, que en adelante no manifestase al pueblo la tal tablilla, y que dexase aquella ceremonia;lo que cumplió humildemente (S. Bernardino) como hijo que era de obediencia. Hasta aquí S. Antonino. Pero despues, habiendo el Santo con humildes súplicas alcanzado del Papa, que le fuese permitido ventilar este punto con sus contrarios en presencia de su misma Santidad; como hubiese conseguido victoria contra sus enemigos, que invidiosamente le motejaban (bien que no la alcanzó sin la ayuda, y socorro de S. Juan de Capistrano, Religioso de la misma Orden Seráfica): aprobó el Papa, y recomendó en gran manera dicha Pintura, y la tablilla, en que con letras de oro se expresaba el nombre de JESUS, como lo refieren mas largamente los Escritores de la misma Religion, entre los quales puede verse á D. Fr. Damian Cornejo, que vale por muchos, Varon verdaderamente Ilustrísimo, no solo por su dignidad, sí tambien por su sabiduría, y elegancia, en su obra de los Anales de los Padres Franciscos431.

  —208→  

2 Baste lo dicho por lo que toca á nuestro asunto: de que se echa de ver claramente, que no solo sin nota de error, antes con mucha alabanza, y recomendacion de una piedad sólida, y verdadera, se suele, y debe pintar la tablilla de que hemos hablado, sin que hagan fuerza las razones, ó calumnias, que inventaron en otro tiempo, los que á esto se oponian. Pues con esta tablilla (que ya es freqüente) no dan á entender los hombres píos, y cuerdos, que en solas las letras del Nombre de JESUS, haya algun poder, virtud, ó divinidad, sino en lo que se significa por este Nombre: siendo por otra parte una cosa no rara, ni poco frequente en las Escrituras, el tomar algunas veces los nombres por los mismos significados; pues no hay cosa mas usada, y comun en el antiguo Testamento, particularmente quando se habla de Dios. Así vemos, que el mismo Moysés, promulgador de la Ley, que Dios habia intimado, y establecido, fué esclarecido intérprete de lo que ahora vamos tratando, quando dixo432: Si no guardares, é hicieres todo lo contenido en esta Ley, que está escrito en este volumen, y si no temieres su nombre glorioso, y terrible; esto es, al Señor tu Dios, aumentará el Señor, &c. Y no solo la Sagrada Escritura toma algunas veces los nombres por él mismo nombrado, quando habla de Dios, sino tambien hablando de otras cosas, por exemplo de los hombres. Tal es lo que leemos en los Hechos Apostólicos, donde, quando dice nuestra Vulgata433: Habia una muchedumbre de hombres, como unos ciento y veinte, en los exemplares Griegos, se lee no de hombres, sino de nombres; á saber h(n te o)/xloj o)noma\twn: Habia una muchedumbre de nombres. Y en el Apocalipsis, tanto en los exemplares Latinos, como en los Griegos, se dice434: Et occissa sunt in terræmotu nomina hominum septem millia, que es lo mismo que siete mil hombres.



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