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ArribaAbajoCAPITULO IX. Y ULTIMO.

Las Imágenes, y Pinturas de S. Esteban Protomartir,de S. Juan Apostol, y de Santo Thomas Obispo de Cantorberi


I Bien sabida es la historia del insigne, y gloriosísimo Protomartir S. Esteban, la que vemos representada con los mas vivos colores en los Hechos Apostólicos; y así no debo detenerme en sus hazañas: teniendo siempre presente, como debo, no ser de mi asunto el referir la serie de los hechos, ó historias de los Santos, sí solo lo que respeta á sus Imágenes, y Pinturas. Esto supuesto, veamos, cómo, y de qué manera se deberá representar á este ínclito Protomartir, para vindicar su Imagen de toda nota de error, ó de impericia.

2 Digo, pues, que no se le debe pintar viejo, ni tampoco muy mozo, sino como joven robusto, y que podia exercer muy bien el cargo de Diácono para el qual le habian ordenado los Apóstoles: cuyo empleo exîgia por cierto robustez de fuerzas, como facilmente verá qualquiera que léa los Hechos Apostólicos. Fuera de esto, debe representarse con semblante modesto, pero muy hermoso, como consta de aquellas palabras1583: Y mirándole todos los que estaban sentados en el concilio, vieron su semblante como el de un Angel. Y aunque algunos en el mismo acto de la pedrea, ó de su martirio, pintan aquella vision, en que S. Esteban vió abiertos los Cielos, no debería en rigor hacerse así; por haberla visto el Sagrado Protomartir, quando estaba aun en el concilio de los Judíos. Todo se echa de vér por aquellas palabras1584: Como estuviese lleno del Espíritu Santo, mirando al Cielo, vió la gloria de Dios, y á Jesus que estaba á su derecha.

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3 Y así, para que no se confundan impropiamente estas cosas, que son de mucha importancia, desearía yo que se pintasen así. En primer lugar podrá permitirse, que en el mismo acto de la pedréa, ó de su martirio, se describa la gloria que se le representó, y el premio que ya estaba preparado para este glorioso testigo de la Divinidad. Porque, sobre verse esto con mucha freqüencia en sus principales Imágenes, y Pinturas; como se echa de vér en una insigne que hay en el gran Convento de Padres Predicadores de Salamanca (obra de Claudio Coello Pintor del Rey); puede unirse con bastante oportunidad con lo que poco antes habia dicho el Sagrado Historiador, refiriéndonos la historia, pasion, y martirio de S. Esteban. Mas, aunque el adorno con que regularmente suelen pintarle, y hermosearle, es por lo comun, el que hoy usan los Diáconos en la Misa solemne, quisiera sin embargo, que no fuera con tanta puntualidad, como suelen practicarlo algunos; pero de un modo que no fuese muy diverso: pues es constante, que la Dalmática, el collar, y otras cosas semejantes, solamente se usaron en los siglos posteriores, y que no habia tal cosa en los tiempos en que padeció martirio el beatísimo Protomartir. Digo esto, aunque por otra parte no ignoro, que el Pueblo Christiano, y los Fieles rudos, en ningun modo pueden comprehender bastantemente ser la Pintura de S. Esteban, si de alguna manera no se le pinta adornado, y vestido como Diácono. Quanto á los que le apedreaban, hacen muy bien los Pintores de pintarles hombres robustos, y de muchas fuerzas, por concordar esto grandemente con su historia; como tambien el pintar á S. Esteban, no en pie, sino arrodillado, lo que es de fé, y consta de aquellas palabras1585: Puesto de rodillas exclamó con voz fuerte. Si todo esto se observa diligentemente, como   —471→   es razon, en nada será reprehensible la Imagen del esclarecido Protomartir S. Esteban.

4 Ya antes hemos advertido, y reprobado, que á S. Juan Evangelista, varon (si así podemos llamarle) superior á todo elogio humano, le pintan freqüentemente los Pintores sin barba. Uno de estos es Pedro Sutor Cartuxano de París, el qual en un libro verdaderamente erudito, pero en que no defiende buena causa, á saber, la que va notada abaxo1586, apoya dicho modo de pintar con las siguientes palabras: Los mismos Pintores (dice) en esta parte mas son dignos de alabanza, que de vituperio; por pintar prudente, apta, y oportunamente á S. Juan como mozo, y sin barba, ya por su edad, porque era mozo en el tiempo de la cena; ya por su perpetua virginidad; y ya finalmente á fin de proponer á los jóvenes un exemplar para que á la manera de Juan consagren á Jesu-Christo la flor de su juventud, y procuren entregarse á sí mismos al servicio divino1587Esto dice el referido Escritor; pero véa el Lector lo que hemos dicho arriba lib. 4. cap. 6. y lib. 5. cap. I. n. 8.

5 Píntanle con el Caliz en la mano, así por las palabras que dixo Christo1588: De verdad beberéis mi Caliz; como tambien porque, conforme escribe S. Isidoro1589, habiendo bebido veneno, no le hizo daño, segun la promesa de Jesu-Christo: Si bebieren alguna cosa envenenada, no les hará daño. Añaden ademas, para significar la qualidad de la bebida mortal, á una pequeña serpiente, ó víbora saliendo del Caliz. Omito otras cosas, que notan muchos acerca de la fiesta principal del Apostol, y Evangelista S. Juan, por no ser tales, que en rigor pertenezcan á sus Imágenes.

6 Sobre las Pinturas del martirio, y muerte de los Santos Inocentes, ya hemos dicho bastante en sus propios   —472→   lugares, lo que podrá repasar quien gustase, y el que quisiese que una misma cosa se repitiera una, y muchas veces hasta causar fastidio. Mas, acerca de las Imágenes de Santo Thomas Martir, y Arzobispo de Cantorberi, bastará advertir únicamente, que no se le deberá pintar vestido con los ornamentos solemnes, y Pontificales, de Mitra, Báculo, y otros semejantes: pues vemos suficientemente por su historia, que le mataron quando iba, ó estaba asistiendo á Vísperas. Pero no deberá omitirse la grande llaga que le hicieron en la cabeza, de donde manó con mucha abundancia su gloriosa sangre, saltándole su celébro, con que quedó rociado el pavimento de la Iglesia. Y esto baste por lo que es de mi asunto. Porque, quanto á los demas Santos, que se celébran en el mes de Diciembre, no tengo necesidad de decir nada, por no ocurrir en sus Imágenes, y Pinturas cosa alguna especial: y ya he advertido muchas veces, no ser de mi oficio el referir historias de los Santos, sino notar solamente lo que es mas digno de advertirse acerca de sus Imágenes, y Pinturas.





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ArribaAbajoAPENDICE,

QUE CONTIENE ALGUNAS ADVERTENCIAS sobre las Imágenes Sagradas que pertenecen al Testamento Viejo


I fuesen tan comunes las Imágenes pertenecientes al Testamento Viejo, como lo son las que pertenecen al Nuevo, y á la Historia Eclesiástica, habria muchas cosas que advertir, y acaso tantas como las que hemos notado hasta aquí. Lo que, dexarlo enteramente sin tocar, sería á mi parecer un absurdo; singularmente para los que desean un tratado completo sobre este asunto, conforme parece lo pide, no solo la proxîmidad de la materia, sino tambien su identidad. Notaré, pues, lo que parece mas digno de advertirse, y los errores, y extravagancias que se han introducido, y se introducen en pintar los hechos del Antiguo Testamento. Y para hacerlo con el debido método, dividiré la materia, notando primero lo contenido en el primer libro de la Escritura, esto es, en el Génesis, y luego trataré de los demas, siguiendo el orden que tienen en la Sagrada Biblia. Sea pues


ArribaAbajoCAPITULO I.

De los errores cometidos acerca de las Pinturas del Libro del Génesis


I El que haya visto, como yo, varias láminas para dar á entender á los ignorantes lo que dice el Sagrado   —474→   Texto, no puede menos de quedar convencido de los muchos errores, é ignorancias que en ellas se han cometido, con tal que coteje lo escrito con lo pintado. Y entrando ya en mi asunto, pintan á nuestros primeros Padres arrojados del Paraíso de delicias por ministerio de un Angel, el qual pone por obra la formidable sentencia1590: Y arrojó á Adan, y colocó ante el Paraíso de delicias á un Querubin con una espada encendida, y versatil para guardar el camino del arbol de la vida. Pero píntanles desnudos, aun despues de arrojados del Paraíso; lo que sin embargo es falso, como se echa de vér por lo que se dice antes, y por las siguientes palabras1591: Hizo tambien el Señor Dios unas túnicas de pieles á Adan, y á su muger, y los vistió. No fueron, pues, arrojados enteramente desnudos, como los representan siempre, ó á lo menos, por lo comun. Y aunque no dexa de tener dificultad el explicar como eran, y de qué manera dichas túnicas de pieles, de que habla el Texto; pero esto toca á los Expositores de la Sagrada Escritura, siendo solo propio del Pintor el poner las cosas á la vista conforme el Texto simplemente las refiere.

2 Describen los Pintores de varias maneras, segun su antojo, las señales, é indicios de la aceptacion divina en los sacrificios del justo Abél, y la reprobacion de los de Caín. Pintan freqüentemente los sacrificios del segundo, como que sale humo de las cosas puestas sobre el altar, y que tira hácia la tierra; y por el contrario, tirando el humo derechamente hácia el Cielo en los sacrificios, y oblaciones del primero, en las quales pintan poco humo, y muchas llamaradas. El Texto Divino expresó todo esto con pocas palabras1592: Miró Dios (dice) con agrado á Abél, y á su presente. Y á Caín, y á su presente, no miró. Dichas señales del divino agrado,   —475→   ó de su reprobacion, las representaron los Pintores del modo que llevamos dicho; pero esto lo afirman conforme á sus idéas, y fantasía, como quiero demostrarlo brevemente. Digo, pues, que la señal, ó indicio de que Dios aceptaba las víctimas, ó oblaciones puestas sobre el altar, era el que baxando fuego del Cielo, consumia lo ofrecido: y el no descender fuego en las cosas que se ofrecian, era señal de que no agradaban á Dios. Podria señalar documentos de esto, así en las Letras Sagradas, como en las profanas, como se verá por lo que dirémos. Baste entre tanto referir lo afirman los mismos Gentiles, de los quales léase á Servio, que dice1593: En tiempo de nuestros mayores no se encendian las aras, sino que á súplicas hacían salir fuego celestial que abrasaba los altares. Lo mismo confirma admirablemente un Autor Griego, y erudito1594: Los ministros (dice) del sacrificio, amontonan sarmientos sobre las aras, sin meter fuego en dicho monton, despues de haber arrojado las entrañas. Si Dios es propicio (esta es la prueba de la aceptacion del sacrificio) los sarmientos, aunque verdes, reciben espontaneamente el fuego, y sin que nadie los incendie, los abrasa el Dios á quien se han ofrecido las víctimas

3 Y así afirmo con muchísima probabilidad, que esta fué la señal de que aceptaba Dios los sacrificios de Abél; y que acontecia lo contrario en las oblaciones de Caín, convéncese no solo por la narracion del Texto, sino tambien por haber sido de este sentir los mismos antiguos Padres de la Iglesia, entre los quales fué comunmente recibida esta sentencia, pues de este parecer fueron S. Cirilo1595, S. Gerónimo, Procopio, y otros muchos que pueden verse en los modernos Intérpretes de la Sagrada Escritura, Pereyra, y Alápide. Y   —476→   aun vése esto clarísimamente por la misma narracion de la Escritura en los lugares que cito abaxo1596; cuyos Textos, que alego con la mayor fidelidad, no los transcribo, por ser demasiado molesto para mí: pues quanto me es posible, procuro instruír, y ser breve al mismo tiempo. De aquí se echa de vér, que la diferencia entre las oblaciones de Caín, y la víctima de Abél, y entre la aceptacion de esta, y la reprobacion de aquellas, puede representarse muy bien, pintando el altar de Caín sin estar abrasado del fuego; y al contrario, la víctima, esto es, el cordero del altar de Abél, con fuego baxado del Cielo, cuyas llamas suban derechamente á Dios, ó á lo alto. Por esta misma razon quedan reprobadas otras imaginaciones ridículas, que insinuamos arriba.

4 Y aunque algunos pintan haber muerto Caín á su hermano Abél con una piedra, ó bien con un leño, cosa que no puede facilmente reprobarse; pero lo mas comun es pintar muerto á Abél con una quixada de asno: lo que no parece haber tenido otro origen, que el de la historia de Sanson, el qual con una quixada de asno mató á mil Filistéos: Y hallando á mano (dice el Texto)1597 una quixada de asno, tomóla, y hirió con ella á mil hombres. Pero no refiriéndose nada de esto en el Génesis, con la facilidad que los Pintores han admitido esta imaginacion, con la misma queda desechada.

5 En lo demas, apenas hay nada que notar hasta la descripcion del Arca de Noé, materia que trató muy por extenso N. Pelletier de Rohan, aunque con tal prolixidad, que no han faltado quienes han dicho graciosamente haber sido él uno de los habitantes del Arca. Pero en su preciosa obra, solo la describió con palabras, sin poner ninguna lámina á fin de que se representára   —477→   mejor á la vista. Suplieron otros este defecto, pero no hicieron bien en no pintar el Arca rematando en punta, sino casi enteramente llana. Lo que, fuera de ser contra la razon, se opone á aquellas palabras de la Escritura1598: Harás que su punta remate en la altura de un codo, lo que debe entenderse de modo que desde las extremidades del Arca, se levantára suavemente un techo puntiagudo, de la altura de un codo, de los que allí se refieren: lo que era necesario para recibir luz del Cielo, que de otro modo no podia entrar facilmente en el Arca.

6 Sería no solamente prolixo, sino molesto, el que quisiese ir notando cosas de poco momento tomadas del Testamento Viejo, que se vén gravadas en varias láminas. Y sino ¿á qué viene, pregunto, el que en las estampas donde se representan los soldados de Abrahán, esto es, aquellos trecientos diez y ocho hombres, nacidos todos en su casa, que esto significa propiamente la palabra1599 vernaculi, se pinten tambien bestias militares, esto es, elefantes cargados con castillos, y torres sobre sus espaldas? Esto, por decir ingenuamente lo que siento, mas es desatinar que pintar. Son semejantes estampas un campo fertil de muchos absurdos, que por tanto, no quiero, ni puedo referirlos. Y así, omitiendo, y dexando esto á parte, vengamos á otras cosas mas interesantes, y que mas facil, y felizmente pueden refutarse, y convencerse de error. Tal es aquel hecho grande, que Abrahán casi puso en execucion, imolando á su hijo. En muchas de estas tablas, y Pinturas se nos representa á Isaác, no como varon robusto, y tal vez, ni aun como joven, sino como muchacho, lo que en ningun modo se puede tolerar: ni es menester ser hombre de erudicion vasta, y profunda, para convencer de falsa dicha Pintura; basta la sencilla   —478→   narracion del Texto, para que entiendan los Pintores, que Abrahán tuvo precepto de sacrificar á su hijo, no quando este era muchacho, sino siendo ya varon. Porque, primeramente dice la Escritura, que Isaác llevaba en las espaldas la carga de un jumento, á saber, una carga de leña, con que habia de ser ofrecido en holocausto, como consta de aquello del Génesis1600: Tomó tambien la leña del holocausto; y la puso sobre Isaác su hijo: y el mismo (Abrahán) traía en sus manos el fuego, y la espada. ¿Era, pregunto, muchacho, ó tierno mozo, el que llevaba en sus espaldas la carga de un jumento, á saber, tanta leña, quanta era menester, para que el ofrecido en holocausto quedase enteramente consumido, pues esto denota la palabra holocausto? No lo creo yo, ni lo creerá nadie que haga sobre ello un poco de reflexion. Ni son menester en confirmacion de todo esto, suputaciones exâctas de Cronología, que si bien no nos faltarian, basta solamente la narracion del hecho. Pero aun se observa mayor absurdo en algunas Pinturas: porque muchos pintan á Isaác, quando su padre iba á sacrificarle en holocausto, no como mozo, ó joven, sino verdaderamente muchacho, ó niño, movidos del nombre que en el mismo lugar se da á Isaác: Ego & puer illuc usque properantes. En lo qual, quan absurdamente obren, bastante discurro se puede vér por lo que llevamos dicho. Pues pasando en silencio el que quando se le mandó á Abrahán sacrificar en holocausto á su hijo, fuese este tierno mozo, ó verdaderamente niño; no se echaba tanto de vér su obediencia para con su padre, y aun para con el mismo Dios: su obediencia, digo, que era símbolo, y figura de la que prestó Jesu-Christo, quando como víctima, fué sacrificado en la Cruz. Porque permitió Isaác ser atado, y que cargáran ademas sobre sus   —479→   espaldas un haz de leña1601! portentosa imagen de la suma obediencia que Christo habia de tributar á su Eterno Padre! Accion, que quiso el mismo Dios quedase aquí encarecida, y recomendada. Pinte, pues, á Isaác el que no quiera delirar, no niño, no tierno, y delicado joven, sino ya varon, en quien se represente, y figure el sumo obsequio, y obediencia para con el Padre Eterno.

7 Los Pintores imperitos, no en su Arte, pero sí en los hechos de la historia, pintaron tambien como muchachos, y aun los pintan, á Efraím, y Manasés, hijos de Joseph, y nietos de Jacob, quando convenia pintarlos hombres robustos. Como estuviese Jacob en Egipto, y se viese ya enfermo, y en la última vejez, llevóle su hijo Joseph sus dos hijos Efraím, y Manasés. Preguntó el Santo viejo ¿quiénes eran? A que como respondiese Joseph, que no eran otros sino los hijos que Dios le habia dado, con estas palabras1602: Son mis hijos, que me ha dado Dios aquí: añadió el Patriarca: Traémelos para echarles la bendicion. Sabido es el hecho, y su historia: pues me persuado que nadie la ignora, y en tanto lo tengo por cierto, que juzgo no dexan de saberla aun los mismos seglares que poco, ó nada han leído la Sagrada Escritura: con efecto lo pueden vér claramente en el libro escrito en lengua vulgar, que llamamos en Castellano Patriarcas, y Profetas. En este hecho se representan en pié Efraím, y Manasés junto á la cama de su abuelo conforme á la idea del Pintor, que se los figuró muchachos; sin embargo de repugnar esto mucho á la verdad de la historia. Píntanles, digo, en pié, aunque por la reverencia, y por otros motivos, debieran mas presto pintarles arrodillados: y quanto á lo que vamos tratando, y reprehendiendo, les pintan muchachos, no obstante de ser constante,   —480→   que pasaban ya respectivamente de veinte y cinco, ó de veinte y seis años. Propone todo el hecho, y lo demuestra con la mayor claridad, y exâcta Cronología, Jacobo Saliano1603 de la Compañía de Jesus, de suerte que no dexa la menor duda á los Lectores. Pero esto dimana de lo que ya hemos notado repetidas veces, á saber, que los Pintores (y muchas veces los mas famosos) tanto como fueron felicísimos en imaginar lo que querian, tanto por la ignorancia de los hechos fueron desgraciadísimos en sus imaginaciones. Y como en esta materia han acostumbrado á figurarse viejo al abuelo; y á sus nietos, no varones aun, sino muchachos: se engañaron en pintar niños á sus nietos quando se arrimaban al venerable viejo. He dicho todo esto, para que no quede duda de que es error el haber pintado muchachos á Efraím, y Manasés, y no varones, como era razon.




ArribaAbajoCAPITULO II.

Errores que se han cometido, y no se han advertido en las cosas que pertenecen al Pentateuco


I Como el blanco á que se dirigen todos mis conatos en este libro, es el reprehender los errores, que freqüentemente se cometen acerca de las Pinturas de las Imágenes Sagradas, no es mi ánimo detenerme en las cosas de poca monta, sí solo en aquellas que pueden convencerse, y redargüirse de error. No son muchas las que de esta clase se ofrecen prontamente al que está escribiendo, ó dictando, sin embargo de que en las otras, á cada paso se ofrecen boberías, y ridiculeces que notar, de que no debo hacer tanto aprecio que quiera seriamente impugnarlas. Y así omitiendo   —481→   estas cosas de menor importancia, solo me pararé en las mas graves, y serias. En la narracion de lo contenido en el libro del Exôdo, advertiré desde luego con mucha oportunidad lo que mira á aquella vision que se manifestó á Moysés, de la zarza que estaba ardiendo, y no se quemaba. Pintan aquí los Pintores, no una zarza, sino un arbol encumbrado, séase el que se fuere, con mucho resplandor al rededor, pero sin representar ninguna figura en el fuego. No desatinan ellos en una sola cosa: porque en primer lugar, hace expresa mencion la Escritura, no de algun otro arbol, sino determinadamente de aquella mata, que llamamos zarza, diciendo en aquel lugar1604:Veía (Moysés) que estaba ardiendo la zarza, y no se consumia. Lo mismo dice el Judío Philon que exâminó esto con mucho cuidado, y cuyas palabras son muy dignas de ponerse aquí1605: Vió (dice) una vision espantosa. Había una zarza, mata por su naturaleza espinosa, y endeble, que sin embargo de que nadie le aplicaba fuego, se encendia al instante, y que con haberse apoderado el fuego desde la raíz hasta la cumbre, y salir sus llamas como el agua de la fuente, quedaba ella entera, y sin lesion alguna, como si no fuera materia de aquel incendio, sino que el mismo fuego le sirviese de alimento. Concuerda con este otro Judío, pero no de tan buena fama, el qual dice1606: En aquel monte vió (Moysés)un prodigio admirable: pues pareciendo que el fuego consumia la mata de una zarza, no hizo daño á las hojas, á las flores, ni á las ramas; sin embargo que de allí resplandecia una llama muy grande, y encendida. La zarza, pues, y no ningun arbol, era el lugar, ó por explicarme así, el teatro de la vision, lo que elegantemente cantó Sedulio:

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Ignibus innocuis flagrans apparuit olim
Non ardens ardere rubus, nec juncta calori
Materies alimenta dabat; nec torrida vivens
Sensit damna frutex, sed amici fomitis æstu
Fronde blanditæ lambebant robora flammæ

Esto supuesto, como es razon ¿á qué viene pintar no una mata, sino un arbol? No es esto otra cosa, á mi entender, sino confundir de arriba abaxo la Historia Sagrada.

2 Dícese despues, haberse aparecido el Señor á Moysés1607 en la llama del fuego en medio de la zarza. Lo que no puede concebirse, á no representarse alguna forma, ó figura visible en medio de ella: este es puntualmente, y no otro el parecer, de un hombre grande, y bastante perito en estas materias1608: De en medio (dice) resplandecia una cierta forma hermosísima, que no era parecida á ninguna otra visible, un divino simulacro resplandeciente con una luz clarísima, de suerte que podria sospecharse ser la imagen de Dios: llamémosla Angel, por quanto pronosticó lo futuro, quando era mas magnífica la vision. Y así el que no quiera errar, pinte en medio de las llamas de la zarza, una forma, ó figura hermosísima, con que se signifique, que el mismo Dios, ó un Angel resplandeciente, se apareció visiblemente á Moysés, y de este modo se hará manifiesto el haberse aparecido Dios á Moysés, y conversado con él de en medio de la zarza que estaba ardiendo, pero sin consumirse.

3 Todavía es mayor absurdo la figura con que pintan á Moysés, á saber, con resplandores, que le salen, no del rostro, sino de la parte posterior de la cabeza, dispuestos de tal modo que hacen como unos cuernos: error ciertamente el mas absurdo que pueda   —483→   ofrecerse. Y para que todo se haga mas claro, será del caso explicar aquí de una vez todo lo que debe saberse acerca de este modo de pintar á Moysés, proponiendo los pareceres de hombres grandes que observó el sabio Molano1609: Luis Lipomano Obispo eruditísimo, in Catena ad cap. 34. Exodi, No se encuentra (dice) en el texto Hebréo, que Moysés tuviese el semblante con cuernos, sino que le tenia resplandeciente. De que infiere el mismo Autor: Se puede enmendar la mala costumbre del vulgo que Pinta á Moysés con dos cuernos: pues no es así, sino que ya de la frente, ya de la nariz, ya de la boca, ya de la barba, le salían rayos de luz. Del mismo modo habla Agustin Stheuco Eugubino1610, el qual añade: Hacen, pues, burla de nosotros, y nos maldicen los Judíos, quando vén en nuestros templos pintado á Moysés con cuernos en su semblante, como si pensásemos nosotros, según ellos neciamente interpretan, que Moysés era un diablo. Baste esto sobre dicha Pintura: el que quisiere enterarse mas sobre este punto, véa lo que hemos dicho arriba tratando de la Transfiguracion del Señor, lib. 3. cap. 13. n. 4. pag. 354.

4 Para significar, y dar á entender la fertilidad de la tierra de promision, algunos, ó imperitos, ó que no son sinceramente fieles (pues tengo de ello alguna sospecha), pintan un racimo, no de aquella magnitud que describe el Sagrado Texto, sino mucho menor. Pintan, pues, un racimo pendiente de una larga percha; pero que no lo llevan dos hombres, sino uno solo: sin duda que con mala fé, é intencion. Y si no, léanse las palabras de la Escritura1611: E yendo hasta el arroyo de Escol, cortaron un sarmiento con su racimo, que llevaron dos en una percha. Por lo que, si un hombre solo no pudo con él, y fueron menester dos para llevar, no un racimo como quiera, sino colgado del sarmiento en   —484→   una percha; manifiestamente se convence, que el racimo fué muy grande, y mucho mayor que el que pintan los malos Pintores. Esto sucedió puntualmente, segun las palabras expresas del Texto: Que llevaron dos en una percha. Luego, ó está engañado, ó es un ilusor, el que lo pinta de otro modo. Un insigne Intérprete de la Sagrada Escritura1612 tratando diligentemente como suele, y refiriendo primero las uvas de mucha magnitud que nacen en varias partes del mundo; propone siempre el hecho como admirable; pero no como increíble, segun parece, ó parecerá á los incrédulos. Expone despues clara, y cómodamente la narracion del Texto, cuyas palabras transcribiría gustoso; pero son largas, y no es conforme á mi costumbre vaciar á manos llenas los escritos agenos. Basta lo dicho para convencer de erronea la Pintura en que se vé pintado el racimo, como que lo lleva un hombre solo, y no dos, y sin estar colgado de una percha.




ArribaAbajoCAPITULO III.

Errores poco advertidos en las demas Pinturas del Testamento Viejo


I Lo que llevamos dicho, y advertido hasta aqui, podria parecer bastante para hacer vér absolutamente los errores que han cometido los Pintores ignorantes, ó de mala fé; pero he querido añadir este Capítulo, para que quede ilustrada mas copiosamente la dignidad de la materia. Notaré, pues, primero algunas cosas mas particulares, y que parece son mas propias de mi asunto. Y para observar algun método, daré donde convenga, algunas reglas generales, que atendidas las leyes, y costumbres de los Israelítas, podrán servir para conocer,   —485→   donde se habrá cometido error notable, y donde no.

2 Pintan, pues (comenzando por aquí) arrojada por la muralla de la Ciudad de Abela, la cabeza de Seba, conforme se lée en el lib. 2. de los Reyes cap. 20. v. 22. con estas palabras: Los quales (esto es, los moradores de la Ciudad de Abela) arrojaron á Joab la cabeza cortada de Seba hijo de Bochro, y él tocó la trompeta, y se apartaron de la Ciudad. No hay aquí error alguno en la descripcion principal del hecho, ni tampoco en la Pintura; pero sí lo hay grande, en describir la circunstancia de aquel: porque pintan al mismo Joab montado sobre un valeroso, y arrogante caballo; lo que nadie dudará ser error, con tal que tenga una ligera tintura de las costumbres, leyes, y ceremonias de los antiguos Israelitas, aun en tiempo de David. No habia aprobado Dios en su Pueblo, en los tiempos en que este se gobernaba como República, ni aun reynando los primeros Reyes, el uso de los caballos, porque no engendrase en cierta manera dicho uso un espíritu de soberbia en aquellos, que con tanta particularidad vivían baxo la conducta de un Dios Omnipotente. Sabido es lo del Salmo1613:Estos en carrozas, y aquellos en caballos; pero nosotros invocarémos el nombre del Señor Dios nuestro. Ni podrá manifestar nadie, que en tiempo de la República, ni en el de los primeros Reyes, se juntára jamas en el Pueblo Hebréo un exército de gente de á pie, y de á caballo: de suerte que reynando ya Saúl, se describe su exército solamente de tropas de á pie1614: Juntó Saúl el Pueblo, y pasóles revista como si fuesen corderos: doscientos mil de á pie. Ni se permitia otra cosa, aun á los mismos Reyes: por cuyo motivo no usaban estos de caballos, sino de mulas, ó machos. Es constante, y tan sabido que el Rey David no tuvo caballos,   —486→   sino una mula, que no es menester para ello prueba alguna. Y que sus hijos usaron tambien de mulas, lo conocerá facilmente el atento lector; constando, que despues de muerto Amnon por mandado de Absalon, volvieron apresuradamente á su padre1615: Levantándose todos los hijos del Rey, montaron todos en sus mulas, y huyeron. Y lo que parece mas digno de admiracion, es, que los Capitanes, y aun los mismos Reyes se valían de mulas, y de machos en el mismo ardor de la batalla, como se manifestó en la peléa del exército de Absalon contra el de David su padre1616, pues que entonces el mismo Absalon salió al encuentro de los soldados de David, montado en un macho. Tuvo David por sucesor á Salomón, el qual no solo tomó un rumbo muy diverso, sino enteramente contrario; permitiéndoselo, á mi parecer, ó condescendiendo en esto el mismo Dios, conforme á las promesas que le habia hecho: pues que habiéndose aparecido de noche á Salomón, y aprobado el que no hubiese pedido gloria, ni riquezas, le dixo1617: Pero aun esto que no has pedido, te lo he concedido: á saber, riquezas, y gloria, de suerte que entre los Reyes, ninguno haya habido jamas como tú. Lo que manifestó despues con las mismas obras; y por lo que mira á lo que vamos tratando, lo testificó con un hecho verdaderamente admirable. Porque tuvo Salomon (sin contar los caballos de montar, sino solo los que servian para carrozas)1618 quarenta mil pesebres de caballos para carrozas; grandeza, que la flaqueza, y debilidad del entendimiento humano apenas puede concebir. Pero dexo ya este asunto, acordándome haber advertido antes muchas cosas sobre este particular, tratando de la Conversion de S. Pablo.

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3 Consta por el Sagrado Texto, que el Rey David entregó á los Gabaonitas siete de los inmediatos parientes de Saúl, que refiere la Sagrada Escritura1619, para que hiciesen con ellos lo que quisieran; y que usando los Gabaonitas con el mayor rigor de la facultad que se les habia dado, los castigaron con muerte de cruz. Hé aquí las palabras del texto: Y los entregó en manos de los Gabaonitas, los quales los crucificaron en el monte delante del Señor. Este hecho lo describen los Pintores malísimamente; pues los pintan, no crucificados, sino ahorcados, lo que es manifiestamente contrario á las palabras de la Sagrada Escritura, conforme á la qual debian pintarles, no ahorcados, sino clavados en sus cruces: ora constasen estas de dos palos, ó de uno solo, cosa que fué bastantemente usada entre los antiguos, como lo hace vér á la larga el erudito Justo Lipsio1620. Quede, pues, enteramente desterrado este pensamiento inepto, y erroneo, de que los parientes sucesores de Saúl, de quienes habla el texto, fuesen ahorcados, y no crucificados, como simplemente se dice en dicho lugar. Agregase á esto, que aquella insigne maldicion, que1621 Es maldito de Dios el que está pendiente en un madero, la que alega el Apostol en un lugar célebre, y trillado, diciendo1622: Christo nos redimió de la maldicion de la ley, haciéndose maldito por nosotros: porque escrito está: Maldito todo aquel que está pendiente en un madero; Jesu-Christo totalmente la borró, y la convirtió en gloria, no con otro género de muerte, sino con el de Cruz. Pues esta muerte de Cruz, y no la de horca, fué la que aplacó á Dios, reconciliando con él al mundo todo: lo que no necesita de probarse, sino de creerse, y de que le demos incesantes, é inmortales   —488→   gracias por tal beneficio. Y así, diciéndose simplemente de estos, de quienes estamos hablando, que fueron crucificados en el monte delante del Señor, ¿á qué viene pintarlos como que murieron en una horca, y no defender que fueron crucificados, como suena á la letra?

4 Esto supuesto, y habiendo advertido ya de paso, y de corrida lo que llevamos dicho, pasémos adelante; aunque no me pararé sino en las cosas en que se encuentre manifiesto error; pues no es mi ánimo, ni puedo tampoco detenerme en reprehender las de menos importancia. El que haya leído las palabras de la Sagrada Escritura, y visto la Pintura de Holofernes, y de la Santa Judith hablando con él1623, él mismo, á no ser un tronco, ó insensato, habrá advertido el error. Pintan á Holofernes en pie junto con los demas Capitanes; y á Judith, arrodillada, y no postrada en el suelo, como era regular. Pero quán grande absurdo sea este, demuéstranlo las mismas palabras del texto, que dice1624: Vió, pues, Judith á Holofernes sentado en su pavellon, que era de púrpura, y estaba entretexido de oro, esmeraldas, y piedras preciosas: y habiéndole mirado, le adoró, postrándose en tierra Hé aquí, prudente Lector mio, sentado al General del Exército, y á Judith, no como quiera de rodillas, sino postrada en el suelo; y tú discernirás por tí mismo la disonancia de Pintura con la narracion del hecho. Error, que como he reprehendido repetidas veces, dimana de las mismas fuentes, esto es, de la ignorancia, é inadvertencia de los Pintores.

5 Nada hemos notado aun acerca de los adornos, y vestidos, que ciertamente es cosa muy vistosa, y recomendable   —489→   en la Pintura. Bastará decir, que no es ningun absurdo el pintar á los antiguos Israelitas del modo que varias veces vemos vestidos á los Orientales, á los Armenios, ó á los Turcos, quando no tengamos otra cosa por mas verisimil. Pero ¿quién podrá sufrir, el que un Pintor de mucha fama, como era Alberto Durero, pintase al Rey David con aquellos vestidos apretados que usaban en su tiempo los Alemanes, esto es, á mediados del siglo XVI. en que vivía, y pintaba Alberto? Esto, á mi entender, no es pintar, sino chancearse. El mismo juicio debemos hacer de aquel Gefe, ó Caudillo del Pueblo Hebréo Josué, á quien he visto pintado sobre un fuerte, y brioso caballo, enjaezado con admirable variedad. Acerca de los caballos, y de su uso, he hablado ya: lo que á algunos, y acaso con razon, parecerá demasiado por lo que mira á mi intento. El adorno del caballo era el siguiente: colgaban de la silla aquellos que en Castellano llamamos estribos, y que los Latinos modernos llaman stapedas, con una voz nueva por no tenerla de la antigüedad. El que esté medianamente instruído, echará de vér luego, quán grande absurdo sea este: pues dichos estribos, no solo fueron incógnitos, y desconocidos á los antiguos Israelitas, pero aun á los Romanos; cuyas tropas de á caballo, no usaban de tales instrumentos: y lo que es mas, iban montados á caballo á la manera de los rústicos, sin exceptuarse los mismos Césares, ó Emperadores, como lo demuestran claramente las estatuas eqüestres de bronce, ó de piedra que nos han quedado. Estas cosas, pues, aunque no puedan redargüirse con testimonios de la Sagrada Escritura, facilmente quedan destruídas, y reprobadas con tener una mediana tintura de la antigüedad. Por lo que, si el Pintor cuerdo, y erudito quiere evitar semejantes errores, lo conseguirá, á mi parecer, sin dificultad, ó ya leyendo, ó bien consultando con los hombres   —490→   mas instruídos en estas materias. Con este prudente aviso doy fin á esta mi obra, que si no logra su provecho, y utilidad, ha sido por lo menos larga, y trabajosa.

FIN.





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ArribaAbajoINDICE ALFABETICO

De las cosas mas notables contenidas en los dos Tomos. La T. quiere decir Tomo, la L. Libro, la C. Capítulo, la N. Número, la P. Página, sig. número, ó página siguiente, ó siguientes, Apénd. Apéndice, y la V. Véase



ArribaAbajo- A -

Abdías de Babilonia. T. 2. l. 7. c. 6. n. 3. p. 356. y n. 5. p. 357.

Abél, y Caín. Exâmínanse quáles eran sus sacrificios. V. el Apénd. T. 2. c. I. n. 2. p. 474. V. Sacrificio. La Pintura de Abél muerto por su hermano. Ibid. n. 4. p. 476.

Abrahán. Los Pintores le pintan mal en el sacrificio de su hijo. T. I. l. I. c. I. n. 4. p. 4. y en el Apénd. c. I. n. 6. p. 477. Reprehéndese la Pintura de los domésticos de Abrahán pintados con escudo, capecete, y calzado á lo militar. T. I. c. 9. n. 2. p. 69. Le pintan mal vestido con Clámide Imperial. Ibid

S. Achîléo. V. S. Neréo

SS. Acisclo, y Victoria. Su martirio, e Imágenes. T. 2. l. 8. c. 5. n. I. p. 450.

Adán, y Eva. Pueden pintarse desnudos, y cómo deba esto practicarse para quitar toda indecencia. T. I. l. I. c. 5. n. 2. p. 29. y 30. Si pueden pintarse así, arrojados ya del Paraíso? V. el Apénd. T. 2. c. I. n. I. p. 473 y sig.

S. Adriano Martir. Su Pintura, y martirio. T. 2. l. 7. c. 8. n. 4. p. 381. y 382.

S. Afra Martir. Su martirio. T. I. l. I. c. 5. n. 5. p. 35. Su excelente respuesta   —492→   delante del Juez. Ibid

S. Agueda. Reprehéndense sus Pinturas. T. 2. l. 5. c. 7. n. 6. p. 113.

S. Agustin. Exâmínanse sus Pinturas. T. 2. l. 7. c. 6. n. 7. 8. 9. y 10. desde la p. 359.

Albaro Cienfuegos Cardenal. V. T. 2. l. 8. c. 2. n. I. y 3. p. 426. y sig.

Alcazar (P. Luis). Su sentencia particular sobre la escalera que vió Jacob. T. I. l. 2. c. 3. n. 2. p. 105.

Alexandro Magno. No permitió que nadie le retratára, sino Apeles, ni que fundiera otro su estatua en bronce, sino Lisipo. T. I. l. I. c. 2. n. 6. p. 14.

S. Alexo. Sus hechos, y Pinturas. T. 2. l. 7. c. I. n. 10. p. 313.

Alfonso IX. Rey de Leon. Fué el Fundador de la Universidad de Salamanca. T. 2. l. 6. c. 8. n. 4. p. 218.

Alma racional. Algunos dixeron que tenia algun género de cuerpo. T. I. l. 2. c. 9. n. I. p. 157.

Almas de los Difuntos. Cómo las pintan? Ibidem n. 2. p. 158. Almas de los Justos pintadas en figura de niñas. Ibidem. p. 160. Se han visto subir al Cielo en figura de palomas. Ibid. n. 5. p. 161. De qué manera deban pintarse las Almas de los Bienaventurados. Ibidem n. 6. p. 163. Almas del Purgatorio. Ibid. Cómo deben pintarse las Almas de los Condenados. Ibid p. 164. Pintan tambien con algun emblema al Alma que está en gracia, y á la que está en pecado mortal. Ibid. n. 7. p. 165. y sig.

Alvarez (D. Gabriel) de Toledo. Su elogio. T. I. l. I. c. 10. n. 2. p. 83.

S. Ambrosio Obispo. Sus hechos, é Imágenes. T. 2. l. 8. c. 6. n. 7 y 8. p. 456. y 457.

S. Ana. Sus Pinturas. V. T. 2. l. 4. c. 2. n. 4. p. 13 y 14. y l. 7. c. 3. num. I. p. 321. y sig.

Anacoretas. De qué manera deben pintarse? T. I. l. I. c. 5. n. 8. p. 38. y 39.

Anacronismos. Reprehéndense los que se cometen en las Pinturas acerca   —493→   de los vestidos, armas, y otras cosas. T. I. l. I. c. 9. n. 2. y 3. p. 69. y sig.

S. Anastasio Martir. Su Pintura, y martirio. T. 2. l. 5. c. 3. n. 9. p. 81 y 82.

S. Andres Apostol. Su Imagen. T. 2. l. 8. c. 5. n. 6. p. 453.

SS. Angeles. Lo que dixo de ellos el Obispo de Thesalonica. T. I. l. 2. c. 4. n. I. p. 114. y 115. Pueden, y deben pintarse, y porqué? Ibid. n. 4. p. 117. No deben pintarse enteramente desnudos. T. I. l. I. c. 5. n. 4. p. 33 y T. I. l. 2. c. 4. num. 5. p. 118. Pero sí con alas. Ibid. n. 6. p. 120. Reprehéndese la invencion de Miguel Angelo en las Pinturas de los Angeles. Ibid. Algunos les llaman Aves. Ibid. n. 7. p. 123. Algunas veces les pintan llorando. Ibidem num. 8. p. 124. Condénase de error el pintarles sin resplandores. Ibid. num. 9. p. 126. Pertenece indistintamente á todos los Angeles el llevar á la Gloria las Almas de los justos. T. I. l. 2. c. 6. n. 4. p. 138. Angeles Custodios. Ibid. c. 8. n. 1. p. 151. y sig. De qué manera los pintan. Ibid. n. 3. p. 153. Si sobre la piedra quitada del monumento de Christo S. N. deben pintarse dos Angeles, ó uno solo? T. I. l. 3. c. 20. n. 5. p. 469. y de qué manera? Ibid

Anteojos. Quándo comenzaron á usarse. T. I. l. I. c. 9. n. 4. p. 72.

Antiguos (Autores). No hacian distincion del Arte de pintar al de escribir. T. I. l. I. c. 3. n. 1. p. 17.

S. Antonio Abad. Cómo se debe pintar. T. 2. l. 5. c. 2. n. 5. p. 67. y 68. Por qué le pintan con una campanilla? Ibid. n. 6. p. 68. Porqué un cerdo? Ibid. n. 6. y 7. p. 69. y 70. Porqué pintan su Imagen con fuego? Ibid. n. 8. p. 71. Reprehéndese el representar las tentaciones, é insultos que padeció de los demonios, que algunos pintan mal, y torpemente. Ibid. n. 9. p. 71. y 72.

S. Antonio de Padua. Sus hechos, y elogio. T. 2.   —494→   l. 6. c. 10. n. 4. p. 236. Sus Pinturas. Ibid. Lo que en ellas es digno de reprehension. Ibid n. 5. y 6. p. 238. Su sagrada lengua está incorrupta. Ibid. n. 7. p. 239.

Anunciacion de la B. V. M. Sus Pinturas. T. 2. todo el c. 4. desde la p. 26. Algunos pintaron antiguamente un pequeño niño formado dentro de rayos de luz, y que así baxaba al vientre de la Santísima Virgen: es cosa erronea, y Pintura perniciosa de este Misterio. T. I. l. I. c. 7. n. 3 p. 56. y T. 2. l. 4. c. 4. n. 2. p. 27. A qué hora hizo el Angel la Anunciacion. Ibid. n. 5. p. 33.

Anunciacion que hizo el Arcangel S. Gabriel á Zachârías. La describen ridículamente los Pintores. T. 2. l. 6. c. II. num. I. p. 249. y sig.

S. Apolonia. Hacen mal en pintarla de pocos años. T. 2. l. 5. c. 8. num. 2. p. 115.

Apóstoles. Dudaron de la Resurreccion del Señor. T. I. l. I. c. 8. n. 4. p. 66. De qué color usaron comunmente sus vestidos. Ibid. c. 9. n. 5. p. 72. Los Pintores los pintan malamente. Ibid

Arbol. Quál fué el fruto del Arbol prohibido. T. I. l. I. c. 10. n. 2. p. 82. y 83. Un arbol elevado, al entrar Christo en Egipto, se inclinó, tributándole reverente obsequio. T. I. l. 3. c. 5. n. 3. p. 239.

Arca de Noé. Reprehéndese el modo como la representan los Pintores. V. el Apénd. T. 2. c. I. n. 5. p. 476.

Arca del Testamento. Los Pintores la colocan dentro del Sancta Sanctorum: es error. T. I. l. 3. c. 4. n. 5. p. 228. y T. 2. l. 6. c. II. n. 6. p. 256. No estuvo en el Templo después de la cautividad de Babilonia. T. I. l. 3 c. 4. n. 5. p. 229. Ni se sabe donde está. Ibidem, p. 230.

Arcángeles. Se cuentan quatro á mas de Miguel, Gabriel, y Rafael. T. I. l. 2. c. 7. n. 1. p. 146. Quáles sean sus nombres? Ibid. n. 2. p. 147. Si pueden   —495→   pintarse? n. 4. p. 149. Templo dedicado en honor suyo en Palermo. Ib. Los Romanos Pontífices han fomentado su culto. Ibid. p. 150. Insignias con que deben pintarse. Ibid. n. 5. p. 151.

Archîtriclino. A quién se dá este nombre. T. I. l. 3. c. II. n. 3. p. 312.

Arnobio. Lo que refiere de Phydias. T. I. l. I. c. 6. n. 6. p. 52.

Ascension de Christo á los Cielos. Véanse muchas cosas sobre este Misterio. T. I. l. 3. c. 20. desde el n. 7. p. 472.

Athenéo. Cuenta un caso gracioso sobre las Imágenes que mueven á risa. T. I. l. I. c. 2. n. 5. p. 13.

Azuzena blanca, que pintan á nuestra Señora en su Anunciacion. T. 2. l. 4. c. 4. n. 5. p. 32.




ArribaAbajo - B -

Balanzas. Son geroglífico de la justicia. T. I. l. 2. c. 6. n. 5. p. 140.

Barula niño Christiano. Lo que Asclepíades hizo con él. T. I. l. I. c. 5. n. 4. p. 34.

Bautismo de Christo S. N. Errores que han cometido los Pintores en su representacion. T. I. l. 3. c. 10 n. I. p. 297. y sig. Dáse una idéa de cómo se podria pintar mejor. Ibid. n. 4. p. 302.

S. Benito. Arrojóse desnudo en un espinar, y por qué? T. I. l. I. c. 5. n. 10. p. 40. Bella, y honesta Pintura de este Santo, metido desnudo entre espinas. Ibid. Epígrama sobre este asunto. Ibidem, p. 41. Su alma, en el mismo instante que salió del cuerpo, se apareció á dos Monges. T. I. l. 2. c. 9. n. 3. p. 160.

S. Benjamin. Su martirio. T. I. l. I. c. 5. n. 6. p. 37.

S. Bernabé Apostol. Su martirio, y Pinturas. T. 2. l. 7. c. 6. n. 4. y 5. p. 357. y T. 2. l. 6. c. 9. n. 3. y 4. p. 225. Por qué se le ha de pintar con un libro? Ibid. n. 5. p. 227.

San Bernardino de Sena. Quando predicaba traía pintado el Nombre de Jesus en medio de los rayos del Sol. T. I. l. 3. Apénd. del c. 2. num. I.   —496→   p. 206. Defendió con mucho ardor la Pintura de este Santísimo Nombre. Ibid. y p. 207. Acerca de sus Pinturas. T. 2. l. 6. c. 7. n. 4. p. 211. y 212.

S. Bernardo. Se metió alguna vez en un estanque de aguas eladas. T. I. l. I. c. 5. n. 10. p. 41. Exâmínanse sus Pinturas. T. 2. l. 7. c. 5. n. 11. 12. 13. y 14. desde la p. 350.

S. Blas Obispo, y Martir. Sus Pinturas. T. 2. l. 5. c. 7. n. 5. p. 112.

Bodas celebradas en Caná de Galiléa. Es error pintar á Christo en aquella funcion acompañado de mas Discípulos de lo que es razon. T. I. l. 3. c. II. n. 2. p. 310. y sig.

Bofetón que dieron á Christo: algunas cosas que deben tener presentes los Pintores para representar esta indignísima accion. T. I. l. 3. c. 14. n. 7. p. 375. y sig.

S. Bruno. Su Hábito, y Pinturas. T. 2. l. 8. c. 1. n. 5. p. 421. Refiérese, y exâmínase el motivo, de su conversion. Ibid. num. 6. y 7. p. 422. y sig. Si se le ha de pintar con insignias de Doctor? Ibid. n. 8. p. 423.

S. Buenaventura. Sus hechos, y Pinturas. T. 2. l. 7. c. I. n. 8. p. 310.

El Buey, y la Mula. Si está bien el pintarles en el pesebre de Christo Señor nuestro? T. I. l. 3. c. I. n. 7. p. 184.




ArribaAbajo- C -

El Caballo pintado de San Jorge dió un relincho. T. 2. l. 6. c. 2. n. 6. p. 164.

Caballos. De su uso entre los Israelitas. T. 2. l. 5. c. 5. desde el n. 7. p. 93. y en el Apénd. T. 2. l. 8. c. 3. n. 2. p. 485 y sig.

Cadáveres. Fué costumbre antiquísima no enterrarlos en las Ciudades. T. I. l. 3. c. II. n. 10. p. 322. Los Egipcios, y Hebréos los envolvían en una sábana sepulcral, y los fajaban con cintas de arriba abaxo. Ibid. c 13. n. 6. p. 358.

Caín. V. Abel

Calvino. Entendió mal como Christo habia salido del sepulcro. T. I. l. I.   —497→   c. 8. n. 5. p. 67. Es reprehendido. Ibid

Calzado. Su mencion. T. I. l. 3. c. 9. num. 8. p. 290. Christo S. N. usó de él. Ibid

Candidatos. Por qué se llamaban así los que pretendian la Magistratura? T. I. l. I. c. 9. n. 8. p. 77.

S. Carlos Borroméo. T. 2. l. 8. c. 4. n. 3. p. 446. De qué edad murió. Ibid

Carlos Martél pintado recibiendo de S. Gil por imposicion de manos la absolucion de su pecado. T. I. l. I. c. 7. n. 7. p. 60. Es erroneo. Ibid

Carvanserais. Qué cosa sea? T. I. l. 3. cap. I. num. 4. p. 180.

Casa de Dios. Qué era lo que se entendia por Casa de Dios en el Templo de los Hebréos. T. 2. l. 6. c. II. n. 5. p. 255.

S. Casiano. Su martirio, y Pinturas. T. 2. l. 7. c. 5. n. 5. p. 343. Si fué Obispo? Ibid. n. 7. p. 346.

Santa Casilda Virgen. Refiérense sus hechos. T. 2. l. 6. c. I. n. 4. y 5. p. 154. Lago de esta Santa. Ibid. n. 6. p. 155.

S. Casimiro. Debe pintársele de mediana edad. T. 2. l. 5. c. 9. n. 2. p. 126.

Casulla. Su descripcion. T. 2. l. 5. c. 4. n. 3. p. 85.

Santa Catalina Virgen, y Martir. Sus hechos, é Imágenes. T. 2. l. 8. c. 5. n. 5. p. 453.

Santa Catalina de Sena, Virgen. Su Pintura. T. 2. l. 6. c. 3. n. 9. p. 180.

Catomis cædi. Qué se significa por estas palabras. T. I. l. I. c. 5. n. 4. p. 34. y 35.

S. Cayetano. Sus Pinturas. T. 2. l. 7. c. 4. n. 8. p. 334.

Santa Cecilia Virgen, y Martir. Exâmínanse sus Imágenes. T. 2. l. 8. c. 5. n. 3. p. 452.

S. Celedonio. V. Hemeterio

Cena del Señor. Los Pintores la representan malamente. T. I. l. I. c. 6. n. I. p. 46. y T. I. l. 3. c. 13. n. 10. p. 365.

Cenar, y Comer. Descríbese la costumbre que sobre esto observaron los Antiguos. T. I. l. I. c. 9. n. 9. p. 78. y 79. y l. 3. c. 13. n. 10. p. 365. y sig.

Centurion. Pintado á los pies de Christo, suplicando por la salud de   —498→   su siervo. T. I. l. 3. c. II. n. 9. p. 320.

Chinos. Andan siempre cubierta la cabeza. T. I. l. 3. c. 9. n. 6. p. 284. Los plebeyos llevan gorras redondas, y los nobles quadradas. Ibid

Christo S. N. Es muy probable que usó del color pardo en sus vestidos. T. I. l. I. c. 9. n. 7. y 8. p. 76. y 77. Pinturas de su Infancia. T. I. l. I. c. 6. n. 4. p. 49. y 50. y T. I. l. 3. c. 6. num. 2. p. 243. Condénase de error el pintarle resucitando de entre los muertos quitada la piedra del sepulcro. T. I. l. I. c. 8. n. 5. p. 67. Cómo pintan algunos Pintores su flagelacion. T. I. 1. I. c. 10. n. 3. p. 84. y sig. Con qué instrumentos le azotaron. Ibid. p. 85. Si se le puede pintar azotado en el vientre. Ibid. n. 4. p. 86. Su Coronacion de espinas. Ibid. num. 5. p. 86. Quánto discrepan los Pintores en pintar al Señor con la Cruz acuestas. Ib. n. 6. p. 87. Exâmínase cierta Pintura de Christo. Ibid. n. 7. p. 87. Pintura en que se representan los Patriarcas, y Profetas delante del Cuerpo de Christo muerto. Ibid. n. 8. p. 89. Los soldados echaron suertes, no solo sobre la túnica, sí tambien sobre los demas vestidos de Christo. T. I. l. 3. c. 9. n. 3. p. 276. Su túnica crecía al paso que el Señor iba creciendo. Ibid. n. 4. p. 278. Es erroneo pintarle desnudo en su Natividad. T. I. l. 3. c. n. 6. p. 182. Algunos dixeron que fué de semblante féo. T. I. l. 3 c. 8. n. 1. y 2. p. 261. y 262. Otros, que fué hermoso, y de buen parecer. Ibid. p. 263. Algunos le pintaron en su edad varonil como un athleta robusto, y membrudo; otros al contrario muy aliñado, y demasiadamente hermoso: ambas cosas se reprehenden. IbidQué trage, ó vestido usó Jesu-Christo? V. T. I. l. 3. todo el c. 9. desde la p. 272. No llevó nunca lo que llamaban Phylacteria. Ib. c. 9. n. 4.   —499→   p. 278. Si usó de alguna cobertura en su cabeza? Ibid. n. 6. p. 283. Si llevó, ó no, algun género de calzado? Ibid. n. 8. desde la p. 290. Cómo se debe pintar á Christo en el desierto? Ibid. c. 10. n. 5. p. 303 y sig. Allí fué tentado del demonio. Ibid. Arrojando del Templo á los que compraban, y vendian. Ibid. c. 11. n. 4. y 5. p. 314. y sig. Hablando con la Samaritana junto al pozo. Ibid. n. 6. p. 316. Sanando al Paralítico, á quien junto con su cama baxaron por el texado, y lo pusieron delante de Jesus. Ibid. n. 7. p, 317. y 318. En la resurreccion de la hija del Archîsinagogo debe pintarse con solos tres Discípulos. Ibid. n. 8. p. 319. Resucitando al hijo de la viuda de Naím. Ibidem, n. 10. p. 322. Hartando á cinco mil hombres con solos cinco panes, y dos peces. Ibid. n. 11. p. 324. Caminando sobre las olas del mar. Ibid. num. 12. p. 325. Quitando los demonios á un poseído, y echándolos á unos puercos. Ibid. n. 13. p. 326. Ungiéndole la Magdalena en casa del Fariséo. Ibid. c. 12. n. 1. p. 329. y 330. Cómo se hizo esta uncion. Ibidem, c. 13. n. 8. p. 362. Su entrada en Jerusalén. Ibid. n. 9. p. 363. Oracion que hizo en el huerto de Gethsemaní. c. 14. desde el n. 1. p. 367. De qué manera oró allí Jesu-Christo? Ibid. desde el num. 2. p. 369. Cómo se le ha de pintar en su prendimiento. Ibid. n. 3. p. 371. Algunas cosas dignas de notarse sobre lo que padeció el Señor en casa de Caiphás. Ib. n. 8. p. 377. y sig. Si en su flagelacion, y en los demas tormentos de su Pasion sacratísima, estuvo totalmente desnudo? Ib. c. 15. n. 3. p. 381. y sig. Se han de advertir muchas cosas acerca de su flagelacion. Ibid. n. 4. y 5. desde la p. 383. Quántos azotes le dieron? Ibid. num. 6. p. 387. Repruébase el pintarle en este paso vestido   —500→   con vestiduras moradas. Ibid. c. 16. num. 1. p. 398. Si con la Cruz acuestas, llevaba la Corona de espinas? Ibidem. Como le desnudaron antes de su Crucifixîon. Ib. c. 17. n. 2. p. 407. Fué crucificado en tierra. Ib. p. 408. y n. 3. p. 409. No se le debe pintar enteramente desnudo en la Cruz. Ibid. n. 5. p. 412. Si pendiente de la Cruz le pusieron la Corona de espinas? Ibid. n. 6. p. 413. Error de algunos hereges, que afirman no haber sido el Señor traspasado con clavos en la Cruz, sino atado en ella con cuerdas. Ibid. n. 7. p. 415. Fué clavado no con tres, sino con quatro clavos. Ibid. num. 9. p. 417 y sig. Trátase de aquella peana, ó tablilla debaxo de sus pies. V. el mismo c. 17. n. 13. p. 424. Reprehéndese el error de los Pintores que pintan á Christo en la Cruz sin llagas, ni cardenales. Ibid. num. 16. p. 429. Se le ha de pintar crucificado vueltas las espaldas á la Ciudad de Jerusalén. Ibid. c. 18. n. 7. p. 439. Debe pintarse con la llaga en el costado, quando se le representa muerto; pero no quando se le pinta en la agonía. Ibid. num. 8. p. 440. Quál de sus costados fué traspasado con la lanza? Ibid. p. 441. y sig. El Cuerpo de Christo baxado de la Cruz. Ibid. c. 19. n. 1. p. 456. Reclinado en el seno de su Madre Santísima. Ib. n. 2. p. 457. Reprehéndese la Pintura de Miguel Angelo acerca de este paso. Ibid. p. 458. Fué ungido, y puesto en el sepulcro. Ibid. n. 3. y 4. p. 459. y sig. Muchas cosas sobre su Resurreccion gloriosa, todo el c. 20. desde la p. 464. V. Resurreccion. Salió del sepulcro sin moverse la piedra. Ibid. n. 3. p. 466. Si sobre la piedra quitada del sepulcro, se han de pintar dos Angeles, ó uno solo, y de qué manera? Ibid. n. 5. p. 469. Bendixo á sus Discípulos, quando se subió á los   —501→   Cielos, y allí mismo dexó impresas sus sacratísimas pisadas: cómo se le ha de pintar en este lance? Ibid. c. 20. n. 7. p. 472. No subió á los Cielos por ministerio de Angeles, ni se le ha de pintar de esta manera. Ibid. p. 473. Pintado en figura de Pastor. Ibid. n. 14. p. 482. y baxo diversas metáforas tomadas de la Sagrada Escritura. Ibid. y n. 15. p. 483. Puesto de rodillas sobre la Cruz orando á su Padre. Ibid. Reprehéndese á Molano. Ibid. p. 484.

Santa Christeta. V. S. Vicente

S. Christoval. Muchas cosas acerca de sus Pinturas gigantéas, y de su nombre. T. I. l. 7. c. 2. n. 4. y 5. desde la p. 316.

Ciceron. Reprehende la desnudez de las Imágenes. T. I. l. 1. c. 5. n. 3. p. 31.

Cienfuegos. V. Albaro

S. Cipriano de Cartago. Sus hechos. T. 2. l. 7. c. 9. n. 5. p. 388. Muchos le han confundido con el de Antiochîa. Ibid. y n. 6. pag. 390. Su martirio, n. 7. p. 391.

S. Cipriano de Antiochîa. No se le debe pintar con insignias Pontificales, y por qué? T. 2. l. 7. c. 10. n. 9. p. 404.

Circuncision del Señor. La pintan mal como executada en el Templo. T. I. l. 1. c. 1. n. 3. p. 3. y 4. Se executó en el portal de Belén. Ibid. Quién fué su ministro? Ibid. Si puede tolerarse la Pintura en que se representa al Señor circuncidado por Simeon. T. I. l. 1. c. 8. n. 3. p. 65. El ministro de ella no fué el Sacerdote Sumo. T. I. l. 3. c. 2. n. 4. p. 195. y 196. Pensó alguna vez el Autor que lo habia sido la Santísima Virgen. Ibid. n. 5. p. 197. Fundamentos de esta opinion. Ibid. n. 6. p. 199. La executó algun ministro público. Ibid. n. 6. p. 200. Se hizo con cuchillo de hierro, ó de acero. T. I. l. 3. c. 2. n. 8. p. 204. Si la que hizo Séphora, fué con cuchillo de piedra? Ibid. n. 7. p. 201. y sig. Vuélvese á tratar de la Circuncision del Señor. T. 2. l. 4. c. 6. n. 3. p. 41.

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Cirinéo. V. Simon Cirinéo

Clamide. Qué era? T. I. l. 3 c. 15. n. 8. p. 391.

Santa Clara Virgen. Sus hechos, y Pinturas. T. 2. l. 7. c. 5. n. 1. p. 338.

Claudiano Mamerto. Refutó el error de Fausto que decia, que tenian las almas algun género de cuerpo. T. I. l. 2. c. 9. n. 1. p. 158.

Clavos. Con quántos fué crucificado Jesu-Christo? T. I. l. 3. c. 17. desde el n. 7. p. 414. largamente.

S. Clemente Alexandrino. Abusos que reprehende en los Pintores Gentiles. T. I. l. 1. c. 6. n. 5. p. 51. y 52.

S. Clemente Papa, y Martir. Su Imagen. T. 2. l. 8. c. 5. n. 4. p. 453.

Cohorte. De quantos Soldados constaba? T. I. l. 3. c. 15. n. 7. p. 389.

Columna, en que ataron á Christo S. N. en su flagelacion. T. I. l. 3. c. 15. n. 4. p. 383.

Comedias. El estrago que causan sus ficciones en las buenas costumbres. T. I. l. 1. c. 3. n. 3. p. 20. y sig. Reprehéndese el haber introducido los Poetas en algunas de sus Comedias las Vidas de los Santos. Ibid. c. 6. n. 2 p. 46. y 47.

Comer. V. Cenar

Concepcion de la Santísima Virgen. Cómo se deba pintar? T. 2. l. 4. n. 2. p. 11. Las puntas de la Luna que pintan en este Misterio, deben mirar hácia abaxo, y porqué? Ibid p. 12.

Concilio. En el supremo de los Israelitas, que se llamaba Sanhedrin, habia 72. Jueces. T. I. l. 3 c. 7. n. 3. p. 255.

Contubernio. Es palabra castrense, y qué significa? T. I. l. 3. c. 11. n. 11. p. 324.

Convidados. Antigüamente no se ponian á la mesa sentados en sillas, sino recostados sobre camas. T. I. l. 1 c. 9. n. 9. p. 78. Pruébase con testimonios de la Escritura. Ibid. p. 78. y 80.

Convite de Christo S. N. en casa de Marta, y de María. Represéntanlo ridículamente los Pintores, T. I. l. 1. c. 6. n. 2. p. 47. Convites del Viejo, y Nuevo   —503→   Testamento. Ibid. c. 9. n. 9. p. 78. y T. I. l. 3. c. 12. n. 2. p. 331.

Cordero. Pintado junto con el Bautista. T. 2. l. 6. c. 12. n. 6. p. 281. Su figura esculpida en cera, y bendita por el Romano Pontífice. Ibid

Corona de espinas de Christo S. N. Como se la pusieron los soldados en su sacratísima cabeza. T. I. l. 1. c. 10. n. 5. p. 86. Qué espinas eran? T. I. l. 3. c. 15. n. 9. p. 392. Qué forma tenia? Si fué esférica, ó solamente circular? Ibid. n. 10. p. 394. Si se la pusieron al Señor pendiente de la Cruz? T. I. l. 3. c. 17. n. 6. p. 413.

Santos Cosme, y Damian. Sus Pinturas. T. 2. l. 7. c. 10. n. 10. p. 404. Reprehéndense los yerros, que se cometen freqüentemente en las Pinturas de estos Santos. Ibid

Coxo. El que ponian todos los dias en la puerta del Templo de Jerusalén, está pintado contra la Verdad de la historia. T. I. l. 1. c. 1. n. 5. p. 5. y por qué? Ibid. n. 6. p. 6.

Cranio pintado al pie de la Cruz de Christo con otros dos huesos. T. I. l. 3. c. 18. n. 16. p. 454. y sig.

Crucificados. Algunos, de quienes habla la Sagrada Escritura, están mal pintados. T. 2. V. el Apénd. c. 3. n. 3. p. 487.

Cruz. Los condenados á este género de muerte, lallevaban acuestas al suplicio. T. I. l. 3. c. 16. n. 2. p. 399. A dichos condenados les desnudaban enteramente. Ibid. c. 17. n. 4. p. 411. Por qué algunos pintan vestidos á los Mártires crucificados, y tambien á Christo? Ibid. Algunos dixeron que la Cruz de Christo tuvo la forma de la letra T. Tom. I. l. 3. c. 18. n. 1. p. 431. Es mucho mas probable que fueron quatro sus extremidades. Ibid. n. 2. y 3. p. 432. y sig. El Título de la Cruz del Señor estaba escrito en tres idiomas. T. I. l. 3. c. 18. n. 14. p. 451. Historia de la Invencion de la Santa Cruz. T. 2. l. 6. c. 4. n. 7. p. 186. y sig. Cómo se ha de pintar? Ibid. n. 9. p. 189.   —504→   Historia de su exâltacion. T. 2. l. 7. c. 9. desde el n. 2. p. 385.

Cuerpo de Christo S. N. Fué ungido después de haberlo baxado de la Cruz. T. I. l. 3. c. 19. n. 3. p. 459. Fué envuelto en una sábana, y apretado con faxas. Ibid. Puesto en el sepulcro. Ibid. n. 4. p. 460.




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S. Dámaso Papa. Si fué Madrileño? T. 2. l. 8. c. 7. n. I. p. 458.

S. Damian. V S. Cosme

Decretales. V. Epístolas

Demonios. Pintados en figura de dragones, serpientes, lagartos, y sapos. T. I. l. 2. c. 10. n. 1. p. 168. Píntanles tambien en figura de fieras disformes. Ibi. n. 2. p. 169. Algunas veces les representan como Ethiopes de estatura gigantéa. Ibid. n. 3. p. 170. Otras, como Ethiopes pequeños. Ibid. p. 171. Algunas veces les pintan mal, sin cola, ni cuernos. Ibid. n. 4. p. 172. y sig. Demonio. Por qué se llama Hormiga-Leon? T. I. l. 2. c. 10. n. 3. p. 172. Como se debe hacer, quando se le pinta en figura de Angel bueno. Ibid. n. 4. p. 174. Quando le pintan tentando á algun Santo, hacen mal en pintarle exerciendo acciones poco decentes. Ibid. n. 6. p. 175. V. Diablo

Desnudez. Debe evitarse en las Imágenes Sagradas. T. I. l. I. c. 4. n. I. y 2. p. 23. y 24. Razones que se alegan á su favor. Ibid. c. 5. n. I. p. 28. Qué desnudez, y en quanto puede permitirse. Ibid. todo el c. 5. Los Pintores suelen afectarla, y por qué? Ibid. n. 9. p. 39. Reprehéndese en las Pinturas de Christo puesto en la Cruz, aunque fué crucificado enteramente desnudo. T. I. l. 3. c. 18. n. 6. p. 438.

Desposorio de la Santísima Virgen con S. Joseph. V. T. 2. l. 4. c. 3. desde el n. 5. p. 22. Cómo se debe pintar? Ibid. n. 6. p. 24. y sig.

Diablo. No está bien pintado en figura humana á los pies del Arcangel S. Miguel. T. I. l. 2. c. 6. n. 3.   —505→   p. 137. Si se le puede pintar con hábito de religioso? Ibid. c. 10. n. 5. p. 175. y T. I. l. 3. c. 10. n. 5. p. 304. Cómo se le debe pintar tentando á Christo en el desierto? Ibid. Si arrebató al Señor, y lo llevó al pináculo del Templo, ó si Christo fué allá por su pié? Ibid. n. 7. p. 307.

Diaz (Diego Valentin). Fabricó á su costa una Iglesia que dedicó al Dulcísimo Nombre de María. T. 2. l. 4. c. 2. n. 6. p. 16. Epitafio que se hizo él mismo. Ibid

S. Dimas. Si este nombre es propio del Buen Ladron, ó fingido? T. 2. l. 6. c. 2. n. 12. p. 171.

S. Dionisio Obispo. Su Pintura. T. 2. l. 8. c. I. n. 9. p. 424.

Dios. Si puede figurarse de algun modo? T. I. l. 2. c. I. n. 2. p. 94. Puede pintarse en figura de venerable anciano. Ibid. n. 2. p. 94. Está recibido en la Iglesia el representarle así. Ibid. todo el c. 3. p. 102. Algunos le representan con la palabra Hebréa de quatro letras, que los Griegos llaman por esto Tetragramaton. Ibid. No era permitido á los Hebréos pronunciar su nombre, sino al Sacerdote Sumo. Ibid. Cómo debe pintarse en la vision de Jacob? Ibid. n. 3. p. 105. Pintado sobre un Trono elevado. Ibid. n. 5. p. 107.

Doctores Hebréos. Veinte y tres de ellos estaban sentados en sus Cátedras en las salas del Templo, y los muchachos en bancos mas baxos. T. I. l. 3. c. 7. n. 4. p. 258.

Santo Domingo de la Calzada. Sus hechos. T. 2. l. 6. c. 6. n. I. p. 202. Con qué trage se le debe pintar? Ibid. No fué Monge Benedictino. Ibid. p. 203.

Santo Domingo de Guzman. Pintura de este Santo disciplinándose. T. I. l. 1. c. 5. n. 11. p. 42. Epigrama en alabanza suya. Ibid. Su elogio, y Pinturas. T. 2. l. 7. c. 4. n. 3. p. 331. Descripcion de su semblante, y estatura. Ibid. n. 6. p. 333.

Dominical. Qué entendian por este nombre los Fieles antiguos? T. 2. l. 7. c. 5.   —506→   n. 2. p. 340.

Santa Domitila. V. Santa Flavia



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