311
Pero finalmente ella puede caer.
312
Puede hacerse lo mismo con tropas que no reciben sueldo más que del Estado. Se trata de infundirles el espíritu que tienen las tropas mercenarias; lo cual es fácil cuando uno tiene la caja militar a su disposición, y que la hace la suya propia con las contribuciones que echa y hace entrar en ella. La facilidad es mayor cuando uno está con sus tropas en países lejanos, que ellas no pueden recibir más influjo que el de su general. Aprovéchese de ello.
313
En cualesquiera brazos que os echéis, si ellos colman vuestro principal deseo, os harán al cabo de la cuenta más mal que bien.
314
No se llamó casi más que hombre honrado, aquel famoso Bartolomé Colleoni, que tuvo tantos arbitrios para hacerse rey de Venecia, y que no quiso serlo. ¡Qué bobería, al morir, el aconsejar a los venecianos que no dejaran a otros tanto poder militar como le habían dejado a él mismo!
315
Con éste conviene absolutamente empezar.
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Veremos después si los hay insuperables.
317
Lo importante es ver lo que promete más.
318
Era menester saber destruirlo.
319
¡Sublime!, es el mejor modelo.
320
¡Porque no pudiste seguirme!