411
He aquí el secreto de la licencia que dejé para los saqueos y pillajes. Les daba yo cuanto podían tomar ellos: de lo cual su inmutable apego a mi persona.
412
Y yo.
413
Que sirve para aumentar la otra.
414
Cuando uno no sabe otros medios para abastecerla.
415
Esto no me inquieta casi.
416
Poco me importa en resumidas cuentas. Tendré siempre el aprecio y amor de mis soldados...; y mis senadores, prefectos, etc.
417
Lo cual sucede siempre cuando uno llega con sumas pretensiones a la gloria de la clemencia.
418
No ceséis de clamar que este Borgia era un monstruo de que era menester apartar la vista; no ceséis, a fin de que ellos no aprendan de él, lo que desconcertaría mis planes.
419
Guárdate bien de decírselo; ellos no parecen, por otra parte, dispuestos a comprenderte.
420
Tengo necesidad de que todos estén ofendidos, aunque no fuera más que con la impunidad de los unos.