671
Es ya muchísimo el permitirlo a dos o tres.
672
Prohibición a estos mismos de abrir la boca si no son preguntados.
673
Es mucho.
674
No falté a esto, y me va bien con ello.
675
Soy ciertamente yo.
676
Añádase la fuerza de las actuales circunstancias que le hacen más inevitables estos dos peligros; y le veis ya en aquel fin a que los aduladores arrastran.
677
Tuvo buenos pensamientos, especialmente cuando quiso ser el colega e igual del Papa, aun en materia de religión, y que tomó con esta mira el título de «Pontifex maximus»; pero no tenía ni entereza genial. Se contentó con decir que «si él fuera Dios y tuviera dos hijos, el primero sería Dios y el segundo rey de Francia». Afuera si para mí, omnipotente en Europa, haré que mi hijo, si él queda único, tenga por sí solo la soberanía de la Santa Sede, con toda la del Imperio.
678
¡Desgraciado el que se lo imaginara!
679
Cabeza débil en una bella imaginación.
680
No somos realmente auxiliados más que cuando las gentes por quienes queremos serlo saben que somos invariables.