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Atención a esto: no puedo casi prometerme más que treinta años de reinado, y quiero tener hijos idóneos para sucederme.
72
Le contenía el poder del solo nombre de Alejandro.
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Carlo Magno se mostró más sabio que lo había sido aquel loco de Alejandro, que quiso que sus sucesores celebrasen sus exequias con las armas en la mano.
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Antigualla feudal que temo ciertamente verme obligado a resucitar, si mis generales persisten en hacerme la ley de ello.
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¡Famoso!, haré todo para lograrlo.
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Son respetables siempre los antojos de los emperadores. Tienen ellos sus motivos para concebirlos.
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No tengo a lo menos este estorbo, aunque sí otros equivalentes.
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Discurramos medios extraordinarios; porque es necesario, absolutamente, que el Imperio de Oriente vuelva al de Occidente.
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¡Ojalá que en Francia me hallara yo en una parecida situación!
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Mis fuerzas y nombre.