21
Bröndal, op. cit., p. 84 ss. espec. 113-117. R. Magnusson, Studies in the Theory of the Parts of Speeeh, Lund-Copenhague, Lund Studies in English, XXIV, 1954, ha intentado también infructuosamente otra clasificación basada en las mismas cuatro categorías lógicas. En ella el pronombre queda definido por, sustancia y cantidad, pero no cualidad; los adjetivos pronominales entran en otra categoría (pp. 29 ss. y 113).
22
Cfr. supra p. 245 y nota 9.
23
V. Bröndal,
op. cit., p. 41. Luego continúa: «Nous trouvons ici
l'idée juste que les pronoms sont dépourvus du
contenu conceptuel spécial qui caractérise les noms;
ils sont à ce point de vue vides, généraux, de
simples formes»
. Cristóbal de
Villalón, op. cit.,
decía de los pronombres: «... de
su parte no sinifican alguna persona ni cosa alguna determinada;
pero son dispuestos para sinificar lo que cada cual quisiere por
ellos señalar y demostrar»
... «por sí, ninguna cosa sinifican mas de
aquella que mostraren o fuere la intençion del que la
pronuncia señalar, o mostrar o entender por ella»
(La Viñaza, p.
247) . Modernamente podemos citar entre otros a E. Benveniste,
«La nature des pronoms» en
For Roman
Jakobson, La Haya, Mouton, 1956, p. 36, donde habla también de
«signes "vides", non
référentiels par rapport à la
"réalité" toujours disponibles, et qui deviennent
"pleins" dès qu'un locuteur les asume dans chaque instance
de son discours»
.
24
Wiwell (1901) -citado por Bröndal- sostiene que en lugar de Alord debiera llamárseles Saerord «palabras particulares». En efecto, hay pronombres que solos o unidos a un sustantivo (yo, tú, este libro) señalan un objeto individual, lo que ha hecho que se los relacione con los nombres propios.
25
H. Sweet,
op. cit., reconoce que existen
categorías lógicas y categorías gramaticales.
Aunque las primeras todavía pesan bastante en sus
teorías y cree que es necesario conocerlas previamente,
también advierte que no coinciden con las gramaticales y en
última instancia muchas veces da la primacía a los
rasgos formales cuando entran en conflicto con el significado en la
determinación de una categoría. Para cada parte de la
oración expone por separado la forma, la función y el
significado. Parte de la clasificación general en palabras
declinables e indeclinables: las primeras comprenden palabras
sustantivas, palabras adjetivas y verbos. Los pronombres son clases
especiales de los sustantivos (NOUN-PRONOUNS) y de los
adjetivos (ADJETIVE-PRONOUNS).
Además de dar sus características de forma (§
190-193) y sus funciones (SUBSTITUTES y SHIFTING o MOVEABLE MARK-WORDS, §
§ 195-198), indica el significado: «If we compare pronouns
with ordinary nouns and adjectives, we shall find that pronouns
always have a very general meaning... We might therefore from a
purely logical point of view define pronouns as GENERAL NOUNS and
ADJECTIVES, as opposed to the ordinary special nouns and
adjectives...»
pero llama la
atención sobre la dificultad de usar este criterio en caso
de sustantivos comunes de significación vaga (men say, people say
comparados con they
say) y se decide por recurrir entonces a rasgos formales.
Por lo que se ve la terminología MARK-WORDS o GENERAL NOUNS y GENERAL ADJECTIVES depende en
Sweet de que la categoría pronombre sea estudiada desde el
punto de vista de su función o de su significado.
26
Cfr. supra, nota 19. Estas observaciones semánticas figuran en «La nature du pronom».
27
Para la doctrina
de la deixis en la antigüedad véase Steinthal,
op. cit., vol. II, p. 313
ss.; Br6ndal, op.
cit., pp. 40-41,
recuerda a Melanchton (1525), Escalígero, Perizonius en su
comentario a la Minerva del Brocense, y agrega:
«Et ceux-là sont
aussi appelés mots démonstratifs ou de renvoi chez
Harris (1751), et après lui en Allemagne chez Heyse (1838)
et Delbrück (1893); au Denemark on trouve la même
terminologie chez Madvig (1841) et Mikkelsen (1894); en Finlande
Heikel (1856) parle de "mots allusifs" (antydningsord)
et en Suède Noreen (1904) de
"sémèmes de renvoi" (hänvisande
semen)»
. Según Wackernagel, op.
cit., vol. II,
p. 84, Windisch fue el primero
que tomó estos conceptos de los gramáticos griegos y
los generalizó entre los lingüistas modernos. Windisch,
Wackernagel y otros prefieren separar deixis de anáfora,
mientras Brugmann y Bühler unen ambos modos de
señalamiento.
28
K. Bühler,
que en su modelo del signo lingüístico determinó
tres funciones: EXPRESIÓN, REPRESENTACIÓN y
APELACIÓN (op. cit.,
p. 40), no atendió luego
la función primera para fundar su teoría del lenguaje
en un sistema de dos campos, el SIMBÓLICO y el MOSTRATIVO o
INDICATIVO, correspondientes a las dos últimas. Sobre partes
de la oración, véase p. 38 ss.
donde agrega luego -sin mayor coherencia- las interjecciones y las
formas apelativas, por una parte, los signos de asentimiento y de
disentimiento, por otra: «zona marginal
de las clases de palabras»
. Para da deixis véase
la parte II, p. 94 ss. Louis Gray, op. cit.,
quizás siguiendo a Bühler, caracteriza a los pronombres
semánticamente como deíicticos pero sin adoptar su
teoría de los dos campos (p. 173).
29
Bühler, op. cit., p. 144 (para la deixis de fantasía véanse las pp. ss.). Consúltese también Salvador Fernández, op. cit., §§ 124-141 y 164 donde hace un estudio exhaustivo de la deixis en español, con interesantes usos y matices condicionados objetiva y expresivamente.
30
A. W. de Groot, «Structural Linguistics and Word Glasses», Lingua, I (1948), 427-500, desarrolla su teoría de las clases de palabras basada en un sistema biterminal, privativo y jerárquico de oposiciones, apoyado por todos los fenómenos lingüísticos: el significado, la valencia morfológica de la raíz, la valencia sintáctica de las palabras y aun la fonología (pp. 448 y 467). Aunque hace referencia a los caracteres formales, acaba estableciendo una clasificación semántica fundada en las tres funciones de Bühler (p. 447); en el sistema latino (p. 467 ss.) comienza separando las interjecciones (EXPRESSIONS) por oposición a las palabras denotativas (SYMBOLS), y dentro de estas últimas las palabras pronominales (INDICATING WORDS) de las no-pronominales (REFERRING WORDS).