31
L. de VEGA, La dama boba, ed. D. Marín, Madrid, Cátedra, 1991.
32
Recordemos que la
culta Nise habla con Celia de Heliodoro y de la novela bizantina
conforme a las ideas expresadas por Pinciano en su
Philosofía antigua poética; entre los libros
que forman parte de su biblioteca se encuentran La historia
etiópica, el Peregrino del propio Lope,
Os
Lusíadas de Camões (III, vv. 2117-2130). Por
su parte, el padre Octavio se queja de su cultura, porque, al ser
mujer, deberían de ser «su
Virgilio y Taso / hilar, labrar y coser»
(p. 146, vv.
2111-2112).
33
GONZÁLEZ ROVIRA, La novela bizantina cit., p. 105.
34
El nombre del
desván, «Toledo», alude, a nivel intertextual
precisamente a La gallarda toledana, comedia en que la
protagonista, tal como hemos apuntado, recurre de forma parecida a
la traza del caballo de Troya. En La dama boba, Octavio,
al descubrir la traza de la hija, se enfurece con Finea: «¡Oh infame! ¿No me dijiste / que
el dueño de mi deshonra / estaba en Toledo?»
, y
ella con falsa candidez contesta: «Padre
/ si aqueste desván se nombra "Toledo", verdad le
dije» (p. 183, vv. 3127-3131)
. En La gallarda
toledana, Bernarda, tras oír que don Diego tiene que ir
a Toledo para casarse con doña Ana, mantiene con el
galán el siguiente diálogo: BERNARDA: «¿Pues a qué vais a
Toledo?», DON DIEGO: «No voy, pues dejarlo puedo, / que
a vos solamente voy», BERNARDA: «¿Soy yo
Toledo?», DON DIEGO: «Seréis»
(p. 76).
Es patente la voluntad de auto-reescritura por parte del poeta.
35
ARATA, Casa de
muñecas cit., p. 202: «estos
dos polos [...] en mi opinión están en la base de la
mayoría de las intrigas urbanas [...] La partida de estas
comedias urbanas se juega toda en la capacidad de la heroína
para saber conciliar estos dos principios, el del honor y el del
placer, contra los excesos egoístas de los padres y de los
amantes. Esta difícil partida se juega en un tablero urbano
donde, en vez de casillas negras y blancas, encontramos alternancia
de interiores y exteriores»
. Recuerdo que Arata parte de
la dicotomía principio de la realidad-principio de la
felicidad de la cual habla M. VITSE en Un teatro de la
modernidad (segundo cuarto del siglo XVII), en Historia
del teatro en España. 1 (Edad Media, Siglo XVI, Siglo
XVII), ed. J. M. Díez Borque, Madrid, Taurus, 1983, p.
578.
36
Ed. cit., p. 29.
37
Cfr. A. EGIDO,
La universidad de amor y «La dama boba»,
«Boletín de la Biblioteca de Menéndez
Pelayo», LIV 1978, p. 355: «Si
aludo al neoplatonismo es porque en La dama boba
éste viene expresado a través de una serie de
imágenes que sirven para demostrar a nivel práctico
su eficacia y que se desarrollan dentro de una metáfora muy
amplia, la de la universidad de amor, cuya varia fortuna puede
rastrearse en numerosas obras del Siglo de Oro»
.
38
Las citas proceden de L. de VEGA, Las bizarrías de Belisa, ed. E. García Santo-Tomás, Madrid, Cátedra. 2004.
39
«y para el fénix Belisa, / fénix
de diamantes compra»
(p. 143, vv. 1587-1588). Cfr.
Furioso, vol. II, p. 1646, XXVI, 3. En general sobre este
tema, véase M. TRAMBAIOLI, La figura de la Amazona en la
obra de Lope de Vega, en prensa.
40
M. G. PROFETI, Introduzione. Il paradigma e lo scarto, en La metamorfosi e il testo. Studio tematico e teatro aureo. Milano, Franco Angeli, 1990, p. 15.