Jornada I |
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Tocan cajas y chirimías, salen el
MARQUÉS ESPÍNOLA y ALONSO LADRÓN, capitán.
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ALONSO2 | Hoy es, señor, el venturoso día
| | que obediente a las órdenes que diste,
| | |
—247v→
| donde
te espera tanta bizarría, | | que el tiempo de lisonjas
y honor viste; | | porque el bronce y las armas a porfía
| 5 | le ven alegre y le obscurecen triste, | | cuando, confusos
entre sí, presumo | | que es la aurora su luz, la noche
el humo. | | Aquí la plaza de armas has mandado | |
hacer y aquí la frente de banderas, | 10 | que son ciento
y noventa, y numeradas | | el ejército ya por sus hileras
| | es la muestra que han hecho y que he hallado | | que entre
propias naciones y extranjeras, | | de ejércitos del
Rey solo son treinta | 15 | y cuatro mil seiscientos y noventa.
| | Las del país, que llaman escogidos, | | son dos
mil, de felices esperanzas, | | y seis mil y ochocientos prevenidos
| | de los que llaman gente de finanzas, | 20 | de la Liga Católica
lucidos | | cinco mil y trecientos, que a venganzas | | ya
se previenen, cinco mil la gente | | de nuestro Emperador,
noble y valiente. | | Hasta aquí repetí la infantería
| 25 | y no menos admira la opulenta | | majestad de la gran
caballería, | | si se reduce a número su cuenta
| | de ejércitos del reino, más había
| | siete mil y seiscientos y sesenta; | 30 | dos mil, no sé
si diga Martes fieros, | | de bandas, de hombres de armas
y de arqueros. | |
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ESPÍNOLA | Mi humilde celo, mi temor
piadoso | | dichosamente sus aplausos fía | | a la fe
de Felipo poderoso, | 35 | cuarto planeta de la luz del día;
| | y espero que su intento religioso | | ha de asombrar en
Flandes la herejía, | | dando el sangriento fin alguna
hazaña, | | alabanzas al cielo, honor a España.
| 40 | Estos, ¿quién son?
|
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—248→
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(Tocan cajas.)
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ALONSO | Seis
regimientos llegan, | | dos borgoñones, cuatro de alemanes,
| | cuyos tercios al conde Juan se entregan | | y marqués
Barlanzón, ambos Roldanes. | |
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(Sale el CONDE
JUAN DE NASAU, de alemán, y el MARQUÉS BARLANZÓN,
de tudesco.)
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ESPÍNOLA |
Los
brazos no se niegan | 45 | a dos tan valerosos capitanes.
| | Sean Vueseñorías bien venidos. | |
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JUAN | Siendo
de Vuexcelencia recibidos | | con tanto honor, es fuerza lo
seamos. | |
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BARLANZÓN | Señor,
recelo | 50 | que es de provecho; pues en fin llevamos | | gente
nacida en el rigor del hielo. | | ¿Vamos a Grave, o al infierno
vamos? | | Que voto a Dios que ha de tener el cielo | | poco
que aposentar, si considero | 55 | que están ya aposentados
con Lutero. | |
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(Tocan.)
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ALONSO | Estos son
italianos y valones. | |
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ESPÍNOLA | ¿Sufren mucho en un
sitio estos soldados? | |
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ESPÍNOLA | No
los baldones, | | que pelean tan bien. |
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(Sale de inglés
PABLOS BALLÓN y MARQUÉS DE BELVEDER, italiano.)
|
PABLOS | Así cumplen, señor, obligaciones
| | los que a tu sombra viven obligados. | |
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ESPÍNOLA |
Señor Pablos Ballón, ilustre conde | | de Belveder...
|
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BELVEDER | Por
mí el honor responde.
| |
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—248v→
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(Tocan.)
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ALONSO | Estos son españoles. Ahora puedo | 65 | hablar,
encareciendo estos soldados, | | y sin temor; pues sufren
a pie quedo | | con un semblante bien o mal pagados. | | Nunca
la sombra vil vieron del miedo, | | y aunque soberbios son,
son reportados. | 70 | Todo lo sufren en cualquier asalto,
| | solo no sufren que les hablen alto. | | En tres tercios
su gente determina | | divertirse, y tres maeses se previenen:
| | el uno es don Francisco de Medina, | 75 | y don Juan Claros
de Guzmán, que tiene | | sangre al fin de Guzmán;
y por divina | | muestra de su valor, con ellos viene | | un
capitán famoso, un don Fadrique | | Bazán, a
quien la fama altar dedique. | 80 |
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(Salen DON FRANCISCO
DE MEDINA con hábito de Santiago, y DON FADRIQUE BAZÁN
con jineta.)
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ESPÍNOLA | Vuesa merced, señor
Fadrique, sea | | mil veces bien venido, que con esto | | mi
intento más alcanza que desea. | |
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MEDINA | Siempre a
servir al Rey estoy dispuesto. | |
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FADRIQUE | Previniendo la
fama que ligera | 85 | los vientos rompe con veloces alas,
| | que líneas son de la sutil esfera, | | troqué
al acero cortesanas galas, | | los ecos de la envidia lisonjera
| | al ruido leve de espirantes balas3, | 90 | la alegre corte
a la marcial campaña. | | Y al fin por Flandes he trocado
a España. | |
|
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|
(Tocan.)
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ALONSO | Don
Gonzalo de Córdoba ha venido. | |
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|
ESPÍNOLA | Como
en las guerras del Palatinado | | Maese de campo general ha
sido, | 95 | puesto ninguno en Flandes ha ocupado, | | que no
hay que darle, aunque haya merecido | | victorioso, prudente,
afortunado,
| | |
—249→
| ser general, porque a su bisabuelo | | en
él enseña repetido el cielo. | 100 | No ha perdido
fación, y no ha tenido | | suceso desdichado ni infelice,
| | gracias a su valor; porque yo he oído, | | y a voces
el ejército lo dice, | | que todos los soldados han
vencido | 105 | por Dios y por el Rey, ¡suerte felice!, | |
y los suyos, ¿qué gloria aquesta igualo?, | | por Dios
y por el Rey y don Gonzalo. | |
|
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(Sale DON GONZALO
DE CÓRDOBA.)
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ESPÍNOLA | Ya no puedo
temer desdicha alguna, | | pues nuevo Amiclas, a decir me
obligo | 110 | que va, ¡oh gran don Gonzalo!, la fortuna | | de Fernández de Córdoba conmigo. | |
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GONZALO |
Vuexcelencia remita la importuna | | retórica a los
brazos, que si hoy sigo | | su milicia, del Betis al Hidaspes
| 115 | me harán eterno mármoles y jaspes. | |
|
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(Tocan un clarín.)
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ALONSO | Ya el
gran Velasco, general valiente, | | va conduciendo la caballería.
| | Con él viene el ilustre don Vicente | | Pimentel,
que llegó de Lombardía, | 120 | cabo de mil caballos.
|
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ESPÍNOLA | Benavente,
| | ilustre rama de su tronco, envía | | aquel que al
mundo dio fértiles plantas, | | aunque la muerte haya
deshecho tantas. | | Pues ya el rebelde bárbaro, ¿qué
espera? | 125 | Si muerto el mundo aqueste nombre yace, | |
en cuanto mira el sol desde la esfera | | adonde siempre muere
y siempre nace. | | En dos mitades dividir quisiera | | el
alma. |
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(Salen los dos.)
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LUIS | Bien
tal honra satisface | 130 | nuestros deseos.
|
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—249v→
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ESPÍNOLA |
Triunfos
soberanos | | tendréis con imitar vuestros hermanos.
| |
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VICENTE4 | Yo, que siendo el menor, será forzoso | | serlo en valor también, hoy solicito | | mostrar,
de mis hermanos envidioso, | 135 | que, si no los excedo, los
imito, | | pues su blasón el tiempo presuroso | | en
láminas de bronce tiene escrito | | cuando en la tierra
y mar, para memorias, | | se escriben con su sangre sus vitorias.
| 140 | Murió en Vergas mi hermano don García,
| | lograda con su muerte su esperanza. | | Vuexcelencia perdone
la osadía, | | que no es vil, aunque es propia la alabanza,
| | donde es tan justa. Aqueste mismo día | 145 | insigne
triunfo nuestra gente alcanza; | | que pareció, no
triste, alegre suerte, | | que pagó su vitoria con
su muerte. | | Don Alonso en Verceli, que amparado | | de un
cestón por instantes esperaba, | 150 | de máquinas
de fuego rodeado, | | la ardiente flecha de frondida aljaba,
| | de un rayo artificial arrebatado, | | que trueno y lumbre
a un mismo tiempo daba, | | subió tan alto, que entre
fuego y viento, | 155 | de sus huesos ignora el monumento.
| | Cuando el mar, envidioso de la tierra, | | del viento y
fuego, por grandezas sumas | | quiso en azul campaña,
en naval guerra, | | manchar con nuestras sangres sus espumas;
| 160 | y del profundo seno desencierra | | dos holandeses,
aves, cuyas plumas | | eran de pino, pues con él volaban,
| | que hijas del viento serlo imaginaban. | | Por heladas
campañas discurría | 165 | en su alcance con
otras dos don Diego; | | y cuando, atento a su fación,
se vía | | sordo el mar5, mudo el aire y el sol ciego,
| | cada cual de las cuatro parecía | | sobre balas
de sal, montes de fuego,
| 170 | |
—250→
| siendo a tanto esperar humo
importuno | | de sus hados volcanes de Neptuno. | | La más
igual batalla que ha tenido | | en sus ondas el medio mar
de Europa, | | esta fue. Mas después de haber vencido
| 175 | la española arrogancia cuanto topa, | | mi hermano,
a su fortuna agradecido, | | estaba desarmándose en
la popa, | | y apenas quita el peto, ¡oh suerte triste! | | ¿Qué prevención a lo fatal resiste? | 180 |
Cuando una bala, ¡caso lastimoso!, | | le rompe el pecho con
furor violento, | | porque allí con su sangre venturoso
| | quedase inoble ya tanto elemento. | | Entró en Nápoles
muerto y vitorioso. | 185 | Y yo, que a un punto envidio lo
que siento, | | vengo a ofrecer a Dios y al Rey la vida | | cuanto bien empleada, bien perdida. | |
|
|
ESPÍNOLA | Valerosos
caballeros, | | a cuyo poder augusto | 190 | hoy fía
el Cuarto Filipo | | la máquina de dos mundos, | | por
órdenes de Su Alteza | | la señora Infanta,
cuyo | | valor dignamente eterno | 195 | vivirá siglos
futuros, | | hoy a veinte y seis de agosto | | en Tornante
estamos juntos. | | El invierno viene ya, | | en Flandes, más
importuno; | 200 | porque, acercándose al Norte, | |
va sintiendo sus influjos. | | Si no están entretenidos
| | los soldados en algunos | | de los sitios que se ofrecen
| 205 | para vitorioso asunto | | de nuestras armas, podrán
| | amotinarse; y no dudo | | que la esperanza del saco | |
pueda sufrir con más gusto | 210 | el grave peso a las
armas, | | cuando el diciembre, que anuncio, | | molduras de
escarcha y hielo | | labre en sus hombros robustos. | | Dos
plazas se nos ofrecen, | 215 | que cualquiera dellas juzgo
| | por dichoso fin. Bredá | | tiene inexpugnable muro
| | por los fosos que le cercan; | | que el siempre contino
curso | 220 | del mar, que río munda | | sus calles,
le ayudan mucho; | | y es una plaza tan fuerte | | que han
pasado siete lustros, | | que son treinta y cinco años,
| 225 | que la ganaron los suyos, | | y nunca la hemos cobrado:
| | ¡afrenta y baldón injusto | | de las armas españolas,
| | pero así al cielo le plugo!
| 230 | |
—250v→
| Grave es una
villa rica, | | y de su asiento presumo | | que fuera muy importante
| | al dichoso fin que busco. | | El conde Enrico de Vergas
| 235 | doce mil caballos tuvo | | a la vista de sus torres,
| | y escribió lo que pronuncio: | | «Yo estoy a vista
de Grave, | | donde informarme procuro | 240 | qué gente
tiene de guerra, | | y qué defensa en sus muros. | | Y como a mí se me envíe | | ocho mil hombres,
presumo | | que podré tomarla6, siendo | 245 | de los
ocho mil que busco, | | los cuatro mil españoles».
| | Ahora advertidme qué rumbo, | | qué disinio
seguiremos; | | porque yo siempre me ajusto | 250 | al parecer
acertado, | | a los prudentes discursos | | de tan valientes
soldados, | | cuyo consejo procuro, | | cuya voluntad estimo,
| 255 | y a cuya voz me reduzgo. | |
|
|
GONZALO | Señor, si
consideramos | | que aquí dos plazas tenemos, | | en
cuyo sitio podemos | | entretenernos, y estamos | 260 | dudosos
en la elección, | | y el Conde avisa que en Grave
| | nuestro disinio se sabe, | | estará con prevención
| | esperando a ver tu intento, | 265 | y tendrá toda
la tierra | | con prevenciones de guerra, | | con munición
y sustento. | | Bredá está más descuidada,
| | pongamos sitio a Bredá. | 270 |
|
|
BARLANZÓN | ¿Y
no se advierte que está | | Bredá también
mal cercada? | | Es una fuerza invencible | | y un sitio sin
esperanza | | de vitoriosa alabanza | 275 | que por armas no
es posible | | tomarla, como se ve. | | Comiendo y no peleando,
| | ¿quién ha de estar esperando | | a que por hambre
se dé? | 280 | LUIS Quien advierta que la gloria | | es
más prudente y modesta, | | y más noble cuando
cuesta | | menos sangre la vitoria. | | Si una vez se ven cercados,
| 285 | vendrán a darse a partidos, | | y como estén
conseguidos | | nuestros intentos osados, | | será más
piadosa hazaña, | | que ellos se vengan a dar,
| 290 | como al fin venga a quedar | | Bredá por el rey de
España, | | que es lo que se intenta. |
|
|
JUAN | Sí,
| | mas que le den desconfío, | | pues pudiendo por
el río | 295 | meterles socorro, así | | podemos
estar mil años | | esperando a que se den. | |
|
|
VICENTE |
¿Y no se podrán también | | remediar aquesos
daños? | 300 |
|
|
BARLANZÓN | ¿Y cuando se remediaran
| | con alguna estratagema, | | dejará de ser gran flema
| | esperar que se entregaran? | |
|
|
BALLÓN | Si no quieren
pelear | 305 | los españoles, sitiemos | | a Bredá,
y nos estaremos | | dos mil años sin llegar | | a las
manos. |
|
|
FADRIQUE7 | Ya
se sabe
| | |
—251→
| que siempre los españoles | 310 | son en
la milicia soles. | | Vuexcelencia vaya a Grave, | | y cumpla
la voluntad | | de los que ocuparse quieren | | en sitio, que
el saco esperen | 315 | sin mucha dificultad. | |
|
|
|
|
[UNOS] | (Dentro.) | ¡Vamos a Grave,
señor! | |
|
|
OTRO | ¡Señor, vamos a Bredá!
| 320 |
|
|
ESPÍNOLA | ¡Oh españoles! Ya es forzoso
| | que me determine yo; | | y pues mi consejo halló
| | vuestro parecer dudoso, | | vamos a Grave, que quiero
| 325 | seguir en esta ocasión, | | flamencos, vuestra opinión.
| |
|
|
ALONSO | [Aparte.] | Ya ¿con qué paciencia espero
| | que salgan estos gabachos | | con cuanto quieren? Mas es
| 330 | que los congracia el Marqués, | | porque ve que
están borrachos. | |
|
|
ESPÍNOLA | El marqués
de Barlanzón | | y el valiente conde Juan | | con sus
tercios llevarán | 335 | la vanguardia. |
|
|
JUAN | Dignos
son | | de ese lugar mis deseos, | | cuando el honor, que me
llama, | | espera ocupar la fama | | con vitoriosos trofeos.
| 340 |
|
|
BARLANZÓN | Ve donde tú te aconsejes; | | que yo en cualquiera ocasión | | un auto de inquisición
| | he de hacer destos herejes. | |
|
|
ESPÍNOLA | Señor,
la caballería | 345 | será de grande provecho
| | en el costado derecho, | | porque por allí podría
| | venir el conde Mauricio, | | que a aquella parte se ve
| 350 | su ejército. |
|
|
LUIS | Yo
daré | | de mis deseos indicio, | | callando cuerdo
y valiente; | | que el remitirse es gran mengua | | de las
manos a la lengua. | 355 |
|
|
|
|
ALONSO | Bien dirán vuestros blasones | | que son más
que cien flinflones | | un español Pimentel. | 360 |
|
|
|
(Vanse los dos.)
|
ESPÍNOLA | En el izquierdo,
Ballón | | ha de ir acompañado | | del de Belveder,
formado | | un cuerpo a cada escuadrón. | |
(Vanse los dos.)
| Vingarte la artillería,
| 365 | de todas partes cercada, | | lleve en medio bien guardada,
| | que yo con la infantería | | de los españoles
quedo | | en la retaguardia. |
|
|
ALONSO | ¡Andar!
| 370 | Juro a Cristo que he de hablar, | | que ya sufrirlo
no puedo. | | Hoy sin duda has pretendido | | obscurecer el
honor | | de España. ¿Cuándo, señor,
| 375 | en la retaguardia han ido | | españoles que se
ofrecen?... | |
|
|
ESPÍNOLA | Basta, capitán Ladrón,
| | que yo sé en toda ocasión | | honrarlos como
merecen. | 380 | Oid, después de reportaros, | | lo que
mi honor determina: | | don Francisco de Medina, | | a don
Juan Niño, a Juan Claros | | y demás Maeses
de campo
| 385 | |
—251v→
| españoles, les llevad | | este orden
y avisad | | que cuando ya marche el campo | | a Grave, la
retaguardia | | venga la vuelta de Bredá, | 390 | pues
con aquesto vendrá | | entonces a ser vanguardia,
| | y a ser Bredá la cercada; | | que yo solo he pretendido,
| | con la muestra que he fingido, | 395 | que dejen desamparada
| | aquella fuerza, enviando | | a Grave, con falso intento,
| | municiones y sustento. | | Pero siempre imaginando
| 400 | que este es el fin de una hazaña | | tal, que a mí
me ha de costar | | la vida o ha de quedar | | Bredá
por el rey de España. | |
|
|
|
(Tocan.)
|
MEDINA | Beso mil veces tus pies. | 405 | Ya el ejército
a marchar | | empieza. |
|
|
ESPÍNOLA | Hasta
llegar | | a Teteringe no des | | el orden. Vueseñoría
| | ha de ser mi camarada, | 410 | porque así vea lograda
| | tan alta ventura mía: | | porque si en vós
considero | | competidos igualmente | | hoy un general valiente
| 415 | y un prudente consejero, | | a conquistar me anticipo
| | el mundo con fuerza altiva, | | porque eterno el nombre
viva | | de Isabel y de Filipo. | 420 |
|
|
|
(Vanse tocando
cajas, y sale MADAMA FLORA y ALBERTO, su padre y CARLOS,
su hijo y ENRIQUE DE NASAU.)
|
ENRIQUE | ¿Qué
grave melancolía | | con apacibles enojos | | pudo en
tus hermosos ojos | | eclipsar la luz del día? | | Cese
la injusta porfía, | 425 | que con pálido arrebol
| | da rayos al tornasol, | | que el mundo de luces dora,
| | porque llorar el aurora | | ya la vimos, mas no el sol.
| 430 | A Bredá, madama, vienes, | | donde te adora el
lugar. | | Si esas lágrimas previenes | | en exequias
a la vida | | de tu esposo, el llanto impida | 435 | verte de
tu padre honrada, | | de tu hijo acompañada | | y de
tu esclavo servida. | | Supe que a Bredá venías,
| | y a este vallaje salí | 440 | a recebirte, que así
| | cumplen corteses porfías | | las obligaciones mías.
| | Descansa a esta sombra, en tanto | | que nos da treguas
el llanto | 445 | suspenso en tus bellos ojos, | | porque desdichas
y enojos | | se han de sentir, mas no tanto. | |
|
|
FLORA | Tan justo
es mi sentimiento, | | que quien pretende templar | 450 | su
rigor, más que el pesar | | me quita el entendimiento.
| | Si es forzoso mi tormento,
| | |
—252→
| forzoso será que
muera; | | porque, si yo no sintiera, | 455 | tuviera en desdicha
tanta | | alma inferior a la planta, | | al pez, al ave, a
la fiera. | | De cierzo la furia helada | | siente una piedra
arrancada, | 460 | siente una temprana flor | | de su centro
con dolor; | | brama una fiera, el rigor | | dice mudo el pez,
y un ave | | con tono dulce y süave, | 465 | canta amor
y celos llora; | | que al fin el que más ignora, | | sentir las desdichas sabe. | | Siente el cielo y se obscurece
| | cubierto de un pardo velo, | 470 | y si al fin no siente
el cielo, | | por lo menos lo parece. | | Toda alteración
padece, | | tal vez la tierra tembló, | | bramó
el aire, el mar gimió, | 475 | y el sol hizo al mundo
guerra, | | porque todos en la tierra | | saben sentir, sino
yo. | | Cuando en amorosos lazos, | | mi amante esposo, ¡ay
de mí!, | 480 | verle esperaba, le vi | | herido y muerto
en mis brazos, | | partida el alma a pedazos, | | todas las
armas rompidas, | | y por funestas heridas | 485 | abrió,
¡qué infelices suertes!, | | bocas para entrar mil
muertes, | | y para salir mil vidas. | | Confieso que en la
defensa | | de su religión murió; | 490 | mas
para no sentir yo | | no es bastante recompensa. | |
|
|
ENRIQUE |
Enfrena el dolor y piensa | | el sangriento fin que alcanza
| | mi rigor y tu esperanza; | 495 | que si tu luz no se niega,
| | has de ver a donde llega | | el brazo de mi venganza.
| | Daré al matador la muerte | | si le alcanzo. ¡A Dios
pluguiera | 500 | que el mismo Espínola fuera, | | porque
de una misma suerte | | mi brazo atrevido y fuerte, | | hoy
pusiera con la hazaña | | de venganza tan extraña
| 505 | fin a tus desdichas grandes, | | al miedo y temor de
Flandes, | | a la presunción de España! | | Que
tanto se ensoberbece | | con los aplausos que ves | 510 | de
ese noble ginovés, | | que si a rendirle se ofrece,
| | estrecho el mundo parece, | | y no es mucho, siendo tal
| | este altivo general | 515 | que al rey de España
convida | | con la hacienda y con la vida, | | animoso y liberal.
| |
|
|
FLORA | El venirme yo a Bredá, | | es porque cierto
se sabe | 520 | que piensa sitiar a Grave, | | donde el ejército
va. | | Allí el conde Enrico está | | con su
gente, por saber | | de aquella fuerza el poder | 525 | según
de su intento creo, | | y con el mismo deseo, | | plaza de
armas hizo ayer | | en Tornante el General, | | donde el ejército
vio, | 530 | tan numeroso, que dio | | envidia a la celestial
| | esfera, viéndole igual
| | |
—252v→
| en todo sus luces bellas;
| | porque, al competir con ellas, | 535 | excedió, dando
desmayos, | | el resplandor a sus rayos, | | y en número
a sus estrellas. | | De Quilche en el campo llano, | | viniendo
a Bredá le vi; | 540 | y mil veces presumí | | ser maridaje lozano | | del invierno y del verano, | | que
en las armas los rigores, | | en las plumas las colores,
| 545 | eran admirando al cielo, | | los unos, montes de hielo,
| | los otros, campos de flores. | | No así los rayos
corteses | | del sol con dulces fatigas, | 550 | mieses labraron
de espigas | | en los abrasados meses, | | como de los fresnos
mieses | | la gallarda infantería; | | y al mirarlos,
parecía | 555 | que espigas de acero daba, | | y que,
al compás que marchaba, | | el céfiro los movía.
| | La caballería inquieta | | pasó, abreviando
horizontes. | 560 | ¿Diré que marcharon montes, | | con
obediencia sujeta | | al compás de la trompeta? | |
Sí, pues al son lisonjero | | del bronce dulce, aunque
fiero, | 565 | la trompa que se desata, | | era un escollo de
plata, | | era un peñasco de acero. | |
|
|
|
(Sale
MORGAN, inglés.)
|
MORGAN | Del Príncipe
mi señor | | ahora trujo estas cartas | 570 | un correo,
y yo sabiendo | | que en este villaje9 estabas, | | que está
apenas media legua | | de la villa, sin tardanza | | vine a
traerle. |
|
|
ENRIQUE | Veré
| 575 | lo que Su Alteza me manda. | | (Lee.) | «Ahora acabo de
saber | | que el ejército de España, | | con
prevenciones de guerra, | | la vuelta de Grave marcha.
| 580 | De Bredá saldréis al punto | | que esta recibáis,
sin falta, | | y la gente que estuviere | | en la villa, se
reparta | | para socorrer a Grave, | 585 | con bastimento y
con armas | | y munición, advirtiendo | | no sea la
gente tanta, | | que pueda hacer a Bredá | | en tiempo
ninguno falta. | 590 | Dejad por gobernador, | | para su defensa
y guarda, | | a Justino, nuestro hermano, | | y de la villa
no salga | | tampoco el inglés Morgan; | 595 | que, por
estar en la cama, | | no voy en persona yo. | | Los cielos
os guarden. Dada | | en Vergas a veinte y seis | | de agosto».
¡Desdicha extraña! | 600 | ¿Qué tanta gente de
guerra, | | Morgan, estará alojada | | en Bredá?
|
|
|
|
ENRIQUE | Pues de aquesos ocho salgan | | los
dos mil, y por el río | 605 | vamos en veloces barcas
| | porque lleguemos más presto. | | [Aparte.] | O
porque, yendo en el agua,
| | |
—253→
| templen sus heladas ondas
| | este fuego que me abrasa.
| 610 | (Vase.) |
|
|
MORGAN | Señora, ya es forzoso | | me deis licencia
a que vaya | | sirviéndoos, puesto que Enrique | | faltó
por tan justa causa | | a esta obligación. |
|
|
FLORA |
Yo
estimo | 615 | la lisonja cortesana, | | mas no he de entrar
en Bredá | | hasta que en sombras heladas | | hagan
los rayos del sol | | el mar sepulcro de plata. | 620 | En aquestas
caserías | | esperaré, acompañada | |
de la familia que traigo | | y de mi padre, que basta10 | | para
excusaros de hacerme | 625 | esa merced. |
|
|
MORGAN | Más
agrada | | quien obedeciendo yerra | | que quien acertando
cansa. | | (Vase.) |
|
|
CARLOS | [A FLORA.] | Mil
veces he pretendido | | buscar remedio a tus ansias; | 630 | mas yo, ¿cómo podré darte | | el consuelo que
me falta? | | Mi padre perdió la vida | | en defensa
de su patria, | | si puedo decir que muere | 635 | quien vive
eterno a la fama. | | Contigo viene mi abuelo, | | vive segura
y honrada | | al amparo de mis bríos, | | y al respeto
de sus canas. | 640 |
|
|
ALBERTO | En estas hermosas flores | | te
sienta un poco y descansa, | | mientras destas caserías
| | llamo la gente, que salga | | a entretenerte, y decirnos
| 645 | qué nuevas tienen. |
|
|
FLORA | Turbada
| | estoy, que un temor me hiela, | | una sospecha me abrasa,
| | (Échase a dormir.) | y astrólogo el corazón,
| | no sé qué le avisa al alma. | 650 |
|
|
|
(Ruido dentro.)
|
CARLOS | Parece que se ha rendido
| | al sueño, y en él traslada | | a sus hermosas
mejillas | | de los claveles la grana, | | del jazmín
la castidad, | 655 | mezclando púrpura y nácar.
| | Pero ¿qué rumor es este? | | Desde aquellos montes
bajan, | | temerosos, los villanos, | | que de su miedo se
amparan. | 660 | ¿Qué les obliga? Pues duerme | | Flora,
iré a saber la causa; | | que, para darla cuidado,
| | no será bien despertarla. | |
|
|
ALONSO | (Dentro.) | ¡Hüid,
pastores, hüid; | 665 | que el ejército de España
| | ya pisa vuestras riberas! | |
|
|
OTRO | Pongamos fuego a las
casas. | |
|
|
|
|
FLORA | (Despierta.) | ¡Fuego, que el alma se abrasa!
| 670 | ¡Padre! ¡Hijo! ¿Qué es aquesto? | | Sola estoy,
no me acompañan | | sino solo mis desdichas; | | parece
que no son hartas, | | que aun para hacer compañía,
| 675 | hacen las desdichas falta. | | En un abismo de fuego
| | estoy, ¡ay cielos!, helada,
| | |
—253v→
| que al arbitrio del destino
| | no le obedecen las plantas. | 680 | Todo es iras el desierto,
| | toda es rayos la campaña, | | todo es portentos
la tierra, | | todo es el cielo venganzas. | | Tanto, encendiendo
los aires, | 685 | a las nubes se levantan | | las centellas,
que parecen | | estrellas desencajadas, | | luces que al abismo
bajan, | | a sorberse todo el mundo, | 690 | sola la menor de
tantas. | |
|
|
|
(Salen ALBERTO y CARLOS.)
|
ALBERTO |
Entre la piedad del fuego... | |
|
|
CARLOS | Entre el rigor de las
llamas... | |
|
|
|
|
ALBERTO | Oye
lo que pasa. | 695 | A un lado de esa ribera, | | un tercio
emboscado estaba, | | de suerte que no le vieron | | las espías,
que fue causa | | de que estuviese la gente | 700 | agora tan
descuidada. | | Salió de allí y los villanos,
| | que así las órdenes guardan, | | retirándose
a la villa, | | quemaron sus pobres casas. | 705 | ¡Perdidos
somos! Bredá | | sin duda ha de ser sitiada, | | después
que de bastimentos | | y gente ha quedado falta. | | ¡Huyamos,
pues! ¿Qué esperamos? | 710 |
|
|
FLORA | De Grave salí
por causa | | de huir el peligro, parece | | que vine a buscarle;
¡tanta | | es mi contraria fortuna, | | mi desdicha y mi desgracia!,
| 715 | que el que ha de ser desdichado | | las prevenciones
le dañan. | |
|
|
|
(Dentro LADRÓN.)
|
|
ALBERTO | Perdidos
| | somos; que ya su arrogancia12 | | nos ha hallado. |
|
|
|
(Sale DON FADRIQUE.)
|
FADRIQUE | Más
piedad | 720 | tiene el fuego que mi espada. | |
|
|
FLORA | A tus
plantas, español | | generoso, que la gala | | tuya
lo dice, y el brío | | no lo desmiente, a tus plantas
| 725 | está pidiendo la vida | | una mujer desdichada;
| | aunque, si eres español, | | mujer que te diga basta.
| | No permitas que ese acero, | 730 | cuya cuchilla templada
| | está en la enemiga sangre | | que ya le sirve de
vaina, | | se ocupe en tres inocentes | | vidas, porque, ¿qué
alabanzas | 735 | dará manchar este cuello, | | estas
tocas y estas canas? | | Tres vidas están sujetas
| | a un golpe: si acaso alcanza | | el orden que traes licencia
| 740 | a una piedad tan hidalga, | | danos las vidas. Yo quise
| | decirte, estaba turbada, | | que a precio de algunas joyas,
| | piedras, perlas, oro y plata; | 745 | mas tu piadoso semblante
| | puso freno a mis palabras, | | y a tanto respeto obliga
| | |
—254→
| esa presencia bizarra, | | que aun creo que el pensamiento
| 750 | con ser tan veloz te agravia. | | Y si el orden con
que vienes | | no admite este ruego, pasa | | mi pecho el primero,
así | | moriré más consolada, | 755 | no
mirándolos, porque | | somos tres cuerpos y un alma.
| |
|
|
FADRIQUE | Hermosa madama, cuando | | mi desdicha fuera tanta
| | que me obligara el respeto | 760 | a tan lastimosa hazaña,
| | le rompiera más el hecho; | | que ninguna ley agravia
| | tanto que en la ejecución | | sea la obediencia
infamia. | 765 | No he de ser menos cortés | | que estas
vividoras llamas, | | que me están diciendo aquí
| | el respeto que te guardan. | | Que, como en un templo a
quien | 770 | sacrílego fuego abrasa, | | quedó
entre muertas cenizas | | la imagen libre, y la estatua | | de la diosa, que allí tuvo | | altar, sacrificio y
ara; | 775 | así por reliquia quedas | | de todas estas
campañas, | | compitiendo fuego a fuego, | | rayo a
rayo y llama a llama. | | No traigo más orden yo
| 780 | que llegar a las murallas | | de Bredá, donde venimos.
| | Aquesas riquezas guarda, | | y porque de otros soldados,
| | madama, segura vayas, | 785 | dos caballos he traído.
| | Hüid los dos, y a las ancas | | del uno irás
tú: españoles | | son, no temas. |
|
|
FLORA | No
me espantan, | | que pienso que cortesía | 790 | saben
los brutos de España. | |
|
|
|
(Vanse y sale LADRÓN.)
|
LADRÓN | Tanto a todos te adelantas, | | que
el primero que ha llegado | | a vista de las murallas | | de
Bredá, has sido, señor. | 795 |
|
|
FADRIQUE | Pues
si vengo en la vanguardia | | del tercio de don Francisco
| | de Medina, cosa es clara | | que había de ser el
primero. | | ¿Mas qué triunfo, qué alabanza
| 800 | consigo de haberlo sido? | |
|
|
LADRÓN | Pues cuerpo
de Dios, ¿no es nada | | llegar hasta aquí? Yo apuesto
| | que si se cuenta en España, | | que no falte quien
replique, | 805 | que nunca malsines faltan, | | que el darte
el lugar que tienes | | es lisonja o alabanza. | |
|
|
FADRIQUE |
Carlos Quinto respondió, | | diciéndole el duque
de Alba, | 810 | que temía no creyesen | | algunos aquella
hazaña | | de haber con solos siete hombres | | sujetado
siete barcas: | | «¿Qué importa que no lo crean,
| 815 | si a mí el ser verdad me basta13?» | | Y eso mismo
te respondo | | en la ocasión que me aguarda, | | cumpla
con mi obligación, | | que el que lo juzgue en España
| 820 | por pasión o por lisonja, | | no viene a quitarme
nada. | |
|
|
|
(Sale MEDINA.)
|
MEDINA | ¡Cuál
huyeron los villanos!
| |
|
|
—254v→
|
ALONSO | ¡Oh, qué maldita canalla!
| | Muchos murieron quemados, | 825 | y tanto gusto me daba
| | verlos arder, que decía, | | atizándoles
las llamas: | | «Perros, herejes, ministro | | soy de la Inquisición
santa». | 830 |
|
|
|
(Tocan.)
|
MEDINA | De la ciudad
van saliendo | | en tropas algunas mangas | | de arcabuceros.
|
|
|
FADRIQUE | En
tanto | | que llega la retaguardia, | | escaramuzar podremos
| 835 | con ellos, y para guarda | | podemos tomar aquestos
| | molinos de viento y agua. | |
|
|
ALONSO | ¿Molinos de viento?
Ya | | me parece su demanda | 840 | aventura del famoso | | don
Quijote de la Mancha. | |
|
|
|
(Retíranse a un lado
y salen MORGAN y JUSTINO.)
|
MORGAN | ¡Ea, famosos flamencos!
| | Hoy las vitoriosas armas | | muestren sangrientas que están
| 845 | siempre a vencer enseñadas. | |
|
|
JUSTINO | No permitáis
que así tomen | | puesto a vista de las altas | | torres
de Bredá. Humillemos | | esta española arrogancia.
| 850 |
|
|
FADRIQUE | Pues si conocéis que somos | | españoles,
¿cómo aguarda | | vuestro valor que volvamos? | | Pues
sabéis de veces tantas, | | que los españoles
nunca | 855 | vuelven con cobarde infamia | | de donde una vez
llegaron. | |
|
|
|
|
|
(Pelean y vanse, y salen el MARQUÉS
ESPÍNOLA y los demás.)
|
ESPÍNOLA |
¿Qué rumor es aqueste que escuchamos? | |
|
|
JUAN | Según
en breves lejos divisamos, | 860 | el tercio de Medina | | a
la muralla tanto se avecina | | que apoderado está
de unos molinos, | | a la puerta de Amberes tan vecinos,
| | que desde el muro, que asaltar promete, | 865 | distan no
más que tiro de mosquete. | |
|
|
ESPÍNOLA | Pues don
Vicente Pimentel acuda | | luego al punto a ayudallos, | |
con cuatro compañías de caballos. | |
|
|
VICENTE |
Ya, como ha descubierto lo restante | 870 | del ejército
nuestro, el arrogante | | escuadrón que a estorbarlos
ha salido, | | y de quien hasta aquí se ha defendido,
| | |
—255→
| cobarde se retira. | |
|
|
|
|
(Sale MEDINA.)
|
MEDINA | Vitoria ofrece
su temprana ruina. | |
|
|
ESPÍNOLA | ¿Qué es eso,
don Francisco de Medina? | |
|
|
MEDINA | A vista apenas de Bredá
llegamos, | | cuando vueltas miramos | | todas las caserías,
| 880 | antes que en llamas, en cenizas frías;14 | | ¡tanta
la actividad era del fuego! | | Divulgose la luz, y salió
luego | | de la ciudad a15 defender el paso | | un valiente escuadrón
que presumía | 885 | sernos estorbo; mas la compañía
| | de don Fadrique Bazán, que era | | de todas la primera,
| | de tal manera el puesto ha defendido... | |
|
|
ESPÍNOLA |
Don Francisco, no más; ya os he entendido. | 890 | No
me alabéis a nadie que no quiero | | parezcáis
con verdades lisonjero; | | yerra de que no han de agradecerse
| | a un hombre las acciones | | a que nace obligado | 895 |
un noble caballero, que el soldado | | con empresas, trofeos
y blasones, | | no hace más que cumplir obligaciones:
| | luego ningún aplauso | | en su alabanza nueva
| 900 | si paga en sangre lo que en sangre deba. | | Lo que yo haré
será premiarles esto, | | dando a los españoles
ese puesto. | | Y pues tan cerca de Bredá se vieron,
| | ya no será razón que atrás se vuelvan,
| 905 | a sustentar el puesto se resuelvan, | | pues a tomarle
allí se resolvieron. | |
|
|
FADRIQUE | Y yo, que agradecido
me confieso | | por tal merced, a Vuexcelencia beso | | las
manos. |
|
|
|
(Sale ALONSO LADRÓN.)
|
ALONSO |
A
los muros ha salido | 910 | a vernos todo el pueblo. |
|
|
VICENTE |
¡Y
qué lucido
| | |
—255v→
| nos muestra sus almenas, | | de variedad
y de hermosura llenas! | |
|
|
ALONSO | Bien parece, guardando sus
decoros, | | terrado de Madrid en día de toros;
| 915 | pues verás, si la vista allá enderezas,
| | un alto promontorio de cabezas. | |
|
|
|
(En lo alto
MORGAN y JUSTINO, FLORA y LAURA, CARLOS y ALBERTO.)
|
LAURA | Llégate a ver el campo numeroso, | | que es
a los ojos un objeto hermoso | | que suspende y divierte.
| 920 |
|
|
FLORA | En nuestra ruina su rigor se advierte. | |
|
|
ESPÍNOLA |
El marqués Barlanzón con un trompeta | | llegue
de paz al muro, | | y a su gobernador haga seguro | | el intento
que tengo, | 925 | y con la gente a sitiarle vengo; | | que,
si quiere entregarse, | | y en buena guerra a tal partido
darse, | | se admitirá; y si no se rinde luego, | |
le tengo de abrasar a sangre y fuego. | 930 |
|
|
BARLANZÓN |
Toca, trompeta, y vámonos llegando. | |
|
|
|
(Tocan.)
|
JUSTINO | De paz se va a los muros acercando | | con
un trompeta un hombre. | | Haré que mi respuesta les
asombre. | |
|
|
MORGAN | Si es en la guerra ceremonia usada
| 935 | pedir así partidos, | | muertos nos han de ver, y
no vencidos. | | Al cañón prevenido el fuego
apresta, | | y lléveles su muerte la respuesta. | |
|
|
|
| (Disparan.) |
|
VICENTE | Y a Barlanzón en el suelo derribaron.
| |
|
|
JUAN | Herido y arrastrando por la tierra, | | se va acercando
más. |
|
|
ESPÍNOLA | A
retiralle, | | valientes caballeros, acudamos. | |
|
|
ALONSO | Téngase
Vuexcelencia, que aquí estamos | 945 | mil soldados
que iremos,
| | |
—256→
| y la ciudad y todo nos trairemos. | |
|
|
|
(Vanse algunos a retiralle.)
|
ESPÍNOLA | Bien
nos ha recibido | | Bredá; yo pienso que esta salva
ha sido | | adelantada y gloria, | 950 | que publica con fiesta
mi vitoria. | |
|
|
|
(Sacan a BARLANZÓN en hombros.)
|
|
BARLANZÓN |
¿Ha
visto Useñoría | | por ahí ciento y cincuenta
| | diablos que llevan una pierna? | | Pues eso fue, no es
nada, | 955 | una pierna no más de una bolada. | | ¿Qué
piensan estos perros luteranos? | | ¿Piernas me quitan y me
dejan manos? | |
|
|
ESPÍNOLA | Retírese el Marqués,
¡oh cielo, cuánto | | sentí su pena!, en tanto
| 960 | que en tres partes su ejército dispongo | | y
al señor don Gonzalo le propongo | | el intento que
tengo prevenido; | | que yo, de sus consejos advertido, | | de mi celo ayudado, | 965 | en la fe de Filipo confïado,
| | vencer dichoso espero, | | y más cuando al principio
considero | | que es tan dichoso el día | | en que tan
alta empresa determino; | 970 | pues día de Agustino
| | será felice contra la herejía, | | porque
el piadoso celo | | desta divina hazaña | | dé
triunfos a la fe, glorias al cielo, | 975 | opinión
a Filipo y honra a España. | |
|
|