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1.       Usigli, Rodolfo ��Qué opina Ud sobre los repertorios de nuestros teatros comerciales?� Letras de México, México, 1937, n� 14, pp. 1-12.

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2.       La Falange (1923) (ed. Facsimilar: México, FCE, 1980).

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3.       Paz, Octavio, Sor Juana o las Trampas de la fe, México, Fondo de Cultura Económica, 1986.

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4.       Usigli, Rodolfo, México en el Teatro, México, Imprenta Mundial, 1932.

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5.       Id. México en el Teatro (1932), Anatomía del Teatro (1939); Itinerario del Autor dramático (1940).

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6.       Usigli, op.cit.

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7.       Carballido, Emilio �Más teatro joven� in Argudín Yolanda, Historia del Teatro en México, México, Panorama, 1985.

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8.       Usigli, Rodolfo, Teatro Completo, México, FCE, T. 1, 1963 (Prólogo).

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9.       Meyran, Daniel, El Discurso teatral de Rodolfo Usigli (del signo al discurso), México, INBA/CITRU, 1993.

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10.       Ubersfeld, Anne, Lire le théâtre, Paris, edit. Sociales, 1978.

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11.       Usigli, Rodolfo, Itinerario del Autor Dramático, México, La Casa de España, 1940.

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12.       Artaud, Antonin, Le théâtre et son double, Paris, Gallimard, 1964, T. IV.

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13.       Véase la introd. a su libro Teatro de Nueva España en el siglo XVI, México, Imprenta de Jesús Álvarez, 1935

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14.       Ricard, Robert, La conquista espiritual de México, México, FCE, 1986 (ed. francesa, 1933).

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15.       Arróniz, Othón, Teatro de evangelización en Nueva España, México, UNAM, 1979.

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16.       Shelly, Kathleen, �El teatro en la América Hispana durante el siglo XVI�, en Revista Canadiense de Estudios Hispánicos, 71, 1982, pp. 89-101. p. 92.

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17.       Con los términos �evangelizador�, �edificante� o �catequístico�, los diferentes críticos han pretendido, en principio, referirse a una misma realidad. Sin embargo, los criterios para incluir tal o cual obra en este marco global no coinciden. Las dos posturas básicas son la iniciada por Ricard, que considera el término en un sentido estricto, es decir, las representaciones teatrales organizadas por los religiosos para los indios exclusivamente, en las cuales eran actores ellos mismos, y que se escribieron en su propia lengua� (Ricard, Robert, La conquista espiritual..., op. cit. p. 304), y la defendida por Arróniz, más amplia, quien afirma que: Io que define al teatro evangelizador de otros aspectos del histrionismo, es su intención demostradora de dogmas cristianos más que una deliberada estructura formalista� (Arróniz, Othón, Teatro de evangelización.... op. cit. p. 7).

Esta postura le lleva a incluir en su estudio, junto a las obras interpretadas por los indios, representaciones �edificantes� llevadas a cabo en colegios jesuitas para adoctrinamiento de clases dominantes y de un marcado carácter culto, como la Tragedia del Triunfo de los Santos.

En nuestra opinión, hay que considerar, en primer lugar, que la catequización [39] por medio del teatro no es algo que surge en Nueva España: desde mucho tiempo atrás se está dando en la península; y, en segundo lugar, que el teatro que instruye a cristianos para fortalecer su fe tiene unas connotaciones distintas al que inicia en esa fe al �idólatra�. En este sentido, y apoyando las tesis de Ricard, nos parece que, pese a que no sea posible hacer una delimitación estricta e incluso coincidan los tenias, es preferible hablar, como señala Shelly, de dos tipos de teatro religioso en la Nueva España del s. XVI:

1) Un teatro religioso tradicional dirigido a españoles y criollos que, a nuestro juicio, en muchos aspectos no difiere del desarrollado en la península.

2) Un teatro misionero o evangelizador, dirigido a los indios, que plantea problemas derivados del proceso de aculturación en el que se ve involucrado (véase SHELLY, �El teatro en la América...�, op. cit. en especial p. 100). A este tipo de teatro pertenece la Conquista de Jerusalén.

6. Motolinía, fray Toribio Benavente, Historia de los Indios de la Nueva España, ed. de Georges Baudot, Madrid, Castalia, 1985, pp. 202-213. La descripción se halla en una carta que fray Toribio inserta en la Historia. En su estudio de la pieza, Arróniz considera que el autor de la misma es fray Antonio de Ciudad Rodrigo (véase Arróniz, Teatro... op. cit. pp. 53 y ss). Autores de la talla de Baudot han demostrado, sin embargo, que la carta es del propio Motolinía, y la lectura atenta de las propias palabras del fraile no ofrece dudas acerca del papel de fray Antonio no como autor sino como receptor de dicha carta:

     �Otra carta del mismo fraile a su prelado, escribiéndole las fiestas que se hicieron en Tlaxcallan por las paces hechas entre el Emperador y el rey de Francia; el prelado se llamaba fray Antonio de Ciudad Rodrigo� (Historia... p. 202).

     La responsabilidad del contenido de la misma corresponde, por tanto, exclusivamente a Motolinía.

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18.       Ibid. p. 375. En adelante citaremos siempre la obra de Motolinía según esta edición.

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19.       Véase ibíd. p. 205.

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20.       Véase Arróniz, Teatro de evangelización..., op. cit. p. 66.

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21.       Véase ibid. pp. 77 y ss. La fecha temprana y el hecho de que el centro temático no sea la Eucaristía sino el Bautismo son algunas de las razones por las que consideramos que esta idea no es válida. Están además las palabras de Motolinía respecto a la fecha de la representación:

�Y por la hacer más solemne acordaron de la dejar para el día del Corpus Christi� (Historia, p. 203).

No parece, pues, que la representación tuviera relación temática con el Santísimo Sacramento, sino que se eligió la fecha después de ideada la representación.

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22.       Weckmann, Luis, La herencia medieval de México, 2 vols, México, Colegio de México, 1984, vol. II, p. 651.

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23.       Decía Motolinía que los tlaxcaltecas eran la gente que �en toda la tierra más ejercitada era en las cosas de la guerra� (Historia, p. 377). Véasen otras afirmaciones similares en las pp. 112 y 157.

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24.       Véase Brisset, Demetrio, Fiestas de moros y cristianos en Granada, Diputación Provincial de Granada, 1988, pp. 9-14.

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25.       cit. en Weckmann, Luis, La herencia..., op. cit. p. 652.

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26.       Ricard, La conquista espiritual..., op. cit. p. 294.

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27.      Weckmann, Luis, La herencia..., op. cit. p. 651. El subrayado es nuestro.

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28.       Se trata de una pieza española que se conserva en el Códice de Autos Viejos de la Biblioteca Nacional de Madrid, pero, según Rojas Garcidueñas, debió representarse en México, por lo que es incluida en su edición de Autos y coloquios del siglo XVI, México, UNAM, 1939.

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29.       Reyes, Alfonso, Letras de la Nueva España, México, FCE, 19864, p.50.

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30.       Baudot, George, Utopía e Historia en México, Madrid, Espasa-Calpe, 1983 -versión francesa de 1977-, p. 336.

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31.       Motolinia, Historia..., p. 211. En adelante, para citar fragmentos de la representación señalaremos tan sólo la página tras el texto, para distinguirlo de otras partes de la obra de Motolinía, en las que señalaremos, como hasta ahora, también el título abreviado.

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32.       Véase ibíd. p. 196.

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33.       Cit. por Ricard, La conquista..., op. cit. p. 169.

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34.       Pazos, Manuel, �El teatro franciscano en México en Méjico, durante el siglo XVI�, en Archivo Iberoamericano, 2� época, n� 42 (abril-junio) 1951.

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35.       El problema, sin embargo, lo encontramos en el personaje que se ha elegido como Soldán moro: Hernán Cortés. �Por qué en esta conquista aparece Cortés como enemigo de la cristiandad cuando era conocido su interés en la evangelización de los indios y él mismo había pedido al Emperador que llegaran frailes para divulgar la doctrina en Nueva España? Debemos recordar además el elogio que el propio Motolinía le dedica en su Historia:

�... hay tanto que decir de sus proezas y ánimo invencible, que de sólo ello se podría hacer un gran libro� (Historia, p. 328).

y las buenas relaciones que siempre mantuvo con los franciscanos.

     Descartada la posibilidad de que el propio Cortés participara en la representación, García Icazbalceta no encuentra solución al problema. Arróniz cree ver aquí la mano de un indígena resentido por la conquista (véase Arróniz, Teatro de evangelización.... op. cit. p. 83), pero debemos recordar que los tlaxcaltecas no fueron vencidos en ningún momento, al contrario, se unieron a Cortés en la contienda. Williams comenta la antigua costumbre indígena de sacar en disfraz a sus propios dioses y héroes en sus fiestas �ya para honrarlos en una procesión solemne, ya para satirizarlos en una comedia� (Williams, Jerome, El teatro de evangelización en México durante el siglo XVI: reseña histórico-literaria, Yale University, 1980, p. 144).

     En nuestra opinión, la posible solución al enigma está en las palabras del Emperador:

�En las batallas diversos son los acontecimientos y el que hoy vence mañana es vencido, y el que fue vencido otro día es vencedor� (p. 207).

     El triunfo no es de las personas sino de Dios, Cortés no fue más que un instrumento de Dios en la conquista de México y ahora es un instrumento para probar su poder: es un enemigo de suficiente valía como para plantar cara a los ejércitos cristianos y vencerlos en dos ocasiones. Por otra parte, su arrepentimiento sincero le devuelve a la fe verdadera y lo instaura de nuevo en su puesto.

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36.       Mucho más imaginaria si recordamos que Carlos V no expresó deseos de conquistar Jerusalén.

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37.       Así los define Arróniz en su análisis, para quien el propósito fundamental de la obra era precisamente �convertir en cruzados a los tlaxcaltecas� (Arróniz, Teatro de evangelización..., op. cit. p. 66).

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38.       Esta idea queda ya apuntada por Pazos al afirmar que el propósito de la obra era �que los indios diesen obediencia al rey de España y que se bautizasen� (Pazos, �El teatro...� op. cit. p. 169). Por otra parte, Williams ha señalado este mismo rasgo de obediencia política y religiosa además en dos obras también en náhuatl pero posteriores, la Destrucción de Jerusalén, a la que ya hemos aludido, y el Coloquio en Lengua Mexicana de la Invención de la Santa Cruz por Santa Elena (véase Williams, El teatro... op. cit. pp. 220-221).

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39.       Shelley, Kathleen, �El teatro en la América...�, op. cit. p. 95.

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40.       Véase Maravall, José Antonio, Utopía y reformismo en la España de los Austrias, Madrid, Siglo XXI, 1982, pp. 78-110.

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41.      . Documento completo reproducido en Baudot, Utopía e historia..., op. cit. p. 322.

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42.       Dice Motolinía: �... para todo buen aprovechamiento trajo Dios al señor don Antonio de Mendoza, visorrey y gobernador, que ha echado el sello, y en su oficio ha proseguido prudentemente y ha tenido y tiene grande amor a esta patria� (Historia p. 300).

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43.       Baudot, Utopía e historia..., op. cit. p. 99. Hay que señalar que esas ilusiones se mantenían más de 50 años después de la representación de la Conquista de Jerusalén, como vemos en el Parecer del P. Provincial y otros teólogos de la Orden de San Francisco fechado en México en 1594: �...débese considerar esta república de la Nueva España, que consiste en dos naciones, scilicet, la española y la de los indios. La de los indios es natural (...). La nación de los españoles es advenediza y acrecentada...� (cit. en Baudot, Utopía e historia..., op. cit. p. 99).

     Por aquellas mismas fechas (hacia 1596) acababa fray Gerónimo de Mendieta su Historia Eclesiástica Indiana, en la que intenta plantear de manera programática estas ideas que se venían planteando desde la llegada de los [51] franciscanos a Nueva España. Sin existir un total paralelismo entre el pensamiento de Motolinía y el de Mendieta, podemos encontrar lo fundamental de los aspectos señalados también en la obra de este franciscano. No sólo aparece la justificación de la conquista como medio para extender la fe cristiana y la consideración de Colón, y especialmente Cortés, como instrumentos de Dios (véase Mendieta, fray Gerónimo de, Historia Eclesiástica Indiana, ed. de García Icazbalceta, México, Porrúa, 19803, p. 15 y 173-177), sino que se defienden los mismos planteamientos políticos: la necesidad de separar a los indios de los españoles:

�A los principios cuando esta Nueva España se conquistó y allanó se hicieron dos yerros bien dañosos (...). El uno fue no juntar generalmente a todos los indios en pueblos formados (...). El segundo fué no hacer también luego pueblos formados para españoles, donde vivieran por sí, sin revolverse con los indios� (Historia eclesiástica, pp. 496-7).

El papel del rey como representante del Papa:

�lo que el Pontífice hace por medio del rey es como si por sí mismo lo hiciese� (Historia eclesiástica, p. 25).

Y la exaltación de la figura de Carlos I como rey que reconocía ser tutor de los indios, que (...) de ese mesmo Dios, y de su Iglesia en su nombre le estaban encomendados� (Historia eclesiástica, p. 477).

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44.       Este autor marca el nexo de unión entre este pensamiento franciscano y, el savonarolismo en la relación señalada por Motolinía entre fray Martín de Valencia y la beata del Barco de Ávila, al parecer difusora de esta corriente en la península (véase Maravall, José Antonio, Utopía y reformismo... especialmente pp. 95-99).

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45.       Recientemente han aparecido algunas críticas a este concepto de milenarismo. Así, Alain Milhou, en 1987, reconocía la influencia de las preocupaciones escatológicas medievales en autores como Motolinía, pero señalaba que si el término �milenarismo� no se entiende en un sentido amplio de creencia en la unificación del mundo bajo una misma fe y una misma autoridad, sino en su sentido restringido, no seda posible adscribir en esta corriente a los franciscanos porque éstos no �evocaban un milenio donde los pobres (indios) serían los primeros y donde las jerarquías sociales y políticas serían trastornadas� (Milhou, Alain, �El concepto de 'destrucción' en el evangelismo milenario franciscano�, en Actas del II Congreso Internacional sobre los franciscanos en el Nuevo Mundo (siglo XVI), Archivo Ibero-americano, 2� época, tomo 48, 1988, p. 313).

     Por su parte, Melquiades Andrés Martín, en un estudio publicado en 1990 (�Nuevo planteamiento de la utopía franciscana en México�, en Extremadura en la evangelización del Nuevo Mundo, actas y estudios, Madrid, 1990, pp. 269-289), se propone definir los conceptos de utopía, escatologismo, apocalipticismo, milenarismo y profetismo para concluir afirmando que ninguna de las obras que con tales nombres han definido el pensamiento de los primeros franciscanos en Nueva España.

�estudia a fondo la antropología y espiritualidad de los franciscanos descalzos y observantes, ni su formación, ni su vida espiritual, ni su concepción del Evangelio...� (p. 279),

y que estos misioneros

�no tienen un modelo o ideal pequeño, sino algo que supera a Moro, Fiore, Donino... Tienen el Evangelio, la Regla� (p. 289).

     En nuestra opinión, el mensaje evangélico no puede dar explicación por sí mismo ni del pensamiento franciscano en general ni de las ideas planteadas en la Conquista de Jerusalén en particular. El concepto de milenarismo, en cambio, puede dar luz en este sentido, como veremos a continuación.

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46.       Phelan, John, L., El reino milenario de los franciscanos en el Nuevo Mundo, México, UNAM, 1972, p. 24.

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47.       Baudot, Utopía e historia..., op. cit. p. 503.

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48.       Así, el padre Vitoria, aunque nunca vivió en las Indias, defendía, según Phelan, que �el evangelio debía ser predicado a los indios, pero los españoles debían respetar la soberanía política y la propiedad privada de las naciones indígenas� (Phelan, El reino milenario..., op. cit. p. 16).

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49.       Véase ibíd. p. 25.

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50.       Ibíd. p. 40. Respecto a las palabras concretas de Colón, baste recordar este fragmento en el que, después de haber afirmado que, según los profetas, faltan 155 años para la llegada del fin del mundo, el Almirante habla de su propio papel providencial:

�Ya dise que para la hesecuáión de la inpresa de las Indias no me aprovechó rasón ni matemática ni mapamundos; llenamente se cunplió lo que diso Isaías. Y esto es lo que deseo de escrevir aquí por le redusir a Vuestras Altezas a memoria, y por que se alegren del otro que yo le diré de Jherusalen por las mesmas autoridades, de la cual inpresa, si fee ay, tengan por muy cierto la victoria� (Cristóbal Colón, Textos y documentos completos, ed. de Consuelo Varela, Madrid, Alianza Universidad, 1989, p. 280).

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51.       Ver Luis Lamarca, El teatro en Valencia desde su origen hasta nuestros días, Valencia, 1840, pag 67, nota. En este trabajo se da una relación que del suceso se hizo publicar en Zaragoza, tras el incendio ocurrido en la noche del 12 de noviembre de 1778.

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52.       F. Sureda, �Les comédies de bandolers i el seu reflex de la historia a l'escena valenciana del siglo XVIII�, in AFERS, fulls de recerca i pensament, Valencia, 1987, p. 517-553.

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53.       Francisco Ruiz Ramón, Historia del Teatro Español (desde sus orígenes hasta 1900), Cátedra, Madrid, 1979, p. 194-195.

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54.       F.Sureda, Théâtre et société à Valencia au XVIII� siècle (1700-1779), Perpignan, 1987, Tesis mecanografiada, en prensa en Valencia.

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55.      Repertorio, art.cit., p.36, nota 25.

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56.       Revista Renglones, 24 diciembre 1992 / Marzo 1993.

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57.       Alarcón, Juan Ruiz de. Obras Completas, tm. I, FCE, México, 1977, 2a. ed., p. 17.

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58.       Ibidem.

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59.       Idem, p. 65

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60.       Al revisar los textos considerados a lo largo de esta ponencia, nos encontramos con un buen número de artículos que se ocupan sobre todo de denunciar el mal estado del teatro en México, aun cuando aborden otros temas. Les dedicamos este apartado, pero se hace la aclaración de que el asunto, forma parte también, con frecuencia, de textos que veremos más adelante.

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61.       Véanse, Celestino Gorostiza, �Aspectos del teatro�, Contemporáneos, vol. IV (1929) pp. 146-150; id., �El teatro y la actitud mexicana�, Contemporáneos, vol. VI (1930) pp. 39-52; Salvador Novo, �Chaos and Horizons of Mexican Drama, Theatre Arts Monthly, XXV (1941) pp. 393-397; Rodolfo Usigli, art. cit. y �Teatro desnudo�, Ruta, 4a. época (1943) pp. 51-52 (además de que toca el tema en varios ensayos); Salvador Novo, �El teatro y la Revolución Mexicana�, Letras vencidas, Xalapa, Universidad Veracruzana, 198 1, pp. 71-86 (conferencia [94] publicada en 1960); José Estrada, �El no teatro mexicano�, Mundo Nuevo, 3 (1966) pp. 60-61, entre otros.

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62.       Véanse, especialmente, Novo, �Chaos...�, art. cit. y Rodolfo Usigli, �From the Mexican Theatre: A Letter Brought Across the Border and Annotated by Rodolfo Usigli�, Theatre Arts Monthly, 19 (1935) pp. 61-66.

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63.       Sobre la �crisis del teatro comercial� y su �bifurcación del artístico� véase Gorostiza, �El teatro...�, art. cit.

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64.       Usigli, �From the Mexican...�, art. cit. y �Position...�, art. cit.; Novo, �Chaos...�, art. cit.

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65.       Ver, Anónimo, �El teatro nacional�, La Falange, art. cit.; Francisco Monterde, �El teatro popular mexicano�, Books Abroad, 4 (1930) pp. 117-118; Gorostiza, �El teatro...�, art. cit.; Novo, �Chaos...�, art. cit.; Ermilo Abreu [95] Gómez, �Preguntas a Celestino Gorostiza�, Letras de México, año VII, 1, 2 (1943) p. 4; Usigli, �Teatro desnudo�, art. cit.; Sada, �El teatro...�, art. cit., entre otros muchos.

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66.       Otros teatros, otros creadores, eventualmente escriben sobre su experiencia o ideas sobre el teatro. Su testimonio acaso hay que buscarlo diseminado, exiguo, bajo el manto que cubrió una nueva actividad en el arte: el cine o la literatura. Y ahí están Mauricio Magdaleno, Juan Bustillo Oro y Julio Bracho. Hay muchos -en el teatro de �revista�- para quienes la escritura no forma ni remotamente un quehacer al cual dedicarse, a ellos toca asediarlos de manera distinta.

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67.       Uno de estos proyectos, el de �El teatro Popular Mexicano�, abanderado por Amalia Caballero de Castillo Ledón, es comentado con entusiasmo por Francisco Monterde en �El Teatro Popular Mexicano�, art. cit.

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68.       Enrique de Olavarría y Ferrari, Reseña histórica del teatro en México, 2a. ed., México, Casa editorial, imprenta y litografía �La Europea�, 1895 [3a. ed., México, Porrúa, 1961, 5 ts.] y Marcelino Dávalos, Monografía del teatro, México, Secretaría de Educación Pública, 1917, 2 vols.

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69.       Francisco Monterde, Bibliografía del teatro en México, México, Secretaría de Relaciones Exteriores, 1933; Rodolfo Usigli, México en el teatro, México, Imprenta Mundial, 1932.

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70.       Rodolfo Usigli, �Prólogo [Caminos del teatro en México]� a Monterde, Bibliografía..., op. cit.

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71.       Id., México en el teatro, op. cit., p. 73.

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72.       Ib., p. 122.

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73.       Loc. cit.

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74.       Ib., p. 154.

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75.       Theatre Arts Monthly, XXII, 8 (1938).

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76.       Ib., pp. 611-623.

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77.       Véase la exhortación de Xavier Villaurrutia a la experimentación teatral que, en su caso, dio origen al teatro de Ulises, en �Hope and Curiosity. Experimental Theatre. As a Source� ib., pp. 607-609; y el de Rodolfo Usigli, �Hope and Curiosity. Experimental Theatre. As a Profesion� en ib., pp. 609-610 que habla de la necesidad de la enseñanza universitaria que guíe la experimentación, la renovación del quehacer teatral.

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78.       Ib., pp. 587-595.

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79.       Trabajos generales más recientes sobre la �revista� son, entre otros, los de Armando de María y Campos, El teatro de género chico en la Revolución Mexicana, México, Biblioteca del Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana, 1956; Manuel Campos Díaz y Sánchez, �Current Attractions. The Frivolous Era in Mexico's Theatre�, Mexican Life, XLVI, 2 (1970) pp. 35-37 y Socorro Merlín, �Sueños vestidos de colores, plumas y lentejuelas. La carpa en México 1930-1950�, Acotación, 3a. época, año 1, 2 (1992) pp.5-9.

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80.       Salvador Novo, �Spellbound Stages�, Theatre Arts Monthly, rev. cit., pp. 569-574.

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81.       Ib., p. 570. Mi propia traducción.

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82.       Anna L. Oursler, El drama mexicano desde la Revolución hasta el año de 1940 [tesis] México, Universidad Nacional Autónoma de México, 1940. El texto de Oursler, sin embargo, permanece muy ligado a sus fuentes y no ofrece enfoques novedosos. Véase también el trabajo de James Larkin Wyatt sobre La obra dramática de Rodolfo Usigli [tesis] Universidad Nacional Autónoma de México, 1950. A fines de la década de los treintas se abrieron cursos de teatro en la Universidad Nacional que no tuvieron continuidad en esos momentos, véase Usigli, �Hope and...�, art. cit.

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83.       Celestino Gorostiza acuña el término �teatro experimental� para esta vertiente del teatro y parece tomarlo del modo en que se hacen llamar algunos grupos de teatro de fines de la década de los cuarentas, que se oponen a la práctica del teatro �profesional� (el teatro con fines de lucro). Celestino Gorostiza, �Apuntes para una historia del teatro experimental�, México en el arte, 10-11 (1950) p. 23. Sin embargo, estos términos aparecen ya en Villaurrutia y Usigli, �Hope and...� arts. cits.

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84.       Además de los textos en que nos detendremos más abajo, son útiles los enfoques de los ensayos que cito a continuación y que se ocupan, especialmente, del teatro de los cincuentas en adelante: Peggy Muñoz, �Esquilo y Sartre en México�, Américas, vol. 5, 8 (1953) pp. 6-8 y 41-43; Frank Dauster, �The Contemporary Mexican Theatre�, Hispania, vol. XXXVIII, 1 (1955) pp. 31-34; María Luisa Mendoza, �Reorientación del teatro mejicano�, Américas, vol. 10, 5 (1958) pp. 13-17; Alan Lewis, �The Theatre in Mexico�, The Texas Quarterly, II, I, (1959) pp. 143-155; Salvador Novo, �El teatro en México�, Cuadernos de Bellas Artes, año II, 10 (1961) pp. 61-71; Alyce Golding Cooper, Teatro mexicano contemporáneo, 1940-1962 [tesis] México, Universidad Nacional Autónoma de México, 1962; Carlos Solórzano, �El teatro mexicano contemporáneo�, Casa de las Américas, 28-29 (1965) pp. 99-104.

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85.       Francisco Monterde, �Autores del teatro mexicano, 1900-1950�, México en el arte, 10-11 (1950) pp. 39-46.

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86.       Gorostiza, �Apuntes...�, art. cit., pp. 29-30.

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87.       Ib., p. 21.

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88.       Ib., �Panorama del teatro en México�, Cuadernos Americanos, año XVI, XCV1, 6 (1957) p. 259.

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89.       John Nomland, Teatro mexicano contemporáneo [1900-1950], tr. de Paloma Gorostiza de Zozaya y Luis Reyes de la Maza, México, Instituto Nacional de Bellas Artes, (estudios literarios #2) 1967, 340 pp.

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90.       Y son objeto de atención en Muñoz, �Esquilo...�, art. cit.; Lewis, �The Theatre...�, art. cit. y Mendoza, �Reorientación...�, art. cit.

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91.       Antonio Magaña-Esquivel, �Vísperas del teatro mexicano�, Humanismo, 1 (1952) pp. 59-62.

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92.       Véase, id., Imagen del teatro, op. cit.

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93.       Id., Medio siglo de teatro mexicano [1900/1961], México, Instituto Nacional de Bellas Artes, 1964. Con ligeras variantes en cuanto a datos, organización y delimitación de periodos, otras obras de Magaña-Esquivel siguen a Medio siglo... y a la visión particular del crítico en torno al teatro y la dramaturgia mexicanos. Véanse, �Introducción� a Teatro mexicano del siglo XX. II, México, Fondo de Cultura Económica, 1981, pp. vi-xxxv [la. reimpr de la la. ed. 1956]; en colaboración con Ruth S. Lamb, Breve historia del teatro mexicano, México, De Andrea, 1958 (Manuales Studium, 8); �El teatro mexicano contemporáneo�, Revista Interamericana de Bibliografía, XIII, 4 (1963) pp. 402-423.

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94.       Monterde, �Autores...�, art. cit. y Gorostiza, �Apuntes...�, art. cit.

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95.       Véase el texto de Yolanda Argudín, Historia del teatro en México, México, Panorama, 1985.

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96.       Francisco Monterde, �Prólogo� a Teatro mexicano del siglo XX. I, México, Fondo de Cultura Económica, 1956; Antonio Magaña-Esquivel, �Introducción� a Teatro mexicano del siglo XX. II, op. cit.; Celestino [100] Gorostiza, �Introducción� a Teatro mexicano del siglo XX. III, México, Fondo de Cultura Económica, 1956, pp. vii-xxvii. En 1970, la colección creció con dos volúmenes más dedicados a obra dramática de 1957 en adelante. Los prólogos de ambos volúmenes se deben a Magaña-Esquivel.

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97.       Monterde, �Autores...�, art. cit.; Gorostiza, �Apuntes...�, art. cit. y Magaña-Esquivel, �Vísperas...�, art. cit.

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98.       Madeleine Cucuel, �Les recherches théâtrales au Mexique (1923-1947)�, Le théâtre mexicain contemporain, Publications de l'Université de Rouen, 1987, pp.7-57.

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99.       Escénica, época �Historia del teatro de la Universidad. 1. Panorama previo�, vol. I, 1 (1988) y Escénica, vol. I, 2 (1989). El proyecto de una serie dedicada a la historia del teatro universitario parece que no tuvo continuidad.

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100.       Nomland, op. cit.

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101.       �Revolucionarias� es decir que toman como tema la Revolución Mexicana, sus propósitos, sus temas, sus figuras. Sobre este tema véase Armando de María y Campos, El teatro de género dramático en la Revolución Mexicana, México, Biblioteca de Instituto Nacional de Estudios de la Revolución Mexicana, 1957.

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102.       Cit. por Jesús Rubio Jiménez, �Melodrama y teatro político en el siglo XIX, el escenario como tribuna política� en Castilla, estudios de literatura, núm. 14 Universidad de Valladolid, 1989. p. 134.

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103.       op. cit. pp. 129-130.

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104.       Desde 1923 en revistas como La falange (1923) se leen quejas y lamentos en torno a dicha cuestión. Incluso el periódico El Universal Ilustrado, durante los primeros meses de 1922 realiza una encuesta entre intelectuales y gente de teatro sobre este asunto.

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105.       Cf. Rodolfo Usigli, México en el teatro, México, Imprenta Mundial, 1932, pp. 154-157.

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106.       Cf. Guillermina Fuentes Ibarra, �El teatro Municipal de la ciudad de México (1923)�, en Acotación, Boletín del Centro Nacional de Investigación Teatral �Rodolfo Usigli�, núm. 2, jul. dic. 1991, pp. 21-24.

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107.       Como ejemplos más representativos de esta tendencia podríamos citar Padre Mercader de Carlos Díaz Dufoo o Vía Crucis de José Joaquín Gamboa, las cuales en cualquier forma manifiestan una muy particular e importante preocupación por reflejar la vida cotidiana de las medias o venidas a menos durante el período post-revolucionario.

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108.       Cf. Armando de María y Campos, Teatro de género chico durante la revolución mexicana, México, ed. Botas.

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109.       Claude Fell, �La influencia soviética en el sistema educativo mexicano (1920-1921)�, Revista de la Universidad de México, Noviembre de 1975, pp. 25-32.

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110.       op.cit. Fell en este ensayo cita textualmente a Vasconcelos con relación a dicha influencia �a propósito de la Ley de Educación que sometió al parlamento en octubre de 1920: 'La tenía en mi cabeza desde mi destierro en Los Angeles, antes de que soñara volver a ser ministro de educación, y, mientras leía lo que en Rusia estaba haciendo Lunatcharsky. A él debe mi plan más que a ningún otro extraño.'(...)�.

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111.       Fell, Claude, �El teatro�, José Vasconcelos: Los años del águila (1920-1925), educación, cultura e iberoamericanismo en el México Postrrevolucionario, México, [112] Universidad Nacional Autónoma de México (serie Historia Moderna y Contemporánea/21), 1989, pp. 470-471.

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112.       Fell destaca de esto lo siguiente: �El ministro considera que la concepción tradicional de la representación teatral, durante la cual un público relativamente reducido está �encerrado dentro de cuatro muros y un techo�, debe ser rechazada y reemplazada por una manifestación al aire libre, que recuerde el �teatro descubierto�, de los griegos y de los otros pueblos mediterráneos. (...)Una nueva concepción de la estructura misma del lugar festivo y escénico acarrea el nacimiento de un género artístico nuevo. El Estadio de México será �una mezcla de teatro al aire libre y de escenario moderno. (...)El nuevo arte teatral será una explosión de belleza, una fusión de música y baile�: �un ballet, orquesta, y coros de millares de voces, ése es el único arte que pueda expresar los ideales colectivos de una humanidad que desea romper el egoísmo en todas sus manifestaciones y se empeña en conquistar formas universales de sentimiento� en op. cit, pp. 475-476.

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113.       Narciso Bassols. 1897-1959. Fue Secretario de Educación en el gobierno de Abelardo Rodríguez, impulsó la llamada �Educación socialista� y de manera personal a grupos y movimientos de teatro de la época, como el Teatro de Ahora o el Teatro de Orientación, así como también al mismo movimiento de teatro guiñol iniciado por Germán List Arzubide y Germán Cueto entre otros.

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114.       Efrén Orozco Rosales, Liberación, escenificación musicada de la historia de México, Depto. del Distrito Federal, México, 1933, pp. 5-6.

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115.       Véase también el estudio de Jean Meyer, Daniel Meyran y Louis Panabiére �Les accultureurs, antialcoolisme, defanatisacion et théâtre au Mexique (1929-930)�, Caravelle, núm. 28, Toulouse, 1977, pp. 259-274, en donde se analiza otra experiencia de teatro educativo patrocinado por el Estado.

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116.       Véanse al respecto los siguientes estudios:

Michel Cerda, Nature du théâtre de Juan Bustillo Oro et de Mauricio Magdaleno: el teatro de ahora, [thése], Université de Rouen, 1982, 108 pp.

Madeleine Cucuel, �Les recherches théâtrales au Mexique (1923-1947), Les Cahiers du CRIAR (Centre de Recherche d'Etudes Iberiques et ibéro-Américaines), n� 7, Université de Rouen, France, 1987, pp. 7-58.

Id., �Le Théâtre mexicain et l'ecole socialiste� Cahiers du Criar, n� 3, Université de Rouen, 1983, pp. 5-33.

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117.       Juan Bustillo Oro, El �Teatro de Ahora�, un primer ensayo de teatro político en México, notas leídas en el Ateneo de Madrid, el 25 de noviembre de 1932, como complemento a las de Mauricio Magdaleno, Panorama y propósito del teatro mexicano, leídas la víspera, México, Fondo documental �Teatro de Ahora�, CITRU.

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118.       Mauricio Magdaleno, Panorama y propósito de una dramaturgia mexicana, notas leídas en el Ateneo de Madrid, el 24 de noviembre de 1932. Fondo documental �Teatro de Ahora�, CITRU, México.

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119.       Cit. por Antonio Magaña Esquivel, Imagen del teatro (experimentos en México), México, edic. Letras de México, EDIAPSA, 1940, p. 78.

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120.       Alejandro Ortiz, Tania Barberán, Del café de Nadie al espacio teatral. Los estridentistas y el teatro (entrevista a Germán List Arzubide y notas), entrevista inédita. Feb. 1992.

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121.       Para mayor información sobre El Estridentismo como movimiento artístico de vanguardia véanse los siguientes estudios: Luis Mario Schneider, El Estridentismo, una literatura de la estrategia, México, Instituto Nacional de Bellas Artes, (Estudios Literarios 5), 1970.

Hugo J. Verani, Las vanguardias literarias en Hispanoamérica (manifiestos, proclamas y otros escritos), México, Fondo de Cultura Económica, (colecc. Tierra Firme) 2� edic., 1990, 285 pp.

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122.       Evodio Escalante, � Germán List Arzubide, entrevista a...�, en Escénica, Revista de teatro de la UNAM, época I, núms. 4-5, septiembre de 1983, pp. 18-21.

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123.       Cf. las reflexiones que hace Usigli a propósito del estreno de San Miguel de las Espinas de Juan Bustillo Oro en 1933, en Rodolfo Usigli, Voces, diario de trabajo (1932-1933), México, Seminario de Cultura Mexicana, 1967, p. 316.

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124.       Xavier Villaurrutia: Obras (Poesía, teatro, Prosas varias, crítica). México, Fondo de Cultura Económica, 1966, p. 46.

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125.       Ibíd., p. 53.

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126.       Ibíd., p. 447

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127.       Ibíd., p. 456

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128.       Ibíd., p. 557

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129.       Ibíd., p. 301.

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130.       Ibíd., p. 45.

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131.       Ibíd, p. 54.

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132.       Ibíd., p. 99.

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133.       Ibíd., p. 48.

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134.       Ibíd., p. 47.

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135.       Ibíd., p. 284.

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136.       Ibíd., pp. 296-297.

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137.       Ibíd., p. 50.

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138.       Ibíd., p. 61.

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139.       Ibíd., p. 659

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140.       Sor Juana Inés de la Cruz, Inundación Castálida, �Acusa la hidropesía de mucha ciencia, que teme inútil aun para saber, y nociva para vivir�, Clásicos Castalia, Madrid, 1982, p. 137.

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141.       Las citas remiten a 9 dramaturgos hispanoamericanos, Antología del teatro hispanoamericano del siglo XX, Ottawa, Girol Books, Inc., colección Telón, 1983, p. 125-175.

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142.       Defeño: habitante de México D.F.

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143.       El papel del director de teatro empieza a manifestarse en México en los años 1935 con Celestino Gorostiza y el Teatro de Orientación.

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144.       Xochitl: flor en náhuatl.

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145.       Lolo: película mexicano de Francisco Athié (1993) con Roberto Sosa (Lolo), el cual también hizo de Rufino en la puesta De la calle por Julio Castillo.

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146.       GARRO, Elena, Un Hogar sólido y otras piezas. Xalapa, Universidad Veracruzana, 1983. p. 180.

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147.       Ídem, op.cit., p. 240-241.

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148.       Id., op. cit., p. 184.

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149.       Id., p.223.

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150.       Carlos Fuentes, El tuerto es rey, México, Joaquín Mortiz, Col. Teatro del volador.

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151.       Edmond Cros, Théorie et pratiques sociocritiques, Montpellier, Cers, 1983.

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152.       Gerard Genette, Seuils, Paris, Seuils, Col. Poétique, 1987.

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153.       C'est nous qui soulignons.

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154.       El tuerto es rey, op-cit, p. 18.

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155.       El tuerto es rey, contracubierta.

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156.       Edmond Cros, �De la confusion et de la distinction des sexes: à propos du monstre de Ravennes� in Hommage à Maxime Chevalier, Bordeaux, eds. Biére, 1990.

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157.       Gonzalo Correas, Vocabulario de refranes y frases proverbiales, ed. de Louis Conibet, Institut d'Etudes Ibériques et Ibéro-américaines de l'Université de Bordeaux, 1967.

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158.       Ibíd, p.449a.

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159.       Ibíd p.464b.

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160.       El tuerto es rey, contracubierta, op-cit.

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161.       Ibíd, p. 19.

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162.       Edmond Cros, �El folklore en El lazarillo de Tormes�, in Lecture idéologique du Lazarillo de Tormes, Co-textes, Montpellier, Cers, 1984, pp. 5-20.

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163.       El tuerto es rey op-cit p. 18.

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164.       Ibíd, p.73.

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165.       Ibíd, p.75.

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166.       Edmond Cros, Le folklore... op-cit, p. 10.

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167.       El tuerto es rey, op-cit, p.89.

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168.       Antonio Buero Vallejo, �Acerca del drama histórico�, ponencia presentada en el I Encuentro de Teatro España-América Latina, Madrid-Andalucía, julio 1980.

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169.       Roberto R. Rodríguez, �La función de la imaginación en las Coronas de Rodolfo Usigli�, en Latin American Theatre Review, 10.2 (1977), p. 37.

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170.       Vid. Patrice Pavis, Diccionario del teatro. Dramaturgia, estética, semiología, Barcelona, Paidós Comunicación, 1980, voz �Historia�, pp. 255-258.

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171.       Antonio Buero Vallejo, op. cit.

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172.       Fechada en enero de 1989, fue publicada dos años más tarde en México, Siglo XXI.

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173.       Fechada en julio de 1990, fue publicada en Madrid en 1992, dentro de la colección de la revista El Público y con un prólogo de Luis de Tavira, quien sería el responsable de su puesta en escena.

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174.       La editó en Madrid, en 1990, la editorial Espiral/Fundamentos junto a otra obra, Mientras que Némesis duerme, con un prólogo de Andrés Amorós.

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175.       Compuesta en 1989, gracias a una beca del INAEM (Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música), se publicó en Madrid en 1990, dentro de la colección de la revista El Público y con un prólogo de Ricard Salvat.

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176.       La edición francesa, en Éditions Théâtrales, es de 1991. La versión española, traducida por Daniel Sarasola, apareció también en Madrid dentro de la colección de la revista El Público, en 1992, y contó con un prólogo de Irène Sadowska-Guillón.

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177.      . Vid. Orlando Rodríguez B., �América en el teatro del Siglo de Oro�, en El Público, 90 (1992), pp. 77-91.

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178.       Para el caso son de gran utilidad los artículos aparecidos en Théâtre/Public, 107-108 (1992), número doble dedicado a América 1492-1992. Théátre el Historie. Particularmente los siguientes: George Woodyard, �Cuauhtémoc, une figure (dé)mythifiée� (pp. 56-58) y Sandra M. Cypess, �La Malinche comme signe� (pp. 58-63).

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179.       Max Aub, �Notas mexicanas�, en Papeles de Son Armadans, CLXXIII (1970), pp. 163-182.

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180.       Para Heidrun Adler �la version berlinoise ne présente aucun intérêt�. Vid. H. Adler, �Les rêves mutilés�, en Théâtre/Public, 107-108 (1992), pp. 63-66.

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181.       Quizá convendría hablar de tres versiones, pues a Todos los gatos son pardos le siguió en 1975 Cérémonies de l'aube, adaptación francesa que introdujo algunas modificaciones respecto al original, pero que dista bastante de la última, concebida en 1989 para el teatro Schiller de Berlín.

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182.       Carlos Fuentes, prólogo a Todos los gatos son pardos, México, Siglo XXI, 1970, p.6.

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183.       C. Fuentes, Ceremonias del alba, p. 20.

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184.       Ídem, p. 179.

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185.       Domingo Miras, �Los dramaturgos frente a la interpretación tradicional de la Historia�, ponencia presentada en el I Encuentro de Teatro España-América Latina, Madrid-Andalucía, julio 1980.

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186.       Vicente Leñero, �La noche de Hernán Cortés (Primeras imágenes de la historia, antes de iniciar la elaboración de la obra teatral)�, escrito que precede a la edición de La noche de Hernán Cortés, p. 22.

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187.       Vid, Héctor Rivera, �Desde la otra orilla�, en El Público, 93 (1992), pp. 105-107.

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188.       C. Fuentes, Ceremonias del alba, p. 177.

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189.       Pero sí el objetivo estético, que consiste precisamente en encontrar la fórmula para expresar artísticamente ese extravío. Cosa que Leñero consigue eficazmente en la obra, a mi entender.

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190.       Buero no cree que la mirada �desde el aire� sea la única válida para la obra histórica en nuestros días. Para él la mirada �de pie� puede tener igual fuerza crítica: �Seamos implacables en la crítica, pero abundantes y pluralistas en las formas de creación� (Buero Vallejo, op. cit.).

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191.       La disposición del escenario recuerda a la del segundo acto de la obra de Márquez: al fondo, la casa de Bernal; delante, el patio en el que aparecen los evocados. Pero, como en el texto de Leñero, también en esta pieza algunos personajes (Bernal y, la Malinche) pasan de un ámbito a otro sin transición.

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192.       López Mozo resuelve esto con maestría, al menos textualmente, al emplear una tipografía distinta para los parlamentos en lenguas amerindias.

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193.       Ricard Salvat, �Malinche, un mito errante�, prólogo a la edición de Yo, maldita india..., pp.9-14.

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194.       Irene Sadowska-Guillón, �Juego de amor y de esperanza�, prólogo a Aztecas, edición citada, pp. 7-17.

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195.       Iréne Sadowska-Guillón, �Las crueles buenas intenciones�, en El Público, 90 (1992), pp.98-100.

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196.       Se suele confundir con frecuencia el proceso de la Conquista con el de la Colonización. Éste último fue bastante más largo y en ciertas zonas nunca fue concluido, ni siquiera por parte de las sociedades criollas, como lo prueba el hecho de que todavía hoy en ciertos países -Guatemala, Paraguay, Perú- abunden los hablantes de lenguas amerindias que desconocen el castellano. Quizá para los interesados en el tema pueda ser de utilidad el libro de Carmelo Tisón Tolosana, Antropología social en España, Madrid, Siglo XXI de España Editores, 1971. Por otra parte, y sin entrar a cuestionar las cifras de muertos, pues cuando no existen datos la imaginación puede volar tan alto como se quiera, me parece una barbaridad supina que alguien pueda afirmar que lo que se celebró en 1992 fue el genocidio de setenta millones de personas.

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197.       Patrice Pavis considera a esta obra como una magnífica aproximación a un teatro intercultural, a un drama etnológico en el que se exponen y, confrontan concepciones históricas radicalmente diferentes. Vid. P. Pavis, �A la découverte de l'Amérique et du drame historique�, en Théâtre/Public, 107-108 (1992), pp. 9-13.

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198.       Irene Sadowska-Guillón, �Juego de amor y de esperanza�, op. cit., p. 16.

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199.       Patrice Pavis, art. cit. Cito por la versión castellana: �Hacia el descubrimiento de América y del drama histórico�, en Teatro. Revista de estudios teatrales, n� 2 (1992), pp. 7-20.

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200.       FRANCO, Frías Efraín. Dramaturgia Jalisciense contemporánea (1975-1990). Tesis para obtener el grado de Maestría en Letras, Universidad de Guadalajara, marzo 1991, p. 14.

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201.       Compara las ideas y la terminología en los textos de Lenin y Lunacharski respecto a la educación, cultura y la misión del arte (1818-21) con los postulados de la SEP, el INBA y las publicaciones de los años cuarenta cincuenta y más p.ej. el discurso de Andrés Soler en El actor Edit. del autor, Mexico D.F., 1954; o la Introducción a Técnica de actuación teatral de A. Moreau, S. Novo y M. Orea, Edit. IMSS, 1970.

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202.       La connotación del término �facultad� es aquí, obviamente, distinta a la actual.

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203.       La voz de los Rectores compiladores varios Edit., U.V., Xalapa, Ver. 1986, p.21.

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204.       Teatro experimental se refiere aquí más bien al teatro de aficionados con pretensiones actualizantes.

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205.       Anteriormente existía la Maestría y luego Licenciatura en Literatura Dramática y Teatro (UNAM) sin especificar la calidad �arte�.

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206.       In Le théâtre mexicain contemporain (textes réunis par Madeleine Cucuel), Les Cahiers du CRIAR N�7, Publicaciones de l'Université de Rouen, 1987, p.885-106.

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207.       El Ministerio de la Cultura y el Centro Nacional de Letras de Francia organizan anualmente una serie de actos en torno a lit literatura de un país determinado, con el apelativo de Les Belles Etrangères. En 1991 correspondió este honor a la literatura de México, siendo invitados a participar los escritores José Augustín, Homero Aridjis, Emilio Carballido, Vilma Fuentes, Daniel Leyva, Carlos Monsiváis, Marco Antonio Montes de Oca, Sergio Pitol, Elena Poniatovska, Guillermo Saniperio, Villiora y Eraclio Zepeda. En razón de su estancia temporal en Europa (misión diplomática) y de su importancia como autor, participó también en este evento Fernando del Paso.

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208.       Cabe señalar la labor de difusión del teatro ibérico y latinoamericano desarrollada por IBERAL, desde su fundación en 1986, bajo la dirección de Claude Demarigny y André Camp.

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209.       Véase O. OBREGÓN: �En torno a la difusión y recepción del teatro latinoamericano en Francia problemas metodológicos, criterios, premisas�, América. Cahiers du CRICCAL (Paris) N�1, 1986, p. 139-155; y �Teatro francés y teatro chileno: de la tutela al intercambio�, Gestos (Irvine) N�10, noviembre, 1990, p. 149-156.

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210.       Véase O. OBREGÓN: La diffusion du théâtre latino-américain en Fra nce depuis 1958, Thèse d'Etat, Université de Paris III, Sorbonne-Nouvelle, 1987, 4 vols. 1142 p.

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211.       O. PAZ: La fille de Rappaccini, Paris, N.R.F. (Gallimard), 1959, 32 p. Traduction de l'espagnol et préface par André Pieyre de Mandiargues. Nueva edición del mismo texto: Paris, Mercure de France, 1972, 96 p., título original: La hija de Rappaccini (1956); M. Vilalta: �Le dernier signe� (monologue), L'avant Scène N� 314, 1er juillet 1964, p.37-43, versión francesa de Mireille PEZZANI, título original: �La última letra� (1960); M. Vilalta: �Un jour de fólie� (monologue), L'Avant Scène N� 423, 1er avril, 1969, p.41-43, adaptación de Jean Camp, título original: �Un día loco� (1970); C. FUENTES: Le borgne est roi, Paris, Gallimard, 1971, 81 p. título original:El tuerto es rey (1970); C. FUENTES: Cérémonies de l'aube, Paris, Gallimard, 1975, 135 p., título original: Todos los gatos son pardos (1970); C. FUENTES: Des orchidées au clair de lune, Paris, Gallimard, 1947, 120 p., título original: Orquídeas a luz de la luna (1980), las tres de Fuentes han sido traducidas por Celina Zins; E. CARBADILLO: Et moi aussi je parle de la rose, Paris, P.J. Oswald, 1973, 67 p., traducción de Xavier PONIMERET, título original: Yo también hablo de la rosa (1965).

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212.       A REYES: �Bref commentaire pour accompagner la lecture d'Iphigenie cruelle�, Revue de l'Amérique latine, t. XI, février, 1926, p. 107-109.

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213.       16ème étage à Manhattan de Maruxa VILALTA, febrero de 1990, Théâtre Essaion de Paris; Orénoque de Emilio CARBALLIDO, 18 de marzo de 1991, Centre d'Art, d'Essai et de Création de Mont Saint Aignan, en el marco de Les Belles Etrangères, versión francesa de Maryse RAVERA; Orénoque y Rose a deux parfums de E. CARBALLIDO, marzo de 1991, Théâtre de la Colline (Paris, Les Belles Etrangères); Orénoque, 11 de abril de 1992, en el marco del Festival Don Quichotte (Paris).

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214.       Louis SCWARTZ: �Théâtre des Nations (Recamier). Le Théâtre Indépendant du Mexique: l'aztèque n'est pas drôle�, France-Soir, 21 avril 1963.

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215.       Art. cit. nota 1, p. 102.

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216.       Anthologie de poètes mexicains (choix, commentaires et introduction d'Octavio Paz), Paris; Nagel, 1952, Colección Unesco de Obras Representativas, Serie Iberoamericana.

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217.       E. CARBALLIDO: �Introduction�, Le Théâtre mexicain contemporain (nota I),p.6.

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218.       Excluimos de esta bibliografía las referencias incorporadas al artículo precedente.

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219.       Véase mi artículo �'También se muere el mar', y no es una simple metáfora� en El mexicano, Baja California, México, 13 de febrero de 1993, págs. 1 y 3.

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220.       Solórzano, �El teatro mexicano contemporáneo�, p. 102.

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221.       Luis de Tavira, Escénica núm 3, p.6.

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222.       Bruce Swansey, �Cinco directores de vanguardia�, en Escenarios de dos mundos. Inventario teatral de Iberoamérica, Madrid, Centro de Investigación teatral, 1988, p. 146.

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223.       Ibid. p. 145.

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224.       Al hacer las reflexiones sobre la situación actual de la puesta en escena mexicana, utilizo algunas veces, la palabra �agonía�. No le tengo miedo a las palabras, sin embargo, desearía que la palabra �agonía� fuese tomada por el lector en un sentido de batalla, acaso la más importante, por la pervivencia del organismo, y en este caso, la de la puesta en escena.�

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