Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.

1.       Véase la bibliografía recogida (págs. 315-322) en JUAN FRANCISCO FUENTES, José Marchena. Biografía política e intelectual, Castalia, Barcelona, 1989.

Anterior


2.       Obras literarias de D. JOSÉ MARCHENA (El abate Marchena) recogidas de manuscritos raros impresos con un estudio crítico-biográfico del doctor D. MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO de la Real Academia Española, 2 tomos, Imp. E. Rasco, Sevilla, 1892-1896. El texto de las dos heroidas se encuentra en el tomo II, págs. 81-97. El tomo II lleva como introducción el estudio citado en el título. Se puede leer en la reedición: M. MENÉNDEZ PELAYO, El Abate Marchena, Colección Austral, n. 597, Espasa-Calpe, Madrid, 1946. El estudioso santanderino nos da noticia de que las dos heroidas se conservan en un manuscrito autógrafo de Marchena de la Biblioteca de la Sorbona de París (sign. I-IV-48).

Anterior


3.       M. MENÉNDEZ PELAYO, El Abate Marchena, cit., pág. 116: «epístolas... enteramente originales del Abate Marchena, y mucho más libres e impías que las que se imprimieron en Salamanca» (alude a la edición de Toxar de 1796 de la cual trataremos más adelante).

Anterior


4.       El epistolario del siglo XII de Abelardo y Eloísa constituye sin duda una de las más altas expresiones artísticas en la cultura occidental de una historia de amor trágica e infeliz. La eminente figura del docto Abelardo, maestro de un pensamiento filosófico abierto respecto a la cultura de su tiempo y, bajo ciertos aspectos, «moderno», se junta a la figura de Eloísa, doncella de cultura notable y sensibilidad extraordinaria. El encuentro entre el maestro y la joven discípula engendró una violenta pasión inicialmente encubierta, y que -después del nacimiento de un niño- condujo a un matrimonio que debía quedar secreto pero que, después de revelado, causó escándalo. El tío de Eloísa castigó atrozmente a Abelardo: unos familiares suyos penetraron de noche en casa de Abelardo y le emascularon. Abelardo se hizo monje y persuadió a Eloísa a enclaustrarse también. Estando en el convento, un día llegó a manos de Eloísa una carta en la cual Abelardo, para confortar a un amigo infeliz, le narraba sus propias desgracias (Historia calamitatum Abaelardi). La lectura de esta carta volvió a despertar el sentimiento amoroso, nunca sosegado del todo, de Eloísa. Entonces envió una carta a Abelardo, expresando a su vez sus propias penas y tormentos: fue el inicio de un extenso intercambio epistolar. Se ha puesto en discusión frecuentemente la originalidad de este epistolario, pero hoy en día la crítica filológica se inclina a considerar auténticas las epístolas. Es muy extensa la bibliografía sobre el tema: citaremos sólo unos textos críticos que consideramos fundamentales: O. GRÉARD, Lettres complètes d'Abailard à Héloïse, Paris, 1869; Ch. CHARRIER; Héloïse dans l'histoire et dans la légende, Paris, 1933; E. GILSON, Héloïse et Abélard, Paris, 1938 (19643); J. T. MUCKLE, «Abelard's Letter of Consolation» en Mediaeval Studies, XII, (1950), págs. 163-213; P. ZUMTHOR, «Héloïse et Abélard» en Revue des sciences humaines, n.s. 91 (1958), págs. 313-332; R. PERNOUD, Héloïse et Abélard, Paris, 1970; D. W. ROBERTSON, Abelard and Heloise, New York, 1972; J. MONFRIN, Les lettres d'amour d'Héloïse et Abélard, Paris, 1979; P. ZERBI, «Abelardo e Eloisa: il problema di un amore e di una corrispondenza» en Love and Marriage in the XIIth Century, Louvain, 1981; M. T. FUMAGALLI BEONIO BROCCHIERI, Eloisa e Abelardo, Milano, 1984.

Anterior


5.       JEAN de MEUN, Roman de la Rose, ed. E. Lauglois, Paris, 1914-1925, 5 vols., III, vv. 8759-8832.

Anterior


6.       Trátase del cod. Ms. 2923 (actualmente conservado en la Bibliothèque National de Paris), que le procuró Roberto de Bardi, el mismo humanista que le había invitado a París para otorgarle la corona de laurel.

Anterior


7.            Ou est la tres Heloys

            pour qui fut chastré et puis moyne

            Pierre Esbaillart a Saint-Denis

     (Ballade des Dames du temps jadis, en F. VILLON, Oeuvres, ed. L. Thasne, Paris, I, pág. 189).

Anterior


8.       Petri Abaelardi, Sancti Gildasii in Britannia abbatis, et Heloissae coniugis eius, quae postmodum prima coenobii Paraclitensis abbatissa fuit, opera nunc primum ex mms. codd. eruta et in lucem edita, studio ac diligentia Andreae Quercetani Turonensis (André Duchesne), Parisiis, 1616, en 4º, sumptibus Nicolai Buon. La obra, en dos tomos, nos ha llegado también en otra edición, casi idéntica, y de la misma fecha (616), con la indicación del mismo impresor, pero con el nombre de François d'Amboise como editor. Ediciones modernas de las Obras de Abelardo son las de V. COUSIN, París, 1849-1859, 2 vols., y de J. P. MIGNE, Patrología latina, tomo 178, París, 1855 (18852). Hay una edición crítica de las Epístolas: J. T. MUCKLE, «The Personal Letters between Abelard and Heloise» en Mediaeval Studies, XV (1953), págs. 47-94.

Anterior


9.       Les amours d'Abailard et d'Héloïse. En Amsterdam, chez Pierre Chayer, 1675, en 12º. Hay reediciones de 1695 y de 1696. La obra se atribuye con fundadas motivaciones a Jacques Alluis, un abogado de Grenoble.

Anterior


10.       Mencionamos algunas de ellas: Histoire d'Héloïse et d'Abelard, La Haye, 1687 (reed. 1693, 1695, 1697); Lettre d'Héloïse à Abailard, reponse d'Abailard à Héloïse, Tours, 1695; Idem, Cologne, (16962); Le Philosophe amoureux, histoire galante contenant une Dissertation curieuse sur la vie de Pierre Abaillard et celle d'Héloyse avec les intrigues amoureuses des mêmes personnes auxquelles on a joint plusieurs lettres d'Héloyse à Abaillard, et les Reponses du même à cette Belle, Au Paraclet, 1696 (numerosas reediciones). Recordamos también las traducciones muy libres de las epístolas latinas que Roger de Rabutin, conde de Bussy, remitió en 1687 a su prima Madame de Sevigné y que tuvieron gran éxito en la sociedad «preciosa» del tiempo (se encuentran en la Seconde partie (págs. 116-151) de Les Lettres de Messire ROGER de RABUTIN, compte de BUSSY, lietenant général des armées du Roi, Paris, 1697, chez Florentin et Pierre Delalue, 3 parties en 4 vols.). Esta obra sirvió de guía para la reelaboración del tema en otra obra (de REMOND DE COURS), publicada anónima: Histoire d'Eloïse et d'Abélard avec la Lettre passionée qu'elle lui écrevit, traduite du latin, et accompagnée de deux autres Aventures galantes fort singulières. A la Haye, 1693. Finalmente citamos la Histoire des amours et infortunes d'Abélard et d'Eloïse, par M. F. N. DU BOIS avec la traduction des Lettres qu'ils s'écrivirent, l'un à l'autre. A La Haye, chez Louis van Dole, 1695.

Anterior


11.       Les Lettres d'Héloïse et d'Abailard, mises en vers françois par le sieur P. F. G. DE BEAUCHAMPS, Paris, J. Estienne,1714. Sobre esta redacción poética, véase: R. CAROCCI, «Abelardo e Eloïsa nella poesia di Pierre-François Godard de Beauchamps», en Letterature, 9 (1986), pp. 15-35.

Anterior


12.       The Works of Mr. ALEXANDER POPE, printed by W. Bowyer for B. Lintot. London, 1717, I págs. 413 y sigs. Pope debió conocer la traducción de las epístolas latinas al inglés llevada a cabo por JOHN HUGHES (London, 1714), quien ciertamente conoció unas precedentes traducciones francesas.

Anterior


13.       Las primeras versiones francesas de la heroida de Pope fueron la de AIMÉ AMBROISE JOSEPH FEUTRY (1751) en verso y las versiones en prosa de FIGUET DU BOCAGE (1751) y del abate COYER (1757). Pero la traducción de mayor éxito fue la Lettre d'Héloïse à Abailard, traduction libre de M. Pope par M. C. *** (COLARDEAU), Au Paraclet, 1758, reeditada muchas veces en el mismo año de 1758 y después en 1766, 1769, 1777 y en el tomo 2º de las Oeuvres de COLARDEAU, Paris, 1779, págs. 1-45.

     Otras traducciones: en prosa: DUCHESSE d'AIGUILLON, Paris, 1758; en verso: LOUIS SEBASTIAN MERCIER de BODÈNE, Bruxelles-Paris, 1763; EDOUARD THOMAS SIMON, Paris, 1767: MAXIMILIEN HENRY, Marquis de SAINT-SIMON, Paris, 1771; DATTIN de CHARTRES, Paris, 1773; ANDRÉ CHARLES CAILLEAU, s. l., 1774 (antes la había traducido en prosa). Cailleau, a partir de 1780, reeditó sus versiones varias veces en un tomo que lleva por título Lettres et épitres amoureuses d'Héloïse à Abeilard. Colardeau había compuesto también un fragmento de respuesta de Abelardo a Eloísa inspirada por la IIIª epístola latina. No la terminó al aprender que se había metido en la misma tarea su amigo Dorat. En efecto, CLAUDE JOSEPH DORAT escribió una respuesta original en 1758 (publicada en 1759) que rehizo en 1767, con numerosas y profundas variantes. HENRY LAMBERT d'HERBIGNY, marquis de THIBOUVILLE compuso una Réponse d'Abailard à Héloïse, Paris, 1758 y otra la publicó A. Ch. CAILLEAU en 1774 en la cit. colección de Lettres et épitres amoureuses. Son innumerables otras sucesivas redacciones del tema por varios autores, constituyendo una bibliografía imponente. Observaciones críticas interesantes sobre el tema se hallan en DAVID L. ANDERSON, «Abelard and Héloïse: eighteenth century motif», en Studies on Voltaire and the Eighteenth Century, LXXXIV (1971), págs. 7-51.

Anterior


14.       Cartas de Abelardo y Heloisa en verso castellano. Las da a luz D. FRANCISCO de TOXAR, Salamanca, por el editor, año de 1796. (Hay ejemplar en la Biblioteca Nacional de Madrid con signatura R-35802; otro ejemplar en la British Library de Londres con signatura 11450.a.19). A. PALAU y DULCET en su Manual del librero hispanoamericano, t. XXIV, Barcelona, 1972 con el n. 338358 señala una segunda edición, Salamanca, 1798, de cuya existencia en alguna biblioteca no tenemos noticia En la Biblioteca Nacional de Madrid se encuentra, bajo la signatura R-35780 una quinta edición (Salamanca, s.a.).

Anterior


15.       M. J. QUINTANA, Sobre la poesía castellana del siglo XVIII, en B.A.E., t. XIX, pág. 152: «don Vicente María Santibáñez, traductor de la Heroida de Pope, con cuyo estilo y carácter tenía el suyo tan poca analogía y semejanza»: La atribución a Santibáñez es aceptada también por el editor de los dos tomos de Cartas de Abelardo y Heloísa, precedidas de un ensayo histórico por Mr. y Madama Guizot, Barcelona, Imp. de A. Bergnes, 1839. Estos tomos reúnen varias composiciones sobre el tema de Abelardo y Eloísa. Véase en el t. I, pág, 127, nota 1: «Traducción de la epístola de Pope o más bien imitación de la traducción de Colardeau, publicada por primera vez en 1796 en Salamanca. Su autor fue don Vicente María Santiváñez, natural de Valencia, catedrático de humanidades en el Seminario de Vergara. Murió en Bayona en tiempo de la revolución de Francia». Marcelino Menéndez Pelayo acepta esta atribución (El abate Marchena, cit. págs. 30, 54 y 116). En la pág. 54 de dicho ensayo Menéndez Pelayo parece haber opinado que el mismo Santibáñez se había encargado de la edición de Salamanca de 1796 al afirmar que «Santibáñez añadió otra heroida original suya, de Abelardo a Heloísa, imitada de otras francesas de aquel tiempo y también de Ovidio y otros antiguos, y con todo ello formó el tomito de las Cartas de Abelardo y Heloísa». Núñez de Arenas observó que Santibáñez no pudo cuidarse de la edición de 1796, pues había muerto en 1794 (M. NÚÑEZ DE ARENAS, «Un madrileño en la Revolución Francesa. D. Vicente María Santiváñez» en L'Espagne des Lumières au Romantisme, Centre des Recherches de l'Institut d'Études Hispaniques, Paris, 1963, pág. 137, n. 11).

Anterior


16.       Asonancia en i-o en la carta de Eloísa a Abelardo y asonancia en i-a en la respuesta de Abelardo a Eloísa.

Anterior


17.       Además de las citadas ediciones de Tójar, las epístolas de Santibáñez aparecen en Correspondencia de Abelardo y Eloísa, puesta en español, por M. de B., Madrid, Imp. de Ibarra, 1813; Cartas de Abelardo y Heloísa, Valencia, José Ferrer de Orga, 1814; Cartas de Heloysa yAbelardo en prosa y verso, Burdeos, Pedro Beaume, 1817; Cartas de Abelardo y Heloísa en prosa y verso, Valencia, Domingo Mompié, 1821; Cartas de Abelardo y Heloísa en verso, Tolosa, Imp. Viuda de Alzá, 1821; Correspondencia original de Abelardo y Eloísa, París, Imp. Gaultier-Laguinonie, 1826. Además de las citadas que hemos podido consultar directamente, hay noticias de otras ediciones del siglo XIX: Correspondencia de Abelardo y Eloísa. Palma de Mallorca, 1814 (reimpresión de la de Madrid de 1813); Cartas de Heloysa y Abelardo en prosa y en verso, Madrid y París, T. Barrois, 1813; Abelardo y Eloísa, epistolario amoroso, Prólogo de M. de B., Valencia, hijos de F. Vives Mora, s.a., Cartas de Abelardo y Heloísa, Madrid, Francisco Martínez Dávila, 1820; Cartas de Heloysa y Abelardo en prosa y verso... Burdeos, Lawalle joven 1824; Cartas de Heloysa y Abelardo, en prosa y verso... París, 1824; Cartas de Heloysa y Abelardo, en prosa y verso... Burdeos, 1832; Cartas de Abelardo y Eloysa, en prosa y verso, Barcelona, Manuel Saurí, 1836 (otras ediciones: 1839, 1844); Cartas escritas en verso... Barcelona, Norrás, 1837; la ya cit. edición de Bergnes, Barcelona, 1839; Historia y cartas de Abelardo y Eloísa, Madrid, 1840; Cartas en prosa y verso... Barcelona, Imp. F. Sánchez, 1843 (18492): Cartas de Abelardo y Eloísa, Barcelona, J. A. Olivares y Matas, 1845 (18492); Cartas de Abelardo y Heloisa en prosa y verso, París, Librería de Rosa y Bonet, 1858 (18612, 18693) Cartas originales de Abelardo y Eloísa, en prosa y verso... Paris, Garnier hermanos, 1864 (18842). Fuera de estas imitaciones en castellano de las heroidas de Pope y de sus seguidores franceses, recordaré que J. SUBIRÁ (El compositor Iriarte (1750-1791) y el cultivo español del melólogo, C.S.I.C., Barcelona, 1949, I, págs. 138-139) da noticia de la existencia en la Biblioteca Municipal de Madrid de una «comedia sentimental» en 5 actos y en verso, titulada Abelardo y Eloisa, con aprobación del año 1810. El tema inspiró también una escena unipersonal o melólogo, obra de D.V.M. y M., titulada Abelardo o el amante de Heloísa: se editó en la imprenta de Estevan en Valencia en el año 1817 (existe un ejemplar en la Biblioteca Nacional de Madrid bajo la signatura T-25539) y volvió a imprimirse por Mompié en la misma Valencia en 1822. Indicaciones de otras elaboraciones poéticas del tema en G. DÍAZ-PLAJA, Introducción al estudio del Romanticismo Español, Madrid, Espasa-Calpe, 1942, págs. 287-289 y en J. MARCO, Literatura popular en España en los siglos XVIII y XIX, Madrid, Taurus, 1977, vol. I, págs. 310-313.

Anterior


18.       Es interesante notar cómo Tójar se preocupa de presentar su edición bajo un velo de moralidad, aunque su recelo a nosotros aparezca bastante hipócrita. Se trata probablemente de un cauteloso reparo al fin de evitar censuras o prohibiciones. En el Prólogo a la obra en que se presenta como El editor pronuncia una seria condena de las pasiones no controladas por el entendimiento asistido por la divina Gracia: por lo tanto la publicación de las cartas de Abelardo y Eloísa quiere ser útil «al público que las lea con el escarmiento y fruto que puedan producir». La pasión amorosa de Abelardo y Eloísa con su desdichada conclusión se ofrece por lo tanto como un ejemplo de «erradas prácticas y doctrinas» que deben hacer reflexionar al moderno lector en contra de la moral de los contemporáneos «filósofos impíos». Al texto Tójar añade notas del mismo tenor moralizante.

Anterior


19.       Ch. P. COLARDEAU, Lettre d'Héloïse..., cit., vv. 343-348:

        Tremble, cher Abailard! un Dieu parle à mon coeur:

        De ce Dieu, ton rival, sois encor le vainqueur,

        Vole près d'Héloïse, et sois sûr qu'elle t'aime:

        Abailard, doms mes has, l'emporte sur Dieu même.

        Oui, viens: ose te mettre entre le ciel et moi,

        Dispute lui mon coeur... et ce coeur est à toi.

Anterior


20.       Véase la nota 13. Existe en español otra traducción de la Carta de Abelardo a Heloïsa que Foulché-Delbosc publicó entre las poesías inéditas de Meléndez Valdés (RAYMOND FOULCHÉ-DELBOSC, «Poesías inéditas de Don Juan Meléndez Valdés», en Revue Hispanique, I (1894), págs. 166-195). El texto (págs. 180-190) está precedido por una nota del siguiente tenor: «Mr. Pope escrivió en inglés la Carta de Heloïsa á Abelardo, y Mr. Colardeau la traduxo al francés añadiendo una respuesta original. He visto en un M.S. (atribuido a Santibáñez) la traducción (aunque algo alterada) de la Carta de Heloïsa a Abelardo; pero la respuesta que en dicho M.S. se supone de Abelardo, ú es de pura invención de Santibáñez, ó la sacó de otra parte que ignoro: lo cierto es que la respuesta de Abelardo según Colardeau es la presente».

     Se trata de una muy libre reconstrucción del fragmento de Colardeau (nótese que son 240 versos españoles contra los 98 del original francés). Polt y Demerson en su cit. ed. de las Obras en verso de Meléndez Valdés rechazan (págs. 1183-1186) la atribución al poeta extremeño de este poema como de otros catorce reunidos en un cuaderno de letra de fines del siglo XVIII o de principios del XIX. Sus argumentos son convincentes. El autor verdadero queda desconocido: a nosotros aquí nos interesa tan sólo subrayar que este texto confirma el interés difundido en la España de finales del Setecientos sobre el tema de Abelardo y Eloísa.

Anterior


21.       Las dos cartas que acabamos de examinar las publicó L. A. CUETO en el tomo III de sus Poetas líricos del siglo XVIII (B.A.E., 67, págs. 624-630), aunque con varios recortes (La carta de Heloísa es de 501 versos en lugar de los 547 de la ed. de Salamanca y la de Abelardo es de 412 versos en lugar de los originales 430), atribuyéndolas a Marchena. M. MENÉNDEZ PELAYO, en 1876, en su Biblioteca de traductores españoles, participó en esta idea: «la Epístola de Heloísa a Abelardo... atribuida generalmente y con fundamento a Marchena» (véase en la ed. del C.S.I.C., Santander, 1953, pág. 19). Luego, al publicar las Obras literarias de Marchena, se dio cuenta del error (véase El abate Marchena, cit., págs. 28 y 53).

Anterior


22.       No se ha encontrado hasta la fecha ningún ejemplar de esta edición, que es de Málaga, como apunta F. AGUILAR PIÑAL en su Bibliografía de autores españoles del siglo XVIII, C.S.I.C, Madrid, 1989, t. V, pág. 564, añadiendo la noticia de que la obra fue prohibida por el edicto inquisitorial de marzo de 1800. En el Archivo Histórico Nacional (Consejos, 5564, 71) se conserva un expediente relativo a la solicitud por parte de Maury de una licencia para imprimir una colección de varias poesías. No sabemos si esta colección comprendía la Carta de Eloísa a Abelardo. Pero sí sabemos que el Censor Pedro Estala, director de los Reales Estudios de S. Isidro, negó la licencia por ser obra «de ningún mérito en quanto a su artificio poético» y conteniendo «considerables» defectos contra la buena moral; ...casi todos los asuntos de estas rimas son amorosos, «los quales no pueden contribuir más que para la corrupción de la incauta juventud; ...de algunos años a esta parte nos vemos inundados de una inmensa multitud de este género de poesías». Las del libro de Maury contienen «pinturas» tan sumamente torpes: basta decir que son copiadas de Mr. Colardeau, famoso por su extremada «obscenidad». La condena de Estala es del 1 de junio de 1801; sucesivamente (11 de julio de 1801) Maury pidió al Consejo que se le devolvieran sus papeles y el 21 de octubre de 1801 pidió una copia del texto de la censura.

     Pero en 1810, durante el reino josefino, pudo publicarse una segunda edición de la heroida Eloísa a Abelardo. Epístola Heroida, traducida del inglés por JUAN MAURI y CASTANEDA. Publícala D. J. y T., Madrid, Impr. de Ibarra, 1810. Existe un ejemplar de esta edición en la Biblioteca de la Minnesota Historical Society de St. Paul (sign. NM 0355580). La obra de Maury apareció después en estas colecciones: Cartas de Abelardo y Heloísa en verso... Tolosa, Alzá, 1821; Cartas de Abelardo y Heloísa en prosa y verso... Valencia, Domingo y Mompié, 1821; Cartas de Abelardo y Eloísa... Barcelona, A. Bergnes, 1839.

Anterior


23.       Muy rica la adjetivación y frecuentes los recursos mitológicos y clásicos (por ejemplo: Febo, Apolo, Olímpico, Filomena, Favonio, Eolo, Vestal, Olimpo, Tonante, Parca).

Anterior


24.       El mismo Menéndez Pelayo presentaba de esta forma a los lectores su edición de las Obras literarias de Marchena: «al aceptar el encargo de [esta edición no tuve] otro propósito que el de hacer un libro de pura erudición y destinado a correr en manos de muy pocas personas: advertencia que no considero inútil para prevenir escrúpulos y justos recelos que el nombre de Marchena trae fatalmente consigo (M. MENÉNDEZ PELAYO, El Abate Marchena, cit., pág. 16).

Anterior


25.       JOHN H. R. POLT, Poesía del siglo XVIII, Castalia, Madrid, 1986, págs. 345-351. En otra antología (ROGELIO REYES, Poesía española del siglo XVIII, Cátedra, Madrid, 1988) se reproduce un fragmento de la epístola de Heloísa a Abelardo.

Anterior


26.       M. MENÉNDEZ PELAYO, El Abate Marchena, cit., pág. 117.

Anterior


27.       Véase JUAN FRANCISCO FUENTES, «Aproximación a la cronología de la obra poética de José Marchena y edición de un poema inédito», en Anales de la Literatura Española, Universidad de Alicante, 6 (1988), pp. 259-272.

Anterior


28.       M. NÚÑEZ DE ARENAS, op. cit., pág. 138.

Anterior


29.       Por lo que se refiere a la fecha de composición de las dos heroidas, Fuentes, en el artículo poco antes citado (pág. 268), se inclina a creerlas escritas después de 1795, porque las juzga posteriores «al salto de Marchena a la sensibilidad prerromántica». A mí me resulta difícil reconocer en la producción lírica de Marchen,. ideológica y estilísticamente unitaria, este «salto», aparte de que considero equívoco y desviante el concepto mismo de prerromanticismo.

Anterior


30.       En España ese gusto lo había introducido Cadalso con sus Noches lúgubres (compuestas verosímilmente alrededor de 1773 y publicadas por primera vez en 1789). A esta nueva moda literaria se había adherido también Meléndez Valdés, sobre todo en sus Elegías V y VI (véase J. MELÉNDEZ VALDÉS, Obras en verso, ed. J. H. R. POLT y J. DEMERSON, 2 tomos. Cátedra Feijoo, Oviedo, 1981-83, págs. 504-508 y 508-514), en la oda A la mañana, en mi desamparo y orfandad (Ibídem, págs. 665-668) y en la Elegía II, A Jovino, el melancólico (Ibídem, págs. 1007-1011), obras compuestas, las primeras, en 1777 y la última en 1794. En cuanto a las heroidas de Marchena, la influencia del gusto sepulcral resulta evidente en el motivo de la meditación sobre el destino humano después de la muerte, en los dos epígrafes que encabezan las heroidas (1. «Heloísa se supone en el templo teniendo delante la carta de Abaelardo y escribiendo la suya a la luz de las lámpadas sepulcrales», 2. «Abaelardo escribe en su celda teniendo delante una calavera, un crucifijo y la Biblia»), y en frecuentes expresiones o alusiones fúnebres como, por ejemplo, en la epístola de Heloísa a Abaelardo: v. 1, «Sepulturas horribles, tumbas frías»; v. 4, «lóbregos sepulcros»; v. 12, «escura noche»; v. 13, «horribles sombras / mi sueño cercan de temor helado»; vv. 212-217, «La pompa funeral, el aparato, / De horror y destrucción, ¡oh cuanto alegra / El ánima mezquina! Aquel descanso / Inalterable, aquella paz profunda / Que nada turba en el sepulcro frío / ¿Será que venga para mí?»; vv. 243-246... «cuando los muertos / Pálidos de las tumbas se levantan, / Mi dolor exhalaba en llanto amargo /ante un negro ataúd...»

Anterior


31.       «...El Eterno / Grabó de la virtud el indeleble / Amor en los mortales; de natura / Sigue las leyes que el Criador impuso» (Heloísa a Abaelardo, vv. 38-39); «Amor, rey de los hombres y de todo / Cuanto vive y respira sus influjos / Aparta del profano que atrevido / Osó imponerle su sujeción y leyes. / Él es ley a sí mismo...» (vv. 91-95).

Anterior


32.       «Terrible Dios, ¿son esos tus consuelos, / Tu gracia, tus auxilios eficaces?» (Heloísa a Abaelardo, vv. 15-16).

Anterior


33.       «...El bien supremo / No es dado a los mortales. Desparecen / Cual sombra los deleites, y manida / la desesperación, el llanto, el luto / hicieron en la tierra eternamente» (Ibídem, vv. 72-75).

Anterior


34.       «La desesperación fundó los claustros» (Abaelardo a Heloísa, v. 38); «La penitencia austera, amargo / fruto/ de la desesperación...» (Ibídem, vv. 78-79).

Anterior


35.       «Vosotros, que encendisteis las hogueras / Del fanatismo, y el puñal agudo / Clavasteis en el pecho del hereje: / Que convertís a Dios a sangre y fuego...» (Ibídem, vv. 183-186).

Anterior


36.       El mismo concepto reaparecerá en Marchena en su oda A Cristo crucificado, compuesta en 1810: «No le canto tremendo / En nube envuelto horrísono-tonante. / Severas leyes a Israel dictando...» (vv. 13-15): «Señor, cantarte quiero / Por los humanos en la Cruz clavado / el almo cielo uniendo al bajo mundo, / Libre ya el hombre...» (vv. 37-40).

Anterior


37.       Lo mismo ocurre en la tragedia Polixena.

Anterior