«Si por herencia se nos da una patria injusta, tenemos el
deber de corregirla y de tornarla justa. Si heredamos una patria oprimida,
tenemos el deber de libertarla. Esta posibilidad de transformación de la
patria nos obliga a ser severos para juzgarla y resueltos para enmendar sus
yerros y mejorar sus propósitos...».
José Vasconselos
«El arte por el arte es una idea tan extravagante en
nuestros tiempos como la riqueza por la riqueza, la ciencia por la ciencia. La
riqueza existe para que la goce el hombre; la ciencia para ser guía del
hombre, el arte debe servir para algún provecho esencial y no debe ser
un placer estéril».
Nicolás G. Chernyshevsky
—136→
El primer poeta social, quien naciera en
Mbatoví, Paraguarí, el 16 de abril de 1878, y muerto por disparo
de una bala en Asunción el 14 de junio de 1929, tras ser traído
de urgencia desde San José de los Arroyos.
—137→
Ángel Ignacio González
Fatídicas
(1916. Meditación después de
regicidios y destronamientos)
Caen las testas,
las testas coronadas que, de arriba,
no ven el llanto que derrama el pueblo
ni oyen los gritos del dolor humano.
¡Oh!, se derrumban
5
las testas adornadas de diamantes
que brillan como lágrimas de esclavos
que fueran a incrustarse en las coronas.
¡Bah!, no lloremos
a aquellos que no lloran nuestras muertes
10
en los cruentos destrozos de las guerras
que su ambición voraz ha provocado;
que nunca lloran
nuestras muertes horribles en las minas,
bajo un montón de piedras y de tierra,
15
o en el fondo implacable de los mares;
que nunca lloran
ante el negro dolor de pobre madre
que lamenta la pérdida del hijo
que era su único apoyo en la existencia;
20
y que no lloran
con la infeliz esposa que desmaya
junto a la prole escuálida y desnuda
que sucumbe ya de hambre, ya de frío.
¡No, no lloremos
25
a aquellos que jamás se han conmovido
ante la adversidad que atroz abruma
al mundo de las masas proletarias!
¡Caigan los dioses
cubiertos de oro, seda y pedrería
30
que montados en hombros harapientos
recorren la extensión de sus Olimpos!
¡Ay de los hartos
que se ríen en pleno Siglo Veinte
de nuestras hambres y miserias tantas,
35
del lento agonizar de los sufren!
—138→
¡Ay, de los grandes
que, de la altura de su cruel grandeza,
escupen a los pueblos doloridos
que gimen aplastados por los tronos!
40
¡Ay de esos seres
que danzan entre joyas y perfumes,
en tanto que otros seres se revuelcan
en la vil fetidez de sus andrajos!
Cambian los tiempos,
45
del hondo abatimiento de las razas
surge la sangre alentadora y noble
que aplastará las viejas tiranías.
¡Qué cambios estos!
Los perros que lamían mansamente
50
las zurradoras manos de sus amos,
poco a poco, en leones se transforman...
A Dios
A Jesús crucificado
Predicaste a los hombres: «Sed hermanos,
y amad el bien, la paz y la justicia»,
pero los hombres con atroz codicia,
se matan y destruyen, inhumanos.
Oprimen a los pueblos los tiranos,
5
de la virtud se mofa la impudicia...
¿Por qué, Jesús, la redención
propicia
nunca brotó de tus preceptos sanos?
Si no fuiste inventado para hundirnos
en torpe fanatismo, si eres lazo
10
de amor y de bondad que vino a unirnos,
si eres Dios y no has muerto, en ese caso,
apresúrate Cristo a redimirnos,
pues ya por
veinte siglos tu fracaso!
—139→
A Dios
Busco el principio de esa causa inmensa
15
que a la inmensa creación principio ha dado,
sin poder disipar la niebla densa
con que se envuelve en eternal pasado.
Cada vez que mi mente vagabunda
se encamina a la luz de su criterio
20
o intenta penetrar en la profunda
lobreguez de las sombras del misterio,
siempre encuentra la hipótesis segura
de que la nada no produce nada,
según leyes que rigen la natura
25
y la tendencia a nuestro alcance dada.
Cada vez que pensando hago una pausa
entre mil conjeturas que me exigen
a creer que un efecto no hay sin causa
ni una causa tampoco sin origen,
30
se presenta el problema sencillísimo,
que es el medio de hallar el fin buscado,
los que dicen de un modo trilladísimo
que todo lo que existe fue creado.
Pero no, no es sencillo en cierto modo:
35
Dios existe, y según yo he concebido,
si fue creado lo que existe todo
quedamos en que Dios creado ha sido.
Pues si la nada no produce nada,
da la nada, ese Dios, no habrá brotado,
40
y es cosa por demás desatinada
pensar que sin principio haya empezado.
Si es posible que un ser haya existido
sin haber comenzado en su carrera,
también naturaleza habrá podido
45
continuar sin que creada fuera.
—140→
De atributos sublimes rodeado
nos presenta el gran Dios la fe incierta,
la razón de mirarle de ese lado,
contempla su maldad bien descubierta.
50
Es poderoso y sabio, omnipotente,
y anda en luchas con furias infernales
y no ha podido hacer sencillamente
libre el mundo de penas y de males.
Del hombre, a la maldad, no pone vallas,
55
jamás a la injusticia ha puesto freno,
no muestra su poder a los canallas
que pisotean el derecho ajeno.
Es bueno y justo y amoroso y tierno,
según dice el fanático creyente,
60
pero tiene la hoguera del infierno
para arder su criatura eternamente.
Su justicia y bondad nunca ha mostrado,
pues siempre vemos en la vida inestable
sumido en la miseria al hombre honrado
65
y elevado y feliz el más culpable.
Él permite al avaro, al ambicioso
que dominen y exploten este mundo
y no alivia al mendigo que rotoso
y hambriento vaga gemebundo.
70
Mientras unos de bienes rodeados,
de riqueza, poderes y venturas
y en lujosos palacios abrigados
saborean su cáliz de dulzuras,
otros hay sin hallar jamás clemencia,
75
su vivir es llorar penas impías
y arrastrar una mísera existencia
sin un rincón donde acabar sus días.
Él tolera que triunfe el vil malvado
que aniquilar a los virtuosos llega
80
y no impide que muera el hijo amado
de la devota madre que le ruega.
—141→
Ni al débil niño el padecer le evita,
mata esperanzas de color de rosa,
la vida aunque es amada nos la quita
85
y la muerte nos manda aunque es odiosa.
La fe no tiene fundamento estable
para hacernos creer lo que no vemos,
no siendo Dios a nuestro alcance dable,
tanto derecho de dudar tenemos.
90
Si es Dios quien rige el universo eterno
como el autor devoto lo ha creado,
ni una hoja se mueve, creerlo quiero,
sin que Dios previamente haya ordenado.
Hoy en la tierra, el odio y los dolores
95
como cizañas cubren los caminos,
la dicha y el amor, como las flores,
florecer y secarse es su destino.
¿O hay leyes inmutables por delante
como lo prueban tantos testimonios?
100
Entonces la natura es la triunfante
que puede más que Dios y los demonios.
Y el pobre Dios de naturales leyes
esclavo es como el hombre, se me antoja,
esclavo con pontífices y reyes,
105
esclavo como yo y como las hojas.
Ese Dios, su justicia y providencia,
¿dónde están en aquellas
ocasiones
en que caen la virtud y la inocencia
en las garras de vicios y de ambiciones?
110
¿Dónde está Dios cuando los grandes
pillos
impelen a los pueblos a la muerte
y ocultos en palacios y castillos
esperan explotar sangrienta suerte?
¿Dónde está cuando, con o sin
presagio,
115
a los fieles destruyen como a infieles
terremotos, centellas y naufragios
y guerras y epidemias más crueles?
—142→
¿Dónde estaba en la época
sombría
en que la guerra, el potro y los azotes,
120
el santo oficio funcionar hacía
por manos de sus mismos sacerdotes?
¿Y dónde está con sus milagros de
antes
hoy que la ciencia a eliminarle tiende,
o cómo, con sus iras fulminantes,
125
la función de mi pluma no suspende?
Que él está en todas partes es un cuento
pues dentro de mi ser noto su ausencia;
no está para regir mi pensamiento
y así hacerme creer en su existencia.
130
La fe no tiene en la razón su apoyo
para hacerme creer lo que no he visto
y, como que es el raciocinio escollo,
en mi derecho de dudar persisto.
Engañarme podrá mi pensamiento.
135
De no engañarse, ¿quién está
seguro?
Nadie puede aclarar con fundamento
la obscura esencia de ese Dios obscuro.
Y se atreven algunos a explicarnos,
cual si fuera la cosa más sencilla,
140
y en su nombre no cesa de explotarnos
la insaciable eclesiástica cuadrilla.
Yo no quiero un señor desconocido
en cuyo nombre se me explote y robe,
pues tal vez ese Dios sea fingido
145
y tan absurdo como el muerto Jove.
En tanto que el fanático creyente
dice al ignoto Dios: «Señor, te
adoro»,
yo, a mis solas, repito amargamente:
«¡Dios ingrato, invisible, yo
te ignoro!»
150
Ángel Ignacio González
(1878-1929): Fue el primer poeta social. Su concepción se aproxima al
anarquismo. «Sus insurgencias», dice Carlos R. Centurión,
«le valieron
—143→
persecuciones y destierros...». Su
escepticismo religioso o su ateísmo, si se quiere, deviene de sus
conclusiones de crítico social y se acerca al materialismo de los
antiguos filósofos griegos, tal vez como el de Epicuro, pues el poeta
dábase en afirmar: «No creo en Dios, ni en la gloria, y execro la
religión, es la mujer en el mundo mi única
adoración». Recientes investigaciones aseguran que su verdadero
apellido debía haber sido el de Goncalvez, como hijo del
brasileño venido en el ejército de su país y afincado en
el Paraguay: José Ignacio Goncalvez. Sus versos darían para
conformar dos o tres volúmenes, en tanto que sus trabajos en prosa
también son numerosos y merecerían ser recogidos.
Narciso R. Colmán
Pirapiré
Oimero pejhenduseva
peicuaata agui riré
mba’epa pe jhe’iseva
Caraí
Pirapiré.
Cuatiá ky’a
vaí
5
opá jhacua
jhavembava,
jha’e cu upé
Caraí
cu yvy ari
Ñandeyara.
Pe Pirá
rereco’-yro,
ndé nda jhaéi
mba’evé.
10
Chake nde ay, cu nde
vyro...
¡na nde yairi
mamové!
Mitá tavy
yepevé
pe Piramí
ojhechasé
ñambopirirí
guivé
15
¡opaitema pe tase!
—144→
Pirante nde recové,
pirárente
recarú.
Pirá rerecó
gúivé
reipotávama
rerú.
20
Jhesé
rerokirirí
opá jhecope gua’y
rejhupytyvo aveí
cu recái rechyryry.
Rerecosegui Pirá
25
¡Cacuaá
remba’apó!
Jha jhesé manté
vaera
opamba’e reyapó.
Pe pirá
imbaretevé
Tupame ojhasá
voí...
30
¡Jhesé yepé
oñevendé
Kiritó itepe
aveí!
Reicoro reñenbo’e
ne reganái
tembi’u
piramí rejhé
guivé
35
re’useteva re’u.
Jhasyro
mboriajhueté
ndo yeyúi
ipojhanó;
oparo Pirapiré
icatunte remanó.
40
Nde Pira’yma
guivé
yvape ne
reguajhéi...
¡Misa ndoicói nde
rejhé
ño Pelo na
nemoingéi!
(Tupa ta che
perdoná
45
che ñe’e vaí
riré...)
¡Nda jha’eiye
angaipá
ñande yapu’y
guivé!
—145→
Dinero
(Traducción de Nabel Felipe
Nestruc)
Si hay quienes quieran oír
desde ya que sepan quiero
qué es lo que quiere decir
Caballero Don Dinero.
Mohoso y de mal olor,
5
un sucio papel, inmundo,
ése es el magno Señor,
el dios y amo de este mundo.
Si no tenemos Dinero,
entonces, no somos nada,
10
se nos llama majaderos
y se nos veda la entrada.
Hasta el niño de chupete
lo cautivan sus encantos,
al crujir de los billetes
15
se acabaron ya los llantos.
Por el Dinero somos señores,
por él, el hambre saciamos,
siendo de él poseedores
todos los gustos nos damos.
20
Con él se logra ocultar
las costumbres indecentes
y satisfacer, al par,
las pasiones más ardientes.
Porque tenerlo nos place,
25
trabajamos sin cuartel
y toda cosa que se hace
es siempre en procura de él.
Don Dinero es invencible,
por él, Dios es preterido.
30
A su influjo irresistible
hasta Cristo fue vendido.
—146→
Ganar el pan, no logramos
por más preces que recemos,
sólo con Dinero vamos
35
a comer lo que queremos.
Cuando cae enfermo el pobre
trágico final le espera,
al quedarse sin un cobre
lo más seguro es que muera.
40
Sin Dinero nadie pisa
los patios del Paraíso,
sólo oblando por la misa
San Pedro nos da permiso.
(Que Dios me haya perdonado
45
si me excedí en la palabra...)
Se dice que no es pecado
cuando sin tapujos se habla.
Narciso R. Colmán (1876-1954): Valor
destacado de la literatura guaraní. Su obra cumbre es
Ñande ypycuera (Nuestros antepasados o
Génesis de la raza) con 2.800
versos.
Tú oías las voces, los quejidos sonoros de las
cuerdas
que temblaban de ira o lloraban de pena
95
en las sonatas y en las sinfonías...
¡Barrett, que con Tanhauser despertabas
a cincelar tu prosa newtoniana,
no mueres en el alma paraguaya,
que oyó el clamor de tu alma y a tu muerte
100
enlutó el dolor todas sus musas!
Hérib Campos Cervera (1879-1922):
Periodista y poeta de combativa pluma, fue uno de los primeros en dar encendido
tono social a la poesía de su época, como esta que dedica a
Rafael Barrett, de quien dijera muy acertadamente Manuel Aznar que «fue
el primero que descubrió los profundos horrores que es posible
contemplar bajo el cielo de América». Fue también Campos
Cervera un pensador formidable, de acibaradas sustancias, para lo cual
exhibimos esta pequeña muestra: «Cuando en el Paraguay haya
artistas surgirá la aristocracia del talento. Hoy por hoy pasean
nuestras calles los hipopótamos. Son hipopótamos con traje, por
la risa, por el caminar, por el dormir, por el comer, por el vivir. Las
excepciones no destruyen la regla».
—150→
Eloy Fariña Núñez
Canto secular
(Fragmentos)
¡Asunción, la muy noble y muy
ilustre,
la ciudad comunera de las Indias,
madre de la segunda Buenos Aires
y cuna de la libertad de América!
Prolongación americana un tiempo
de las villas forales de Castillas,
en las que floreció la democracia
de que se enorgullece nuestro siglo.
En pleno absolutismo de Fernandos,
en tus calles librose la primera
batalla por la libertad; el grande
y trunco movimiento comunero
te tuvo por teatro; el verbo libre
de Mompo anticipó la voz vibrante
del cálido Moreno; el sol de Mayo
salió por Antequera.
¡Arrodillaos, opresores todos!
¡Compatriotas, entonad el himno!
Paulo majora canamus. Loado
el régimen social presente sea,
con sus simples costumbres coloniales
y con su patriarcal fisonomía;
mas no se cristalice eternamente
en los moldes actuales, y obedezca
a la ley del progreso indefinido,
y marche en armonía con el tiempo.
Como parte integrante del planeta,
como integrante atmósfera del siglo,
florezcan en el suelo comunero
los más altos ideales de la especie.
El territorio todo sea un vasto
laboratorio de invisibles vidas,
de valores mentales y sociales
de una futura humanidad más noble.
Resplandezca el espíritu latino
en los florecimientos de cultura.
Pase de mano en mano, inextinguible,
la simbólica antorcha de los griegos.
—151→
Reposen sobre bases siempre sólidas,
el bien, la honestidad, la fe, el decoro,
la amistad, la virtud, el sacrificio,
y la continuidad de la familia,
y la solemnidad del juramento,
y la moralidad de las acciones.
Los hombres sean buenos ciudadanos
y observadores fieles de las leyes;
los magistrados, rectos y celosos;
las mujeres, honestas y fecundas,
y los jóvenes, sobrios, fuertes, sanos
como lo fueron nuestros genitores.
Odas triunfales a los nobles jóvenes,
de quienes son las mágicas cosmópolis,
por quienes nacen todas las auroras
y a quienes abre el porvenir sus puertas,
por el derecho de conquista propio
de los cabalgadores del ensueño.
Por ellos se conserva el idealismo
que canta Ariel con su divino acento.
Por ellos se conserva el fuego sacro
que sostuvo al Hidalgo en sus combates.
Por ellos sigue floreciendo el huerto
Socrático, a despecho de Aristófanes.
Ellos son siempre los sonantes ámbitos
de las sagradas voces de la especie.
Y son siempre los ecos formidables
de todas las palabras del espíritu.
En sus ojos llamea la vislumbre
de las nobles verdades del futuro;
sobre sus almas sopla el viento lírico
de las grandes ideas de justicia,
y en sus manos abiertas se dibujan
las líneas del aplauso y la concordia.
Sacien en los dominios de la ciencia
el afán de saber que los consume,
y en la vasta república del arte,
la inquietud de belleza que los roe.
Sobre todas las cosas, sean nervios
acerados de acción viril y fuerte.
Discutan en las plazas y las aulas,
inicien movimientos populares,
—152→
enarbolen sus credos y banderas,
hagan suyas las causas generosas
marchen a la cabeza del conjunto,
vivan en el ambiente de su siglo,
luchen con noble ardor por el imperio
de las instituciones democráticas,
cultiven sus jardines de quimeras,
labren su voluntad como un florete,
dejándola indomable como un bloque,
hagan estatuarios ademanes,
muéstrense dignos de vivir la vida
que, siendo un don, no todos merecemos,
para que, al fin del ciclo de la lucha,
que marca el declinar de nuestras horas,
para sus canas suaves y serenas
la muerte sea un apacible tránsito.
Maldita sea la implacable guerra,
maldita la ambición que la provoca,
maldito el odio torvo que la enciende,
maldito el furor negro que la atiza.
Contra los que la muevan o propicien,
sea anatema eterno. Nunca vuelva
a ensangrentar el suelo donde duermen
inmortalmente nuestros padres todos
en un hacinamiento de peñascos
y una devastación de cataclismo.
Paz, como manda el nacional escudo,
a fin de que, a su sombra bienhechora,
resuenen las sirenas de las fábricas,
trabajen sin descanso los talleres,
manche la pura claridad del día
el humo de las negras chimeneas,
partan y lleguen en trajín pacífico
los vapores cargados de productos,
lleve el progreso hasta el confín remoto,
silbando, la febril locomotora
y florezcan las artes, las industrias,
las labores, los campos y las mieses.
Cesen las convulsiones intestinas
que malogran las savias nacionales,
dividen las familias y restringen
el crédito exterior de la República.
—153→
En contiendas legales sin violencia,
sosteniendo principios definidos,
disputen los partidos el gobierno
y pugnen con tesón los ciudadanos,
en los antiguos teatros de la guerra
levántense en contraste sugestivo
monumentos de paz y de concordia.
Corran ríos de líquida abundancia
en los cauces por donde circularon
corrientes de heroísmo tinto en sangre.
Visítense las ruinas de la iglesia
de Humaitá, la inmortal y grande villa,
en solemne y viril recogimiento,
y al mismo tiempo que la mente evoque
episodios de homérica grandeza,
condene la razón la guerra inicua,
y proclame la paz como el estado
superior de los hombres y los pueblos.
Bendita y respetada sea siempre
la libertad, el don más elevado,
después del don supremo de la vida.
Ella presida el movimiento todo
de la Nación en marcha hacia los altos
destinos que la historia nos reserva.
A su amparo la prensa exteriorice
la opinión popular, las intenciones
legítimas y sanas, los reclamos
de los pueblos, las urbes y las villas.
Y circule espontáneo el pensamiento
de los hombres de todas las creencias,
vibren las voces líricas y puras
y obren las voluntades entusiastas
la pena del puñal viril de Harmodio
contra el que intente cercenar el goce
de la sagrada libertad o quiera
resucitar el lóbrego pasado.
Sea execrada la memoria infame
de todos los tiranos y opresores,
y bendecida siempre la memoria
de los infortunados Comuneros.
Un bello monumento perpetúe
aquel soberbio y trágico episodio.
—154→
La joven democracia paraguaya
aspire a ser indefinida serie
de libertades que se mueva dentro
de otro núcleo serial de libertades.
Y a su sombra, tan grata cual la sombra
de un naranjal en flor, marche al futuro.
Eloy Fariña Núñez
(1885-1929): Destacado poeta de gran empuje democrático, ya
clásico en nuestras letras. Obra poética:
Canto secular,
Cármenes.
—155→
Gomes Freire Esteves
Sueños
Yo sueño con el reino de una justicia
eterna,
yo sueño con el triunfo de ansiada libertad.
Y en el desierto triste de mi soñar
quimérico
no cruzan sino sombras de hermosa irrealidad.
En mi alma tempestuosa palpitan mil visiones,
5
mostrándome un futuro de gloria y
redención.
Y sueño con utópicas grandezas imposibles,
con patrias oprimidas en santa rebelión.
Con verbos indignados vibrando en las tribunas,
con rayos de tormentas de furia popular;
10
y tras un mar sangriento de heroicos sacrificios,
con la ciudad grandiosa de paz y bienestar.
Yo sueño con la aurora del hombre y de los
pueblos,
aurora nunca vista que guarda el porvenir,
aurora apocalíptica que al son de sus trompetas
15
anuncia a todo el mundo de servidumbre el fin.
Yo sueño con el triunfo de un socialismo
extraño,
que colme de ventura a los huérfanos sin pan.
Y el clamoreo rebelde que se alza de la Tierra
me habla de una próxima victoria sobre el mal.
20
Yo sueño con hercúleos fantásticos
heroísmos,
con Marsellesas libres, con truenos de
cañón.
Y sueño con apóstoles que crucen por el
mundo
resucitando pueblos cubiertos de baldón.
Yo sueño con la patria soberbia del futuro,
25
el Paraguay gigante marchando hacia la luz,
entre la salva inmensa del mundo americano
alzado sobre sangre de déspotas en cruz.
En mi alma tempestuosa palpitan mil visiones,
mostrándome a lo lejos la ansiada libertad.
30
Y en el desierto triste de mi soñar
quimérico
no cruzan sino sombras de hermosa irrealidad.
—156→
Gomes Freire Esteves (1886-1970):
Reunió en un solo volumen, junto con trabajos en prosa, sus versos, bajo
el titulo de
Yo. Un año terrible,
Asunción, 1905. Ya en sus años de madurez, sus concepciones
ideológicas tomaron un rumbo totalmente distinto al de sus años
juveniles.
Guillermo Molinas Rolón (1889 o
1892-1945): Formó parte del grupo fundador de la revista
Crónica, expresión de la
avanzada del modernismo paraguayo, y uno de los más destacados poetas de
la época. Su obra permanece aún inédita, en la espera de
la gran tarea de rescate en la que habrán de embarcarse, alguna vez,
instituciones e intelectuales, para con tantas de sus encumbradas figuras que
permanecen en las sombras. El primer poema está dedicado al gran
luchador antiimperialista americano que fue Manuel Ugarte, quien muchas
décadas atrás predecía que la influencia foránea
podía ser nefasta para el porvenir de la América Latina,
«la vida intelectual y moral de todos nosotros», por lo que debe
acentuarse «la tendencia nacional, no en lo que ella pueda tener de
localista» sino en lo de latina o universal para construir «la
Patria Grande de mañana».
El segundo poema se inspira en la gran lucha de nuestro pueblo
contra la Triple Alianza, que aniquilara nuestro país «en su
excecrable caza», como lo dice el poeta.
—159→
Adriano Irala
A Manuel Ugarte
Caballero del arte, bizarro peregrino,
lírico sacerdote del ensueño y la
acción
que enarbolas la enseña del ideal latino
frente al becerro de oro del ávido sajón.
Rapsoda que recorres el glorioso camino,
5
cantando el sonoro ritmo de tu canción
de las auroras nuevas el clarear divino,
de la eterna belleza la inmortal religión.
¡Bienvenido a esta tierra! En el callado ambiente
donde todo reposa desolado, indolente,
10
clarineen las dianas de tu credo inmortal.
Y en medio de la injusticia que omnipotente avanza
háblanos de belleza, de verdad, de esperanza,
¡estamos tan sedientos de un poco de ideal!
Adriano Irala (1893-1933): Poeta,
jurisconsulto y orador. «Era uno de los luchadores más recios de
la democracia paraguaya» (Sinforiano Buzó Gómez). Obra:
Poemas juveniles y
Prosas de lucha.
La silenciosa avenida -paño en que ruedan
vencidas
las carnes atormentadas de la vieja multitud-,
se va poblando de sombras, y en las sombras van asidas
las viejas banderas santas a modo de alas heridas
que rimaran en un vuelo de rebelde excelsitud.
5
Dolor que corre en su cauce, va la negra
procesión.
Las sombras se delinean a la luz de los palacios.
Sobre el brillo del asfalto, los sucios harapos son
como el sarcasmo del siglo... Y revienta en los espacios
la marsellesa del pueblo tal como una maldición.
10
En el brillo de las lanzas se enciende la
tiranía.
Van cien potros con Atilas guarnecidos de oropel.
Y cuando del pensamiento la voz cálida y
bravía
libertad prende en las almas tal como el nacer de un
día...
dan las bestias del Estado la carga de su tropel.
15
Las viejas banderas santas a modo de alas heridas
amortajan a las carnes de la vieja multitud.
La victoria de los potros resuena en las avenidas,
y, asociadas sus banderas, las patrias liberticidas
con el bronce de sus himnos condenan la esclavitud.
20
Yo te busco carne obscura que el taller arroja afuera,
levadura del progreso, dolor madre, entraña fiel
para el parto del ensueño, la justicia, la
quimera,
y te abrazo como a Cristo cuando aplastan tu bandera
esos potros con Atilas guarnecidos de oropel.
25
—161→
La gloria del cocotero
(A manera de un mensaje a la juventud de mi
patria)
(Fragmentos)
Cocotero de mi Patria, te miran cien mil soldados
y otros cien mil y más cien, como a los custodios
fieles
del asta de su bandera, nacidos, juramentados
para ostentar a la Patria en un bosque de laureles.
¡Salud! Cocotero amigo, expreso por tu intermedio
el mensaje que adelante a la juventud señera
de mi patria, la palabra para señalar que el
tedio,
ni la amargura, ni el odio han de abatir su bandera.
¡Salud! Juventud hermana de mi juventud primera,
siempre naciente a la lumbre de la estrella que ilumina
en el centro de las franjas de nuestra inmortal bandera.
¡Salud!, con ese León que a las tres franjas
domina.
Y salud frente a mi tierra, la tierra del cocotero,
donde mujer y hombres, en una batalla homérica,
jamás declinantes fueron en el anhelo primero
de ser primeros con gloria de servir a nuestra
América.
—162→
El boyero
«¡Huella!»,
«¡Lindo!», «¡Lucero!». Y los bueyes
atentos
como bestias hermanas del hombre, rectifican
el error de sus pasos graves y macilentos
y sus forzados bríos, tras bríos,
multiplican...
Noches de campos libres. Sopla una brisa extraña,
5
y allá en el infinito resplandece la estrella
mayor sobre las líneas negras de la
montaña
que escalara la luna, «¡Lindo!»,
«¡Lucero!», «¡Huella!».
El boyero, con alma del infinito,
rememora en la calma y el silencio el amargo
10
recuerdo de sus penas, y gime con un grito
que desmaya en un eco melancólico y largo...
Y la noche acrecienta la noche de su alma,
y el grito ya es un canto de tristeza tan honda
que los bueyes caminan más lentos, y la calma
15
se ha poblado de sombras negras a la redonda...
Tal como si al conjuro de una canción remota
se reanimara el mundo de una raza extinguida,
y gimiera en las quejas del boyero la rota
fibra heroica del alma guaraní, ya perdida...
20
Un campo como un cielo, y en medio una laguna...
Tras el último canto: ¡Teen, teen,
«Lucero»!
¡Noches de campos libres! ¡Temorosa la luna
naciendo sobre el sueño rociado del boyero!
Leopoldo Ramos Giménez (1896): Poeta
e historiador. «En sus versos», según afirma Sinforiano
Buzó Gómez, «vibrantes de rebeldía, hay ecos de la
lírica revolucionaria de Ghiraldo. Con el correr del tiempo, el luchador
que hay en Ramos Giménez cedió definitivamente el paso al
intelectual». Obras:
Alas y sombra,
Piras Sagradas,
Eros,
Cantos del solar heroico.
—163→
Natalicio González
Primer epinicio
(Fragmentos)
Tierra rotunda y dulce,
roca, agua y terciopelo,
verde de selvas, verde
de praderas, cebrada
de largas rayas rojas
de arcaicas carreteras.
Tierra cortada en dos
por los argentos filos
de la fluvial espada.
Mas, la ondulante aguja
de las aguas que pasan,
enhebrada de plata,
une, cose y recose
a la que fuera mar
y hoy aprende a ser tierra,
con la que fuera playa
y no recuerda, amnésica,
el beso de las olas.
... Cuando gritas y cantas
en tus múltiples ríos
se paga en las cañadas
y sólo el campesino
lo recoge y concentra
en su docto silencio,
y luego lo derrama
en la música maga
de arpas y guitarras.
Nobles, claros varones,
los de los pies descalzos;
en ellos se elabora
tu incógnito destino
y nace la grandeza
por otros amenguada.
Con sus puños vacíos
erigen la potencia
y el esplendor futuro
... ¡Paraguay de luz y oro!
—164→
Tus ríos presos griten
su sed de renovarse.
Gima tu virgen tierra
por los surcos ausentes
y tu pueblo rechace
la fláccida pobreza.
Que crezca y que prospere
el campesino enjambre
de escuelas que decoran
con su tejado rojo
el rural panorama.
Que tu cósmica mente
hermética y demiurga
dé en mi verbo la clave
del sino que elabora.
Y que en remotos siglos
digan de mí las gentes:
fue la voz fiel y clara
de su Paraguay eterno.
Natalicio González (1897-1966): Poeta
y ensayista. Su mérito principal estriba en formular una teoría
respecto al origen y características del espíritu nacionales. Su
poema más logrado es indudablemente «Credo», donde expresa
su veneración por las figuras míticas guaraníes. Verso:
Baladas guaraníes.
—165→
Manuel Ortiz Guerrero
A Nicaragua
Víctima sin defensa del monroísmo
(Enero 4, 1928)
Por todo el Continente cunde un escalofrío;
al azulado abismo del lago de Managua,
donde hicieran sus nidos los cisnes de Darío,
anfibios yanquis entran a profanar sus aguas.
El águila del norte lanzó su
desafío
5
y entre sus garras, presa, devora a Nicaragua.
Sin reparar que el cóndor de los Andes,
bravío,
le mira desde el alto picacho de Aconcagua.
¡La América no es plaza del bélico
deporte
para que los Atilas y Alaricos del Norte
10
entrenen en nosotros sus bárbaros alardes!
Sin embargo... (¡Oh afrenta!) infeliz, Nicaragua,
los sudamericanos reclamamos enaguas,
porque somos cobardes.
El gaucho
(Noviembre 22, 1930)
Cabizbajo, larga al tranco su
chu-í en la
carretera,
puesto el típico «tamango» y el sombrero
de pirí,
perseguido de «abogados» se dirige a la
frontera...
Va pasando Palomares, Naranjito y Morombí.
En la grupa, subyugante, va una incógnita
viajera;
5
de amambay son sus pestañas y conversa en
guaraní
(Adiós, gaucho, en estas lomas es quizá la vez
postrera
que el sol muere, así, sangrando por tu faja
carmesí).
Lloran himnos vesperales un lucero en cada espuela
y en los ojos de la dama su congoja astral riela...
10
¿Podrá ser ésta mi madre, la que nunca
conocí?
Sí, tal vez, porque es la Patria de otros tiempos la
viajera,
la que estuvo en todo pecho, en la chacra, en la
trinchera,
y hoy, saudosa, con el gaucho deja el agro
guaraní.
—166→
A México
Motivo: su legislación sobre la
ciudadanía continental (1.º de enero de 1928)
Tierra de la perpetua conmoción iracunda,
tu Jorullo aborigen la gran noche ilumina
¡y con tintes de alba nuestra América
inunda!
(La semilla sagrada tras los siglos germina).
«El árbol de la noche triste» por fin
fecunda
5
sobre su flor azteca, polen de luz latina,
la misma luz hermana que emana rubicunda
del lucero de Chile y el sol de la Argentina.
Veinte pueblos viriles te saludan de frente
hermanos en la vasta Liga del Continente
10
por el común origen y la común
unión;
y el sincero milagro de tus fronteras rotas
son más de cien millones los nuevos compatriotas:
del Horno hasta Texas, una sola Nación.
Manuel Ortiz Guerrero (1897-1933): El poeta
que más se ha adentrado en el sentir nacional, tanto por las
peculiaridades de su vida y su obra como por la musicalización de muchos
de sus magníficos versos por el inolvidable maestro José
Asunción Flores. De no haber desaparecido muy pronto, en Ortiz Guerrero
se hubiese acentuado «el soldado de vanguardia», como bien lo
señalara Facundo Recalde, «el roturador de amaneceres,
portaestandarte de los días no nacidos todavía» y «el
militante patrullador del porvenir». Versos:
Surgente,
Nubes del Este,
Arenillas de mi tierra. El Patronato de
Leprosos del Paraguay concretó la publicación de sus
Obras completas.
—167→
Jorge Báez
El callejón histórico
Callejuela estrecha. ¿Eres calle acaso?
pasadizo obscuro, diríase mejor,
adosado al muro de bajas casonas,
como el escondrijo de un embrujador.
Cuando era aún niño, recorrí tu
senda.
5
¡Con cuánta cautela me marchaba al fondo
de aquellas ruinosas casas, donde el tiempo
dejó de sus huellas olor de humedad!
De algún alma en pena me asaltaba el miedo
ante cada puerta y en cada recodo
10
de aquella guarida de la soledad.
¡Quién creyera entonces (cuando abandonado
e infesto te hallabas) que la musa Clío
detuvo su marcha frente a tu portal;
y que fue tu entraña de oscura calleja
15
que en una gloriosa diana de mayo
alumbró a la patria con la Libertad!
Cien años pasaron por la callejuela,
desde que salieron Caballero e Iturbe
a batir del Godo la guardia real;
20
y pasaron tantos, que el tiempo parece
de puro cansancio se retuvo en ella;
por eso allí todo permanece igual.
Jorge Báez (1897-1959): Poeta y
periodista. «La patria y sus glorias», dice S. Buzó
Gómez, «son el tema preferido de sus versos». Versos:
Alba lírica,
La canción de la epopeya y las leyendas.
Iris de gesta.
—168→
Heriberto Fernández
La costurerita
(París, agosto de 1924)
Linda costurerita de mirada tan triste
hundida en el paupérrimo taller,
con tu andar lento
y la grave cadencia de tu ser me hiciste
amar y comprender
5
el fulgor de tus ojos de cerco soñoliento
y tu incipiente encanto de mujer.
¿Qué deseo lejano
va tejiendo tu sueño,
va tejiendo tu mano
10
la transparencia irreal
en el velo sedeño
blanco y nupcial?
Azahar, vestido y túnica de boda
de una novia feliz y regalada,
15
¿toda tu vida oscura
no piensa en la dicha y la ventura
de esa novia ignorada?
La obrerita suspira
con un largo suspiro de deseo;
20
la sonrisa se pliega y lentamente expira
igual que una caricia abandonada
sobre el leve temblor de su boca rosada.
Y pasa el caballero
de la leyenda por el sendero
25
solitario de su alma de encanto y candor,
pasa con el dorado prestigio de su ofrenda
de ilusión y de amor.
—169→
Se suaviza la amarga miseria de su vida
con el oro galano
30
de su sueño lejano,
palpita su fragante juventud florida
olvidando un momento la tristeza
del vivir cotidiano
en el negro dolor de la pobreza.
35
¡Oh!, dulce soñadora, quién pudiera
hacer posible el sueño de tu bella
ilusión;
yo también como tú persigo mi quimera
y tengo mis instantes ungidos de emoción.
Y al pasar a tu lado por el mismo camino
40
hoy he sentido el miedo de verte caer un día
con un bello sollozo roto en tu cuerpo divino
sin un beso sincero, sin amor ni alegría.
Oh, cómo yo quisiera librarte niña
mía
de las horas oscuras del hambre y del dolor,
45
encender en tus labios la alegría
ahuyentando tu tristeza con un beso de amor.
Canción de los humildes
Vamos amigo mío por esta calle pobre
que tiene la humildad de nuestros corazones
tremantes de emoción.
Hay en la zozobrante quietud de sus rumores
el eco tembloroso, tímido de las voces
5
que cuentan al oído su pena y su dolor.
Nosotros seguiremos sin temor y sin prisa
por las negras aceras, sucias y derruidas
echadas a esperar
junto a la hilera larga de las casas tendidas
10
en el vago cansancio de esta tarde tranquila
que tiene resonancias de voz del más allá.
—170→
Saldrán a nuestro paso los viejos mendicantes
con sus vidas grotescas, sin amores, ni afanes
que les hagan llorar y sonreír.
15
Sostendremos un rato sus amargos pesares
poniendo nuestros pocos ahorros semanales
en sus manos rugosas, cansadas de pedir.
Encontraremos también a aquella huerfanita
que aún guarda en sus ojos candorosos de
niña
20
la tragedia espectral de su desolación.
Le compraremos como siempre las chucherías
-ofrecidas con gracia ingenua de chiquilla-
que toscamente hiciera su hermanito mayor.
Después nos detendremos cerca de la ventana
25
donde hila en estas tardes sus sueños de
esperanzas
la áurea costurerita de pálido mirar.
Tú tienes ese aire de languidez romántica,
le dirás quedamente las palabras galanas
de algún estremecido madrigal.
30
Sonreirá ella tal vez a tu galantería.
Vibrarán los recuerdos, en su alma entristecida,
de alguna dulce historia que para siempre fue.
Revivirán antiguos motivos de alegría,
la lejana ilusión, las esperanzas idas
35
soñadas en la sórdida pobreza del taller.
Y al volver por las calles ya entre sombras nocturnas
no oiremos a las malas mujeres que nos buscan
por la paga irrisoria de una noche de amor.
Esas pobres mujeres tan buenas aunque impuras
40
que siguen su camino de amarguras en una
triste virginidad de corazón.
Y con el alma rústica de buenos aldeanos
que sienten la jocunda caricia de los campos
volveremos al tibio regazo del hogar,
45
en donde nos esperan con su beso adorado
el silencio apacible y el infinito arcano
de las horas ungidas de paz y soledad.
—171→
Heriberto Fernández (1903-1927):
Poeta de indudable talento, cuya temprana desaparición truncó la
manifestación y posibilidad de una gran cifra de nuestra poética.
Publicó dos colecciones de versos:
Visiones de églogas y
Voces de ensueño. En fecha
más reciente Ediciones Diálogos se encargó de la
publicación de sus
Sonetos a la hermana. Su no desahogada vida
en París, en cuya ciudad falleció, le sirvió para ver la
difícil existencia de los seres humildes.
—172→
1929. Margarita (Margot) Habrlmel Herreros.
La gran pasión sentimental de
Hérib Campos Cervera y musa
inspiradora de sus poetas amigos. Hérib la evocó en los pegadizos
versos de sus «Manos blancas», diciendo entre otras cosas: