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  —60→  

ArribaAbajoGuido Rodríguez Alcalá




ArribaAbajoArte poética


- VII -


ArribaAbajoYo soy como la voz
de muchas voces
como el canto de muchos
patria, callada perra
pobre vieja  5
que se muere de sueño.
Yo, rencoroso Edipo,
insatisfecho, terco,
soy poeta.
Digo lo que no dicen  10
lo que nunca dijeron
Fulano, Juan Zutano,
yo canto sus rencores,
yo vengo a sus silencios
(y quizá no lo saben  15
y quizá canto mal).

No me quieras pedir
historias lindas;
todos estamos mal.




ArribaAbajoDescripción


ArribaAbajo Cuatrocientos mil quilómetros
cuadrados de tierra, y el polvo
disgregado de unos muertos
y la dudosa, antigua voluntad
del rey le hicieron la frontera.  5
Conocí su tristeza, en largas horas
de la siesta, y su luna, astronomía
dura, sin un poeta propio, y los paisajes
rebaño de accidentes geográficos.

Nadie sabe por qué tantos destinos  10
hallaron la rutina de mirarse
—61→
y verse siempre, sólo desde afuera,
y tocarse, y cambiar sucias monedas
para jugar a la ciudadanía.
Un odio ingenuo y viejo es la bandera  15
mas nadie quiere rechazar el símbolo.




ArribaAbajoContrapunto


ArribaAbajoComo se busca el fuego
en las cenizas frías
de la hoguera extinguida
he buscado el calor
en vano en la desierta  5
geografía, en los símbolos
gastos de tu historia
en todos los hermanos
(quiero decir aquellos
que son tus hijos todos)  10
pobre, callada, sola,
discreta madre patria.




ArribaAbajoSalvador Allende


ArribaAbajoAunque no diga: -«Allende, estamos juntos,
desde un mismo dolor y un mismo duelo»,
pues no estuve contigo, pobremente
me rindieron tu imagen los periódicos.

Y Chile está muy lejos. Y la prensa  5
dice muy poco. Y soy un escritor
de burguesía media (bueno o malo)
nunca escuché el silbido de una bala:

Permíteme decir que si te han muerto
soldados y en la tierra se ha perdido  10
tu cadáver anónimo no bastan
ya sus balas, ni millones de balas,
ni el silencio para matar tu nombre.

  —62→  


ArribaAbajoPor sus muertos Todos (Chile)


ArribaAbajoNo quiero que se olviden tantos muertos.
Que para siempre duerman bajo el polvo.
Que les quiten las caras con el polvo.
Que les quiten los sueños con el polvo.

No quiero que la tierra los sujete a su norma.  5
No quiero que en silencio vegetal les imponga
el avatar de piedra, de madera, o de sombra.

No quiero que se callen, que abandonen
los pasillos oscuros del recuerdo.
No quiero que se vayan, no quiero  10
que les roben la muerte y la memoria.




ArribaAbajoLos verdugos


ArribaAbajoVivir creando ciegas voluntades,
ciegos puños feroces, decididos
a corromper el pan, alimentar la sombra
y a pudrir desde abajo, desde el hombre.

Yo los veo pasar. Y no me explico  5
como puede vivirse tanta muerte,
como puede llevarse, sin desmayo
tanta sombra en los ojos y en la médula.

Y no sé como un día, de tanto huirse el alma,
de tanto desnudarse, de pisarse la sangre,  10
no se quedan vacíos, como el pellejo seco
de un animal innoble, colgado para el viento.




ArribaAbajoA Pablo Neruda


ArribaAbajo¡Qué cerca tú estuviste de la América:
tu voz halló sus nombres escondidos!
—63→
A tu conjuro mágico brotaron sus metales
la suma de sus tiempos y sus aguas,
las piedras angulares de sus templos.  5
Tu voz nombró a sus héroes y aquellos
ascendieron con luz a la palabra.
Hablaste del amor, y en tu poema
había fuegos tibios como labios
y dulce piel y espaldas de muchachas.  10

Como un niño asombrado recorriste
la vértebra espinosa de los Andes
y el girasol de Rusia y Leningrado
y la lluvia natal del sur de Chile.
Enunciaste las rosas en Hungría  15
y en Valencia y en Málaga, en Sevilla.
Cantaste, enorme, junto al miliciano
cuando España nacía. Tu palabra
quitaba de la nada a los volcanes
o al vino o la ceniza o la esperanza  20
y hasta la muerte negra si llegaba
conjurada llegaba más despacio.
Tu poesía fue una gran ventana
y las cosas lavadas por tu música
nos eran más hermanas.  25

Pero ahora, en la América entregada
es difícil cantar. Es muy difícil
la luz, querido hermano. Lo peor
es que a veces, cuando llama
el corazón, y vueltos para hablarle  30
lo buscamos, la ruta está borrada.
Es que creció la sombra y somos poco
muchas cosas que no nos pertenecen
pues crecimos llorando, bajo un cielo
de putas y puñales.  35

Por eso y todo aquello que no digo
repítenos tu canto, caro hermano.

GUIDO RODRÍGUEZ ALCALÁ (1946). Poeta excelente; sus mensajes sociales si bien en marcos de sutilezas, conmueven por su contenido. Ha publicado los libros Apacible fuego, Ciudad sonámbula, Viento oscuro, Labor cotidiana y Leviatán etcétera, reveladores de una labor intensa.



  —64→  

ArribaAbajoJorge Canese




ArribaAbajo Patria en sangre



1)

ArribaAbajoRecorreré tus venas,
descubriré tus fuentes,
patria,
país sin continente.

Escucharé tu historia,  5
la epopeya trágica
de tus canas
desde el principio.

Buscaré el pulso
de tus lánguidas corrientes  10
que el tiempo y tu tamaño
fueron trancando,
truncando
y destroncando tu hermosura.


2)

Tu curtida piel  15
(casi en escamas)
te transforma en cocodrilo vegetal,
embretado toro rojo
entumecido
de corazón y tierra.  20

Dólares, drogas y espías
han envenenado tu sangre
o lo poco que te queda
después de los combates.
Arrastrando francos,  25
piernas sin pies
sostienes el país con lo que puedes,
a tientas,
sin caminos y sin trenes.

Pura y doliente  30
masa de tu cuerpo,
—65→
que en el olvido
y en los golpes
no tendrá pasados suficientes.


3)

Cuerpo doliente  35
en trágico país
-mirando desde el ángulo
sangrado-
que no produces,
que no levantas crisantemos y trigales.  40
Talento en vano
incultivado,
eres mi única esperanza.

Resto de miel, rostro de hiel,
sólo en ti podrá confiar  45
a pesar de la catástrofe.
En las pocas luces
que te quedan, en los hijos
que de ti partieron
y ahora están en todas partes.  50




ArribaAbajoRevoluciones a punto de estallar


ArribaAbajo Mañana
o el viernes como máximo:
caerán las horas,
caerá el gobierno decadente,
caerá el triunfo.  5

Este sábado que viene,
el 30,
concurrirán las paralelas con sus ángulos,
los ruiseñores con sus nidos al hombro,
los vientos soplando desde el sur,  10
y con todos
-tantos-
sumaremos
más de los quince
que fuimos siempre.  15
—66→

Mañana domingo,
sin duda
será el último
y caeremos cantando,
desfilando de alegría  20
(desbo lando plenitudes)

Mañana.




ArribaAbajoEn estas tierras


ArribaAbajo En estas tierras
nadie sabe si la vida es corta o larga.
Nadie pregunta
si los astronautas
saben hacer arroz con leche  5
o muñecas de papel para sus hijos.

El miedo corre y se extiende.
Nadie sabe quién es Dios
y quién su padre,
quién podría acuchillar  10
en una mañana de rocío,
quien podría darle un beso,
quién amor,
quien un poco de esperanza.

Ante el miedo las cosas siguen como son.  15
Uno al final se queda con los mismos muertos,
sigue por las mismas calles,
insiste con el mismo corazón.

Es el progreso
y nadie duda que las cosas son así,  20
simplemente de ese modo.




ArribaAbajoAquí los muertos


ArribaAbajoAquí los muertos
llevan siempre la misma vestimenta,
—67→
caminan por la calle, toman tereré,
pululan, comen pan.

Nadie cree en sí mismo.  5
Los cementerios son fértiles
como campos abonados con sangre.
Casi siempre es difícil
saber si uno está vivo todavía,
o si la muerte lo agarró desprevenido  10
en la calle5
o a las 3 de la mañana
después del edicto,
después del rastrillaje.




ArribaAbajoLo que nos queda


ArribaAbajo Todos los días
se inauguran cementerios.
Vivimos cavando sepulturas.
El contrabando de lápidas y cajones
está de última moda.  5

Nadie quiere morirse
sin un rezo,
sin su panteón último modelo.

Todo ingresa en forma clandestina.
Todo es gringo, todo importado,  10
menos el miedo
que sigue siendo autóctono.




ArribaAbajoCambios, transformaciones, acomodos


ArribaAbajoCuando nos dimos cuenta
el miedo estaba metido entre nosotros
y, de igual a igual
nos disputaba los momentos.
Era ya muy tarde.  5
—68→

Así, nos fuimos adecuando, amoldando,
acomodándonos a su estilo,
a sus sanas exigencias.

El político terminó de carpintero,
el escritor de vendedor ambulante,  10
los teatros se transformaron en quilombos
y la universidad
acabó siendo un gran queso
comido por gusanos.




ArribaAbajo¡A callar!


ArribaAbajo Aprendí a callar,
a sonreír
cuando era absolutamente necesario,
a correr, a no sentir,
a amar sin que se note,  5
a comer sin placer,
a olvidar pronto,
a vivir solo,
a pensar en los demás
para no pensar en uno mismo  10
y a rezar para no desesperarme,

porque a veces
(aún a pesar de todo)
a uno le entran ganas de vivir
y como el monstruo sigue firme a nuestro lado  15
no nos queda más remedio que olvidar
y recurrir a la oración,
al maratonismo y al silencio
para seguir huyendo y temiendo,
para no pensar  20
que algún día
las cosas puedan ser de otra manera.




ArribaAbajoEpílogo


ArribaAbajoY así nomás
uno termina siendo el malo,
—69→
el asesino en potencia,
un vendepatria asqueroso y vulgar,
un idiota útil  5
porque no pensó en la sociedad establecida,
un imbécil
porque se alejó de los cauces naturales
y se fue a pensar
a la orilla de un arroyo.  10

JORGE CANESE (1947). Es el poeta social más importante surgido en los últimos tiempos. Su poesía de estilo coloquial se adecua perfectamente al contenido dramático y desnudo de casi todos sus poemas, por lo que fuerzan a meditar sobre las realidades que menciona. Obras: Más poesía, Esperando el viento y Paloma blanca, paloma negra en 1982.



  —70→  

ArribaAbajoAdolfo M. Ferreiro




ArribaAbajoMi pueblo



- 1 -

ArribaAbajoHay un humo vacío
que se disfraza
de espíritu.
Hay un viento pobre
que sopla trayendo  5
casi nada.
Hay un sol que no alumbra
más que un pedazo
de mi tierra.
Hay un pueblo que camina  10
y que no llega.


- 2 -

ArribaAbajoUn montón de años
se ha desmoronado
en mi almanaque.

La triste cascada  15
del miedo y el dolor.
Palpitó en mi pecho
de cerca,
la angustia del hombre
y su miedo.  20


- 3 -

Mi mundo hierve en su sangre
y en un caldero oceánico muere
mientras en un parto gigante nace
la savia nueva del hombre.
Y se extiende,  25
cual plaga triunfal
y perseguida,
sobre el estertor agónico
de la podredumbre.
Y surge la clase nueva  30
a pasos largos,
—71→
con bríos puros,
que empuje el pus
hacia el abismo.

ADOLFO M. FERREIRO (1948). Dio a conocer un manojo de versos en 1966: La huella desde abajo. Desde aquel año se mantiene en silencio.



  —72→  

ArribaAbajoJuan Manuel Marcos




ArribaAbajoUna antigua sangre


ArribaAbajoDe tierno y de metal, de pura sangre,
a golpes de palabra y agonía
se va haciendo la historia de los débiles,
con sílabas de lámpara cautiva,
y un corazón de pie, y una paloma.  5

Para siempre, quizás y todavía,
y falta, y hace frío, y sin embargo,
¡qué canto inmemorial viene de pronto!
¡qué muerte solitaria en el camino!

El pedazo eucarístico del cielo  10
del aire descendió en pantalones,
se puso los del hombre y su camisa,
su inmenso amor hizo el amor al viento.

La noche de la patria comunera
se abrió en cristal y en alba sonriente.  15
Mientras existan jóvenes, la sangre
escribirá su nombre en las paredes.




ArribaAbajoApuesto por la vida


ArribaAbajoNo podrá persuadirme la muerte cotidiana.
Apartad de mi casa sus signos de ceniza, su aliento de
murciélago,
su cráter amarillo.
Ya sé que sus heraldos sombríos multiplican
en ventanas y sótanos, en mercados y sábados,  5
el olor implacable de sus esquinas húmedas.
Apuesto por la vida.

A pesar del espía que soborna silencios
y el sabueso de sangre, traición, infamia y lodo,
a pesar del comercio diario del saludo.  10
Apuesto por la vida, lo nuevo y lo posible,
la cíclica sonrisa de las uvas,
—73→
la silenciosa nostalgia fluvial del arroyito,
¡este sueño de arcilla!

Algunos secretos alfareros  15
están imaginando la silueta del día.
¿Por qué ha de estar
eternamente prohibida
la alegría?




ArribaAbajoElegía a Rafael Barret


ArribaAbajo En el centenario de su nacimiento.

Lo conoció el invierno en una calle oscura
de capote y ojos tristes clavado en una esquina.
Dialogaba sin voz con una voz nocturna.
Escrutaba los signos tempranos de la cárcel.  5
Examinaba la queja oscura de la brisa.
Derrotaba el oprobio cansado de sus úlceras.
Vulneraba las leyes del dolor y la magia.
Conversaba el lenguaje violento de la muerte,
y su pálido alfabeto preñándole los ojos.  10
Y viajaba en la noche como un caballo errante,
sin dios y sin jinete, anclado a la deriva,
intacto en la energía valiente de sus letras,
invicto en la eternidad sangrante de sus actos.
Distribuyó6 relámpagos de ira.  15
Se puso la camisa del obrero
y el zapatón de bruma de sus sueños.
Cabalgó las atmósferas del humo,
soportó las afrentas del tirano,
mitigó la garganta del destino,  20
apresuró el silencio y lo detuvo,
acampó en las espaldas de los cerros,
descendió a los infiernos del destierro,
caminó entre vacíos y veranos,
inauguró la vida en la palabra,  25
amaneció encendido una mañana
de pólvora, rocío y polvareda.

Convocó inevitables cataclismos,
asaltó los escándalos del día
—74→
y repartió sus panes de luz dura.  30
Adivinó la marcha de la historia,
la esencial combustión infatigable,
se casó con la patria paraguaya
-encinta soledad ardiente, solidaria-
alquiló tres hectáreas de papeles,  35
arrendó el patrimonio de la cólera
y repudió la esclavitud de los yerbales.
Le quebrantó los huesos de la muerte,
dominó la traición de sus pedazos
y la sublevación de sus pulmones,  40
acuchilló relojes taciturnos,
iluminó satélites adúlteros,
enamoró de esdrújulas la noche,
olvidó siete sílabas celestes
en una sien anónima y morena,  45
supo ternura y esperanza
y le enseñó a cantar al arco iris
enlutadas palomas en el viento,
¡y se expandió en la cruz de sus noticias,
se hizo espacio a sí mismo de inocencia,  50
de viento, viento, viento, viento, viento!




ArribaAbajoCincuenta veces cincuenta


In memóriam José Asunción Flores (1904-1972)




ArribaAbajo De la hermética quietud boscosa
y el puntual rumor de los torrentes,
del eco antiguo de las gestas,
la diáfana sonrisa mestiza de unos ojos -Palmera de
cristal, la vida- una crepuscular melancolía en cocoteros
de eternidad y silencio,
la vaga cicatriz de la nostalgia,  5
la dulce monotonía de las tardes de otoño vegetal,
la morena altivez popular de los quebrachos
y las tranquilas extensiones verdes,
de la palabra bilingüe y candenciosa y terrestre,
de pálidas hogueras bajo la lluvia mansa  10
y el mítico silbido de oro y matorral en la siesta inocente,
como un relámpago rojo, como un pájaro,
como violento cántaro,
una luminosa explosión de profecías,
—75→
la Guarania nació  15
del pueblo
en el pueblo,
por el pueblo
forjada para siempre de manantial y roca
y una enamorada primavera de claveles  20
en sus labios de aroma y agua clara.
Desde entonces fue haciéndose esperanza y campana.
Desde entonces la patria tuvo color y milagro,
tuvo hijos que cantan y
caminos  25
sin más sombra que el viento.
La Guarania, pura esencia natural
de la mañana,
saludó al universo con sílabas filiales
-melodías de espacios infinitos-  30
salió como una flecha de luz sobre los árboles,
dialogó sin misterios en un idioma único,
fue de todos, por fin, como una madre entera,
y entonces,
empezaron los lobos a aullar para apagarla,  35
gastaron ojos ciegos de espeso líquido de fétida negrura y,
de infamia caliente.
Navegan todavía esas miradas oscuras
las cloacas inútiles del rencor y del vómito.

¡Alerta, vigilante del día y su jornada!
¡Alerta, solitarios camalotes enlutados de anhelos!  40
¡Alerta ciudadanos de piedra y tierra firme!
¡Alerta, compañeros del humo y la alegría!
¡Alerta, militantes del joven cataclismo!

Está naciendo -como inmenso volcán, retumbo, multitud,
lágrima, beso  45
áspera paloma victoriosa
una Guarania nueva de pólvora y futuro,
una Guarania invicta, elemental
como la sangre.

JUAN MANUEL MARCOS (1948). Es uno de los poetas de grandes condiciones aparecido en los últimos tiempos. Tiene un pequeño poemario publicado y reside actualmente en el extranjero.



  —76→  

ArribaAbajoEmilio Pérez Chaves




ArribaAbajoHombre vanguardia en la lucha y el triunfo


«Las manos están tendidas; ésta es la hora».


José Martí                



ArribaAbajo Obrero de mi tierra
de esta tierra forestal de inextinguible pulso melodioso
ceñida
por pétreos ríos que le cavan sus ojos altos
por vertebrales cordilleras caudalosas que enmarcan su
frente de purpúreas raíces dormidas
 5
por limpios árboles detenidos que descifran sus longevas cejas mediterráneas
por el célibe andamiaje de rocas trepadas
a su tórrida cabellera de vibrátiles hojas lácteas
que yacen bajo su lacustre perfil soñoliento
ausentes del itinerario de la breve naranja caída en el otoño
de los relojes largos
 10
por meridionales pájaros áureos que encienden hogueras en
la madrugada incesante
sembrando la metálica estructura de sus trinos anclados en
la lluvia transeúnte.
Así es mi tierra:
columpiada por zócalos de hechizado humo palpitante
en la desatada vendimia de salobres recintos  15
habitados por sedientos sonidos litorales.
Imán de aire cerrado así es mi patria
oscilando entre afluentes signos que nidifican vitrales
extendidos sobre la alucinación nictálope
y el monólogo incandescente con que trazan el tiempo
venidero
 20
los impetuosos anillos del trueno.

Así es mi tierra.

Hoy sin embargo mejor decir: «Así es esa tierra».
Son palabras dictadas no por la ineluctable resignación
sino por la paciencia que ahora debe morar en nuestras
venas por un tiempo...
 25
—77→
sólo por un tiempo.

Pronto el clarín terrígeno de la selva
destrozará el horizonte en su ululante trayectoria
dispersando sus dedos hacia cada verdad
atravesará umbrales de los paisajes y las horas
adjudicando sonrisas entre los niños  30
pan al famélico
y a los indecisos
coraje.

A su acuciosa invocación acudirán hombres de
todas las edades
de todas las voces  35
de todos los himnos
de todos los terruños
donde flamee un solidario corazón que ausculte la aflicción
de otros rincones
ofrendándose en el ignoto combate para erigir el futuro
con las transparentes manos libres y la brújula del ideal en
las alforjas.
 40
Obrero de mi tierra macerada y rebelde:
tu unívoca presencia desmiente que haya vacante de héroes
en la lucha del pueblo por su pueblo
y testimonia que pronto cesarán las aguas ebrias de la
depredación y la ignominia.
En este suelo que transmitió a tu efigie roturada su sombra
irisdicente.
 45
Sitio insigne tendrás en la batalla y serán las odiseas
claraboya leal
de tu anagrama y tu albedrío:
esas manos tuyas buriladas por el sudor, la opresión y la
vicisitud
se alzarán inmensas hasta arañar el cielo
y empuñando como trofeo la justicia y la victoria  50
dibujarás la nueva geografía de la patria
borrando cárceles al distribuir arados
anulando corruptos pedestales de verdugos imperantes con
vómitos tridentes
plantando escuelas donde hubo nada
impregnando resplandores donde habitaba el cieno  55
enarbolando talleres donde otrora fluía tangible la miseria
modelando hospitales donde siempre fuera yermo
—78→
desterrando llagas curtidas bajo insulares norias magnéticas
domeñando troqueles para que se ejecute la ubérrima
sinfonía ternaria
del heroísmo, la gloria y el júbilo  60
derramando en aldeas, sobre fogones y jóvenes, tus
convulsos relatos verídicos
rompiendo el silencio del castigo y la derrota con tu
pensamiento, aire talador de muros
con tu vertical canción de fe en el hombre y su destino
en el hombre de esta tierra calcinada
la misma que aguarda  65
que tú seas quien inicie el huracán de la rebelión y de la
aurora
para que vuelvan al filial regazo de la patria
todos los que la ven latir en su postrer lecho
transida de ceniza, dolor y hambre
y no pueden acercarle su balsámico gesto  70
porque el necróforo caníbal réprobo de su propio pueblo
cotidianamente en sus falacias los sentencia a la vigilia
a la distancia
a la tenue nostalgia
a la ineludible espera  75
de acechar el instante en que tú levantes
el cáustico puño altivo y grites:
¡basta!




ArribaAbajoPatria entre la luz y el viento


ArribaAbajo Testigo de mi tierra
de esta tierra forestal de lánguido pulso melodioso
de secretas cordilleras que descifran su rostro diáfano y
mediterráneo
su tórrida cabellera de lágrimas
ausentes del itinerario de la breve naranja  5
caída en el otoño de los relojes largos.

Tierra de meridionales pájaros áureos
que encienden hogueras bajo la madrugada incesante
con sus trinos anclados en la lluvia.

Patria cuyo aroma es el color del aire y de la ausencia  10
mientras pétalos de magia y soledad se refugian en los ojos
del cielo.
—79→
Patria que nunca olvida lo escrito en las nubes o en el agua.
Así es mi tierra dulcemente abierta al recuerdo entre las
voces del fuego
íntimo canal de musgo y cereales:
colinas de sueños indican ciudades legendarias y rojas  15
cuando la angustia se desliza en reinas de salobres recintos
habitados por sedientos sonidos litorales.

Imán de la memoria (así es mi patria)
oscilando entre los signos del castigo y del triunfo
en el diálogo con que trazan el tiempo venidero  20
los impetuosos anillos del trueno.

Hoy el pueblo es una herida buscando en la noche el eco
de su imagen.
Pronto, desde el laberinto donde fluyen el destino y la
palabra
un mensaje de vértigo y metales surgirá en el umbral del
infinito:
Vendrán hombres de todas las edades  25
de todos los himnos
de todos los lugares
donde flamee un corazón cercano a la batalla de erigir el
futuro.

Testigo de mi tierra
vas llegando al encuentro de la verdad y la historia  30
con tu pensamiento, brisa que disuelve muros
con tu libro de peces y volcanes
con tu sangre invadida para siempre por la luz y los fusiles
con tu vertical canción de fe en el hombre y su alegría
en el hombre de esta tierra innumerable  35
donde aguardan que tú seas quien descubra el nombre de
la patria
(relámpago de nostalgia en el espejo del amor) o
para que vuelvan a su cuenco fiel y sereno
todos los que la ven morir a cada instante
y no pueden acercarle su gesto filial y demorado.  40
Ellos, tantas veces condenados a la distancia y al desvelo
custodios de tu sombra
desde el olvido
hasta la promesa.

  —80→  

EMILIO PÉREZ CHAVES (1950). Su poesía, ha dicho Santiago Dimas Aranda, «es como un condensado racimo donde la riqueza y plasticidad del lenguaje resalta como característica esencial». Ha publicado en revistas y diarios. Obra: El fénix del ensueño.



  —81→  

ArribaAbajoRoberto Cañete




ArribaAbajoCiudad


(Fragmentos)


ArribaAbajoSecuelas de odios
espejan perfiles payasescos
desfilan cáfilas de simios
pulsar puñales en celo
mimetiza al hombre
en parodia de hombre.
Los argumentos resbalan
se infla el prejuicio
declaran culpable al oponente
sin admitir derecho a su defensa.
Expulsarlo como eructo
vomitarlo en cuajarones agrios
humillarlo
eliminarlo
y cuando la verdad reaparezca
la sed de mutilar se aplaque
los puños ya no se le ven resentidos
y el tifón de dudas se torne brisa
con la calma del verano amanecido
aunque no se reparen daños
causados en la víctima
cada mártir sembró con su martirio
la cosecha del mañana de esperanzas.

En mi país de veranos
los poetas
silencian su canto
porque el entorno los cerca
y tienen miedo,
porque viven solitarios
y olvidaron sus raíces,
porque están huecos
como tambor sin cueros,
porque polvo y polillas
disuelven sus originales,
porque no ofertan poemas,
y así desnutren su imaginación,
—82→
la creación se les seca
no se los va necesitando
mutan insignificantes
se los olvida
y si no toman su equipaje
para asumir el exilio,
los poetas
de mi país de veranos
se van muriendo por dentro
se les coagula el canto
que llega a nacer abortado
y se van haciendo minerales.

Saludo saludas
abres horado
vivo habito
copulo progenio agricultoro
algodono tabaco modero
invoco alerto visualizo
desentraño complico insustituyo
lucho mutaciono
odias envenenas
condiciones consientes coqueteas
denuestas especulas
sitian atenazas reprimes
encarcelas torturas electrocutas
resollo explosiono desplomo fenezca
exilo profetizo lluevo aroma
recomienzo.

ROBERTO CAÑETE. «Su poesía tiene la contextura a veces áspera de la propia vida» (Santiago Dimas Aranda - María Hedy González Frutos). Publicó un cuadernillo de poemas hace varios años y desde entonces nada ha dado a conocer más.



  —83→  

ArribaAbajoVíctor Jacinto Flecha




ArribaAbajo- A -



- 4 -

ArribaAbajoentonces se creyó dios
y se levantó altares
y al tiempo colocó en un calendario creó
el puñal y la cadena
raptó a la libertad  5
su manto de luceros
y luego
lo cortó en pedazos
y lo vendió al mejor postor
en las esquinas  10


- i -

ojos de reos
ojos sin alas
ojos
que caminan
la abertura gris del cielorraso  15
ojos
que una vez tuvieron infancia
y describieron el círculo intangible
del pastizal abierto
y ojos  20
y más ojos
bañados en sudores de ausencia
y en crecientes horrores
de la soledad y el miedo
de las letras y el llanto  25
y de los huecos moldes de la nada
ojos
muertos
adivinando el día
el fuego y la distancia  30
ojos ojos
espejos inmóviles del fusil y de la reja.

  —84→  


ArribaAbajoLejos, cerca siempre


Para José Asunción Flores,

músico lejos de su tierra, cerca siempre.




ArribaAbajoAyer fuimos mirando cómo crece la sensación del año.
Conmigo José Asunción, sosteniendo el alba.

El mozo servía el café
y una humareda de recuerdos nos acribilló
junto al estambre de la mañana,  5
la sangre hervía junto al pulso
una fogata y alrededor nosotros y todo
el hambre junto, el olvidado surco
la fiesta de San Juan y todas las
caras maceradas,  10
la sangre hervía junto al pulso

La ciudad que nos sirvió de cuna perdida
entre antiguos jeroglíficos, un burro
manso pastando por las plazas, los héroes
descansando eternamente entre  15
sus huesos y ni siquiera falta la farsa
allí hábilmente montada.

Ahora llueve
los naranjos quedarán de guardia y los
viejos tranvías mirarán la muerte  20
los jaguares devoran la calle, la luna
y sudores de sangre amontonada al día
y en silencio sube el llanto por los
oscuros corredores de la llaga.

Sueña el capitán  25
en tanto la ciudad se acuesta con la lluvia
y con la muerte.

Hemos terminado el café
y nos fuimos mirando como crece la construcción del tiempo
del dolor y de la ausencia.  30
Conmigo José Asunción, sosteniendo el alba.

  —85→  

VÍCTOR JACINTO FLECHA. Autor de Poemas de la cárcel en 1967. En su oportunidad la Revista Época señaló que «en su rebeldía y entrega ‘la puerta de la cárcel se abre y está siempre cerrada’ que más que otra visión es la de su misma patria». Obligadamente se mantiene fuera del país sin que se conozca de sus actividades posteriores.



  —86→  

ArribaAbajoCarlos Martínez Gamba




ArribaAbajo Plata yvyguy


(Acerca de la resistencia paraguaya en la gran guerra patria del 65-70)





ArribaAbajoCerro Leonpe, Mariscal
ehérsito pyahu o mo pu’a jey.
Mita, tuja, hesai, hasyva,
poyvi pyta, moroti ha hovyva guype
o ñe mbyaty.  5

Opéro kaño Yvyku’ípe,
o je japo gueteri:
tupao kampánagui o je pe’a
vrónse rembyre mimi.

Pólvora i pokama;  10
hi’upyra, upéicha nte avei.
Kokuépe ndai póri véima o ñemityva:
kumba’e, kuña, mita,
ñande ehersito rapykuéri
o je’oi pa.  15

Cerro León guive Cérro Kora peve
ñorairome ñande ruguyko,
140 légua puku kue jave.
Pirivevúipe, agóto 12 ko’eme,
ita, yvyku’i, vigrio rembyre,  20
kañome o je puru.

Kuña kuéra o ñorairo avei;
kambáre o ndyvu,
o hesa aty,
oikarai, asisu’u.  25

Aipo kónde d’Eu,
vrasiléro mburuvicha,
Pédro Páblo Caballéro pe
o ahy’o mondoroka.
—87→

Ha opitalre, oímba’y  30
ha omanombotávagui henyheva,
o jatapy,
Naino Caballero, mita mimi reheve,
-tendyva guasu gua’u-
teta mandu’arame  35
o moínge Acósta Ñu.

Kaño rendyvu
o ñaka’o
Florentin Oviédo kavaju,
oúva, o mombyta rire i ñani,  40
yvyre o je joso,
tuicha mboka ryapu
ha sáule parara reheve
ha tuguy chororo.

Kamba kuéra, kapi’itindyre  45
o mbo ja tata.
Sapukái ha pyahe mante o ñe hendu,
mita rete chyryry,
tata sununu.
Yvága o jaho’i tatatína.  50

Lópe ykere
tetagua o ñorairo,
o ñandúgui ho’ópe
ñande reta o je haitypo
he hendive, i paha peve  55
tekoteveha o je pytaso.

Villa Kuruguatype, Lópe he’i jey
partiku kuérape, anive hagua
hapykuéri o tyryry.

Jepeve upéicha,  60
karai guasu ñe’e
tesaráipe upéro o jeity.
Ndai póri kuña hembiayhúpe o hejaséva;
i túva ha i sy rapykuéri hase mita mimi.
Yvypóra oi háicha, Soláno Lópe o guaheha peve  65
o guahese aveí.
—88→
Soláno Lópe o mano rire mba’e i katu
paraguái memby, o mano’yro,
ñorairogui o pytu’u.

Lópe oikove aja,  70
o mano va’ekue jepeve o pu’a jeyne
kamba kuéra renondera.
Ha upéi Lópe oisu’u,
i paharame,
Cérro Korápe,  75
tetaygua yvv akyta ryguy.
(Acerca del «Plata yvyguy»)
-Che jaryimi o mombe’u
i sy he’i hague ichupe:
«Soláno Lópe, kuarénta karrétape,  80
o hupika pláta ha óro tetamba’e
pe ñorairo
Pirivevúi rire;

karréta kuéra o ñe mbo tyryry
Mbarakaju ru’ame ve  85
ha yvykua hugua’yvape o jeity».
-Upéi, ndaje,
umi karrérope o je juka,
ani hagua o mombe’u
teta rembirepy renda.  90
Ndai katúiva o je kuaa
mamo itépa umi karréta
o ñe mbo japaro.


(La causa social que da pie a creer en su existencia)

-Mba’eicha piko umi guaimi ñe’engue
pe júta pe rovia.  95
Mboriahúgui reí paraguái apytu’ume
pláta yvyguy rerakua i poti ai jera

Mboriahugui reí tetagua akame oike
entiérro je jo’o mante i katutaha
ichupe kuéra teko’asygui o guenohe.  100

Pláta yvy guy, añete
ha’e ndéve, che ryvy,
mboriahu py’aropúpe nte
—89→
hapo ypy.
Ta’aro reí, jerovia’y  105
ha tembiechaga’u je haru
o mo kañy hyepype
pláta yvyguy.
Upéicha rupi pe hecháne
pláta yvyguyre i ñaka ku’eva hetaveha,  110
ñande retame i pohyive jave
teko’asy, pytagua jeheka
ha umi verde’o aty ai
mboriahu ry’ái pyteha.

A árape, ñande rekove  115
ñande pógui o syryry
ha tetagua remimombe’ura rapére
o tyryry.


(De cómo se comporta el gringo explotador con el trabajador y de cómo muchas veces las fuerzas del orden responden a las reclamaciones populares)

Sa’i umi vringo tapicha
paraguai ry’ái mbo hepy.  120
Hi’ári ete i kanguero joa
ha iñe’e pohyi umi i sy memby.
Tahachi ha verde’o ruvicha,
oiméro mba’apohára kuéra
hemikotévere o jerure,  125
o mbou konkrito ha mboka,
mboriahu pu’amby
mo kiririra.




ArribaAbajoPychaichi



(De cómo Pychaichi, representación del pueblo, lleva una existencia diferente a los tienen un buen pasar o por estar «arriba»).

ArribaAbajo-Ore ro’u so’o
ha Pychaichi ho’u tukumbo.
-Ore ro’u servésa
—90→
ha Pychaichi ho’u kerésa.
-Sombrero de paño ro mondéva ore  5
ha Pychaichi
sombréro piri sorokue.

-Ore ro mondéva sáko kasimir
ha vóta puku.
Pychaichi o je aho’i vosa rembyrépe,  10
mandí’o ryru.
-Losio «Kláro de Lúna» gui
ore ryakuavurei.
Pychaichi hy’ai raguinopa
ha i katí.  15
-Votika poha me ore rasy vove
ro ñe pohano.
Pychaichi katu
asuka del kámpo mi mante
i sarampiu ári oipyso.  20


(De cómo al pobre se le achaca gratuitamente los vicios)

Oikóramo plása guasúpe
so’o ñe monda,
Pychaichichire pya’ete
o ñe mbo ja.
Karréra hápe  25
oikóramo ñorairo,
Pychaichípe
o ñe mo tukumbo.


(De cómo el pobre no tiene estabilidad o debe emigrar)

Máva pa he’íne chéve
pe karia’ymígui  30
heta gui o ñe mo se va’ekue
ha i katu’y va o jevy
pomokoi ro’y rire.

O hecha umi táva tuichavéva
teta ambue gua,  35
o hasa heta mba’apóre,
opáicha gua tekóre
ha haimetete oiko chugui pytagua.
—91→

...Pytagua reta re
nda ikatúiri o je pokuaa  40
ha i vállepe o jevyse
o mano hagua.

CARLOS MARTÍNEZ GAMBA. Poeta de gran inspiración popular. Su pluma ha recreado casos y cosas de nuestra tradición y de nuestro folclore: pese a estar radicado desde hace varios años en Buenos Aires. Obras. Pychaichi (2 volúmenes), Plata yvyguy, Hose Dolores...



  —92→  

ArribaAbajoFeliciano Acosta




ArribaAbajoNe’e ryryi


ArribaAbajoChe ahy’ópe
oryrýi
che ñe’e.

Che ñe’e
oseséva  5
ombokua
yvytu.

Che ruguy
opupu,
osapukáí  10
mboriahúpe
guara
oipota
piro’y.

Che ahy’ópe  15
oryrýi
che ñe’e.

Che ñe’e
oseséva
ombokua  20
yvytu.

Ha katu
iporave
che ahy’ópe
omano.  25




ArribaAbajoPykasu


ArribaAbajoAipota
kuarahy rata
ojope meme
yvy
poriahu.  5
—93→

Kuarahy
mimbi
ndaipotái
ógue.
Yvytu avei  10
ani ipore’y
omoka
hagua
mboriahu
ry’ái.  15

Aipota.
Aipota
tajy ipotypu
ha umi pykasu
oveve jey.  20




ArribaAbajoKo’eju


ArribaAbajoKoeju.
Ko eju.
Mamóiko
reime.
Ipohýi,  5
ipohýi
ko pytu.
Hetaitéma
osyry
jukyry.  10

Ñembyahyi
iko’e
ha ipytu
ogami
kapi’i  15
pepo
guype.

Yvytu.
Ejúna
yvytu  20
—94→
rehasávo
ehetunte
jepe
oipovava
angata  25
ko’eju
ra’arovo
oikovéva
rova.




ArribaAbajoAyvu


ArribaAbajo Tape
vaíre
ayvu
mbeguekatu
oguejy.  5
Yvyku’ípe
opyta.
Ara
otiri.
Ojeka.  10
Tyapu
guasu
oñohe.
Ipa’u
rupi  15
kuimba’e
hy’ái
poty
ogueroja.
Guéi  20
ojetu’u,
omyata
itimbu.
Chokokue
hi’ambu.  25
Sapukái
ojoyvy.
Ochia.
Oku’e.
Hasypevéko  30
ayvu
—95→
oguatami
jey.
Sara ñure
isarambi.  35
Turuñe’e
kyre’y
táva
rapére
ogue.  40
Akóinte
péicha
aipota
jeroviápe
tapicha  45
kokue
poty
ogueroja
ha ojerekúevo
vy’a  50
ijurúpe
taipoty.

FELICIANO ACOSTA. Autor en 1983 de Ñe’e Ryry’i, mantiene el ritmo sesgado y reiterativo de los componentes del Taller Literario Ortiz Guerrero.



  —96→  

ArribaAbajo Hugo López

imagen

Hugo López, radicado en el exterior, no cesa de pensar en su querida patria. Para bien servirla estima que el arte debe enarbolar un denso contenido porque cree que «en un país culturalmente débil nadie puede dar un paseo hacia malabarismos formales...» Y confía en el pueblo, «en su imaginación, en su destreza por combatir lo arbitrario, en su sensibilidad capaz de hacer perpetuar una guerra por obtener lo más digno y justo...»

  —97→  


ArribaAbajo Libertad


ArribaAbajoEstá el cementerio rodeado de alambre de púa.
Cada vez que paso quiero entrar a escondidas.
Quiero saber dónde está tu tumba.
La única forma de alcanzarte es cavando un túnel
o pronunciando tu nombre en una frase clandestina.  5
El maestro cuenta que tu historia fue la de un volcán
sobre la tierra plana.
Esta es la imagen tuya que busco en el desierto.




ArribaAbajoTodos juntos esperan


ArribaAbajoDe lunes a viernes se amontonan en los cajones
pedazos de objetos en la certidumbre de que algún día
volverás por ellos.
Los fines de semanas sacudo la cama en el terror de ver
la mancha de sudor allí donde tu cabeza estuvo en la
almohada.
Todas las noches escucho por radio que las fronteras están
cerradas.
 5




ArribaAbajoExuberancia


ArribaAbajoLos obstáculos caían al atravesar las puertas oxidadas.
De pronto fue posible
concebir una ciudad sin cerraduras ni praderas desoladas.
Allí las conversaciones encontraban cómplices
en los oídos de noctámbulos sentados en el banco de un
balneario.
 5
Era posible aumentar el número de alas a los pájaros
que los ladrillos tomaran la forma de la precisión de un
sueño.

Allí el jardín debía estallar desde su vientre de flores
cautivas
el tiempo sería otro límite por sobrepasar
—98→
las casas serían refugio de las palabras diseminadas  10
la ternura vendría del cuerpo más próximo al anonimato.

Será cuando el viento dejara en los árboles el olor de
colmena
al ritmo de la hamaca del patriarca
al ritmo de su respiración frente a la ciudad despierta.
Es cuando nadie obedecerá a otra orden que no sea el de  15
caminar en dirección contraria al vértigo de los bostezos
de siglos.




ArribaAbajoManos sobre manos


ArribaAbajoEsta es nuestra habitación. Allí están las huellas de los
minutos.
Están las plumas de los pájaros atravesadas por alfileres en
las paredes.
Están las piedras recogidas de las orillas del mar.
Están nuestros libros mezclados con los sueños.
Están los cubiertos sucios y las ropas planchadas sobre la
mesa.
 5
Está la radio sonando para los dos.
Están los cigarrillos que se apagan y se encienden.
Están las cacerolas vacías.
Está el mapa del país cubierto de polvo.
Están los recuerdos despertándonos a cada instante.  10
Están los años en las arrugas de los labios.
Están las plantas de nuestro jardín creciente con los
proyectos.
Están las piezas de ajedrez dispersas7 en el patio.
Están nuestras manos leyendo una carta.
Están nuestras fotografías mirando el horizonte.  15
Nosotros estamos con las piernas cruzadas en el suelo
esperando que este tiempo pase desapercibido.

HUGO LÓPEZ (1950). Su poesía delicada está llena de sugerencias, por lo que exhibe algo así «como el tiempo muerto» que enfrenta la juventud en un medio dominado como por la quietud de la siesta. Todo hace presumir la aparición de un buen poeta. Ha publicado ya un pequeño volumen de versos. Radicado en el exterior regresa de tanto en tanto al país. Obra: Imaginación y cautiverio.



  —99→  

ArribaAbajoAlfredo Rojas León




ArribaAbajoVoz del pueblo


(A Miguel Hernández)




ArribaAbajoPor mi pluma cantan su llanto
los estómagos hambrientos
por mi mano canta el pueblo
pueblo de justo sediento.

Cuántas veces habrán dicho  5
que la injusticia y el viento
pasan rozando el suelo
como gusano retorcido8.

No soy la primera mano
asumiendo la voz del pueblo  10
si la cortan que la corten
¡Escribiré con los dientes!

Aunque me arranquen los brazos
para acallar mi protesta
con los muñones sangrientos  15
escribiré hasta me muera.

Yo soy el grito del pueblo
pidiendo al menos comida
alzo los brazos al cielo
entrechocando eslabones.  20

Mi pueblo dicen que come
escorpiones con los dedos
de noche dicen que duerme
con los leones más fieros.

Mi pueblo es un pueblo altivo  25
a mazazos arrodillado
mi pueblo es un pueblo humilde
manteniendo el señorío.

Cuando despierta mi pueblo
los cerros pierden altura  30
—100→
baja las estrellas del cielo
y cava ríos con las uñas.

Cuando despierta mi pueblo
y alce la testa altivo
retemblarán los traidores  35
y se acallarán los grillos.




ArribaAbajoAlguna vez


(Fragmento)


ArribaAbajoAlguna vez veremos
la patria sin tiranos
alguna vez seremos
las aves del verano.

Aquellas que se fueron
de este duro invierno
las mismas que huyeron
del frío del averno.

Alguna vez los campos
tendrán de nuevo flores
en un tiempo cuando
se vayan los ardores.

Alguna vez el cielo
de nuevo se abrirá
entonces nuestro anhelo
la nueva luz verá.

Alguna vez seremos
las aves del verano
alguna vez veremos
la patria sin tiranos.

Alguna vez el ciervo
vendrá de nuevo al bosque
el prado calcinado
tendrá de nuevo brotes.
—101→

Alguna vez veremos
las botas aplastadas
calmar tal vez podremos
las hambres atrasadas.

Alguna vez veremos
la patria sin tiranos
alguna vez seremos
las aves del verano.




ArribaAbajoTrabaja arriero


ArribaAbajo Sécate arriero el sudor
con esas tus manos sucias
con que revuelves la tierra
y a tu amada acaricias.

Sécate arriero el sudor  5
con ese pañuelo viejo
tu padre te lo dio un día
para adorno del cuello.

Levanta tu torso al sol
fulgirá tu savia copiosa  10
y en el calor de su abrazo
tu cansancio se borrará.

Mira los surcos hendidos
por ese roído arado viejo
se refleja en ellos tu frente  15
se refleja en ellos tu puño.

Sécate arriero el sudor
no es hora de pensar
tú solo debes labrar
ya en la noche descansarás.  20

Tienes la china en el rancho
con tu fruto de tu cariño
ellos no saben de esperas
sólo de estómagos llenos.
—102→

Sécate arriero el sudor  25
hiere de nuevo la tierra
con esas tus manos sucias
pero que agradan a Dios.

ALFREDO ROJAS LEÓN (1950). Poeta insólito y caudaloso, dice de él Isidoro Calzada, que ha ejercitado su vocación social en medios estudiantiles. Obras. En los regazos de las olas (1977) y Angustias (Embrujo de mar y gaviotas) (1981) y Cantos de mi sangre, en 1984.



  —103→  

ArribaAbajoMario Rubén Álvarez




ArribaAbajo Compañeros


ArribaAbajoTraigo
de mi tierra
su viejo dolor
sus rojos declives
sus amanecidas canciones  5
su nueva esperanza de cosechas
el musical guaraní de sus hombres.

Están hechos
con flor de jazmines
rosas abiertas  10
serenatas errantes
sonrisas descalzas
fogatas de mimbre.

Allá en el norte
verdes, ilimitadas  15
se yerguen las sementeras

los montes, azules
altivos en su horario
de nubes y aguaceros.

Pájaros, brisas,  20
guitarra, sequías,
tabacales, aguadas,
alcohol, mujeres, cántaros,
ranchos humildes
puñales desenvainados  25
vienen conmigo,
se hospedan en mi sangre.

Y no puedo abrirme las venas.
Porque soy de ellos
y ellos son míos también.  30

  —104→  


ArribaAbajoCanto popular


ArribaAbajoQuiero un canto popular para tu boca,
una melodía fresca y dura desde tu garganta.

Un canto popular para tu boca.
Que resbale desde el sur hacia el poniente.

Hecho de guitarras con memoria de jazmín,  5
con añoranzas prendidas al sudor de la cosecha.

Con todas las angustias hermanas de la espera.
Con el molde atribulado del llanto vespertino.

Llevando a cuestas, a un paso de las heridas y cicatrices,
todas las alegrías y esperanzas de los hombres.  10

Un canto popular para tu boca.
Como rocío, como tormenta, como luz.

Borrando silencios y germinando gritos,
quiero un canto popular para tu boca.

MARIO RUBÉN ÁLVAREZ. Poeta y periodista, miembro del taller de poesía «M. Ortiz Guerrero». Integran sus poemas los volúmenes ...Y ahora la palabra y Poesía taller.



  —105→  

ArribaAbajoRamón R. Silva




ArribaAbajoMita tyre’y


ArribaAbajoMita’i tepoti,
rova apu’a
pititi
sapope.
Kaso mbykymi.  5
Aka kiveve.
Resa yrei tanimbu sarambi.
Tetyma madi’o, parapa,
susu’a rembyre.
Mita’i sa’yju tahyi tarova.  10
Tekove tire’y,
reke,
repáy,
repo,
reiko akoi yty apytépe  15
reheka tembyre.

Mita'i ky’akue,
tisyry raikuapa,
ñeti vy’aha.
Mita mboriahu mayma tesaraiha.  20
Mita pynandi,
ñe’e po’i kangymi.
Oja’oro chupe oimeraeva
oti, itindy ha oho.
Jaguami hapukueri,  25
oñua chupe vare’a
topehyi, ro’y
py’ata, mba’asy.

Anianga nerase.
Napépe oi.  30
Napépe ou.
Napepaite umi aña membyre,
aña tesa’y, hendu’y
yty apytepe omombo tembi’u rembyre
Neipy eju nde pya’e  35
ani itenonde ndehegui jagua.
—106→
Neike, Neike.

Neike.
Neike.
Ejepovyvv.  40
Emosarambi.
He’u embosoko-soko
tesa verápe
jepiguaicha ejuka vare’a.

Mita’i tyre’y.  45
Anive nerase.
Nde rechama tupa.
Reke.
Repay.
Reho.  50
Reju.
Rembota reñemose.
Jahei apytepe tape kupepe akoi.
Emoka tesay ipaha nerase.
Emoka tisyry anichéneko upéicha repa.  55
Ejokua mboriahu asu, topa.
Ejora kiriri ha ejura ko’e jera
ipepópe ogueru tekojoja.
Anive nerasé. Anive nerasé.

RAMÓN R. SILVA. También del taller literario «M. Ortiz Guerrero». Ha publicado recientemente «Hovere Vere» concretado por Ediciones Taller, en cuya presentación se dice que el poeta «rescata la extraordinaria sonoridad del idioma nativo y domeñando el ritmo, inicia un rumbo en la poesía paraguaya».



  —107→  

ArribaAbajoMoncho Azuaga




ArribaAbajo América latina


ArribaAbajo América Latina,
de esperanza
como océanos,
como palmeras,
como cordilleras,  5
como hombres descalzos
hacia el lucero del alba.

Si pudiera imaginarte
sin metrallas,
sin cercos ni fronteras,  10
sin mercantes ni corsarios,
sin latifundistas ni rosarios,
sin canciones de penas tuyas
y vaquitas ajenas,
¡creo que hasta te soñaría  15
como te quiero
de esperanzas!

América Latina,
si pudiera imaginarte
sin golpes de Estado cada mañana  20
golpeando tus puertas verdes
de sencillez de tierra,
sin puertos con Night Club
llenos de muchachas tristes
y hombres tristes  25
de tristezas enfermizas.

Ay,
si esos mestizos ojos
sonrieran a la cosecha
y la oración levantaras  30
a los Dioses antiguos
del Tigre y el Pez.
Ay,
de seguro que hasta en sueños
te querría  35
—108→
como te quiero:
¡de esperanzas!
como tu río más secreto,
como tu cielo más grande,
como tus niños de ojos de azúcar,  40
como ropa limpia,
como mariposas.

América Latina,
de heridas, espinas y dolor nuestro,
de Estado de Sitio,  45
de Multinacionales,
de soplones y confidentes,
de torturas,
de intervenciones,
muertos y desaparecidos,  50
si pudiera quererte
más de lo que te quiero,
te querría sin dictadores,
sin fraudes en el voto,
sin esos extraños hombres  55
que viven en ti
y de ti viven
sin querer vivir por ti,
sin esos otros
qué culpa tienen  60
que vivas así,
sin sanguijuelas
te querría
como te quiero:
¡de esperanzas!  65
como selvas,
como animales,
como vientos,
como lunas,
como mujer encinta,  70
como hombres libres.

Ay, América Latina,
si pudiera imaginarte
de amor
como te estoy queriendo  75
de sueños
—109→
querría quererte
como te quiero:
¡de esperanzas,
América Latina!  80




ArribaAbajoPoema al pyrague


ArribaAbajo Me husmeas.
Me miras.
Mides mis pasos caídos en la arena.
Lees mis diarios
y bebes como distraídamente  5
el café de mis inviernos.
Escuchas mi tos los días domingo
mientras una fotografía en mitad de tus libros
te recuerda el tono claro de mi sonrisa callejera.
En las esquinas repites mi figura,  10
subrayas mi sombra,
juegas con los vientos escondidos
en las cortinas de la casa
y en los pasillos sorprendes
a los niños desnudos de mi infancia.  15
Las llaves de mi cuarto son todas tuyas.
Siesta a siesta
eres dueño de mis biográficas miradas
y hasta las corbatas ausentes de mis amigos
tú las conoces según el rojo,  20
el cuadro,
o el precio del paño.
¿Quién no sabe que sabes el minuto exacto de mis sueños?
¿Quién no sabe que sabes las letras íntimas de mis poemas
secretos?
¿Quién no sabe que sabes el corazón de suela de mi zapato
rebelde?
 25
Te duele
el confundir mi saco azul en los tranvías
y sonríes reconociendo las huellas dactilares
de mis suspiros.

Me husmeas.  30
Me miras,
te vanaglorias de conocer
—110→
hasta las medias rotas de mi sombra
y de tanto sentirte a mis espaldas,
de tanto habitar mis talones,  35
tu traje azul de mediodía me sueña en la percha
y ya no comprendes tus costumbres sin las más
y ya no sabes si soy yo o eres tú
al que sorprenden pintando
consignas en las paredes...  40




ArribaAbajoImágenes de viento frío en los pies


(Fragmentos)


ArribaAbajo Anoche el viento fue frío en mis pies.
La luna lejana, más lejana que nunca,
iluminaba también el mundo,
mis pies.
Y yo tuve intenciones de amar,
de amar, comer
y beber vino
y dormir luego del amor
en tu mullido colchón
y tuve intenciones
de hacer que no fuera el viento frío en mis pies.
La luna lejana, más lejana que nunca,
también te iluminaba a ti.

Y hay papeles en las calles.
Y hay perros que disputan la basura.
Y hay grandes señores que disputan.
Y hay grandes coches disputados
por las grandes mujeres.
Y hay grandes jueces corruptos.
Y hay grandes niños que sueñan
con ser grandes.
Y hay madres de grandeza tal,
que dicen a sus grandes hijos,
que no se hagan pipí en los pantalones,
que yo el gran antropófago me los puedo comer.
Y hay grandes jóvenes borrachos
que hablando de grandes cosas,
duermen en un gran prostíbulo.
—111→
Anoche la luna lejana, más lejana que nunca,
iluminaba tu automóvil
y mis pies.
y yo tuve intenciones de ser Presidente
y ordenar ejércitos bien uniformados
y cenar
y volar en aviones
y salir en fotografías
y sonreír con tu sonrisa
y comer
y dormir
en tu mullido colchón.

Y hay un santo que hace milagros en la plaza,
dos serpientes,
un ungüento, cincuenta guaranias
y el milagro nuestro.
Y hay un ángel en la vidriera,
un duende,
un hada buena,
nuestro señor Jesucristo,
un fusil,
un barbudo
dos anticonceptivos
y una guitarra.
Anoche la luna lejana, más lejana que nunca
iluminaba el río
y mis pies.

Y yo tuve intenciones que no fuera el viento
frío en mis pies.
Y tuve intenciones también de jugar
al bridge,
y ser militar
y golpear al Estado
donde le duela más
y ser agente confidencial,
policía secreta
y denunciar
que no has partido
conmigo tu pan.
—112→

...Y tuve intenciones de hacer caridad,
partí mis vestidos,
multipliqué mis moscas,
dividí mi hambre
y desnudo, con la mitad de mi nombre,
hice los números de los astros,
sumé el precio de las mercaderías,
sumé los capitales de los anuncios y negocios,
puse a nombre de todos el país,
la tierra,
la risa.
Y tuve intenciones también de abrir las cárceles
y desterrar las armas,
las de plástico, las de madera, las de acero y bronce
y también las verdaderas.

MONCHO AZUAGA (1953). Sobrenombre literario de Ramón Sosa Azuaga, es uno de los más firmes exponentes de los poetas nucleados alrededor del Taller Literario «M. Ortiz Guerrero». Su poesía poco retórica y original, de intención despectiva o juglaresca se conforma perfectamente para denunciar nuestra realidad social superabundante en hechos paradójicos o sorprendentes y preñada de injusticias, que promueven la cólera y la rebeldía. Muchos de sus poemas integran los volúmenes publicados con los títulos de ...Y ahora la palabra, Poesía taller y Jirón de espera.