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El valor de las mujeres

Lope de Vega



[Indicaciones de paginación en nota.1]



  —fol. 284r→  

ArribaAbajoDedicada al Doctor Matías de Porras

Capitán de la Real Sala de las Armas, Familiar del Santo Oficio, y Corregidor, y justicia mayor de la provincia de Canta, en los Reinos del Pirú


Estando Cicerón en Atenas, le escribió su amigo Celio que deseaba que le escribiese y dedicase alguna obra suya, y diole por causa deste deseo, Ut intelligamus nos tibicura esse; y de habérsela dedicado, Quod nostrae amicitiae memoriam posteris quoque prodat. Lo que viniera en esta ocasión muy a propósito, si como vuesa merced puede ser Marco Celio, yo fuera Marco Tulio, pero porque en alguna manera se satisfaga a la obligación y se ofrezca a la memoria lo que tan de justicia se le debe, aplicando   —fol. 284v→   Ex tam multis tuis monumentis (como el mismo Celio dijo) a la copia de los escritos que van saliendo (aunque deste atrevimiento no fui yo el principio) dedico a vuesa merced esta pequeña parte, grande por la voluntad y inmensa por el deseo. Y porque con las demás, si tuviere dicha de llegar a ese mundo, divierta a vuesa merced de los cuidados y trabajos de tan impensado suceso, causa, que cuando fuera cierta, por ser de la voluntad, no merece tan airada censura, sin advertir que puso Dios ojos al entendimiento para que mirasen los hombres dentro de sí, lo que con los del cuerpo ven en los otros. Diome pena que la parte que a vuesa merced pide haya pasado sus quejas por tantos mares. En mi vida vi deshonor que no se contentase, que le supiese un mundo, pues quiere trayéndole al nuestro, que le sepan entrambos. Favor tendrá vuesa merced aunque le parezca que le deja en Lima, porque ayudar al amigo, dulcissimum est, como fue sentencia del Filósofo, y tiene vuesa merced tantos que no les puede caber a paso desta solicitud. Pero dejando aparte penas, y para olvidarse dellas, trasladando la plática a diferentes cosas de las que solíamos tratar en nuestros estudios, y que hacen más a propósito de la propuesta materia, ya (gracias a Apolo) hay tantos poetas en España, que en las pasadas justas de la Beatificación de nuestro Santo, hubo tres mil y seiscientos   —fol. 285r→   y cuarenta papeles de versos, aunque parezca este el número fabuloso de las mujeres que trujo la reina Talestris en la visita de Alejandro. Bien haya terreno que tal produce. Mas, pues vuesa merced es médico, me holgaría de saber: ¿por qué, o cómo se llama esta manera de escribir ‘Manía’, si no es nombre genérico?, y ¿por qué dice Platón «que sin ella no puede haber ingenio grande», si su difinición es Infectio anterioris partis cerebri, cum priuatione imaginationis?; siendo la imaginativa la esencial parte del poeta, la oficina de sus conceptos y pensamientos. De los manes puede haber procedido que Vives en la exposición de la ciudad de Dios de San Agustín los tiene por el buen Genio, que llamaban Bonus Demon los antiguos, id est, animus virtute perfectus, que no aquella sombra o madre de los lémures y larvas. Aquí conoció vuesa merced un hombre, que vuelto loco de amores de una señora título, escribió excelentes versos, siendo ignorante, debe ser por la sequedad del celebro. Pero, ¿cómo no le ofendía la privación de la imaginación? Lo que es infalible es que Omnes operationes multo elegantiores sunt in cerebro temperato, si bien en los destemplados es más valiente la fantasía. Son los cálidos ingeniosos, aunque inconstantes, y al contrario, los húmidos, los fríos pertinaces en su opinión, ni valen para el ingenio, ni para el juicio, como son ejemplo las mujeres,   —fol. 285v→   cuyo consejo, el primero es bueno, el segundo temerario y el tercero perverso. Fue máxima de los estoicos Omnes insipientes esse insanos. Dispútala Cicerón en el tercero de las Cuestiones Tusculanas. El nombre de insania significa mentis agrotationem. Los filósofos llamaron enfermedad las perturbaciones del ánimo, Omnes insipientium animi in morbo sunt, porque Omnes insipientes insaniunt, presumo que es insanire, escribir con ignorancia; y así lo he visto en las obras de muchos, uno de los cuales, lego a natiuitate, corriendo por toda el Andalucía sus comedias, jamás han sido afectas en esta Corte, disposición diagnóstica para saber la duración y efetos de semejantes cometas. Deseo que el excelentísimo Príncipe acabe su gobierno felicemente, de que me dicen que está cerca, para que gocemos de su divino ingenio como solíamos, y veamos a vuesa merced libre de enemigos bárbaros, tan lejos de la Patria, cuya privación tanto mal pareció a Eurípides, teniendo Quintiliano por mejor «ser despojado de los propios, que vendido de los ajenos». Refiere Tulio, que el divino Platón se fue de la conversación de Sócrates en el Pireo, fingiendo que iba al templo, por no detener un hombre tan venerable tan largo tiempo, a cuyo ejemplo podrá ser esta Epístola culpada, de quien ignorase mi amor, y que hablo con vuesa merced para todo un año, pues   —fol. 286r→   hay tanto mar enmedio, porque yo, Siue in extremis penetrarit Indos (como dijo Catulo) hoc amem necesse est. Olvideme de decir que en estos patios de Palacio vi la persona que a perseguir su mismo honor pasó a España desde las más remotas Indias, Tenedius homo, como dice el Adagio, y que difícilmente romperá la tenacidad de su primera aprehensión. Marcela es ya monja descalza. Lope está en Sicilia con el excelentísimo Marqués de Santa Cruz, mi señor y mi protector. Feliciana se halla con poca salud. Al jardinillo quité los pájaros, porque venían los defuera a hurtarles el sustento, como ahora sucede a muchos poetas. Los libros del estudio tienen menos polvo como es mayor la edad. En materia de la plata que allá sobra, Zonam perdidi. Dios guarde a vuesa merced y le traiga con bien a España.

Su capellán y verdadero amigo, Lope de Vega Carpio.



  —fol. 286v→  
Figuras de la comedia.
 

 
LUCRECIA,   dama.
LISARDA,   dama.
OTAVIA,   dama.
CELIO,   villano.
ROSELA,   villana.
FINEO,   Marqués.
ALBERTO,   Duque.
FIDELIO.
LUCINDO2.
TRISTÁN.
ALBANO.
ADRIÁN.
ESTACIO.
CARLOS,   Conde.
TACIO,   soldado.
LIDIO,   soldado.
LEANDRO,   soldado.
BRUNELO,   soldado.
UN CAPITÁN.
UN CRIADO.
FLORENCIO.
RISELO,   villano.
SILVIA,   villana.
LUCIO,   villano.
OTAVIA.
Cajas.
Trompetas.
Chusma.





ArribaAbajoActo I

 

Salen LUCRECIA y LISARDA.

 
LUCRECIA
¿Qué respondiste?
LISARDA
Sin pena,
esta respuesta les doy:
al uno que suya soy,
y al otro que soy ajena,
que a mi valor corresponde 5
la resolución que ves.
LUCRECIA
Sentirá mucho el Marqués
que le dejes por el Conde.
LISARDA
Que lo sienta o no, Lucrecia,
no ha sido por mi opinión, 10
si aquesta resolución
culpare alguno por necia.
Que propuestos dos maridos,
en sangre y nobleza iguales,
y los hombres principales15
de mi estado prevenidos,
—fol. 287r→
acordaron la elección
del Conde, porque el Marqués,
aunque es más rico, no es
de tanta satisfación.20
LUCRECIA
¿Firmáronse los conciertos?
LISARDA
Ya, Lucrecia, los firmé.
LUCRECIA
Al Marqués temo.
LISARDA
¿Por qué,
siendo seguros y ciertos,
engañole mi esperanza, 25
mis cartas, mis dilaciones?
LUCRECIA
No sé si a peligro pones
tu inocencia y confianza,
porque dicen que es Fineo
hombre feroz y arrogante.30
LISARDA
Ya no hay peligro que espante
la fuerza de mi deseo.
Ya soy del Conde mujer,
no sola como lo he sido,
y pues ya tengo marido, 35
él me sabrá defender.
LUCRECIA
¿Has visto al Conde?
LISARDA
Jamás.
LUCRECIA
¿Y al Marqués?
LISARDA
Menos, que ha sido
el cielo quien ha querido
que estime a Carlos en más. 40
Esto de las voluntades
ha de ser con las estrellas,
porque, ¡ay Lucrecia sin ellas!,
más mentiras que verdades.
Pero cuando su influencia 45
engendra la voluntad,
halla sin dificultad
sujeta correspondencia.
No he visto al Conde, y le quiero.
LUCRECIA
Es que la imaginación50
le da al uno perfección
y al otro le pinta fiero.
LISARDA
Mal haces en no pensar
los grandes merecimientos
del Conde.
LUCRECIA
Estos casamientos,
55
¿cuándo se han de ejecutar?
LISARDA
Pienso que vendrá por mí
su hermano del Conde, presto.
LUCRECIA
Si está del cielo dispuesto,
venga en buen hora por ti.60
LISARDA
Voy a escribirle.
LUCRECIA
No creo
 

(Vase LISARDA.)

 
que te casarás con él,
porque mi envidia, crüel,
salió al paso a tu deseo.
Al Conde, por fama adoro, 65
y envidiosa he procurado
deshacer lo que han tratado
contra mi sangre y decoro.
Escribile una mentira
poderosa a deshacer 70
su concierto, que en mujer,
la envidia, el amor, la ira
y la venganza, han tenido
siempre más fuerte rigor
que en el hombre, aunque el valor 75
no menos heroico ha sido.
Quisiera para mi estado
al Conde, de quien se cuentan
tales hazañas, que aumentan
mi amor, mi envidia y cuidado. 80
Pero pues el bien que aguarda,
por mi desdicha perdí,
ya que no fue para mí,
no ha de gozalle Lisarda.
 

(Vase, y salen el CONDE CARLOS y LUCINDO, su hermano.)

 
LUCINDO
No me encubras tu tristeza, 85
mira que tu hermano soy.
CARLOS
Triste, aunque contento, estoy.
LUCINDO
Repugna a naturaleza.
CARLOS
No hace, pues puede ser
que procedan de un efeto, 90
—fol. 287v→
para estar en un sujeto
juntos, pesar y placer.
LUCINDO
¿Cómo?
CARLOS
Teniendo pesar
del daño, que al fin es daño,
y placer del desengaño, 95
si os quisieron engañar.
LUCINDO
Pues la duquesa Lisarda
te quiso engañar ahora,
cuando como ves te adora,
y, como escribe, me aguarda.100
CARLOS
Ya, Lucindo, tu jornada
cesó con justa ocasión.
LUCINDO
¿Que cesó?, ¿Por qué razón?
¿No estaba ya concertada?
¿No es la Duquesa tu esposa?105
CARLOS
Mi esposa pudiera ser,
si fuera en su proceder
como en su sangre dichosa.
LUCINDO
¿En su proceder?, ¿qué dices?
¿Quién te ha engañado?
CARLOS
Esta carta,
110
de mi pretensión me aparta.
LUCINDO
Los matrimonios felices,
Carlos, no han de comenzar
en sospechas.
CARLOS
Pues por eso
le escribo todo el suceso115
y mudo intento y lugar.
Yo me caso en otra parte.
LUCINDO
Aciertas.
CARLOS
Leerla puedes.
LUCINDO
Carlos, de que libre quedes,
el parabién quiero darte.120
CARLOS
Y del nuevo casamiento.
LUCINDO
La carta quiero leer.
CARLOS
Por ella podrás saber
cómo estoy triste y contento.
LUCINDO

 (Lea.) 

«Una mujer que tenéis 125
aficionada por fama,
y que tanto, Conde, os ama,
y aun más que vós merecéis,
viéndoos casar con Lisarda,
tuvo lástima de vós, 130
supuesto que de los dos
daño ni provecho aguarda.
De su casa y sangre soy,
pero más soy de la vuestra,
pues olvidando la nuestra, 135
tan de vuestra parte estoy.
Lisarda es mujer tan vil
que aficionada a un crïado
de su casa, más que honrado,
galán, discreto y gentil, 140
tiene prendas de su amor,
vós veréis lo que os conviene,
porque quien honor no tiene,
no podrá daros honor.»
No quiero pasar de aquí, 145
pero, ¿cómo deshiciste
el concierto?
CARLOS
Ya supiste
que tu partida escribí.
Pues tras él he despachado
un caballero que lleva 150
la resolución más nueva,
más digna de un pecho honrado,
con que lo pienso quedar,
y ella con tan justa afrenta.
LUCINDO
La que tal engaño intenta,155
así se ha de castigar.
CARLOS
Después que al Emperador
fuiste a servir a la guerra,
el duque Alberto, en mi tierra
ha entrado a todo rigor. 160
Que dice que ha de vengar,
de nuestro padre ya muerto,
cierto agravio, que encubierto
entre ellos debió de estar.
Aunque a un anciano escudero165
que fue su privado, oí
que fue un bofetón.
LUCINDO
Y a mí
me lo dijo un caballero
alemán, que a la ocasión
se halló presente.
CARLOS
Pues viendo
170
que es tan poderoso, emprendo
—fol. 288r→
más darle satisfación
que entrar con él en campaña.
LUCINDO
¿Qué satisfación le das?
CARLOS
La que nos abrace más, 175
y la que menos me daña.
LUCINDO
¿Es casarte con su hija?
CARLOS
Eso tratan en su corte
por mí.
LUCINDO
No hay cosa que importe,
ni otro medio que se elija 180
de más fuerza.
CARLOS
Así es verdad,
pues con Otavia casado,
él queda desagraviado,
y los dos en amistad.
LUCINDO
¿Cuándo vendrá la respuesta?185
CARLOS
De hoy a mañana.
LUCINDO
Bien haces,
que no hay condición de paces
más justa, ni más honesta.
CARLOS
Por lo menos, él dejó
la guerra.
LUCINDO
Señal que aceta
190
satisfación tan discreta.
CARLOS
Hoy vuelvo a escribir, que yo
iré por ella.
LUCINDO
Al que agravia
es la humildad provechosa.
CARLOS
Llaman a Lisarda hermosa,195
pero no menos a Otavia.
 

(Vanse, y salen LUCRECIA, LISARDA y criados.)

 
LISARDA
¡Ya tarda Lucindo!
LUCRECIA
El bien
siempre parece que tarda,
porque el tiempo en quien aguarda
va más despacio también.200
LISARDA
De todo estoy prevenida,
en llegando partiremos.
LUCRECIA
Tristes sin ti quedaremos.
LISARDA
Harto siento mi partida,
pero habemos de vivir205
como estamos concertados
dos años en mis estados.
LUCRECIA
Sí, ¿mas quién ha de sufrir
la ausencia de los primeros
que en los del Conde viváis?210
 

(Salen FIDELIO y ALBANO, con una caja.)

 
FIDELIO
Si es del Conde, ¿qué aguardáis?,
dejalde entrar, caballeros.
ALBANO
Dadme, señora, los pies,
si merezco dicha tanta.
LISARDA
¿Eres del Conde, mi esposo?215
ALBANO
Crïado soy de su casa.
LUCRECIA
¿Viene su hermano?
ALBANO
No sé,
que a traeros esta caja
me despachó el Conde a mí.
LISARDA
¿Traes carta?
ALBANO
No traigo carta.
220
LISARDA
Caja y no cartas, ¿qué es esto?
LUCRECIA
Si vienen dentro, ¿qué aguardas?
LISARDA
Corta esa cuerda, Fidelio.
FIDELIO
Atada viene y sellada.
LISARDA
No me agrada, no, Lucrecia, 225
el estilo y la embajada.
LUCRECIA
¿Qué temes?
FIDELIO
¡Abierta está!
LISARDA
¿Y qué viene dentro?, aparta.
FIDELIO
Un papel atravesado
de una daga.
LUCRECIA
¡De una daga!
230
¡Sácala, a ver!
FIDELIO
Vesla aquí.
LISARDA
¡Mala señal!
LUCRECIA
¡Cosa estraña!
LISARDA
Saca el papel de la punta.
FIDELIO
Parece pliego de cartas.
LISARDA
Abre.
FIDELIO
Estas son escrituras.
235
LISARDA
Lee la primera palabra.
FIDELIO
¿Para qué?, si las conozco,
estas son las que firmadas
fueron del Conde y de ti.
LISARDA
¡Las escrituras!
LUCRECIA
Lisarda,
240
esta fue traición del Conde.
¡Qué bien me salió la traza!
LISARDA
Suspensa y fuera de mí,
pienso que el sueño me engaña,
¿es posible que esto ha hecho 245
Carlos conmigo?
FIDELIO
¿Qué aguardas,
—fol. 288v→
que no mandas que atraviesen,
del que te trujo la caja,
dos alabardas el pecho?
ALBANO
Señora, si yo pensara250
que esta ofensa te traía,
no hubiera fuerza, ni paga,
para tanto atrevimiento.
Aquí mi inocencia es llana.
Esto me mandó traer 255
el Conde, si ella te agravia,
aquí está el cuello.
LISARDA
¿Qué importa,
villano, tan vil venganza?
¿Por qué causa la escritura,
que fue de los dos firmada, 260
con una daga me envía
que por enmedio la pasa?
¿En qué le pude ofender
para rompella; no basta
desdecirse de lo dicho?265
ALBANO
Si yo supiera la causa,
está muy cierta, señora,
que la venida escusara.
LISARDA
Salid allá fuera todos,
Fidelio quede en la sala 270
solamente, con este hombre.
LUCRECIA
¡Tú mandas que yo me vaya!
LISARDA
Tú la primera.
LUCRECIA
Obedezco
tu gusto.
LISARDA
De tus palabras,
he conocido que sabes 275
la causa porque me trata
Carlos de aquesta manera.
ALBANO
Créeme que te guardara
el decoro que mereces,
solo oí que murmuraban 280
de tu honor, de que colijo
que por dicha te levantan
algún testimonio.
FIDELIO
¿Deso, señora, te espantas?,
¿hay ocasión que padezca 285
mentiras y envidias varias
como un casamiento?
LISARDA
Creo,
según a Carlos alaba
la fama, que es imposible
que, a no ser contra mi fama, 290
algún grave testimonio
con esa daga enviara,
cancelada la escritura.
Ahora bien, luego se parta
este hombre, que está sin culpa.295
ALBANO
Mira, señora, si mandas
que alguna cosa le diga.
LISARDA
Dile que guardo la daga
por prenda de su persona,
hasta que sepa la causa.300
ALBANO
Yo parto, con tu licencia.
 

 (Vase.) 

FIDELIO
Y yo pensé que las armas
respondieran a este agravio.
LISARDA
La prudencia y la templanza
son divinos consejeros305
en la república humana.
FIDELIO
¿Qué has de hacer?
LISARDA
Ir de secreto
a su tierra, disfrazada
en hábito de varón,
como suelo andar a caza, 310
fiando en ti mi gobierno,
porque dejalle a mi hermana
no me parece cordura.
FIDELIO
¿Pues qué les diré, si faltas
tanto tiempo, a tus vasallos?315
LISARDA
Que fui a pedir a Alemania
favor contra el Conde.
FIDELIO
Intentas,
Duquesa, una cosa estraña.
LISARDA
Mal conoces tú el valor
que a una mujer acompaña320
cuando quiere defender
su reputación y fama.
FIDELIO
¿Quién ha de ir contigo?
LISARDA
Un hombre.
FIDELIO
¿Qué calidad?
LISARDA
La más baja
que puedas hallar.
FIDELIO
¿Por qué,
325
pudiendo hacer confianza
de algún noble caballero
—fol. 289r→
de muchos que hay en tu casa?
LISARDA
Porque, en mudando de traje,
si nunca ha visto mi cara, 330
imagine que soy hombre.
FIDELIO
Tú te entiendes.
LISARDA
Ven, que tarda
el desengaño a mi honor,
y el engaño a mi esperanza.
 

(Vanse, y salen el DUQUE ALBERTO y OTAVIA.)

 
ALBERTO
Pareciome cordura dar de mano 335
a los enojos, cuando el Conde, Otavia,
viene a partido tan humilde y llano.
OTAVIA
Y es justo, pues el Conde no te agravia.
ALBERTO
Si alguno tuve de su padre Albano,
quiero acetar satisfación tan sabia, 340
y depuestas las armas y la espada,
seguir la paz, del cielo siempre honrada.
Bastan los daños hechos en su tierra,
pues ya murió su padre y mi enemigo.
OTAVIA
¿Con qué partido acetas que la guerra 345
cese y que Carlos quede por tu amigo?
ALBERTO
Con la cosa que más la paz destierra,
el odio antiguo, y más podrá conmigo.
OTAVIA
Estoy por entender tu pensamiento.
ALBERTO
¿Qué más seguro amor que el casamiento?350
¿Hasme entendido ya?
OTAVIA
Quien no responde,
indicios da que calla lo que entiende.
ALBERTO
Bien estarás casada con el Conde.
OTAVIA
¿A qué mujer el casamiento ofende?
ALBERTO
La guerra nace de la paz, y donde 355
más sangriento furor la guerra enciende,
nace la paz también, y coronada
de oliva, envaina la furiosa espada.
Todo está hecho ya.
OTAVIA
De la paz quiero
darte la norabuena.
ALBERTO
Y yo pagarte
360
con la del casamiento, que ya espero.
OTAVIA
¿Pues viene el Conde aquí?
ALBERTO
Viene a llevarte.
OTAVIA
Que resultan mil bienes, considero,
de aquesta paz.
ALBERTO
Ninguna cosa es parte
más efectiva en estas amistades365
que veros conformar las voluntades.
OTAVIA
¿Yo qué puedo querer sino tu gusto?
ALBERTO
El Conde te merece, yo le tengo
—fol. 289v→
de que te cases, que a no ser tan justo,
bien sabes cómo mis agravios vengo.370
OTAVIA
Memorias en agravios dan disgusto.
ALBERTO
Las imaginaciones entretengo,
ya es el Conde mi hijo.
OTAVIA
¡Estraña cosa!,
¿qué mujer ha nacido más dichosa?
 

(Sale ADRIÁN, criado del DUQUE.)

 
ADRIÁN
El marqués Fabio te escribe 375
esta carta.
ALBERTO
Es el Marqués
gran Príncipe, Otavia, y es
el que más vecino vive
de nuestros estados.
OTAVIA
Tiene
el Marqués grande opinión.380
ALBERTO
Yo leo.
ADRIÁN
A buena ocasión
la amistad del Conde viene.
OTAVIA
¿Cómo?
ADRIÁN
Escríbele el Marqués
que te quiere en casamiento.
OTAVIA
Ya viene tarde su intento, 385
el Conde mi dueño es.
ADRIÁN
¿Carlos?
OTAVIA
El mismo.
ADRIÁN
Ya está
Carlos casado.
OTAVIA
¿Con quién?
ADRIÁN
Con Lisarda, que también
servía el Marqués, mas ya 390
desengañado te pide
al Duque.
OTAVIA
Mentiras son.
ALBERTO
Quien ganó la posesión,
este pensamiento impide.
Basta, Otavia, que el Marqués 395
tuvo envidia al Conde.
OTAVIA
Creo
que no mudarás de empleo,
pues mi pensamiento ves.
ALBERTO
Conozco tu inclinación
al Conde, voy a escribir400
al Marqués.
OTAVIA
Podrás decir
mi amor en satisfación.
ADRIÁN
Satisfecho quedó ya,
tú te empleas en un hombre
que la opinión de su nombre 405
con los de la fama está.
Y cree que se decía
que era esposo de Lisarda.
OTAVIA
La fama de que es gallarda
discurre por toda Hungría.410
Y, así mismo, de que estaba
casada con el Marqués.
ADRIÁN
El desengaño que ves,
la fama fingida acaba.
OTAVIA
De Carlos tengo de ser, 415
y casada con el Conde,
la misma fama responde
que soy dichosa mujer.
 

(Vanse.)

 
 

(Salen el CONDE CARLOS y LUCINDO.)

 
CARLOS
Todo se ha hecho bien, ya estoy casado.
LUCINDO
En dejando la guerra, fue muy cierto420
que te quería para yerno, Alberto.
CARLOS
Siento el ir a su tierra, mas, qué importa,
el gusto es grande y la jornada es corta.
LUCINDO
Con cualquiera partido acetar debes,
Conde, el remedio de tu estado y vida.425
—fol. 290r→
CARLOS
Así lo intento, y con humilde ruego
le pido a Otavia al Duque.
LUCINDO
De muy sabia,
más que de hermosa, tiene fama Otavia.
CARLOS
Antes de entrambas cosas, pero advierte
que una mujer discreta es una prenda 430
del descanso inmortal del casamiento,
una joya del pecho de su esposo,
un espejo de todos sus vasallos,
un consejero libre de pasiones,
una estrella que, en todas las acciones435
de su marido, va delante haciendo
camino a los discursos de la vida,
la amistad más segura y conocida,
el mejor libro, la verdad más clara,
pues ni en temor, ni en interés repara.440
LUCINDO
Albano viene aquí.
CARLOS
¡Bien seas venido!
 

(Sale ALBANO.)

 
ALBANO
Alomenos, mejor que haya llegado,
mal me has pagado lo que te he servido,
pues mi vida en tan poco has estimado.
CARLOS
Que daño fuera justo haber temido, 445
no siendo tú de mi rigor culpado,
que no merece pena el mensajero,
pero, remunerarte, presto espero.
ALBANO
Dile la caja, imaginando joyas
como de desposado, y que tuviera 450
albricias, pero abriéndola, una daga
pasando una escritura se aparece,
con que toda la sala se estremece.
Turbose la Duquesa, los crïados
se alteran, yo no sé darles respuesta,455
hace luego que afuera salgan todos
y, por saber la causa, me conjura,
yo atónito, por más que lo procura
no respondo palabra y mi inocencia
presento a su valor y a su prudencia.460
Volverme deja y dice que te diga
que guarda por tu prenda aquella daga,
hasta que te la vuelva y satisfaga.
—fol. 290v→
LUCINDO
¡Braveza!
CARLOS
¡Bravo reto!
LUCINDO
Mas, ¿qué quiere,
tomar las armas?
CARLOS
Sean de sus ojos,
465
y verá como venga sus enojos,
porque en todas las almas que repare,
se llevará tras sí cuando mirare.
LUCINDO
Tome como quisiere sus enojos,
que tú le respondiste como es justo.470
CARLOS
Teniendo al duque Alberto por amigo,
no hay en el mundo para mí enemigo
que yo deba estimar.
ALBANO
¿Son las mujeres
amigas de venganza?
CARLOS
¿Qué venganza,
si ella sin honra a ser mujer se atreve 475
de un hombre como yo?
ALBANO
¿Mujer sin honra?
CARLOS
No son aquestas cosas para todos.
Yo, Albano, estoy casado con Otavia,
y me quiero partir a ver sus ojos.
Ya está toda mi gente prevenida, 480
busque, Lisarda hermosa y combatida
de tantos pretendientes, quien merezca
lo que al más rico y más gallardo ofrezca,
que el respondelle con aquella daga,
rompiendo la escritura del concierto,485
 

(Sale, en hábito de cazador, LISARDA y TRISTÁN, criado suyo.)

 
no fue sin ocasión.
LISARDA
Esto te advierto.
TRISTÁN
Ya estoy en todo, y tú serás servido.
LISARDA
La lengua del crïado es el oído.
Deme vuestra señoría
los pies.
CARLOS
Levantaos del suelo.
490
LISARDA
Prospere, señor, el cielo
vuestra edad y gallardía,
que aun es mayor que la fama.
CARLOS
¿Quién sois?
LISARDA
Soy un cazador,
que la de vuestro valor, 495
a vuestro servicio llama.
Dicen que tenéis las aves
mejores que ha visto el viento,
cuando cortan su elemento,
con los cuchillos suaves. 500
Y que es tal vuestra afición
a lo que es volatería,
que solo puede la mía
haceros comparación.
Y así, he venido a traeros 505
dos halcones alemanes,
tan hermosos y galanes,
que solo después de veros,
podré decir que hay señor
que los merezca, sin esto 510
—fol. 291r→
vengo a serviros dispuesto,
si me hacéis tanto favor.
Que bien sé que no tenéis
quien sepa sus calidades,
sus curas y enfermedades 515
como yo.
CARLOS
Más parecéis
algún señor disfrazado
que cazador.
LISARDA
La nación
lo causa, que la opinión
de la belleza le han dado.520
CARLOS
¡A la cuenta sois inglés!
LISARDA
Sí, señor y os certifico
que aunque bien nacido y rico,
si bien no lo soy después,
que tanto me ha distraído 525
la caza, que su afición
me lleva de mi nación
por las estrañas perdido.
Si un príncipe tiene fama
de cazador, allá voy, 530
tan aficionado soy,
así me provoca y llama.
Esta ha sido la ocasión
de venir a conoceros.
CARLOS
Yo quisiera entreteneros, 535
señor, como era razón,
en plaza de amigo mío,
que en la de crïado no.
Pero a tal tiempo llegó
vuestra gentileza y brío,540
que yo me parto a casar
con hija del duque Alberto,
porque el firmado concierto
no se puede dilatar.
Compraré los dos halcones545
de buena gana.
LISARDA
Quisiera
serviros.
CARLOS
¿De qué manera
entre tantas ocasiones?
LISARDA
Por el camino podremos
probarlos, si vós queréis, 550
que si vós su valor veis,
mejor nos concertaremos,
así iréis entretenido,
y yo de mi amor pagado.
CARLOS
Vuestro talle me ha obligado, 555
quiero acetar el partido.
¿Son neblíes?
LISARDA
Ya sabéis
que hay de halcones seis plumajes,
o raleas, o linajes,
como mejor los llaméis:560
Hay gerifaltes, borníes,
baharíes y alfaneques,
sacres y neblíes, destos
no hay por qué se diferencie
el tagarote, que cuentan 565
por baharí, si bien tiene
diferencia en el plumaje.
CARLOS
¿Y qué nombre comprehende
los vuestros?
LISARDA
El de neblíes,
que el de más nobles merecen570
y de mayor corazón
en cuantas aves suspende
el aire.
CARLOS
¿En qué se conocen?
LISARDA
En los talles diferentes,
de gran gentileza y brío, 575
y en las manos grandes siempre,
con los dedos más delgados,
más agiles y más fuertes,
son sus cabezas muy primas,
corta el ala, que guarnece 580
la punta mejor sacada,
los otros ya veis que tienen
cabezas grandes, más largas
colas, y dedos más breves.
CARLOS
¿Los vuestros son de Alemania?585
LISARDA
¿Decislo por los que venden
del Ducado de Saboya?
CARLOS
Hay muchos de muchas suertes,
no son malos los de España.
LISARDA
Como los críen y ceben.590
CARLOS
Ahora bien, llevaros quiero
conmigo.
LISARDA
Dejad que os bese
—fol. 291v→
los pies por esa merced.
LUCINDO
Y haréis bien, porque se prueben
los neblíes, de camino.595
CARLOS
Mucho la caza entretiene.
¿Cómo es vuestro nombre?
LISARDA
Enrique.
CARLOS
Pues Enrique, haced que apreste
los pájaros mis crïados,
que quiero que otros se lleven.600
LISARDA
Vós veréis qué cazador
hoy a vuestra casa viene.
CARLOS
Qué lindo talle, Lucindo.
LUCINDO
Cazador de almas parece.
 

(Vanse los tres.)

 
LISARDA
Ya, Tristán, somos crïados 605
de Carlos.
TRISTÁN
Saber, querría,
algo de volatería,
que hay pájaros endiablados.
No me puedo averiguar
con estos halcones nuestros.610
LISARDA
Aun a los hombres más diestros
dan que hacer y que pensar.
TRISTÁN
Que hallase un hombre invención
para que un ave tan fiera
se ablandase, de manera 615
que suelte un hombre un halcón
y se le vuelve a la mano.
Que haya ingenios inventores,
de enviar pesquisidores
contra el cuervo y el milano, 620
la grulla y garza inocente.
Mas no me debo espantar,
si todo el mundo es cazar
con cuidado diligente.
Mas, cual halcón tan garcero, 625
mejor que el dinero caza.
¡Qué lindo vuelo, qué traza
tiene en cazar el dinero!
A fee que no sale en vano,
mas sola una falta tiene,630
que en soltándole no viene
por ningún caso a la mano.
LISARDA
Tristán, yo tuve un halcón,
o pensé que le tenía,
fuese de mi mano un día, 635
y llevome el corazón.
En aquesta tierra está,
el Conde le tiene aquí.
TRISTÁN
¿Entre sus pájaros?
LISARDA
Sí,
y agora con ellos va, 640
que quiere cazar con él
una garza remontada,
mas hay otra desdichada
que viene a morir por él.
TRISTÁN
No entiendo volatería, 645
pero he visto que has mudado
semblante y gusto.
LISARDA
He quedado
con mayor melancolía,
después que vi la persona
del Conde, porque quisiera650
que de la Duquesa fuera
a quien tan mal galardona,
haber dejado por él
tantos hombres de valor.
TRISTÁN
Él puede ser gran señor, 655
pero es muy falso y crüel.
En nuestra tierra, contaban
que este Carlos se casó
con la Duquesa.
LISARDA
Eso no.
TRISTÁN
¿Pues qué?
LISARDA
Que lo concertaban,
660
y que firmado el concierto,
la ha dejado por Otavia.
TRISTÁN
Y a quien la Duquesa agravia,
¿sirves tú?
LISARDA
Vengo encubierto,
solo a saber lo que pasa.665
TRISTÁN
Ya ¿qué tienes que saber,
si es Otavia su mujer?
LISARDA
Entre tanto que se casa,
puede mudar la fortuna
semblante; ven a sacar 670
los halcones.
TRISTÁN
Y a tomar
de tu intento luz alguna.
—fol. 292r→
Que es Enrique mujer creo,
o me engañan mis antojos,
porque lo he visto en sus ojos675
y en algo de mi deseo.
 

(Vanse, y sale el MARQUÉS FINEO y ESTACIO.)

 
FINEO
Mucho será, si yo no pierdo el seso.
ESTACIO
Con razón, alomenos, te enojaste.
FINEO
No sé, que en el rigor deste suceso,
entendimiento ni prudencia baste.680
Fortuna, ¿para qué con tanto exceso,
por la guerra y la paz me levantaste
al grado que de mí la fama cuenta,
si me dejas caer con tanta afrenta?
Escríbole a Lisarda que la quiero 685
para mi esposa, y dice que casada
está con Carlos, callo y considero
que si no era mejor, al fin le agrada.
Mudo de intento y la venganza espero
de Otavia de casarse descuidada, 690
y escríbeme que Carlos es su esposo.
ESTACIO
Digo que con razón estás quejoso.
FINEO
¿Carlos en todas partes, cómo es esto?
¿Carlos con dos mujeres desposado?
¿Carlos a mis intentos siempre opuesto? 695
¿Carlos más preferido y estimado?
A la justa venganza estoy dispuesto.
ESTACIO
Yo te diré, señor, lo que he pensado,
que si Carlos oyó tu pensamiento,
por no te hacer pesar, mudó de intento.700
Y si deja a Lisarda por servirte,
y se casa en Alenes con Otavia,
bien puedes a estimalle persuadirte,
por lo menos en esto no te agravia,
bien puedes a tus bodas prevenirte,705
que si Lisarda entonces no fue sabia,
agora lo será con estimarte.
FINEO
Sí, mas será mi deshonor en parte,
que no es justo querer lo que ha dejado
Carlos.
ESTACIO
¿Por qué, si lo dejó de miedo?
710
FINEO
Pues di, ¿cómo sabré que está casado?,
que si es mentira, más dudoso quedo.
ESTACIO
A la corte del Duque, disfrazado,
—fol. 292v→
a saber la verdad, partirme puedo.
FINEO
Vamos los dos, que quiero ver al Conde, 715
por ver si con la fama corresponde.
ESTACIO
Será para que olvides tu tristeza
remedio celestial este camino.
FINEO
A estimar de Lisarda la belleza,
sin verla me ha forzado mi destino.720
ESTACIO
Presto será laurel de tu cabeza.
FINEO
Será ceñirla de laurel divino,
que las de aquellos Césares romanos,
ganaron armas y tejieron manos.
 

(Vanse.)

 
 

(Salen ROSELA y CELIO, labradores.)

 
CELIO
¿Tal crueldad, tal hermosura?725
ROSELA
Vete a querer a Clavela.
CELIO
Dame la cinta, Rosela,
así Dios te dé ventura.
ROSELA
Nunca quieras los favores
forzados, porque es de necios.730
CELIO
Amor crece con desprecios,
que hace sus fuerzas mayores.
En mi vida quise bien,
sino a quien me quiso mal.
ROSELA
Majadero sois, zagal, 735
pero si amáis con desdén,
¿por qué me pedís que os quiera?
Pero si es para olvidarme,
agradecedme el cansarme
y el ser desdeñosa y fiera. 740
Que quiero que me debáis
el trataros con desdén,
porque el no quereros bien,
es querer que me queráis.
CELIO
No te quiero, desdeñosa, 745
para olvidarte, Rosela,
que fue una humilde cautela
para volverte amorosa.
Dame la cinta y darete
un pájaro, el más hermoso750
que ha visto el aire espacioso,
aunque el florido ribete
deste río a su elemento
dorales3 levante y garzas.
Saquele de entre unas zarzas755
que quiso cazar hambriento
un mísero francolín.
Acogido a su sagrado,
corrí con él todo el prado,
huyendo del dueño, a fin 760
de emplealle en esas manos,
porque ya dos cazadores
venían tras mí.
ROSELA
Que ignores
que son los regalos vanos,
donde no se tiene amor.765
CELIO
A la fee que el uno dellos
 

(Sale el CONDE y LISARDA.)

 
viene aquí.
CARLOS
Los dos son bellos,
y el coronado el mejor.
Que digo, gente de bien,
¿habéis visto por aquí770
un halcón?
CELIO
Diré que sí.
ROSELA
Y vuélvesele también.
CELIO
Señor, yo le tengo atado
allí en aquella alquería.
LISARDA
Estará, por vida mía,775
bien tratado y regalado.
CELIO
Venid conmigo, que yo
no entiendo de sus regalos.
LISARDA
Vamos.
CELIO
De matarle a palos,
por milagro se escapó.780
 

(Vanse los dos.)

 
CARLOS
¿De donde sois, labradora?
—fol. 293r→
ROSELA
Señor, de aquella alquería.
CARLOS
¿Que habrá de aquí a la ciudad?
ROSELA
Cuatro leguas.
CARLOS
¿Grandes?
ROSELA
Chicas.
CARLOS
¿Es todo montes?
ROSELA
Y espeso,
785
de robles y de sabinas,
nebrales, hayas y tejos.
CARLOS
¿Qué dicen aquestos días
del casamiento de Otavia?
ROSELA
Hasta agora mil mentiras, 790
pero ya dicen que es cierto,
y el conde Carlos camina,
para quien en la ciudad
grandes fiestas prevenían,
que de allá vino mi padre.795
CARLOS
¿Es la novia hermosa?
ROSELA
Es linda,
y a la fee que el conde Carlos,
si la fama no es fingida,
no le va en zaga a la novia.
CARLOS
Todo me causa alegría,800
id con Dios.
ROSELA
El cielo os guarde.
 

 (Vase.) 

CARLOS
Parece que me convida
esta fuentecilla al sueño,
que se le ven con la risa
las entrañas de la arena805
y los dientes de las guijas.
Aquí me siento a escucharla,
entre aquestas maravillas,
mientras que mi gente llega.
 

(Sale LISARDA.)

 
LISARDA
Ponle en su alcándara y mira810
que le regales de modo
que se componga y corrija.
Parece que aqueste halcón
mi presente historia imita.
Entre zarzas me han cogido, 815
cuando pensé que tenía
entre las uñas la presa,
pero no fue mi desdicha
perder a Carlos, que en fin,
mi imaginación perdía. 820
Pero agora que mi amor
es verdadero en su vista,
siento que le goce Otavia.
Celos me quitan la vida.
Corta fue la fama en él, 825
¿por qué la pintan vestida
de lenguas, si hablo tan poco?
¡Ay, cielos!, en las orillas
de aquel arroyo descansa,
¡oh, como el agua lasciva 830
le provoca a dulce sueño!,
ni tiene celos ni envidia.
Que era mi marido Carlos,
que perdí su compañía,
que le ha de gozar Otavia,835
¿cómo, cielos, se me olvida?
Que para vengarme dél,
tengo aquí la daga misma,
temo mi amor, que está loco,
y si de razón me priva, 840
quitaré la vida a Carlos,
alma de mi propia vida.
Despertarle será bien.
¡Ah, Conde, así se camina
donde tanto bien se espera!845
CARLOS
Oh, Enrique, ¿de qué te admiras,
si ves el cristal del agua
guarnecer de perlas finas
la variedad destas flores.
LISARDA
Mucho de tu bien te olvidas.850
CARLOS
Enrique, no camino
con el gusto que piensas a casarme,
que un grave desatino
me obliga, en lo que miras, a vengarme;
que tuve el pensamiento855
más a mi gusto en otro casamiento.
—fol. 293v→
Grande amor te he cobrado,
tu ingenio y tu persona le merecen.
Solos nos han dejado,
lugar para que hablemos nos ofrecen.860
Descansaré contigo.
LISARDA
No hay título que iguale al del amigo.
CARLOS
Entre estos sauces verdes,
doseles deste arroyo, escucha un rato,
que quiero que te acuerdes865
si me llamaste por Lisarda ingrato,
ayer que hablamos della,
que estuvo en mí la fee, la culpa en ella.
LISARDA
¿Qué puedes tú decirme,
que pueda disculpar su injusto agravio?,870
pues ella estuvo firme
y tú tan inconstante.
CARLOS
El hombre sabio,
siempre guarda un oído,
con dos naciste, luego no lo has sido.
Tú dices que la fama, 875
de mí te ha dicho tales sinrazones.
Fama solo se llama
la que ensalza los ínclitos varones,
porque la mentirosa
no es fama, Enrique, opinión famosa. 880
Caseme con Lisarda,
por fama enamorado, y aun lo vivo,
y mujer tan gallarda
y preciada de pecho tan altivo,
en que tuvo fundado 885
casar conmigo, amando a su crïado.
LISARDA
¿Amando a quién, qué dices?
CARLOS
Amando a su crïado.
LISARDA
¿A su crïado?
CARLOS
Aunque te escandalices,
Lisarda era mujer, bien disculpado 890
tiene su yerro el nombre,
pues tiene tantos el valor del hombre.
LISARDA
Lisarda, ni ha tenido
tal opinión, ni es cosa que a Lisarda
puede haber ofendido, 895
mucho desdice a tu valor.
CARLOS
Aguarda,
que no quiero que creas
—fol. 294r→
que caben en mi honor cosas tan feas.
Lee esa carta y mira
si rompí la escritura por mudanza.900
LISARDA
Ya la letra me admira,
que siempre tuve cierta confianza
de que era todo engaño,
y que de envidia resultó mi daño.
 

 (Lea para sí.) 

CARLOS
Imaginado tengo905
que este mozo es espía de Lisarda,
ya sospechoso vengo
y, aunque ninguna cosa me acobarda,
bien será que se vuelva,
o, a lo menos, dejalle en esta selva. 910
Si a vengar el agravio
viene, de aquella daga y escritura,
no era consejo sabio
hablarme en ella, que si hacer procura
traición, mejor la hiciera915
si della no tratara.
LISARDA
Quién creyera
que tanto una mentira
mover pudiera un noble pensamiento.
CARLOS
Ya la carta le admira,
los suspiros, el rostro, el movimiento,920
dan muestras de que siente
el daño de Lisarda, tiernamente.
Enrique, si has leído,
¿qué vuelves a leer?, ¿qué miras tanto?
LISARDA
Miro y pierdo el sentido 925
de ver que miente aquesta pluma, en cuanto
de Lisarda te escribe,
porque inocente como un ángel vive.
Yo he vivido en su casa,
si te digo verdad, y aquesta letra930
que el alma me traspasa,
y todos los sentidos me penetra,
es de su propia hermana.
Así la envidia suele ser tirana.
Por la cruz que ceñida 935
al lado traigo, y por el Dios que adoro,
que es falsa y fementida
—fol 294v→
toda la carta, y que perdió el decoro
a su sangre envidiosa,
que te debe de amar y está celosa.940
CARLOS
Enrique, yo te creo,
pero juzga qué hicieras, si por dicha
vieras caso tan feo.
LISARDA
Mal consejo tomaste, fue desdicha,
pues fuera más prudencia 945
informarte mejor de su inocencia.
Acción indigna ha sido
de tu valor.
CARLOS
Ya, Enrique, estoy casado.
¿Lisarda qué ha perdido?
LISARDA
¿Qué ha perdido?, el honor que le has quitado.950
CARLOS
Esto nadie lo sabe.
LISARDA
Carlos, ningún secreto tiene llave.
Procediste imprudente,
mas remediarlo puedes.
CARLOS
¿De qué modo?
LISARDA
Informando a tu gente 955
de que has sabido la verdad de todo,
y que volverte quieres.
CARLOS
Mucho, Enrique, te deben las mujeres.
Qué presto que has creído
que tu amiga Lisarda está inocente,960
cosa que tú hayas sido
el crïado que quiere tiernamente,
y vengas a matarme,
si no sales mejor con engañarme.
LISARDA
Yo soy un caballero 965
tan bien nacido, Conde, y tan honrado
como probarlo espero,
y nunca de Lisarda fui crïado,
ni a matarte he venido,
que si quisiera, aquí te hallé dormido.970
No sé qué es trato doble,
de que infamarme injustamente quieres,
tócame como a noble
defender el valor de las mujeres,
que el hombre que le ofende, 975
Carlos, ni le merece, ni le entiende,
La mujer es corona
del hombre.
CARLOS
En siendo buena.
LISARDA
Y una buena
—fol. 295r→
las no tales abona,
y vale por mil hombres de honor llena, 980
que las que malas fueron
del hombre a quien amaron lo aprendieron.
CARLOS
¿Eres mujer acaso?
LISARDA
Eso faltaba solo que dijeras.
CARLOS
Mirando el campo raso985
de las flores que ya tener pudieras,
tuve aquesta sospecha,
de pensamientos atrevidos hecha.
LISARDA
De suerte que soy hombre
para Lisarda y darme, Carlos, quieres 990
de su galán el nombre,
y mujer, porque alabo a las mujeres.
Como se ve tu engaño.
CARLOS
Enrique, tarde llega el desengaño.
Si has de venir conmigo, 995
no has de hablarme en Lisarda eternamente.
El Duque, mi enemigo,
quiere que firme, y nuestra paz se asiente,
y con su hija, Otavia,
de cuanto ya pasó se desagravia. 1000
¿Lisarda, qué ha perdido,
pues que puede casarse con Fineo?
Si testimonio ha sido,
culpe a su hermana y a su vil deseo,
que si yo no fui cuerdo, 1005
baste para castigo que la pierdo.
LISARDA
Obedecerte es justo,
no te hablaré en Lisarda eternamente.
CARLOS
Dios sabe mi disgusto,
camina que se acerca nuestra gente.1010
LISARDA
¿Qué mujer ha llegado,
de amor y celos, a tan triste estado?
La muerte me responde
que no hay otro remedio, estoy perdida,
hasta casarse el Conde, 1015
seguid sus pasos, enojosa vida,
que no hay dolor tan fuerte
que del término pase de la muerte.
  —fol. 295v→  

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