1. El famoso y nunca bastante celebrado Marcel, aquel bailarín Parisiense que decía con la mayor humildad, que este siglo no había producido más que tres hombres grandes, es a saber: Él, Voltaire y Federico II: este héroe de la contradanzaria viendo bailar a sus discípulos un minué, se daba palmadas en la frente, corría furioso por la sala, y exclamaba: �Oh! �cuánta filosofía hay en un minué! y seguidamente hacía una larga declamación contra los gobiernos porque no premian a los contradanzantes más que a los sabios, a los militares, etc.; pues de esta falta de protección depende el atraso de todas las artes y ciencias, y el valer el pan caro. Esto sí que es saber filosofar.
2. Este sublime exordio proporcionado a la grandeza del asunto, es de los que llamamos los del oficio exordio natural degradación ex abrupto, y de cal y canto. Está adornado con cuarenta metáforas de las finas, ochenta de las entrefinas, y quinientas de las ordinarias. Su artificio principal consiste en la figura clímax, o caracol, o escalerilla por donde se desciende desde el Criador por todas sus obras hasta el Currutaco, que es el último de los entes.
3. Mucho ha escandalizado a la república literaria la insipiencia de Don Preciso, en esta etimología de los Currutacos. �Por qué pesia mi hígado, no ha ido a revolver los archivos de la torre de Babel para averiguar la verdad de esta importantísima cuestión? Antes que hubiese Curros y Tacos, antes que existiesen los Andaluces, ya había Currutacos. El verdadero origen de esta palabra viene de la voz céltica Cagarruta, que significa un excremento redondito, pequeñito, fastidiosito, de cierta especie de animales fisípedos y rumiantes. Los Lapones, Pigmeos, y Lilipucianos, que son Colonias Célticas, como tengo probado en mi aparato a la historia de los insectos de la especie humana, anagramizaron la palabra Cagarruta, diciendo Curracaga, y de aquí con ligera mutación se llamó Currutaga, y por fin Currutaca a la nación pequeñita que se esparció por todo el mundo. �Ojalá supiera yo el Babilonio, el Céltico, el Rúnico, para ilustrar con algunos garabatos esta doctísima disquisición! pero no es dado a todos poseer la profunda y vasta erudición de los que han averiguado la verdadera etimología de la Zarabanda, cuestión casi tan importante como la de los Currutacos.
4. [�Elemento� duplicado en el original (N. del E.)]
5. Mucho extrañarían nuestros Currutacos el que no les pongamos aquí un plano o mapa de la Puerta del Sol para hacer más demostrables las esquinas; pero por desgracia no he podido satisfacer su curiosidad por la escasez que tenemos de profesores en este ramo; y aunque he buscado como al único que puede desempeñar la materia con todos los conocimientos de mi ciencia, al sabio y nunca bien ponderado Artista que hizo el plano ideal del Rosellón, poniéndonos el Ojo de vista sobre Figueras y sus campamentos; no le ha permitido tomar esta obra a su cargo la ardua empresa que tiene entre manos de formar un mapa geográfico del grandioso peinado del Rhin para la ilustración de toda la peluquería Currutaca.
6. Nuestros sabios Etimologistas se pensarán que el pantalón traspirenaico es invención del otro lado de los Pirineos; pero quiero hacer el honor debido a los Currutacos que le dieron este nombre, tomado de la voz traspirar, atendiendo a que es muy esencial la traspiración en los pantalones de mis Currutacos para expeler sus humorcillos.