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ArribaAbajo4. Quién hace qué

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ArribaAbajo4.1. Introducción

La división del trabajo en función del sexo ha sido y es definitiva a la hora de construir roles y estereotipos que se interiorizan a través de las diversas experiencias de las personas desde que nacen, y se sostienen gracias a las estructuras sociales que los sustentan.

Y todo esto no ocurre por casualidad, ni porque «biológicamente» sea lo «natural». Ocurre porque el sistema económico en que vivimos lo necesita para sobrevivir. Necesita de las amas de casa que realizan una urgente labor no pagada y fundamental para la economía nacional. Necesita de la «flexibilidad» de plantillas que implica el que la mayoría de las mujeres abandonen su puesto de trabajo al casarse, o al ser madres. Necesita de esa legión de mujeres que realizan «faenas» en casa en condiciones laborales decimonónicas que nada tienen que ver con las conquistas oficiales de los sindicatos. Necesita de ese enorme ejército de mano de obra en paro que son la mayoría de las mujeres y que ni siquiera cuentan como «paradas» en las cifras oficiales, pero que, como la historia de las dos últimas guerras mundiales nos demuestra, está ahí para ser utilizado cuando sea necesario.

Es evidente que no todas las mujeres nos encontramos en las mismas circunstancias y condiciones: Hay mujeres con una alta posición social y que pueden disponer de servicio doméstico; hay otras que viven realmente en precario -muchos hijos/as, marido en paro, algún familiar enfermo en casa...-; hay otras que disfrutan de alguien que les ayude en algunas tareas domésticas: otra mujer contratada, el marido, la hermana..., pero siguen llevando sobre sus espaldas el asegurar que en la nevera haya de todo, que a la hora de cenar haya cena, el acompañar a cualquier miembro enfermo de la familia al médico, que la ropa de verano esté lista justo cuando empieza el buen tiempo, que la lavadora haya sido reparada... Hay mujeres que padecen una doble jornada laboral, mujeres profesionales, mujeres prostitutas, mujeres que «todo lo tienen» y a «todo renuncian» por amor, hay   —78→   monjas, madres solteras, mujeres con mucha prole y mujeres sin ella, mujeres que ocupan cargos de gran responsabilidad, mujeres que en edad de retiro siguen cuidando de sus nietos para que sus hijas o nueras puedan ocupar un puesto remunerado...

El «quién hace qué» las hace incluir a todas, al igual que a los hombres, niños/as, ancianos/as... Todo dependerá del tópico que estamos trabajando. Porque se trata de introducir los temas que sean necesarios -como el trabajo doméstico o el trabajo sumergido- y se trata también de responder a la pregunta «quién hace qué» en los temas que ya se están trabajando en los centros de enseñanza.

La expresión «quién hace qué» nos remite a todas las formas de división del trabajo que se han dado según las distintas sociedades, culturas y momentos.

Decía Freinet: «Si hoy tuviera que organizar esta escuela del pueblo, me apoyaría en el principio de qué es el trabajo, con todo lo que tiene de complejo y de socialmente organizado, lo que condiciona la vida de los hombres, lo que suscita y orienta sus pensamientos, lo que justifica su comportamiento individual y social: el trabajo, motor esencial, elemento de progreso y de dignidad, símbolo de paz y fraternidad».

Freinet utiliza la palabra «hombres» de forma un tanto ambigua pues no sabemos si las mujeres estamos incluidas en ese «hombres», pero queremos suponer que sí, como también queremos suponer que al hablar del trabajo no se refiere sólo al asalariado. Salvadas esas ambigüedades creemos, como él, que el trabajo:

-Está socialmente organizado;

-condiciona la vida de las personas;

-suscita y orienta sus pensamientos;

justifica sus comportamientos individuales y sociales.

Sin embargo ese principio «qué es el trabajo» para organizar la escuela del pueblo aparece hoy como un elemento segregador puesto que:

1.-Las actividades -trabajos- que se realizan en las escuelas mixtas poco o nada tienen que ver con las labores realizadas tradicionalmente por las mujeres.

2.-Aunque los métodos de análisis de la división social del trabajo se aplican ya de manera habitual al estudio de la historia y de la realidad circundante, no se ha generalizado, o al menos intentado, un método integrador y ecléctico que introduzca la variable sexo en este análisis.

Partiendo de esta realidad hemos desarrollado este trabajo -«Quién hace qué»- que pretendemos nos sirva:

1.-Para incorporar la variable sexo, y cualquier otra que creamos necesaria, como raza, pertenencia a minorías, etc., al análisis del medio en que   —79→   se encuentra la escuela, tan importante hoy en los nuevos currículum.

2.-Para desentrañar y poner en tela de juicio los «roles y estereotipos sexuales» y sus manifestaciones culturales.

3.-Para revisar las distintas áreas tratando de descubrir cuál es el papel de las mujeres y los porqués.

Los trabajos sobre este tema serán:

a) Interdisciplinares.

b) Puntuales: un texto de literatura, la redacción de un problema, la visualización de una película, la visita a una fábrica, etc., pueden ayudarnos a responder a la pregunta «¿quién hace qué?».

c) En círculos de estudio.

Proponemos estas etapas de acercamiento al estudio de la división del trabajo en función del sexo:

1.-Entorno más inmediato: colegio, familia, barrio, localidad, fiestas, etc.

2.-«Entiendo el mundo», división social e internacional del trabajo, vida privada, vida pública, movimientos sociales, guerra y paz...

3.-Formas culturales del pasado: historia, literatura y folklore.

4.-Manifestaciones culturales del presente: cine, teatro, medios de comunicación social, libros, cómics, revistas, publicidad...




ArribaAbajo4.2. Quién hace qué en casa (trabajo doméstico)

La vida cotidiana y familiar ha variado sustancialmente con respecto a formas del pasado. La tasa de natalidad ha descendido enormemente, las condiciones sanitarias han variado también de forma significativa, nuestra sociedad es más urbana que rural y la mayoría vive en pisos equipados con los adelantos técnicos: tenemos máquinas que ayudan en los quehaceres domésticos, existe ropa confeccionada y comida preparada o precocinada, la jornada laboral del ama de casa, que antes se prolongaba a lo largo de todo el día, ahora ha disminuido. El trabajo de la casa se ha simplificado y no exige tanto tiempo como antaño y también es cierto que no constituye un pilar tan fundamental como antes para la economía de cada familia, que actualmente se basa casi exclusivamente en el salario y no en el autoabastecimiento.

En nuestros días la incorporación de la mujer al trabajo asalariado es un hecho, pero, aún así, es la mujer la que lleva la mayor carga del trabajo doméstico. Mientras que la sociedad ha ido desarrollando los campos extrafamiliares -pensemos simplemente en la educación y la sanidad que antes pertenecían al ámbito familiar y hoy sólo en cierta medida-, la vida de la   —80→   familia y la ocupación del tiempo de los miembros que la componen apenas si ha variado.

Las encuestas demuestran que todavía es la mujer la que lleva adelante la mayor parte del trabajo del hogar, y esto independientemente de que trabaje fuera de casa o no, pertenezca a una región u otra, incluso a un país u otro. Este hecho sólo se soslaya de algún modo en función de la pertenencia a una clase social muy privilegiada.

Muchas familias todavía tienen la opinión de que ciertas tareas de la casa son exclusivamente para las chicas, mientras que otras, corresponden a los chicos.

Como las tareas de las chicas son la mayoría, la consecuencia es que las mujeres hacen casi la totalidad del trabajo doméstico, aun cuando trabajen también fuera del hogar y lleguen a casa tarde y cansadas, o que las hijas estudien lo mismo que los hijos y tengan que dedicar el mismo tiempo a sus deberes escolares.

No podemos tampoco olvidar que son muchas las chicas jóvenes que desprecian el trabajo de sus madres y abuelas y se niegan a colaborar con ellas, contribuyendo así a su explotación, pero tal vez también a cambiar la realidad negándose a hacer aquello a lo que sus hermanos no están igualmente obligados.

Puesto que esta desigualdad provoca tensiones en el seno familiar y supone una diferencia negativa en cuanto al trato, consideración y disponibilidad de tiempo para hombres y mujeres, y en cuanto a las exigencias, expectativas y proyectos de vida y futuro para uno y otro sexo, es imprescindible a lo largo de la vida escolar hacer un análisis de la situación y aportar alternativas educativas para evitar que en la vida de adultos/as los/as niños/as de ahora reproduzcan estos modelos estereotipados que hacen sufrir a unos y otras y limitan a todos, como personas.

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LA HISTORIA DE ADÁN Y EVA

La historia de Adán y Eva

Escrita y dibujada por Ingrid af Sanderberg y Britta Ring. Traducida y adaptada por el Feminario de Alicante.

Adán y Eva

Éranse una vez un niño y una niña. Aquí están en la matriz de sus madres. Nadie era capaz de distinguir quién era el niño y quién la niña, pero nosotras sí lo sabemos por los símbolos. La niña está a la izquierda y el niño a la derecha. Cuando nacieron les pusieron por nombres

ADÁN Y EVA

Adán y Eva

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Se encontraron por primera vez en la playa. Todavía se parecían muchísimo; pero ya existían un par de pequeños detalles que los diferenciaban.

Adán y Eva

No tardan mucho en evidenciarse las diferencias del ambiente y la educación. Ahora ya no podemos equivocarnos. Está claro quién es la niña y quién el niño.

Adán y Eva

Eva está a gusto en la cocina ayudando a mamá, quien la elogia por ser tan buena y ayudarle en las tareas de la casa.

Adán y Eva

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Adán juega con pistolas, como los demás niños de su edad, y lee tebeos, mientras su papá hojea el periódico. Ha aprendido que los chicos deben aguantar y ser duros; no darse por vencidos. Eso de llorar, es cosa de niñas.

Adán y Eva

Eva lee novelas rosas y tiene sueños románticos sobre lo que será su vida de mayor. Trabajará su tiempo en alguna oficina hasta que encuentre a su gran amor: un médico muy apuesto. Cuando se case, sólo se ocupará de la casa, de su marino y los niños. Dedica mucho tiempo a su cuidado personal y apariencia. Intenta ser dulce y encantadora. Es una chica, lo más importante es ser buena, dice su abuela.

Adán y Eva

Los sueños de Adán no tienen nada de románticos. Se interesa por todo lo que puede manipular, montar y desmontar, y por todo lo que hace ruido. Se siente un poco tímido con las chicas; pero lee revistas «porno» a escondidas y alardea con los amigos de sus conquistas. De mayor será ingeniero, o dirigirá una gran empresa.

Adán y Eva

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El tiempo pasó. Adán y Eva se encontraron y... se enamoraron locamente. Adán no llegó a ser ingeniero, ni Eva encontró a su médico; pero Adán era un buen trabajador que ganaba lo suficiente para mantener a su familia. Por tanto, su mujer no tendría que trabajar.

Adán y Eva

La boda fue preciosa, como en un cuento de hadas. Delante de sí tienen toda una vida.

Adán y Eva

Todo es ideal, y su relación está llena de intimidad y ternura.

Adán y Eva

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Adán siente tener que dejar a su mujer par ir al trabajo. Pero... el deber le espera.

Adán y Eva

Cuando vuelve del trabajo, Eva le espera con una suculenta comida. Todo es cálido entre ellos. Adán repone sus fuerzas, y comenta las incidencias de la jornada.

Adán y Eva

Adán tampoco descuida los detalles y demuestra a su mujer, tan pequeña y tan dulce, lo mucho que la recuerda.

Adán y Eva

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El idilio llega a su cenit cuando tienen a su primer hijo. Imaginamos que es niño, porque las cintas de sus pañales son azules. ¡Sí!; tuvieron un hijo. Es guapísimo. Se parece a su papá.

Adán y Eva

Pero ¿quién podía imaginarse que este pequeñín indefenso podía romper el idilio? Cuando Eva, medio dormida, se levanta a coger al niño que llora, se siente sola, abandonada. Pero es necesario que Adán duerma, que reponga fuerzas. Mañana ha de rendir en el trabajo.

Adán y Eva

En torno a la mesa del desayuno no existe ya ese ambiente ideal de compañerismo, ternura e intimidad.

Adán y Eva

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Adán hace algunos tímidos intentos de ayudar a Eva con el niño; pero es un poco desmanotado, y Eva le dice que lo deje, que ella va más rápida.

Adán y Eva

Cuando Eva empieza a interesarse por las clases nocturnas que sigue Adán, él le dice: Haz café, y no emplees tu linda cabecita en estas cosas.

Adán y Eva

La verdad es que Eva es muy capaz de sacar adelante la casa y los niños; pero hay que ver lo poco que sabe del mundo exterior. Tendrías que leer los periódicos, y estar al día, le dice Adán.

Adán y Eva

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Los niños están llorando. Mira lo que dice el Dr. Spock que debe hacerse para criar bien a los niños, le dice Adán.

Adán y Eva

Bueno...; pero qué sabes tú de esto en la práctica, le replica Eva.

El mundo de Adán y el mundo de Eva son tan diferentes que los temas a tratar escasean. No se interesan por las mismas cosas. Y el silencio y la soledad sustituyen a la intimidad.

Adán y Eva

La familia está reunida para desayunar; pero en realidad ella está sola con los niños, y él... solo con el periódico.

Adán y Eva

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Eva se siente aislada y muy cansada. Sólo tiene tiempo de ocuparse de los niños y de la casa. Hay que comprar, lavar, fregar, planchar, hacer la comida, las camas, y vuelta a empezar. Nunca se acaba el trabajo. Y los niños necesitan a alguien que esté con ello.

Adán vuelve del trabajo...: ¡Qué desorden!, dice.

Adán y Eva

Adán no comprende la situación. No la comprende, porque no la comparte, y le dice a Eva: ¿Todo el día en casa y no has tenido tiempo de coserme el botón?

Adán y Eva

El mundo de Adán es totalmente diferente al de Eva, es un mundo muy duro y ruidoso, prácticamente masculino. En la fábrica es necesario rendir al máximo desde que entras hasta que sales. Es un mundo competitivo, donde no caben las esposas y los hijos. Por eso, ante la llamada de Eva, le contesta:

¿Es necesario que me llames al trabajo para una cosa así?

Adán y Eva

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Adán telefonea a Eva: Esta noche llegaré tarde, le dice. Adán emplea su tiempo libre entre el Sindicato y el Partido. Es un buen elemento, y sus compañeros confían en él; pero...

Adán y Eva

Tiene mala conciencia porque no le dedica atención a sus hijos. Papá no tiene tiempo...

Adán y Eva

Alguna que otra vez saca tiempo para atenderles. Por ejemplo, para arreglar la bicicleta de Ana.

Adán y Eva

Tú tienes que arreglártelas solo: un chico ha de saber arreglar su bicicleta.

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A veces se va con el chico al fútbol.

Me llevo al chaval.

Adán y Eva

Los niños han empezado a ir al colegio, y Eva se busca un trabajo por horas en una tienda cercana. Desea tener un poco de dinero propio y encontrarse con compañeros.

Adán y Eva

Pero es un gran esfuerzo encontrar tiempo y energías suficientes como para llevar adelante, tanto el trabajo en casa como el de fuera de casa, y su atención se encuentra muy dividida.

Adán y Eva

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Ni Adán ni los niños están acostumbrados a trabajar en la casa. Siempre se lo han dado todo hecho, y encuentran muy natural que sea Eva la que encargue de todo.

Adán y Eva

Eva está muy cansada. ¿Quién se encarga de reponer sus fuerzas? ¿Qué tiempo le queda para ella? Una compañera soltera le dice: ¡Qué bien trabajar sólo unas horas; tendrás tiempo para lo que quieras!

Adán y Eva

Eva decide pedir a los niños que la ayuden.

Tengo mucho trabajo; podríais ayudarme un poco...

Adán y Eva

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Yo no sé fregar, le dice su hijo. Eso es trabajo de chicas.

Adán y Eva

Pues pasa el aspirador... le dice la madre. ¿Yo? ¿Por qué? Papá no lo hace.

Adán y Eva

Mamá no tiene tiempo; cóseme tú el botón.

La situación es tensa, y todos los miembros de la familia sufren.

Adán y Eva

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Ahora mismo tengo una reunión y la comida todavía no está lista...

Adán y Eva

Surgen las discursiones. Están irritados.

Vamos a parar un poco. La familia de Adán y Eva está pasando una crisis.

Adán y Eva

Necesitan ayuda.

Discutamos qué deben hacer.

Un día a Eva le ofrecen la posibilidad de participar en un curso de perfeccionamiento que le brindaría la oportunidad de acceder a un trabajo más cualificado. Eva se alegra al conocer la noticia, pero...

Adán y Eva

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Tiene que irse de casa durante cuatro semanas.

Algo que ella no ha hecho nunca.

Se lo dirá a Adán.

¡Cómo! ¿Cuatro semanas?

Adán y Eva

Eva piensa. Tiene mala conciencia. ¿Cómo dejar a Adán y a los niños por un motivo tan egoísta...?

Realmente podría irse; pero siente como si los traicionara un poco.

Adán y Eva

¡Cómo han dejado la casa!

«Creo que realmente sería bueno para ellos estar cuatro semanas sin mí.»

Adán y Eva

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Ante la nueva situación los miembros de la familia reaccionan de modo diferente, según la edad, pero también según el sexo.

Iremos a comer fuera, dice el chico.

Adán y Eva

No vayáis a creer que yo os voy a hacer de chacha, dice la chica.

Adán y Eva

Cuando realmente comprenden lo que van a tener que hacer durante su precioso tiempo libre, se preocupan de verdad.

Limpiar... cocinar... fregar... lavar...

Adán y Eva

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¡No tenemos tiempo!

Adán y Eva

Pero si sois tres para hacerlo. Normalmente lo hago yo sola. Eva no cede ante sus quejas.

Adán y Eva

Y con apariencia feliz y despreocupada se va.

Adán y Eva

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Se reúnen hambrientos frente a la mesa. Cada uno pensaba que el otro había preparado algo. Entonces comprenden la importancia de la organización.

Adán y Eva

Papá con ayuda de los chicos confecciona un esquema detallado y funcional en el que se especifica el reparto del trabajo de la casa para las 4 próximas semanas.

Adán y Eva

A Adán le toca la colada.

Lo hace muy bien, pero... «¿Dónde diablos colgará Eva las sábanas?»

Adán y Eva

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En vez de comer, vamos a merendar, le dice Ana a su hermano, al que le ha tocado la cocina.

Con un libro y un poco de experiencia el chico llegará a ser un cocinero aceptable.

Adán y Eva

Llega la hora de volver.

¿Qué me encontraré?

Mamá Eva en realidad no se fue ni tan feliz ni tan despreocupada como aparentaba.

Adán y Eva

Adán y los niños le hacen ver a Eva todo lo que han aprendido y, llenos de orgullo, le cuentan su experiencia. El ambiente en torno a la mesa es cálido y cordial, mejor de lo que ha sido en mucho tiempo.

Adán y Eva

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Eva consulta trabajos mejores, que puede hacer gracias a su flamante capacitación y al tiempo que le deja libre el nuevo reparto del trabajo de la casa. La prueba salió bien, y lo que empezó como un juego sigue para bien de todos.

Adán y Eva

Ahora mamá Eva dispone de tiempo para ir a las reuniones del sindicato y llama a casa para advertir que llegará más tarde.

Adán y Eva

Cuando vuelve a casa establece un diálogo con Adán. Tienen intereses comunes, y pueden hablar de ello, y discutirlo.

Adán y Eva

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Ésta ha sido una manera de resolver el conflicto que tenían en la familia de Adán y Eva. Pero puede haber otras formas. La historia también pudo haber terminado así.

Adán y Eva

La familia se divide. Hay divorcio y los niños se quedan con la madre, como es costumbre. Adán se va de la casa.

Adán y Eva

Eva tiene muchas dificultades. Está sola. Sus responsabilidades son ahora también económicas. Adán ayuda a los gastos de educación de los niños; pero no es suficiente. Eva concluye que ha de trabajar toda la jornada y, a partir de ahora, los niños tienen que responsabilizarse más del trabajo doméstico, y además bajar el nivel de vida. El trabajo de Eva no es muy cualificado y su salario es bajo.

Adán y Eva

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Apretarse el cinturón...

Adán y Eva

Arrimar el hombro y colaborar...

Adán y Eva

Eva intenta explicarles las cosas. Se trata tanto del tiempo como el dinero.

Adán y Eva

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Y los niños comprenden que mamá no pude hacer una jornada completa en el trabajo y encima ocuparse sola de la casa.

Adán y Eva

Pedro aprende a cocinar. Cocinar es muy práctico y fácil si hay alguien dispuesta a enseñar.

Adán y Eva

Si los chicos se ven en un apuro, siempre pueden llamar por teléfono a mamá.

Adán y Eva

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La colaboración crea solidaridad. Y cuando mamá tiene que ir a una reunión, Ana la anima. Naturalmente que tienes que ir, le dice en tono protector. Pero ¿qué ha pasado con papá Adán?

Adán y Eva

No le va demasiado bien, echa de menos los cuidados y las atenciones a que estaba acostumbrado. Está solo.

Adán y Eva

Cuando llega a cas piensa en su familia, especialmente en sus hijos, y se siente abandonado.

Adán y Eva

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A lo mejor llega el fin de su soledad. Hay una chica en su fábrica con la que empieza a salir en su tiempo libre.

Adán y Eva

Se ven cada vez más a menudo, y deciden vivir juntos.

Adán y Eva

Pero empiezan los problemas. No tienen en absoluto la misma idea del reparto del trabajo.

Adán y Eva

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Mientra Adán esperaba que ella fuera la ayuda que tanto echaba de menos, ella le dice: Friega tú, si quieres, que yo voy a leer el periódico.

Adán y Eva

¿Para lavar esto...?

Adán y Eva

Ella se niega en redondo a seguir el juego.

Tú no quieres una compañera; quieres una criada.

Adán y Eva

Coge el abrigo y se va.

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Y así se queda Adán otra vez solo. Pero ya ha decidido aprender a cocinar y a lavar la ropa, y hacer todo cuanto precisa para poder vivir.

Debe aprender ahora lo que no quiso o no pudo aprender de pequeño.

Adán y Eva

MORALEJA:

La división del trabajo en función del sexo limita y perjudica a los individuos.

Adán y Eva

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4.2.1. La historia de Adán y Eva

Este audiovisual puede ser utilizado y explotado, de diversas maneras. Su simple proyección seguida de un debate puede resultar una actividad enriquecedora entre alumnos/as. Lo hemos llevado a institutos de F.P. y B.U.P., Colegios de E.G.B., Asociaciones de padres y vecinos, Encuentros de Enseñantes, y siempre ha provocado polémicas vivas y ricas. Conocemos sus defectos por cuanto responde a una realidad espacio-temporal muy concreta (Suecia, principios de los setenta) y no se plantea en ningún momento alternativas «revolucionarias» a la actual organización de la institución familiar (tanto el divorcio, como el compartir las tareas domésticas vienen en realidad a «parchear» la institución); sin embargo, y tal vez porque no conocemos ningún material alternativo, seguimos pensando que resulta muy útil para el objetivo que se propone: hacer reflexionar sobre la actual división del trabajo en la familia.

Las actividades de explotación que proponemos a continuación se ha experimentado en 6.º y 7.º de E.G.B., pero creemos que el margen de edades puede ser mucho más amplio adaptándolo mínimamente.

-Objetivos:

Lograr una reflexión individual y colectiva, sobre la actual división del trabajo en la familia.

Aprender a analizar una situación conocida extrapolándola de la realidad concreta que se vive.

Adquirir instrumentos de discusión, debate y tolerancia.

Analizar situaciones de opresión y violencia basadas en la explotación.

Adquirir técnicas mínimas de expresión creativa para la búsqueda de alternativas vitales que mejoren las relaciones interpersonales.

-Actividades:

• Proyectar el audiovisual hasta «La familia de Adán y Eva tiene una crisis. ¿Cómo la resolverá?».

• Interrumpir la proyección para entablar un diálogo sobre lo ocurrido y cuáles son las posibles soluciones a la situación que se plantea. Hacemos una lista con todas las propuestas que hagan: (cuidar que haya una buena moderación para conseguir orden y participación de todos/as).

• Organizar equipos de 4 a 6 personas para dramatizar las distintas soluciones (cada equipo lo representa para el resto de la clase).

• Revisar la lista de soluciones para tratar de analizar las ventajas y desventajas de cada una y dilucidar cuál sería la que menos dolor supondría   —109→   para todos los miembros de la familia.

• Volver a proyectar el audiovisual, pero esta vez hasta el final.

• Debatir sobre el trabajo doméstico procurando llegar a conclusiones consensuadas mayoritariamente.

Las actividades que proponemos a continuación pueden hacerse también una vez realizadas las del apartado 4.2.2 («Conocer la realidad»).

• Redacción individual de una historia semejante a la de Adán y Eva que esté basada en otras realidades sociales: situación de paro, trabajo clandestino, falta de cualificación, familia numerosa, algún hijo/a enfermo/a, familia adinerada, trabajo temporal, etc.

• Lectura colectiva de las redacciones y diálogo sobre las mismas.

• Realización de nuevos audiovisuales (si no se dispone de medios pueden ser tebeos).

• Lenguaje -elaboración de guión y grabar las voces.

• Plástica -elaboración de diapositivas.

• Temas:

a) Finales alternativos a «La historia de Adán y Eva».

b) Adaptaciones al medio en que esté inmersa la escuela -puede variar el número de hijos/as, los trabajos disponibles, el papel de la hija, etc., pero el tema es siempre el mismo: «quién hace qué en la familia»-.

• Técnicas:

a) Imágenes.

• Diapositivas: directamente dibujos miniatura, sobre el papel cebolla, con rotuladores permanentes, que se enmarcan en cartón (ver tiendas especializadas) o plástico.

• Dibujo tamaño folio respetando las proporciones del encuadre fotográfico. Una vez acabados, se fotografían con carretes de diapositivas.

b) Sonido (se graba con distintas voces y efectos especiales).

Una vez realizados los nuevos audiovisuales, las personas que hayan participado en su elaboración pueden pasar el audiovisual, y dirigir el debate posterior, a otros grupos de personas, otros niveles, los padres y madres del nivel, etc.



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