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11

Ver N. Clémessy, Emilia Pardo Bazán... (citada luego, nota 18), pp. 297-298. (N. del A.)

 

12

El 27 de diciembre de ese año, en carta a J. Yxart, Pardo Bazán comenta que aún no ha leído Pedro Sánchez, «pues aguardo a que el autor cumpla su promesa de enviármela». (D. Torres, «Veinte cartas inéditas de Emilia Pardo Bazán a José Yxart», BBMP, LIII, 1977, p. 394). En carta a Oller de julio de 1884, se refiere a la correspondencia que mantiene con Pereda como «frecuente y cariñosa». (N. Oller, Memòries litteràries. Història dels meus llibres, Aedos, Barcelona, 1962, pág. 72). (N. del A.)

 

13

A quienes agradezco vivamente su generosa colaboración: a doña M.ª Fernanda de Pereda y Torres-Quevedo, su noticia de la existencia de estas cartas y la obtención de copia de las mismas; a doña M.ª Teresa Rivero de Aznar, depositaria de los originales, la atención que concedió a mis consultas, además de autorizar la publicación. (N. del A.)

 

14

Así se deduce de la lectura de algunas de las conservadas; y también de otras cartas de la escritora a diversos corresponsales: el 2 de agosto de 1885 escribe a Menéndez Pelayo: «Si ve Ud. a nuestro Pereda dígale que siento mucho su disgusto de familia y que pienso escribirle». (E. Sánchez Reyes, «Centenarios y conmemoraciones», BBMP, XXIX, 1953, pág. 137); la única carta de 1885 que figura en la serie que aquí publicamos es de mayo. (N. del A.)

 

15

Lo afirma Sánchez Reyes en el art. cit. en nota anterior, p. 124. (N. del A.)

 

16

En la Sección Fondos Modernos de la Biblioteca de Menéndez Pelayo, de Santander se conservan dos volúmenes encuadernados que contienen, respectivamente, 105 y 36 borradores autógrafos de cartas de Pereda; (ver su descripción en: F. Gutiérrez Iglesias y F. Saez Picazo, Catálogo de los manuscritos de la Sección de Fondos Modernos de la Biblioteca de Menéndez Pelayo, Institución Cultural de Cantabria, Santander, 1980, signaturas MS 1392 y MS 1393); en el primero de ellos se encuentran esos dos borradores de cartas a Pardo Bazán. Un estudio de las diferencias entre algunas cartas peredianas y sus borradores se encuentra en el artículo de W. H. Shoemaker, «Cartas de Pereda a Galdós y ocho borradores», BBMP, XLII, 1966, pp. 131-172. (N. del A.)

 

17

Esta impresión nos la confirma la lectura de otros epistolarios peredianos; así, en sus cartas a Menéndez Pelayo, fuera de algún elogio a Los pazos de Ulloa, las alusiones a doña Emilia no parecen muy afectuosas; hay incluso algún sarcasmo al referirse a la posibilidad de que aquélla entre en la Academia, o al entusiasmo de Pardo Bazán por La España Moderna, de Lázaro Galdiano. Ni que decir tiene que a partir de febrero de 1891 sus menciones a la escritora coruñesa muestran la enemistad ocasionada por la polémica de Nubes de estío (ver M.ª F. de Pereda y E. Sánchez Reyes, «Epistolario de Pereda y Menéndez Pelayo», BBMP, XXIX, 1953, núms. 3-4, pp. 207-402). (N. del A.)

 

18

«Sur le plan de la correspondance, la tâche a été ingrate et le bilan décevant. Finalment, il ne nous a été donné d’utiliser qu’une faible part des multiples missives que doña Emilia a écrites, sa carrière durant, à de nombreux écrivains et gens de lettres. Beaucoup de ces correspondances suivies ont disparu; d’autres sont maintenant encore jalousement gardées, pour des raisons diverses; d’autres enfin, ont été éparpillés au hasard des circonstances, et il n’en reste plus que des bribes». (N. Clémessy, «Introduction» a: Emilia Pardo Bazán romancière. La critique, la théorie, la pratique, C.R.H., París, 1973, p. 17; hay traducción española: Emilia Pardo Bazán como novelista, Fundación Universitaria Española, Madrid, 1982; citaremos en adelante por esta edición). (N. del A.)

 

19

Bajo la fecha hay una nota autógrafa de Pereda que indica: febo 10; probablemente sea la fecha de su contestación. Lo mismo hace con otras cartas de esta colección. (N. del A.)

 

20

De ser cierta la afirmación de Clémessy («La Tribuna apareció a comienzos de 1883», o. c., p. 222), resultaría extraño ese comentario, casi al año de la publicación de la novela. Más difícil sería aceptar como fecha la de 1882, que aparece en algunos manuales y monografías y que repiten dos ediciones recientes de La Tribuna (la de J. Hesse, en Taurus, Madrid, 1968 y la de B. Varela Jácome en Cátedra, Madrid, 1975). La vacilación entre 1882 y 1883 se da en las Obras Completas de Aguilar: mientras en su estudio preliminar (tomo I, p. LV) F. C. Sáinz de Robles indica como año de edición de la novela el de 1883, en el tomo II su texto aparece fechado en 1882 y lo mismo consta en el breve análisis crítico que la precede (pp. 101-102). Que esta confusión está muy extendida lo prueba el dato citado por R. E. Osborne en la pág. 44 de su Emilia Pardo Bazán. Su vida y su obra (Ed. de Andrea, México, 1964): La Gran Enciclopedia Soviética, al ponderar este ejemplar de novela proletaria, fecha su publicación en 1882, lo que rectifica Osborne: «Entre paréntesis, la fecha de publicación es 1883».

La causa que puede explicar esta vacilación reside en el hecho de que en su primera edición, aunque el prólogo y la página final estén fechados en octubre de 1882, la portada del libro, en 16.º, no indica año de publicación. (No hemos visto ningún ejemplar de la edición en 8.º, al parecer fechada en 1883 que cita A. Palau en la pág. 281 del tomo XII de su Manual del librero hispanoamericano, Librería Palau, Barcelona, 1959; repite el mismo dato J. I. Ferreras, Catálogo de novelas y novelistas españoles del siglo XIX, Cátedra, Madrid, 1979, p. 305).

Pues bien, lo cierto es que, como indica W. Pattison en El naturalismo español (Gredos, Madrid, 1969, p. 104), La Tribuna no apareció hasta finales de 1883. Podemos apoyar esa afirmación en testimonios irrefutables: en sus Apuntes autobiográficos, escritos en 1886 (cfr. más adelante, nota 51) recordaba la autora que «aún no se había publicado La Tribuna, si bien estaba ya en manos del editor, cuando por primera vez corrió la locomotora de Madrid a La Coruña» (E. Pardo Bazán, o. c. III, Aguilar, Madrid, 1973, p. 726); el viaje inaugural del ferrocarril Madrid-La Coruña tuvo lugar el 1 de septiembre de 1883, según noticia del periódico coruñés La Voz de Galicia de ese día. Todavía el 17 de noviembre la escritora comenta a Yxart: «Está próxima a ver la luz mi Tribuna, de la cual ya he corregido las pruebas» (Torres, art. cit., p. 393). Podemos suponer, pues, que la aparición del libro tuvo lugar a mediados de diciembre, ya que hay reseñas en El Imparcial el 31 de diciembre y en La Época el 7 de enero. (Cfr. Pattison, o. c., pp. 104-105; Clémessy, o. c., p. 240). De todo ello podemos concluir que ese juicio perediano «excesivamente indulgente» que aquí agradece doña Emilia formaría parte de una carta de su colega montañés escrita algunos días antes, apenas aparecida la novela. (N. del A.)