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61

Como anotaremos en la carta IX, alude al reciente fallecimiento del padre de doña Emilia. (N. del A.)

 

62

Interlineada una frase poco legible; quizás «lo mismo que [?] V.» (N. del A.)

 

63

En la relación mecanografiada y en el catálogo mencionados en la nota 58 se fecha esta carta el 29-X-1890; forzosamente ha de ser de septiembre, si atendemos al aviso de la posdata. (N. del A.)

 

64

Tres líneas de puntos, probablemente para el saludo formulario que redactaría luego (recordemos que el texto que transcribimos es un borrador de carta). A juzgar por la respuesta de Pardo Bazán, en este espacio daría Pereda noticias de las dos novelas cuya publicación preparaba; (cfr. luego nota 70). (N. del A.)

 

65

Se refiere a la novela en dos partes Una cristiana - La prueba, aunque desconocemos la fecha exacta de su publicación, podemos suponer que había aparecido a principios del verano de 1890; según Clémessy, la reseña de Alas consistió en un extenso «Palique» publicado los días 5 y 12 de julio, 20 y 27 de septiembre y 25 de octubre; otra reseña de L. Alfonso apareció el 21 y 22 de septiembre; y otra de Mendoza el 4 de octubre. (O. c., p. 267). (N. del A.)

 

66

Son abundantísimos los testimonios que podrían aducirse como muestra de la actitud perediana en contra del naturalismo; recordemos sus protestas en el prólogo a De tal palo, tal astilla (1880) frente a quienes le incluían en la nueva corriente: «si con tal calificativo se me quiere filiar, como ya se ha hecho y en son de alabanza, bajo las banderas, triunfantes hoy ultramontes, de un naturalismo hediondo que pinta al desnudo los estragos del alcohol, la inmundicia de los lavaderos y las obscenidades de las mancebías, protesto contra la injuria que se me infiere». Insistiría en este rechazo en el prólogo-dedicatoria de Sotileza (1885); y cuando en 1888 algún crítico calificó como naturalista su novela La Montálvez, el escritor repitió sus protestas; cfr. lo que recordaba A. Cortón en un artículo en La Vanguardia, de Barcelona, el 10-VIII-1900: «Naturalista, por tanto me pareció la novela [La Montálvez] y así lo dije, no sin que Pereda protestase en carta que me escribió por entonces, y en la que afirmaba, un tantico fosco, que él no es discípulo de Zola, ni mucho menos, ni hace otra cosa, cuando escribe, que seguir los impulsos de su particularísima complexión literaria». (N. del A.)

 

67

¿«su neologismo flamenco»? Tal vez aluda a ciertas expresiones coloquiales que en ocasiones emplea el protagonista-narrador y, con él, algunos de sus compañeros de bohemia estudiantil; expresiones propias del habla chulesca o aflamencada. (N. del A.)

 

68

La p. está escrita sobre una m. Pereda había empleado la fórmula usual entre caballeros (que besa su mano) y corrige con la apropiada para damas (que besa sus pies). (N. del A.)

 

69

En contra de lo que sucede en las otras siete cartas de Pardo Bazán, no hay en esta la anotación autógrafa de Pereda indicando la fecha de su contestación; ¿significa que esta carta no fue respondida? Ello daría la razón a lo que apuntábamos en la introducción a este epistolario: tal vez el escritor cántabro tenía pendiente de respuesta esta carta cuando, unos meses más tarde, el artículo «Los resquemores de Pereda» rompía definitivamente las relaciones entre los dos escritores. (N. del A.)

 

70

Se refiere a Nubes de estío y Al primer vuelo, que se publicarían en 1891; la segunda se escribió entre mayo y julio de 1890; la primera se había empezado a redactar en septiembre de 1889 y se interrumpió en febrero de 1890; reanudada en septiembre de ese año, se concluye en los últimos días de diciembre. Hay datos muy precisos sobre estas actividades en cartas peredianas de esos años, dirigidas a Menéndez Pelayo, Oller, Pérez Galdós, y en especial, las remitidas a J. Yxart entre 1889 y 1891, publicadas por D. Torres en su artículo «Trece cartas inéditas de Pereda» (BBMP, LVI, 1980, pp. 293-314; ténganse en cuenta las rectificaciones de fechas de alguna de esas cartas que propongo en mi nota «A propósito de unas cartas de José María de Pereda a José Yxart». BBMP, LVII, 1981, pp. 398-403). (N. del A.)