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Como muestras, véanse de Góngora la 5.ª y 6.ª estrofas de su «Ándeme yo caliente [...]» (ed. de Antonio Carreira); y de Quevedo, la composición a Hero. Leandro («Esforzose pobre luz», pp. 251-255), el soneto núm. 311 de la p. 348, la composición de la p. 1056 (núm. 711); aparece Lucrecia en los poemas satíricos, pp. 874 (núm. 693), p. 934 (núm. 738) entre otros. En la p. 245 (núm. 205) se la menciona «en serio».

 

232

En los villancicos de Santa Catarina en MP, t. I, pp. 163-181, véanse estos versos: «Porque no triunfase Augusto / de su beldad soberana, / se mata Cleopatra, y precia / más que su vida la fama», p. 167. MP en el soneto núm. 153, el primero que SJ dedica a Lucrecia, y del que nos ocupamos en este ensayo, dice lo siguiente: «Sor Juana loa su heroicidad, si bien reprueba (aun en tal caso) el suicidio». Pero no vemos esa reprobación.

 

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Como se sabe, el encabalgamiento ocurre cuando un verso poético no corresponde a la estructura sintáctica de la frase o de un miembro de la frase, y el verso se enlaza, sin pausa, con el verso siguiente. Cuando esto sucede, obtenemos la impresión de; que las ideas que nos transmite el / la poeta en sus versos se desbordan adquiriendo un ritmo acelerado a causa de diferentes estados emocionales. En el primer soneto que vamos a ver, hallamos encabalgamientos en el primer cuarteto entre el 2.º verso y el 3.º y entre éste y el siguiente; en el segundo cuarteto hay encabalgamientos entre todos los versos, del 2.° al 4.° aunque cada cuarteto mantiene su independencia: SJ observa las normas. En los tercetos hay encabalgamientos en todos los versos: prueba de la emoción febril de la poeta por entregarnos su mensaje.

 

234

Dama romana, esposa de Colatino. Se suicidó con una daga escondida que llevaba bajo sus vestiduras y a la vista de su esposo después de decirle que había sido deshonrada por el rey Tarquino (o por Sexto, hijo de éste, dependiendo del autor que se consulte). Según la tradición, este hecho dio lugar a rebeliones del pueblo y a la caída definitiva del poder de la familia de los Tarquino, dando paso al establecimiento de la república romana (510 a. C.).

 

235

Recordar que los epígrafes -en tercera persona-, como es obvio, no pertenecen a SJ sino al editor de la obra de que se trate.

 

236

Véanse las composiciones en liras (MP, t. I, pp. 313-319, números 211, 212 y 213) en las que la monja se refiere a «amantes», en el sentido del Siglo de Oro, o a esposos que han muerto: sus mujeres se espantan de ver que el dolor no les cause la muerte.

 

237

Sísifo es personaje mitológico que ha adquirido nuevas resonancias en este siglo, especialmente en relación con la filosofía existencialista, para mostrar la futilidad del esfuerzo humano Sísifo fue condenado por Zeus al Tártaro -por contar al padre de la ninfa Egina el robo que había hecho de ésta- con duros tormentos: tenía que dar vueltas y empujones constantes a una enorme roca haciéndola rodar hacia una altura desde donde ésta volvía a caer; la fatiga de su trabajo era interminable e inútil. Antes de esto, de Anticlea, la hija del vecino que le robaba su ganado, a quien violó como castigo, tuvo a Odiseo (Ulises).

 

238

«Tema» significa porfía. En estos tercetos hay un solo encabalgamiento, que ocurre entre el 9.° y el 10.° versos. Así: «la amorosa porfía crece en la resistencia de tu honra», sin pausa, para reforzar la idea del forcejeo, que es una de las principales en este soneto.

 

239

Véase el soneto de SJ en donde se apunta esto mismo expresado en forma diferente; es el que comienza: «Esta tarde, mi bien [...]»; el corazón es la sede del sentimiento que, en este soneto, se nos presenta destilado en lágrimas.

 

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Julia fue hija de César y Cornelia, nacida hacia el año 83 a. C. Era prometida de Q. Servilio Cepio pero se casó con Pompeyo el Magno en abril del año 59, lo que reforzó la alianza de éste con César; Julia fue la tercera esposa de Pompeyo y se dice que lo amaba entrañablemente. La leyenda cuenta que en el año 55, la vista de Pompeyo al volver de los comicios con sus vestiduras manchadas de sangre, hizo que Julia, embarazada, perdiera a su hijo, el heredero, al creer que estaba muerto. (Plutarco atestigua que Julia murió inesperadamente de parto al año siguiente y su niño pocos días después). Este hecho se relaciona con cuestiones políticas: el comienzo de las luchas entre su padre y su marido. Al parecer, SJ unió, poéticamente, estos dos hechos en uno solo.

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