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ArribaJornada III

 

Calle de otro pueblo.

 

Escena I

 

DON MANUEL.

 
No sé cómo mis pesares
ya del vivir no me privan;
mas la ponzoña no mata
a quien con ella se cría.
Tan propio estoy a las penas, 5
que peligrara mi vida
a permitirme por yerro
la fortuna alguna dicha;
o como extraño alimento
el pecho le arrojaría 10
fuera, porque no hay lugar
en mí donde el gusto asista.
Ninguno hay tan desgraciado
a quien no se le permita
un desahogo siquiera, 15
una esperanza fingida,
sino a mí; que en todas partes
la fortuna precipita
nubes de dificultades,
aguaceros de desdichas, 20
todo un invierno de penas,
sin hallar sereno el día,
que la oscuridad de azares
le hace una noche continua.
Y aunque mis humildes fuerzas 25
soportan las penas mías,
primer lugar en el alma
se toman las de mi prima.
Cielos, ¿qué tengo de hacer?
no sé que rumbo me elija, 30
ni sé que altura me tome,
que norte admita por guía;
no sé qué camino escoja,
no sé qué derrota siga;
porque el mar en que me anego 35
ni astrolabios determinan
grados de altura, ni hay fondo
que lo profundo le mida.
Todo es rocas, todo escollos
y entre Caribdis y Scila, 40
jamás de romper se acaba
nave que tanto peligra.
Todo es penas cuanto toco,
disgusto cuanto imagina
el discurso; todos yerros 45
a cuanto el alma se inclina.
En sus mesmas confusiones
anda la razón perdida,
y en mortales parasismos
agonizando delira. 50
Sólo vive la memoria
en mí, porque más me aflijan
recuerdos del bien pasado,
que matan dichas pérdidas.
La voluntad, siempre firme, 55
es conmigo tan esquiva,
que, sin faltar desengaños,
imposibles facilita.
Pero todo cuanto alienta
a que sus engaños siga, 60
viene a ser el despeñarme,
para dar mayor caída.
Seis meses ha que mi amigo
don Rodrigo desta villa
partió para mi lugar, 65
y me admiro que no escriba;
mas, pues no me escribe, es cierto
que mis desdichas caminan
sin remedio, como siempre.


Escena II

 

CHURRIEGO, de camino. DON MANUEL.

 
CHURRIEGO
Bien merezco las albricias. 70
DON MANUEL
Seas, Churriego, bien venido.
CHURRIEGO
Diérasme la bienvenida
con más gusto, si supieras
novedades infinitas
que traigo que referirte. 75
DON MANUEL
Dímelas, por vida mía.
¿Traes cartas de don Rodrigo?
¿Entrose monja mi prima?
¿Mi tío quedaba bueno?
Doña Violante, ofendida 80
de la muerte de su hermano,
o su padre ¿solicita
seguir por pleito el negocio?
CHURRIEGO
Tomaste la tarabilla.
Vete a espacio en preguntar, 85
porque echarle una jeringa
de preguntas de repente
a un cristiano es herejía.
DON MANUEL
¡Jesús, que siempre eres loco!
CHURRIEGO
Traigo tu librea misma, 90
como tu criado, en fin.
DON MANUEL
Deja, deja niñerías;
dime todo lo que pasa.
CHURRIEGO
Pásase lo que se brinda
a ti te mandan llamar; 95
tu partida determina
con brevedad, porque importa.
DON MANUEL
Ya quisiera ver mi prima.
Vamos.
CHURRIEGO
Pues en el camino
vengaré la melecina 100
de preguntas que me echó;
de paciencia se aperciba.
 

(Vanse.)

 


Escena III

 

Sala en casa de DON ANTONIO.

 
 

DOÑA ANA, DON RODRIGO.

 
DOÑA ANA
Mucho, don Rodrigo, estimo
la merced que me hacéis,
y el cuidado que ponéis 105
en libertar a mi primo.
Si bien es hija esta acción
de ese pecho generoso
y de ese valor piadoso
con todo, la obligación 110
reconozco en que me veo,
por ser causa de mi primo,
a quien de veras estimo;
y holgara que mi deseo
con obra satisfaciera 115
lo que os debo en esta parte.
DON RODRIGO
Soy en el caso tan parte,
que os juro que me corriera
de que otro se aventajara
en suceso semejante. 120
DOÑA ANA
Dícenme que con Violante
os casáis; yo me alegrara
tuviera el negocio efeto;
que Violante es peregrina,
sólo su hermosura digna 125
de emplearse en tal sujeto.
DON RODRIGO
Yo os confieso que he estimado
y estimo a doña Violante;
y el no pasar adelante
el casamiento tratado, 130
y acabarse, sólo ha sido
el ver que su obstinación
repare en darme el perdón
que de la muerte he pedido;
que éste es el primer intento 135
porque casarme apetezco,
si bien sé que no merezco
tan dichoso casamiento.


Escena IV

 

SEBASTIANA. Dichos.

 
SEBASTIANA
Señora, mi señor viene;
ya del caballo se apea, 140
ya entra en casa.
DOÑA ANA
Que no os vea
mi padre a mi honor conviene.
A este escritorio, Señor,
os ruego que os retiréis.
DON RODRIGO
Agravio en eso os hacéis; 145
mirad que os está mejor,
Señora, el estarme aquí.
DOÑA ANA
No me deis este disgusto;
pues lo que pido es tan justo,
hacedlo esta vez por mí. 150
DON RODRIGO
Fuera necia grosería
volveros a replicar;
sólo os desea agradar
y servir el alma mía.
DOÑA ANA
La cortesía y valor 155
en vos tienen igualdad.
DON RODRIGO
Los deseos estimad.

  (Retírase.) 

SEBASTIANA
Ya sube acá mi señor.
DOÑA ANA
Suba muy en hora buena.
 

(Vase SEBASTIANA.)

 


Escena V

 

DON ANTONIO. DOÑA ANA; DON RODRIGO, escondido.

 
DON ANTONIO
Pues, Ana, ¿qué hacéis aquí? 160
DOÑA ANA
A aquesta cuadra salí
agora.
DON ANTONIO
Vengo con pena.
DOÑA ANA
Qué ocasión te la ha causado
me di, si saberla puedo.
DON ANTONIO
No sé si diga un enredo 165
que don Felipe ha trazado,
bien contra toda razón,
según lo que yo imagino,
por ver libre a su sobrino:
diciéndome que el perdón 170
don Duarte le ha ofrecido
como llegue a conseguir
que le quieras admitir
para tu esposo y marido,
y casi me dio a entender 175
que en la desgracia pasada
eras tú también culpada,
y aun que quería proceder
don Duarte contra ti;
cosa con que me he enfadado, 180
y sin hablar, de su lado
al instante me partí;
que semejante vejez
respuesta no merecía,
porque bien se conocía 185
que era todo caduquez.
DOÑA ANA
Ese es muy gran disparate;
que ni yo culpada he sido,
ni sé cómo ha sucedido;
y siento mucho que trate 190
don Felipe mi opinión
de ese modo.
DON ANTONIO
Bien está;
todo se remediará
a nuestra satisfacción.
El recado de escribir 195
¿no está en aqueste escritorio?
DOÑA ANA

 (Aparte.) 

Que le ha de ver es notorio;
¿quién tal pudo prevenir?
 

(Va a entrar DON ANTONIO, y sale DON RODRIGO.)

 
DON ANTONIO
¿Qué es aquesto? Caballero,
¿qué buscáis? ¿Qué pretendéis? 200
DON RODRIGO
Suplícoos que os reportéis.
DON ANTONIO
Bien reportado os espero.

  (Aparte.) 

No hay honra que esté segura
cuando estriba en la mujer;
gran consulta ha menester 205
con el honor la cordura.
Si a aqueste quiero matar,
es cosa muy declarada
que en viendo sacar la espada,
aquestas dos han de dar 210
voces, y es fuerza acudir
al ruido mucha gente,
hago mi agravio patente,
y no puedo conseguir
la venganza. Mejor es 215
hacerme desentendido,
y el agravio recibido
tendrá castigo después.
Don Rodrigo, en conclusión,
el haberos escondido, 220
agravio notorio ha sido
contra la satisfacción
que yo de doña Ana tengo;
también de vuestra lealtad,
a cuya seguridad 225
nuevos abonos prevengo;
pues pudiendo estar presente,
esconderse, es querer dar
a la sospecha lugar,
y hacerse del inocente; 230
que cuando un noble se esconde,
en la frente lleva escrito
«yo he cometido delito»,
y a quien es no corresponde.
DON RODRIGO
No tengo qué responder; 235
verdad es cuanto decís.
DON ANTONIO

 (Aparte.) 

¡Ay, honor, cuánto sufrís!
Yo os he de haber menester
con vuestra capa y espada
esta noche, y os espero 240
en el soto del Gomero.
DOÑA ANA

 (Aparte.) 

De mi padre no me agrada
¡aqueste disimular,
hallando un hombre en su casa;
porque del viento que pasa 245
suele reñir y colar.
DON RODRIGO
Iré donde me mandáis,
como es razón, a serviros.
DON ANTONIO

 (Aparte.) 

Abortando está suspiros
el corazón. Si me dais 250
licencia, os iré sirviendo
a vuestra casa.
DON RODRIGO
Es exceso,
Señor don Antonio, eso.
DON ANTONIO
Antes, según lo que entiendo,
me debe de convenir; 255
pues quien solo os vido entrar,
no tendrá que maliciar
si conmigo os ve salir.
Esto ha de ser, que es razón;
no tenéis que replicar. 260
 

(Vanse los dos.)

 


Escena VI

 

DOÑA ANA.

 
¡Ay, Dios! ¿En qué ha de parar
esta disimulación?
No hay duda que está enojado,
y ha de procurar venganza.
Yo vivo sin esperanza; 265
mi primo está desterrado,
don Rodrigo, en conclusión
del casamiento desiste:12
en casarme yo consiste
darle a mi primo el perdón. 270
Yo he propuesto de ser monja;
y sin dejarlo de ser,
hoy mi amor le ha de hacer
a mi primo una lisonja,
y ha de ser que he de casarme, 275
y en otorgando el perdón,
me entraré en la religión
antes que llegue a gozarme.
Pues es caso averiguado
que el matrimonio divide 280
la religión, y lo impide
cuando no está consumado.
Logrando este pensamiento,
de mi padre huyo el disgusto,
a mi primo le doy gusto 285
y se consigue el intento.
No aprovechar la ocasión
será necio desvarío,
pues don Felipe, mi tío
me ayudará en esta acción. 290

  (Vase.) 



Escena VII

 

Soto inmediato al lugar. Es de noche.

 
 

DON MANUEL, CHURRIEGO.

 
DON MANUEL
Aunque es la noche oscura,
es, Churriego, tan corta mi ventura,
que entrar no me he atrevido,
por temer ser de alguno conocido.
y así, he determinado 295
que entres en el lugar, y con cuidado
digas a don Rodrigo que le espero
escondido en el soto del Gomero;
que con esto procuro
entrar acompañado más seguro, 300
CHURRIEGO
Parto luego a hacer lo que me mandas,
como dicen los niños, en volandas.

  (Vase.) 



Escena VIII

 

DON MANUEL; luego, DON ANTONIO.

 
DON MANUEL
La noche me parece
que se viste de nubes y oscurece,
y apenas determino 305
si es hombre el que hacia mí sigue el camino.
Sospecha cierta ha sido;
bien será que me halle prevenido.

  (Se emboza.)  

 

(DON ANTONIO sale.)

 
DON ANTONIO

 (Para sí. 

Aunque he llegado presto,
hallo que mi contrario está en el puesto; 310
pésame que me aguarde,
porque ofende a su honor quien llega tarde.)
No tienes que embozarte;
yo soy, y solo vengo aquí a buscarte,
y a que el valor corrija 315
el honor que por ti perdió mi hija;
que si he disimulado,
es porque esta ocasión he procurado,
en que el honor intenta,
por no hacer mas pública su afrenta, 320
mejorarse de suerte,
sepultando la ofensa con tu muerte.
DON MANUEL
Repórtate primero,
a cólera no rija el blanco acero,
que vienes engañado; 325
que a tu honor y a tu casa le he guardado
el debido decoro.
DON ANTONIO
Cuanto pasa he sabido, nada ignoro.
DON MANUEL

 (Aparte.) 

Don Antonio es aqueste; él ha sabido
el amor que a mi prima le he tenido; 330
y aunque el alma está llena
de tormento y dolor, de rabia y pena,
a este nuevo cuidado
el principal lugar todos le han dado.
Repara, mira, advierte. 335
DON ANTONIO
No hay aquí más reparo que tu muerte...
DON MANUEL

 (Aparte.) 

El trance es rigoroso.
DON ANTONIO
O la mano has de dar luego de esposo
a doña Ana, mi hija.
De estas dos cosas tu discurso elija. 340
DON MANUEL
Lo segundo eligiera,
si el empeño en que estoy no lo impidiera.
DON ANTONIO
No admite esa disculpa
la gravedad del caso y de tu culpa;
con ella has de casarte, 345
o tú me has de matar o he de matarte.
DON MANUEL
¿Cómo me he de casar siendo ordenado?
DON ANTONIO

 (Aparte.) 

Desconozco esta voz, yo me he engañado;
notable riesgo ha sido;
rigiome la pasión, y no el sentido. 350
Ya importa en este paso
que advierta la razón lo que hace al caso.
Darle a aqueste la muerte,
que en nada está culpado, es triste suerte;
irme de aquí y dejarlo, 355
será darle ocasión de publicarlo,
y si el suceso cuenta,
añade ejecutorias a mi afrenta.
Aunque culpa no tiene,
darle la muerte agora me conviene. 360
Resuelto yo a matarte,
saco la espada para no excusarte.
DON MANUEL
Pues tratas de ofenderme,
saco la mía para defenderme.
 

(Sacan las espadas y riñen.)

 


Escena IX

 

DON RODRIGO, CHURRIEGO. Dichos.

 
CHURRIEGO
Digo que le dejé aquí, 365
y no sé dónde se ha ido;
mas si no engaña el sentido,
cuchilladas hay allí.
DON RODRIGO
Aquí tienes a tu lado
a tu amigo, don Manuel. 370
CHURRIEGO
Y aquí un criado fiel.
DON MANUEL
El socorro es excusado;
deteneos.
DON RODRIGO
¿Cómo así
volvéis contra mí el acero?
DON MANUEL
Estimo a aquel caballero, 375
don Rodrigo, en más que a mí.
DON ANTONIO

 (Aparte.) 

El que conmigo reñía
es sin duda don Manuel.
DON RODRIGO
Pues yo os vi reñir con el.
DON MANUEL
No reñí; me defendía. 380
DON ANTONIO

 (Aparte.) 

En ser él se ha mejorado
de mi cuidado el efeto,
que como deudo el secreto
me guardará. Aquí apartado
os ruego que dos razones 385
sólo escuchéis, caballero.
 

(Apártanse DON ANTONIO y DON MANUEL, y hablan recatadamente.)

 
CHURRIEGO
Vive Dios, que desespero
con aquestas confusiones;
no lo entiendo, no lo entiendo.
DON ANTONIO
El no haberle conocido 390
fue causa de haber reñido.
El secreto te encomiendo,
bien ves que importa a los dos;
tu amigo no ha de saber
quién soy yo.
DON MANUEL
No es menester
395
que me lo encargues.
DON ANTONIO
Adiós.

  (Vase.) 



Escena X

 

DON RODRIGO, DON MANUEL, CHURRIEGO.

 
DON MANUEL

 (Para sí.)  

De un abismo en otro abismo
precipitándome voy;
tan ciego y confuso estoy,
que no me entiendo a mí mismo. 400
Mi tío me ha dicho aquí
que ha hallado un hombre en su casa.
¿Por quién en el mundo pasa
lo que me sucede a mí?
Rendido el entendimiento 405
a este laberinto está:
mas ¿a quién no rendirá?
DON RODRIGO
Ya no puede el sufrimiento
dejaros de preguntar
la causa desta pendencia. 410
DON MANUEL
Tened, amigo, paciencia,
que no os la puedo contar,
porque la palabra he dado
del secreto.
DON RODRIGO
Bien hacéis;
que es justo que le guardéis. 415
DON MANUEL
No es negocio de cuidado.
DON RODRIGO

 (Aparte.) 

Don Antonio es este, sí,
y con mi amigo riñó,
porque engañado creyó
que era yo el que estaba aquí. 420
Bien lo declara el suceso,
pues él se volvió al lugar.
Quedarme yo aquí a aguardar
viniera a ser necio exceso;
después buscaré ocasión, 425
o el tiempo la ofrecerá,
y del engaño en que está
le daré satisfacción.
Mucho os tengo que decir;
vamos, amigo, al lugar. 430
CHURRIEGO
Ya yo le deseo hallar
para hartarme de dormir.
 

(Vanse.)

 


Escena XI

 

Sala en casa de DON FELIPE.

 
 

DON FELIPE, DON ANTONIO.

 
DON ANTONIO
Don Felipe, yo he venido
a buscaros con cuidado,
de un gran dolor fatigado, 435
y sin discurso el sentido.
Dícenme que en vuestra casa
está mi hija doña Ana;
también, que, como liviana,
con don Duarte se casa. 440
¿Qué respondéis?
DON FELIPE
Que es así.
A mi casa vino ayer
con aquese parecer;
y aunque yo la persuadí
que no siguiese ese error 445
temiendo que si se fuera,
acaso no sucediera
algún exceso mayor,
hice que aquí se quedase,
por dar con esto lugar 450
de poderos avisar.
DON ANTONIO
¡Que así una hija se case!
¡que no hay freno que corrija
la furia de una mujer!
Desdichado viene a ser 455
el hombre que tiene hija.
Don Felipe, primo, amigo
fuerza es que en esta ocasión
puedan cólera y pasión
más que el discurso conmigo; 460
y así, aunque quiera valerme
de la razón, no ha de darme
lugar para gobernarme
la pena, y he de perderme.
Mi deudo sois, cosa es llana 465
y toca a vuestro decoro
cubrir con matices de oro
estos yerros de doña Ana.
Como discreto podéis
disponer esto de modo, 470
que si ella se echó en el lodo,
vos las manchas le quitéis,
no procurando estorbar
su intento; que es la mujer
ángel en el aprender, 475
demonio en ejecutar;
sino haciendo como sabio,
que en esta infamia que intenta,
honor parezca la afrenta,13
no dando puerta al agravio. 480
Y así, a vuestra elección dejo
el caso, pues vengo a hallarme
tal, que fuera despeñarme
guiarme por mi consejo.
Disponed en esta parte 485
aquello que más convenga.
DON FELIPE
Vamos, que he de hacer que venga
hoy a hablaros don Duarte.
Todo en bien se ha de acabar,
todo con gusto ha de ser. 490
DON ANTONIO
Es honor en la mujer
nave sin leme en el mar.14
 

(Vanse.)

 


Escena XII

 

Calle.

 
 

DON MANUEL, CHURRIEGO.

 
DON MANUEL
¿Qué dices? ¿Estás en ti?
CHURRIEGO
Pues ¿en quién tengo de estar?
¿Puedo en otro alguno andar, 495
o andar alguno por mí?
Digo que a casa llegué,
hallé mucho regocijo,
y una criada me dijo,
a quien yo la pregunté, 500
que se casaba Violante
con tu amigo, y...
DON MANUEL
Dilo, acaba.
CHURRIEGO
Y tu prima se casaba...
DON MANUEL
No pases más adelante.
Penas, rigores, ¿qué es esto? 505
¿cuándo os habéis de cansar?
¿cuándo me habéis de acabar
de una vez?
CHURRIEGO
Malo va esto.
María, bendita eres.

 (Humíllase.)  

DON MANUEL
Ausentarme es lo mejor, 510
y no ver este dolor,
no hay que fiar en mujeres.
Aunque no puedo creer
que este suceso así pase,
ni que doña Ana se case, 515
resuélvome en irlo a ver.

  (Vase.) 

CHURRIEGO
¡Linda ha estado la oración!
pues así el mal se remedia,
lacayitos de comedia,
pagadme la bendición. 520

  (Vase.) 



Escena XIII

 

Sala en casa de DON FELIPE.

 
 

DON FELIPE, DON DUARTE, DON RODRIGO, DON ANTONIO, DOÑA ANA, DOÑA VIOLANTE, SEBASTIANA, convidados.

 
DON FELIPE
Todo está tan prevenido,
que sólo al cura aguardamos.
DON DUARTE
Muy tristes, Señora, estamos,
porque habemos conocido
en vos algún sentimiento; 525
no es razón dar el lugar
al disgusto y al pesar,
que se le debe al contento.
DOÑA ANA

 (Aparte.) 

Si supieras mis cuidados,
menos culpa me pusieras. 530
SEBASTIANA
Por aquesas escaleras
suben muchos embozados.
DON FELIPE
Entren, entren; que hoy es día
de agradecer y estimar
que vengan a celebrar 535
nuestro gusto y alegría.


Escena XIV

 

DON MANUEL y CHURRIEGO, embozados. Dichos.

 
 

(Habla DON MANUEL aparte con DOÑA ANA, y con SEBASTIANA CHURRIEGO.)

 
CHURRIEGO
¿No dan a los embozados
colación en esta casa?
SEBASTIANA
¿Quieres una caja?
CHURRIEGO
Sí;
que se me antojó no ha nada. 540

  (Aparte.) 

Ella la tomó sin duda,
fineza ha sido el guardarla:
siempre me ha querido bien,
es muy donosa, es honrada.
 

(Saca SEBASTIANA una caja de anteojos, pónese éstos, y da aquélla a CHURRIEGO.)

 
SEBASTIANA
Ya te quito los antojos, 545
y cumplo con dar la caja,
maldito aquello que veo.
CHURRIEGO
Pegómela la picaña.
DON MANUEL
No me satisfagas más,
ya sé todo lo que pasa, 550
y el hallar a don Rodrigo
tu padre dentro en tu casa;
pero con aqueste viejo
es el coraje y la rabia.
DOÑA ANA
No des voces, no te pierdas. 555
DON MANUEL
¿Para qué ocasión se aguarda
la muerte mejor que aquesta?
Verdades del pecho salgan,
antes que impidan el paso
los nudos que a la garganta, 560
entre mortales candados,
resistencias amenazan.

 (Descúbrese.)  

Aquí está pues don Manuel;
todos mis contrarios salgan
a tomar, sin mi defensa, 565
de sus agravios venganza.
¿Cómo, cómo se permite,
sin que arroje el cielo balas
en rayos abrasadores
que ingratitudes deshagan; 570
cómo se permite, digo,
que se despose doña Ana
y que en nieve se sepulte
la maravilla del alba?
¿Qué fruto esperarse puede 575
de una vid cuando se enlaza
de un inútil seco tronco,
que se ha de acabar mañana?
¿Qué unión, qué conformidad
es juntar una lazada 580
oposición de sujetos
en calidades contrarias?

  (A DOÑA ANA.)  

Y tú, monstruo en deslealtad,
¿tanto apretaron las ansias
de casarte, que apeteces 585
un hombre en la semejanza,
una vida en el sepulcro,
en el otro mundo un alma,
un cuadro de la vejez,
de senectud una estampa, 590
sombra de lo que ya fue,
reflejo de lo que pasa,
un monte casi de nieve,
una región de la escarcha,
un pésame de tus años, 595
y un pláceme a la venganza?
 

(Empuñan las espadas DON ANTONIO y DON DUARTE; DON RODRIGO pasa al lado de DON MANUEL, y los demás detienen a unos y a otros.)

 
DON DUARTE
¡Turbador de mi sosiego!
DON ANTONIO
¡Pregonero de mi infamia!
DON FELIPE
¡Loco, necio, sin sentido!
DOÑA ANA
Bueno está, señores, basta 600
conmigo ha hablado mi primo;
yo sola soy la culpada.
CHURRIEGO
Voto a Dios, que si me enojo,
que en cuatrocientas gargantas
no habrá para un remendón. 605
SEBASTIANA
¿Eso es miedo o es bravata?
DON DUARTE
Dadme licencia, señores,
para volver por mi causa,
porque soy el ofendido,
y muy gran tormento y rabia15 610
don Manuel me ocasiona
en correspondencia ingrata
a beneficios que debe,
que en tiranías me paga;
estadme atentos, veréis 615
si tengo razón sobrada.
Casi en días de parir
su madre, vino a mi casa
a ver a doña Isabel,
mi mujer, que el cielo guarda. 620
Y apenas en el estrado
del chapín puso la planta,
cuando perdido el color,
llena de mortales ansias,
perdiendo al aire suspiros, 625
cuyos ecos lastimaran
de una piedra la dureza,
de un diamante las entrañas,
llegó del parto la hora;
y sin comadre, en la sala 630
nació este ingrato en mis brazos,
dos vueltas a la garganta
con la vid, casi ahogado;
y yo, que desesperaba
de su vida, en un instante 635
procuré remedio al alma
cogiendo de un contador
un pomo de agua rosada.
Con ella le bapticé,
hice que al doctor llamaran 640
para aplicarle remedios;
diligencia que a dejarla
yo de hacer, no viviera,
porque todos le olvidaban
por acudir a su madre; 645
de suerte que vida y alma
me debe, y en premio desto,
un hijo que tengo mata,
un casamiento me impide,
y con palabras me infama. 650
DON MANUEL
Ya no temo a la fortuna:
si me bapticé con agua
rosada, no estoy cristiano,
ni las órdenes sagradas
el carácter imprimieron, 655
porque el baptismo es la entrada
de los demás sacramentos,
y nuestra Iglesia romana
declara que el sacramento
del baptismo sea con agua 660
natural, y no con otra.
Supuesta verdad tan clara,
no vengo a estar ordenado;
mi mujer eres, doña Ana,
aunque pese a todo el mundo. 665
DOÑA ANA
Nuestras voluntades bastan,
y la mía siempre es tuya.
DON DUARTE
Pues si las órdenes faltan,
yo estoy aquí, que haré
que te corten la garganta, 670
por la muerte de mi hijo,
públicamente en la plaza.
Voy a llamar la justicia.
DON MANUEL
Poco importa que la traigas:
cáseme yo con mi prima, 675
y lluevan luego desgracias.
DON RODRIGO
Ya, Señor, diste el perdón,
no puedes seguir la causa;
demás de que yo lo pido,
doña Violante y doña Ana. 680
DON DUARTE
Digo que yo los perdono.
CHURRIEGO
Yo digo que, averiguada
del baptismo la verdad,
se casaron una pascua.
Esta historia es verdadera, 685
y pues vemos que esto pasa,
en el mayor imposible
nadie pierda la esperanza;
y don Agustín Moreto
no la pierde; que a esas plantas 690
quien humilde el perdón pide,
con facilidad le alcanza.





 
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